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CONCLUSIONES

En conclusión, los bienes de dominio público son todos aquellos que están destinados al uso
público, o que sirven de soporte para la prestación de cualquier servicio público, los que se
encuentran afectados en uso a alguna entidad pública, o cuya concesión compete al Estado.
Desde mi perspectiva, incluso pueden ser considerados en la definición de bienes de dominio
público los bienes para fines de interés y desarrollo social, siempre y cuando los mismos sean
objeto de una afectación en uso. Nuestro ordenamiento legal protege los bienes de dominio
público al darles la calidad de inalienables e imprescriptibles. Los bienes de dominio público
poseen una calidad o condición (para algunos autores, una “carga”) que no les permite ser
vendidos, transferidos libremente o que su propiedad pueda ser adquirida por terceros,
incluso en la vía de la prescripción adquisitiva de dominio; sin que previamente sea levantada
dicha calidad o condición de dominio público La administración, conservación y tutela de los
bienes de dominio público compete a las entidades públicas que vienen administrándolas. La
supervisión del carácter inalienable e imprescriptible de los bienes de dominio público está a
cargo de la Superintendencia Nacional de Bienes Estatales, SBN, en su calidad de ente rector
del Sistema Nacional de Bienes Estatales, sin perjuicio de las acciones o coordinaciones que
pueda hacer en conjunto con las entidades responsables por la administración y tutela del
bien.

Si la SBN comprueba la desnaturalización del uso o de la finalidad de parte de la entidad


encargada de la administración y tutela del bien de dominio público, podrá reasignar el bien a
otra entidad pública. Asimismo, de detectarse una indebida inscripción registral del bien de
dominio público, la SBN está facultada para precisar, rectificar o aclarar la titularidad del
mismo. La resolución que emita la SBN para los casos mencionados en el presente párrafo
constituye el sustento y título suficiente para su inscripción registral.

En definitiva, el dominio público es una técnica de intervención mediante la cual se afectan


ciertos bienes de titularidad pública previstos por las leyes a una finalidad pública determinada
prevista por la ley; dicha finalidad puede estar destinada al uso o al servicio público, al
fomento de la riqueza nacional o a la protección y garantía de la explotación racional de los
recursos humanos. A dichos bienes se les dotará de un régimen de protección especial y al
uso del Derecho administrativo.

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