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Mercancía: Es cualquier objeto factible de ser comercializado o intercambiado en el mercado.

Se caracteriza por poder satisfacer alguna necesidad del consumidor.


Es decir, una mercancía es cualquier bien que las personas pueden comprar y/o vender. Así, por
medio de esa transacción, se busca cubrir una demanda.
Carácter histórico de la producción mercantil:
La era mercantil del capitalismo puede considerarse culminada en el siglo XVIII, y sustituida a
comienzos del siglo XIX por la nueva era del capitalismo industrial, a partir de la Revolución
industrial. No obstante, las formas del capitalismo mercantil pervivieron en determinadas
zonas, como el sur de Estados Unidos, donde la economía esclavista de plantación restringió el
desarrollo del capitalismo comercial (limitando el mercado de bienes de consumo) e
impidiendo la legislación económica propuesta por los legisladores del norte (reforma
monetaria y bancaria,7 ferrocarril transcontinental,8 incentivos para los asentamientos en el
Oeste) para integrar las economías de los Estados y asegurar el crecimiento del capitalismo
industrial.
Bajo el capitalismo la producción de mercancías adquiere un carácter general. Se convierte en
mercancías no solo el artículo producido por el hombre, sino también su fuerza de trabajo. La
compraventa de fuerza de trabajo fue el punto de partida del desarrollo que transformó la
producción mercantil de los propietarios privados en forma dominante de relaciones
económicas.
La producción mercantil escribió Lenin, es un sistema de economía en el cual “…los productos
son elaborados por productores particulares, aislados, y cada productor se especializa en la
elaboración de un producto cualquiera, de forma que, para la satisfacción de las necesidades
sociales, es imprescindible la compraventa de los productos (que, a consecuencia de ello, se
convierten en mercancías) en el mercado.”
Rasgos fundamentales:
La producción mercantil se caracteriza por dos rasgos fundamentales: a) la división social del
trabajo b) la propiedad privada sobre los medios de producción. La división social del trabajo
posibilita la especialización de los productores en la elaboración de un producto cualquiera. La
existencia de la propiedad privada por otro lado separa a los distintos productores de forma tal
que para satisfacer sus necesidades personales y productivas es necesario la compraventa de
los productos.
Carácter del trabajo materializado en la mercancía:
El trabajo materializado en las mercancías forma el valor y determina las proporciones en que
se intercambian. Al cambiar la cantidad de trabajo invertido en la producción de unas u otras
mercancías cambia también su valor y, respectivamente, las proporciones en que se cambian
unas mercancías por otras. Por consiguiente, la base del valor de cambio de las mercancías es el
valor, determinado por la cantidad de trabajo invertido en la producción de las mercancías. El
valor de cambio es la forma de manifestarse el valor.
El único creador del valor es el trabajo. Sean cuales fueran las cualidades naturales de una u
otra mercancía, su valor depende únicamente de la cantidad de trabajo materializado en ella.
Según expresión de Marx, el valor de la mercancía no contiene ni un átomo de sustancia de la
naturaleza. El trabajo materializado en las mercancías es la sustancia del valor. Por ello la
magnitud del valor de la mercancía es determinado por la cantidad de trabajo invertido que es
necesario para su producción. la medida de trabajo y, por consiguiente, la medida del valor es
el tiempo de trabajo.
La fórmula general del capital y sus contribuciones
Marx denominó a la fórmula D – M – D’ fórmula general del capital.
El dinero final es mayor que el dinero inicial y la verdadera fórmula del capital sería D – M – D’;
en la que D’ significa el dinero que se ha incrementado.
Conversión del dinero en capital:
El dinero no se convierte en capital producto a su acumulación cuantitativa, sino como
resultado de su empleo para obtener ganancias, es decir, cuando crece el valor encarnado en el
dinero. En concepto de tesoro el dinero permanece inactivo, sin movimiento, y no proporciona
a su propietario incremento alguno. Para que se incremente, para que se convierta en capital
debe salir de sus depósitos y realizar determinado movimiento. El dinero es una forma
independiente y directamente social de la existencia del valor. Por tanto, el incremento de la
cantidad de dinero no es más que el aumento del valor. Pero no todo aumento del valor
transforma el dinero en capital.
El capital es el dinero que se valoriza. Se trata de un valor que se incrementa sin la participación
del portador del dinero en el trabajo. La fórmula de la circulación mercantil.
Mercancía Dinero Mercancía que expresa las relaciones de los simples productores, el dinero
desempeña el papel de intermediario en el cambio de las mercancías. El ciclo que transforma el
dinero en capital se expresa en una fórmula completamente distinta: Dinero Mercancía Dinero
aquí el punto de partida y final es el dinero, y la mercancía desempeña el papel de
intermediario. Pero sería absurdo este ciclo si el punto de partida y final fueran iguales por su
magnitud. En ese caso sería nomás que el cambio del dinero por dinero. El dinero final es mayor
que el dinero inicial y la verdadera fórmula del capital sería Dinero Mercancía Dinero en la que
Dinero significa el dinero que se ha incrementado. “El dinero que gira con arreglo a esta
fórmula – escribió Marx – es el que se transforma en capital. Llega a ser capital y lo es ya por su
destino.”
La fuerza del trabajo como mercancía, su valor y clasificación:
Según Marx, el obrero vende su fuerza de trabajo al capitalista, no su trabajo, funcionando
como una mercancía. A cambio, el trabajador recibe una remuneración.
Desde la óptica del marxismo, el trabajador está vendiendo su esfuerzo. Sin embargo, el valor
de este es menor al valor de lo que produce (la mercancía). Así, la diferencia entre el valor de la
fuerza de trabajo y el valor que crea el trabajador es lo que Marx y Engels denominan plusvalía.
Para Marx, además, el obrero está de alguna forma obligado a vender su fuerza de trabajo al
capitalista porque este posee los medios de producción. Por esta razón, de acuerdo con esta
teoría, los medios de producción no pueden permanecer en menos privadas, sino que debieran
ser colectivos.
Otro asunto importante para observar es que, de acuerdo con Marx, fue a partir del capitalismo
que los obreros comenzaron a vender su fuerza de trabajo como una mercancía.
Anteriormente, cuando el sistema económico se basaba en la esclavitud, por ejemplo, los
esclavos no podían ofrecer su fuerza de trabajo a cambio de un pago.
Asimismo, en la época feudal, la relación entre el señor feudal y sus siervos era menos desigual
que con los esclavos. Sin embargo, el siervo se encontraba bastante limitado y no podía decidir
libremente, por ejemplo, abandonar las tierras que ocupaba sin antes haber negociado con su
señor.
La fuerza de trabajo se convierte en mercancía solo en determinadas condiciones sociales. El
esclavo, por ejemplo, no podía vender su fuerza de trabajo. El propio esclavo con su fuerza de
trabajo pertenecía al esclavista. Se le podía vender como cualquier objeto, pero por otra parte
el esclavo no podía disponer de su fuerza de trabajo. El campesino dependiente tampoco podía
hacer esto, pues se hallaba en dependencia personal del señor feudal. Para vender su
capacidad de trabajo, el hombre debe ser formalmente, jurídicamente libre. Esto le permite
disponer libremente, a su antojo de su capacidad o fuerza de trabajo. Por otra parte, el
trabajador no ofrece su capacidad de trabajo a otra persona si posee una hacienda por muy
pequeña que sea, que le proporcione el sustento de él y su familia. Tiene que existir la
necesidad económica que obligue a ese hombre a ceder a otro su capacidad de trabajo, es decir
ese hombre carece de todo tipo de medios de producción, por lo que se ve obligado a vender lo
único que tiene: su fuerza de trabajo, y convertirse con ello en obrero asalariado.
La transformación de la fuerza de trabajo en mercancía marcó el inicio de la época del
capitalismo.
Valor económico: Es un concepto que, dependiendo la teoría del valor a la que nos refiramos,
hace referencia a la medición del valor de los distintos bienes y servicios, con base en una
utilidad esperada de los mismos.
En economía, el valor es un concepto que ha sido muy estudiado por los economistas, pues
trata de medir el valor que presentan dichos bienes económicos en la economía. Este valor está
calculado en función de una utilidad esperada de los mismos. Dependiendo de su utilidad, se
asignará un valor u otro.
Trabajo Abstracto y Concreto:
Con el trabajo, en tanto trabajo concreto, útil, se generan los bienes que componen la riqueza
material (trigo, acero, computadoras, aviones, etcétera). Precisemos que por concreto Marx
(también Hegel) entiende la reunión de lo múltiple (por eso se opone a abstracto). El trabajo,
en tanto productor de valores de uso, es concreto porque para producir esos valores de uso
específicos es necesario reunir herramientas, materia prima y habilidades específicas,
determinadas. A su vez, los distintos trabajos determinan una división social del trabajo, lo cual
es condición para que exista producción de mercancías (aunque, a la inversa, puede existir
división social del trabajo sin producción de mercancías).
Por otra parte, el trabajo abstracto se vincula orgánicamente con el valor. La razón es sencilla, y
se entiende apenas se analiza el intercambio entre mercancías que son reproducibles mediante
trabajo: si digo, por ejemplo, que x cantidad de trigo = y cantidad de tela, la ecuación está
denotando que existe algo común al trigo y la tela, que hace posible la comparación. Esta
propiedad común, dice Marx, no puede ser una propiedad física de las mercancías; la propiedad
física se relaciona con los valores de uso, y estos son cualitativamente distintos, y por lo tanto
incomparables desde lo cuantitativo. Si se pone entonces de lado el valor de uso, la propiedad
que queda es que las mercancías son productos del trabajo.
Trabajo simple y complejo:
Trabajo simple: Es aquel que no exige preparación especial alguna al operario, también se
conoce como trabajo no calificado.
Trabajo complejo: Este trabajo solicita la preparación especial de obreros que estén calificados
para ejercerlo. El trabajo complejo se concibe como un trabajo simple multiplicado.
División social del trabajo
La división del trabajo, aunque tiende a confundirse, es el origen de la especialización del
trabajo. Esta consiste en la fragmentación de las tareas necesarias para la producción de un
bien o servicio, las cuales se reparten entre una serie de individuos, habitualmente, en base a
su fuerza, capacidad, especialidad o naturaleza. Con el tiempo, la división del trabajo permitió
el incremento de la productividad en determinadas tareas mediante la especialización, así
como el desarrollo de las sociedades.
Smith consideró que, a través de la división del trabajo, el obrero iba especializándose cada vez
más en su función. Esto permitía que, al ganar experiencia en determinadas tareas, estas iban
perfeccionándose con el tiempo. A su vez, este fenómeno favorecía el desarrollo técnico de las
tareas. Esto ocurría por que los obreros especializados tenían cada vez más conocimiento sobre
la tarea, permitiéndoles el desarrollo de nuevas herramientas y técnicas. Fenómeno que le
permitía desarrollar la tarea de forma más eficiente y mecanizada.
Para Marx, y en referencia a su teoría de la lucha de clases, consideraba que, en ocasiones, la
división del trabajo provenía por una relación de dependencia por cuestiones de jerarquías,
estableciendo así un control social. Además, para Marx, la división del trabajo se expresaba de
forma más natural y de una forma más desarrollada dentro de un sistema comunista, ya que no
establecía esos principios tan jerarquizados.
Trabajo socialmente necesario, productivo e improductivo:
El trabajo socialmente: Necesario se conoce como el trabajo humano simple que cualquier
individuo tiene, este se puede convertir en trabajo complejo potenciándolo o multiplicándolo.
Para Smith el trabajo productivo: Es el que añade valor al objeto al que se incorpora y resulta
en una mercancía, fundamentalmente tangible y almacenable, con algún valor de mercado.
El trabajo improductivo: Es el que genera servicios intangibles, que no añaden valor
directamente y que, difícilmente, se pueden almacenar.
De acuerdo con lo anterior podría esperarse que para Smith todo trabajo dedicado a los
servicios fuese improductivo, pero no es así. Smith excluye de esta categoría a los comerciantes
e intermediarios, aunque mantiene en ella a los burócratas y también a los médicos, abogados,
hombres de letras y a los artistas en general.

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