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He sido
una sencilla profesora de química.
En una ciudad luminosa del sureste.
Después de las clases contemplaba el ancho mar.
Los dilatados, infinitos horizontes.
Y los torpedos grises de guerras dormidas.
He quemado mis largas horas en la lumbre
de símbolos y fórmulas. Junto a crisoles
de arcilla al rojo vivo hasta encontrar la plata.
No he descubierto nada.
No tengo ningún premio.
A Congresos no asistí.
Medallas y diplomas
nunca me fueron dados.
Minúscula sapiencia para tan grandes sueños.
Pequeñez agobiante para inquietudes tantas.
Y rebelde ha surgido, como agua en desierto,
el manantial jugoso, intenso, apasionado,
-dulce herencia entrañable- que tiene la riqueza
de llenar de poesía tan honda desolación.
Materia oscura y energía oscura
Poema de Alicia Ostriker dedicado a la astrofísica Vera Rubin.
CEREMONIA
mantequilla. El hinojo
nunca me gustó.
era un ermitaño.
con su madre.
en un internado:
Tengo amigos
ermitaños.
¿Por qué lo llamas rigidez?
Stevens. Stevens
EL DESEO
Cuando te mentí
qué pediste.
EL DILEMA DE TELÉMACO
Nunca me decido
mujeres. Pero
ser descrita
que uno
auto-proyecciones.
exactitud sin
palabrería; son
fuerzas contrarias.
PARÁBOLA DE LA BESTIA
su nueva posesión.
en esta casa
no experimentamos
la voluntad así.
PUERTO DEPORTIVO
Tú no querías mi corazón;
Entonces me olvidaste.
No en vano
las piedras
Me llevaste a un lugar
y me dejaste ahí.
El gato abandonado
De Meadowland (1996)
a gris; a la vez,
la hembra creía
convenientemente,
el momento. En el fango
en parte de su canción
después de un tiempo.
Mañana lluviosa
No amas el mundo.
un lema: no juzgues
a comprender: renunciar
al discurso no significa
suprimir la percepción.
considerarlos solamente
de la mayor libertad.
La mariposa
Sí.
Pues no cuenta.
Vesiones de Sandra Toro
Parousia
Trato de recuperarte,
ese es el propósito
de la escritura.
Pero te fuiste para siempre,
como en las novelas rusas, diciendo
unas pocas palabras que no me acuerdo.
Confesión
Medianoche
Nostos
Epílogo
¿Y cómo lo llamamos?
Una “crisis de la visión”, que creí en correspondencia
con el árbol que enfrentaron mis padres,
Aniversario
Me duele pensar
que los muertos no van a verlas—
que estas cosas de las que dependemos,
desaparecen.
.
EL LÍMITE
Esta es la aridez
de la cosecha y la pestilencia.
Y la esposa reclinada sobre la ventana
y las semillas
Ven acá
Gretel en la oscuridad
quisieras irte,
MEDIANOCHE
El espino
El iris salvaje
Terrible sobrevivir
como conciencia,
sepultada en tierra oscura.
Tú que no recuerdas
el paso de otro mundo, te digo
podría volver a hablar: lo que vuelve
del olvido vuelve
para encontrar una voz:
del centro de mi vida brotó
un fresco manantial, sombras azules
y profundas en celeste aguamarina.
De "Iris salvaje"
Versión de Eduardo Chirinos
Escila
No yo, tonta, no yo sino nosotras, nosotras: olas
azules y celestes como
una crítica al cielo: ¿por qué
atesoras tu voz
si ser algo es lo que sigue
a no ser nada?
¿por qué alzas los ojos?, ¿para oír
algo así como un eco de la voz
de dios? Sois todos iguales:
solitarios, de pie sobre nosotras, planificando
vuestras vidas absurdas; vais
donde se os manda, como todas las cosas,
donde el viento os plante, unos y otros
mirando siempre
hacia abajo, viendo alguna imagen
del agua y escuchando qué: olas,
y sobre las olas, pájaros cantando.
De "Iris salvaje"
Versión de Eduardo Chirinos
Lamium
Maitines
Perdóname si digo que te amo: a los poderosos
se les engaña siempre, los débiles
son siempre manejados por el miedo. No puedo amar
lo que no puedo concebir, y tú no revelas
virtualmente nada: ¿acaso te asemejas al espino,
siempre la misma cosa en el mismo lugar,
o a la dedalera inconsistente, que brota primero
como espiga rosada en la ladera, junto a las margaritas,
y al año siguiente es púrpura en el rosedal? Ya ves
lo inútil que es este silencio que promueve en nosotros la creencia
en que tú puedes ser todas las cosas, la dedalera y el espino, la vulnerable
rosa, la terca margarita; nada nos queda sino pensar
que no podrías existir. ¿Es eso lo que quieres
que pensemos? , ¿lo que explica el silencio esta mañana,
los grillos cuyas alas no se frotan, los gatos
que en el patio no pelean?
De "Iris salvaje"
Versión de Eduardo Chirinos
Maitines 2
Ocurre contigo que eres como los abedules:
no debo hablarte
de modo personal. Muchas
cosas han pasado entre nosotros. ¿O
sólo me ocurrieron a mí? Me
siento culpable, culpable, te pedí
humanidad; no soy más menesterosa
que los otros. Pero la ausencia
de todo sentimiento, de la menor
preocupación por mí... También podría
dirigirme a los abedules
como en mi vida anterior: dejemos
que lo hagan del peor modo, déjales
que me entierren con los románticos,
que sus hojas amarillas y afiladas
caigan sobre mí
y me cubran.
De "Iris salvaje"
Versión de EduardoChirinos
Maitines 4
Algo
llega al mundo sin ser bienvenido
y llama al desorden, al desorden.
Si tanto me odias
no te molestes en buscar
un nombre para mí: ¿necesitas
acaso un desdoro más
en tu lenguaje, otra
manera de culpar
a la tribu por todo?
Ambos lo sabemos,
si adoras a un dios, necesitas
sólo un enemigo.
Yo no soy el enemigo.
Sólo soy una treta para ignorar
lo que ves que sucede
aquí mismo en esta cama,
un pequeño paradigma
del fracaso. Una de tus preciosas flores
muere aquí casi a diario
y no podrás descansar
hasta enfrentarte a la causa, es decir,
a todo lo que queda,
a todo aquello que es más fuerte
que tu pasión personal.
No estaba escrito
permanecer para siempre en este mundo.
Pero por qué admitirlo, si puedes seguir
haciendo lo de siempre,
lamentándote y culpando,
las dos cosas a la vez.
Y yo conformaré el campo.
De "Iris salvaje"
Versión de Eduardo Chirinos
Nieve de primavera
Paisaje aborigen
Un mito de la devoción
Cuando Hades decidió que amaba a esta chica
, construyó para ella un duplicado de tierra,
todo igual, hasta el prado,
pero con una cama añadida.
Un jardín de verano
Hace varias semanas, descubrí una fotografía de mi madre
sentada al sol, con la cara sonrojada como si hubiera sido un logro o un triunfo.
El sol brillaba. Los perros
dormían a sus pies donde el tiempo también dormía,
tranquilo e inmóvil como en todas las fotografías.
el césped bajo
exuberante, iridiscente ...
El cielo era rosado y naranja, más viejo porque el día había terminado.
Confesión
Fantasía
Santas
Amor perdido
Una novela
Ahora el héroe está muerto. Como los ecos, las mujeres duran más;
son tan fuertes por su propio bien.
La Reina de Cartago
Amar es brutal
más brutal es morir
y brutal más allá de los límites de la justicia
morir de amor
Al final, Dido
hizo llamar a sus damas de compañía
para presenciar
el tema de depender de Parcas
Les dijo: " Eneas llegó hasta mí
sobre el agua resplandeciente;
Pedí a las Parcas
que le permiten a corresponder a mi pasión,
así como brevemente. ¿Qué diferencia hay entre eso
y el tiempo de una vida?
Recibí un gran don
e intento dilatarlo, prolongarlo.
Eneas llegó hasta mí sobre el agua: el principio
me encegueció.
Ahora la Reina de Cártago
aceptó el sufrimiento como aceptó el favor:
que las Parcas reparen en nuestra existencia
es, después de todo, una distinción.
Uno quizás deba decir, he honrado al hambre
y que por ese nombre, también, se conocen las Parcas.