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¿Por qué no me inserto en un equipo de trabajo scout?

Una reflexión: Análisis del comportamiento organizacional de


unos dirigentes, en su dimensión individual y grupal.

Tengo varios días pensando en cómo expresar mi inconformidad,


con las diversas conductas adultas que observo en los grupos de
trabajo donde me estoy involucrando. De pronto, creo que soy yo el
que no se adapta al grupo, lo pienso y surgen varios escenarios,
con igual número de respuestas.
Por ello, para enfocarme en el problema, dispuse un momento de
tranquilidad, sentado una noche en la sala de la casa y me hice
preguntas, para obtener un “sí razonado”, propiamente dicho.
Así, la pregunta principal que da vuelta a mi cabeza es: ¿por qué
me ha sido difícil insertarme en un grupo scout o un equipo de
trabajo scout distrital? Aquí comienza mi reflexión…
Luego de muchos años apartado del movimiento scout, ya sea por
condiciones de trabajo, familiares y/o geográficas, entiendo que
estas causas han influido mucho, pero sigo manteniendo el
entusiasmo, quizás ilusorio todavía, de querer hacerlo, pero no ha
sido posible.
Sin embargo, lo que realmente me impulsa hacer con este escrito,
es “compartir” mi estado de ánimo, cual terapia cognitiva conductual
y generar luego un “feedback”, para aclarar ideas, si es que se
produce. O, por lo menos, dejar por escrito mi vivencia, por el dicho
aquel, muy cierto que dice: “escribe, que algo queda”, de Kotepa
Delgado.
Para respetar a los actores de mi historia, por supuesto, no indicaré
el lugar geográfico (aunque lo que me conocen lo supondrán), ni
nombres y menos cargos, solo acciones, sentimientos y las
vivencias. Considero que es lo prudente.
Es el caso, que una vez jubilado de donde trabajé por 25 años, en
el medio de la selva venezolana y ya asentado en nuestro hogar
definitivo, en el interior del país, comencé primero con
acercamientos tímidos, atendiendo a los emocionados llamados de
esos muchachos del ayer, esos jóvenes scouts que hoy día ya son
dirigentes muy comprometidos con sus grupos.
Los primeros contactos fueron charlas interactivas, en reuniones de
guías de patrullas, encuentros distritales o concurrencia en
actividades de fin de año o del “Centenario” del movimiento scout
venezolano (2013), así como actividades integradoras en entidades
sin fines de lucro, que brindan atención a la niñez y juventud.
Cuando menos lo esperé, ya asistía de “oyente” a reuniones de un
Grupo Scout y no había pasado mucho tiempo, cuando ya estaba

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en una reunión distrital, con responsabilidades muy específicas y
comenzó el año 2014, año de muchas protestas como
consecuencia de la delincuencia, el alto nivel de la inflación y la
escasez de productos básicos.
Mi primera impresión es fue encontrarme con una agenda “central”
de la ASV1, muy recargada de actividades hacia los grupos,
impuesta, bajo unos objetivos ya discutidos, presumo por los altos
niveles de la Asociación. Esto chocaba en repetidas oportunidades,
con los programas de los Grupos Scouts y creaba “conflictos” de
coordinación2.
Luego, la gran tarea personal de tener que “emparejarme” a la
carrera con los programas de adiestramiento de adultos y jóvenes3,
que fue la responsabilidad que escogí, sin presión y de manera
voluntaria.
La primera dificultad individual fue la siguiente: luego de varios años
de ausencia en el ámbito scout, debía de nuevo “familiarizarme” con
términos, conceptos y objetivos de los programas, a pesar de ser IM
en Tropa, porque mucho de la terminología cambió de nombre,
aunque el “target”4 seguía siendo el mismo.
Además, como recargo adicional a las responsabilidades scouts,
estaba la situación de conflicto social reinante del país, en el primer
trimestre del 2014 que, en nuestra ciudad, fue muy fuerte, obligando
a la suspensión de las actividades scouts en varias oportunidades,
cortando la continuidad de las reuniones sabatinas.
Otro punto a considerar en el presente análisis fue mi situación
laboral, ya que pasé por la normal crisis existencial al ser jubilado (a
la fuerza, en el 2011) y logré, luego de un par de años, conseguir
empleo, que me obligó a viajar y moverme por el país. Creo que no
necesita mucha explicación, pero cercano a los 60, ya no te
desplazas, piensas y solucionas como cuando eras “muchacho”.
Debes invertir más horas de trabajo, para conseguir los mismos
resultados de antes.
Y, finalmente, lo que me hizo alejarme, casi “poner pies en
polvorosa”, fue a mi parecer, según mi juicio de valor, fue el estado
permanente de conflicto en las reuniones de adultos, por
situaciones de “parcelas” o “no te metas en lo mío”, con patrones
autoritarios muchas veces. No eran explicados de manera directa,

1
ASV: Asociación Scout de Venezuela.
2
Los eventos, a mi criterio, deben ser recursos que se ponen a disposición para que
los muchachos, aplicando el Método Scout, determinen si son de su interés por
encima de otros eventos y si es factible su realización, no son mandatos.
3
Planes con objetivos nuevos para mí.
4
Objetivo, persona o cosa a la que se dirige una acción.
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pero los comportamientos, comentarios, lenguaje corporal y de
acciones así lo demostraban, incluso, consideré la existencia de
cierta manipulación, pero esto es mi concepto personal como
observador. Como no tenía ninguna vinculación con los grupos
scouts, me presté un par de veces de “mediador”, aunque no me
gusta ese papel o por lo menos, no tan seguido.
Vistas estas situaciones y analizando que en mi entorno, mi esposa
e hijos con nieto incluido, mi “grupito” scout, pasaba por momentos
de necesidad del liderazgo de la cabeza de familia: emigración de la
familia de mi hijo mayor, jubilación de mi esposa, cuyo sitio de
trabajo estaba a 600 km de nuestro hogar, “secuestro express” de
mi hijo menor y juicio a los secuestradores, que terminaron
detenidos y seguro, algún otro elemento que olvido, decidí
enfocarme a lo que quiero y dejar el compromiso social, para el
mediano plazo.
Así que, sin estrés, hice lo que muchos, no sin remordimiento, pero
definitivamente, dejé de asistir a las reuniones scouts y me enfoqué
en lo que quiero: mi familia. Ya vendrán otros tiempos, mejores
estoy seguro, donde pueda ofrecer mi trabajo bajo el lema de una
forma de vida en la que creo y vivo: “dejar el mundo mejor de cómo
lo encontramos”.
Ahora, como reflexión de cierre, copio lo que alguien muy querido y
apreciado por mí me escribió en su oportunidad: Si queremos un
Escultismo de calidad al alcances de todos, un Escultismo
venezolano fuerte numéricamente, la práctica del Escultismo debe
estar al alcance de una mayoría que no puede costear eventos
costosos, con un Programa que responda a la realidad nacional y
no que venga determinado en forma imperativa, ni desde instancias
supranacionales ni desde un calendario decidido desconociendo la
realidad de cada grupo social… Para las mejores decisiones,
hagamos analizar a los muchachos, ellos sabrán qué hacer…

SLPS

Noel Mariño Pardo


Castor Alegre
Noviembre 2014

3/3

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