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INTRODUCCIÓN

Entre los grandes cambios tecnológicos, económicos, políticos y sociales de este Siglo XXI la
visión generalizada que presentan distintos sectores de nuestra sociedad, observan la Formación
Ciudadana como una necesidad primordial para formar ciudadanos activos, responsables,
participativos y comprometidos con el rol que tienen al interior de la sociedad. En este contexto
la Formación Ciudadana es concebida como un pilar fundamental de los procesos de enseñanza y
aprendizaje de los estudiantes, puesto que considera las competencias necesarias para cooperar
con una sociedad plural, respetuosa, motivada, con valores éticos.
En las conceptualizaciones que se dan de la Formación Ciudadana se encuentran posiciones
diversas. Algunas de ellas la limitan a un aspecto de la relación individuo – Estado, focalizando
su contenido en el derecho de todos los ciudadanos a ejercer el voto por aquellos que van a ser
sus gobernantes. Unos autores la reducen al ámbito político, pero otros la llevan a ámbitos
diferentes: social y civil. No obstante, hay visiones mucho más amplias que ven al hombre en
todo su sistema de relaciones y, por tanto, consideran no sólo la relación individuo-Estado, sino
la relación individuo- comunidad y la del individuo con los demás individuos. Al decir de
Eduardo Gasca Pliego y Julio Cesar Olivera (2011), es una necesidad construir ciudadanos
completos, que se conciban a sí mismos como ciudadanos y no únicamente como votantes.
La formación ciudadana, indica que la meta formativa pretendida con los estudiantes es el
logro de personas con clara conciencia de sus derechos, deberes y de la importancia de su
articulación y participación en la dinámica del contexto social y político (Savater, 2000). El
propósito de la formación ciudadana va más allá de la simple promoción del conjunto de normas
que regulan la vida social y la formación de valores, actitudes que permiten al individuo
integrarse a la sociedad y ser partícipes de la reconstrucción de la dimensión de lo público, del
ámbito de la democracia y de los valores éticos y políticos que conforman el ordenamiento social.
(Quiroz; Jaramillo, 2009)
En esta investigación se considera a la formación ciudadana como dimensión de la formación
integral del profesional, para atribuir al ejercicio de la ciudadanía de los universitarios un
relevante potencial formativo, cuyo despliegue debería ser orientado en correspondencia con las
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propiedades del sistema sociopolítico y la necesidad de impulsar el desarrollo independiente de


cada habitante, sin descuidar los puntos culturales de su formación profesional para ejercer.
A partir del siglo XIX, la evolución de los derechos humanos se ha dado de forma similar en
las sociedades, pero cada una tiene su propia historia y ha recorrido su propio camino para
conquistarlos. Desde la Ilustración, la pertinencia de la formación ciudadana descansa en dos
supuestos concatenados: la necesidad que tienen los estados y los sistemas políticos democráticos
de cohesión social y legitimidad, y que tienen los niños y jóvenes de educarse como ciudadanos.
La democracia moderna se relaciona particularmente con las revoluciones francesas y
estadounidense, pero es hasta el siglo XIX que se registra una difusión amplia de la escuela
pública de carácter laico, encargada de formar ciudadanos por medio de una educación básica
gratuita a toda la población.
La Universidad no tanto como institucionalidad, sino como espacio de relaciones, es el ente
principal para formar y construir ciudadanía desde las perspectivas activas, en las que el
ciudadano con pensamiento crítico logre cuestionar, participar políticamente y resolver
situaciones comunes. Es el lugar que permite dialogar entre docente y discente, por lo cual ambos
aprenden. En este sentido, es el ambiente propio y propicio para replantear la vivencia de la
democracia y el concepto de ciudadanía. (Holguín; Penilla; Chaverra; Arango, 2018).
La Universidad mediante su labor de vinculación con la formación ciudadana y su
acercamiento con distintos planos, logrará perfeccionar su función socializadora, contribuirá de
una manera eficaz al estudio de los diferentes sujetos, instituyendo jóvenes constructivos,
resolutivos de su cotidianidad, creativos, participativos, solidarios, tolerantes y con habilidades
para solucionar los conflictos a los que se enfrenta. (Venet, 2019) La formación para la
ciudadanía en el ámbito Universitario podría constituirse en un escenario propicio que contribuya
en el camino de la reconciliación y en el ánimo de tener una sociedad más incluyente y pluralista,
de ahí la importancia de su cultivo en la formación de los futuros profesionales. La formación
para la ciudadanía va más allá de las estructuras formales de la democracia; es el camino
privilegiado que configura de manera durable en cada persona y en cada nueva generación las
virtudes cívicas y la participación activa de los ciudadanos y, por consiguiente, de absoluto
respeto a la dignidad humana. (Valencia, 2014)
La realización de esta investigación tiene como finalidad analizar la influencia de la formación
ciudadana que se proyecta desde la Universidad de La Habana, en la participación del
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estudiantado en centros de aislamiento establecidos para el enfrentamiento del contexto


epidemiológico generado por el Coronavirus. Para ello, se parte del paradigma socio-crítico, el
cual permitirá reflejar una visión holística y dialéctica de la realidad educativa de los estudiantes
Universitarios. De acuerdo con Arnal (1992) la teoría crítica es una ciencia social que no solo es
puramente empírica, sino también interpretativa. Uno de los ámbitos al que se ha aplicado ha sido
al educativo, dando respuestas a problemas específicos presente en las escuelas con la
participación de los estudiantes (Alvarado y García, 2008). La investigación trata de generarse en
la práctica comenzando con la contextualización de ésta y contando con los intereses de los
estudiantes. (Ricoy, 2006)
Para la realización de este trabajo se tomaron en cuenta fuentes bibliográficas donde se remitió
a las obras activas de autores clásicos de orientación metodológica de la Sociología de la
Educación, tales como los textos de Roberto Hernández Sampieri. También, se realizó un
bosquejo sobre el desarrollo histórico de la Formación Ciudadana en el contexto nacional hasta la
actualidad. Las investigaciones nacionales consultadas principalmente provienen de las
Universidades de Cuba, enfatizando autores pedagogos como: Héctor Constantino Thompson-
Wint, Claudina Esther Martínez-Vignon, Amanda Altavaz-Ávila, María Jesús Calderíus
Fernández, Noemí Martínez Sánchez, Acela Virgen Forestal Camejo y Elías García González. A
su vez, se consultaron investigaciones internacionales llevadas a cabo en Universidades tales
como: Universidad Nacional de Costa Rica y Universidad Autónoma de Bucaramanga de
Colombia, destacando los siguientes autores: Carlos Muñoz Labraña, Bastián Torres Durán,
Amparo Vilches, Martha Elena Curcio Borrero, Edna Patricia Camargo. La norma que se empleó
para referenciar la bibliografía y citar los textos fue la APA (American Psychological
Association).
El presente trabajo está conformado por dos capítulos: uno teórico y otro metodológico. El
primero presenta una síntesis teórica relacionada con la Formación Ciudadana: desde su historia,
tipología y teorías fundamentales. La segunda parte del diseño lo conforma el aspecto
metodológico que abarca el problema de investigación, los objetivos generales y específicos,
preguntas científicas, la operacionalización de la variable, el diseño de campo a utilizar, el tipo de
muestra seleccionada, el criterio de la muestra además de los métodos y técnicas empleados para
la posterior recolección y análisis de los datos obtenidos.
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CAPÍTULO I:
Recorrido teórico sobre las principales perspectivas de la formación ciudadana
vinculada con la educación superior.
A partir de la revisión, clasificación, análisis crítico e interpretación de la literatura en
correspondencia con la formación ciudadana y su relación con la educación, en este capítulo se
presentan de manera precisa los aportes de autores clásicos e investigadores contemporáneos de
la Sociología Política; identificando al mismo tiempo las escuelas de pensamiento más
representativas, para aproximarnos a una postura teórica-epistemológica sobre el tema que
fundamenta esta investigación.

1.1 Breve acercamiento al concepto de formación ciudadana.


La noción de ciudadanía es una de las dimensiones fundamentales sobre las que se han
constituido las democracias liberales a partir del siglo XIX. Sin embargo, no es un concepto
estático, posee historicidad y ha variado a lo largo del tiempo en relación a los cambios
experimentados en la estructura política y social. La ciudadanía surgió en la Grecia clásica, de la
democracia ateniense y de los postulados aristotélicos. Aristóteles, en su obra política, planteó
que el hombre era un animal político, que solo en el seno de la sociedad podía alcanzar su pleno
desarrollo (Aristóteles, 1988). De acuerdo con (Arendt, 2003) la ciudadanía, por tanto, consistía
en una condición de igualdad que permitía gozar de ciertos derechos, como la libertad, pero,
sobre todo, implicaba el deber de participar activamente en todos los asuntos de dicha
comunidad, procurando el bienestar de cada uno de sus miembros Para ello, era necesario contar
con ciudadanos virtuosos, es decir, comprometidos, responsables y capaces de adaptarse a las
exigencias del Estado para alcanzar el bien común (Heater, 2007). No obstante, este modelo de
ciudadanía se implementó sobre la base de amplios grupos sociales excluidos de la condición de
ciudadanos (mujeres, extranjeros y esclavos). Solo un pequeño porcentaje de la población gozaba
de la igualdad y la libertad que aseguraba esta condición (Faulks, 2000).
La concepción moderna de ciudadanía comenzó a elaborarse a principios del siglo XVI, a
partir de las reflexiones filosóficas desarrolladas desde las dos tradiciones teóricas que sentaron
las bases del estado moderno: la humanista cívica y la liberal. Desde la tradición cívica, destaca,
el aporte de los humanistas florentinos, Leonardo Bruni (1370-1444) y Nicolás Maquiavelo
(1469-1572), cuyo pensamiento político se desarrolló bajo la convicción de que la república,
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entendía como un estado basado en la libertad, solo podía alcanzarse a través de la participación
política activa. (García, 2016). Desde la tradición liberal, se desataca el aporte de John Locke
(1688), quien desarrollo la teoría de los derechos, planteando que todo hombre tenía derechos
inalienables (vida, libertad y propiedad), que no podían ser suprimidos ni limitados por el Estado,
cuya función fundamental, era respetarlos y garantizarlos de manera igualitaria para todos los
ciudadanos. En el siglo XVIII, el aporte de los filósofos ilustrados, especialmente de Rousseau,
complementó esta concepción ciudadana con tres principios fundamentales de la modernidad: la
libertad en su sentido cívico, es decir, aquella que se goza solo cuando se cumplen las
obligaciones con los conciudadanos; la igualdad entre los ciudadanos, depositarios por igual de la
soberanía; y la fraternidad, entendida como la concordia ciudadana. (Faulks, 2000; Heater, 2007).
De esta manera la ciudadanía quedó indefectiblemente vinculada con la nacionalidad. (García,
2016)
La ciudadanía como concepto se ha configurado a partir de un conjunto de discursos, prácticas
y expresiones, construidos sobre la base de condiciones sociales y culturales particulares, y que,
en momentos distintos de la historia, desde la Grecia antigua hasta nuestros días, han intentado
dar cuenta y promover cierto tipo de relación política entre los sujetos y sus comunidades de
referencia. (Venet; Suárez, 2005)
La formación ciudadana es una necesidad de la educación en el mundo; este concepto tiene
diversas definiciones. Muchos de ellos son limitados ya que solo ven un ángulo del ciudadano. La
idea principal es que la formación ciudadana abarca todo el sistema de relaciones del individuo,
donde tiene importancia el espacio social y las habilidades que debe desarrollar para su relación
con los otros. Igualmente, es de destacar que en la actualidad no puede haber formación integral
sin que se realice una formación ciudadana. (González, 2016)
Concluyendo de forma más general y en palabras de Berta M González, “por formación
ciudadana se puede entender un proceso sistemático, intencional y continuo de socialización, que
tiene el propósito de promover en la persona su condición de ciudadano, desarrollando en el la
posibilidad de ser actor, de producir su existencia, mediante la participación plena y a partir de su
interpretación de la realidad que experimenta, sin desconocer la memoria histórica, percibiendo la
posibilidad de intercambio en el espacio intersubjetivo, con actitud crítica, reflexiva y creativa
para realizar transformaciones en torno al bienestar humano”. (González, 2016, p.12)
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1.2 Principales perspectivas en el análisis sociológico de la formación ciudadana.


La teorización acerca de la ciudadanía de acuerdo a Beiner (1995), pasa por distintos debates:
teoría liberal, comunitaria, y republicana. La teoría liberal enfatiza la importancia del individuo y
su capacidad de trascender al grupo o la identidad colectiva. La comunidad política se considera
sólo como un mecanismo para maximizar los intereses particulares. Los individuos cooperarán
juntos para resolver problemas colectivos y lo harán por medio del estado que es el medio para
resolver dichos problemas. Esta teoría pone énfasis en la igualdad de derechos, asegurando que
los derechos civiles y políticos sean disfrutados de igual manera por todos los miembros de la
sociedad (Pattie, Chetal, 2004)
Algunas corrientes políticas como el liberalismo que se ocupa de reflexionar sobre la
condición del ser ciudadano resurge como alternativa mucho más amplia, sustentada en los
planteamientos de Kant y Rawls (1996); el primero de estos planteamientos concibe la sociedad
como el único orden social aceptable para personas que se reconocen a sí mismas como agentes
racionales y autónomos, el segundo avala la relación ciudadano- Estado desde los principios de
justicia, libertades cívicas e igualdad de oportunidades, que cobran especial importancia en tanto
se traduce en bienes sociales primarios. Si bien el liberalismo forja la existencia de los deberes,
privilegia los derechos individuales, promueve en la formación ciudadana la capacidad de
cuestionar la autoridad, involucrando la discusión pública y expresa confianza en una educación
que reconozca el pluralismo y el desarrollo del pensamiento crítico. (Crucio y Camargo, 2012)
La Teoría comunitaria enfatiza la importancia de la cultura del grupo étnico o la comunidad,
vinculando a los individuos para trabajar juntos en la consecución de las políticas del Estado. La
solidaridad entre los que comparten una historia o tradición confiere identidad a los que de otra
manera serían individuos atomizados y esta identidad es lo que da las bases a la ciudadanía
(Etzioni, 1995). Otros autores como Tönnies (1957), definen la comunidad como aquella referida
a un mundo relativamente pequeño, tradicional y cohesivo, de lazos directos, que se distingue de
la sociedad en que ésta se refiere a un mundo a gran escala, fragmentado individualizado y de
lazos indirectos. Para los comunitaristas la comunidad existía antes que los individuos y éstos son
definidos y determinados por aquélla. En esta teoría las relaciones entre los ciudadanos
trascienden la visión utilitarista de la concepción liberal de la ciudadanía que hemos visto
previamente.
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Para Cortina (1997), el comunitarismo más que ser una teoría en sí misma, es una crítica al
liberalismo que se fundamenta en la oposición de la idea de Rawls (1978) denominada “doctrinas
comprehensivas del bien” que no tendría asidero en la realidad práctica, ya que no existiría la
neutralidad de la concepción moral de justicia sobre la que se sustenta. El temor es a caer
inevitablemente en el totalitarismo proclamado una cultura única. (Desafíos de la Formación
ciudadana en la Era Digital, s.f.)
Por otro lado, el comunitario plantea que la ciudadanía presupone partencia plena a una
comunidad política como miembro de la misma, implica la consciencia de estar integrado a una
comunidad, dotado de una cierta identidad propia que abarca y engloba a sus integrantes
singulares, unidos a los demás por vínculos de solidaridad, cohesión social y conciencia de grupo,
virtudes que aprenden y se ejercitan en organizaciones voluntarias, la familia y otras
organizaciones cívicas. (Crucio y Camargo, 2012)
En el caso de la Teoría Republicana los lazos cívicos del ciudadano y la comunidad son
considerados como un todo y el Estado como la clave para mantener la lealtad ciudadana. Bajo
esta visión, tanto la teoría liberal como la comunitaria constituyen una amenaza para una
ciudadanía efectiva, porque la atomización del individuo no hace posible que los individuos
luchen en conjunto de manera organizada, para superar sus conflictos de interés y también porque
ciertos intereses especiales pueden dominar la agenda, si no son subsumidos mediante la
identidad colectiva (Pattie et al, 2004).
El republicanismo recoge algunos planteamientos del liberalismo y del comunitarismo y
enfatiza en la dimensión de la participación política en el ejercicio de la ciudadanía, reconoce la
autonomía, la libertad ligada al orden normativo, la ley como garantía de derechos y las
instituciones colectivas .Por ejemplo, para el liberalismo la asignación de lo político es de
carácter instrumental , mientras que para el republicanismo es una realidad que se ejerce en
función del carácter práctico del hombre en su esencia social; a su vez, esta corriente define “La
ciudadanía como concepto ético, el patriotismo como el valor supremo, la preeminencia de lo
público sobre lo privado, la austeridad en la vida y en el porte, o el cultivo de la oratoria” (Cruz.
2003, p.88)
Como señala Habermas (1998): “(…) el modelo republicano de la ciudadanía nos recuerda
que las instituciones de la libertad, aseguradas en términos de derecho constitucional, tendrán o
no valor, conforme a lo que de ellas una población acostumbrada a la libertad, acostumbrada a
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ejercitarse en la perspectiva de primera persona del plural, de la práctica de la autodeterminación.


El papel del ciudadano institucionalizado jurídicamente ha de quedar inserto en el contexto de
una cultura política habituada al ejercicio de las libertades” (Habermas, J. 1998: 627)
De esta forma se consolida el republicanismo, la idea de que los derechos asegurados son la
base fundamental para la responsabilidad, por lo tanto, la cultura política es fundamental para
garantizar la participación ciudadana. Además, se entrelazan la autonomía privada con la
autonomía pública, conjugando así una democracia deliberativa donde participen todos. De esta
manera las instituciones y la práctica ciudadana se verán efectivamente coordinadas en el espacio
dialogo. (Desafíos de la Formación ciudadana en la Era Digital, s.f.)
Según plantea Herrera (2001) el recorrido por el concepto de formación ciudadana alude a una
concepción desde los derechos civiles, sociales y políticos, pero también, desde las
responsabilidades. Dos elementos integran este planteamiento: pertenencia y participación. No se
es sujeto político, en tanto no se ejerzan estas dos dimensiones en estrecha relación con el Estado.
La ciudadanía en esta perspectiva, es contemplada como un estatus jurídico a través del cual los
individuos se consideran poseedores de un conjunto de derechos y de deberes que los hacen
miembros de una comunidad política; sujeto político para lo público y desde lo público, es allí
donde se adquiere esta dimensión que se visibiliza a través del lenguaje.
Los hechos sociales se entienden entonces como maneras de sentir, actuar o pensar. Durkheim
(1985, p. 55) considera los hechos sociales configurados como una manera fisiológica,
sociológica y cultural, en la que se desarrollan acciones colectivas en diversas realidades. El autor
insiste en el carácter explícito y externo de la acción social, afirma además que la acción
individual puede estar influida por hechos naturales que no entendemos desde el exterior, pero
que sí lo sentimos, son hechos subjetivos que solo son observables, pero no explicables.
(Simbaña; Jaramillo; Vinueza, 2004) Esta concepción sociológica inexplicable en una acción
social subjetiva y externa enriquecen a una nueva sociedad cambiante que necesita de actuaciones
colectivas. Indicadas colectividades constituyen la suma de comportamientos, creencias, prácticas
religiosas, costumbres y tradiciones distintas, pero que al sumar o estar conscientes de que la
meta es una sola, adquieren una fuerza imperativa o coercitiva a la comprensión interpretativa de
la acción social en conjunto. (Simbaña; Jaramillo; Vinueza, 2004)
De las teorías antes expuestas, podemos deducir que, la participación ciudadana encuadra
dentro del discurso republicano. El nuevo estilo de ciudadano supondría -bajo la visión
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republicana- una participación más activa en el proceso democrático y eso, según los
republicanos, es considerado como un signo de vitalidad y una oportunidad para que el sistema
político logre sus objetivos democráticos. (Ramírez, 2015)

1.3 Relación entre educación y formación ciudadana. Papel de la Universidad como


mediadora en el proceso de formación ciudadana.
La formación juega un importante papel en el desarrollo de la personalidad del individuo
como ser social. Es parte de un proceso educativo; por tal razón, la educación se considera un
sistema complejo de influencias en el que participa toda la sociedad, donde el influjo recibido se
asume de manera muy particular y diferente por cada individuo. El poder educativo tiene una
extraordinaria importancia en la transmisión y apropiación de la experiencia histórico-social que
conducen al desarrollo humano e integral de la persona. Cualquier persona o institución actúa
como agente educativo, trasladando conocimientos, hábitos y habilidades, normas y valores,
trasmitiendo el resultado de su experiencia individual y colectiva. (Martínez, 2004)
La formación ciudadana en general y la educación cívica como una de sus especialidades,
planeadas y sistematizadas para ser logradas en los integrantes de la sociedad desde el contexto
escolar, tienen su antecedente inmediato en las prácticas de instrucción cívica y de los elementos
simbólicos de la identidad nacional recibidas por las personas, incluso antes de llegar a la escuela,
ofreciendo un punto de partida al conocimiento sistematizado que, al respecto, ofrece la escuela.
Ambas, formación ciudadana y cívica, se pueden ver como procesos y como resultados no
acabados en la medida en que cada día se puede mejorar el conocimiento de lo que estas implican
(Quiroz; Orland, 2009). La relación entre educación cívica y la formación ciudadanía es de vieja
data, quizás está en la “ontología genética propia de la educación” (Magendzo, 2003).
La educación cívica ha sido abordada como “un fenómeno histórico en el cual se presenta un
análisis que da cuenta de las falencias del sistema educativo y aparece ante los individuos como
una alternativa para vincularse a su sociedad desde dos metas fundamentales: inscribirse en su
medio socio-cultural y capacitarse para acceder al mundo laboral” –como productores o como
consumidores– (Ospina, 2000). El concepto de “educación cívica” tiene como meta u horizonte el
logro de un sujeto patriota, cortés y sociable. La palabra “cívica” significa, respeto a la ciudad =
civis = polis, la forma suprema a la que llegó el Estado esclavista entre los griegos. De esta
manera la educación cívica, debía formar a los futuros gobernantes esclavistas e inculcarle el
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respeto a la propiedad privada y al derecho esclavista, el amor al Estado, a las instituciones y a


sus dioses. (Quiroz; Orland, 2009)
Ser ciudadano significa tener valores, actitudes y comportamientos democráticos: libertad,
pluralidad, respeto, participación, identidad, y crítica argumentada, actividad transformadora,
sensibilidad y emotividad social y aquellos que demanda el momento y contexto histórico y
social. (Quiroz; Orland, 2009)
Otro aspecto acerca de la formación ciudadana, es la relación íntima con los Derechos
Humanos, pero esta no certifica que una buena educación cívica sea garante de un respeto y
acceso a los derechos más elementales ni viceversa puesto que critica a los cosmopolitas y
responde a la identificación que proponen entre la educación ciudadana y la educación de los
derechos humano. Los derechos humanos son inalienables, no exigen ningún requisito extra a la
condición de ser seres humanos; la ciudadanía, en cambio, siempre implicará un estatus que exige
el cumplimiento de determinados requisitos para acceder a los derechos vinculados a ella. Por
tanto, ni siquiera ser ciudadanos del mundo podría asegurar el acceso real y universal a los
derechos humanos. En primer lugar, porque en toda institucionalidad política siempre hay un
grupo de personas que no cumple con los requisitos establecidos para la condición ciudadana, y,
por tanto, quedan expuestos a la exclusión, la discriminación y las violaciones a los derechos
humanos. (Hung, 2012).
En este sentido, Bisquerra (2008) propone promover la formación ciudadana como vía para
mejorar la convivencia democrática en la sociedad, mediante la conformación y tolerancia entre
los ciudadanos, proyectando diversos modelos de educación para la ciudadanía, que den vida a
los nuevos y distintos escenarios con los que se va manejando el desarrollo de una nación.
Instruir al ciudadano en este caso, va más allá de todos los parámetros, ya que su formación
continua está orientada hacia una perspectiva nueva de las sociedades de hoy. Para ello, ésta debe
partir de la convención de que el mundo evoluciona, cambia y se desarrolla; así que educar es
aprender constantemente enseñando a mejorar la necesidad individual y colectiva. (Ceballo, L. y
Quintero, L., 2016)
La íntima relación entre educación y ejercicio de la ciudadanía desde una perspectiva práctica
del quehacer pedagógico y del papel de la formación para la convivencia ciudadana, es lo que
debe orientar todos los esfuerzos para que la paz pueda “ser aprehendida como fin inmediato y a
la vez último de un ordenamiento político, que resulta del entendimiento de todos los grupos y
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sectores de la sociedad, en el que las diferencias de intereses y posiciones sean resueltas a través
de la convicción y no de la imposición de unos frente a otros a través de la violencia, el poder
coactivo e incluso la fuerza”. (Hoyos 2000, p. 141)
La formación debe ir más allá de la visión simplificadora o deformada que a veces dan los
medios de comunicación y propender para que cada uno pueda advertir la complejidad creciente
de los fenómenos mundiales y dominar el sentimiento de incertidumbre que esto suscita. En
primer lugar, es necesario adquirir un conjunto de conocimientos, que posibiliten aprender a
revitalizar los hechos y a tener espíritu crítico frente a las corrientes de información. Siendo las
universidades una de las principales instituciones encargadas de la Formación Ciudadana que, no
debe limitarse a preparar a un gran número de jóvenes competentes solo para las demandas
laborales. (Delors, 1996).
La universidad tiene como encargo social la formación de profesionales comprometidos con
las demandas del momento histórico, pero la formación no puede ser asumida solo por la
universidad, [porque] es resultado de la influencia ejercida por la sociedad, la escuela y la
familia. Entre los agentes que más influencia educativa ejercen en los jóvenes universitarios se
encuentran la universidad y la familia. (Horruitiner, 2006)
En el proceso de formación ciudadana en la educación superior resulta significativa la
connotación de la profesión en la integración de estos procesos, ya que los sentidos construidos
en el sistema de relaciones con otros ciudadanos adquieren un carácter cívico profesional y se
erigen en convicciones reguladoras de un desempeño social autónomo, expresado en la
generación de alternativas de transformación social encargadas a las universidades. (Calderíus;
Martínez, 2012)
Esta comprensión resulta clave para atribuir al ejercicio de la ciudadanía de los universitarios
un significativo potencial formativo, cuyo despliegue debe ser orientado en correspondencia con
las características del sistema sociopolítico y la necesidad de promover el desarrollo autónomo de
cada ciudadano, sin descuidar los aspectos culturales de su formación profesional para ejercer
deberes y derechos cívicos. (Calderíus; Martínez, 2012)
Así, la universidad debe considerarse como un espacio de consolidación de valores personales
y sociales, guiados por ideales de dignidad, libertad y justicia, que le permitirán al discente la
construcción de experiencias que involucren a otros y que favorezcan espacios de interacción
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social cimentados sobre la ética y la autonomía, aprovechando al máximo los recursos que esta
posee y ofrece. (Crucio y Camargo, 2012)

1.3 Abordaje de las principales investigaciones relacionadas a la Formación Ciudadana


en el ámbito internacional.
En el ámbito internacional son prolíficas las investigaciones que tienen de objeto de estudio la
formación ciudadana. En un contexto más próximo, en Latinoamérica abundan los estudios de
corte cívico, ubicándose la formación ciudadana como un fuerte implemento educativo en
búsqueda de mayor estabilidad política y social, donde cada ciudadano contribuya al bienestar
colectivo.
Entre los estudios relacionados a este tema, podemos citar a los investigadores pedagogos
Carlos Muñoz Labraña y Bastián Torres Durán de la Universidad Nacional de Costa Rica. El
primero reúne las percepciones del estudiantado vinculadas a la formación ciudadana que reciben
en la escuela, porque no solo se trata de efectuar una adecuada cobertura curricular de los
contenidos vinculados a la temática ciudadana, sino que también de ofrecer al estudiantado la
oportunidad de vivir en la escuela los principios y valores vinculados a ella. El segundo da cuenta
de los principales problemas y desafíos que se desprenden del discurso de los estudiantes. Los
hallazgos de su investigación confirman la distancia que existe, en materia de formación
ciudadana, entre el currículo formulado y el ejecutado. (Muñoz; Torres, 2014) Aquí los autores
ponderan el menester de lo más profundo del sentimiento propio, para que los valores que se
forjen sean los adecuados y así se puedan fortalecer los principios como ciudadano de bien y a su
vez, aptos para cumplir sus objetivos en la sociedad.
También del Instituto de Enseñanza Secundaria de Valencia Amparo Vilches y Jordi Solbes
(2004) pretenden demostrar la gran importancia de una adecuada formación de científicos y
ciudadanos responsables. Concluyen con su investigación que la mayor parte de los estudiantes a
los que se les realizó el cuestionario no son capaces de evaluar: sus implicaciones sociales,
medioambientales, culturales, económicas, etc.; las perspectivas que abre; la toma de decisiones
donde hacen suponer que todos estos aspectos son imprescindibles por su papel relevante en la
formación de una ciudadanía responsable y su preparación.(Vilches; Solbes, 2004) La formación
ciudadana es tarea de todas las entidades integradas en la sociedad, no obstante, el sistema
educativo no debe estar exento de esta, sino que la preparación académica impartida sea
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prioritariamente equitativa a este tema. La responsabilidad institucional de las escuelas radica en


la formación y trasmisión de valores, de ahí su peso como ilustradora de una sociedad preparada
y consciente.
En concordancia con lo anterior expuesto se puede destacar que las investigadoras Martha
Elena Curcio Borrero y Edna Patricia Camargo en el artículo “Universidad y formación
ciudadana”, consideran innegable que a la educación le corresponde la construcción de
ciudadanos activos, con mentalidad crítica, que los cuestione y perturbe, para que se movilicen
frente a los desequilibrios. Es necesario renovar la cultura política, de manera que la sociedad no
busque soluciones fáciles, sino que se generen maneras de convivir, de concertar, de respetar las
reglas, es decir, sujetos autónomos, factores que fundamentan la investigación que se presenta.
(Curcio; Camargo, 2012) Las autoras abogan por una educación inclusiva en su objeto de
garantizar una distribución de conocimientos que permitan el buen ejercicio de la ciudadanía.
Después de un pequeño bosquejo por algunas publicaciones latinoamericanas relacionadas con
el tema que nos ocupa en la presente investigación, podemos alegar que la formación ciudadana
está presente en el origen académico de nuestro contexto geográfico. Este hecho denota la
importancia que ostenta una educación cívica de calidad y la necesidad que tiene la colectividad
por instruir y mantener una ciudadanía íntegra en moralidad y derechos.
1.5 Un acercamiento teórico al estado de conocimiento sobre la formación ciudadana
transmitida en el ámbito de la Educación Superior en Cuba.
La formación ciudadana y cívica en Cuba se aleja de ser un tema recurrente de estudio entre
los investigadores. Entiéndase desde el punto de vista pedagógico o social, la formación
ciudadana es un punto de inflexión entre la mera educación formal y la preparación de cada
individuo para una satisfactoria vida en sociedad. Con las responsabilidades que acarrea la
ilustración de ciudadanos más respetuosos y comprometidos con los procesos sociales en que se
desarrollan, es que no debe dejarse de investigar y modificarse esta cuestión. A pesar de las
escasas producciones teóricas sobre ésta temática, investigaciones realizadas en Cuba
recientemente se pone de manifiesto la envergadura e importancia del tema en cuestión.
Una de las investigaciones, llevada a cabo en la Universidad de Ciencias Pedagógicas
“Enrique José Varona” es la realizada por la pedagoga Dr. C Amanda Altavaz-Ávila titulada “La
formación ciudadana y el desarrollo de la personalidad”, concluye que el desarrollo del ser
humano está ligado indisolublemente al proceso educativo, en el marco del cual se forma como
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ciudadano, como personalidad. La educación tiene que preparar al hombre para la vida y para el
trabajo, esto constituye la esencia del proceso educativo. (Altavaz, A. 2014)
Desde la posición de las pedagogas María Jesús Calderíus Fernández y Noemí Martínez
Sánchez de la Universidad de Santiago de Cuba en su artículo titulado “Consideraciones del
proceso de formación ciudadana del estudiante universitario. La singularidad de su dinámica
desde la actividad sociopolítica” donde expresan que la formación ciudadana de los estudiantes
universitarios como fase especial del proceso formativo continuo, atribuyendo una doble
singularidad a partir de la lógica profesionalizante del proceso universitario y la lógica
transformadora del proceso social. (Calderiús; Martínez, 2012)
De acuerdo con los investigadores MSc Acela Virgen Forestal Camejo y M. Sc Elías García
González de la Universidad de Ciencias Pedagógicas “Raúl Gómez García”, Guantánamo señalan
la sistematización teórica y práctica de la educación ciudadana revela el carácter social del
comportamiento humano donde se expresa el sistema de valores que caracterizan el civismo y
que se encuentran en plena correspondencia con los fines de la formación ciudadana. (Forestal;
García, 2014)
La tesis de Diploma realizada por la Socióloga Liena Barbosa Martínez titulada “Los
conocimientos políticos: su papel en la formación de la cultura política de los estudiantes del
Preuniversitario “Arístides Viera” del municipio de Playa de Ciudad de La Habana.” llega a la
conclusión que toda sociedad contextualiza al sujeto en la medida en que este construye, sobre
estructuras ya creadas y a la vez transformables, la época histórica en la que transita. Para esto no
solamente existen instituciones con la función de homogeneizar la percepción social de los
individuos que educan, sino que también se definen como agentes socializadores capaces de
condicionar la conducta humana. Se pudo constatar que el proceso de instrucción de las
asignaturas de Cultura Política e Historia de Cuba se caracteriza por la presencia de varios
problemas que inciden negativamente. (Barbosa, 2013).
La autora Sandra Ysabel Bulté Ramos con su tesis de Diploma del Departamento de
Sociología titulada “Las representaciones sociales de los estudiantes de 4to año de la Facultad de
Filosofía, Historia y Sociología de la Universidad de la Habana sobre el conflicto entre Cuba y
Estados Unidos en el período 17-XII/2014-I/2017” expresa que se presentan posiciones
encontradas en relación con la ideología de la Revolución Cubana y las tradiciones históricas.
Para unos, la lealtad a los principios y valores en que se sustenta esta ideología constituye la
15

principal condición que garantiza la existencia de la Revolución y sus conquistas. Para otros que
no resultan precisamente la minoría, la observancia de principios y valores (Bulté, 2017). En este
caso, la formación ciudadana hace su aparición de la forma más aséptica e imparcial o sesgada y
conveniente, pero sobretodo está presente. Un buen ejercicio de la ciudadanía observa la emisión
de criterios disímiles con respeto y apego al derecho propio y ajeno, es esta tesis un coloquio
donde se hace uso de la formación ciudadana. En ambas opiniones que se recogieron hacen gala
de ciudadanía, unos hablan de los valores trasmitidos y otros la normalización de estos, ambos
aspectos juntos al hecho de criticar y opinar, pueden atribuírsele a la formación ciudadana.
En similar condición la Socióloga con su tesis de Diploma Asnay Rodríguez Domínguez
titulado “La participación política de los estudiantes de 4º año de las carreras de filosofía, historia
y Sociología, durante el curso escolar 2016-2017”, alega que el hecho de que la mayor parte de
los estudiantes haya evaluado su participación política y la de los demás estudiantes como media,
implica el reconocimiento de un sinnúmero de elementos que implican una conciencia crítica y
autocrítica que reconoce las fortalezas y debilidades de la participación política que asumen los
estudiantes. Las principales fortalezas que se reconocen radican en la participación política no se
basa en una apatía política total, que mantienen cierto posicionamiento con determinados
aspectos políticos. (Rodríguez, 2017). La participación política es ineludible, como ciudadanos se
nos prepara para ello, además que la política repercute en la vida social y colectiva de todos. En
los resultados brindados por la investigación de Rodríguez se muestra que los estudiantes
observados poseen una buena formación ciudadana, si bien tienen el sentido autocritico de
reconocer que no tienen una alta participación, no es completa desidia por temas políticos, sino
que tienen ciertas posturas hacia los talantes políticos de su interés.
Durante la revisión de datos realizada para esta investigación, se puede encontrar que hay poca
variedad de averiguaciones y estudios acerca de la formación ciudadana y el papel de la
educación. La mayoría de los trabajos encontrados poseen un enfoque pedagógico. En la
Sociología cubana actual es imperativo esta indagación dada la carestía de estudios sociológicos
en el ámbito cívico; fue detectada muy poca obra investigativa sobre formación ciudadana,
marcando un precedente de urgencia en este campo de investigación social.
16

1.6 La Educación Superior y la Formación Ciudadana en Cuba en el contexto de la crisis


generada por el Coronavirus.
El enfrentamiento a la pandemia que supone el Covid-191 no solo compete a la esfera de la
salud. Es un hecho que la enfermedad ha removido los cimientos de la sociedad y sus dinámicas,
tal y como la conocíamos. Las relaciones sociales han sufrido un abrupto cambio, y los sujetos
sociales, tan acostumbrados a interactuar cara a cara, se han visto obligados a recluirse y aislarse,
perdiéndose valiosos espacios de socialización. Frente a tan acelerados procesos de
transformaciones sociales, económicas y culturales, se ha vuelto más que necesario el apoyo de
las Ciencias Sociales, generando investigaciones y espacios de debate que permitan explicar y
analizar las modificaciones que están teniendo lugar en niveles que van desde lo subjetivo e
individual hasta lo global y estructural. De esta forma se pueden obtener herramientas y
asesoramiento que posibiliten afrontar el presente y prepararse para el futuro. En Cuba se
visibiliza un claro ejemplo de lo anteriormente planteado, diversas son las investigaciones que se
han desarrollado desde diferentes centros y enfoques multidisciplinares que aportan
conocimientos valiosos en el enfrentamiento a la Covid-19, así como los efectos en nuestro país y
sus ciudadanos. (Paz, 2021)
En el discurso pedagógico cubano la formación ciudadana se asume como dimensión de la
formación integral del escolar (Venet, 2003), pero en el caso de los universitarios se ha
subsumido en otras dimensiones de la formación integral (Zarzar, 2004; Ramos, 2005; Alarcón,
1999) y sólo en los últimos tiempos se reconoce como dimensión de la formación del profesional
(Valmaseda, 2008).
En la educación superior cubana el activismo sociopolítico del estudiante se concreta
principalmente a través de su participación en tareas de impacto social que transitan por tutorías,
actividades vinculadas a programas y proyectos investigativos, productivos y sociales, tareas
como educadores y de actividades de organizaciones estudiantiles y políticas. (Calderíus;
Martínez, 2012)

1
Los coronavirus son una familia de virus que causan infección en los seres humanos y en una variedad de animales,
incluyendo aves y mamíferos como camellos, gatos y murciélagos. Los coronavirus que afectan al ser humano (HCoV) pueden
producir cuadros clínicos que van desde el resfriado común con patrón estacional en invierno hasta otros más graves como los
producidos por los virus del Síndrome Respiratorio Agudo Grave (por sus siglas en inglés, SARS) y del Síndrome Respiratorio de
Oriente Próximo (MERS-CoV) (Enfermedad por coronavirus, COVID-19. (2021, enero 15) Recuperado de:
https://www.mscbs.gob.es/profesionales/saludPublica/ccayes/alertasActual/nCov/documentos/ITCoronavirus.pdf)
17

La misión principal de la Universidad de La Habana es: “Contribuir al desarrollo económico,


social, cultural y político, a través del despliegue de los procesos de formación continua de
profesionales integrales; ciencia, tecnología e innovación y extensión universitaria”. (Universidad
de La Habana, s.f) Además, “Formamos personas, mejores y más capaces, comprometidas con la
sociedad y el conocimiento al servicio del ser humano. Trabajamos para la mejora continua y la
satisfacción de diferentes tipos de usuarios de nuestros resultados. Desarrollamos la cultura de
calidad que privilegie el trabajo y aprendizaje individual y colectivo, la consulta, el diálogo y el
debate argumentado que permita el avance de la ciencia y la sociedad”. (Universidad de La
Habana, s.f)
Ejemplo de esto ha sido la contribución que ha tenido el Departamento de Sociología de la
Universidad de la Habana (UH) que ha realizado un arduo trabajo asociado al enfrentamiento a
las problemáticas sociales que son consecuencias y secuelas de la pandemia. Dentro de ello la
asesoría y participación en proyectos de intervención comunitaria como la elaboración de una
Estrategia de Capacitación hacia los operadores de la línea 103 habilitada para la atención a la
violencia de género y el personal en servicio que labora fuera del hogar. Tanto alumnos como
trabajadores se ofrecieron voluntarios para ir a la Zona Roja 2 en los diferentes Centros de
Aislamiento3, destacándose por su disciplina y profesionalidad; a ellos les fue otorgada la
distinción Jóvenes por la Vida por la Unión de Jóvenes Comunistas. La Agencia Cubana de
Noticias refiere en un artículo con fecha del 1 de diciembre de 2020 que «(…) Entre marzo y
septiembre, la UH incorporó en 17 grupos a unos 207 voluntarios a los centros de aislamiento de
Bahía y Alamar VI, y a otras instalaciones de ese tipo ubicadas en Cojímar. Los equipos
laboraron, además, en los hospitales Clínico Quirúrgico Docente Doctor Salvador Allende y el
Nacional de Rehabilitación Julio Díaz, en el Instituto Preuniversitario Vocacional de Ciencias

2
Las áreas de los centros de aislamiento se clasificaron en dos zonas de riesgo, de acuerdo con las probabilidades de contacto
y proximidad con el paciente o materiales contaminados: Zona Azul (riesgo medio) y Zona Roja (riesgo alto), todo fue adaptado y
ajustado al contexto para este tipo de centro. ((Enfermedad por coronavirus, COVID-19. (2021, enero 15) Recuperado de:
https://www.mscbs.gob.es/profesionales/saludPublica/ccayes/alertasActual/nCov/documentos/ITCoronavirus.pdf)
3
Los centros de aislamiento tienen la función de segregar a personas que han estado en contacto directo o indirecto con
personas enfermas o sospechosas de padecer la COVID-19, con la finalidad de prevenir el contagio del resto de la población. Es
evidente que estos centros constituyen lugares de riesgo para las propias personas aisladas, los trabajadores, el medio ambiente y
la comunidad. (Betancourt; Calzadilla; Velázquez; Suárez, 2020)
18

Exactas Vladimir Ilich Lenin y en la Universidad de las Ciencias Informáticas (UCI)». (Paz,
2021)
De la misma forma, participaron en el envasado y etiquetado de hipoclorito al 1%, tarea de
impacto que ayudó a garantizar dicho material desinfectante para su uso tanto por la población
como por las instituciones. Sobre el tema Cubadebate publicó: «(…) Son tiempos de estar unidos,
y desde nuestra posición ayudar en todo lo posible para frenar el avance de la COVID19; en ese
sentido la Comunidad Universitaria de la Universidad de La Habana desarrolla acciones de
apoyo a las medidas adoptadas por las máximas autoridades del país.»
Además de esto, la función tan importante que ha tenido la Facultad de Matemática y
Computación en el cálculo y modelación de pronósticos sobre el comportamiento y futura
evolución de la Covid-19 en Cuba. La Geografía fue otra de las ramas de las ciencias que aportó
reveladoras contribuciones en el enfrentamiento a la COVID, con la elaboración de mapas
poblacionales que permitieran ubicar las zonas más vulnerables y ayudar así a guiar las acciones
de las autoridades sanitarias de manera más efectiva; la Dra. Nancy Pérez Rodríguez, Decana de
la Facultad de Geografía de la UH, en el espacio de la Mesa Redonda el pasado 21 de mayo del
2020. (Rodríguez; Calit, 2021)
Como resultado del trabajo activo de la UH en este último año, el pasado 1 de diciembre, en el
marco de la entrega de diplomas a los nuevos Doctores en Ciencia, se le otorgó a nuestra Alma
Mater la bandera Proeza Laboral por el servicio prestado al país durante las dos primeras olas de
pandemia; de igual manera, fueron galardonados con dicha bandera los colectivos de varias
instalaciones que fungieron como Centros de Aislamientos: la Beca de Alamar VI, la Beca del
Bahía y la Beca de F y 3era. (Rodríguez; Calit, 2021)
Desde marzo de 2020 a la fecha, más de 350 estudiantes de la Universidad de la Habana han
prestado servicios voluntarios, ejemplo de esto ha sido la inserción en el Sistema de Atención a la
Familia (SAF), la participación en la digitalización de datos para la vacunación, trabajos
productivos en Organopónicos y centros de interés social, en laboratorios de PCR analizando
muestras en tiempo real, participando como coordinadores en el ensayo clínico Fase III de
Soberana 02, donaciones de sangre; apoyo en la confección de medios de protección.
Los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución 4 están en
consonancia con estos propósitos educativos, expresados en el 116: “Promover y reafirmar la
4
Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución. La Habana: VI. Política Social; 2016-
2021
19

adopción de los valores, prácticas y actitudes que deben distinguir a nuestra sociedad”; y el 120:
“Continuar avanzando en la elevación de la calidad y el rigor del proceso docente-educativo”.
20

CAPÍTULO II:
La participación de los estudiantes de la Universidad de La Habana como expresión de la
Formación Ciudadana. Propuesta metodológica para su estudio.

1.1. Justificación del problema de investigación


El objeto de la presente investigación ha sido seleccionado por su importancia social y
relevancia actual. Las universidades, como cualquier otro centro de estudios constituyen un ente
formador, y en este caso no solo de profesionales sino también de ciudadanos responsables y
comprometidos con su papel dentro de la sociedad que todos conformamos, de ahí el interés en
conocer como contribuye la Universidad de la Habana en la formación ciudadana de su
estudiantado. Especialmente en el último año, en el que nuestro país se ha visto afectado por la
pandemia de COVID-19 y con mayor incidencia en La Habana.
Como se ha mencionado, los centros de estudios superiores juegan un papel sustancial en la
orientación social de masas, pero: ¿se ha visto anteriormente la universidad en la situación de
enfrentarse a una emergencia sanitaria de tal magnitud? ¿Qué labores enfocadas en la formación
ciudadana de sus estudiantes ha realizado la UH en medio de la pandemia?
En estos tiempos de COVID, en el que la mayoría de las personas se han visto obligadas a
permanecer en casa, en el que el Estado ha tenido una carga extra, la superestructura de la vida
social se ha visto paralizada, sin contar las innegables afectaciones psicológicas y económicas
que les correspondería su investigación a otros profesionales, es cuando la instrucción que
podamos tener como buenos ciudadanos, como actores sociales más urge. La pandemia ha
transformado la vida de todos y por tanto a la sociedad en general, esto funda una necesidad
inaplazable de investigación social en disimiles ámbitos al que no escapa el medio académico,
cuyos resultados, señalando deficiencias o logros pueden servir de apoyo para la propia
institución y de medio de divulgación, forma precisa de visibilizar la importancia de la formación
ciudadana en los jóvenes estudiantes y los resultados en está en momento de crisis.

1.2. Problema de Investigación


¿Cómo ha influido la formación ciudadana que se proyecta desde la Universidad de La
Habana, en la participación del estudiantado en centros de aislamiento establecidos para el
enfrentamiento del contexto epidemiológico generado por el Coronavirus a partir del 2020?
21

1.3. Objetivo general


Analizar la influencia de la formación ciudadana que se proyecta desde la Universidad de La
Habana, en la participación del estudiantado en centros de aislamiento establecidos para el
enfrentamiento del contexto epidemiológico generado por el Coronavirus a partir del 2020.

1.4. Objetivos específicos


1. Identificar los presupuestos de la Formación Ciudadana que están pautados desde los
documentos oficiales de La Universidad de La Habana.
2. Describir la concepción de Formación Ciudadana que tienen los estudiantes de la
muestra a partir de la instrucción que han recibido en su tránsito por la Universidad de La
Habana.
3. Analizar los comportamientos y acciones desempeñadas por el estudiantado en los
centros de aislamiento frente al contexto de crisis generado por el Coronavirus.
4. Evaluar la relación entre los valores de la Formación Ciudadana legislados en los
documentos oficiales de la Universidad de La Habana, los recibidos por los estudiantes en las
aulas universitarias y los manifestados en la práctica por los jóvenes en el enfrentamiento al
Coronavirus.

1.5. Preguntas Científicas


1. ¿Cuáles son los presupuestos de la Formación Ciudadana que están pautados desde los
documentos oficiales de La Universidad de La Habana?
2. ¿Cuál es la concepción de Formación Ciudadana que tienen los estudiantes de la
muestra a partir de la instrucción que han recibido en su tránsito por la Universidad de La
Habana?
3. ¿Cuáles son los comportamientos y acciones desempeñadas por el estudiantado en los
centros de aislamiento frente al contexto de crisis generado por el Coronavirus?
4. ¿Cuál es la relación entre los valores de la Formación Ciudadana legislados en los
documentos oficiales de la Universidad de La Habana, los recibidos por los estudiantes en las
aulas universitarias y los manifestados en la práctica por los jóvenes en el enfrentamiento al
Coronavirus?
22

a. Definición conceptual de variables


Formación Ciudadana: La formación ciudadana es aquel potencial del individuo capaz de
argumentar sus demandas, sus deseos y necesidades sociales, pero también capaz de entender el
razonamiento de los demás, el planteamiento de los otros, la diferencia y la disidencia (Savater,
2000)
Formación ciudadana en tiempos de covid: Parte de considerar que no solo la escuela tiene la
tarea política de educar para el ejercicio de ciudadanía, sino que todas las organizaciones sociales
son educadoras y en este sentido, todos somos agentes educativos en la medida en que al
relacionamos unos con otros a través de nuevas formas de hacer. La enfermedad por coronavirus
(COVID-19) ha provocado una crisis sin precedentes en todos los ámbitos. En la esfera de la
educación, esta emergencia ha dado lugar al cierre masivo de las actividades presenciales de
instituciones educativas
Centros de aislamiento: Los centros de aislamiento tienen la función de segregar a personas
que han estado en contacto directo o indirecto con personas enfermas o sospechosas de
padecer la COVID-19, con la finalidad de prevenir el contagio del resto de la población.
(Betancourt; Calzadilla; Velázquez; Suárez, 2020).

b. Operacionalización de variables
Variable Dimensiones Índices Subíndices
Sistemas de Atención a
la Familia (SAF)
Centros de aislamiento
Actividades en Asuntos Donaciones de Sangre
Participación Social
Comunitarios Confección de medios
de protección
Trabajos en
organopónicos
FEU
Formación Ciudadana en Participación política Militancia Política PCC
tiempo de COVID-19 UJC
Responsabilidad
Solidaridad
Respeto de la
convivencia
Valores Sociales Integralidad Respeto de la legalidad
Compromiso
Patriotismo
Reconocimiento del
23

derecho ajeno
Envasado y etiquetado
de Hipoclorito al 1%
Cálculo y modelación
de pronósticos sobre el
Papel de la
Facultades comportamiento de la
Universidad
enfermedad
Elaboración de mapas
para ubicar las zonas
más vulnerables
Femenino
Sexo
Masculino
Blanco
Color de piel Negro
Mestizo
Edad
Municipio de residencia
Carrera que cursa
Factores Individuales
CRD
CPE
Tipo de Curso CaD
1ro
2do
3ro
4to
Año académico 5to

c. Metodología, Métodos y Técnicas de Investigación:


Para la realización de esta investigación se utilizó como instrumento fundamental en el
levantamiento de la información del estudio: la entrevista en profundidad (en su variante
entrevista a expertos), pues posibilita restablecer una relación más personal ante la presencia
física, favorece la obtención de una información rica y variada. De igual forma, su utilización
facilita al investigador y al investigado moverse hacia atrás y hacia adelante en el tiempo
(Erlandson, 1993: En Urrutia y González, 2003).
La entrevista en profundidad, responde a la entrevista de tipo cualitativa, la cual facilitará la
obtención de información de una manera flexible y abierta (Gallardo y Moreno, 1999). Así, la
entrevista a expertos, se realizó de manera semi-estandarizada, posibilitando una mayor libertad
para introducir preguntas adicionales, precisar conceptos y obtener mayor información sobre los
temas deseados. (Hernández R., Fernández C., Baptista, P., 2014). Este tipo de entrevista tiene la
particularidad de realizarse mediante un proceso verbal, a través de una relación “cara a cara” con
24

los trabajadores de la universidad con el fin de obtener información directamente pues se


consideran como claves en la investigación por su aporte de conocimientos en los centros de
aislamiento. (Ibarra, 2001)
El tipo de investigación según la dimensión temporal es sincrónico: se refiere a un momento
único de tiempo, se realiza un corte en el tiempo y se estudia a los estudiantes en ese momento.
Además, es contemporáneo (se trata de un evento actual). En este estudio se utiliza un enfoque
cualitativo que asume una realidad subjetiva, dinámica y compuesta por multiplicidad de
contextos. El enfoque cualitativo de investigación privilegia el análisis profundo y reflexivo de
los significados subjetivos e intersubjetivos que forman parte de las realidades estudiadas; es de
carácter emergente, esto quiere decir que el plan original no puede ser prescrito de manera
absoluta, debe ser flexible e irse adaptando en relación a las características del campo de estudio
y a la información entregada por los estudiantes (Denzin; Lincoln, 2011). Según la finalidad que
se propone es descriptiva, que consiste en la caracterización de los estudiantes con el fin de
establecer su comportamiento.
d. Población y muestra:
Para la selección muestral de los expertos, además de la experiencia en la temática de esta
investigación, se tuvo en cuenta criterios como: años de experiencia laboral y experiencia en estas
actividades comunitarias. Por tanto la muestra será escogida de manera probabilística intencional
en tanto requiere no de una "representatividad de elementos de una población, sino una cuidadosa
y controlada elección de sujetos con ciertas características especificadas previamente en el
planteamiento del problema. La elección de los sujetos no depende de que todos tengan la misma
probabilidad de ser elegidos, sino de la decisión del investigador. (Hernández; Fernández;
Baptista, 1998 p.226)
Para la selección de la muestra de los estudiantes entrevistados se utilizó el método de la Bola
de Nieve la cual facilita crear mayor rapport con los entrevistados y que accedieran a participar
en la investigación.
25

CONCLUSIONES
Con la presente investigación se hace evidente el amplio campo social que abarca la formación
ciudadana y las connotaciones que adquiere, según contexto e institución implicada. La
formación ciudadana no es única e invariable, es un amplio conjunto de valores transmitidos que
tiene su sello particular en cada familia, generación, formación económico-social y hasta de cada
situación que se pueda presentar en que un individuo se encontraría inmerso, sino una sociedad
entera o al menos un grupo de esta. De ahí la importancia de su manejo como parte sumatoria de
preceptos colectivos que permitan la mejor convivencia y fomenten el desarrollo social.
Aunque para nadie es un secreto que las normas aprendidas para un buen desempeño como
ciudadanos, no siempre son bien aplicadas, es responsabilidad de las instituciones como
formadoras y transmisoras de esos bienes culturales que nombramos costumbres, virtudes o
simplemente deberes ciudadanos. La universidad, como ya hemos mencionado es de suma
importancia para la instrucción de una ciudadanía competente y responsable.
Es cuestión emergente trabajar en el mantenimiento de una formación ciudadana consecuente
con la ideología y las características de nuestra sociedad. La profundización de estos temas es
más que clara necesidad en la realidad cubana actual. Sugerimos estudio del mismo tema en otras
universidades y en instituciones varias.
26

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