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Construir un carácter para agradar a Dios

Bosquejos Bíblicos
Prédica de hoy: Construir un carácter para agradar a Dios
Texto Bíblico Principal: “Mejor es el que tarda en airarse que el
fuerte; y el que se enseñorea de su espíritu, que el que toma una
ciudad” Proverbios 16:32

Introducción
La vida puede ser una constante marea de emociones. Parece
imposible estar felices todo el tiempo, pues en medio del conflicto
nuestro carácter interviene. ¿Cómo debe ser nuestro carácter para
agradar a Dios

El Creador nos pide ser benevolentes y pacientes. Sin embargo, las


situaciones de urgencia son las que sacan lo peor y mejor de nosotros.
Necesitamos de mucha sabiduría y fe para enfrentarlas con el carácter
correcto.
El Padre siempre nos llama a la serenidad y la valentía ¿podemos ser
ambas al mismo tiempo? En su nombre podemos hacer todo lo que se
nos pide, pero primero debemos estar llenos de su presencia.

I. Origen de nuestro carácter (Santiago 3:13)


Nuestro carácter es una representación de lo qué llevamos dentro. Es
cómo nos comportamos cotidianamente y en situaciones límites. Tiene
qué ver con lo que influye y trasciende en nuestra vida.
Sí vivimos una vida amargada, es probable qué eso sea lo que
reflejemos. Sí llevamos una vida cristiana, entonces nuestro carácter
debe hablar del amor de Jesús.

El carácter de cada uno no es un factor dejado al azar. Somos


responsables de lo que hacemos y decimos. Cuando alguien se enoja,
alza la voz y se excusa tras un “yo soy así” se olvida de esto.
Ese carácter que tengamos va a depender de nuestro tipo de
sabiduría. Sí queremos construir un carácter conforme a la palabra de
Dios, debemos seguirlo y escucharlo a él.
II. Carácter terrenal (Santiago 3:14-15)
Cuando consumimos información que no edifica, tendemos a actuar
de la misma manera. Terminamos formando actitudes terrenales que
nos alejan de Dios. Éstas dominan nuestro carácter y solo tienen como
fin la ruina.
Los celos, las mentiras y el orgullo son unas de las tantas actitudes
que forman un carácter perverso. En el mundo actual éstas
características son etiquetadas cómo “tóxicas”, pues realmente
destruyen personas y relaciones. Sin embargo también son netamente
mundanas, y quién conoce a Dios sabe qué debe apartarse de ellas.

Sí hay algo que nos mantiene ligados a un carácter terrenal es el


pecado. Lo vemos a diario y aparece cómo tentación del mal. Dios es
nuestra fuente infinita de fuerza, cada vez qué nos sintamos en
tentación, es necesario acudir a su nombre.

III. Carácter puro (Santiago 3:17-18)


Nosotros tenemos la misión de construir un carácter puro. En la
medida en qué nos llenemos de sabiduría de lo alto, Dios actuará en
nosotros. No es una aparición repentina, sino algo que poco a poco va
resplandeciendo en nosotros.
Tenemos un carácter agradable al Padre, cuando hacemos paz..
En las Escrituras se nos explica la paz cómo algo qué debemos hacer,
no como una sanación momentánea. La hacemos cuando somos
amables, benignos, libres de orgullo e hipocresía, puros y entregados
al Rey.
Sí se lo pedimos con constancia y practicamos todo esto, él mismo
nos ayuda a formar ese carácter qué tanto deseamos.

IV. ¿Cómo usar nuestro carácter? (Mateo 5:39)


El carácter terrenal directamente debe ser deshecho. No debemos
guardarlo para enemigos ó situaciones de emergencia. Éste nos
impide crecer así que debemos hacerlo ajeno a nuestra personalidad.
Respecto al carácter puro y dado por Dios, necesitamos usarlo todo el
tiempo. ¿Es sencillo hacer paz todos los días y en todo momento? la
mejor respuesta para esto es que todo será posible para el que cree.
Se necesita de fe y amor al Creador para estar dispuesto a aceptar
ese carácter. Él nos pide voltear nuestro mejilla izquierda, sí nos han
golpeado la derecha. No porque Dios quiera vernos sufrir, sino porque
tenemos certeza de que en su nombre seremos salvados.

Amar y agradar a Jehová se trata dee hacer sacrificios y éste es uno


de ellos.
Conclusión
Para una vida cristiana todos los aspectos de la vida son importantes.
Nada pasa desapercibido para Dios, así qué debemos cuidar nuestro
carácter.
Esa paz que profesamos en la iglesia, entre hermanos y en soledad
con el Padre, debe ir con nosotros a todas partes. En la sabiduría que
él nos brinda, ésta la clave para poder hacerlo.
La ira, el orgullo y el odio, son características de alguien que no está
siendo edificado ¿Las sientes todavía? ¡Entonces no es momento de
rendirse, sino de buscar con mas fe aún!
Jehová nos purifica para en nosotros abunden la paz y todos los frutos
del Espíritu Santo. Debemos mantener firme nuestra vida en su obra
para que así sea. Cuando empezamos agradar a Dios, no hay vuelta
atrás. Es el mejor tesoro que podemos tener y solo en él conseguimos
un propósito digno y verdadero.

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