La acción plenaria de posesión compete a todo poseedor originario o derivado, de buena o de mala fe, de bien mueble o inmueble, que haya sido lesionado en su posesión mediante la perturbación o el despojo. Se da contra el causante de la lesión posesoria que no tiene mejor derecho para poseer.
"La acción plenaria de posesión, o publiciana, compete al adquirente de buena fe
que no está en posesión de la cosa que tiene derecho a poseer con justo título aunque no lo acredite como propietario; se da contra quien posee con menor derecho y tiene la finalidad de obtener la restitución de la cosa con sus frutos y accesiones. Consecuentemente el actor deberá probar los siguientes elementos: 1.-Que tiene justo título para poseer. 2.-Que es de buena fe. 3.-Que el demandado posee el bien a que se refiere el título. 4.-Que es mejor el derecho del actor para poseer que el que alega el demandado. Para este efecto, el juzgador debe examinar cuál de los títulos invocados por las partes es mejor para acreditar el derecho a la posesión civil".
2.- ACCIÓN PUBLICIANA.
La acción PUBLICIANA es una acción pretoria, creada a fines de la República por un pretor, tal vez llamado Publicio, para proteger al poseedor de buena fe que se hallaba en vías de usucapir (Possessor ad usucapionem): tiene un carácter reivindicatorio y se basa en la ficción de que el poseedor que reúne las condiciones para usucapir ha cumplido el tiempo prescrito por la ley. El usucapiente puede recobrar gracias a ella la posesión perdida frente a cualquier poseedor de inferior calidad. Se daba: a) Al que había adquirido a domino (del dueño) pero sin las formalidades de la ley, y en ese caso era tan fuerte que el propietario civil quedaba impotente ante ella; b) Cuando el poseedor no traía causa del dominus: en este caso éste podía paralizar la acción con la exceptio justi dominii (excepción de justo dominio), y entonces la acción sólo prosperaba contra un tercer adquirente de peor condición. Compete la acción publiciana al adquirente de un bien mueble o inmueble, mediante justo título y de buena fe, que no haya perdido la posesión apta para usucapir, aun cuando todavía no haya transcurrido el término para prescribir, para que le restituya el bien con sus frutos y accesiones el demandado que de mala fe esté en posesión del bien. Si el actor y el demandado son adquirentes con justo título y de buena fe al entrar en posesión del bien y sus títulos son iguales por proceder del mismo causante, triunfará el que tenga la posesión más antigua. No procede la acción publiciana cuando el actor tenga una posesión dudosa, así como cuando no tenga su título registrado y el demandado sí lo tenga, ni tampoco contra el legítimo dueño.
Improcedencia posea UNIDAD 22. LA ACCIÓN REIVINDICATORIA
1.- DEFINICIÓN Y GENERALIDADES.
El estudio de la acción reivindicatoria es de fundamental importancia respecto al derecho de propiedad, pues constituye tanto el medio jurídico para poder obtener la restitución de una cosa que nos pertenece y que se encuentra en poder de otra persona, como la garantía misma en la efectividad del citado derecho. El artículo 4º del Código de Procedimientos Civiles en el Distrito Federal define la acci6n reivindicatoria en los siguientes términos: "La reivindicación compete a quien no está en posesión de la cosa, de la cual tiene la propiedad, y su efecto será declarar que el actor tiene dominio sobre ella y se la entregue el demandado con sus frutos y accesiones en los términos prescritos por el Código Civil". Por consiguiente, son elementos de la mencionada acción, los siguientes: a) Tener la propiedad de una cosa; b) Haber perdido la posesión de la misma; c) Estar la cosa en poder del demandado; d) Identificar el bien de que se trate. En realidad este último elemento es una consecuencia que se encuentra implícita o sobreentendida en los demás. De acuerdo con el mismo precepto, el efecto de la acción reivindicatoria es declarativo en cuanto que tiene por objeto que la sentencia reconozca que el actor ha justificado el dominio sobre la cosa materia de la reivindicación. Además, y por vía de consecuencia, también la sentencia tiene un efecto condenatorio, por cuanto que no basta reconocer la propiedad del actor, sino que debe condenar al demandado a restituir la cosa con sus frutos y accesiones en los términos prescritos por el Código Civil.
2.- COSAS QUE NO PUEDEN REIVINDICARSE.
E) Tampoco puede el propietario de un predio rústico objeto de procedimiento administrativo de dotación de ejidos que concluyó por resolución presidencial definitiva reivindicar los terrenos que le fueron expropiados en virtud de esa resolución, y de los cuales dejó de ser dueño (BIJ, 1957, 141, 4,888). F) Cuando el causante de la posesión de un poseedor derivado (ya sea éste inquilino, depositario, comodatario, etc.), pretende recuperar su cosa entonces habrá de utilizar la correspondiente acción personal (Jurisp. II, tesis 11, p. 49). Se exceptúa el caso en que el poseedor derivado sostenga ser propietario (1, 12) (J, 13).
Conforme al artículo 8' del Código procesal, se prohíbe intentar acción
reivindicatoria en relación con las siguientes cosas: a) Las que estén fuera del comercio; b) Los géneros no determinados al establecerse la demanda; c) Las cosas unidas a otras por vía de accesión y d) Las cosas muebles perdidas o robadas que un tercero haya adquirido de buena fe en almoneda, o de comerciante que en el mercado público se dedique a la venta de objetos de la misma especie, sin previo reembolso del precio que se pagó. No pueden reivindicarse los bienes que están fuera del comercio; los géneros no determinados al entablarse la demanda; las cosas unidas a otras por vía de accesión, según lo dispuesto por este código, ni los bienes perdidos o robados que un tercero haya adquirido de buena fe en almoneda, o de comerciante que en mercado público se dedica a la venta de objetos de la misma especie, sin previo reembolso del precio que se pagó. Se presume que no hay buena fe si de la pérdida o robo se dio aviso público y oportunamente.
3.- ELEMENTOS DE LA ACCIÓN: SUJETOS, OBJETIVO Y TÍTULO.
"La reivindicación compete a quien no está en posesión de la cosa de la cual tiene la propiedad y su efecto es declarar que el actor tiene dominio sobre ella y se la entregue e! demandado con sus frutos y accesiones. Así, quien la ejercita debe acreditar: a).-La propiedad de la cosa que reclama; b).-La posesión por el demandado de la cosa perseguida y c).-La identidad de la misma, o sea que no puede dudarse cuál es la cosa que pretende reivindicar y a la que se refieren los documentos fundatorios de la acción, precisando situación, superficie y linderos, hechos que demostrará por cualquiera de los medios de prueba reconocidos por la ley". Pueden ser demandados en reivindicación, aunque no posean el bien, el poseedor que para evitar los efectos de la acción reivindicatoria dejó de poseer y el que está obligado a restituir el bien o su estimación si la sentencia fuere condenatoria. El demandado que paga la estimación del bien puede ejercitar a su vez la reivindicación 4.- LA PRUEBA DEL DERECHO DE PROPIEDAD. Entramos en un punto sumamente grave: en estricta teoría el que exhibe un título de propiedad debe también probar que el autor del mismo tuvo derecho a otorgarlo, en virtud del principio NEMO PLUS JURIS AD ALIUM TRANSFERRE POTEST, QUAM IPSE HABET. Nadie puede transferir a otro más derechos que los que él mismo tiene. El actor debe probar que su autor fue propietario, y así sucesivamente, y tendría que remontarse hasta encontrar algún medio de posesión originaria, la primera ocupación de la cosa litigiosa. Siguiendo esta teoría estricta se llega a ver que es imposible prácticamente la prueba del derecho de propiedad: es la famosa probatio diabolica, la prueba del diablo, inconciliable con los intereses prácticos de la sociedad. Cuando estudiemos en el registro el sistema TORRENS, veremos que éste, ha pretendido crear una manera de probar sumamente sencilla: el que está inscrito como propietario, lo es en realidad: el REGISTRO se convierte en una fuente no sólo informativa, sino CONSTITUTIVA del derecho de propiedad. Cuando el poseedor, según enseña Pothier, establece que su posesión es anterior al título que el actor ha producido para fundar su demanda reivindicatoria, aun cuando aquél no presente título alguno, el del demandante no basta por sí solo para fundar su acción, a menos que produzca otros títulos más antiguos, por donde quede justificado que la persona por quien le fue enajenada la heredad que reivindica era efectivamente el propietario de ella, porque no pue del actor crear para sí un título haciendo que otro le venda el inmueble que no posee, sino que está en posesión del demandado, a quien se presume dueño al reivindicante, sin justificar de algún modo su derecho. Tal es el sentido por su calidad de poseedor, antes que a la persona que no la poseía y la vendió de la jurisprudencia francesa, como lo es también el de la jurisprudencia patria. (Apéndice al tomo LXXVI del Sem. Jud., tesis 19, p. 57) (Chavarría de Soriano, Felicitas y coags., p. 465, tomo XCIII, 10 jul. 1947.) La única prueba en materia de propiedad viene, pues, a ser la que se desprende de la USUCAPIÓN. Yo puedo adquirir con toda tranquilidad un predio en regiones en las que los títulos dejan mucho que desear, si constato que el que va a enajenármelo lo ha poseído por el tiempo requerido por la ley para prescribir, bien sea él solo o bien en unión de sus causantes. UNIDAD 23. ACCIONES CONFESORIA Y NEGATORIA
1.- ACCIÓN CONFESORIA
A) SUJETOS, OBJETO. ARTÍCULO 1799. Compete la acción confesoria al titular de derecho real inmueble y al poseedor del predio dominante que esté interesado en la existencia de la servidumbre. Se da esta acción contra el tenedor o poseedor jurídico que contraría el gravamen, para que se obtenga el reconocimiento, la declaración de los derechos y obligaciones del gravamen y el pago de frutos, daños y perjuicios, en su caso, y se haga cesar la violación. Si fuere la sentencia condenatoria, el actor puede exigir del reo que afiance el respeto del derecho.
1.- ACCIÓN NEGATORIA
A) SUJETOS, OBJETO. ARTÍCULO 1800. Procederá la acción negatoria para obtener la declaración de libertad o la de reducción de gravámenes de bien inmueble y la demolición de obras o señales que importen gravámenes, la tildación o anotación en el Registro Público y conjuntamente, en su caso, la indemnización de daños y perjuicios. Cuando la sentencia sea condenatoria, el actor puede exigir del reo que caucione el respeto de la libertad del inmueble. Sólo se dará esta acción al poseedor a título de dueño o que tenga derecho real sobre la heredad.