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Cuerpo Alma y Mente
Cuerpo Alma y Mente
ISSN: 1405-6313
lacolmena@uaemex.mx
Universidad Autónoma del Estado de
México
México
eilhard
eilha de Chardin' escribió: "Lagrandeza del río se compren
de en su desembocadura, no en su manantial. El secreto del Hombre, igual
mente, no está en los estadios rebasados de su vida embrionaria (ontogenética
o filogenética); está en la naturaleza espiritual del alma. Ahora bien, esta
alma, llena de síntesis en su actividad, escapa a la Ciencia, cuya esencia es
analizar las cosas en sus elementos y sus antecedentes materiales. Solos, el
sentido íntimo y la reflexión filosóFica pueden descubrirlo" (De Chardin,
1956: 81). La reflexión de este científico positivista es un soplo, como el
ruah del Génesis, que nos impulsa hacia este horizonte.
San Pablo, en otro contexto, habla del alma en términos perturba
dores. Las citas que indican su creencia en tres elementos (espíritu,
alma y cuerpo) son las siguientes: I Cor. 14:14-15, Tito 1:15, Ef. 4:23,
Heb. 8:10, 1 Tes. 5:23, Heb. 4:12, 1 Cor. 15:45, 2 Tes. 2:2 (¿ ?).
Revisaremos solamente tres, entre las cuales está la más importan
te y clara. "Oraré con el espíritu, pero oraré también con la mente;
cantaré salmos con el espíritu pero también los cantaré con la mente"
(1 Cor. 14:14-15). "Para los limpios todo es limpio; más [i'r'c] para los
timientos. que es lo más cercana al "alma". dos de conciencia del individuo; es decir que
Son nombrados también sentimientos los fenómenos son "residuo" de la reducción
anímicos (la alegría o la tristeza son ejem fenomenológica.
plo de éstos). Son sentimientos puros del yo. Por eso. por esta imbricación, la acción
pero su "unión" con el yo no debe conside de la voluntad es muy reducida y estos sen
rarse uniforme, Scheler indica que puede timientos difícilmente pueden ser orientados
haber mayor o menor cercanía con el yo. Por para felicidad nuestra; más aiin, si aplico en
otra parte, es esencial notarlo, los sentimien ellos mi voluntad mediante la atención, los
tos vitales pueden influir sobre ellos, pero desarticulo, los destruyo. Por ejemplo, el ale
no dependen de ellos. Hablamos de motiva jarse voluntariamente de un sentimiento sen
ción pero no de causalidad, lo que corres sorial (quemadura), atendiendo otros asun
ponde con la forma cómo se desarrolla la tos, produce el olvido y "desaparece" el do
ciencia. Las ciencias sociales buscan la mo lor; sin embargo, a un sentimiento del alma
tivación, es decir, el futuro; ¿a dónde vamos? positivo (gozo), que si no le pongo atención
Las ciencias de la naturaleza, que tratan el crece, lo aniquilo al aplicarle mi voluntad.
determinismo, buscan las causas. Existe la Contrario al caso anterior, cuando los senti
posibilidad real de que. efectivamente, un mientos del alma son negativos (tristeza),
sentimiento del alma pueda modificarse, des si aplico lo mencionado, la acción reduce los
aparecer o dejar lugar a otro por influencia efectos negativos.
de un sentimiento vital. Un dolor lancinante Es posible ir más lejos en este análisis y
desplaza, a la larga, la alegría de un éxito proyectarse hacia modos de actuar que po
obtenido. Estas anotaciones y descubrimien drían llamarse perversos. Scheler insiste en
tos deben integrarse en la visión ética del ello diciendo que los sentimientos sensoria
hombre. Scheler. en efecto, es eticista, im les son creables por la voluntad: puedo pro
pulsado por una antropología definida por ducir en mí sensaciones con la sola volun
los planteamientos y preguntas de la ética. tad; ahora bien, propiciarlas mediante el des
La distancia psíquica del yo puede me cuido de mi salud física representa dificulta
dirse de acuerdo con la calidad de dichos sen des psíquicas sin solución real o aparente.
timientos. La presencia inevitable de los sen Este modo de tratarse a sí mismo es lo más
timientos vitales afecta a los sentimientos degradante que puede darse, ya que las ener
del alma: si la relación es muy íntima se gías superiores están orientadas y son pues
podría hablar de menos pureza en los senti tas al servicio de lo más superficial del hom
mientos del alma y, por consiguiente, de ale- bre. Voluntad, inteligencia, razón ancillae del
= jamiento del yo; por el contrario, cuando el placer o del dolor (psicopatía), esclavas del
= sentimiento del alma está desligado total- hedonismo pedestre.
I mente de los sentimientos vitales (felicidad Los sentimientos del alma son, pues, es
I a pesar del dolor físico) se logra mayor pu- tado o función del yo (la función aquí es el
lazo entre perspectiva interior y exterior, en
B 4 Jacques Maritaln (París, 1882-1973). ncoiomista. tre alma y cuerpo, Lcib). En síntesis, para el
¿ 5 Emmanuel Mounier (Gtenoble, 1905-París. 1950). cuerpo se dan las funciones vitales, para el
J personalista comunitario. yo las funciones psíquicas, para la persona
Se abre ante nuestros ojos una perspecti Existe una tradición filosófica que consiste
va que nos ubica, de mejor modo, ante un en oponer ia percepción interna a la percep
sentimiento muy común entre seres humanos: ción externa. Descartes® manifestó que la in
la simpatía. Efectivamente, puedo crear en mí terna no puede engañar. Husserl vuelve a esta
(imaginar y hacer real) un sentimiento que yo misma posición, origen de su método
no he vivido de! alma de otro. Puedo co-sen- fenomenológico, cuando ia externa no es
tir, es decir, sentir con él, experimentar la confiable; de ahí las reducciones, es decir, ei
misma pena (Scheler: 342). La etimología de trabajo de "limpieza" dei objeto por conocer,
simpatía ya lo indica: sentir con o sufrir con. envuelto en razones sociológicas, históricas
La fenomenología indica con mayor profun o religiosas. Scheler. por ei contrario, consi
didad en qué forma es posible hacer de este dera las dos opciones igualmente válidas:
"con" una realidad. Para entender ios valores dos formas eficaces de conocer-, sin embar
propios del alma del otro, recurro a ios fenó go. admite que pueden darse errores o ilu
menos de expresión. Si no he vivido nunca siones que no radican en ei camino de ia bús
los sentimientos del otro, si no los he capta queda sino en la debilidad del hombre, ma
do nunca en mi interior, me resulta imposible nifiesta tanto en una como en otra manera
establecer contacto con ellos. Sin embargo, de enfrentar ia realidad.
ia demostración exterior de tales sentimien
tos me ubica en una actitud receptiva para 6 René Descartes (La Haya, 1596-Estocoimo. 1650), ¿
compartir ios contenidos del alma del otro. racionalista, creador de la filosofía moderna.
Bibliografía