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Resumen
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Abstract
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1.-Introducción
Esta evolución ha generado que las relaciones laborales también hayan cambiado, pues el
trabajo dejó de ser el lugar donde las personas pasan la mayoría de su tiempo dejando de lado
su familia, por el que madrugan y aguantan interminables congestiones vehiculares y estrés,
generando insatisfacción en los empleados y baja productividad. Entonces, gracias a la
tecnología, se abren nuevas oportunidades para desarrollar el trabajo dentro de una empresa
o industria, y es así como el teletrabajo representa una gran opción de desenvolvimiento
laboral, donde todos ganan, el empleador, el empleado y la sociedad misma, no solo a nivel de
productividad, sino que abarca factores emocionales, sociales y ambientales.
Por otro lado, tenemos que en el trabajo presencial se dificulta la inclusión ya que la personas
con alguna discapacidad no pueden trasladarse o les resulta difícil desplazarse a su centro de
trabajo, es por ello que el teletrabajo se presentó como una alternativa idónea para la
integración de las personas discapacitadas, eliminando diferentes barreras físicas y de
espacios, más aún, si se tenía para aquel entonces, la renuencia de algunas empresas a
contratar a personas con discapacidad, quizá por no contar con espacios adecuados para las
labores de dichas personas, por lo que el teletrabajo se convertía en la mejor opción, pues
traería como ventaja mayor comodidad para el teletrabajador y la disminución del ausentismo
y riesgos dentro del centro laboral.
El trabajo presente se enfoca en la importancia que tiene el teletrabajo como herramienta que
permite a determinadas empresas optimizar el tiempo de los empleados y así mejorar la
calidad de vida de estos y mejorar las condiciones de teletrabajadores, y por consiguiente que
esta pueda ser adoptada por más empresas en nuestro país y lograr su masificación.
Después de realizar una búsqueda bibliográfica sobre el tema de trabajo, se encontraron varios
trabajos de grado y artículos de revista, que hacen referencia a esta modalidad de trabajo, a
continuación, se relacionan:
Uno de los archivos más relevante es la tesis llamada “El teletrabajo y la mejora de la
movilidad en las ciudades”, cuyo objetivo es presentar las acciones que deberían realizar las
organizaciones para incrementar la adopción del teletrabajo; siendo una modalidad de trabajo
que le ofrece bastantes beneficios a las organizaciones, a los trabajadores y a la sociedad, ya
que mejoraría la movilidad en las ciudades.
Por último, hemos encontrado información relevante en artículos importantes, tales como
“Urge revisar la ley del teletrabajo”, que es un informe legal de la Cámara de Comercio de
Lima, donde mencionan básicamente que la ley vigente sobre el teletrabajo no contiene
incentivos y que por el contrario es una especie de obstáculo para ser aplicado en el Perú;
2.-Evolucion del teletrabajo en el Mundo, Latinoamérica y en el Perú
Mundo (falta)
Latinoamérica:
Uruguay
Venezuela
Brasil
La reforma brasileña del 2017 (Ley 13467/2017) ya se habían cambiado varios puntos
de la legislación laboral, incluyendo la provisión de teletrabajo y un refuerzo de la
negociación colectiva.
Bolivia
No existe legislación expresa del teletrabajo, pero el empleador puede establecer una
modalidad temporal de teletrabajo.
La Ley General del Trabajo de Bolivia tiene como antecedente las disposiciones
vigentes del Decreto Ley de 24 de mayo de 1939, elevado a Ley de la República el 8 de
diciembre de 1942. Aquí no se incluyó al teletrabajo o trabajo control remoto.
Existe un proyecto de ley para incluir la tendencia mundial del teletrabajo, bajando su
aplicación en las personas vulnerables como mujeres embarazadas, personas con
discapacidad, personas que padezcan alguna enfermedad, etc.
Chile
No existe legislación expresa del teletrabajo
Colombia
Argentina
Ecuador
En el Perú
Esta sección tiene como objetivo analizar el teletrabajo como forma de prestación de
servicios subordinada y su regulación en la realidad peruana conforme la Ley N° 30036,
Ley que regula el teletrabajo su Reglamento aprobado por Decreto Supremo N° 017-
2015-TR y está vigente desde noviembre del 2015. El teletrabajo se presentó como
una alternativa idónea para la integración de las personas discapacitadas, eliminando
diferentes barreras físicas y de espacios, más aún, si se tenía para aquel entonces
(2013), la renuencia de las empresas a contratar a personas con discapacidad, quizá
por no contar con espacios adecuados para las labores de dichas personas, por lo que
el teletrabajo se convertía en la mejor opción, pues traería como ventaja mayor
comodidad para el teletrabajador y la disminución del ausentismo y riesgos dentro del
centro laboral. Todo ello hacía impostergable la necesidad de regular la figura del
teletrabajo que conjugaba -en ese entonces- con la flexibilidad de la seguridad laboral,
caso contrario se corría el riesgo de “deslaborizar” toda relación de trabajo.
En ese contexto, con la dación de la Ley Nº 30036, “Ley del Teletrabajo”, se pretendió
que el empresario acceda a una nueva forma de trabajo no presencial, permitiendo
generar los mismos ingresos, pero abaratando ciertos costos, beneficiando -también-
al teletrabajador; sin embargo, la figura jurídica como tal, ha sufrido una resistencia en
el Perú, quizá porque falten algunas herramientas de promoción, aplicación e
implementación para el teletrabajo. Lo que conllevado a que sea una ley casi invisible,
pero que si es utilizado por un aproximado del 5.6% del empresariado.
En noviembre del 2016, el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo firmó un
pacto nacional con los gobiernos regionales, gremios empresariales, empresas y la
sociedad civil, con la finalidad de implementar el teletrabajo en el sector público y
privado, sin embargo, lo que observamos en la realidad, es que solo fue un simple
pacto, sin que llegue a concretizarse, pues a pesar de ello, la figura jurídica del
teletrabajo, si bien es cierto era refrendada a través de la Ley Nº 30036.
Como hemos señalado líneas arriba La Ley N° 30036 - Ley del Teletrabajo – tiene por
finalidad regular esta actividad como una modalidad especial de prestación de
servicios, caracterizada por la utilización de tecnologías de la información y de las
telecomunicaciones, aplicable tanto a las entidades públicas como a las empresas del
sector privado. En efecto, el teletrabajo se caracteriza por el desempeño subordinado
de labores sin la presencia física del trabajador, denominado “teletrabajador”, en la
empresa con la que mantiene vínculo laboral, a través de medios informáticos, de
telecomunicaciones y análogos, mediante los cuales se ejercen a su vez el control y la
supervisión de las labores. Pese a su vigencia, por más de tres años y medio, la norma
es rígida y presenta vacíos, impidiendo a las empresas privadas y a las entidades
públicas aplicar esta modalidad laboral de forma masiva.
Según la regulación vigente, el teletrabajador tiene los mismos derechos y obligaciones
establecidos para los trabajadores del régimen laboral de la actividad privada. Por
ejemplo, tienen derecho a descanso semanal, vacaciones, gratificaciones, CTS, jornada
semanal, horas extras, seguro de vida, asignación familiar, sistemas de salud y
pensiones, etc. La Cámara de Comercio de Lima oportunamente ha manifestado al
MTPE la necesidad de revisar y corregir las actuales normas que regulan esta
modalidad contractual, pues la falta de incentivos y de reglas claras impiden su
implementación y su uso masivo considerando que su importancia radica en que tal
modalidad laboral ofrece múltiples ventajas a las empresas y para los propios
trabajadores.
Esta sección tiene como objetivo analizar el teletrabajo como forma de prestación de servicios
subordinada y su regulación en la realidad peruana conforme la Ley N° 30036, Ley que regula
el teletrabajo su Reglamento aprobado por Decreto Supremo N° 017-2015-TR y está vigente
desde noviembre del 2015. El teletrabajo se presentó como una alternativa idónea para la
integración de las personas discapacitadas, eliminando diferentes barreras físicas y de
espacios, más aún, si se tenía para aquel entonces (2013), la renuencia de las empresas a
contratar a personas con discapacidad, quizá por no contar con espacios adecuados para las
labores de dichas personas, por lo que el teletrabajo se convertía en la mejor opción, pues
traería como ventaja mayor comodidad para el teletrabajador y la disminución del ausentismo
y riesgos dentro del centro laboral. Todo ello hacía impostergable la necesidad de regular la
figura del teletrabajo que conjugaba -en ese entonces- con la flexibilidad de la seguridad
laboral, caso contrario se corría el riesgo de “deslaborizar” toda relación de trabajo.
En ese contexto, con la dación de la Ley Nº 30036, “Ley del Teletrabajo”, se pretendió que el
empresario acceda a una nueva forma de trabajo no presencial, permitiendo generar los
mismos ingresos, pero abaratando ciertos costos, beneficiando -también- al teletrabajador; sin
embargo, la figura jurídica como tal, ha sufrido una resistencia en el Perú, quizá porque falten
algunas herramientas de promoción, aplicación e implementación para el teletrabajo. Lo que
conllevado a que sea una ley casi invisible, pero que si es utilizado por un aproximado del 5.6%
del empresariado.
En noviembre del 2016, el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo firmó un pacto
nacional con los gobiernos regionales, gremios empresariales, empresas y la sociedad civil, con
la finalidad de implementar el teletrabajo en el sector público y privado, sin embargo, lo que
observamos en la realidad, es que solo fue un simple pacto, sin que llegue a concretizarse,
pues a pesar de ello, la figura jurídica del teletrabajo, si bien es cierto era refrendada a través
de la Ley Nº 30036.
Como hemos señalado líneas arriba La Ley N° 30036 - Ley del Teletrabajo – tiene por finalidad
regular esta actividad como una modalidad especial de prestación de servicios, caracterizada
por la utilización de tecnologías de la información y de las telecomunicaciones, aplicable tanto
a las entidades públicas como a las empresas del sector privado. En efecto, el teletrabajo se
caracteriza por el desempeño subordinado de labores sin la presencia física del trabajador,
denominado “teletrabajador”, en la empresa con la que mantiene vínculo laboral, a través de
medios informáticos, de telecomunicaciones y análogos, mediante los cuales se ejercen a su
vez el control y la supervisión de las labores. Pese a su vigencia, por más de tres años y medio,
la norma es rígida y presenta vacíos, impidiendo a las empresas privadas y a las entidades
públicas aplicar esta modalidad laboral de forma masiva.
VENTAJAS Y DESVENTAJAS
Para el trabajador: Con esta modalidad los trabajadores tendrían menores gastos en
desplazamientos, menos estrés, mayor autonomía, movilidad y flexibilidad. Así
también, más oportunidades laborales, mayor conciliación de vida laboral y familiar,
mayor especialización, mayor integración laboral en caso de personas con
discapacidad, elección del entorno de trabajo, mayor acceso a la información, mayores
posibilidades de trabajo a gusto, con dedicación y compromiso, y mayor acceso a la
formación.
Para la empresa: Supone menores costos para la compañía; mayor satisfacción de los
empleados; mayor productividad en el trabajo por objetivos, menores problemas de
clima laboral y convivencia de empleados, menores complicaciones en el control de
horarios, mejoras en los plazos de entrega, eliminación del ausentismo laboral,
facilidad de expansión, implementación de nuevas tecnologías para el bien de la
empresa, menor contaminación y mayor aprovechamiento de los puestos de trabajo.
El problema al que puede llevar el teletrabajo es que muchos empleados no se
conocen y ello no facilita el trabajo en equipo. Además, pueden tender a un
sedentarismo que afecte a la salud y traiga consecuencias imprevistas. Esto se puede
solventar combinando el teletrabajo con algunos días del trabajo en oficina con un
mayor número de días. Se considera como desventaja los inconvenientes que se
pueden presentar para la supervisión y fiscalización de las labores, pues deben de
efectuarse por medios digitales. En todo caso, se debe tomar en cuenta los resultados
y objetivos de las tareas encomendadas.
)
Al amparo de tal escenario el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE)
junto con el Ministerio de Salud (MINSA) emitieron documentos a favor de dicha
modalidad de trabajo como la guía para la aplicación del trabajo remoto ( D.S - No.
072-2020-TR) que define a trabajo remoto como la prestación de servicios subordinada
que realiza un trabajador/a que se encuentra físicamente en su domicilio o en un lugar
de aislamiento domiciliario realizado a través de medios o equipos informáticos, de
telecomunicaciones (análogos, telefonía u otros), así como de cualquier otra naturaleza
que posibilite realizar las labores fuera del centro de trabajo, siempre que la naturaleza
de las labores lo permita teniendo en cuanta que este denominado trabajador remoto
tiene los mismos derechos y obligaciones establecido por el régimen laboral de la
actividad privada y estatal en forma presencial .
Resumiendo:
Uruguay
Venezuela
Brasil
Bolivia
Chile
Colombia
Argentina
Ecuador
Base Legal
Ley 30036, Ley que regula el Teletrabajo Decreto de Urgencia 026-2020 (artículos
16, 17, 18, 19 y 20)
Ámbito de Los trabajadores y servidores civiles cuyas El sector público y privado pueden
aplicación labores se ejecuten en el territorio. modificar el lugar de prestación de
servicios de todos sus trabajadores, en el
marco de la emergencia sanitaria por el
COVID-19, identificar y priorizar a los
trabajadores considerados en el grupo de
riesgo por edad y factores clínicos con
efecto de aplicar el trabajo remoto
obligatorio.
Duración La que determinen las partes. La que determinen las partes, pero solo se
puede aplicar durante la vigencia de la
emergencia sanitaria.
Capacitación • Brindar capacitación sobre los medios Solo aplica en caso el empleador ponga en
y informáticos, de telecomunicaciones y funcionamiento sistemas, plataformas, o
compensació análogos que emplearán para el aplicativos informáticos distintos a los
n desempeño de la ocupación específica, utilizados por el trabajador con
dicha capacitación se realiza antes de anterioridad y que requieran capacitación,
el trabajador deberá participar del
programa de capacitación a través de los
iniciarse la prestación de servicios. mecanismos que habilite el empleador
para el uso adecuado de los mismos, de
• Pago de la compensación por las manera previa a la implementación del
condiciones de trabajo asumidas por el trabajo remoto o al empleo de los mismos.
teletrabajador, que debe efectuar el
empleador o entidad pública. Cuando corresponda, la acreditación de la
capacitación estará a cargo del empleador.
Obligaciones • Cumplir con la normativa vigente sobre Cumplir con la normativa vigente sobre
del seguridad de la información, protección y seguridad de la información, protección y
trabajador confidencialidad de los datos y seguridad confidencialidad de los datos, así como
y salud en el trabajo. guardar confidencialidad de la información
proporcionada por el empleador para la
• Guardar confidencialidad de la prestación de servicios.
información proporcionada por el
empleador o entidad pública para la Cumplir las medidas y condiciones de
prestación de servicios. seguridad y salud en el trabajo informadas
por el empleador.
• Durante la jornada de trabajo o servicio,
el teletrabajador deberá estar disponible Estar disponible, durante la jornada de
para las coordinaciones con el empleador trabajo, para las coordinaciones de
o entidad pública, en caso de ser carácter laboral que resulten necesarias.
necesario.
Entregar o reportar trabajo encargado en
los horarios establecidos por el empleador
dentro de su jornada laboral. Participar de
los programas de capacitación que
disponga el empleador.
Por otro lado, respecto a las capacitaciones y compensaciones, si bien es cierto en ambos
contextos se debe capacitar a los trabajadores sobres los programas informáticos y
plataformas a usar, en el teletrabajo los pagos por parte del empleador deben ser asumidos
por este, mientras que en el trabajo remoto los empleadores y trabajadores pueden acordar la
compensación de gastos adicionales.
Llegando a la conclusión que el trabajo remoto tiene menos derechso laborales que el
teletrabajo
SITUACIÓN PROBLEMÁTICA
El teletrabajo en el Perú, una modalidad de trabajo que surgió el 2013, no ha tenido una gran
expansión en el mercado laboral peruano. En el 2019, tras seis años de vigencia de la ley de
teletrabajo, solo alrededor de 2,000 trabajadores estaban empleados en esta modalidad, lo
que representa el 0.01% de la fuerza laboral.
Si la comparamos con la modalidad del trabajo remoto, implementada el 15 de marzo del 2020
por la Covid-19, este logro para el 31 de julio más de 220,000 trabajadores remotos.
Según el abogado laboralista German Lora, esto no solo se debe a la coyuntura por la
pandemia, sino también, se explica porque las condiciones regulatorias de la modalidad de
trabajo remoto facilitaron su aplicación en comparación al teletrabajo.
Para la Cámara de Comercio de Lima, hay la necesidad de revisar y corregir las actuales normas
que regulan esta modalidad, pues la falta de incentivos y de reglas claras impiden su
implementación y su uso masivo.
Considerando estas opiniones podemos concluir que la normativa del teletrabajo tiene varios
aspectos que no resultan claros para el empleador, esto hace que los empleadores no se
animen a contratar a empleados en esta modalidad.
Problema: La falta de incentivos y de reglas claras en la actual ley del teletrabajo en el Perú.
Causas: Los vacíos legales de la ley actual, la poca flexibilidad y los costos elevados de
contratar a un teletrabajador.
RecomendacioN: ¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿
a) Jornada laboral
b) Inspección en el teletrabajo.
La inspección o fiscalización puede ser por dos frentes, una por el organismo
regulador SUNAFIL y la otra por el empleador.
Por SUNAFIL:
Por el empleador:
“El teletrabajador tiene los mismos derechos y beneficios que los trabajadores que
prestan servicios bajo la modalidad convencional, de acuerdo al régimen al que
pertenezca cada teletrabajador, salvo aquellos vinculados a la asistencia al centro
de trabajo. Entre los derechos que serán garantizados se encuentran (...) seguridad y
salud en el trabajo, en lo que fuera pertinente y considerando las características
especiales del teletrabajo.”
Se infiere que los problemas de salud en los que pueda incurrir el teletrabajador son cubiertos
por el seguro pagado por el empleador. No obstante, esto no elimina el perjuicio que puede
generar en la persona, los cuales se vuelven un obstáculo para la recepción eficiente de esta
modalidad por parte del empleador.
El primer punto a analizar son los problemas no físicos. Entre estos están la fatiga por el
confinamiento, el desgaste mental por el uso constante de las TIC, el estrés por la baja o nula
interacción con otros trabajadores y el generado por la incertidumbre que puede percibir el
trabajador respecto a su situación laboral.
Los dos primeros factores consisten en el desgaste que realiza el trabajador al desarrollar sus
actividades en un espacio cerrado y empleando equipos que requieren capacitación e
involucran un desgaste. Según Venegas y Leyva (2020), este factor se puede reforzar en un
ambiente social de incentivo al miedo a la seguridad, provocando cuadros de problemas
psicológicos y violencia en la persona. De esta manera se puede entender por qué los países
europeos, siendo los principales en recibir el impacto de la COVID-19 y por tanto los primeros
en realizar la adaptación al trabajo remoto, muestra un aumento en el número de trabajadores
que buscan reducir o cambiar la modalidad de trabajo a la presencial (Morgan Stanley, 2020).
Luego está el estrés generado por la baja interacción con otros trabajadores. El trabajo desde
casa conlleva una percepción de “trabajo personal”, debido a que el trabajador no interactúa
de manera directa con sus compañeros. Por tanto, no se percibe la retroalimentación o
respaldo que se puede generar en un ambiente laboral de interacción social, y por tanto,
ocasiona estrés y malestar en el trabajador. Este factor ha sido resaltado en el trabajo de López
y Neira (2019) sobre los trabajadores del Banco de Crédito del Perú (BCP).
Por último, está el factor emocional asociado a la incertidumbre sobre la situación laboral. Este
factor involucra el estrés que experimenta el trabajador al sentirse inseguro sobre su
estabilidad laboral debido a dos causas principales. La primera causa consiste en la
“competencia” que puede experimentar el trabajador frente a sus compañeros que trabajan
bajo la modalidad presencial y que percibe que pueden tener mayores oportunidades de
destacar, aunque esto ha ido perdiendo importancia tras la masificación del trabajo remoto
por la emergencia sanitaria. Luego, está la sensación de “limitación” que puede sentir el
trabajador mediante el trabajo remoto. Es decir, se percibe que no se está desenvolviendo a
plenitud debido a las limitaciones que puede conllevar la modalidad remota, lo cual puede
generar que el trabajador piense podría ser reemplazado debido al decrecimiento en su
rendimiento.
Por otro lado, los perjuicios físicos también generan un obstáculo a la recepción del
teletrabajo. Entre estos se destacan los problemas musculares, problemas de vista y
problemas cardiovasculares.
Entre los problemas musculares, Rojas (2020) identifica los movimientos repetitivos:
“Son las posiciones de trabajo donde una o varias partes del cuerpo humano dejan de
estar en una posición natural y pueden traducirse en lesión. En el caso del teletrabajo
se considerarían sin sobrecarga y el problema radicaría en el tiempo en que un
trabajador realiza su labor con condiciones ergonómicas desfavorables” (Rojas,
2020).
Los problemas de vista comprenden aquellos originados por el período prolongado expuesto
frente a la pantalla. Entre estos están el cansancio visual, sequedad en los ojos, vista borrosa,
entre otros (Gestión, 2020).
Finalmente, los problemas cardiovasculares son aquellos originados por dos causas. La primera
causa es la baja o nula actividad física debido a las condiciones que exige el teletrabajo (Rojas,
2020). La segunda causa es por la carga mental, que puede originar problemas
cardiovasculares y riesgos, además de problemas de hipertensión y coronarios (Venegas y
Leyva, 2020).
Si bien el gobierno ha establecido medidas para aliviar el riesgo asociado a estos problemas,
entre ellos la medida de desconexión digital y modificación de la ley 30036 respecto a los
beneficios laborales, es necesario precisar que todavía se necesitan políticas para incentivar el
trabajo desde casa y a su vez no atentar contra la salud del trabajador.
Es decir, se establece claramente que el trabajador puede optar por proveer por su parte los
equipos y servicios que requiera la actividad, pero es compensado en la totalidad de estos
gastos y cualquier otro adicional en el que se pueda incurrir durante la actividad.
Por el otro lado, el trabajo remoto promulgado mediante el decreto de urgencia Nº 026-2020
muestra reglas más flexibles en cuanto a los equipos provistos, puesto que estos pueden ser
dados tanto por el empleador como propios del trabajador, disminuyendo la carga en costos
que tenía que pagar el primero en comparación a la ley 30036. De manera textual, en el
artículo 19:
“Los equipos y medios informáticos, de telecomunicaciones y análogos (internet,
telefonía u otros), así como de cualquier otra naturaleza que resulten necesarios para
la prestación de servicios pueden ser proporcionados por el empleador o el
trabajador.” (El Peruano, 2020).
Esta medida tiene un efecto positivo para el empleador y negativo para el trabajador, en
comparación a la medida anterior, debido a que el primero puede que solo incurra en costos
adicionales en caso el trabajador incurra en gastos adicionales a su situación actual. Por
ejemplo, si se necesita una conexión a internet de mayor velocidad, si se necesita algún
hardware adicional para la actividad, etc.
Se hace énfasis en el puede debido a que la norma no es clara respecto a cómo se deben
asumir los costos. Si la actividad implica un mayor uso de luz, una conexión a internet de
mayor velocidad, una computadora con mayor capacidad, etc, estos costos pueden ser
asumidos tanto por el empleador como por el empleado. Es decir, el trabajador puede incurrir
en mayores costos y podría asumir la totalidad de ellos.
Además, se reafirma el carácter ambiguo de esta norma frente a ciertas situaciones. Un caso
para considerar puede ser si ocurre alguna avería en los equipos empleados por el trabajador.
Determinar si es a causa del desgaste del equipo o debido a una manipulación incorrecta del
trabajador puede resultar complejo, causando perjuicios notables en el ingreso del trabajador.
Entonces, es necesario no solamente desarrollar una precisión en cuanto a este punto, sino
también proveer de métodos para determinar los costos adicionales y también un mecanismo
de fiscalización que de manera objetiva pueda determinar cómo emplea los equipos el
trabajador. Si bien el último punto puede atentar contra la privacidad del trabajador, resulta
necesario para no vulnerar sus remuneraciones.
Conclusiones
Bibliografia