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ASIGNATURA:
MEDICINA TROPICAL
NIVEL:
6TO SEMESTRE
GRUPO: E
NOMBRE DEL DOCENTE:
DR. DECKER YANEZ OSCAR LUIS
ESTUDIANTES:
BARCO ALDAZ CARLOS JOSUE
GUZMAN CARVAJAL ALEXANDRA SHANIRA
PAREDES SANDOVAL MILENA MISHELLE
PERERO LOOR MERCEDES NICOLE
VELASQUEZ VASQUEZ DANNA ELIZABETH
CICLO II
2021- 2022
ESPOROTRICOSIS
HISTORIA
EPIDEMIOLOGIA
TAXONOMIA
Reino: Fungi
División: Ascomycota
Clase: Euascomyctes
Orden: Ophiostomatales
Familia: Ophiostomataceae
5 especies:
S. brasilensis
S. globosa
S. mexicana
S. albicans
S. schenckii
CICLO EVOLUTIVO
Las mordidas, los rasguños, los picotazos y los aguijonazos de distintos animales, aves e insectos
también pueden inocular el organismo en las heridas, a través de las esporas de la superficie del
cuerpo. Rara vez, la inhalación puede ocasionar una forma pulmonar de la enfermedad. En los
gatos, las lesiones cutáneas contienen grandes cantidades de organismos, que pueden
transmitirse a través de cortes y abrasiones. El S. schenckii de los gatos también puede ingresar al
cuerpo a través de la piel sana o mínimamente lesionada; se han registrado casos zoonóticos en
personas sin antecedentes de traumas en el sitio de inoculación. Además, los organismos pueden
encontrarse en la boca, la cavidad nasal, y las uñas de gatos infectados, lo que facilita la
transmisión en mordidas y rasguños. También puede estar presente en las heces.
Se ha registrado un caso de transmisión de persona a persona, que ocurrió después del contacto
frecuente y cercano entre una madre y su hijo/a. Las infecciones adquiridas en laboratorio pueden
producirse por el contacto directo con S. schenckii en tejidos o cultivos fúngicos.
A veces las lesiones se propagan por los vasos linfáticos regionales, aunque la diseminación
hematógena ha sido infrecuente. Ocasionalmente, el agente es inhalado o llega a la conjuntiva,
generando neumonías o blefaroconjuntivitis.
Reservorio: Suelo, vegetación (paja, serrín, fibras vegetales, madera podrida), agua dulce,
humanos, aves (loros), mamíferos (cánidos, felinos, equinos, camélidos, bovinos, porcinos,
roedores) y peces.
Hospedadores: Humanos, aves (loros), mamíferos (equinos, cánidos, felinos, camélidos, bovinos,
porcinos, roedores) y peces.
En fase de hongo filamentoso forma colonias, inicialmente claras, húmedas o levaduriformes, que
posteriormente se convierten en colonias duras y arrugadas de color marrón o negro en su
totalidad o por zonas. Microscópicamente se observan hifas finas, hialinas, ramificadas, septadas
con conidióforos con conidios ovoides o piriformes, que se agrupan en forma de ramillete o de
pétalos de margarita.
En fase de levadura forma colonias cremosas, glabras, blanco amarillentas. Las células tienen
diferentes formas (oval, lágrima, forma de cigarro) con varias gemaciones. En muestras
procedentes de lesiones humanas es característico el fenómeno de cuerpo asteroide en el que se
observa una disposición radial de las levaduras, concéntricas unas de las otras.
PATOGENIA
La infección comienza cuando el hongo ingresa al organismo, pudiendo ser por inoculación
cutánea que es la más común o por vía inhalatoria que es menos frecuente. Una vez ingresado el
agente empieza a proliferarse y crea un desbalance, presentándose las manifestaciones clínicas.
Entre sus principales que son 2 que causan la virulencia tenemos que las conidias como células de
levadura, tienen la capacidad de unirse a la matriz de proteínas extracelulares tales como
fibronectina, la minina y colágeno. Factor de virulencia eficaz en la invasión y diseminación a
tejidos más profundos, a su vez se encuentran compuestos de colesterol en su membrana y en sus
antígenos de la forma de levadura los cuales activaran al sistema inmune innato y adquirido
desencadenando así la producción de diversas citoquinas.
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
CUTÁNEO-LINFÁTICA
Es la más frecuente puesto que el hongo penetra a través de la piel y se presenta en:
o FORMA CUTÁNEA
ESPOROTRICOSIS LINFOCUTÁNEA
La esporotricosis linfocutánea
debe tenerse presente en el
diagnóstico diferencial de
cualquier afección cutánea que
curse con lesiones o úlceras
múltiples y diferenciarse de la
nocardiosis, leishmaniasis e
infecciones por micobacterias atípicas (especialmente, Mycobacterium kansasii y Mycobacterium
marinum). El cultivo es el principal método diagnóstico: los cultivos del drenado de las lesiones en
ocasiones son útiles, siendo la muestra más rentable el material de biopsia. El exámen
histopatológico puede revelar la presencia de granulomas en la dermis, pero puede ser necesario
el exámen de múltiples cortes para visualizar el organismo. Las pruebas serológicas generalmente
son negativas en la esporotricosis cutánea.
ESPOROTRICOSIS EXTRACUTÁNEA
o PULMONAR
o AFECTACIÓN OSTEOARTICULAR
o AFECTACIÓN OCULAR
o AFECTACIÓN MENÍNGEA
La afectación meníngea es una localización poco frecuente. Clínicamente se manifiesta como una
meningitis crónica con cefalea, confusión y pérdida de peso, pleocitosis en el líquido
cefalorraquídeo, aumento de las proteínas e hipoglucorraquia. Los cultivos de líquido
cefalorraquídeo pueden ser negativos, por lo que en ocasiones es necesario realizar cultivos
repetidos de volúmenes considerables de líquido y estudio serológico para llegar al diagnóstico. El
diagnóstico diferencial debe establecerse con tuberculosis, criptococosis e histoplasmosis
DISEMINADA
DIAGNOSTICO
Cultivos
Son el mejor método para establecer el diagnóstico y se consideran el estándar de oro; se realizan
a partir del material obtenido del exudado de las lesiones, escamas, fragmentos de tejido, o
esputo; se usan los medios habituales de Sabouraud agar y Sabouraud agar con antibióticos
incubados a 28°C; las colonias aparecen en un tiempo promedio de cinco a ocho días. Debido a
que el complejo S. schenckii incluye a hongos dimórfi cos, si el material tomado de las lesiones se
siembra en medios de cultivo ricos (gelosa sangre, BHI agar, etc.), y se incuba a 37°C, se obtienen
colonias de aspecto levaduriforme; por esto, a menudo se confunde con cuadros de posible
etiología bacteriana. Para demostrar el agente causal, basta volver a sembrar el hongo en las
condiciones anteriores, para obtener la fase filamentosa
Pruebas inmunológicas
o Intradermorreacción (IDR) con esporotricina M (micelial). Se practica con la fracción
metabólica polisacarídica obtenida de S. schenckii; se inyecta intradérmicamente en el
antebrazo o espalda una décima de mililitro del antígeno a una dilución de 1:2 000 (en
promedio 5 × 107 células/ml). La lectura se realiza con los mismos criterios del derivado
proteico purifi cado (PPD); se puede presentar una respuesta inmediata (5-10 min)
caracterizada por eritema y prurito; ésta sólo indica liberación de la histamina, sin valor
alguno para el diagnóstico. La prueba confirmatoria se obtiene entre 24 y 48 horas,
formándose una zona indurada, eritematosa y dolorosa de más de 5 mm de diámetro, que
se considera positiva. Esta prueba es bastante específica; sin embargo, hay raros casos
negativos en pacientes anérgicos o inmunosuprimidos (esporotricosis cutánea-
hematógena), y falsos positivos en individuos que hayan tenido la enfermedad, porque la
respuesta se mantiene positiva casi de por vida (memoria inmunológica).
o Otras pruebas. En general a los ensayos serológicos y de otro tipo se les ha dado poco
valor, por la facilidad de obtención de los cultivos, sobre todo de los casos cutáneos, pero
cobran gran importancia en las formas sistémicas y pulmonares. Los estudios más
importantes son las precipitinas, aglutininas y la fijación de complemento.
Biopsia
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
TRATAMIENTO
El yoduro de potasio (KI) es la terapia de elección, debido a que tiene una excelente eficacia,
mínimos efectos secundarios, fácil administración y bajo costo. Para los adultos la dosis es de
3 a 6 g/día, iniciándose con 1 g diario para evaluar su tolerancia. La vía de administración es
oral. La dosis óptima para los niños es de 1 a 3 g/día, iniciándose con medio gramo. El tiempo
de terapia en los casos más comunes de esporotricosis (linfangítica y fija) es de tres meses
como promedio, pero es aconsejable continuar por 1 o 2 meses más para evitar las recidivas;
éstas se observan con mayor frecuencia en pacientes adultos mayores.
Anfotericina B debe utilizarse para los casos de esporotricosis sistémica o anérgica, sobre todo
cuando hay compromiso óseo, visceral o pulmonar. La terapia debe realizarse sólo en un
entorno intrahospitalario, con todas las medidas indicadas para este fármaco, por la gran
cantidad de efectos secundarios que conlleva. La dosis es de 0.25-0.75 mg/kg/día y en algunos
casos hasta 1 mg/kg/día con anfotericina B desoxicolato.
Sulfametoxazol-trimetoprim: se han reportado buenos resultados a dosis de 400 y 80 mg de
cada fármaco respectivamente, durante 3 a 4 meses.
Griseofulvina: se ha demostrado la acción de este fármaco a dosis de 10 a 15 mg/kg de peso
por día, que equivale a una dosis de 500 mg/día en adultos, utilizándose en un tiempo
promedio de cuatro a seis meses; sin embargo, la terapia no se recomienda debido a que
muchos casos fracasan, el tiempo de tratamiento es más largo y causa algunos efectos
secundarios (cefalea, gastritis, fotosensibilidad, entre otros).
El itraconazol es el medicamento considerado de elección por las Guías Norteamericanas para
el Tratamiento de la Esporotricosis, en especial para los casos hematógenos y diseminados,
además de sus escasos efectos colaterales. Se emplea a dosis de 200-300 mg/día, en forma
continua por un tiempo promedio de cuatro a seis meses, o bien en forma intermitente (400
mg/día por semana y descanso de tres semanas).
La terbinafina a dosis de 250-500 mg/día se ha usado con éxito; ésta también representa una
opción terapéutica favorable, en particular en niños, utilizándose a menores dosis (125-250
mg/día)
Calor local o hipertermia: debido a que S. schenckii no crece a los 40°C, Mac Kinnon,
Watanabe y Lavalle, entre otros, han recurrido a este método para curar a algunos pacientes,
utilizando baños calientes a 45°C durante 15 a 20 minutos dos a tres veces al día. Este
tratamiento es quizá recomendable para casos de esporotricosis muy limitados como terapia
concomitante, o bien para pacientes embarazadas, donde no se pueden administrar los
fármacos antes citados, por lo menos para evitar la diseminación de las lesiones.
Corticosteroides: se emplean sobre todo para los casos que presentan lesiones queloideas y fi
brosas, siempre asociados con alguna terapia antifúngica específi ca. Se recomienda la
prednisona a la dosis de 10 a 25 mg/día durante un mes como promedio.
PREVENCION
Las medidas de control incluyen el uso de guantes y mangas largas al manipular almácigos de
pinos, arbustos de rosas, fardos de heno u otras plantas que puedan provocar pequeños cortes en
la piel. Además, sería aconsejable utilizar materiales de embalaje para almácigos de pinos que no
sean musgo esfagno, pues éste ha aparecido como una fuente del hongo en una serie de brotes
epidémicos.
PIAN
HISTORIA
De acuerdo con los estudios realizados en esqueletos antiguos, la enfermedad se habría originado
en África Oriental; luego se extendió con el hombre en las migraciones, y, tras sucesivas
mutaciones, en el tiempo habría dado origen al bejel, y posteriormente, en Norteamérica, a
la sífilis. Esta relación entre el pian y la sífilis se aduce como una de las posibles explicaciones del
surgimiento de la enfermedad en Europa inmediatamente después del retorno de Cristóbal Colón.
Del siglo XVII, se tiene el reporte más antiguo con la descripción de las características de esta
enfermedad en Sudamérica, escrito por Willem Piso, médico y naturalista holandés. En el
año 1679 Thomas Sydenham, médico inglés, describió el pian como una enfermedad común entre
los esclavos africanos y la asimiló a la sífilis.
TAXONOMIA
Dominio: Bacteria
Filo: Spirochaete
Clase: Spirochaetes
Orden: Spirochaetales
Familia: Spirochaetaceae
Género: Treponema
Especie: parteneu
MORFOLOGIA
TRANSMISIÓN
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Lesión Primaria: Nódulos solitarios o múltiples pápulas ulcerativas no dolorosas que suelen
presentar color amarillo, de 2 a 5 cm de diámetro y tienen una base roja distintiva de tejido de
granulación con bordes elevados. Esto ocurre en el sitio de inoculación aproximadamente 21
días después de la exposición (9 – 90 días). Esta lesión se denomina “buba madre” y es una
lesión papilomatosa exudativa que puede degenerar en una única úlcera no dolorosa con
costra. La ubicación más común es la extremidad inferior, pero cualquier sitio de exposición
puede estar afectado. Las lesiones no tratadas curan espontáneamente en un lapso de 3 a 6
meses dejando hiperpigmentación.
Durante esta etapa se ve linfadenopatía generalizada y malestar. Durante la etapa secundaria del
pian, la enfermedad ósea específica comienza a manifestarse. La osteoperiostitis se presenta como
un trastorno poliostótico bilateral con un promedio de 3 huesos afectados. El radio, el cúbito y las
falanges son los más frecuentes. Las anomalías radiológicas revelan dactilitis y osteoperiostitis.
Entre las etapas primaria y secundaria o secundaria y terciaria, se produce un período de latencia.
El período de latencia se define como una serología positiva sin signos clínicos. Esto se debe a la
respuesta inmune del huésped contra el organismo. Durante esta recaída de la enfermedad clínica
puede ocurrir y se manifiesta característicamente alrededor de las axilas, el ano y la boca.
Lesión Terciaria: Se presentaba en el 10% de los pacientes no tratados. Las lesiones tardías
pueden ocurrir de 5 a 10 años después de la inoculación si el paciente no es tratado. Las
manifestaciones cutáneas son las más frecuentes y suelen aparecer cerca de las articulaciones
con nódulos necróticos ulcerativos. La destrucción facial junto con otros hallazgos tardíos
clásicos que incluyen nódulos yuxtaarticulares (gomas), tibia arqueada, destrucción del
cartílago nasal o exostosis del maxilar paranasal son característicos del tercer estadio.
(Méndez, 2021).
PATOGENIA
Es más frecuente en la primera infancia y los niños entre 2 y 14 años que constituyen el principal
reservorio de esta treponematosis, de la que únicamente resultan infecciosas las lesiones
cutáneas de la fase inicial de la enfermedad.
DIAGNÓSTICO
Hay una gran disponibilidad de pruebas que se pueden realizar sobre el terreno; no obstante, la
mayoría de ellas no permiten distinguir las infecciones presentes de las pasadas, por lo que su
utilidad para hacer un seguimiento de la interrupción de la transmisión es limitada. La prueba DPP
es capaz de detectar tanto infecciones presentes como pasadas.
TRATAMIENTO
El tratamiento preferente consiste en una sola dosis oral de 30 mg/kg (hasta un máximo de 2
g) de azitromicina.
Cuando se sospeche que la azitromicina no ha sido eficaz o cuando se trate de pacientes a los
que no se pueda administrar azitromicina, se puede administrar benzatina bencilpenicilina en
una sola dosis intramuscular de 0,6 millones de unidades a los niños menores de 10 años y de
1,2 millones de unidades a las personas mayores de 10 años.
Los pacientes deben ser examinados nuevamente cuatro semanas después de finalizar el
tratamiento antibiótico. En más del 95% de los casos se observará una curación completa. Si se
sospecha que el tratamiento no ha sido eficaz, es necesario determinar la resistencia a los
macrólidos y efectuar un tratamiento con benzatina benzilpenicilina. (OMS, 2021)
PREVENCIÓN
No existe vacuna para esta enfermedad. La educación sanitaria y una buena higiene personal son
componentes esenciales de la prevención. El diagnóstico precoz y el tratamiento individuales
también son medidas importantes para conseguir la erradicación, así como los tratamientos
comunitarios en las poblaciones con una prevalencia mayor del 10%.
Asimismo, pian es una enfermedad que aparece en condiciones de falta de higiene, baños
irregulares e ineficientes y lavados con agua sucia. La mejora de las condiciones sociosanitarias del
medio es un factor clave para la erradicación de la enfermedad.
Bibliografía
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