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En el desarrollo de esta investigación trataremos el tema de la autonomía del Derecho de la seguridad social comentando
el punto de diversos autores que reconocen el derecho de la seguridad social como una rama del derecho independiente y
autónoma también se menciona en esta investigación los principios en los que se fundamenta el derecho de la seguridad
social tales como el principio de: Universalidad, Solidaridad, Integralidad, Unidad, Participación, Autofinanciamiento y
Eficiencia.
México es uno de los primeros pases que contemplo el derecho a la seguridad social en su carta fundamental y eso nos
enorgullece por ello se habla de sus bases constitucionales contempladas fundamentalmente en los artículos 3, 27 y 123
así como en otras leyes generales y especiales, como lo son la Ley Federal del Trabajo y la Ley del Seguro Social entre
otras, que garantizan una seguridad social principalmente a la población mas vulnerable del país como la clase de
trabajadores o subordinados.
Años más tarde el derecho de la seguridad social se ha ido integrando universalmente y para ello se ha visto la necesidad
de la creación de organismos que trasciendan fronteras, sin intereses políticos o económicos que contribuyan a garantizar
una seguridad social a la población mundial y en esta investigación se mencionan diversos organismos tales como:
La Federación Europea de Personas Mayores (European Federation for the Welfare of the ederly EURAG)
El Consejo Internacional para el Bienestar Social (CIBS)
La Organización Iberoamericana de Seguridad Social (OISS)
La Federación Internacional de Personas Mayores (International Federation on Ageing)
La Coalición de organizaciones no gubernamentales relacionadas con personas mayores en los pases de la CE
EUROLINK AGE)
El Centro Europeo de Viena
La Organización internacional del trabajo
La Federación Internacional de Administradoras de Fondos de Pensiones (FIAP) entre otros.
Ahora bien, acerca de la polémica discusión científica, respecto a si el Derecho de la seguridad social en México ha
alcanzado o no una real autonomía, conviene señalar que no todos los estudiosos de esta disciplina son tan optimistas en
ese sentido.
Cierto, el debate académico ha estado siempre presente, y se han defendido a ultranza ambas posturas e incluso otras
más extravagantes, las que de plano pretenden insertar a dicha disciplina dentro de distintas ramas y disciplinas del
ordenamiento jurídico ---aduciendo por ejemplo que se halla dentro del ámbito y radio de acción del derecho administrativo,
aunque nosotros nos hallamos plenamente convencidos de que no es as.
El punto está siempre sujeto más bien a debate académico, mas no practico, pues cabe añadir que en realidad el Derecho
de la seguridad social existe autónomamente en todas las naciones, de una u otra forma.
Sobre este particular, en México, Ignacio Carrillo Prieto cuestiona con fundadas razones doctrinales y metodológicas tal
autonomía, aunque el mismo la reconoce implícitamente desde el preciso momento en que as se titula su obra., dicho
jurista nos señala:
La literatura jurídica nos revela, básicamente, dos usos de la expresión derecho de la seguridad social. Algunos
afirman que designa ciertas normas, algún producto de la actividad de los órganos facultados para crear derecho.
Este uso lo facilita la existencia de Códigos de seguridad Social, que serían el conjunto de las normas de seguridad social
de derecho positivo. Dicho código permitirá referirse a un Derecho de la Seguridad social.
Pero si el código no es pura recopilación, el estudioso se empeñará en descubrir cual ha sido el criterio del legislador para
ordenar los textos. La dificultad de distinguir satisfactoriamente el código del trabajo de los sistemas de seguridad social de
corte bismarckiano, en donde los sujetos protegidos son los trabajadores a quienes se garantiza su ingreso, las
prestaciones de seguridad social se conciben como remuneración indirecta del trabajo y el supuesto de aplicación del
régimen asegurativo en el contrato de trabajo o la prestación de servicio La dificultad expuesta nos remite a otro uso de la
expresión derecho de la seguridad social.
Derecho de la seguridad social se utiliza como una de las divisiones que, sobre el material normativo, afecta no el
legislador, sino el científico de Derecho, con objeto de facilitar su estudio. Los que utilizan asi la expresión pretenden que
hay criterios que autorizan distinguir normas de seguridad en el conjunto del derecho positivo, algunos sostienen que
dichas normas tienen sustantividad tal que es conveniente describirlas mediante una disciplina autónoma, El uso de las
Expresión Indicada supone que la clasificación y sistematización permitirán describir ciertas normas sin recurrir a otras
sistematizaciones conocidas como derecho del trabajo y derecho administrativo, principalmente; si estas son útiles para
describir las normas que se intenta agrupar bajo derecho de la seguridad social esta última clasificación es superflua, pues
el camino para describir esas normas estará ya trazado.
Ahora bien, en relación con tales razonamientos, considero con justificada razón que, por méritos propios, el derecho de la
seguridad social ya es una disciplina verdaderamente autónoma, la cual forma parte del elenco de la rama del derecho
social mexicano y que, pese a su vecindad de origen - su basamento se localiza en el Art. 123 de nuestra constitución
general de la república, junto con el Derecho del trabajo---, se ha desprendido del derecho laboral.
Por lo demás, insistimos en el hecho de que no es posible insertarlo como una simple ramificación o apéndice del derecho
administrativo ---algo que siempre se ha propuesto con respecto del derecho burocrático laboral, porque si bien la
seguridad social es un servicio público singular brindado siempre por organismos públicos descentralizados, el mismo es
invariablemente administrado en forma tripartita por el gobierno, patronos y trabajadores de manera conjunta; saliendo así,
por obvias razones, del ámbito natural de actuación directa jerárquica de la administración publica centralizada, incluso en
el caso de los propio trabajadores burocráticos, en donde el estado tiene una dual responsabilidad) como empleador) como
garante y responsable de dicho esquema protector.
Ello es así porque los seguros sociales en México, al ser organismos públicos descentralizados, tienen por ley
personalidad jurídica y patrimonios propios, y además cuentan con autarquía derivada de la misma legislación marco que
les da vida y regula su actuación. Si bien estos entes públicos forman parte de la administración paraestatal, no existe una
subordinación jerárquica con respecto del titular del poder Ejecutivo Federal del poder ejecutivo local, de ser el caso, de lo
que se obligue su autónomía plena.
Por otro lado, cabe añadir que es posible que hoy en día este más vinculado el derecho de la seguridad social a los
derechos administrativo y/o fiscal - e incluso a los derechos económico y financiero por sobre el propio Derecho del trabajo,
a partir de que los trabajadores subordinados dejaron de ser el único grupo social susceptible de aseguramiento, tan es así
que en la fracción II del Artículo 2 del código fiscal de la federación se alude a las aportaciones de seguridad social como
uno más de los diversos tipos de tributos a cargo de los Mexicanos. y que en últimas fechas se ha venido reforzando su
carácter como organismos fiscales autónomos, perdiendo en parte su careta social. Acaso las ideas del laboralista y
segurologo social mexicano Alberto Briceo Ruiz ---a La sazón presidente nacional de la academia Mexicana de Derecho de
la Seguridad Social--- nos ilustren objetivamente sobre el punto medular de análisis: La seguridad social no es una ciencia
ni puede ser parte del Derecho e integrar una disciplina autónoma.
En cambio, el seguro social es conocimiento de objetivos; sus normas jurídicas dan lugar a instituciones de derecho; el
desarrollo de esta disciplina le brinda autónomía dentro de la ciencia jurídica, lo cual le permite establecer el derecho del
seguro social -también llamado derecho de la seguridad social--, con claro y limitado ámbito de aplicación.
Al respecto, Briceo Ruiz afirma categórico que la eventual indefinición del término seguridad social se encuentra en todos
los intentos conceptuales, los que aparentemente fracasan al pretender establecer la diferencia específica entre el
concepto seguridad social y la disciplina jurídica denominada derecho de la seguridad social.
Así, dicho autor nos brinda la que consideramos una sencilla definición de lo que debemos entender por seguridad social:
Es el conjunto de instituciones, principios, normas y disposiciones que protege a todos los elementos de la
sociedad contra cualquier contingencia que pudieran sufrir, y permite la elevación humana en los aspectos
psicofísico, moral, económico, social y cultural.
Por lo tanto, el mismo elige un lugar pacífico y prefiere arriesgarse a definir solo el concepto derecho del seguro social
Derecho Mexicano de los seguros sociales, como él también le llama--, afirmando que con menos ostentación refiriéndose
en su comentario a la vana pretensión de definir el Derecho del seguro social de la siguiente manera.
Es el conjunto de normas e instituciones que se propone la protección de los grupos que limitativamente
establecen, frente a la ocurrencia de ciertas contingencias, previamente determinadas que afecten su situación
económica o su equilibrio psico-biológico.
Nótese pues las diferencias sustanciales existentes entre la seguridad social y el Derecho del seguro social, lo que Briceo
Ruiz intenta definir y clarificar:
1. En el primero de ellos se alude al conjunto de disposiciones e instituciones de cualquier índole; y en el segundo,
solo a las de carácter jurídico.
2. La primera definición engloba a todos los integrantes de la sociedad protegidos contra todo tipio de contingencias;
en tanto que la segunda solo a ciertos grupos frente a contingencias predeterminadas en norma legal.
3. En el primer concepto alude a una elevación humana en todos los órdenes: en tanto que en el segundo solo refiere
las que afecten en los rubros económicos y de la salud humana. Grandes y sustanciales diferencias conceptuales
y teológicas, según podemos apreciar, en las que coinciden otros tratadistas contemporáneos mexicanos, entre
ellos Néstor de Buen, Gabriela Mendizábal Bermúdez, y ángel Guillermo Ruiz Moreno.
Trátese pues el derecho de la seguridad social de una disciplina relativamente reciente si se le compara con otros
derechos cuyas instituciones jurídicas tienen siglos de experiencia en su integración y conformación. Habrá entonces que
darle tiempo al tiempo para que las cosas terminen por acomodarse en el lugar que le corresponde, pues el derecho no
solo sigue a la sociedad, sino que también debe guiarle
Respecto a este último, invariablemente los tratadistas que abordan la temática han intentado focalizar las raíces del
derecho obrero en la declaración de derechos que contiene el titulo sexto, del trabajo y de la prevención social, de nuestra
carta magna fundamental, contenida en su solicitado artículo 123, el que significa por cierto un hito histórico en las
constituciones del mundo y del cual debemos sentirnos muy orgullosos como nación. Al efecto, el Juslaboralista Héctor
Santos Azuela, nos pondera sus avances evolutivos que en el derecho de la historia ha presentado:
Con la evolución Histórica de sus instituciones, el derecho del trabajo ha trasformado dinámicamente su
naturaleza, reglamentación y estudio. Incluso en la actualidad, las profundas mutaciones económico-sociales
hacen pensar seriamente en un cambio radical de sus principios.
En este sentido, se comenta con frecuencia que las normas protectoras del trabajo son exageradas y que desalientan la
inversión y la libre competencia en los mercados, encadenando el progreso y frenando la productividad. Sin embargo, se
sostiene con preocupación también, que la crisis provocada por los grandes monopolios y los turbios gobiernos
inconscientes, han provocado la ruina y con ella el desempleo, amén del deterioro paulatino de los derechos obreros. Lo
cierto es que para conocer la naturaleza de esta ciencia y las actividades o conductas que la regula, se debe determinar si
solo se ocupa del trabajo que se ejecuta por cuenta ajena (o por otro), llamado también subordinado, o si comprende a su
vez el trabajo autónomo, el que una persona realiza por cuenta propia.
Si puede abarcar incluso, el trabajo que presta al servicio del estado o si solo se reduce al estudio y reglamentación de
llamado trabajo en general que se desempeña en las empresas privadas. Dentro de la doctrina predomina la opinión de
que esta disciplina se ocupa fundamentalmente del trabajo subordinado, pero que se extiende de manera progresiva a otro
tipo de actividades humanas que, por lo común, no eran estimadas como laborales. También el investigador nacional,
Roberto Charis Gómez, nos ilustra al respecto: El trabajo -se consigna en diversas obras--, siempre ha existido en la
humanidad, surge con el hombre, referirse al origen de este a un estado paradisiaco o, en epocas prehistóricas.
Ambos criterios se anteponen, en virtud de que conforme a la primera tesis: la humanidad se inicia con una especie de -
edad de oro-; el mundo nace esplendoroso del caos, y la tierra fértil y pródiga no esperaba sino un rey: el hombre.
Conforme al segundo observamos la lucha del hombre con la naturaleza, en la que este debe enfrentarse con fieras y con
el hombre mismo; que su instinto de supervivencia le permitir obtener éxitos y en otros casos, superar sus primeros
fracasos. Independientemente de las dos concepciones descritas, debemos resaltar que el trabajo es: consubstancial con
el hombre; el hombre ingresa a la vida consciente trabajando. La propia naturaleza se lo impone, puesto que el hombre es
el único ser que necesita la transformación de los frutos de la naturaleza, e incluso para alimentarse.
Por tal razón, debemos señalar que el trabajo ha sido el factor determinante del progreso de la humanidad, gracias a ello
se han dado los cambios en las sociedades, en los Estados, por constituir este una manifestación de las potencias
humanas e integra la tarea de realización substancial en la persona, favoreciendo el desarrollo de su personalidad su
función creadora pone de manifiesto las virtudes y potencialidades que encierra la persona esto no hace sino confirmar la
condición dignificante del trabajo y marcar su fundamento, ya que pone en evidencia el dominio del hombre sobre las
cosas y que el trabajo está en función del hombre y no el hombre en función del trabajo.
Con las ideas expuestas por ambos Juslaboralistas, podemos percibir claramente como poco a poco fue surgiendo la
necesidad de regular las relaciones laborales, y que la inserción del trabajo en el Derecho tuvo serias dificultades; no
obstante, es muy probable que para los jóvenes de ahora resulte complicado comprender a cabalidad el estado de cosas
que motivó la explosión social de nuestra revolución de principios del siglo XX, así como la lacerante realidad social
proveniente de las paupérrimas condiciones que padezcan los obreros y campesinos de este país.
Algo similar ocurre con el surgimiento del seguro social básico en México, de ahí que las concepciones doctrinales y la
plena intención de instaurar este esquema protector cobraron forma apenas en la primera década de dicho siglo, cuando
los partidos políticos comenzaron a discutir y publicar sus programas de acción y oferta electoral, que al cabo de los años y
con la consolidación de las ideas victoriosas llegaran a estructurar lo que bien pudiéramos llamar ahora “El ideario de la
Revolución Mexicana”.
Acercándonos al objeto de estudio propuesto, en nuestro país la primera referencia clara sobre Seguridad Social la
encontramos en el programa del partido liberal, publicado por el grupo de los Hermanos Flores Magón, en el exilio, en la
ciudad de San Luis Missouri, Estados Unidos de Norteamérica, el 1 de Julio de 1906; en el punto 27 de dicho programa,
proponía obligar a los patrones a pagar indemnización por accidentes laborales y otorgar pensión a los obreros que
hubiesen agotado sus energías en el trabajo.
Sobre este tópico, el especialista en seguridad social Francisco Macas Rodríguez, nos señala: Este documento en la
historia de la revolución mexicana, es probablemente el que tuvo mayor influencia y trascendencia para elaborar la doctrina
y la teoría política de ese gran movimiento revolucionario. Fundado en la justicia, la moral y la razón, se pronuncia por
conseguir una educación obligatoria, restitución de ejidos y distribución de tierras, crédito agrícola, nacionalización de la
riqueza, jornadas de ocho horas, Protección a la infancia, salario mínimo, descanso dominical obligatorio, abolición de las
tiendas de raya, pensiones de retiro e indemnizaciones por accidentes de trabajo, protección a la raza indígena, expedición
de una ley de trabajo, etcétera.
A lo largo de grandes movimientos para que El derecho de la seguridad social fuera un derecho constitucional en la
actualidad lo vemos plasmado en nuestra constitución y en leyes reglamentarias como lo es ley de la seguridad social que
a la letra dicen:
LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS.
Título sexto
Del trabajo y la previsión social.
Artículo 123. Toda persona tiene derecho al trabajo digno y socialmente; al efecto, se promoverán la creación re
empleos y la organización social para el trabajo, conforme a la ley. El Congreso de la Unión, sin contravenir a las
bases siguientes, deber expedir leyes, sobre el trabajo, las cuales regirán:
A. Entre los obreros, jornaleros, empleados, domésticos, artesanos y, de una manera general, todo contrato de
trabajo
XXIX. Es de utilidad pública la Ley del Seguro Social, y ella comprender seguros de invalidez, de vejez, de
vida, de cesación involuntaria del trabajo, y enfermedades y accidentes, de servicios de guardería y
cualquier otro encaminado a la protección y bienestar de los trabajadores, campesinos, no asalariados y
sectores sociales y sus familiares.
B. Entre los Poderes de la Unión, el Gobierno del Distrito Federal y sus trabajadores:
XI. La seguridad social se organizar conforme a las siguientes bases mínimas:
a) Cubrir los accidentes y enfermedades profesionales; las enfermedades no profesionales y
maternidad; y la jubilación, la invalidez, vejez y muerte.
b) En caso de accidente o enfermedad, se conservar el derecho al trabajo por el tiempo que
determine la ley.
c) Las mujeres durante el embarazo no realizarán trabajos exijan un esfuerzo considerable y
signifiquen un peligro para su salud en relación con la gestación; gozar forzosamente de un mes
de descanso antes de la fecha fijada aproximadamente para el parto y de otros dos después del
mismo, debiendo percibir su salario íntegro y conservar su empleo y los derechos que hubieren
adquirido por la relación de trabajo. En el periodo de lactancia tendrán dos descansos
extraordinarios por día, de media hora cada uno, para alimentar a sus hijos. Además, disfrutarán
de asistencia médica y obstétrica, de medicinas, de ayudas para la lactancia y del servicio de
guarderías infantiles.
d) Los familiares de los trabajadores tendrán derecho a asistencia médica y medicinas, en los casos
y en la proporción que determine la ley.
e) Se establecerán centros para vacaciones y para recuperación, así como tiendas económicas para
beneficio de los trabajadores y sus familiares.
f) Se proporcionarán a los trabajadores habitaciones baratas en arrendamiento o venta, conforme a
los programas previamente aprobados.
Además, el Estado, mediante las aportaciones que haga, establecer un fondo nacional de la vivienda a fin de constituir
depósitos en favor de dichos trabajadores y establecer un sistema de financiamiento que permita otorgar a estos crédito
barato y suficiente para que adquieran en propiedad habitaciones cómodas e higiénicas, o bien para construirlas,
repararlas, mejorarlas o pagar pasivos adquiridos por estos conceptos. Las aportaciones que se hagan a dicho fondo serán
enteradas al organismo encargado de la seguridad social, regulándose en su ley y en las que corresponda, la forma y el
procedimiento conforme a los cuales se administra el citado fondo y se otorgarán y adjudicarán los créditos respectivos.
LEYES REGLAMENTARIAS
Ley del Seguro Social ARTÍCULO 15. Los patrones están obligados a:
I. Registrarse e inscribir a sus trabajadores en el Instituto Mexicano del Seguro Social, comunicar sus altas y bajas,
las modificaciones de su salario y los demás datos, dentro de plazos no mayores de cinco das hábiles, conforme a
las disposiciones de esta Ley y sus reglamentos;
II. Llevar registros, tales como nóminas y listas de raya en las que se asiente invariablemente el número de das
trabajadores y los salarios percibidos por sus trabajadores, además de otros datos que exijan la presente Ley y sus
reglamentos. Es obligatorio conservar estos registros durante los cinco años siguientes al de su fecha;
III. Determinar las cuotas obrero patronales a su cargo y enterar su importe al Instituto Mexicano del Seguro Social;
IV. Proporcionar al Instituto los elementos necesarios para precisar la existencia, naturaleza y cuanta de las
obligaciones a su cargo establecidas por esta Ley y los reglamentos que correspondan;
V. Permitir las inspecciones y visitas domiciliarias que practique el Instituto, las que se sujetarán a lo establecido por
esta Ley, el Código Fiscal de la Federación y los reglamentos respectivos;
VI. Tratándose de patrones que se dediquen en forma permanente o esporádica a la actividad de la construcción,
deberán expedir y entregar a cada trabajador constancia escrita del número de los trabajadores y del salario
percibido, semanal o quincenalmente, conforme a los periodos de pago establecidos. Asimismo, deberán cubrir las
cuotas obrero patronales, aun en el caso de que no sea posible determinar el o los trabajadores a quienes se
deban aplicar, por incumplimiento del patrón a las obligaciones previstas en las fracciones anteriores, en cuyo caso
su monto se destinara a servicios de beneficio colectivo para los trabajadores de la industria de la construcción, en
los términos de esta Ley. Sin perjuicio de que aquellos trabajadores que acreditaren sus derechos, se les otorguen
las prestaciones diferidas que les correspondan, con cargo a este fondo;
VII. Cumplir con las obligaciones que les impone el capítulo sexto del Título II de esta Ley, en relación con el seguro de
retiro, cesantía en edad avanzada y vejez;
VIII. Cumplir con las demás disposiciones de esta Ley y sus reglamentos, y
IX. Expedir y entregar, tratándose de trabajadores eventuales de la ciudad o del campo, la constancia de los dias
cotizados, de acuerdo a lo que establezca el reglamento de afiliación. Las disposiciones contenidas en las
fracciones I, II, III y VI no son aplicables en los casos de construcción, ampliación o reparación de casas
habitación, cuando los trabajos se realicen en forma personal por el propietario, o bien, por cooperación
comunitaria, debiéndose comprobar el hecho, en los términos del reglamento respectivo. La información a que se
refieren las fracciones I y II, podrá proporcionarse en dispositivos magnéticos o de telecomunicación en los
términos que señale el Instituto.
ARTÍCULO 16. Los patrones que por el número de sus trabajadores, en términos del Código Fiscal de la Federación,
están obligados a dictaminar por contador público autorizado sus estados financieros, para efectos del Seguro Social,
deberán presentar al Instituto copia con firma autógrafa del informe sobre la situación fiscal del contribuyente, con los
anexos referentes a las contribuciones por concepto de cuotas obrero patronales de conformidad con lo dispuesto en
el Reglamento del referido Código Fiscal. Cualquier otro patrón podrá optar por dictaminar por contador público
autorizado, sus aportaciones al Instituto Mexicano del Seguro Social en términos del reglamento mencionado.
ARTÍCULO 17. Al dar los avisos a que se refiere la fracción I del artículo 15 de esta Ley, el patrón puede expresar por
escrito los motivos en que funde alguna excepción o duda acerca de sus obligaciones, sin que por ello quede relevado
de pagar las cuotas correspondientes. El Instituto, dentro de un plazo de cuarenta y cinco días hábiles, notificar al
patrón la resolución que dicte, y en su caso, proceder al reembolso correspondiente.
ARTÍCULO 18. Los trabajadores tienen el derecho de solicitar al Instituto su inscripción, comunicar las modificaciones
de su salario y demás condiciones de trabajo. Lo anterior no libera a los patrones del cumplimiento de sus obligaciones
ni les exime de las sanciones y responsabilidades en que hubieran incurrido. Asimismo, el trabajador por conducto del
Instituto podrá realizar los trámites administrativos necesarios para ejercer los derechos derivados de las pensiones
establecidas por esta Ley.
La Federación Internacional de Personas Mayores trabaja para promover cambios positivos para las personas
mayores, de manera global.
CONCLUSIÓN
Para concluir con el desarrollo de nuestra investigación recalcaremos los puntos ms importantes. El derecho de la
seguridad social, contiene principios y doctrina propia, a la par que contempla la creación u operación de entes públicos,
con figuras e instituciones jurídicas distintas a las demás disciplinas de derecho; obviamente que todo ello ha de ser objeto
de estudio por parte de los juristas, específicamente por parte de los segurologos sociales. Lo expuesto constituye un buen
punto de partida para enfocar ya, con verdadero rigor científico y académico, entre expertos, el tema relativo a la verdadera
autónoma del derecho de la seguridad social, no solo en México sino en el resto del mundo. Por otro lado, el estudio de los
principios nos orienta a un derecho de la seguridad social integral, para saber que no es un tema solo de México si no de
unificar al mundo para una seguridad social global donde todos saldremos beneficiados. Satisfactoriamente podemos decir
que nuestro país contempla desde hace ya muchos años este Derecho constitucionalmente, sin embargo, es importante el
estudio de esta materia para que nosotros como futuros abogados difundamos la importancia del Derecho de la seguridad
social para un pronto desarrollo en el país tanto social, económico e incluso cultural. Finalmente les recordamos que la
seguridad social no es un tema que atañe solo a nuestro país si no al mundo entero y que pases en desarrollo están en la
mejor disposición de apoyar a los pases en vías de desarrollo y subdesarrollados a mejorar su sistema de seguridad social
por medio de diversas organizaciones sin fines de lucro que colaboran para un desarrollo mundial y una vida mejor.