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COLEGIO PUREZA DE MARÍA

Departamento de Pastoral

MISA DE CELEBRACIÓN DE LA NAVIDAD


Diciembre 2005

MONICIÓN DE ENTRADA:
Nos encontramos ya casi acabando el Adviento. Tiempo alegre, tiempo de esperanza, tiempo de
ilusión... Ya están las calles adornadas, ya están los escaparates llenos de cosas para la Navidad, todos
nosotros nos hemos ocupado de escribir la carta a los reyes y también, ¿por qué no? A Papá Noel,
nuestras madres están pensando los menús para los días de fiesta y nos han comprado ropa nueva,
pero... vamos a hacernos hoy una pregunta: ¿HEMOS PREPARADO NUESTRO CORAZÓN PARA
RECIBIR A JESÚS?

Vamos a pensar, vamos a llenarnos de gozo para poder llevar a este Dios Niño a los hombres, para
poder contagiar a todo el mundo la alegría de un Dios que nos ama tanto que viene a hacerse niño para
estar con nosotros y traernos la paz.

PETICIONES DE PERDÓN:
- Como pasó en la primera Navidad hoy hay muchos hombres que no abren la puerta a José y a
María. Somos como el posadero, no nos gustan las malas apariencias, nos fijamos en las
marcas y no atendemos a los pobres. Por todo eso te pedimos perdón y te pedimos, Jesús que
abras nuestros ojos para reconocerte en los pobres, en los débiles, en los marginados de este
mundo.
- Como pasó en la primera Navidad, hoy hay muchos hombres que tienen miedo de que Jesús les
prive de su poder. Somos como Herodes, estamos tan preocupados de nuestras propiedades,
de defender nuestros derechos, de exigir que nos respeten, que no somos capaces de
reconocer la alegría de la amistad y no sabemos compartir. Por todo eso te pedimos perdón y te
pedimos, Jesús, que abras nuestros ojos para que sepamos conocer la verdad.
- Como pasó en la primera Navidad, hoy hay muchos hombres que se dejan llevar de la pereza y
no son capaces de acercarse a Belén. Somos como ese pastor perezoso que no quiso
levantarse en la noche y se quedó sin la mayor alegría. Por eso te pedimos perdón y te pedimos,
Jesús, que abras nuestros ojos y aumentes nuestra voluntad para hacer no lo que nos apetece,
sino lo que Tú esperas de nosotros.

MONICIÓN A LAS LECTURAS:


En la primera lectura, así como en el Evangelio, se nos narra como será el Mesías que está para venir.
Son un retrato precioso de Jesús que es manso y humilde, paciente, misericordioso, bueno y que ha
venido para traernos la paz y la alegría... Que nuestra esperanza se afiance, que nuestra ilusión crezca
al reconocer que el que nos salva ya está cerca y sólo espera encontrar un corazón humilde y sencillo
para habitar en él.

(Lecturas de la misa de medianoche: Isaías 9, 2-7; Salmo 95; Lc 2, 1-14)

PETICIONES:
1) Por la Iglesia para que manifieste ante todo el mundo la esperanza y la alegría de Jesús que
viene a salvar a todos los hombres. ROGUEMOS AL SEÑOR.
2) Por los gobernantes, para que, procurando el bien común, defiendan los derechos de todos y
sobre todo de los más débiles. ROGUEMOS AL SEÑOR.
3) Por los que están angustiados o desesperados, para que encuentren junto a ellos una mano
amiga que los levante y sientan en sí mismos la liberación de Jesús. Para que nadie tenga que
llorar la soledad o el hambre en esta Navidad. ROGUEMOS AL SEÑOR.
4) Por todos los países que sufren las guerras, el hambre o cualquier clase de injusticias, para que
la salvación del Señor llegue a ellos, les ilumine y conforte y a nosotros nos haga generosos y
entusiastas en la colaboración. ROGUEMOS AL SEÑOR.
5) Por todos nosotros, por el colegio, las religiosas, profesores, por todos los alumnos, para que
nuestras ilusiones y nuestros temores, nuestras alegrías y nuestras penas, todo lo nuestro,
encuentre sentido y consuelo junto a Jesús en la esperanza de un mundo mejor. ROGUEMOS
AL SEÑOR.
6) Para que la Iglesia nos conceda el gozo de ver pronto la beatificación de Madre Alberta.
ROGUEMOS AL SEÑOR
7) Por todos nuestros difuntos, para que el Señor los lleve junto a sí y podamos reunirnos un día de
nuevo para cantar las alabanzas de Dios por toda la eternidad. ROGUEMOS AL SEÑOR.

OFERTORIO: (Llave, espigas y uvas, mochila con libros, pan y vino)


1) Jesús, en este mundo hay muchos niños que pasan hambre, personas necesitadas de todo,
sobre todo, de amor. Te ofrecemos esta llave para que tú abras nuestros corazones y sepamos
compartir, salir al encuentro de los más necesitados y oír cada día tu voz que nos dice: “En esta
Navidad, te visitaré cada vez que alguien llame a la puerta de tu corazón”.
2) Jesús, en el mundo hay muchas personas que sufren, que se encuentran solas, marginadas...
Ven Jesús, ven a visitarlas para que sientan tu amor y tu paz, para que comprendan que su vida
tiene sentido porque tú no te olvidas de ninguno de tus hijos. Te ofrecemos estas espigas y
estas uvas. Igual que antes eran semillas y dieron fruto gracias a la lluvia y a la paciencia del
labrador, creemos que nuestra actitud de acogida, de compartir dará frutos de vida para todos.
3) Jesús, que un día podamos oír tu voz “Te he visitado cada vez que has cumplido con tu deber
con alegría y generosidad”. Te ofrecemos nuestra mochila, nuestras cosas de cada día
queriendo representar que si estudiamos con ilusión, con ganas, tú vienes a nosotros, entras en
nuestra vida, nos visitas.
4) Jesús, sabemos que sólo con la intención no basta, porque somos débiles y nos cuesta cumplir
nuestros propósitos, te ofrecemos por eso el pan y el vino que se transformarán en tu cuerpo y
tu sangre. Esta comunión nos dará la fuerza para ser fieles a ti en esta navidad y durante toda
nuestra vida.

RITO DE LA PAZ:
Jesús, cuando Tú naciste en Belén, los ángeles cantaron “Paz a los hombres de buena voluntad” y
nosotros nos preguntamos cómo podemos celebrar la navidad si todavía hay guerras y hambre en
tantos lugares... por eso hoy vamos a hacer una celebración de la paz especial: nos vamos a coger de
las manos y vamos a guardar unos momentos de silencio, para orar y para reflexionar cómo podemos
construir a nuestro alrededor la paz que tanto necesitamos.

(Se cogen de las manos, se puede poner música de fondo, “Noche de paz”, por ejemplo)

ACCIÓN DE GRACIAS: (con música de villancicos de fondo)


Señor, ya suena a Navidad; ya los escaparates están llenos de regalos, las calles de música. Ya los
grandes almacenes preparan sus ofertas y las familias planean cómo reunirse o dónde ir a pasar unos
días de descanso. Otros, quizás muchos, empiezan a sumergirse en la melancolía, en los recuerdos, en
los deseos de algo que no llegará.
¿Y yo, Señor? ¿Ya suena a navidad mi corazón? ¿Qué es para mí esperar la Navidad? ¿Qué es para
mí Navidad?
No quiero que pasen estos días como tantos de mi vida, absorbidos por el ruido, el ajetreo de las calles
y las campañas propagandísticas... A mi corazón, Señor, le hace falta otra cosa; a mi corazón, Señor, le
haces falta Tú.
Por eso hoy, en este Adviento que comienza te pido una vez más: VEN, VEN JESÚS.
Ven y sálvame de mi superficialidad, ven y sálvame de esa debilidad que no me deja ser como quiero
ser en realidad.
Ven y líbrame de tantos ídolos que me arrastran sin sentido y después me dejan vacío.
Ven, Jesús y sálvame de mi egoísmo, de ese mal humor que me enfrenta a los demás y hace que
cometa tantas injusticias.
Ven, Jesús y sálvame de la mentira que sumerge mi corazón en la tiniebla.

Jesús, hoy me quiero unir a tu madre, la Virgen y esperarte con la ilusión que sin duda Ella tenía y
preparar con Ella tu llegada para que el día de Navidad llenes de Luz y alegría nuestros hogares y el
mundo sea un poco mejor de lo que ahora es.

Te pido todo esto con gran confianza porque sé que, desde que te hiciste hombre en la primera
Navidad, ya nada es igual en la tierra y porque estoy seguro de que el nuevo Reino que viniste a traer
será una realidad y podremos cantar para siempre un villancico que llene de gozo el corazón de todos
los hombres.

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