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¿LOS CONTRATOS DE EXCLUSIVIDAD RESTRINGEN LA LIBRE

COMPETENCIA?
Para responde la pregunta precedente debemos tener en cuenta una serie de
aspectos, que se detallan a continuación (Alfredo, 2006):
1) afectaría la libre competencia en el mercado, si observamos que luego
de la celebración de este contrato la competencia directa no logra hallar
canales de distribución o incluso invertir en realizar su propia cadena de
inversión, ya que dejaría en una grabe desventaja al potencial
competidor.
2) Debemos tener en cuenta además la posición de dominio que la
empresa que suscribirá este contrato tiene dentro del mercado en el
sector que desarrolla su actividad principal, de notar la existencia de
este factor, claramente se restringiría la libre competencia.
3) también se tiene que analizar los límites de este contrato, con esto
específicamente hacemos referencia a las condiciones de salida
anticipada del contrato y el tiempo de duración del mismo, ya que si la
duración es de un plazo es extenso y su salida se ve limitada de sobre
manera por clausulas penales, evidentemente no se estaría permitiendo
considerar al distribuidor mejores ofertas durante el plazo pactado, que
no solo lo benefician sino que permitirían ingresar a un posibles
competidores al mercado.
4) Ahora no todo es malo, pues existen razones legitimas en determinados
negocios que podrían justificar este tipo de prácticas, la más evidente es
el descuento en los precios que este tipo de contratos trae, pero también
otra ventaja es que te permite asegurar cierta cantidad de ventas de
manera que se te permita realiza nuevas inversiones.
Este tipo de acuerdos muchas veces mejora la calidad del servicio que
recibe el consumidor, pues de no existir dicha exclusividad, las razones
para que el proveedor invierta en mejorar el proceso de venta o
distribución, pues dicha inversión podría ser aprovechada también por la
posible competencia.
Como observamos, el análisis de si es razonable el uso de estos contratos de
exclusividad en la práctica requiere de muchas consideraciones, que deberán
ser puestas en la balanza a efectos de determinar si esta restricción trae o no
mayores beneficios para el mercado.
En líneas anteriores se logró aclarar que para saber si dicha práctica resulta
perjudicial para el mercado se debe analizar cada caso en particular, pero en
caso de que dicho análisis sea negativo, es decir luego de sopesar las
ventajas, desventajas y las características propias de los contratantes se
observara que limita la libre competencia, nos gustaría determinar también en
que se le afectaría al consumidor, pues como se explica en la primera parte del
trabajo este se encuentra en una situación de desventaja, por lo que requiere
tutela especial, para hacer más didáctico este apartado recurriremos a un
ejemplo:
Una empresa A destinada a fabricación de determinado producto y que
claramente tiene una posición de dominio en el mercado, siendo una de
las 3 dedicadas a este rubro, hace un contrato de exclusividad con la
distribuidora B, que es la 3 empresa distribuidora de las 10 que existen
para dichos productos, de manera que esta solo pueda vender los
productos de A por un plazo de 10 años, pues en caso de incumplir con
este convenio de exclusividad durante el plazo establecido la
distribuidora tendrá una sanción monetaria cuantiosa.
Con este ejemplo, que se pone en uno de los peores escenarios para la
realización de este tipo de contratos, podemos observar que hay diversas
consecuencias:
La primera, relacionada a la competencia directa ya que al tener A una clara
posición de dominio, podría influenciar de alguna manera la posibilidad de
ingreso de la competencia al mercado, por más que existan posibles
distribuidores, por lo que es factible que la competencia encuentre otro canal
de distribución sin embargo no es seguro que esta pueda acceder a el, aunado
a ello debemos tener en cuenta también las condiciones de tiempo de dicho
contrato así como las sanciones establecidas ya que si no son favorables, no
solo afectarían al distribuidor sino incluso podría darse el caso de que dichas
condiciones con el tiempo no sean favorables para la empresa fabricante.
Pero Pongámonos en el supuesto de que exista poca, pero que exista
competencia, la segunda consecuencia es para los consumidores, si la
empresa A no ejerce abuso de su posición de dominio y no afecta la conducta
competitiva del mercado, de manera tal que regula de manera adecuada los
precios de venta de sus productos con relación a sus cotos de producción, los
consumidores no tendrían por qué verse afectados ya que el costo de venta de
la distribuidora debería ser razonable a sus propios gastos.
Es verdad que en determinados casos INDECOPI mediante la Comisión de
Libre Competencia ha determinado que existen prácticas restrictivas a la libre
competencia en la modalidad de acuerdo de distribución exclusiva, pues se ha
llegado a evidenciar la afectación para el mercado en general, pero también es
cierto que no se llegó a considerar la afectación especifica del consumidor con
este tipo de actuar, podemos observar así que esencialmente se llega a
vulnerar el principio de soberanía del consumidor. Pues, de darse el peor de los
escenarios respecto a este contrato de exclusividad, es decir un monopolio en
la fabricación y de por medio un contrato de exclusividad con un proveedor a
largo plazo que no permite la entrada de otros distribuidores al mercado
alterando de manera irracional los precios, no solo es netamente un perjuicio
económico para los consumidores sino que estaría limitando su derecho de
poder elegir que bienes y servicios requiere para poder satisfacer sus
necesidades, pues si bien es cierto que en el presente caso el producto es el
mismo, ya que se trata de monopolio en la fabricación, debemos ser
conscientes que la decisión de compra no siempre se ve guiada únicamente
por las características del producto, sino entran a tallar otras consideraciones
como precios o incluso atención al cliente, que es básicamente el indicador que
podría llegar a diferenciar a los distribuidores.

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