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LOS PACTOS INTERPROVINCIALES.

CONSTITUCIÓN NACIONAL 1853 – 1860.

Después de la caída del Directorio (1820) y de la disolución del Congreso,


comenzaron a firmarse los llamados Pactos interprovinciales, que
respondían al sentimiento federalista imperante en el país. Como ha dicho el
historiador Ravignani, estos Convenios entre las provincias, significaron
verdaderos caminos hacia la promulgación de una Constitución y prueba de
ello, es la frase que figura en el Preámbulo de la Carta Magna Argentina, que
dice: “en cumplimiento de pactos preexistentes”. Fueron estos tratados: el
“Tratado del Pilar”, (23 de febrero de 1820), el “Tratado de Benegas” (24 de
noviembre de 1820), el “Tratado del Cuadrilátero” (25 de enero de 1822) y el
“Pacto Federal de 1831”.

Liga Unitaria y Liga Federal.

Pacto celebrado en la Capilla del Pilar, entre los gobernadores de Buenos


Aires, Santa Fe y Entre Ríos. Pacto de Pilar de 1820.
Fuente: Asambleas Constituyentes Argentinas, Tomo VI, 2° parte, pág. 131.

Art. 1°

Protestan las partes contratantes, que el voto de la Nación, y muy particularmente, el de


las Provincias de su mando, respecto al sistema de gobierno que debe regirías, se ha
pronunciado en favor de la federación, que de hecho admiten. Pero, que debiendo
declararse por Diputados nombrados por la libre elección de los Pueblos, se someten a sus
deliberaciones. A este fin, elegido que sea por cada Provincia, popularmente, su
respectivo representante, deberán los tres reunirse en el Convento de Sn. Lorenzo, de la
Provincia de Santa Fe, a los sesenta días contados desde la ratificación de esta convención:
Y como están persuadidos que todas las Provincias de la Nación, aspiran a la organización
de un gobierno central, se comprometen cada uno de por sí de dichas partes
contratantes, a invitarías y suplicarles concurran con sus respectivos Diputados para que
acuerden cuanto pudieran convenirles y convenga al bien general.

Art. 2°

Allanados, como han sido todos los obstáculos que entorpecían la amistad y buena
armonía, entre la Provincia de Buenos Ayres, Entre Ríos y Santa Fe, en una guerra cruel y
sangrienta, por la ambición y criminalidad de los malos hombres que habían usurpado el
mando de la Nación, o, burlado las instrucciones de los Pueblos que representaban en
Congreso, cesarán las hostilidades desde hoy, retirándose las divisiones beligerantes de
Santa Fe y Entre Ríos, a sus respectivas Provincias.

Art. 3°

Los Gobernadores de Santa Fe y Entre Ríos, por sí, y a nombre de sus Provincias,
recuerdan a la heroica Provincia de Buenos Aires, cuna de la libertad de la Nación, el
estado difícil y peligroso, a que se ven reducidos aquellos Pueblos hermanos, por la
invasión con que los amenaza una Potencia extranjera, que con respetables fuerzas,
oprime la Provincia aliada de la Banda Oriental. Dejan a la reflexión de unos ciudadanos
tan interesados en la independencia y felicidad nacional el calcular los sacrificios que
costará á los de aquellas Provincias atacadas el resistir un Ejército imponente, careciendo
de recursos, y aguardan de su generosidad y patriotismo auxilios proporcionados á lo
arduo de la empresa, ciertos de alcanzar pronto cuanto quepa en la esfera de lo posible.

Art. 4°

En los ríos de Uruguay y Paraná navegarán únicamente los Buques de las Provincias
amigas, cuyas costas sean bañadas por dichos Ríos.
El Comercio continuará en los términos que hasta aquí reservándose á la decisión de los
Diputados en congreso cualesquiera reforma que sobre el particular solicitaren las partes
contratantes.

Art. 6°

Podrán volver a sus respectivas Provincias aquellos Individuos que por diferencia de
opiniones políticas hayan pasado a la de Buenos Aires, ó de esta a aquellas, aun cuando
hubieren tomado armas, y peleado en contra de sus compatriotas: serán repuestos al
goce de sus propiedades en el estado que se encontraren, y se echará un velo a todo lo
pasado.

Art. 6°

El deslinde de territorio entre las Provincias se remitirá, en caso de dudas, a la resolución


del Congreso General de Diputados.

Art. 7°

La deposición de la antecedente administración ha sido la obra de la voluntad general por


la repetición de crímenes con que comprometía la libertad de la Nación con otros excesos
de una magnitud enorme. Ella debe responder en juicio público ante el Tribunal que al
efecto se nombre: esta medida es muy particularmente del interés de los jefes del Ejército
Federal que quieren justificarse de los motivos poderosos que les impelieron a declarar la
guerra contra Buenos Ayres en Noviembre del año próximo pasado, y conseguir la libertad
de esta Provincia la de las demás unidas.

Art. 8°

Será libre el comercio de Armas y municiones de guerra de todas clases en las Provincias
federadas.

Art. 9°

Los Prisioneros de guerra de una y otra parte serán puestos en libertad después de
ratificada esta convención para que se restituyen a sus respectivos Ejércitos o Provincias.

Art. 10°

Aunque las partes contratantes están convencidas de que todos los artículos arriba
expresados son conformes con los sentimientos y deseos del Exmo. Ser. Cap. Gral. De la
Banda Oriental Dn. José Artigas, según lo ha expuesto el Sor. Gov.or de Entre-Ríos, que
dice hallarse con instrucciones privadas de dicho Sor Exmo. para este caso no teniendo
suficientes poderes en forma, se ha acordado remitirle copia de esta acta, para que siendo
de su agrado entable desde luego las relaciones q.e puedan convenir á los intereses de la
Provincia de su mando, cuya incorporación á las demás federadas, se miraría como un
dichoso acontecimiento.

Art. 11°

A las cuarenta y ocho horas de ratificadas estos tratados por la Junta de Electores dará
principio á su retirada el Ejército federal hasta pasar el Arroyo del Medio.

Art. 12°

En el término de dos días, o antes si fuere posible será ratificada esta convención por la
muy Honorable Junta de Representantes.

Capilla del Pilar, a 23 de febrero de 1820.

Tratado del Cuadrilátero, celebrado entre las provincias de Buenos Aires,


Santa Fe, Entre Ríos y Corrientes – 25 de enero de 1822.
Fuente: Asambleas Constituyentes Argentinas, Tomo VI, 2° parte, pág. 155.

1°) Queda sancionada una paz firme, verdadera amistad y unión entre las cuatro
provincias contratantes, cuya recíproca libertad, independencia, representación y
derechos se reconocen y deben guardarse entre sí en igualdad de términos como están
hoy de hecho constituidas, sin que por este acto solemne se gradúen renunciados los que
defiende Santa Fe sobre el territorio de Entre Ríos, por documentos legítimos y amparos
superiores, cuya reclamación legal, como las competentes a las demás de los suyos y
respectivos, son el soberano legitimo Congreso General, de todas las provincias en la
oportunidad que presente el orden de los sucesos americanos en su perfecta tranquilidad
y absoluta cesación de oscilaciones políticas, cuyas innovaciones convenientes serán
obedecidas, como emanadas de la Soberanía Nacional.

2°) Si los españoles, portugueses o cualquier otro poder extranjero invadiese o dividiese la
integridad del territorio nacional, todas inmediatamente pondrán en ejercicio su poder y
recursos para arrojarlo de él, sin perjuicio de hacer oficialmente al gobierno agresor las
reclamaciones que estime justas y oportunas.

3°) Subsiste la misma liga contra cualquier poder de los designados, que incida en igual
defecto contra el territorio particular o jurisdicción que cada una de las cuatro provincias
disfruta de buena fe, en pacífica posesión, según las demarcaciones y términos
respectivos, quedando divisorios provisoriamente de la del Entre Ríos y Corrientes, los
arroyos Guayquiraró Miriñay, y Tranquera de Loreto, con el territorio de Misiones, sin
perjuicio del derecho que defiende Santa Fe, de las cincuenta leguas que su representante
dice corresponderle por su fundación, y fueron deslindadas hasta los mojones, o al menos
hasta el río Corrientes, como los que tenga esta provincia a su favor, cuya decisión queda
al Soberano Congreso General.

4°) Ligan los mismos deberes contra todo poder americano que pretende usurpar por las
armas los derechos detallados en el artículo 19. En cuya virtud, si alguna o todas las demás
provincias de la Nación atacaren con fuerzas a cualquiera de las cuatro amigas, se les
harán por todas en unión las más serias y formales protestas sobre su agresión, y caso de
ser desatendidas, irán en su auxilio las otras tres, facilitando mas a la invadida todos los
recursos que necesite, que deberán satisfacerse por ésta, concluida la guerra, a los plazos
que se estipulen.

4°) Si la provincia invadida hubiese dado mérito a ello, en juicio de las tres éstas entonces
interpondrán su mediación para con la agresora, a fin de que se evite la guerra; y si ésta se
prestase en conformidad, estará obligada a darle la satisfacción necesaria, y si no correrá
la suerte que ella misma ha provocado; más si este caso fuese a la inversa, obrarán las tres
provincias consecuentes a lo acordado en el artículo anterior.

6°) Ninguna de las provincias contratantes podrá declararse guerra u hostilidad, ni a otra
cualquiera de las del territorio de la Nación, sin acuerdo y consentimiento de las otras
tres, por medio de diputados autorizados a ese objeto, que a presencia y examen de las
causales que puedan ocurrir, la decida, y sin que antes de verificarse un suceso tan
funesto se pidan las satisfacciones correspondientes a las que se sospechen haber faltado
a sus deberes respectivos.

7°) La de Buenos Aires facilitará en cuanto lo permite su estado y recursos, el armamento,


municiones y demás artículos de guerra a cualquiera de las otras que los necesite y pida,
cuyo importe de los renglones que se suministrasen, será satisfecho en la especie, modo y
tipo que contratasen los respectivos gobiernos, quedando a mas libre el comercio de
aquellos entre las cuatro provincias.

8°) Queda igualmente libre el comercio marítimo en todas las direcciones y destinos en
buques nacionales, sin poder ser obligados a mandarlos abonar derechos, descargar para
vender sus mercaderías o frutos por pretexto alguno por los gobiernos de las cuatro
provincias, cuyo puertos subsisten habilitados en los mismos términos; sólo sí, por obviar
el perjudicial abuso del contrabando, podrán ser reconocidos por los guardas costas
respectivos, como sus licencias, guías y demás documentos con que se deban navegar,
siendo decomiso lo que venga fuera de ellos.

9°) Buenos Aires, por un principio de generosidad y buena correspondencia con el actual
gobernador del Entre Ríos y el de Corrientes, da por condenados, sucedidos y cancelados,
cuantos cargos puede hacer y reclamaciones justas, por los enormes gastos que le obligó
causar la temeraria invasión del finado Ramírez, consagrando gustoso todos sus sacrificios
al inestimable ídolo de la paz entre hermanos americanos, unidos con tan íntimas como
sagradas relaciones, y esperando sólo la paga de la gratitud a los esmeros que ha
prodigado a su logro.

13°) No considerando útil el estado de indigencia y devastación en que están envueltas las
provincias de Santa Fe, Entre Ríos y Corrientes por dilatadas guerras civiles que han
soportado a costa de sangre, desembolsos, ruinas y sacrificios de todo género, su
concurrencia al diminuto Congreso reunido en Córdoba, menos conveniente a las
circunstancias presentes nacionales, y al de separarse la de Buenos Aires, única en regular
aptitud respectiva para sostener los enormes gastos de un Congreso, sus empresas
marciales y en sostén de sus naciente autoridad, quedan mutuamente ligadas a seguir la
marcha política adoptada por aquella en el punto de no entrar en Congreso por ahora, sin
previamente arreglarse, debiendo en consecuencia la (de) Santa Fe retirar su diputado de
Córdoba.

14°) Si consiguiente a la marcha política que se adopta, alguna de las provincias


contratantes creyere después ser llegada la oportunidad de instalarse el Congreso
General, se harán entre sí las invitaciones correspondientes.

15°) El territorio de Misiones queda libre para formarse su gobierno y para reclamar la
protección de cualquiera de las provincias contratantes.

17°) Los presentes artículos serán ratificados por los Gobiernos de Santa Fe y Entre Ríos,
en el término de dos días, y en el de veinte, por los de Buenos Aires y Corrientes.
Acordados y sancionados en la ciudad capital de la provincia de Santa Fe de la Vera Cruz
desde el 15 de enero hasta hoy, 25 del mismo año del Señor de 1822, trece de la libertad
del Sud.

Pacto Federal del 4 de enero de 1831.


En Leoncio Gianello, Historia de Santa Fe, p. 394.
Art. 1° Los gobiernos de Santa Fé, Buenos Aires y Entre Ríos ratifican y declaran en su vigor
y fuerza los tratados anteriores celebrados entre los mismos gobiernos en la parte que
estipulan paz firme, amistad y unión estrecha y permanente; reconociendo
recíprocamente su libertad, independencia, representación y derechos.

2° Las provincias de Santa Fé, Buenos Aires y Entre Ríos se obligan a resistir cualquier
invasión extranjera que se haga, bien sea en el territorio de cada una de las tres provincias
contratantes, o de cualquier otra de las tres que componen el Estado argentino.

3° Las provincias de Santa Fé, Buenos Aires y Entre Ríos se ligan y constituyen en alianza
ofensiva y defensiva contra toda agresión de parte de cualquiera de las demás provincias
de la República (lo que Dios no permita), que amenace la integridad e independencia de
sus respectivos territorios.

4° Se comprometen a no oir, ni hacer proposiciones, ni celebrar tratado alguno particular


una provincia por si sola con otra de las litorales, ni con ningún otro gobierno, sin previo
avenimiento expreso de las demás provincias que forman la presente Federación.

5° Se obligan a no rehusar su consentimiento expreso para cualquier tratado que algunas


de las tres provincias litorales quiera celebrar con otra de ellas ó de las demás que
pertenecen a la República; siempre que tal tratado no perjudique a otra de las mismas
tres provincias, o a los intereses generales de ellas o de toda la República.

6° Se obligan también a no permitir que persona alguna de su territorio ofenda a


cualquiera de las otras dos provincias, ó a sus respectivos gobiernos, y a guardar la mejor
armonía posible con todos los gobiernos amigos.

7° Prometen no dar asilo a ningún criminal que se acoja a una de ellas, huyendo de las
otras dos por delito, cualquiera que sea, y ponerlo a disposición del gobierno respectivo
que lo reclame como tal. Entendiéndose que el presente artículo sólo regirá con respecto
a los que se hagan criminales después de la ratificación y publicación de este tratado.

8° Los habitantes de las tres provincias litorales gozarán recíprocamente la franquicia y


seguridad de entrar y transitar con sus buques y cargar en todos los puertos, ríos y
territorios de cada una ejerciendo en ellas su industria con la misma libertad, justicia y
protección que los naturales de la provincia en que residan, bien sea permanente o
accidentalmente.

9° Los frutos y efectos de cualquier especie que se importen o exporten del territorio o
puertos de una provincia a otra por agua o por tierra, no pagarán más derechos que si
fuesen importados por los naturales de la provincia, adonde o de donde se exportan o
importan.

10° No se concederá en una provincia derecho, gracia, privilegio o exención a las personas
y propiedades de los naturales de ella, que no se conceda a los habitantes de las otras dos.

11° Teniendo presente que alguna de las provincias contratantes ha determinado por ley
que nadie puede ejercer en ella la primera magistratura sino sus hijos respectivamente, se
exceptúa de dicho caso y otros de igual naturaleza que fueren establecidos por leyes
especiales entendiéndose que en caso de hacerse por una provincia alguna excepción, ha
de extenderse a los naturales y propiedades de las otras dos aliadas.

12° Cualquiera provincia de la República que quiera entrar en la liga que forman las
litorales, será admitida con arreglo a lo que establece la segunda base del artículo primero
de la citada convención preliminar celebrada en Santa Fé a veintitrés de febrero del
pasado año ejecutándose este acto con el expreso y unánime consentimiento de cada una
de las demás provincias federales.

13° Si llegare el caso de ser atacada la libertad e independencia de alguna de las tres
provincias litorales, por alguna otra de las que no entran al presente en la declaración, o
por otro cualquier poder extraño, la auxiliarán las otras dos provincias litorales con
cuantos recursos y elementos están en la esfera de su poder, según la clase de la invasión,
procurando que las tropas que envíen las provincias auxiliares sean bien vestidas, armadas
y municionadas, y que marchen con sus respectivos jefes y oficiales. Se acordará por
separado la suma de dinero con que para este caso deba contribuir cada provincia.

14° Las fuerzas terrestres o marítimas, que según el artículo anterior se envien en auxilio
de la Provincia invadida, deberán obrar con sujeción al gobierno de ésta, mientras pisen su
territorio y naveguen sus ríos en clase de auxiliares.

15° Interin dure el presente estado de cosas, y mientras no se establezca la paz pública de
todas las provincias de la República residirá en la capital de Santa Fe una comisión
compuesta de un diputado por cada una de las tres provincias litorales, cuya
denominación será «Comisión representativa de los gobierno de las provincias litorales de
la República Argentina», cuyos diputados podrán ser removidos al arbitrio de sus
respectivos gobiernos, cuando lo juzguen conveniente, nombrando otros inmediatamente
en su lugar.

16° Las atribuciones de esta Comisión serán:


1° celebrar tratados de paz a nombre de las expresadas tres provincias conforme a las
instrucciones que cada uno de los diputados tenga de su respectivo gobierno y con la
calidad de someter dichos tratados a la ratificación de cada una de las tres provincias.

2° Hacer declaraciones de guerra contra cualquier otro poder a nombre de las tres
provincias litorales toda vez que estén acordes en que se haga tal declaración.

3° Ordenar se levante el ejército en caso de guerra ofensiva y defensiva, y nombrar el


general que deba mandarlo.

4° Determinar el contingente de tropas con que cada una de las provincias alistadas daba
contribuir conforme al tenor del artículo trece.

5° Invitar a todas las demás provincias de la República cuando estén en plena libertad y
tranquilidad, a reunirse en federación con las tres litorales; y a que por medio de un
congreso general federativo se arregle la administración general del país, bajo el sistema
federal, su comercio interior y exterior, su navegación, el cobro y distribución de las rentas
generales y el pago de la deuda de la República, consultando del mejor modo posible la
seguridad y engrandecimiento general de la República, su crédito interior y exterior y la
soberanía, libertad e independencia de cada una de las provincias.

Art. 17: El presente tratado deberá ser ratificado a los tres días por el gobierno de Santa
Fé, a los seis por el de Entre Ríos y a los treinta por el gobierno de Buenos Aires. Dado en
la ciudad de Santa Fé á cuatro días del mes de enero del ario de Nuestro Señor, de mil
ochocientos treinta y uno.

José María Rojas y Patrón – Antonio Crespo – Domingo Cullen.

ARTICULO ADICIONAL

Siendo de la mayor urgencia la conclusión del presente tratado y no habiendo concurrido


la provincia de Corrientes á su celebración por haber renunciado el señor general Don
Pedro Ferre la comisión que se ]e confirió al efecto, y teniendo muy fundados y poderosos
motivos para creer que accederá a él en los mismos términos en que está concebido, se le
invitará por los tres comisionados que suscriben á que adhiriendo á el, lo acepte y
ratifique en todas y cada una de sus partes del mismo modo que si hubiese sido celebrado
conforme a instrucciones suyas con su respectivo Comisionado.

Dado en la ciudad de Santa Fé a cuatro días del mes de enero del año de Nuestro Señor,
de mil ochocientos treinta y uno.

Acuerdo de San Nicolás de los Arroyos de 1852.


En Asambleas Constituyentes Argentinas, T. IV, p. 308

Teniendo por objeto acercar el día de la reunión de un Congreso General que con arreglo
a los tratados existentes y al voto unánime de todos los pueblos de la República, ha de
sancionar la Constitución política que regularice las relaciones que deben existir entre
todos los pueblos argentinos como pertenecientes a una misma familia, que establezca y
defina los altos poderes nacionales y afiance el orden y prosperidad interior y la
respetabilidad exterior de la Nación.

Siendo necesario allanar previamente las dificultades que pueden ofrecerse en la práctica
para la reunión del Congreso, proveer a los medios mas eficaces de mantener la
tranquilidad interior, la seguridad de la República y la representación de su soberanía
durante el periodo constituyente. Teniendo presente las necesidades y los votos de los
pueblos que nos han confiado su dirección, e invocando la protección de Dios, fuente de
toda razón y de toda justicia. Hemos acordado y adoptado las resoluciones siguientes:

1. – Siendo una ley fundamental de la República el tratado celebrado el 4 de enero de


1831 entre las provincias de Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos, por haberse adherido a él
todas las demás provincias de la Confederación será religiosamente observado en todas
sus cláusulas, y para mayor firmeza y garantía queda facultado el Excmo. Señor Encargado
de las Relaciones Exteriores para ponerlo en ejecución en todo el territorio de la
República.

2. – Se declara que estando, en la actualidad, todas las provincias de la República en plena


libertad y tranquilidad, ha llegado el caso previsto en el artículo 16 del precitado tratado,
de arreglar por medio de un Congreso General Federativo la Administración General del
país bajo el sistema federal, su comercio interior y exterior, su navegación, el cobro y
distribución de las rentas generales, el pago de la deuda de la República, consultando del
mejor modo posible la seguridad y engrandecimiento de la República su crédito interior y
exterior y la soberanía, libertad e independencia de cada una de las provincias.

3. – Estando previsto en el artículo 9 del tratado referido los arbitrios que deben mejorar
la condición del comercio interior y recíproco de las diversas provincias argentinas y
habiéndose notado por una larga experiencia los funestos efectos que produce el sistema
restrictivo seguido en algunas de ellas, queda establecido que los artículos de producción
o fabricación nacional o extranjera así como los ganados de toda especie que pasen por el
territorio de una provincia a otra serán libres de los derechos llamados de tránsito,
siéndolo también los carruajes, buques o bestias en que se transportan y que ningún
derecho podrá imponérseles en adelante, cualquiera que sea su denominación, por el
hecho de transitar el territorio.

4. – Queda establecido que el Congreso General Constituyente se instalará en todo el mes


de agosto próximo venidero; y para que esto pueda realizarse, se mandará hacer desde
luego, en las respectivas provincias, la elección de los diputados que deban formarlo,
siguiéndose en cada una de ellas las reglas establecidas por la ley de elecciones para los
diputados de las legislaturas provinciales.

5. – Siendo todas las provincias iguales en derechos como miembros de la Nación, queda
establecido que el Congreso Constituyente se formará con dos diputados por cada
provincia.

6. – El Congreso sancionará la Constitución Nacional a mayoría de sufragios; y como para


lograr este objeto sería un obstáculo insuperable que los diputados trajeran instrucciones
especiales que restringieran sus poderes, queda convenido que la elección se hará sin
condición ni restricción alguna, fiando a la conciencia, al saber y al patriotismo de los
diputados, el sancionar con su voto lo que creyeran más justo y conveniente, sujetándose
a lo que la mayoría resuelva, sin protestas ni reclamaciones.

7. – Es necesario que los diputados estén penetrados de sentimientos puramente


nacionales, para que las preocupaciones de localidad no embaracen la gran obra que se
emprende; que estén persuadidos que el bien de los pueblos no se ha de conseguir por
exigencias encontradas y parciales, sino por la consolidación de un régimen nacional,
regular y justo; que estime la calidad de ciudadanos argentinos antes que la de
provincianos y para que esto se consiga los infrascritos usarán de todos los medios para
infundir y recomendar estos principios y emplearán toda su influencia legitima a fin de
que los ciudadanos elijan a los hombres de más probidad y de un patriotismo mas puro e
inteligente.

8. – Una vez elegidos los diputados e incorporados al Congreso no podrán ser juzgados por
sus opiniones ni acusados por ningún motivo, ni autoridad alguna hasta que no esté
sancionada la Constitución. Sus personas serán inviolables durante este período. Pero
cualquiera de las provincias podrá retirar sus diputados cuando lo creyere oportuno,
debiendo, en este caso, sustituirlos inmediatamente.

9. – Queda a cargo del Encargado de las Relaciones Exteriores de la Confederación, el


proveer a los gastos de viáticos y dietas de los diputados.

10. – El Encargado de las Relaciones Exteriores de la Confederación instalará y abrirá las


sesiones del Congreso por si, o por su delegado en caso de imposibilidad; proveerá a la
seguridad y libertad de sus discusiones; librará los fondos que sean necesarios para la
organización de su despacho, y tomará todas aquellas medidas que creyese oportunas
para asegurar el respeto de la corporación y de sus miembros.

11. – La convocación del Congreso se hará para la ciudad de Santa Fe, hasta que, reunido e
instalado, él mismo determine el lugar de su residencia.

12. – Sancionada la constitución y las leyes orgánicas que fueren necesarias para ponerla
en práctica- será comunicada por el Presidente del Congreso al Encargado de las
Relaciones Exteriores de la Confederación y éste la promulgará inmediatamente como Ley
de la Nación, haciéndola cumplir y observar. En seguida será nombrado el Presidente
Constitucional de la República y el Congreso Constituyente cerrará sus sesiones dejando a
cargo del Ejecutivo poner en ejercicio las leyes orgánicas que hubiese sancionado.

13. Siendo necesario dar al orden interior de la República, a su paz y respetabilidad


exterior todas las garantías posibles, mientras se discute y sanciona la Constitución
nacional, los infrascritos emplearán por sí cuantos medios estén en la esfera de sus
atribuciones para mantener en sus respectivas provincias la paz pública y la concordia
entre los ciudadanos de todos los partidos, previniendo o sofocando todo elemento de
desorden o de discordia y propendiendo al olvido de los errores pasados y estrechamiento
de la amistad de los pueblos argentinos.

14. Si, lo que Dios no permita, la paz interior de la República fuese perturbada por
hostilidades abiertas entre una u otra provincia, o por sublevaciones armadas dentro de la
misma provincia, queda autorizado el encargado de las Relaciones Exteriores para
emplear todas las medidas que su prudencia y acendrado patriotismo le sugieran para
restablecer la paz sosteniendo las autoridades legalmente constituidas; para lo cual los
demás gobernadores prestarán su cooperación y ayuda en conformidad con el tratado del
4 de enero de 1831.

15. Siendo de la atribución del Encargado de las Relaciones Exteriores representar la


Soberanía y conservar la indivisibilidad nacional, mantener la paz interior, asegurar las
fronteras durante el periodo constituyente, defender la República de cualquier pretensión
extranjera y velar sobre el exacto cumplimiento del presente acuerdo, es una
consecuencia de estas obligaciones el que sea investido de las facultades y medios
adecuados para cumplirlas. En su virtud queda acordado que el Excmo. Señor General Don
Justo José de Urquiza, en el carácter de general en jefe de los ejércitos de la
Confederación, tenga el mando efectivo de todas las fuerzas militares que actualmente
tiene en pié cada provincia, las cuales serán consideradas desde ahora como partes
integrantes del ejército nacional. El general en jefe destinará estas fuerzas del modo que
crea conveniente al servicio nacional, y si, para llenar sus objetos, creyere necesario
aumentarlas podrá hacerlo pidiendo contingentes a cualquiera de las provincias: así como
podrá también disminuir-las si las juzgase excesivas en su número u organización.

16. Será de las atribuciones del Encargado de las Relaciones Exteriores: reglamentar la
navegación de los ríos interiores de la República, de modo que se consulten los intereses y
seguridad del territorio y de las rentas fiscales; y lo será igualmente la administración de
correos, la creación y mejora de los caminos públicos y de postas de bueyes para el
transporte de mercaderías.

17. Conviniendo para la mayor respetabilidad y acierto de los actos del Encargado de las
Relaciones Exteriores, en la dirección de los negocios nacionales, durante el período
constituyente, el que haya establecido cerca de su persona un Consejo de Estado con el
cual pueda consultar los casos que le parezcan graves, queda facultado el Excmo. Señor
para constituirlo, nombrando a los ciudadanos argentinos que por su saber y prudencia
pueden desempeñar dignamente su elevado cargo, sin limitación de número.

18. Atendidas las importantes atribuciones que por este convenio recibe el Excmo. Señor
Encargado de las Relaciones Exteriores, se resuelve que su título sea de Director Provisorio
de la República Argentina.

19. Para sufragar los gastos que demande la administración de los negocios nacionales
declarados en este Acuerdo, las provincias concurrirán proporcionalmente con el
producto de sus aduanas exteriores hasta la instalación de las autoridades
constitucionales, a quienes exclusivamente competerá el establecimiento permanente de
los impuestos nacionales.

Artículo adicional. Los gobiernos y provincias que no hayan concurrido al Acuerdo


celebrado en esta fecha, o que no hayan sido representadas en él; serán invitados a
adherir por el director provisorio de la Confederación Argentina, haciéndoles a este
respecto las exigencias a que dan derecho el interés y los pactos nacionales.

Dado en San Nicolás de los Arroyos a los treinta y un días del mes de mayo del año mil
ochocientos cincuenta y dos.

Justo J. de Urquiza, por las provincias de Entre Ríos y Catamarca – Vicente López –
Benjamín Virasoro – Pablo Lucera – Nazario Benavides – Celedonio Gutiérrez – Pedro P.
Segura – Manuel Taboada – Manuel Vicente Bustos – Domingo Crespo.

31 de Mayo de 1852.
Orígenes de la Constitución de 1853.
31/05/1852 Acuerdo de San Nicolás convocando a un Congreso Constituyente.

20/11/1852 Se inaugura el Congreso, sin representantes de Buenos Aires, por estar


separada de la Confederación.

24/11/1852 Se designa una Comisión de Negocios Constitucionales para redactar el


proyecto de Constitución. La integran los diputados Pedro Díaz Colodrero (Corrientes),
Martín Zapata (Mendoza), Juan del Campillo (Córdoba), Juan María Gutiérrez (Entre Ríos),
José Benjamín Gorostiaga (Santiago del Estero), Manuel Leiva (Santa Fe), Pedro Ferré
(Corrientes) quién fue reemplazado por un tiempo por Salustiano Zavalía (Tucumán). En
febrero de 1853 se incorporó Santiago Derqui (Córdoba)

18/04/1853 El proyecto se pone a discusión del Congreso.

30/04/1853 El Congreso aprueba el texto constitucional.

1°/05/1853 Sanción de la Constitución Nacional.

25/05/1853 El Poder Ejecutivo -presidido por Justo José de Urquiza- promulga la


Constitución.

09/07/1853 Se procede a jurar la Constitución Nacional en todas las provincias de la


Confederación Argentina.

10 de noviembre de 1859 – Pacto de San José de Flores.


Fuente: Ricardo Levene, Historia de la Nación Argentina, Tomo VIII, Librería El Ateneo,
Academia Nacional de la Historia, pág. 302.

1 ° Buenos Aires se declara parte integrante de la Confederación Argentina, y verificará su


incorporación por la aceptación y jura solemne de la Constitución Nacional.

2° Dentro de veinte días de haberse firmado el presente convenio, se convocará una


convención provincial que examinará la Constitución de mayo de 1853, vigente en las
demás provincias argentinas.

3° La elección de los miembros que formarán la convención se hará libremente por el


pueblo, y con sujeción a las leyes que rigen actualmente en Buenos Aires.
4° Si la Convención Provincial, aceptase la Constitución sancionada en Mayo de 1853, y
vigente en las demás provincias argentinas, sin hallar nada que observar a ella, la jurará
Buenos Aires solemnemente en el día y en la forma que esa convención provincial
designare.

5° En el caso que la convención provincial manifieste que tiene que hacer reformas en la
Constitución mencionada, esas reformas serán comunicadas al Gobierno Nacional para
que, presentadas al Congreso Federal Legislativo, decida en convocación de una
convención ad-hoc que las tome en consideración y a la cual la provincia de Buenos Aires
se obliga a enviar a sus diputados con arreglo a su población, debiendo acatar lo que esta
convención así integrada decida definitivamente salvándose la integridad del territorio de
Buenos Aires que no podrá ser dividido, sin el consentimiento de su legislatura.

6° Ínterin llega la mencionada época, Buenos Aires no mantendrá relaciones diplomáticas


de ninguna clase.

7° Todas las propiedades de la provincia que le dan sus leyes particulares como sus
establecimientos públicos de cualquier clase y género que sean, seguirán correspondiendo
a la provincia de Buenos Aires, y serán gobernados y legislados por la autoridad de la
provincia.

8° Se exceptúa del artículo anterior la Aduana que, como por la Constitución federal
corresponden las aduanas exteriores a la Nación, queda convenido en razón de ser casi en
su totalidad las que forman las rentas de Buenos Aires, que la Nación garante a la
provincia de Buenos Aires su presupuesto de 1859 hasta cinco años después de su
incorporación, para cubrir sus gastos inclusive su deuda interior y exterior.

9° Las leyes actuales de aduanas de Buenos Aires sobre el comercio exterior seguirán
rigiendo hasta que el Congreso Nacional, revisando las tarifas de aduana de la
Confederación y Buenos Aires, establezca la que ha de regir para todas las aduanas
exteriores.

10° Quedando establecido por el presente pacto, un perpetuo olvido de todas las causas
que han producido nuestra desgraciada desunión, ningún ciudadano argentino será
molestado por hechos u opiniones políticas durante la separación temporal de Buenos
Aires, ni confiscados sus bienes por las mismas causas conforme a las constituciones de
ambas partes.

11° Después de ratificado este convenio, el Ejército de la Confederación, evacuará el


territorio de Buenos Aires, dentro de quince días, y ambas partes contratantes reducirán
sus armamentos al estado de paz.
12° Habiéndose hecho ya en las provincias confederadas la elección de presidente, la
provincia de Buenos Aires puede proceder inmediatamente al nombramiento de electores
para que verifiquen la elección de presidente, hasta el 1° de enero próximo, debiendo ser
enviadas las actas electorales antes de vencido el tiempo señalado para el escrutinio
general, si la provincia de Buenos Aires hubiese aceptado sin reservas la Constitución
Nacional.

13° Todos los generales, jefes y oficiales del Ejército de Buenos Aires dados de baja desde
1852, y que estuviesen actualmente al servicio de la Confederación, serán restablecidos
en su antigüedad, rango y goce de sus sueldos, pudiendo residir en la provincia o en la
Confederación, según les conviniere.

14° La República del Paraguay, cuya garantía ha sido solicitada tanto por el Exmo. Señor
Presidente de la Confederación Argentina, cuanto por el Exmo. Gobierno de Buenos Aires,
garante el cumplimiento de lo estipulado en este convenio.

15° El presente convenio será sometido al Exmo. Señor Presidente de la República del
Paraguay, para la ratificación del artículo precedente en el término de cuarenta días, o
antes si fuera posible.

16° El presente convenio será ratificado por el Exmo. Señor Presidente de la


Confederación y por el Exmo. Gobierno de Buenos Aires, dentro del término de cuarenta y
ocho horas o antes si fuera posible.

En fe de lo cual el Ministro Mediador y los Comisionados del Exmo. Señor Presidente de la


Confederación y del Exmo. Gobierno de Buenos Aires lo han firmado y sellado con sus
sellos respectivos. Fecho en San José de Flores, a los diez días del mes de noviembre del
año 1859.

Francisco S. López – Tomás Guido – Carlos Tejedor – Juan E. Pedernera – Juan Bautista
Peña – Daniel Aráoz.

Reforma constitucional de 1860.


Fuente: Asambleas Constituyentes Argentinas. Tomo IV, pág. 1052.

La Convención encargada de decidir sobre las reformas propuestas por la Provincia de


Buenos Aires, en la Constitución de la Confederación Argentina de 1° de Mayo de 1853,
habiéndolas tomado en consideración, sanciona las siguientes reformas:

1. Al artículo tercero, ésta:


Las autoridades que ejercen el Gobierno Federal, residen en la Ciudad que se declare
Capital de la República por una ley especial del Congreso, previa cesión hecha por una o
más Legislaturas Provinciales del territorio que haya de federalizarse.

2. Al artículo cuarto, ésta:

Suprimir «de las Aduanas», y agregar después de exportación hasta 1866 «con arreglo a lo
estatuido en el inciso 1° del artículo 64».

El número de este artículo será el que corresponda, según la nueva numeración.

3. Al artículo quinto, ésta:

Suprimir «gratuita, y las constituciones provinciales serán revisadas por el Congreso antes
de su promulgación».

4. Al artículo sexto, ésta:

«El Gobierno Federal interviene en el territorio de las Provincias para garantir la forma
republicana de gobierno, o repeler las invasiones exteriores, y a requisición de sus
autoridades constituidas para sostenerlas o restablecerlas, si hubiesen sido depuestas por
la sedición, o invasión de otra Provincia».

5. Al artículo duodécimo, ésta:

Agregar al final “sin que en ningún caso puedan concederse preferencias a un puerto
respecto de otro, por medio de leyes o reglamentos de comercio».

6. Al artículo decimoquinto, ésta:

Agregar al final «y los esclavos que de cualquier modo se introduzcan quedan libres por el
solo hecho de pisar el territorio de la República».

7. Al artículo decimoctavo, ésta:

Suprimir «las ejecuciones a lanza y cuchillo y colocar la partícula ~, después de la palabra


‘tormentos'».

8. Al artículo treinta, ésta:

Suprimir «pasados diez años desde el día en que la juren los pueblos».

9. Al artículo treinta y uno, ésta:


Agregar al final «salvo para la Provincia de Buenos Aires, los tratados ratificados después
del Pacto del 11 de Noviembre de 1859».

10. Agregar después del artículo 31, los artículos siguientes con la numeración que
corresponda:

«El Congreso Federal no dictará leyes que restrinjan la libertad de imprenta o establezcan
sobre ella la jurisdicción federal.»

«Las declaraciones, derechos y garantías, que enumera la Constitución, no serán


entendidos como negación de otros derechos y garantías, no enumerados, pero que
nacen del principio de la soberanía del Pueblo y de la forma republicana de gobierno.

«Los Jueces de las Cortes Federales no podrán serlo al mismo tiempo de los Tribunales de
Provincia, ni del Servicio Federal, tanto en lo civil como en lo militar, da residencia en la
Provincia en que se ejerza y que no sea la del domicilio habitual del empleado,
entendiéndose esto para los efectos de optar a empleos en la Provincia en que
accidentalmente se encuentre.»

«Las denominaciones adoptadas sucesivamente desde 1810 hasta el presente, a saber:


PROVINCIAS UNIDAS DEL RIO DE LA PLATA; REPUBLICA ARGENTINA; CONFEDERACION
ARGENTINA; serán en adelante nombres oficiales indistintamente para la designación del
Gobierno y territorio de las Provincias, empleándose las palabras: NACION ARGENTINA, en
la formación y sanción de las leyes.»

11. Al artículo treinta y cuatro, ésta:

Suprimir «por la Capital seis» y poner «por la Provincia de Buenos Aires doce».

12. Al artículo treinta y seis, ésta:

Agregar al final «y ser natural de la Provincia que lo elija, o con dos años de residencia
inmediata en ella».

13. Al artículo cuarenta y uno, ésta:

Sustituirlo así «Sólo ella ejerce el derecho de acusar ante el Senado, al Presidente,
Vicepresidente, sus Ministros y a los miembros de la Corte Suprema y demás Tribunales
inferiores de la Nación, en las causas de responsabilidad que se intenten contra ellos por
el mal desempeño o por delito en el ejercicio de sus funciones, o por crímenes comunes;
después de haber conocido de ellos y declarado haber lugar a la formación de causa por
mayoría de las dos terceras partes de sus miembros presentes”.

14. Al artículo cuarenta y tres, ésta:

Agregar al final «y ser natural de la Provincia que lo elija, o con dos años de residencia
inmediata en ella».

15. Al artículo cincuenta y uno, ésta:

Suprimirlo totalmente.

16. Al artículo sesenta y cuatro, ésta:

Reemplazar el inciso 1° en estos términos:

«Legislar sobre las Aduanas exteriores y restablecer los derechos de importación, los
cuales, así como las avaluaciones sobre que recaigan, serán uniformes en toda la Nación;
bien entendido, que ésta, así como las demás contribuciones nacionales, podrán ser
satisfechas en la moneda que fuese corriente en las Provincias respectivas, por su justo
equivalente. Establecer igualmente los derechos de exportación hasta 1866, en cuya fecha
cesarán como impuesto Nacional, no pudiendo serlo provincial».

Al inciso 9°, agregarle al final: «sin que puedan suprimirse las Aduanas exteriores que
existan en cada provincia al tiempo de su incorporación».

Al inciso 11, agregarle: «sin que tales códigos alteren las jurisdicciones locales,
correspondiendo su aplicación a los tribunales federales o provinciales, según que las
cosas o las personas cayeren bajo sus respectivas jurisdicciones», y después de la palabra
«ciudadanía» agregar «con sujeción al principio de la ciudadanía natural, así como etc.,
etc.».

Al inciso 28 suprimirle «examinar las Constituciones Provinciales y reprobarías si no


estuviesen conformes con los principios y disposiciones de esta Constitución» y la
partícula y.

17. Al artículo ochenta y tres, ésta:

Suprimir el inciso 20, y poner en reemplazo del inciso 23, lo siguiente: «El Presidente
tendrá facultad para llenar las vacantes de los empleos que requieran el acuerdo del
Senado, y que ocurran durante su receso, por medio de nombramientos en comisión, que
expirarán al fin de la próxima Legislatura».
18. Al artículo ochenta y seis, ésta:

Suprimirle «sin previo mandato o consentimiento del Presidente de la Confederación».

19. Al artículo noventa y uno, ésta:

Sustituirlo por lo siguiente: «El Poder Judicial de la Nación será ejercido por una Corte
Suprema de Justicia y por los demás Tribunales Inferiores, que el Congreso estableciere en
el territorio de la Nación”.

20. Al artículo noventa y siete, ésta:

Suprimirle de los conflictos «entre los diferentes poderes públicos de una misma
Provincia, de los recursos de fuerza», y reemplazar la parte final del artículo, desde donde
dice: «entre una Provincia y sus propios vecinos, y entre una Provincia y un Estado o
ciudadano extranjero», por esto, «y entre una Provincia o sus vecinos contra un Estado o
ciudadano extranjero», y agregar además: «con la reserva hecha en el inciso 11 del
artículo 64», después de la frase «que versen sobre puntos regidos por la Constitución».

21. Al artículo ciento uno, ésta:

Agregarle al final «y el que expresamente se hayan reservado por pactos especiales al


tiempo de su incorporación».

2. Al artículo ciento tres, ésta:

Suprimir «y antes de ponerla en ejercicio la remite al Congreso para su examen

Sala de sesiones de la Convención Nacional «ad hoc» en Santa Fe a 23 de septiembre de


1860.

Carril – Vélez Sarsfield – Mármol – Elizalde – Seguí – Cáceres – Gorostiaga

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