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DOCTRINA 115

casarse con quien uno quiera es


HANNAH ARENDT Y LOS un derecho humano elemental»,
«GRUPOS DIFAMADOS»* escribe. 3 y, en su opinión, el
derecho de asistir a una escuela
DIDIER ERIBON
racialmente mixta, el de sentarse
Francés. Pensador, filósofo e historiador del pensamiento de reconocido prestigio. en el autobús donde uno quiera,
Autor de varios libros, entre el que destaca Michel Foucault y sus contemporáneos el de entrar en un hotel o en centros
(1995). recreativos son cuestiones
«menores» comparadas con el
Para John algunos de sus custodios. Y no derecho fundamental de construir
carece de interés comprobar que la vida y la felicidad propias.
Al lector le asombrará quizá esta reflexión se articula justamente Arendt llega hasta el extremo de
encontrar aquí un anexo sobre en torno a la cuestión del derecho asegurar que «el derecho de votar
Hannah Arendt, y se preguntará al matrimonio como piedra angular y casi todos los demás enumerados
qué relación tiene su obra con la de la igualdad jurídica. Arendt se en la Constitución son secundarios
cuestión gay o incluso con el tema propone distinguir dos formas de comparados con el derecho
de la discriminación y de las discriminación: la que hace la inalienable a la vida, a la libertad
subjetividades minoritarias. Es sociedad y la que hace el Derecho. y a la felicidad». Y concluye
cierto que la lectura francesa de Al igual que es necesario, escribe diciendo que «el derecho de
esta obra constituye a menudo el en un texto bastante sorprendente, casarse y fundar una familia figura
punto de apoyo del pensamiento luchar por abolir las indiscutiblemente en esta última
neoconservador, que conmina discriminaciones jurídicas, es inútil categoría».4
precisamente a callarse a las voces confiar en suprimirlas en la
minoritarias para que no sociedad misma, en la medida en Cuando escribe esto (en 1959),
pongan en entredicho el «mundo que son el precio que hay que sabe, por supuesto, que no es el
común» donde tenemos que vivir. pagar para que se mantenga la combate que han decidido librar
pluralidad de culturas. En este prioritariamente las asociaciones
Pero esta utilización interesada no artículo, titulado Reflexiones sobre que luchan por los derechos civiles
es necesariamente la más Little Rock, y que trata sobre los y contra la discriminación racial.
pertinente, y cabe incluso pensar esfuerzos encaminados a poner fin Rechaza la objeción
que mutila un pensamiento mucho a la segregación que se practica argumentando que «las minorías
más complejo de lo que parece, contra los negros en el sistema oprimidas no han sido nunca los
en todo caso mucho más de lo que educativo norteamericano, Arendt mejores jueces de las prioridades
dicen sus corifeos franceses, que afirma que la educación no es el en cuestiones parecidas», y que «en
se contentan (como, por lo demás, terreno en el que se debe librar la muchos casos se las ha visto luchar
hacen con otras obras) con extraer batalla.2 Destaca, en cambio, la con más fervor por un progreso
de Arendt algunos lemas. 1 En forma de discriminación que le social que por los derechos
efecto, algunos de sus textos parece más condenable: la que humanos o los derechos políticos
contienen una reflexión sobre la afecta a la libertad en el fundamentales». En materia de
discriminación que nos invita a matrimonio, mediante la derechos, añade, «el orden de
recobrar en su obra una riqueza y prohibición, en los estados sureños prioridades debe determinarlo la
potencialidades de las que de los Estados Unidos, de los Constitución, y no la opinión
ferozmente se empeñan en privarle matrimonios mixtos. «El derecho de pública o las mayorías».5

* Este texto fue publicado originalmente en el libro Reflexiones sobre la cuestión gay, formando parte de su anexo, cuyos derechos
de autor detenta Editorial Anagrama, S.A. Editorial Anagrama ha otorgado a la Comisión de Derechos Humanos del Estado
de México el permiso correspondiente para reproducirlo en este número del órgano informativo. Reflexiones sobre la cuestión
gay, traducción de Jaime Zulaika, 1ª ed., Editorial Anagrama, S.A., Barcelona, 2001, pp. 475-490.
l
Al hablar de lectura francesa, no aludo, evidentemente, a las interpretaciones propuestas por universitarios o investigadores, sino
a la imagen de la obra de Arendt tal como la banalizan (empleo esta palabra en su sentido más fuerte) ensayistas mediáticos
y algunas revistas culturales de carácter general.
2
Hannah Arendt, «Réflexions sur Little Rock». en Penser L´événement. París. Belin 1989. pp. 233-248, en especial pp. 240-242.
Sobre la historia de este artículo y de su acogida, véase Elizabeth Young-Bruehl. Hannah Arendt. For the Love of the World; New
Haven y Londres, Yale University Press, 1982. pp. 308-318.
3

4
Hannah Arendt. «Réflexions...», art. cit., p. 239.
Ibid.
5
Ibid., p. 234.
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Naturalmente, este texto de Arendt del origen étnico. Son muchos determinadas categorías de
fue violentamente criticado en su los que creen criticable esta personas...
día. Ralph Ellison, por ejemplo, le práctica; no es, sin embargo,
reprocha que pase por alto la más que una extensión del Pero Arendt quería resaltar ante
realidad cotidiana de la derecho de asociación. Si, todo que «sin discriminación de
segregación y de los combates que siendo judío, quiero pasar mis ninguna clase, la sociedad dejaría
libraban personas cuyos derechos vacaciones con la única lisa y llanamente de existir», y que
más elementales no eran compañía de judíos, no veo «la posibilidad capital de asociarse
reconocidos. Arendt le escribió cómo alguien podría o formar grupos desaparecería casi
para decirle que, en efecto, ella no impedírmelo. Del mismo modo, por completo».8 Parece considerar
había comprendido el verdadero no veo una razón para que otros que, más que la discriminación, lo
«terror» que ejercía la segregación. 6 lugares de veraneo no estén que hay que evitar es el peligro del
reservados a quienes no desean «conformismo», es decir, una
Hay que aprobar, sin duda, la frecuentar a judíos durante sus sociedad que no reconociese en su
reacción de Ellison y considerar vacaciones. interior la pluralidad cultural y la
detestable la manera en que existencia de grupos diferentes. 9
Arendt, desde el pedestal de su Es obvio que así como la primera Ahora bien, la pluralidad cultural
condición de filósofa, se permitía parte de la frase puede parecer dentro de una misma sociedad y
decir a los negros cuáles debían evidente a un lector actual, la la cohabitación de grupos
ser sus prioridades y que combates segunda es casi insoportable, y, sin diferentes producen forzosamente
tenían que emprender o no. Pero embargo, Arendt piensa las dos determinadas formas de
el interés principal de su análisis cosas al mismo tiempo. Y lo discriminación, cuyo nivel mínimo
no reside tanto en su lista de las enfatiza mucho: «No puede existir reside en la voluntad de asociarse
prioridades de la acción. No hay «derecho a hospedarse en el hotel dentro de un mismo grupo cerrado
que olvidar, en principio, si se deja e ir al centro recreativo o al lugar a los «demás». Pero ella dice que
de lado este contexto histórico, que de diversión que se elija». Todo tal es el precio que debe pagarse
ella intentaba, de hecho, invertir esto pertenece, dice, «al campo de para que haya pluralidad. Por ello
el orden de las prioridades en la lo puramente social, donde el juzga tan importante definir
lucha contra la discriminación por derecho a la libre asociación, y por estrictamente la intervención de lo
el motivo esencial de que quería lo tanto a la discriminación, tiene político y lo jurídico en lo social:
hacer una distinción muy clara mayor validez que el principio de «Aunque el gobierno no tiene
entre la discriminación en el plano igualdad».7 Es ciertamente extraño derecho a interferir en las prácticas
jurídico, que ella juzgaba asimilar un hotel o un centro discriminatorias y los prejuicios de
inadmisible, y la discriminación en recreativo a una asociación y la sociedad, no solamente tiene el
el plano social, que consideraba admitir, por vía de consecuencia, derecho, sino el deber de garantizar
inevitable. Por eso llega a formular la posibilidad de negar el acceso que dichas prácticas no adquieran
observaciones que inducen al lector a esos lugares a determinada fuerza de ley.»10
a interrogarse acerca de algunas categoría de personas en virtud de
de las certezas en que parecen los principios que rigen el derecho ¿Cómo este análisis puede sernos
basarse las luchas por la de asociación. Sobre todo porque útil hoy en día? Vemos que para
democracia y la justicia. Toma Arendt precisa que eso no sería Arendt -y es quizá el punto central
como ejemplo los centros de aplicable a los teatros y los museos, de su argumentación- la existencia
vacaciones: en los cuales está claro que la gente de grupos que afirman sus
no se reúne para asociarse. En diferencias es la garantía del
Todo el mundo sabe que, en este suma, uno se pregunta al instante pluralismo cultural y, por ende, de
país, frecuentar los centros de quién será el encargado de definir la vida misma de la sociedad. Pero
vacaciones está “limitado” a qué es un lugar de asociación de esta pluralidad no sólo no puede
determinados grupos, en función cuyo acceso podrán ser excluidas mantenerse sin determinadas

6
Elisabeth Young-Bruehl, Hannah Arendt, op. cit., pp. 315-317.
7
Hannah Arendt, . «Réflexions...», art. cit., p. 243.
8
Ibid., p. 242.
9
Esa inquietud se expresa de forma igualmente clara en un texto de unos quince años antes (1944), titulado «Nos minorités
10
linguistiques», en Penser L´événement, op. cit., pp. 215-232.
Hannah Arendt, «Réflexions...», art. cit., p. 244.

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DOCTRINA 117

formas de discriminación, sino que, de derechos como el derecho a la según los principios expuestos por
a veces, incluso, la afirmación de diferencia cultural. su filosofía política, la condición
sí de un grupo puede contribuir a básica de un «mundo común». Por
reforzar esta discriminación, lo Es indudable que esto hace mucho eso considera que el principal
cual, lejos de asustar a Arendt, le más complejas las consideraciones objetivo político de la eliminación
parece preferible al conformismo, de Hannah Arendt sobre el de la violencia es acrecentar dicha
es decir, a la homogeneidad. Por «mundo común», que no tienen pluralidad.13
último, la lucha contra las gran cosa que ver con lo que
discriminaciones jurídicas (y en suelen hacerle decir en esos Así pues, no sólo el «mundo
especial las que atañen al derecho comentarios ideológicos común» carece; de sentido si no
al matrimonio) debe tener prioridad demasiado interesados para ser respeta las diferencias y la
sobre todas las demás, pues ahí honestos. 12 Porque la gran diversidad, sino que, lo cual es aún
se dirime realmente la cuestión de cuestión central de la reflexión de más fundamental, la pluralidad es
la igualdad en una sociedad. Y el Arendt es precisamente, como ya la condición misma de la existencia
que debe dictar las prioridades no hemos visto, cómo hacer que una de un «espacio público», que no
depende del consenso ni de los pluralidad de puntos de vista es sino la resultante de ese
deseos de la mayoría, sino de las puedan cohabitar en la sociedad. entrecruzamiento de perspectivas.
exigencias de la ley y la Ésa es la condición de posibilidad Arendt recurre aquí a una
Constitución. De ahí que el de una vida democrática. Ahora metáfora, la de unas personas
argumento aducido por quienes bien, el «mundo común» no viene sentadas a una misma mesa, y
(numerosos entre... los discípulos dado, siempre hay que construirlo. considera que «la mesa reúne tanto
de Arendt, al menos en Francia) Y esta construcción sólo puede como separa». Claro que podemos
se oponen al derecho al basarse en la coexistencia de acentuar o bien lo que las une o
matrimonio para las parejas del perspectivas diferentes y múltiples. lo que las separa. Es una idea tan
mismo sexo, so pretexto de que la Lo que Arendt llama el «mundo intensa en Arendt que prefiere,
mayoría de los gays y lesbianas no común» no es, pues, una realidad como explica con cierta virulencia
lo piden, equivale a invocar la trascendente que se impone desde polémica en su artículo sobre Little
lógica de las «mayorías» en el exterior a los individuos y a los Rock, la discriminación social a la
detrimento de la igualdad grupos. Es, por el contrario, lo que erradicación de las diferencias.
jurídica. los grupos edifican, lo que se
esfuerzan continuamente en crear. Por otra parte, podríamos
En resumen, vemos que la posición Por consiguiente, en lugar de ser interrogarnos sobre las
de Arendt, cuando se la des- contradictoria con la existencia de potencialidades antidemocráticas
prende de su ganga polémica, grupos que sostienen puntos de contenidas en esta idea de un
vinculada con el contexto histórico, vista distintos y heterogéneos, la «mundo común» que separa la
consiste en defender tanto la idea idea del «mundo común» los esfera de lo social de la del
de la igualdad política y jurídica presupone. Si Arendt critica tan Derecho y la política, pues confiere
como la idea de la diferencia o violentamente la «segregación» a un individuo (en este caso la
de la diferenciación cultural. 11 Se racial es, desde luego, porque es filósofa) el derecho de decidir por
advertirá que es muy exactamente un sistema moralmente los demás (en este caso los negros
lo contrario de lo que le hacen condenable, pero también porque norteamericanos, pero lo mismo
decir los ensayistas franceses que anula (al reducir al silencio a vale para cualquier grupo
utilizan su obra para negar a los ciertos grupos) la posibilidad minoritario) cuáles deben ser sus
gays y lesbianas tanto la igualdad misma de una «pluralidad» que es, combates y sus aspiraciones. De
11
Sobre este punto, véase Margaret Canovan, Hannah Arendt: A Reinterpretation of Her Political Thought, Cambridge (Massachusetts),
Cambridge Universiry Press, 1992; SeyIa Benhabib, The Reluctant Modernism of Hannah Arendt, Thousand Oaks, California,
Sage Publicarions, 1996; James Bohman,. «The Moral Cost of Political Pluralism: The Dilemmas of Difference and Equality in
Arendt’s “Reflections on Little Rock”», en Larry May y Jerome Kohn. Hannah Arendt. Twenty Years Later, Cambridge (Massachusetts).
MIT Press. 1996, pp. 53-80; Morris B. Kaplan, «Refiguring the Jewish Question. Hannah Arendt. Political Equality and Social
Difference», en Sexual Justice. Democratic Citizenship and the Politics of Desire. Nueva York, Routledge, 1997, pp. 151-176. En
francés, véase las obras importantes de Sylvie Courtine-Denamy, Hannah Arendt, París, Belfond, 1994, y Martine Leibovici,
Hannah Arendt, une juive, París, Desclée de Brouwer, 1998.
12
No me refiero, naturalmente, a trabajos como los de Sylvie Courtine-Denamy o Martine Leibovici, que han sabido glosar de
forma muy rigurosa las elaboraciones de Arendt y volverlas a situar en su contexto histórico e intelectual, sino a los usos político-
ideológicos de su obra, reducida a algunas citas para examen de bachillerato sobre la idea de un «mundo común» que habría
que oponer a las reivindicaciones particularistas, lo cual es exactamente lo contrario de lo que quiere decir Arendt.
13
James Bohman, «The Moral Cost of Political Pluralism...», op. cit., pp. 53-80, en especial pp. 57-58.
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todos modos, no es posible multitudes, en que vemos a la gente teóricas feministas han reprochado
interpretar la idea del «mundo comportarse de pronto como muy severamente a Arendt que
común» como un instrumento de miembros de una familia inmensa, defina ese «mundo común» de tal
lucha contra la afirmación de las cada cual multiplicando y manera que parece reservar su
diferencias culturales, ya que prolongando la perspectiva de su acceso a los hombres. Por ejemplo,
precisamente su función consiste, vecino». En este sentido puede cuando analiza lo que ella
en el pensamiento de Arendt, en concluir diciendo que «el mundo denomina vita activa, en la
justificarlas. Lo que ella rechaza común acaba cuando sólo se le Condición del hombre moderno,
-¡y con qué vehemencia!- es más ve bajo un aspecto, cuando sólo parece, en efecto, como se lo
bien la idea de la «unanimidad», tiene derecho a presentarse en una censura Adrienne Rich, relegar a
que revela, a su juicio, que perspectiva única» 17 . La las mujeres al mundo privado del
«simplemente se ha dejado de desaparición o la ocultación de un hogar sin que siquiera los
pensar».14 Para ella, ciertamente, punto de vista, de una de las quehaceres domésticos se le
sería muy peligroso rechazar la visiones del mundo que «propone reconozcan como un trabajo, ni
divergencia de opiniones en un grupo de hombres basándose que se tome en consideración la
nombre de una «verdad» única que en el lugar específico que ocupan participación de las mujeres en el
se opone a lo arbitrario de la en el mundo» y que «nadie puede trabajo (aunque tan sólo fuese
multiplicidad, ya que personas reproducir» es una mutilación del porque a lo largo de la historia han
distintas ven el mundo de una «mundo común». 18 En suma, creado y recreado, mediante la
forma diferente, y eso mismo es lo Arendt cuestiona aquí, de forma repetición de las tareas cotidianas,
que constituye el «foro público»: «La bastante radical, la ideología del las condiciones básicas del trabajo
realidad del foro público descansa universalismo abstracto, y su de los hombres). 19 Pero es
en la presencia simultánea de reivindicación de un universalismo admisible la respuesta de Seria
perspectivas, de aspectos concreto se encuentra, en el fondo, Benhabib a las críticas de Adrienne
innominables bajo cuya forma se muy cerca de Sartre, a pesar de Rich, y sobre todo cuando nos
presenta el mundo y para los que las apariencias. invita a leer a Arendt sin
es inconcebible un rasero o un anacronismo y a no censurarle el
denominador comunes»15 . De ahí El «espacio público», por tanto, que no haya respondido a
que pueda escribir que, «en las ofrece la posibilidad de confrontar cuestiones sociales y políticas que
condiciones de un mundo común, perspectivas distintas. Esto mismo son las nuestras actualmente, pero
no es en principio la «naturaleza es lo que permite a los ciudadanos que no se planteaban todavía (o
común» de todos los hombres lo adquirir un «pensamiento muy poco) en el momento en que
que garantiza la realidad; es más ampliado» (e nlarged thought) , ella escribía su libro. 20 Después de
bien el hecho de que, a pesar de expresión que Arendt toma prestada todo, cabe pensar que la
las diferencias de emplazamiento de Kant en la Crítica de la facultad «pluralidad» de perspectivas que
y de la variedad de las de juzgar. Por supuesto, la constituye el «mundo común» no
perspectivas, todos se interesan distinción que ella hace en una se da de una vez por todas, y se
por el mismo objeto». 16 En serie de textos entre la «vida puede imaginar, por el contrario,
consecuencia, el «mundo común» privada»y «el espacio público» que su definición está abierta a la
está tan amenazado por «el parece indicar que no considera ampliación del pensamiento que
aislamiento radical», cuando que lo que llamaríamos las no puede por menos de producir
«nadie se entiende ya con nadie», «políticas sexuales» puedan la aparición de nuevas formas de
como ocurre en las tiranías, como constituir una de las «perspectivas» mirar el mundo. El feminismo ha
por «las condiciones de la sociedad diferenciadas cuya suma compone sido una de esas ampliaciones. Por
de masas o de la histeria de las el «mundo común». Algunas otra parte, como recuerda Seyla
14

15
Sigo aquí el comentario de Margaret Canovan en Hannah Arendt. A Reinterpretation of Her Political Thought, op. cit., p. 227.
Hannah Arendt, La condition de l´homme moderne, París, Pocket, 1994, pp. 97-98. [La condición humana, Barcelona, Paidós,
1998.]
16
Ibid., p. 98.
17
Ibid., pp. 98-99.
18
Véase Hannah Arendt, Qu´est-ce que la politique?, París, Seuil, 1995, p. 112. [Qué es la política, Barcelona, Paidós, 1997], y
los comentarios de Martine Leibovici en Hannah Arendt, une Juive, op. cit., pp. 289-290.
19
Adrienne Rich, «Conditions for Work: The Common World of Women», en On Lies, Secrets and Silence, Selected Prose, 1966-
1978, Nueva York, Norton, 1979, pp. 205 y 212.
20
Seyla Benhabib, The Reluctant Modernism of Hannah Arendt, op. cit., p. 4. Véase asimismo Elisabeth Young-Bruehl, . «Hannah
Arendt Among Feminists», en Larry May y Jerome Kohn (ed.), Hannah Arendt Twenty Years Later. op. cit., pp. 307-322.

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DOCTRINA 119

Benhabib, los textos de Arendt y en especial la interrogación sobre repulsión hacia lo que es extraño y
contienen una serie de reflexiones la manera en que los judíos ajeno, a un gusto por lo exótico y
que apuntan en esa dirección, podían y debían constituir un lo peligroso. 25 En este marco se
como por ejemplo, en su libro de «punto de vista» en el espacio encuadra la comparaci6n, extraída
juventud, la biografía de Rahel público. Ahora bien, en un capítulo de Proust, con los «invertidos», que
Varnhagen, donde describe tanto de Los orígenes del totalitarismo, representan otra encarnación de la
su destino de mujer como de judía. la autora compara largamente a «monstruosidad»: al pasar del
Lo que equivale a decir que se los judíos y los homosexuales. 22 status de «delito» que merece
puede ampliar la manera en que En efecto, apoya su análisis de las castigo al de «vicio» que fascina y
Arendt prevé la «mentalidad transformaciones de la situación de a la vez horroriza, la
ampliada» que nace de la los judíos en Europa en el siglo XIX homosexualidad pudo ponerse de
coexistencia de una pluralidad de en un comentario de Proust, y en moda en los salones, pero se
perspectivas. En efecto, la libertad especial en Sodoma y Comorra, convirtió, en virtud de su propia
tal como Arendt la concibe significa obra en la que, como hemos visto, proximidad, en aquello de lo que
que un determinado número de el escritor se proponía describir a todo hombre «normal» debe
individuos puede emprender una la «raza maldita» que a su juicio distinguirse absolutamente. El
acción en común para hacer que constituían los homosexuales resultado de este proceso fue
nazca algo absolutamente nuevo, comparándoles con los judíos. producir una especie de «personaje
«algo que nunca había existido Arendt se apropia de la tipo», tanto del homosexual como
antes ». 21 Dicho de otro modo, no comparación y la invierte, y toma del judío, una «psicología» del uno
es posible pensar «el espacio las descripciones de Proust de los y del otro, constituido por esta
público,» y los problemas que le homosexuales como «ejemplo del situación de tolerancia y de
preocupan como ya definidos de papel de los judíos en una repudio:
una vez por todas, ya que la sociedad no judía).23 La glosa que
libertad se define precisamente por hace de En busca del tiempo Eran éstas las condiciones de las
la «espontaneidad» y la capacidad perdido tiende a mostrar que el que surgió ese juego complejo
que un cierto número de agentes proceso de aceptación de de secreto y publicidad, de
tiene de producir perspectivas determinados judíos en los salones confesiones a medias y de
nuevas e imprevisibles. Y si se de la aristocracia, lejos de significar falsificaciones mendaces, de
puede pensar que las mujeres que se les había dejado de humildad exagerada y de
como «grupo» y «punto de vista» considerar seres diferentes, señala, arrogancia extrema: todas ellas
sobre el mundo pueden ser parte por el contrario, una especie de consecuencia del hecho de que
activa del espacio público, como incorporación en los individuos de ser judío (u homosexual) había
nos invita a pensar la relectura de esta diferencia como un conjunto abierto las puertas de los
Seyla Benhabib, es igualmente de «características psicológicas». salones más cerrados y, al
legítimo considerar que los gays y Ya Proust se preguntaba: «¿Una mismo tiempo, hacía que la
las lesbianas constituyen en lo sociedad no estaría secretamente situación en ellos fuese
sucesivo una (o varias) perspectivas jerarquizada a medida que se sumamente precaria. En estas
sobre el mundo y contribuyen a volviese más democrática?»24 . Los circunstancias, ser judío era para
«ampliar» el pensamiento. aristócratas que empezaron a el individuo una tara y también
acoger a los judíos y los un misterioso privilegio personal,
Por lo demás, es sorprendente homosexuales habían conservado ambas cosas inherentes a una
comprobar que Arendt parece su profunda antipatía tanto por los «predestinación social».26
autorizarnos de forma explícita a primeros como por los segundos.
hacer esta deducción. Se sabe Y si los judíos fueron recibidos en Este proceso de transformación de
hasta qué punto la reflexión sobre los salones del barrio de Saint- la «judeidad» en carácter innato,
la «cuestión judía» fue central en Germain, se debía, según Arendt, en «conjunto de rasgos
la elaboración de su pensamiento, a un fenómeno de atracción- psicológicos», es, según el análisis
21
Citado por Margaret Canovan, Hannah Arendt, op. cit., p. 213.
22
Hannah Arendt, Les Origines du totalitarisme, t. 1, Sur l’antisémitisme, París, Seuil, col. «Points»., 1973, pp. 175-194. [Los
orígenes del totalitarismo, t. 1, Antisemitismo, Madrid, Alianza, 1998.]
23
Hannah Arendt, Sur l’antisémitisme, op. cit., p. 177.
24
Arendt cita esta frase en Sur lantisémitisme, op. cit., p. 190.
25
Ibid., p. 183.
26
Ibid. pp. 182-183.
120 CODHEM

de Arendt (que a todo lo largo del Lo que le preocupa a lo largo de Porque, a juicio de Arendt, la
libro se esfuerza en distinguir el este capítulo es comprender cómo respuesta al antisemitismo es
antisemitismo moderno del los judíos se mantuvieron al margen necesariamente política. Y señala,
antijudaísmo en la historia), uno de la política, en su calidad de al final de Antisemitismo, que la
de los efectos principales de la judíos, según las dos figuras única respuesta política aportada
laicización del judaísmo y de la producidas por la doble lógica de por los judíos ha sido el
asimilación de los judíos: 27 la asimilación y la exclusión: a «sionismo». Por muchas críticas y
saber, el «advenedizo» que se reticencias que le haya inspirado
El origen judío, privado de sus instala en la sociedad y el «paria» la política realizada en nombre del
connotaciones religiosas y que permanece fuera de ella. sionismo, no ha renunciado nunca
políticas, al convertirse en todas Arendt lo denomina «acosmismo» a la idea de una política
partes en un atributo ( worldlesness) 2 9 o falta de específicamente judía. Como ella
psicológico, pasó a participación en el «mundo», es escribe en 1946, en una carta a
transformarse en «judeidad»; a decir, la no participación en la Karl Jaspers, quien le preguntaba
partir de entonces, este atributo política como representantes de un si se consideraba judía o alemana:
se clasificaba obligatoriamente punto de vista judío sobre el «Para ser completamente sincera,
en la categoría de los vicios y mundo. Pero Arendt se interesa debo decir que, desde un punto
las virtudes. Es cierto que la también por las figuras de la de vista individual y personal, me
«judeidad» no habría podido ser resistencia a la situación política es totalmente indiferente [...]. En
degradada al rango de vicio de los judíos, y, por tanto, por el plano político, hablaré siempre
interesante si antes no hubiese quienes han propuesto diversas en nombre de los judíos en la
existido un prejuicio que hacía formas de salir de este medida en que las circunstancias
de ella un delito. Pero es igualmente «acosmismo». Hubo en principio me obliguen a indicar mi
cierto que semejante respuestas literarias, en particular nacionalidad.» 31
degradación fue preparada por con Heine y Kafka, que dieron vida,
los judíos que la convertían en quizá sin saberlo, a la tradición de Vemos hasta qué punto todas estas
una virtud innata.28 la cultura judía (es lo que Arendt reflexiones (aunque no siempre
llama «la tradición oculta»). Hubo sean muy claras, ni forzosamente
Lo que tiende a enseñarnos la también respuestas específicamente muy coherentes entre ellas) la
descripción proustiana es que la políticas, como en el caso de aproximan finalmente al
asimilación no produce en Bernard Lazare, que encarna el pensamiento sartreano, el cual, sin
absoluto una eliminación de la papel que goza a todas luces de embargo, le mereció siempre un
diferencia y la diferenciación, sino la predilección de Arendt: el paria juicio muy severo, sin duda debido
que, por el contrario, las agudiza, consciente y rebelde, o sea, el que a una hostilidad personal asaz
las hace más necesarias para los no busca la asimilación ni se intensa hacia Sartre y Beauvoir.
que sólo admiten al judío si complace en la extraterritorialidad Fuera como fuese, la figura,
renuncia a serIo, pero que nunca con respecto a la política. Es el exaltada por Arendt, del «paria
olvidarán que lo era y se lo judío que se compromete consciente», del «paria rebelde», es
recordarán constantemente. Arendt políticamente como judío, y a la postre muy semejante a lo que
termina haciendo hincapié en que participa en el mundo común Sartre llamaba el «judío auténtico»,
esta sociedad que había para definirlo y construirlo de el que «va hasta el final de su
transformado el «delito» en «vicio» forma que exista en él un punto condición de judío», por oposición
no tardaría en volverse delincuente de vista específicamente al «judío inauténtico», que trata, en
para erradicar ese «vicio». judío. 30 cambio, de borrarla en el proceso

27
Ibid., véase especialmente p. 149 sq.
28
Ibid. pp. 185-186. Podemos preguntarnos si este texto es una de las fuentes ocultas de Foucault cuando habla, en La Volonté
de sávoir (op. cit., p. 54), de la invención por la psiquiatría, en el siglo XIX, del personaje del «homosexual»,invención que se
realiza incorporando como «perversión» lo que hasta entonces se consideraba un delito. Este volumen de Arendt fue, en efecto,
traducido al francés en 1973, y el libro de Foucault fue publicado en 1976.
29
Sobre este punto. véase Hannah Arendt, «De I’humanité en de sombres temps» en Vies politiques, París, Gallimard, 1974, pp. 10-
41; y los comentarios de Martine Leibovici, op. cit., pp. 180-344.
30
Hannah Arendt, «La tradition cachée», París, Christian Bourgois, col. «10-18», pp. 178-220. Sobre Bernard Lazare, véase pp.
194-198.
31
Hannah Arendt, Carta a Karl Jaspers, 17 de diciembre de 1946, en Hannah Arendt y Karl Jaspers, Correspondance, 1926-1969,
París, Payot, 1995, p. 121. Véase también pp. 156-157.

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DOCTRINA 121

de asimilación, hasta el extremo, grupos sociales determinantes de


en ocasiones, de volverse él las diversas identidades sociales».34
también antisemita o por lo menos Y es preciso intervenir en la esfera
hostil a los judíos no asimilados.32 de la política: no para escapar,
como individuo, del grupo al que
Al igual que Sartre, Arendt describe se pertenece, sino por el contrario
la psicología del judío –tanto del para hablar y actuar como
«advenedizo» como del «paria», del individuo que «representa al
asimilado como del excluido- como grupo»,35 Esto no significa que un
definida por el antisemitismo, por individuo determinado hable en
la situación de exclusión en que se nombre de otros. Significa que
hallan los judíos como grupo. Esto inscribe su compromiso político en
vale asimismo para todos los la perspectiva de la defensa de los
grupos «difamados». Arendt valores, los derechos, la cultura del
escribe, en efecto: «Mientras haya grupo del que procede.
pueblos y clases a los que se
difama, los rasgos propios del De este modo, explica Arendt, si
advenedizo y del paria se bien la existencia de grupos
reproducirán de generación en «difamados» es constitutiva de los
generación, con la misma rasgos psicológicos inscritos en el
moriotonía. »33 La psicología, el corazón mismo de los individuos
«carácter», tanto del «advenedizo» que pertenecen a dichos grupos,
como del «paria», son productos es asimismo el punto de partida de
de la «difamación». Y sólo los una acción política con la que los
representantes del grupo que se individuos que componen esos
proponen tomar la palabra en su grupos puedan intervenir en el
calidad de «parias conscientes» y, espacio público para infundir vida
por ende, rebeldes, están en a su visión del mundo y a su
condiciones de eludir esta cultura.
predeterminación y la ausencia del
grupo en cuanto tal en la escena Y en este sentido podría
de la historia y de la política. Para considerarse que Hannah Arendt
Arendt se trata justamente, como es la filósofa del movimiento
recalca Martine Leibovici, de gay.
preservar «la existencia de los

32
Véanse las observaciones que hace a este respecto Richard J. Bernstein, Hannah Arendt and the Jewish Question, Cambridge,
Polity Press, 1995, pp. 195-197.
33
Hannah Arendt, Sur lantisémitisme, op. cit., p. 150.
34
Martine Leibovici, op. cit., p. 471.
35
Ibid., p. 472.

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