Está en la página 1de 19

Derroteros feministas

en la Argentina a principios del siglo XX.


Una aproximación desde la prensa
de Bahía Blanca1 *

Lucía Bracamonte**

RESUMEN
El objetivo general del presente artículo es analizar las manifestaciones
que adquiere el feminismo en un ámbito urbano del sudoeste de la
Provincia de Buenos Aires, como la ciudad de Bahía Blanca. Más
específicamente, se estudian las concepciones de quienes adhieren a
ideas feministas, vehiculizadas por la prensa periódica local en las tres
primeras décadas del siglo XX. Se abordan las características que asume
la presencia del tema del feminismo en el campo periodístico, así como
los debates que genera su definición y las posturas de sus adherentes
en torno a los tres tópicos que integran la denominada cuestión de la
mujer: la educación, la participación política y el trabajo.

Palabras clave: feminismo, prensa, educación, participación política, trabajo

ABSTRACT
The main objective of this paper is to analyze the different manifestations
of the feminism in an urban area in the southwest of Buenos Aires
Province like Bahía Blanca. In particular, the study is center on the
conceptions of those that are in favor of the feminist ideas, and that are
present in the local media, periodical journals, in the first three decades
of the XXth Century. The characteristics that has the feminism presence
as a subject in the press field, and the debates that the different positions
generate around its definition and the three topics that form part of the
women question: education, political participation and work, are analyzed.

Keywords: feminism, press, education, political participation, work.

* Fecha de aceptación: 26 de mayo de 2008.


** Doctora en Historia, Universidad Nacional del Sur.
1
Este artículo se vincula con la tesis de doctorado Mujeres y trabajo. Voces y
representaciones en la prensa de Bahía Blanca, 1880-1934, dirigida por las
Doctoras Mabel Cernadas de Bulnes y Dora Barrancos.

34
15 (2009)
El feminismo no puede En nuestro país, el vocablo ministas independientes. (Nari,
caracterizarse como una corriente feminismo se introduce en forma 2000b: 279)
homogénea sino que se define temprana. Aparentemente es Numerosos estudios en las
precisamente por su diversidad, en utilizado por primera vez en el últimas décadas se han dedicado a
la cual reside su riqueza. Se presenta periódico de tendencia anarquista describir y analizar el fenómeno del
como un fenómeno dinámico, que denominado La voz de la mujer, a feminismo, cuyas ramificaciones se
adquiere configuraciones parti- mediados de la década de 1890. En extienden por distintos lugares del
culares de acuerdo con los distintos cuanto a la acción grupal organizada, país4. En el presente artículo nos
lugares y épocas. Sin embargo, si bien existieron reivindicaciones situamos en Bahía Blanca, con el
puede hacerse alusión a un núcleo aisladas en el pasado, comienza a objetivo de indagar en torno a las
de elementos identificatorios. Como principios del siglo XX. Las manifestaciones que el feminismo
señala Karen Offen (1991: 130), condiciones particulares del adquiere en un ámbito urbano del
remite a una importante ideología desarrollo argentino, marcado por sudoeste bonaerense. Se trata de
o sistema de ideas en rápida profundas modificaciones vincu- una localidad fundada en 1828, que
evolución, capaz de englobar una ladas a la consolidación del Estado a fines del siglo XIX vive un punto
corriente de cambio sociopolítico liberal y de su proyecto moder- de inflexión en su desarrollo
fundada en la evaluación crítica del nizador, inciden en su evolución. histórico, una especie de refun-
privilegio de los varones y de la Como indicara Marcela Nari (2000a: dación, debido al impacto del
sujeción de las mujeres en cualquier 183), el feminismo es tanto un mencionado proceso de moderni-
sociedad dada. La piedra angular de emergente de un momento zación, cuya implementación
su edificio conceptual, su categoría histórico-social concreto como uno requiere modificaciones estructu-
fundamental de análisis, es el género de sus agentes transformadores. rales aceleradas, sobre todo en el
o la imagen diferencial del Las feministas provienen litoral pampeano, núcleo del
comportamiento de los sexos, fundamentalmente de sectores modelo agroexportador.
construida culturalmente sobre la medios educados y de núcleos de A partir de entonces, la ciudad
base de las disparidades biológicas2 . izquierda. Las socialistas son quienes suma a su trayectoria temporal más
Los primeros indicios de líneas encabezan la lucha por las reformas extensa que la de las distintas
de pensamiento feministas se de- legales, la interpelación al Estado, poblaciones de la zona, y a su
tectan en Europa hacia fines del mientras que las anarquistas posición estratégica que le permite
siglo XVIII. En la siguiente centuria, rechazan cualquier intervención mantener un contacto fluido con
marcada por los grandes movimien- estatal y depositan su confianza en distintos puntos del resto del país y
tos emancipatorios, emergen por la revolución social. En su mayoría, del extranjero, una serie de
primera vez configurando un fenó- participan en partidos y grupos transformaciones que afectan todas
meno de carácter internacional, con político-ideológicos, algunas se las dimensiones de la dinámica
una identidad autónoma tanto en lo abren paso dentro del librepen- urbana. La extensión de los límites
teórico como en lo organizativo3 . samiento, y existen también fe- del poblado, los avances en la

2
Al respecto puede consultarse: Kappelli (1991-1993); De Miguel (1995) y Gordon
(1997).
3
De Miguel (op. cit.:226). Véase también: Kappelli (op. cit.); Anderson y Zinsser
(1992); Amorós (1994); Nash y Tavera (1994); Caine y Sluga (2000).
4
Algunos de ellos son los trabajos de Feijoo (1978); Jeffress Little (1985); Calvera
(1990); Nari (1995a); Lavrin (1995); Nari (2000a); Vasallo (2000); Barrancos
(2001); Vela (2004).

35
edificación, en las comunicaciones pluralidad de corrientes que En este marco ubicamos al
y los transportes, y el cosmopo- encuentran un espacio privilegiado feminismo, que, a diferencia del
litismo son algunas de las evolu- de expresión y transmisión en el resto de las corrientes mencionadas,
ciones sobresalientes. A ellas se campo periodístico. Las primeras no cuenta con órganos de prensa
agrega la revitalización del sector posturas expresadas en él, en los que lo representen sino que se
agrícolo-ganadero, que influye en últimos decenios del siglo XIX, son expresa en distintas publicaciones.
la definición del perfil de la localidad, las ligadas al pensamiento liberal, Hasta el momento, no hemos
al convertirla en un centro comercial cuyos puntos de vista responden a localizado otros documentos que
y proveedor de servicios para una las aspiraciones de la élite, los grupos permitan arrojar luz sobre este
vasta zona de influencia, que abarca políticos y el gobierno. Sus ideas, fenómeno6 . Por lo tanto, para este
el sudoeste de la provincia de dominantes en esa época, trabajo se ha conformado un corpus
Buenos Aires, el territorio de La empiezan a coexistir progresi- compuesto por cerca de un centenar
Pampa y el norte de la Patagonia. vamente con otras visiones que de títulos de periódicos y revistas
Asimismo, es notable el crecimiento lanzan a la circulación sus propios correspondientes a un lapso
demográfico, impulsado por la impresos, como las procedentes temporal que se inicia a fines del
inmigración masiva, merced al cual de los sectores católicos, socialistas siglo XIX. Sin embargo, debido a
pasa de contener 2.096 habitantes y anarquistas. que la investigación arroja el saldo
en 1881 a cobijar aproximadamente En lo que respecta a la historia de que los artículos referidos al
65.000 personas en la transición de las mujeres, el periodismo, en su feminismo comienzan a aparecer
hacia la década de 1930. Con el carácter de medio de comunicación asiduamente recién en el siglo XX,
aporte de estos contingentes de masiva, asume el rol de configurador en el presente estudio hacemos
extranjeros se complejiza la y difusor de representaciones de foco en los tres primeros decenios
estructura poblacional, pues se género, en virtud de lo cual incide de ese siglo. Interrumpimos el
insertan en las distintas capas en la vida social, sometiendo a análisis al iniciarse la década de
sociales, ya sea pasando a formar discusión lo legítimo y lo ilegítimo 1930, cuando se registran cambios
parte minoritariamente de la dentro del sistema de género en el campo periodístico, con la
incipiente élite, conformando una imperante. Asimismo, vehiculiza la aparición de varias revistas
pujante clase media o engrosando construcción de ideas hegemónicas femeninas que inauguran una nueva
los sectores populares obreros5. y marginales en torno a la condición etapa en la circulación de las
Acompañando los procesos femenina, y constituye un lugar de concepciones referidas a la
señalados, se dinamiza el espectro cruce para ellas, las cuales esta- condición de las mujeres, y se
ideológico, ya que se trata de un blecen relaciones de convivencia y verifican modificaciones en las
período en el que convive una conflicto. prácticas, con la conformación de

5
Véase Censo General de la Provincia de Buenos Aires, 1881, Guía Anuario La
Nueva Provincia, 1927, Weinberg y Buffa de Bottaro (1982) y Cernadas (1994).
6
Las fuentes utilizadas en el presente estudio han sido localizadas en la Biblioteca
Bernardino Rivadavia (Bahía Blanca), la Biblioteca Obrera del Partido Socialista
(Bahía Blanca), el Archivo del Diario La Nueva Provincia (Bahía Blanca), la
Federación Libertaria Argentina (Capital Federal) y el Internationaal Instituut voor
Sociale Geschiedenis (Amsterdam). Actualmente se están realizando gestiones
para acceder al archivo del Partido Socialista de Bahía Blanca, y se lleva a cabo
un relevamiento de documentos vinculados con el feminismo en repositorios de
la Capital Federal.

36
una agrupación femenina por parte aboga por la eliminación de dicha proporciona datos sobre aconte-
de las militantes socialistas7 . injusticia y se opone al poder, a la cimientos que involucran a
En esta ocasión nos centramos fuerza, o a la autoridad coercitiva feministas de diferentes países, con
en las ideas expuestas por las mu- que mantiene las prerrogativas de una perspectiva informativa que se
jeres de Bahía Blanca que adhieren los varones en esa cultura concreta, registra independientemente de
a ideas feministas, incorporando esforzándose por modificar las ideas que adscriban a corrientes
elementos provenientes de artícu- dominantes y/o las instituciones y ideológicas o se declaren inde-
los que tratan el tema desde otros las prácticas sociales. pendientes, y más allá de los juicios
sujetos y/o perspectivas cuando Haremos referencia, entonces, de valor que el feminismo les
resulta pertinente, es decir, única- a las evaluaciones de la condición merezca. De las manifestaciones
mente en la medida en que permi- femenina que no se limitan al terre- existentes, las de los grupos ingleses
ten comprender el contexto en el no del pensamiento íntimo e indi- son las que están entre las más
que ellas se vierten, y evaluar su vidual sino que conllevan una di- observadas y difundidas, junto con
impacto. mensión combativa, que algunas las que tienen como protagonistas
Para enmarcar este análisis, mujeres encuentran en los medios a las militantes que actúan en
consideramos la definición pro- periodísticos, actuando como di- Buenos Aires.
puesta por Karen Offen (1991: vulgadoras. Paulatinamente, ellas Los artículos que se ocupan
131), que reconoce como feminista acceden a la palabra pública, ani- del tema permiten vislumbrar
a quien reúne los siguientes mándose a reflexionar acerca de su algunas relaciones que exceden el
requisitos: 1) acepta la validez de situación y la de sus pares desde marco local. Si bien la Capital Federal
las interpretaciones de las mujeres una perspectiva feminista. concentra las actividades de las
sobre sus propias experiencias y feministas, las iniciativas allí
necesidades, y reconoce los valores emprendidas repercuten en el resto
que defienden públicamente como Prensa y temática feminista de la Argentina. Además de hacerse
propios al enjuiciar su status en la presentes a través de textos de su
sociedad con respecto a los La efervescencia del femi- autoría, envían folletos propa-
hombres; 2) se manifiesta cons- nismo en muchos sitios del mundo gandísticos destinados a la difusión
ciente y molesto ante la injusticia o occidental no pasa desapercibida a de sus postulados y campañas, a los
la desigualdad institucionalizada que la prensa bahiense, concitando su cuales anexan cartas en las que
los hombres como grupo ejercen atención en forma recurrente desde solicitan su publicación8 . De esta
sobre las mujeres como grupo en los primeros años del siglo XX. Es manera, utilizando el periodismo
una sociedad determinada; y 3) así como la mayoría de los medios como herramienta, generan redes

7
El primer impreso, denominado El Carhué, se edita en 1876. En cuanto a las
revistas femeninas, entre 1932 y 1934 se publican Bahía, Optimismo y Alas. Por
su parte, las socialistas fundan la Agrupación Femenina Socialista en 1933.
8
Entre los primeros artículos publicados sobre el feminismo se encuentran los del
diputado Carlos Olivera, que se refiere al Consejo Nacional de Mujeres, donde
manifiesta su adhesión al feminismo. El Heraldo, 1º de diciembre de 1900 y 6 de
febrero de 1901. A modo de ejemplo, se publican manifiestos de la Unión
Feminista Nacional, acompañados por cartas, en Nuevos Tiempos, 6 de marzo y
31 de diciembre de 1920 y El Censor, 5 de noviembre de 1920. Se transcribe
un artículo de Nuestra Causa, en Nuevos Tiempos, 30 de agosto de 1921. Las
palabras de las militantes llegan asimismo a través de entrevistas, como la que se
realiza a Elvira Rawson de Dellepiane en La Mañana, 13 de enero de 1929.

37
que les permiten acercarse a otras adelante por el Consejo Nacional campañas llevadas a cabo por la
mujeres, en este caso, las radicadas de Mujeres, con el propósito de Unión Feminista Nacional y el
en Bahía Blanca. convocar a otras bahienses para Comité Pro Sufragio Femenino, así
Las organizaciones de mujeres participar en la Exposición del como del ensayo de elección
reciben adhesiones explícitas, que Trabajo de la Mujer. Pero también realizado en 192010.
en algunos casos se traducen en impacta localmente la asamblea Quienes escriben en la prensa
adscripciones más o menos formales declaradamente feminista, se preocupan por informar sobre
que la prensa se ocupa de precisar. denominada Primer Congreso esas prácticas y también las analizan,
El compromiso asumido por quienes Femenino Internacional de la intentando desentrañar las nociones
se vinculan con ellas implica República Argentina, a cargo la que las sustentan y vertiendo
trasladar a la ciudad las inquietudes Asociación Universitarias Argen- opiniones sobre ellas en artículos
que guían su accionar, por lo cual tinas, con la cual está vinculada específicos, publicados en la forma
repercuten periodísticamente en Luisa Gladel, la feminista con mayor de editoriales, colaboraciones e
las agendas que diseñan. influencia en la ciudad en esa época. intervenciones en las secciones
Lo anterior se observa, por El tratamiento periodístico incluye, sociales.
ejemplo, en ocasión de los además de la descripción de En esos escritos puede
congresos organizados en 1910 con aspectos organizativos, la trans- observarse cómo las concepciones
motivo del Centenario de la cripción de algunos discursos feministas hacen aflorar nociones
Revolución de Mayo. En esta vertidos en ambos eventos9 . subyacentes con respecto a la
instancia, la señora Inés Ueltzen de Otros emprendimientos se- organización social de las relaciones
Acosta y la señorita Raquel guidos con interés son el Congreso entre los sexos. Debido a que
Barrionuevo son designadas del Niño realizado en 1913 y las problematizan el sistema de género
respectivamente como miembro actividades específicamente hegemónico, planteando una
adherente y como delegada del sufragistas. En relación con estas ruptura con el orden patriarcal y
Congreso Patriótico llevado últimas, resalta la divulgación de las remitiendo a vínculos que por su

9
Otras damas además de las mencionadas comprometen su participación en la
Exposición del Trabajo de la Mujer y la donación de sus obras para ser vendidas
a beneficio de instituciones caritativas locales. Información sobre estos congresos
se publica en El Censor, 8 de septiembre de 1909; Hoja del Pueblo, 24 de
noviembre de 1909; El Tribuno, 7 y 20 de junio de 1910; La Idea, 22 de julio
de 1910. Proporcionan datos sobre Luisa Gladel: El Diario de la Tarde, 17 de
noviembre de 1911; El Tribuno, 26 de octubre de 1911; Bahía Blanca, 1º de
marzo de 1919 y Barrancos, (op. cit.).
10
Sobre el Congreso del Niño: Nueva Época, 25 de octubre de 1913 y Hoja del
Pueblo, 31 de agosto de 1913. Julieta Lanteri solicita la publicación de una nota:
Hoja del Pueblo, 18 de julio de 1913. Sobre prácticas e ideas sufragistas: Hoja del
Pueblo, 5 de enero de 1907 y 25 de mayo de 1913; El Civismo, 1 de diciembre
de 1913; El Comercio, 28 de junio de 1917; El Sud, 6 de noviembre de 1918;
Blasón, 18 de septiembre de 1919; Nuevos Tiempos, 24 de julio de 1919, 8 de
febrero de 1921, 26 de marzo de 1924, 24 de febrero y 25 de septiembre de
1926 y 3 de mayo de 1930; La Mañana, 8 de julio de 1930. Sobre el ensayo
de voto: Nuevos Tiempos, 13 de marzo de 1920 y La Nueva Provincia, 9 de marzo
1920.

38
carácter de construcción cultural abrevan en el liberalismo, como El intervenciones son de carácter au-
son susceptibles de cambio, se Diario de la Tarde, y revistas de tónomo, mientras que otras están
convierten en un tópico de debate. carácter general, como Ecos e ligadas al anarquismo, al socialismo
La existencia de movimientos Instantáneas. y a organizaciones extralocales,
de mujeres cosecha avales e Entre las expresiones como es el caso de Luisa Gladel,
impugnaciones durante el período favorables a las ideas feministas quien además de participar en la
considerado, dando por resultado incluimos los escritos de algunos Asociación Universitarias Argenti-
un abanico de posturas que abarca hombres, que las difunden sobre nas lo hace también en la Liga de
desde opositores a ultranza, pasando todo en los primeros años del siglo Mujeres Librepensadoras, la Liga
por quienes adoptan una actitud XX. El hecho de que simpaticen para los Derechos de la Mujer y del
resignada ante su inevitabilidad, con ellas no debe conducirnos a Niño y la Asociación Pro Derechos
hasta llegar a decididos defensores. engaño. La concordancia con los de la Mujer. Su experiencia de vida,
Dichas posturas aparecen en todo parámetros que hemos enumerado que incluye varios años de residen-
tipo de medios periodísticos, con para definir a una persona feminista cia en Bahía Blanca, refleja los cru-
excepción de la prensa católica, es solo aparente. No son ces entre lo local y lo nacional en el
que rechaza en bloque al feminismo, propiamente tales sino testigos de marco de las redes generadas por
y el periódico socialista Nuevos la evolución de los movimientos estas entidades.
Tiempos, que lo avala prácticamente que se muestran partidarios de Las expresiones consideradas
sin fisuras internas11. algunas de sus nociones centrales y están unificadas por el hecho de
De este modo, los escritos consideran importante hacerlas conceder relevancia a la escritura
feministas conviven con voces públicas. A diferencia de las mujeres, como un tipo de militancia, enten-
adversas en otros impresos e, que no tienen una inserción diendo por tal una participación
incluso, en algunos de los que les permanente en la prensa, estos activa a favor de una modificación
dan cabida, conformando un redactores suelen ser periodistas o en la condición de las mujeres, que
conjunto heterogéneo. Hay algunos colaboradores, por lo cual no puede asumir variadas formas, no
que explicitan su filiación político- pueden soslayar el tratamiento de reduciéndose a la adscripción a
ideológica, como es el caso de un tema que se vuelve urticante organizaciones específicas.
Nuevos Tiempos, vinculado a los para la sociedad de la época. Utilizando esa estrategia,
centros socialistas, Brazo y Cerebro, La importancia de las voces algunas bahienses se enrolan en las
de orientación anarquista, y El Sud, masculinas con esos rasgos se va filas del feminismo al iniciarse el
ligado al radicalismo; mientras que relativizando a medida que ciertas siglo XX. Por ejemplo, en 1910,
otros se declaran independientes, mujeres se convierten en portado- bajo el seudónimo de “Lady Esther”,
aunque pueda identificárselos ras de la mirada crítica y una cronista de la revista Ecos
fácilmente con cierta sensibilidad transformadora que caracteriza al plantea en los siguientes términos
hacia alguna vertiente, por el hecho feminismo, para las cuales acceder el perfil que adquiere su sección en
de que sus directores simpatizan a la palabra pública a través del el mencionado medio: “[...] cátedra,
con ella, como sucede con Hoja del periodismo es de suma importan- tribuna [...] algo que llevase al ánimo
Pueblo y en menor medida con El cia, si se tiene en cuenta que no se de las lectoras el deseo de hacer
Tribuno, mayormente relacionados ha detectado aún la presencia de algo en pro de ideas que tienden a
con el socialismo. A ellos se suman grupos feministas organizados lo- cambiar el rol y la condición de la
periódicos que en apariencia calmente en este período. Algunas mujer en el porvenir”12. En esta

11
Véase El Mensajero, 31 de marzo de 1909 y 17 de diciembre de 1910;
Renovación, 2 de junio de 1923.
12
Ecos, 26 de noviembre de 1910.

39
línea, otras bahienses reconocen el Gladel, a cuya autoría corresponde que pueden extenderse durante
valor de la escritura en manos gran parte de los artículos algún tiempo, llegando a involucrar
femeninas, como lo hace “Marieta”, localizados en la década de 1910. a más de dos personas e incluso a
quien se muestra agradecida ante la Reúne una serie de características, más de un periódico14 .
apertura de una sección de además de las adscripciones que Esos textos, que muestran
colaboraciones femeninas en Hoja mencionamos, que le otorgan posturas en interacción, reflejan, en
del Pueblo, sin restricciones en especial singularidad. Es una primer lugar, una necesidad de ha-
cuanto a su contenido: mujer joven, que se inserta en el cerse oir dando a conocer opinio-
mercado laboral como viajante de nes personales. En segundo térmi-
La mujer intelectual que propaga una casa de comercio nor- no, evidencian un interés por gene-
sus ideas y aspiraciones artísticas y teamericana, cuya formación le rar intercambios, superando las re-
sus apreciaciones respecto a las permite acceder a la lectura crítica flexiones aisladas e inconexas de
necesidades de su vida, puede de libros y periódicos, y a la los artículos ordinarios. Y por últi-
contribuir en mucho al redacción de artículos informativos, mo, permiten vislumbrar la efecti-
mejoramiento de su sexo, aún de opinión y literarios destinados a va recepción del mensaje periodís-
cuando su ejemplo no diera otro ser publicados. En una época de tico, por lo general difícil de eva-
resultado que el que provoca la difícil inserción femenina en la luar. En estos casos, las lectoras son
crítica mordaz del hombre prensa, se atreve a exponer su interlocutoras definidas que se sien-
dispuesto siempre a considerarnos verdadera identidad, a pesar de ten interpeladas por el tema que se
inferior a él13. que la utilización del seudónimo expone y se encuentran en condi-
sea una práctica generalizada. ciones de intervenir gracias a las
De esa manera, comienzan a Además, alza su voz para nuevas posibilidades educativas que
abrirse algunas puertas a las defender con ahínco un ideario que se abren a las mujeres de la ciu-
expresiones favorables a las genera recelos en muchos sectores dad15.
transformaciones en el status de las de la comunidad bahiense. De Esos intercambios son re-
mujeres en canales de comu- hecho, sus intervenciones suelen levantes, además, pues en ellos
nicación hegemonizados por los generar discusiones que se inician Luisa Gladel realiza un esfuerzo
hombres. En este sentido, una de cuando un artículo recibe respuesta tendiente a defender su postura,
las máximas exponentes es Luisa de otras lectoras, iniciando polémicas que contribuye a clarificar las ideas

13
Hoja del Pueblo, 10 de noviembre de 1909. En el mismo sentido se pronuncia
“Feminista”, El Sud, 28 de julio de 1919.
14
Comienza a polemizar al menos desde 1909, cuando escribe un artículo
refutado por “Julia Dora” en La Capital, provocando la reacción de varias
señoras y señoritas que envían una carta a la sección “Vida Social” en
adhesión a los planteos de la segunda. Otra polémica se extiende durante
un mes en 1911 en El Tribuno, e involucra a “Julia Dora” y a Luisa Gladel,
a las cuales se añade María Schedl de Vivante. Escribe también críticas de
artículos.
15
En este período se desarrolla el nivel primario y se consolida la secundarización
educativa, iniciada con la fundación, a principios del siglo, de la Escuela de
Comercio, la Escuela Normal Mixta y el Colegio Nacional. Asimismo, algunas
bahienses cursan estudios universitarios en Buenos Aires y La Plata.

40
feministas expuestas en sus escritos. defiendo todo aquello que importe concuerda María Schedl de Vivante,
Sus planteos, sumados a los de otras un patrimonio de nuestro sexo, una inglesa que se suma al
mujeres, posibilitan la reconstrucción porque, ¡vaya una confesión! os amo intercambio de ideas:
de los significados que adquiere el con todo el fuego de mi alma joven,
feminismo a nivel local y cómo sintiéndome halagada con los Sin ser enrolada en la valiente
influyen en las evaluaciones sobre triunfos de la mujer, la que debido legión feminista, he seguido con
la cuestión de la mujer. a su constante y persistente lucha interés la polémica, si así puede
ha podido escapar airosa a las llamarse, sostenida entre Ud. y la
garras de esa prole de tiranos señorita Gladel. Y a fuer (sic) de
Definiciones en torno al domésticos17. ser sincera debo manifestarle,
feminismo Julia Dora, que más fémina la
A pesar de esas exclamacio- encuentro a Ud. sin feminismo que
Precisar qué entienden por nes aparentemente combativas, no su contrincante, con la flamante
feminismo es importante para sus se sitúa de manera crítica frente a la teoría20.
adherentes, pues lo necesitan para condición femenina, debido a lo
posicionarse en los debates cual Luisa Gladel no le reconoce Es así cómo el feminismo
contemporáneos. Debido a ello, entidad de feminista: resulta asociado con doctrinas
“Lady Esther” establece una análogas a las de Luisa Gladel, que
diferencia entre los conceptos Usted, señorita, nunca ha procla- reconocen las desigualdades entre
femenino y feminismo, indicando mado el feminismo, porque en sus hombres y mujeres, y conllevan
que el primero, por corrupción escritos he visto que se preocupaba una intención teórica y práctica
del vocablo, denota todo lo que de cosas que nada tienen que ver de transformación de la condición
significa debilidad, flaqueza y con lo referente a la mujer, o bien de subalternidad de estas últimas.
carencia de acción, mientras que de dar algunos buenos consejos a Preocupada por aclarar la
el segundo, al que dota de sentido las niñas, como ser sobre el arte de naturaleza de su militancia, esta
positivo, indica energía y de- empolvarse discretamente y no feminista recurre a la historia con
cisión16. Sin embargo, la amplitud escotarse exageradamente [...]”18. el fin de contextualizar el
de este tipo de definiciones pro- surgimiento del movimiento, y
voca confusiones y discusiones, En su afán por diferenciarse así otorgarle la relevancia de un
pues quienes se consideran de su contrincante, “Julia Dora” pasado en el cual abrevan las
feministas pueden adjudicar indica entonces que adhiere a la militantes del siglo XX para
diferentes sentidos al término. Esto tendencia a mejorar la situación estructurar su identidad. Sitúa su
sucede con la declaración de la de la mujer, pero sin pretender origen en el siglo XVIII, cuando se
cronista social “Julia Dora”, quien un destino diferente al que tiene toma conciencia de la inferioridad
así escribe: y ha tenido, es decir, procurando femenina, y reconoce que al
“pulir sobre las mismas bases”19. principio se lo cataloga como un
Desde el punto misterioso en que Con esta visión, que ya no se fenómeno absurdo, pero que
vivo, aprecio, estimulo, combato, conceptualiza como feminista, después de dos siglos comienza a

16
Ecos, 26 de noviembre de 1910.
17
El Tribuno, 14 de febrero de 1911.
18
Ibid., 29 de septiembre de 1911.
19
Ibid., 28 de septiembre de 1911.
20
Ibid., 17 de octubre y 28 de septiembre de 1911.

41
considerarse importante y sen- igualdad de derechos y aptitudes critican la masculinización de sus
sato21 . en ambos sexos [...]”23 . Pero como modales y su aspecto, y cuyo ideario
Explica a los lectores que ser esta síntesis no alcanza a reflejar es definido como “Teoría de la
feminista no significa ser cabalmente sus alcances, en varios mujer-hombre”24.
“revolucionaria” sino “reformista”. textos profundiza el concepto para Discute también los fundamen-
Por ello repudia la radicalidad de las clarificarlo. A tal fin despliega un tos de la inferioridad femenina que
sufragistas inglesas, considerando mecanismo expositivo que invo- provienen del discurso científico,
que se han tornado realmente lucra dos modalidades en constante como cuando elabora una respues-
“insoportables”, adoptando algunas imbricación: una de signo negativo, ta al artículo de Almroth Wright,
actitudes violentas y otras rayanas para desmentir propósitos que titulado “Psicología y fisiología de la
con lo ridículo.22 Y agrega que la suelen adjudicársele errónea- mujer”, en el cual el “sabio inglés”
supuesta bandera sacada a la calle mente, y otra de signo positivo, sostiene que el accionar feminista
por el feminismo, lejos de ser para afirmar cuáles son sus británico pone en evidencia las
subversiva, no es más que el postulados y objetivos reales. anomalías fisiológicas de las muje-
exponente de la redención de un Aclara que el feminismo no res, que redundan en una fuerte
sexo oprimido por costumbre, lo funda sus reclamos sobre la dosis de desorden mental, y funda-
cual implica una lucha a favor de su anatomía, ya que no pretende menta su visión realizando una cla-
dignificación. La preocupación por cambiar la condición biológica de sificación de las diversas clases de
explicar su carácter la conduce a las mujeres, planteando una sufraggettes. Al reflexionar sobre
definirlo como “[...] la escuela distancia con ciertas imágenes este análisis, Luisa Gladel interpreta
contemporánea que sostiene la circulantes sobre las militantes que que las argentinas están incluidas

21
Hoja del Pueblo, 9 de septiembre de 1911. Una concepción similar sustenta, por
ejemplo, Antonio Latanzia: “[...] la mujer se halla en una situación por demás odiosa
[...] ha dejado de ser tal para ser la esclava, la reproductora, mejor dicho, del
hombre [...] Es que el hombre, só pretexto de esa inferioridad sexual, puede dar
rienda suelta a sus insanos instintos y exigirla sumisión y exigirla obediencia a sus
caprichos, a sus inconsecuencias que la deprimen y envilecen [...]”, Bahía Blanca,
27 de marzo de 1908.
22
Hoja del Pueblo, 11 de mayo de 1912.
23
El Tribuno, 2 de octubre de 1911. Véase Hoja del Pueblo, 9 de septiembre de
1909 y 16 de marzo de 1912. Con este reclamo de igualdad de derechos coincide
“Licurgo”: “[...] soy un partidario de que a la mujer se le deben otorgar iguales
derechos que los que nosotros hombres disfrutamos, ninguna causa justa ni
tampoco ningún motivo fundado existe para negárselos [...] Abogamos por la
igualdad de los derechos entre el hombre y la mujer tanto en el hogar como fuera
de él [...]”, Bahía Blanca, 29 de mayo de 1908.
24
“Julia Dora” y María Schedl de Vivante constituyen un ejemplo de tales
manifestaciones. El Tribuno, 28 de septiembre de 1911 y 17 de octubre de 1911.
Apreciaciones similares aparecen, por ejemplo, en “Hacia la igualdad sexual”,
artículo en el cual se plantea en base a discursos científicos que el feminismo aspira
a transformar la organización física de la especie humana. Bahía Blanca, 11 de
marzo de 1911.

42
en la tercera categoría definida por za, los hombres, por razones de dalena Pelletier, que pretenden con-
el autor de la siguiente manera: herencia, no podrían nacer apaci- vencer a las mujeres para que se
bles, lo cual prueba que las causas nieguen a ser esposas y madres28.
Una parte de sus naturalezas se en- deben buscarse en la diferencia de Muchos de los ataques que el
cuentran atrofiadas, y de ahí que hábitos. pensamiento feminista recibe se
han perdido el contacto con los En suma, Luisa Gladel se pre- centran en su supuesto distan-
hombres y mujeres en compañía de ocupa por separar el nivel biológi- ciamiento de la domesticidad y la
quienes viven. Tienen por programa co del cultural, intentando que sus maternidad. En este sentido, “Julia
la conversión del mundo entero en contemporáneos comprendan que Dora” rechaza tajantemente la
una especie de institución epicena, el feminismo no propugna una sub- noción de esclavitud femenina y
donde hombres y mujeres participen versión del orden natural sino que señala que el espacio natural de la
de los mismos trabajos con salarios busca identificar aquellos elemen- mujer es el hogar, base de un orden
idénticos, lo cual es imposible que tos socialmente construidos que que resulta menester respetar y
jamás se realicen estos deseos25. generan la dependencia y que se ve amenazado por la lucha
subalternidad femenina. Esta es una feminista. Por su parte, María Schedl
La evaluación anterior le pro- aproximación compartida con otras de Vivante afirma en forma
voca malestar: feministas, como “Marieta”, que contundente que el feminismo está
hace referencia a la superficialidad, en pugna con la “santa misión” de
La palabra ‘incompleta’ podría más la atracción por el lujo y la vanidad, esposa y madre29.
bien aplicarse a la vida de la mujer que se consideran caracteres natu- Luisa Gladel combate esos
que no piensa, mejor dicho, que no rales femeninos, pero que en reali- argumentos manifestando que el
sabe como debe pensar-demostran- dad son fruto del egoísmo y la feminismo no intenta alejar a las
do, de este modo, un rasgo de temor presunta superioridad masculina y, mujeres del hogar, del matrimonio
en todo lo que es de su mente, espe- por lo tanto, modificables median- ni de la maternidad, que
rando en todo caso una opinión te la ilustración27. compendian sus funciones sociales
ajena para saber si ha procedido A pesar de ese tipo de afirma- específicas:
bien o si demostró una vez más algo ciones, las feministas comparten
de su ignorancia26. con otras corrientes del espectro La errónea opinión que muchos
ideológico de la época la noción de tienen, de que una feminista no
Y agrega que los amores con- diferencia sexual, por la cual admi- pueda ser buena esposa y cariñosa
trariados pueden perjudicar tanto al ten la existencia de distinciones madre de familia, desaparecerá
hombre como a la mujer, que las entre hombres y mujeres basadas cuando los o las antifeministas
crisis nerviosas provienen de la en la naturaleza, especialmente las tengan pruebas de lo contrario. Y
tendencia a no fortalecer el espíritu vinculadas con la maternidad. Por como las feministas al pretender
femenino y, finalmente, que si la ello, Luisa Gladel dice apartarse de derechos tienen forzosa-mente que
mujer fuera por naturaleza tan ner- corrientes más radicales, expresa- reconocer deberes, no les será difícil
viosa al extremo de perder la cabe- das a nivel internacional por Mag- demostrarlo30.

25
Ibid., 7 de mayo de 1912.
26
Hoja del Pueblo, 11 de mayo de 1912.
27
Ibid., 10 de noviembre de 1909.
28
El Tribuno, 26 de octubre de 1911.
29
Ibid., 28 de septiembre y 17 de octubre de 1911.
30
Hoja del Pueblo, 9 de septiembre de 1909.

43
Ubicándose en la misma línea en los hogares. En otras palabras, de complementariedad entre los
argumentativa, su amiga “Fémina” que la mujer no sea concebida sexos. En el momento en que se
relaciona permanentemente femi- como una propiedad sino como un percatan del carácter de construc-
nismo y domesticidad: ser independiente digno de ción de algunos aspectos de las
consideración32. relaciones entre hombres y muje-
Aunque se nos critique y se nos haga En este marco de reflexión res, llegan a un convencimiento
oír de vez en cuando los más sobre los lazos de pareja, las sobre la posibilidad de cuestionar-
graciosos anatemas, no puede anarquistas llegan a un grado de las y modificarlas a fin de lograr
negarse que hay feministas mucho profundización mayor. Critican el equivalencia.
más hábiles, para cualquier trabajo matrimonio en su carácter de Los reclamos de igualdad apa-
que requiera un poco de ingenio, institución burguesa, como se recen claramente en los escritos
que muchas de nuestras hermanas aprecia en el testimonio de María publicados en el periódico socialis-
caseras, entendiendo por casera no M. Hernández, una bahiense que ta Nuevos Tiempos, representante
preocuparse de cosas que no tengan escribe en Nuestra Tribuna, de una corriente que lucha por los
relación directa con la aguja, la periódico publicado en Necochea: derechos civiles y políticos de las
cocina, la escoba, el plumero o la “Cuando llega la edad de casarse, mujeres:
batea. Ya ven, pues, mis lectoras, que los padres las casan con el preferido
las feministas también saben hacer de ellos, y si oprimida era de soltera, Nosotras las mujeres, somos tan o
un vestido [...]”31. más grande es la opresión de más explotadas por la clase rica que
casada”33. A este rechazo agregan el hombre; palpamos la miseria y
A pesar de esas apreciaciones, una referencia a lo íntimo, a la sufrimos igual que él, entonces ¿por
las feministas entienden que la sexualidad, revindicando el derecho qué no unir nuestras fuerzas a las de
dominación masculina se materializa al propio cuerpo que incluye la nuestros compañeros y proclamar a
en el ámbito privado, partiendo de defensa del amor libre, la unión todo viento la emancipación de la
la constatación de que las mujeres libre y la maternidad programada. mujer con iguales derechos y deberes
están jerárquicamente subordinadas En suma, las feministas advier- que el hombre?34.
a los varones de sus respectivos ten sobre la proyección de las dife-
núcleos domésticos. A juicio de rencias naturales al campo Estas militantes socialistas ape-
Luisa Gladel, esto ocasiona un sociocultural, devenida en desigual- lan a adoptar como meta la eman-
notorio desfasaje, pues los deberes dad. Así como perciben las cipación de la clase obrera, ya que
femeninos, relacionados con la disparidades concretas, cuestionan entienden que no es viable plan-
maternidad, superan ampliamente las justificaciones del sistema pa- tear un enfrentamiento con los hom-
a los derechos que detentan. No triarcal en que las mismas se sus- bres sino que es necesario unirse a
obstante aclara que lo que buscan tentan, preocupándose por desen- ellos, lo cual acarreará indefectible-
no es predominar ni admitir el mascarar la desigualdad que se es- mente una mejora en la condición
predominio sino que exista equidad conde tras la noción hegemónica femenina.

31
El Diario de la Tarde, 22 de abril de 1912.
32
El Tribuno, 26 de octubre de 1911.
33
La Tribuna, 31 de marzo de 1923, en Calzeta (2005). Véase también Brazo y
Cerebro, 25 de enero de 1928 y el artículo de Florinda Mondini, que vive en la
ciudad de Olavarría y publica en el periódico anarquista editado en Bahía Blanca
Mar y Tierra, marzo de 1924.
34
Nuevos Tiempos, 25 de junio de 1930.

44
En cuanto a los testimonios de aproximaciones a los tres tópicos A esa preparación deficiente
mujeres anarquistas, existe un que integran de la cuestión de la las feministas atribuyen la inexis-
reconocimiento de la opresión mujer: la educación, la participación tencia de una presencia femenina
femenina y de la necesidad de política y el trabajo. sobresaliente en las ciencias y las
lograr la emancipación. Sin embargo, artes. Según “Marieta”, el hombre
tampoco proclaman la especificidad tiene monopolizado el saber “[...]
de su lucha y no se reconocen La educación sin reconocer ni consentir que la
generalmente como feministas, mujer pueda descollar como él, y
pues relacionan esa denominación Quienes adhieren al feminismo menos que podamos aportarle un
con el feminismo propiamente conciben a la educación como una valiosísimo concurso para la solución
burgués, de tendencia reformista, importante forma de vínculo en el de los problemas sociales que
que brega por concesiones legales. conjunto de las relaciones humanas, persigue”37.
Además, consideran que su percibiendo su rol en la configu- Luisa Gladel cuestiona a
perspectiva de cambio abarca a la ración y transmisión de los sistemas quienes creen que las mujeres
totalidad del colectivo social.35 Si de género. instruidas no son agradables a los
bien algunos elementos, como la Parten de una visión crítica de varones, pues deben esforzarse y
subordinación en base a la la instrucción femenina contem- realizar un ejercicio intelectual para
sexualidad, plantean una mirada poránea, relacionándola con un conversar con ellas, por lo cual
superadora que abarca a todas las patrón de dominación que atri- prefieren a las frívolas, con quienes
mujeres, entienden que demasiadas buyen, como lo hace Luisa Gladel, pueden sentirse superiores pues
diferencias separan a las burguesas a un proyecto masculino: solo se expresan sobre asuntos
de las proletarias. Es por ello que, vulgares. Consideran que una mu-
más allá de las grandes discrepancias Ya me imagino oír: ‘No queremos jer no es seductora con un libro en
ideológicas que los separan, los mujeres sabias’. Y bien podrían la mano, y como si esa fuese su
escritos publicados en Brazo y agregar: tened conciencia de única misión, juzgan más decoroso
Cerebro, así como los que aparecen vuestros deberes, mejorad, en lo cultivar la música y la pintura antes
en Nuevos Tiempos, aportan una posible, vuestras cualidades a fin de que otros aspectos más relevantes38.
variable de análisis clasista a las ser aptas a preparar ciudadanos En su opinión, la finalidad de la
cuestiones de género que se que honren vuestra patria; pero no educación que se les imparte es
verifica cuando –teniendo en os apartéis de la sumisión, volverlas placenteras, enseñarles el
cuenta los elementos surgidos en abrigando un poco de ignorancia, arte de agradar, que involucra no
el marco de los esfuerzos de para que siempre nos sea dado, sin solo la apariencia física sino también
definición que se analizan– temor de parecer ridículos, imponer gestos y comportamientos estereo-
focalizamos puntualmente las nuestra voluntad de hombres36. tipados. Esto es contraproducente,

35
Véase el artículo de María M. Fernández en La Tribuna, 31 de marzo de 1923,
en Calzeta (op. cit.) Para identificar esta actitud se ha acuñado el concepto de
contrafeminismo, Barrancos (1990). Véase también Lobato (2000); Universidad
Nacional de Quilmes (2002) y Ansolabehere (2004).
36
Hoja del Pueblo, 3 de enero de 1912. Véase también el artículo de Antonio
Latanzia en Bahía Blanca, 27 de marzo de 1908.
37
Hoja del Pueblo, 10 de noviembre de 1909.
38
El Diario de la Tarde, 24 de octubre de 1911, Hoja del Pueblo, 3 de enero de 1912
y El Tribuno, 29 de septiembre de 1911.

45
pues al poner coto a sus aspiraciones, En tal sentido, Luisa Gladel fin de dignificarse, no puede ser
solo se logra inducirlas a una señala la imposibilidad de que las contrario al buen sentido. Para
completa indiferencia hacia lo madres poco educadas produzcan lograrlo, deben abandonar la idea
verdaderamente importante. Sin un avance en sus hijas, por lo cual de que los saberes que elevan el
dedicarse al profesorado ni aspirar a las invita a recurrir a los libros para espíritu pueden ser perjudiciales
ser sabias, pueden abrigar el gusto completar su formación41. Cree que para la vida familiar. El ensanche de
hacia lo útil, sin dejar de tener mientras permanezcan con el los horizontes femeninos que
sentimientos refinados39. espíritu encerrado únicamente en provoca la instrucción es algo que
A sus ojos, el género de forma- los quehaceres domésticos, sin experimentan las feministas
ción que se les ofrece encierra una interesarse por las cuestiones bahienses que provienen de la clase
contradicción irreductible: por un sociales, limitarán su campo de media educada, como es el caso de
lado, se considera que la materni- acción a la rutina de su trabajo “Feminista”:
dad es el centro de la vida de las manual, no juzgando de su
mujeres, pero, por otro, no se las incumbencia hacerse cargo de Los gobiernos de todos los países
prepara para cumplimentar satis- aquello que requiere acción moral civilizados tienden a lo que llamaré
factoriamente este rol, fundamen- e implica compromiso. De esto se vulgarización de la cultura.
tal para la reproducción biológica y desprende el hecho de que sean Conseguida ésta, carecería de valor
cultural de la sociedad. Cita al res- totalmente indiferentes a la si en posesión de ella, solo
pecto una frase de Concepción problemática educativa. pensáramos-quienes la obtenemos a
Arenal: “El hombre hace cuanto En primera instancia, la fuerza de sacrificios-en remendar
puede por empequeñecer, por re- transformación que Luisa Gladel medias42.
bajar a la mujer, y luego quiere que, pretende implica dejar de ser seres
como madre, se eleve y sea gran- inconscientes, incapaces hasta de En suma, instruir adecuada-
de, que es como privar a una per- dar indicaciones razonables a los mente a las mujeres se convierte
sona del sustento necesario y pre- hijos. Para ello no basta con conocer en una necesidad, sobre todo si se
tender que levante pesos enor- cómo disponer más o menos bien desea que estén en condiciones de
mes”40. todo lo que pueda hacer atractivo hacer frente al sinnúmero de debe-
Eso incide negativamente en un hogar y de qué manera arreglarse res que implica la maternidad. A
la dimensión que puede deno- para ser agradable, sino que es pesar de sus apreciaciones críticas,
minarse socialización temprana, en necesario tener nociones sobre las las feministas no proponen que las
la cual la función materna es relaciones que existen entre la mujeres se desliguen de sus pape-
fundamental. La manera en que la familia y la sociedad, a fin de les familiares sino que, apelando al
misma se desenvuelve es vista armonizar mejor el bien público buen criterio, intenten mostrar que
críticamente por las feministas, con el de la casa. Por ello, el género de educación que reci-
quienes la consideran inefectiva e recomienda que dirijan la mirada ben no las pertrecha para ejercer
insisten sobre la necesidad de más allá de los límites del hogar, esas funciones. La enseñanza debe-
perfeccionarla. pues que observen, que estudien a ría tender a volverlas verdaderas

39
Hoja del Pueblo, 3 de enero y 16 de marzo de 1912.
40
El Diario de la Tarde, 24 de octubre de 1911.
41
Hoja del Pueblo, 3 de enero y 16 de marzo de 1912.
42
El Sud, 28 de julio de 1919. Sobre las opiniones de Luisa Gladel: El Diario de la
Tarde, 24 de octubre de 1911; Instantáneas, 28 de abril de 1912.

46
compañeras de los hombres y, en ción. Así como la educación apun- educación. Se basan en la nece-
un sentido más general, miembros tala la subalternidad, puede ayudar sidad de lograr la equiparación
más útiles y respetables de la socie- a la redención. con los hombres, recalcando que
dad. Por ello, es menester que se Sobre ese tema se pronuncian las mujeres no son seres inferio-
reconozca su derecho a obtener también las anarquistas, que res y, por lo tanto, son inte-
aprendizajes no idénticos pero sí adjudican a la maternidad una lectualmente capaces para actuar
de calidad equivalente a los de los importancia política y revolu- en política. Además, como señala
varones. cionaria, considerando que debe Luisa Gladel, los incontables
Reconocen que la educación convertirse en una función que deberes femeninos relacionados
tiene dos componentes: uno exter- coadyuve a minar el sistema con la maternidad deben
no, las conductas observables, y imperante. Es por ello que sostienen complementarse con el otor-
otro interno, en el que se ponen en que las madres deben ser fervientes gamiento de competencias cívicas45.
juego emociones, convicciones y educadoras capaces de transformar Educarse y participar en el
sentimientos. Aludiendo al segun- cada hogar en un templo de libertad, mundo político son derechos de las
do, saben que la concreción de sus para lo cual primero deben formarse mujeres que las socialistas que
aspiraciones es difícil, debido al ellas mismas. Sin embargo, se escriben en Nuevos Tiempos
grado en que los principios sociales oponen a la educación formal por también ligan entre sí por entender
están arraigados e internalizados en considerar que se trata de un que deben formarse para estar
los espíritus femeninos. De ahí su mecanismo burgués que coadyuva debidamente preparadas cuando
insistencia en desarrollar la instruc- a internalizar la subordinación social, se les concedan el voto y la
ción de las mujeres a fin de perfec- lo cual las distancia de feministas elegibilidad. Al iniciarse la década
cionarlas como madres-educado- como Luisa Gladel que sí reconocen de 1930 sin haber logrado esto
ras, apuntando a romper la cadena y analizan su valor43. último, Elicena Fernández, una
de subordinación en el manteni- estudiante de derecho, observa no
miento de la cual juegan un rol obstante que son palpables los
esencial. Por un lado, reconocen la La participación política avances educativos de las mujeres,
relevancia del dominio masculino hecho que las convierte en
que desconoce las facultades Del mismo modo que en el responsables de actuar para mejorar
creativas femeninas erigiendo al caso de la educación, las feministas sus condiciones morales y
hombre en único portador del co- desean la participación política materiales, sin dejar en manos de
nocimiento. Por otro, no dejan de como parte del proceso de mejora los hombres la búsqueda de
otorgar importancia a la actitud en la condición de las mujeres. soluciones a sus necesidades:
de las propias involucradas, que, Como señala Filomena Lizarraga en
así como favorecen la reproduc- Nuevos Tiempos: “[...] no habrá Y después del ejemplo que hemos
ción del sistema de género democracia mientras subsista la dado, después de habernos
imperante –función importante en esclavitud de la mujer”44. consagrado en igualdad de
lo que hace a la continuidad de las El sustrato de los reclamos en inteligencia con los hombres,
funciones maternales–, pueden ser ese aspecto es similar al que ¿debemos quedarnos en el hogar a
piezas importantes en su renova- delineamos en referencia a la podrir (sic) allí nuestra inteligencia?

43
Brazo y Cerebro, octubre de 1928. Véase el planteo de la anarquista bahiense
María M. Hernández en La Tribuna, 31 de marzo de 1923, en Calzeta (op. cit.).
Con respecto a Luisa Gladel El Tribuno, 27 de septiembre de 1911.
44
Nuevos Tiempos, 23 de septiembre de 1920.
45
Hoja del Pueblo, 16 de marzo de 1912.

47
Pero ¿no comprenden las mujeres Cuanto más instruida esté la mujer, para poder incidir en la elección de
que así predican, que si somos más apta se hará para cualquier los dirigentes que tendrán en sus
buenas amas de casa, podemos tarea, y pondrá en sus propias obras manos los destinos nacionales,
también ser buenas mandatarias y el refinamiento que su tiempo le proponen una intervención política
guiar nuestra Patria por el permita, haciéndose indiferente a en la cual cumplan un rol auxiliar48.
verdadero sendero que nos llevará al las frivolidades, pero, naturalmente, Esas posturas se contraponen
reino de la democracia? Y acaso ¿no no le serán suficientes las cuatro con las expectativas de las
podemos dedicarnos también a paredes de la casa para sus observa- anarquistas:
ambas tareas?46. ciones, y habrá que dejarla en liber-
tad para ir [...] hasta la puerta de la El habernos otorgado derecho
De esta manera intenta municipalidad47. jurídico y político, no equivale a que
compatibilizar los roles hogareños hayamos logrado la libertad [...] ¿en
con los políticos, esforzándose por Aparece en esos testimonios qué hemos cambiado nuestra
demostrar que su ejercicio no podría la idea de que con el ejercicio de los situación de esclavas, con los
competir en tiempo con la derechos políticos no producirían derechos que los gobiernos nos
domesticidad. una inversión de los roles de géne- otorgan? [...] las que carecemos de lo
En eso coincide con otras fe- ro sino que realizarían una serie de más elemental para la vida, antes
ministas que incluso exponen una aprendizajes susceptibles de ser como ahora, somos el blanco de las
serie de consecuencias de signo aplicados en sus actividades do- mayores infamias, sin ningún
positivo para el desempeño hoga- mésticas. La participación política derecho, ni libertad, al igual de los
reño que acarrearía la inserción no actuaría en desmedro de la fe- de nuestra clase: los trabajadores49.
política femenina. Consideremos al mineidad ni implicaría una compe-
respecto las palabras de “Fémina”: tencia con los hombres, debido a Desde esta óptica, la reforma
que proyectarían en ella sus cuali- del Código Civil que se realiza en
Se grita por todos lados que el día dades específicas, diferentes de las 1926 no altera la condición de
que la mujer se preocupe de asuntos masculinas. Además, al contar con subordinación, pues siguen siendo
sociales y del voto, el hombre tendrá derechos políticos, modificarían la tan explotadas como antes por los
que ocuparse del hogar ¡Qué error! orientación de sus vidas, alejándo- patrones en los lugares de trabajo y
La mujer que esté acostumbrada a se de las superficialidades, lo cual por los hombres de su clase en la
emitir su juicio en asuntos de impor- redundaría en una mayor elevación intimidad. Se trata de una visión
tancia resolverá mucho más pronto moral. En suma, se convertirían en que plantea una ruptura con el
los de su casa, y al saber cómo se seres más conscientes y responsa- feminismo que lucha por obtener
administran los bienes ajenos, admi- bles que contribuirían a mejorar las el voto para las mujeres.
nistrará mejor los suyos y no desem- condiciones de la humanidad.
peñará el papel de cero a la izquier- Como vemos, no se escinden
da, como actualmente [...] Además, tajantemente de la noción de El trabajo
la mujer acostumbrada a tener sus complementariedad entre los sexos
facultades intelectuales en continua que caracteriza el imaginario de la El último testimonio anarquista
actividad, tiene una gran ventaja: época, pues, si bien desean que las considerado introduce el tópico del
cualquier tarea le resulta fácil. mujeres sean “mandatarias” y voten trabajo, que no recibe una atención

46
Nuevos Tiempos, 25 de junio de 1930 y 28 de marzo de 1931.
47
El Diario de la Tarde, 22 de abril de 1912.
48
Nuevos Tiempos, 28 de marzo de 1931.
49
Brazo y Cerebro, 25 de enero de 1928.

48
preferente en los documentos que ni como algo esencial para todas importante para las obreras. Añade
analizamos. Resulta significativo que las mujeres. A lo sumo, existe a este resultado material asociado a
Luisa Gladel prácticamente no se alguna tímida valoración positiva él, significados vinculados a la
refiera al tema a pesar de su ex- como la de “una señorita” que utilidad familiar y social en función
periencia de vida. Tampoco reconoce como fundamento la de la emancipación femenina. Sin
contamos con muchos artículos al necesidad de subsistencia, pero embargo, no avanza sobre estos
respecto escritos por mujeres en plantea además: planteos, preocupándose más por
Nuevos Tiempos ni en Brazo y señalar dos puntos: que no plantea
Cerebro. [...] que la mujer se emancipe no una competencia con los hombres
Eso puede deberse a que las quiere decir que abandone su hogar y que no es incompatible con la
ocupaciones de las proletarias se para ocupar puestos que no le domesticidad.
ven como un hecho consumado corresponden, ni, mucho menos, que En consecuencia, el trabajo
legitimado en la necesidad de desprecie al hombre, sino, por lo extradoméstico y asalariado, que
subsistencia. Cuando ellas mismas contrario, que sea un factor útil genera reticencia en todas las
se expresan, lo hacen para denun- tanto para los suyos como para la corrientes ideológicas presentes en
ciar situaciones de explotación, sociedad51. el campo periodístico local, es un
planteando la necesidad de una tema secundario para quienes
mejora en las condiciones de trabajo Ese testimonio contiene adhieren al feminismo en los
y sugiriendo la posibilidad de elementos que se distancian de la testimonios localizados hasta el
hacerlo a través de las actividades mera recepción de una remune- momento, a diferencia de la
gremiales50. ración de la obtención por su educación y la participación
Para las feministas pertene- intermedio de otros recursos para política, que señalan ámbitos de
cientes a la clase media educada, el la manutención (alimento, vestido, exclusión que las interpelan en
trabajo no aparece como un derecho vivienda, etc.), el cometido más mayor medida.

50
Elicena Fernández manifiesta: “No es posible que la mujer que ocupa un lugar
en la sociedad humana, que tiene muchas veces la necesidad de ir a trabajar para
dar de comer a sus hijos, a sus padres desvalidos, a sus hermanos menores, pase
por la vida sin tener un aliciente de mejora [...]” Nuevos Tiempos, 28 de marzo
de 1931. Una empleada doméstica socialista señala: “[...] la mujer, por ser la más
explotada y débil, es la que más necesita unirse para ser fuerte, para lo cual no
hay más que un solo camino, que es el de formar la sociedad de oficios”. Ibid.,
3 de diciembre de 1920. Una vocera anarquista de las costureras de una fábrica
de bolsas manifiesta: “Compañeras, trabajadoras, hora es que pongamos coto a
todas estas canalladas formando una muralla donde se estrellen todas las tentativas
de estos que no tienen el menor escrúpulo en jugar con nuestra honra,
ensañándose hasta con nuestras familias, sumidas en la más espantosa miseria. Pero
por encima del despotismo capitalista, y toda la Recua de vampiros que los
secunda, empuñemos las armas para defender la libertad, todas Unidas para una
causa noble, que será la felicidad de todos los esclavos de la tierra”. Brazo y
Cerebro, 5 de noviembre de 1924. Véase también la invitación a ingresar a los
sindicatos realizada por María M. Hernández en Nuestra Tribuna, 31 de marzo de
1923, en Calzeta (op. cit.). A nivel nacional véase Lobato (2007).
51
El Tribuno, 18 de mayo de 1910.

49
Consideraciones finales a los derechos civiles y políticos– la vez que descalifican todos los
cuestión del género debe roles definidos socialmente y
Como indicáramos al inicio, la subordinarse o, a lo sumo, igualarse minimizan la discusión de las
diversidad y el dinamismo propios a la lucha por la liberación de la cualidades o contribuciones
del fenómeno que englobamos con clase. Por lo tanto, no remiten a un relacionadas con el sexo, incluidas
la denominación de feminismo significado unívoco, acercándonos las responsabilidades de engendrar
requieren historiarlo de manera a la heterogeneidad de las voces y sus concomitantes.
contextualizada en diferentes femeninas. Estas distinciones se efectúan
niveles acotados espacial y Sin embargo, más allá de las con fines analíticos, si bien no dejan
temporalmente. Es por ello que la diferencias, coinciden en de tener su correlato en la realidad.
realización de indagaciones en reflexionar desde una perspectiva Entre 1890 y 1920, a medida que
ámbitos locales y regionales puede maternalista. Las posiciones teóricas los diferentes grupos de mujeres
contribuir a interpretar sus distintas que sostienen los feminismos, según comienzan a sustentar proposicio-
manifestaciones en el país, tanto expone Anne-Marie Kappelli nes divergentes, los objetivos y las
desde el punto de vista de las (1991-1993: 498-499), se encuen- metas de ambas corrientes se mues-
prácticas como de las ideas que las tran esencialmente unidas a dos tran cada vez más irreconciliables.
acompañan y dotan de sentido. representaciones de la mujer: una, A pesar de ello, en general, las
En este sentido, la aproxi- que se basa pura y simplemente en posturas aparecen imbricadas, sien-
mación realizada en el presente lo humano, anima una corriente do relevante, entonces, no encasillar
estudio al caso de Bahía Blanca igualitaria; y la otra, que postula el los movimientos en una u otra sino
contribuye a reforzar varias de eterno femenino, da origen a una descubrir cuál de ellas enfatizan.
nuestras concepciones con respecto corriente dualista. Para la segunda, Como expresara Marcela Nari
al desarrollo del movimiento que coloca en el centro de su (1995a: 68; 2000c: 184-185), la
feminista en la Argentina de argumentación la facultad maternal idea de maternidad social, entendida
principios del siglo XX. Esto puede de la mujer, la unidad sociopolítica como la adjudicación a las mujeres
corroborarse en el plano de las no es la individualidad, como de la responsabilidad por el futuro
representaciones, en relación a las plantea la primera, sino la dualidad de sus hijos, y, por extensión, de
cuales los testimonios analizados masculino/femenino y la familia. toda la sociedad e incluso de toda la
muestran que quienes adhieren a Esta última se aproxima a lo que especie humana, encuentra amplio
ideas feministas reconocen la Karen Offen (1991: 117) denomina eco entre las feministas de toda
existencia de desigualdades entre feminismo relacional: pone énfasis América Latina. Para ellas, la
hombres y mujeres, y la necesidad en los derechos de las mujeres maternidad es una “misión natural”,
de actuar para superarlas. Sin como tales, definidas principal- pero, además, constituye una
embargo, difieren en cuanto a las mente por sus capacidades para “función social” y, para algunas, un
características que debe asumir esa engendrar o criar. Insiste en la “lugar político”. De este modo, la
lucha. Los planteos de muchas de distinta calidad, en virtud de esas maternidad se convierte en una
ellas adquieren un tinte esencialista, funciones, de sus aportes al resto plataforma desde la cual luchar por
pues se refieren a “La Mujer” como de la sociedad, y reclama las la igualdad y la libertad no
un universal real independiente de prerrogativas que les confiere dicha concedidas a las mujeres.
individualidades. Este enfoque contribución. En cambio, los Las feministas que escriben en
parte de la percepción de la argumentos feministas de tradición la prensa bahiense abrevan en esa
existencia de una problemática individualista hacen hincapié en los perspectiva maternalista, dualista,
común a todas, que trasciende otras conceptos más abstractos de los relacional. Es más, Luisa Gladel
pertenencias diferenciadoras. Por derechos humanos individuales y distingue su postura tanto de la
el contrario, para las socialistas y las exaltan la búsqueda de indepen- sustentada por las inglesas, quienes
anarquistas –que se distancian a su dencia personal o autonomía en los se encuentran más cercanas al
vez en la evaluación con respecto distintos aspectos de la vida, a la denominado feminismo de la

50
igualdad o individualista, así como En suma, vemos que las valentía para posicionarse en un
de otras corrientes más extremas feministas que escriben en la prensa debate público en un contexto
que pretenden convencer a las bahiense reflexionan sobre la muchas veces adverso.
mujeres para que se nieguen a ser condición de las mujeres,
madres. retomando marcos ideológicos
Quienes adhieren a dicha generales y utilizando la escritura Bibliografía
perspectiva maternalista tienen en en distintos medios de
común la aceptación de la noción comunicación masiva como una Amorós, Celia (coord.), Historia de la
de diferencia sexual y de la estrategia de militancia práctica. En teoría feminista, Madrid, Ediciones del
centralidad de la maternidad, la relación con este último aspecto, Instituto de Investigaciones Científicas,
domesticidad en la experiencia vital los datos con los cuales contamos Universidad Complutense de Madrid,
y en la conformación de la identidad hasta el momento indican que –del 1994.
femenina. Cuando realizan mismo modo que muchas otras
reivindicaciones, por ejemplo, en feministas argentinas– algunas de Anderson, Bonnie S. y Judith P.Zinsser,
los campos educativo y político, o ellas suman a esta modalidad de Historia de las Mujeres. Una historia propia,
explican la inclusión en el mercado intervención pública la participación Barcelona, Crítica, 1992.
laboral, procuran conciliarlas con en núcleos de izquierda y en
esas funciones. asociaciones extralocales de Ansolabehere, Pablo, “La voz de la mujer
Es importante meditar sobre mujeres. anarquista”, en Mora. Revista del Instituto
los alcances de esos planteos, La conexión con el último tipo Interdisciplinario de Estudios de Género,
haciendo una distinción entre crítica de entidades mencionadas, que nº 6, Buenos Aires, Facultad de Filosofía
y propuesta. La propuesta queda adquieren fuerza en la Capital y Letras, U.B.A., 2000, págs. 109-119.
relativamente enclaustrada. Su Federal desde los primeros años
potencial poder transformador, que del siglo, demuestra el interés de Barrancos, Dora, Anarquismo, Educación
agita a grandes sectores de la los movimientos de mujeres por y Costumbres en la Argentina de principios
sociedad de la época, es relativo. expandirse al interior del país y su de siglo, Buenos Aires, Contrapunto, 1990.
Hasta cierto punto, estabilizan el potencialidad para enraizar -----------, Inclusión/Exclusión. His-toria
poder de los varones sobre las localmente, generando redes que con mujeres, Buenos Aires, FCE, 2001.
mujeres, ya que cuando deben favorecen la irradiación y
elaborar lo propiamente femenino, penetración de sus ideas y prácticas Caine, Bárbara y Glenda Sluga, Género e
quedan ancladas en la maternidad en distintos espacios. En Bahía Historia. Mujeres en el cambio
biológica y socialmente definida. Blanca, el feminismo, que puede sociocultural europeo, de 1780 a 1920,
En cuanto al primer aspecto, los detectarse con claridad hacia 1910, Madrid, Narcea, 2000.
cuestionamientos al sistema de se revela como un conjunto de
género hegemónico son profundos, nociones capaz de entrar en diálogo Calvera, Leonor, Mujeres y feminismo en
pues se basan en la percepción de con otras corrientes expresadas la Argentina, Buenos Aires, Grupo Editor
algunos elementos de la igualmente en el campo Latinoamericano, 1990.
construcción cultural operada para periodístico, y de ganar un lugar
conformarlo. Si bien la noción de entre los sistemas ideológicos Calzeta, Elsa (comp.), Nuestra Tribuna.
diferencia sexual es el punto de circulantes a pesar de no contar con Hojita del sentir anárquico femenino,
partida compartido con los prensa ni organizaciones Bahía Blanca, Ediuns, 2005.
“arquitectos” del sistema patriarcal específicas. Esto último permite
que buscan desestabilizar, las evaluar la trascendencia del accionar Cernadas de Bulnes, Mabel N.,
feministas procuran pasar de una de sus adherentes, pues nos «Inmigración y vida cotidiana en Bahía
diferencia basada en la subor- aproxima a su preocupación por Blanca hacia 1880», en Estudios sobre
dinación a una diferencia que dé hacerse oír, a la búsqueda de un Inmigración, Nº II, Bahía Blanca,
lugar a la equidad. camino viable para hacerlo y a la Departamento de Humanidades,

51
Universidad Nacional del Sur, 1994, -----------, Historia de las trabajadoras en Nash, Mary y Susana Tavera, Experiencias
págs. 5-77. la Argentina (1869-1960), Buenos Aires, desiguales: conflictos sociales y respuestas
Edhasa, 2007. colectivas (siglo XIX), Madrid, Síntesis,
Feijoo, María del Carmen, «Las luchas 1994.
feministas», en Todo es Historia, nº 128, Miguel, Ana de, “Feminismos”, en Celia
Buenos Aires, 1978, págs. 7-23. Amorós (dir.), Diez palabras clave sobre Offen, Karen, «Definir el feminismo: un
mujer, Navarra, Verbo Divino, 1995. análisis histórico comparativo», en Historia
Gordon, Linda, «Qué hay de nuevo en la Social, nº 9, Valencia, Instituto de Historia
Historia de las Mujeres», en Carmen Nari, Marcela, “Feminismo y diferencia Social, 1991, 1991, págs. 103-135.
Ramos Escandón (comp.), Género e sexual. Análisis de la ‘Encuesta Feminista
Universidad Nacional de Quilmes, La voz
historia, México, Instituto Mora, 1997. Argentina’ de 1919”, en Boletín del Ins-
de la mujer. Periódico feminista-
tituto de Historia Americana y Argentina
anárquico, Quilmes, 2002.
Jeffress Little, Cynthia, “Educación, Dr. Emilio Ravignani, 3ª serie, nº 12,
filantropía y feminismo: partes integrantes Buenos Aires, Facultad de Filosofía y Vasallo, Alejandra, «Entre el conflicto y la
de la femineidad argentina, 1860-1926”, Letras; U.B.A./F.C.E, 1995ª, págs. 61-86. negociación. Los feminismos argentinos
en Asunción Lavrín, Las mujeres en los inicios del Consejo Nacional de
latinoamericanas. Perspectivas históricas, Nari, Marcela, «Libertad, igualdad y Mujeres, 1900-1910», en Fernanda Gil
México, 1985. maternidad! Argentina en la entreguerra», Lozano y otros, Historia de las Mujeres en
en Mujeres en escena. Actas de las Quintas la Argentina, siglo XX, tomo 2, Buenos
Kappeli, Anne-Marie, «Escenarios del Jornadas de Historia de las Mujeres y Aires, Taurus, 2000.
Feminismo», en Georges Duby y Michelle Estudios de Género, La Pampa, Roma,
Perrot, Historia de las Mujeres en 2000a. Vela, Liliana, “Feminismo y socialismo:
Occidente, Madrid, Taurus, 1991-1993. conservación e innovación” en Hugo
-----------, “El feminismo frente a la Biagini y Arturo Roig (dirs.), El
Lavrin, Asunción, Women, Feminism and cuestión de la mujer en las primera pensamiento alternativo en la Argentina
Social Change in Argentina, Chile and décadas del siglo XX”, en Juan Suriano del siglo XX, Identidad, utopía, integración
Uruguay (1890-1940), Lincoln-Londres, (comp.), La cuestión social en Argentina, (1900-1930), tomo I, Buenos Aires,
Cornell University Press¸ 1995. 1870-1943, Buenos Aires, La Colmena, Biblos, 2004.
2000b.
Lobato, Mirta Zaida, “Entre la protección Weinberg, Félix y Norma M. Buffa de
y la exclusión: discurso maternal y -----------, «Maternidad, política y Bottaro, “El aporte inmigratorio en la
protección de la mujer obrera, Argentina feminismo», en Fernanda Gil Lozano y conformación de las clases medias de la
1890-1934”, en Juan Suriano (comp.), La otros, Historia de las Mujeres en la ciudad de Bahía Blanca”, en Cuadernos
cuestión social en Argentina, 1870-1943, Argentina, siglo XX, tomo 2, Buenos del Sur, Nº 15, Bahía Blanca, Universidad
Buenos Aires, La Colmena, 2000. Aires, Taurus, 2000c. Nacional del Sur, 1982, págs. 79-97.

52

También podría gustarte