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INSTITUTO HUMANISTA DE PSICOTERAPIA GESTALT

MORELIA S. C.

Reporte de lectura: Martínez, Y. Kierkegaard. Filosofía existencial para Terapeutas. Cap. 3.


Pp 51-65.

NOMBRE: Maria Fernanda Gutiérrez Molina


FECHA: martes 20 de abril de 2021

Para esta lectura me gustaría desarrollar uno de los temas más relevantes en el trabajo de
Kierkegaard. Primero comenzaré por explicar quien fue: a Soren Kierkegaard se le considera el
padre del padre del existencialismo. Fue el primero en postular que el ser humano es su
existencia y no su esencia. Tenia un enfoque en lo humano y la autorrealización que de
acuerdo a su época tenia sentido en el contexto de la revolución industrial. Esto lo lleva a
formular su pieza fundamental en la concepción de la angustia existencial.
El creía que la verdad era subjetiva, por lo tanto no puede ser regida o administrada por
subjetividad de modo que las personas deben mantener una relación directa con dios, y esa
relación, según Kierkegaard, está condicionada por la incertidumbre ya que no es posible saber
lo que se espera ante lo divino, de hecho, afirma que no es posible por medio de cualquier
doctrina comprobar el existencia de un dios de modo que la duda (tan repudiada por el
cristianismo) es un elemento de fe.
De esa forma Kierkegaard, propone una alternativa ante el ateísmo que se puede ver en la
siguiente frase “quiero creer porque dudo de dios, porque si realmente supiese que existe no lo
buscaría en todas las cosas”. Entonces creer en dios es un salto de fé y sucede al no tener una
evidencia de la certeza.
Se basa en el relato de Adán y Eva para explicar la angustia y la libertad, explica que la
decisión de adán de tomar la manzana fue un salto de fe que lo lleva de n ser pecador a serlo
en una sola decisión sin que exista una transición, pero valiéndonos del ejemplo, Kierkegaard
dice que la angustia precede a las consecuencias de una decisión ética, por ejemplo, adán
come la manzana si saber que eso era algo malo porque no conocía el mal.
Solo sabía que había una orden de no comer la manzana. Bien podía el preguntarse en su
angustia ¿Por qué no debo comer la manzana? ¿Porqué es malo? ¿cómo se lo que es malo si
no conozco este concepto? Esta es la angustia en Kierkegaard, la que precede en el pecado,
pero también es una angustia que existe gracias a que tenemos libertad. La angustia por tanto
se genera en el momento anterior al salto de fe.

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