Curso de Sagrada Escritura 2021-2022

AÑO 1 Lectura del Antiguo Testamento

6 Pentateuco. Decálogo

Éxodo 19 16 Al tercer día, al amanecer, hubo truenos y relám- CONTEXTO DEL DECÁLOGO
pagos y una densa nube sobre la montaña; se oía un fuerte
sonido de trompeta y toda la gente que estaba en el campa-
mento se echó a temblar. Prólogo y condensación de toda
17
Moisés sacó al pueblo del campamento, al encuentro de la Ley es el Decálogo que se proclama
Dios, y se detuvieron al pie de la montaña. con toda solemnidad en una grandiosa
18
La montaña del Sinaí humeaba, porque el Señor había des- teofanía.
cendido sobre ella en medio de fuego. Su humo se elevaba Tres perícopas componen esta
como el de un horno y toda la montaña temblaba con violen- sección:
cia. 19 El sonar de la trompeta se hacía cada vez más fuerte; a) Teofanía 19
Moisés hablaba y Dios le respondía con el trueno.
20
El Señor descendió al monte Sinaí, a la cumbre del monte. b) Decálogo 20,1-17
El Señor llamó a Moisés a la cima de la montaña y Moisés c) Reacción del pueblo a la teofanía
subió. 2,18-21
21
Y dijo el Señor a Moisés: «Baja, intima al pueblo para que
no traspase los límites para ver al Señor, pues perecerían Todo el capítulo 19 es una introduc-
muchos. 22 Los sacerdotes que se han de acercar al Señor, ción al Decálogo. Se destaca su impor-
que se purifiquen también, para que el Señor no arremeta tancia y se nos prepara para recibirlo
contra ellos».
23 con corazón bien dispuesto. Lo que se
Moisés contestó al Señor: «El pueblo no podrá subir al
monte Sinaí, porque tú mismo nos has advertido diciendo: nos va a decir no es algo trivial, sino
“Traza un límite en la montaña y conságrala”». 2 algo básico y fundamental en lo que se
4
El Señor insistió: «Anda, baja, y luego sube con Aarón; que están jugando las relaciones entre Dios
los sacerdotes y el pueblo no traspasen los límites tratando y su pueblo
de subir hacia el Señor, para que él no arremeta contra
ellos».
 LUGAR Y FECHA
La fecha de la llegada al Sinaí se indica con
precisión pues se trata de un acontecimiento clave
que hay que conectar con otro acontecimiento clave
que es la salida de Egipto. En el Sinaí Israel va a
recibir la Ley que lo constituye como pueblo.
La presencia del monte se hace presencia de
Dios. El monte Sinaí es el monte de Dios, pero lue-
go será sustituido por el Monte Sion en Jerusalén,
como morada divina. Para los cristianos otro monte
desplazará a estos dos: el Monte Calvario donde
Dios se manifiesta definitivamente con la muerte y
resurrección de Jesús. Otros montes tendrán impor-
tancia teológica tanto en el Antiguo como en el Nue-
vo Testamento, recordemos el Moria, el Carmelo, el
Hermón, el Tabor, pero todos se referirán de un mo-
do u otro al Sinaí y, para nosotros, al Calvario.
MOISÉS
Moisés es el intermediario: sube a Dios y baja
al pueblo. Dios y el pueblo hablan a Moisés y Moi-
sés lleva las palabras de uno a otro.
Dios quiere hacer de Israel un pueblo santo,
propiedad personal de Dios.
Ahora sabemos que Cristo es más grande que
Moisés y que en Cristo la Iglesia cumple lo que Is-
rael realizaba sólo en figura. Tanto Israel como la
Iglesia se concentran en Cristo y de Cristo es de
donde nace la capacidad de Israel para ser prepara-
ción y la capacidad de la Iglesia para ser continuidad
y plenitud de lo realizado en Cristo.
Moisés tiene privilegios que no tiene el pue-
blo. Él puede tratar con Dios cara a cara, pero Dios
deja clara su trascendencia ante el pueblo.
Cercanía y lejanía de Dios, amor y trascen-
dencia es otra de las leyes bíblicas más constantes.
PUREZA DEL PUEBLO
Para comunicarse con Dios todo el pueblo tie-
ne que estar dispuesto. El hombre para tratar con
Dios tiene que apartarse de lo profano, liberarse de
lo que distancia de Dios.
A pesar de estar purificados no pueden pasar
de ciertos límites. La santidad es contagiosa como la
impureza, por eso el que viole lo santo ha de ser eje-
cutado sin ser tocado. Sólo cuando Dios quiere co-
municarse puede el hombre acercarse a Dios.
Dos ritos de purificación se mencionan: los
lavados y la abstención sexual. No importa cuales
sean los ritos, lo que importa es la enseñanza que
inculcan: Dios es más grande que el hombre y no se
puede tratar con Dios con ligereza .
FENÓMENOS DE TEOFANÍA
Teofanía significa “manifestación de lo di-
vino”
Truenos, relámpagos y resonar de cuerno, son
fenómenos típicos de cualquier tormenta o de cual-
quier erupción volcánica, el humear de un monte y
el terremoto son fenómenos volcánicos. Se interpre-
ta el trueno como la voz de Dios que sólo entiende
Moisés. Dios
domina el fue-
go, la tormenta
y la tierra y
por tanto es
más grande
que Baal, que
es el Dios de la
tormenta cana-
neo.
Los fe-
nómenos se
nos presentan
en el relato
como sobrena-
turales. Dios se
puede valer de
lo desconocido
o de lo conoci-
do para comu-
nicarse con el hombre, pero en la Biblia lo que im-
porta no es la materialidad del acontecimiento sino
su capacidad de trasladarnos al ámbito del encuen-
tro con Dios.
DECÁLOGOS EN LA BIBLIA
San Ireneo fue el primero que utilizó la pala-
bra decálogo, que significa “diez palabras” (Éxo
34,28; Deu 4,10; 10,4), para designar este conjunto
de leyes promulgado en la teofanía del Sinaí.
Disponemos de dos versiones del Decálogo
en la Biblia: la de Deuteronomio 5,1-22 y la que
aparece en el texto que estamos comentando Éxodo
20,2-17. Son prácticamente idénticas aunque hay
algunas diferencias. El Decálogo, sin duda, se re-
monta a las tradiciones más antiguas de Israel.
En la Biblia aparecen otros intentos de formar
Decálogos ya que parece que esta forma de presen-
tar las leyes es tradicional para abarcar un ámbito
determinado del Derecho, o el Derecho entero
como en nuestro caso.
Encontramos Decálogos más o menos com-
pletos y elaborados en Eze 18,5-9 y en Sal 15 (14).
Es especialmente importantes son el de Deu 27,15-
26 y el de Éxo 34,10-28 por su concepción radical-
mente distinta de la moral ya que es un Decálogo
centrado en deberes cultuales. Tan diferente es la
idea de Dios que lo sustenta, que el P. Alonso Díaz
habla de la presencia de dos Yahweh distintos e in-
compatibles en el Éxodo: el Dios del Decálogo del
c. 20 y el del c.34. Nota que este segundo Decálogo
se presenta como los diez mandamientos, sin más,
promulgados en el Sinaí. (Éxodo 34,1.28)
Ciertamente que no son dos dioses distintos
los que proclaman los dos decálogos y que en am-
bos hay muchos elementos que complementándose
nos muestran al único Dios, pero también es cierto
que en la Biblia hay siempre una tensión entre el
culto y la ética que no podemos dejar de lado . Am-
bas cosas debemos asumirlas como reveladas por
Dios.
 Diversas formas de numerar los mandamientos
La diversa forma de presentar el Decálogo en Éxo 20,17 y en Deu 5,21 ha provocado una diversa or-
denación de los mandamientos en ambos textos y en la tradición posterior según la siguiente tabla.

JUDÍOS PROTESTANTES Y ORIENTALES CATÓLICOS Y LUTERANOS

1 1
2
«Yo soy el Señor, tu Dios, que te
saqué de la tierra de Egipto, de la
casa de esclavitud
3
2 No tendrás otros dioses frente a
No tendrás otros dioses frente a
mí.
4
No te fabricarás ídolos, ni figura
alguna de lo que hay arriba en el
cielo, abajo en la tierra, o en el
agua debajo de la tierra.
5 5
No te postrarás ante ellos, ni les
darás culto; porque yo, el Señor, tu
Dios, soy un Dios celoso, que casti-
go el pecado de los padres en los
hijos, hasta la tercera y la cuarta6
generación de los que me odian.
Pero tengo misericordia por mil
generaciones de los que me aman y
guardan mis preceptos.
3 7
7
No pronunciarás el nombre del
Señor, tu Dios, en falso. Porque no
dejará el Señor impune a quien pro-
nuncie su nombre en falso.
4 4
8
Recuerda el9 día del sábado para
santificarlo. Durante seis días tra-
bajarás y harás todas tus tareas, 10
pero el día séptimo es día de des-
canso, consagrado al Señor, tu
Dios. No harás trabajo alguno, ni
tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu escla-
vo, ni tu esclava, ni tu ganado, ni el
emigrante que reside en tus ciuda-
des. 11 Porque en seis días hizo el
Señor el cielo, la tierra, el mar y lo
que hay en ellos; y el séptimo día
descansó. Por eso bendijo el Señor
el sábado y lo santificó.
5 12
12
Honra a tu padre y a tu madre,
para que se prolonguen tus días en
la tierra, que el Señor, tu Dios, te
va a dar
13
6 No matarás.
No matarás.
7 No cometerás adulterio.
14
No cometerás adulterio.
8 No robarás.
15
No robarás.
9 No darás falso testimonio contra
16
No darás falso testimonio contra
tu prójimo.
10
17
No codiciarás los bienes de tu
prójimo. No codiciarás la mujer de
tu prójimo, ni su esclavo, ni su es-
clava, ni su buey, ni su asno, ni na-
da que sea de tu prójimo».
2
«Yo soy el Señor, tu Dios, que te
saqué de la tierra de Egipto, de la
casa de esclavitud.
3 3
mí.
2 No te fabricarás ídolos, ni figura
4
No te fabricarás ídolos, ni figura
alguna de lo que hay arriba en el
cielo, abajo en la tierra, o en el agua
debajo de la tierra.
No te postrarás ante ellos, ni les
darás culto; porque yo, el Señor, tu
Dios, soy un Dios celoso, que casti-
go el pecado de los padres en los
hijos, hasta la tercera y la cuarta
generación de los que me odian. 6
Pero tengo misericordia por mil ge-
neraciones de los que me aman y
guardan mis preceptos.
3 2
No pronunciarás el nombre del
Señor, tu Dios, en falso. Porque no
dejará el Señor impune a quien pro-
nuncie su nombre en falso.
8
Recuerda el día del sábado para
santificarlo. 9 Durante seis días tra-
bajarás y harás todas tus tareas, 10
pero el día séptimo es día de des-
canso, consagrado al Señor, tu Dios.
No harás trabajo alguno, ni tú, ni tu
hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu
esclava, ni tu ganado, ni el emigran-
te que reside en tus ciudades. 11 Por-
que en seis días hizo el Señor el cie-
lo, la tierra, el mar y lo que hay en
ellos; y el séptimo día descansó. Por
eso bendijo el Señor el sábado y lo
santificó.
5
Honra a tu padre y a tu madre,
para que se prolonguen tus días en
la tierra, que el Señor, tu Dios, te va
a dar
6 5
13
7 6
14
15
8 7
9 8
16
tu prójimo.
10
17
No codiciarás los bienes de tu
prójimo.
No codiciarás la mujer de tu próji-
mo, ni su esclavo, ni su esclava, ni
su buey, ni su asno, ni nada que sea
de tu prójimo».
1
2
«Yo soy el Señor, tu Dios, que te
saqué de la tierra de Egipto, de la
casa de esclavitud.
No tendrás otros dioses frente a
mí.
4
alguna de lo que hay arriba en el
cielo, abajo en la tierra, o en el agua
debajo
5
de la tierra.
No te postrarás ante ellos, ni les
darás culto; porque yo, el Señor, tu
Dios, soy un Dios celoso, que casti-
go el pecado de los padres en los
hijos, hasta la tercera y la cuarta6
generación de los que me odian.
Pero tengo misericordia por mil ge-
neraciones de los que me aman y
guardan mis preceptos.
7
No pronunciarás el nombre del
Señor, tu Dios, en falso. Porque no
dejará el Señor impune a quien pro-
nuncie su nombre en falso.
3
8
Recuerda el9 día del sábado para
santificarlo. Durante seis días tra-
bajarás y harás todas tus tareas, 10
pero el día séptimo es día de des-
canso, consagrado al Señor, tu Dios.
No harás trabajo alguno, ni tú, ni tu
hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu
esclava, ni tu ganado, ni el emigran-
te que reside en tus ciudades. 11 Por-
que en seis días hizo el Señor el cie-
lo, la tierra, el mar y lo que hay en
ellos; y el séptimo día descansó. Por
eso bendijo el Señor el sábado y lo
santificó.
4
12
Honra a tu padre y a tu madre,
para que se prolonguen tus días en
la tierra, que el Señor, tu Dios, te va
a dar
13
No matarás.
14
No cometerás adulterio.
15
No robarás.
16
No darás falso testimonio contra
tu prójimo.
9
17
No codiciarás los bienes de tu
prójimo (…) ni su esclavo, ni su
esclava, ni su buey, ni su asno, ni
nada que sea de tu prójimo».
10
No codiciarás la mujer de tu próji-
mo,
 Tres decálogos
Éxodo 20 Deuteronomio 5
1
El Señor pronunció estas palabras: Él dijo:
1 1
2 6
«Yo soy el Señor, tu Dios, que te saqué de la “Yo soy el Señor, tu Dios, que te saqué de la tierra
tierra de Egipto, de la casa de esclavitud. de Egipto, de la casa de esclavitud.
7
3
No tendrás otros dioses frente a mí. No tendrás otros dioses frente a mí.
8
4
No te fabricarás ídolos, ni figura alguna de lo No te fabricarás ídolos, ni figura alguna de lo que
que hay arriba en el cielo, abajo en la tierra, o hay arriba en el cielo, abajo en la tierra o en el agua
en el agua debajo de la tierra. debajo de la tierra. 9 No te postrarás ante ellos ni les
5 darás culto, porque yo, el Señor, tu Dios, soy un
No te postrarás ante ellos, ni les darás culto;
Dios celoso, que castigo la culpa de los padres en
porque yo, el Señor, tu Dios, soy un Dios celo- los hijos hasta la tercera y la cuarta generación de
so, que castigo el pecado de los padres en los los que me odian, 10 pero tengo misericordia por mil
hijos, hasta la tercera y la cuarta generación de generaciones de los que me aman y observan mis
los que me odian. 6 Pero tengo misericordia por preceptos.
mil generaciones de los que me aman y guardan 2
mis preceptos. 11
No pronunciarás el nombre del Señor, tu Dios, en
2 falso, porque no dejará impune el Señor a quien pro-
7
No pronunciarás el nombre del Señor, tu Dios, nuncie su nombre en falso.
en falso. Porque no dejará el Señor impune a 3
12
quien pronuncie su nombre en falso. Observa el día del sábado, para santificarlo, como
3 el Señor, tu Dios, te ha mandado. 13 Durante seis
8
Recuerda el día del sábado para santificarlo. 9 días trabajarás y harás todas tus tareas, 14 pero el día
Durante seis días trabajarás y harás todas tus séptimo es día de descanso, consagrado al Señor, tu
tareas, 10 pero el día séptimo es día de descanso, Dios. No harás trabajo alguno, ni tú, ni tu hijo, ni tu
consagrado al Señor, tu Dios. No harás trabajo hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tu buey, ni tu
alguno, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, asno, ni tu ganado, ni el emigrante que reside en tus
ni tu esclava, ni tu ganado, ni el emigrante que ciudades, para que descansen, como tú, tu esclavo y
reside en tus ciudades. 11 Porque en seis días tu esclava. 15 Recuerda que fuiste esclavo en la tierra
hizo el Señor el cielo, la tierra, el mar y lo que de Egipto y que el Señor, tu Dios, te sacó de allí con
mano fuerte y con brazo extendido. Por eso te man-
hay en ellos; y el séptimo día descansó. Por eso
da el Señor, tu Dios, guardar el día del sábado.
bendijo el Señor el sábado y lo santificó. 4
4 16
Honra a tu padre y a tu madre, como el Señor, tu
12
Honra a tu padre y a tu madre, para que se Dios, te ha mandado, para que se prolonguen tus
prolonguen tus días en la tierra, que el Señor, tu días y te vaya bien en la tierra que el Señor, tu Dios,
Dios, te va a dar. te va a dar.
5 5
13 17
No matarás. No matarás.
6 6
14 18
No cometerás adulterio. No cometerás adulterio.
7 7
15 19
No robarás. No robarás.
8 8
16 20
No darás falso testimonio contra tu prójimo. No darás testimonio falso contra tu prójimo.
9 9
21
17
No codiciarás los bienes de tu prójimo. No codiciarás la mujer de tu prójimo,
10 10
No codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su es- ni desearás la casa de tu prójimo, su campo, su es-
clavo, ni su esclava, ni su buey, ni su asno, ni clavo o su esclava, su buey o su asno, ni nada que
nada que sea de tu prójimo». sea de tu prójimo”.
22
18 Estas son las palabras que proclamó el Señor con
Todo el pueblo percibía los truenos y relám- voz potente a toda vuestra asamblea, en la montaña,
pagos, el sonido de la trompeta y la montaña desde el fuego, la nube y la niebla. Y, sin añadir
humeante. más, las escribió en dos tablas de piedra y me las
entregó.
Éxodo 34 NOTA
El Señor dijo a Moisés: … 11 Cumple lo que yo te Los dos pri-
mando hoy; expulsaré delante de ti a amorreos, ca- meros decálogos
naneos, hititas, perizitas, heveos y jebuseos. son prácticamente
12
Guárdate de hacer alianza con los habitantes de idénticos. El tercero
la tierra donde vas a entrar; porque serían un lazo es totalmente distin-
para ti. 13 Derribarás sus altares, quebrarás sus este- to. Mientras que los
las, talarás sus árboles sagrados. dos primeros tienen
1 una parte cultual y
14
No te postres ante otro dios, porque el Señor se otra ética, el tercero
llama “Celoso”, y es un Dios celoso. contiene solo pre-
5
No hagas alianza con los habitantes de la tierra, no ceptos cultuales.
sea que, cuando se prostituyan con sus dioses y les La diferencia
ofrezcan sacrificios, te inviten a comer con ellos. 16 de mentalidad es
Ni tomes a sus hijas para tus hijos, pues se prostitui- tan fuerte en el ter-
rán sus hijas con sus dioses y prostituirán a tus hijos cero que el concep-
con sus dioses. to de Dios que im-
2 plica es difícilmente
17
No te hagas estatuas de dioses. compatible con el concepto de Dios en los dos pri-
3 meros.
18
Guarda la fiesta de los Ácimos: durante siete días Pero la Biblia es así. Incorpora muchos pun-
comerás panes ácimos, según te mandé, en el tiem- tos de vista distintos y en todos hay algo que tene-
po señalado del mes de abib, porque en el mes de mos que saber descubrir como interpelación de
abib saliste de Egipto. Dios que se manifiesta a través de sus palabras ex-
4 presadas al modo humano en circunstancias con-
19
Todo primer nacido macho que abra el vientre es cretas y diversas.
mío, sea ternero o cordero. 20 El primer nacido del
asno lo rescatarás con un cordero y, si no lo resca-
tas, lo desnucarás. Rescatarás también al primogé-
nito de tus hijos. Nadie se presentará ante mí con EL SÁBADO
las manos vacías. Santificar el sábado para el israelita es reco-
5
21
Seis días trabajarás, y al séptimo descansarás; in- nocer y alabar a Dios como centro de la vida hu-
cluso en la siembra o en la siega, descansarás. mana. El marcado aspecto social y humanitario
6 resplandece en la prohibición del trabajo a todos
22
Celebra la fiesta de las Semanas, al comenzar la los que dependan del jefe de familia sin excluir a
siega del trigo, y la fiesta de la Cosecha, al terminar los extranjeros residentes, ni a los animales que
el año. sirven al hombre. Esta misma motivación aparece
7 en el código de la alianza (Éxo 23,12)
23
Tres veces al año se presentarán todos los varones La crítica de Jesús al sábado es muy pro-
en presencia del Señor, el Señor Dios de Israel; 24 funda. El sábado había llegado a ser el resumen de
pues desposeeré a las naciones delante de ti y en- toda la Ley y se entendía literalmente y con gran
sancharé tus fronteras, y nadie codiciará tus campos exageración (Éxo 16,23; 35,3; Núm 15,32). Cristo
cuando subas a visitar al Señor tu Dios tres veces al ataca esta concepción de la Ley y del sábado de-
año. clarando que éste es para el hombre y no el hom-
8 bre para el sábado. El mismo Jesús se proclama
25
No ofrezcas pan fermentado con la sangre de mi Señor del Sábado (Luc 6,5). Con su muerte en la
sacrificio. De la víctima de la Pascua no quedará Cruz, el sábado como todas las determinaciones
nada para el día siguiente.
9 de la Ley mosaica quedó abolido.
26
Trae a la Casa del Señor tu Dios las primicias de Los cristianos al principio siguieron obser-
tus tierras. vando el sábado como toda la Ley en general. Po-
10 co a poco, sin embargo, el primer día de la sema-
No cuezas el cabrito en la leche de la madre». na, primer día de la creación y, sobre todo, día de
27 la resurrección de Jesús fue desplazando al sábado
El Señor dijo a Moisés: «Escribe estas palabras: y ocupando su lugar, no sólo como día de culto,
de acuerdo con estas palabras concierto alianza que esto se hizo desde el principio, sino también
contigo y con Israel». 28 Moisés estuvo allí con el como día de descanso cristiano. Por eso se llamó
Señor cuarenta días con sus cuarenta noches, sin día del Señor (Dies dominicum, de donde vino
comer pan ni beber agua; y escribió en las tablas domingo). Así pues, el domingo no nació de un
las palabras de la alianza, las Diez Palabras. deseo de cambiar el sábado por otro día, sino de la
29 conmemoración semanal de la resurrección del
Cuando Moisés bajó de la montaña del Sinaí con Señor. A pesar de todo en muchas épocas se cargó
las dos tablas del Testimonio en la mano, no sabía con los matices del sábado judío, sin llegar nunca
que tenía radiante la piel de la cara, por haber ha- a los excesos de exageración del mismo, pero ro-
blado con el Señor. zándolos de cerca en ocasiones.
 Sobre el culto de las imágenes entre los
cristianos.
I contrario al primer mandamiento que proscribe los
Cuando la divinidad se encarne, se podrá repre-
sentar con toda propiedad por imágenes, tanto de la
misma divinidad encarnada, como de los que están
dentro de su órbita según su respectivo orden .
(Bartina)
II
Los cristianos no son idólatras como pretenden
los herejes, en la adoración de la Cruz y a las imáge-
nes del Señor, a las de la Virgen, a las de los santos y
a sus reliquias. Por cuanto no creemos que en dichas
imágenes haya alguna divinidad o virtud que deba
reverenciarse, sino que todo el honor que les hacemos
se refiere a los originales que representan; y en los
santos a Dios, que es el autor de toda santificación y
de toda gracia”
(Scío Cf. Trento sesión XXV; Dz 984-988 y 998)
III
De acuerdo con la tradición, la Iglesia rinde culto
a los santos y venera sus imágenes y sus reliquias au-
ténticas. Las fiestas de los santos proclaman las mara-
villas de Cristo en sus servidores y proponen ejemplos
oportunos a la imitación de los fieles”
(Vaticano II SC 111a)
IV
Catecismo de la Iglesia Católica
"NO TE HARAS ESCULTURA ALGUNA..."
2129 El mandamiento divino implicaba la prohi-
bición de toda representación de Dios por mano del
hombre. El Deuteronomio lo explica así: "Puesto que
no visteis figura alguna el día en que el Señor os ha-
bló en el Horeb de en medio del fuego, no vayáis a
prevaricar y os hagáis alguna escultura de cualquier
representación que sea..." (Dé 4, 15-16). Quien se re-
vela a Israel es el Dios absolutamente Trascendente.
"El lo es todo", pero al mismo tiempo "está por enci-
ma de todas sus obras" (Si 43, 27-28). Es la fuente de
toda belleza creada (Cf. Sab 13, 3).
2130 Sin embargo, ya en el Antiguo Testamento
Dios ordenó o permitió la institución de imágenes que
conducirían simbólicamente a la salvación por el Ver-
bo encarnado: la serpiente de bronce (cf Núm 21, 4-9;
Sab 16, 5-14; Juan 3, 14-15), el arca de la Alianza y
los querubines (cf. Éxo 25, 10-12; 1 Re 6, 23 28; 7, 23
-26).
2131 Fundándose en el misterio del Verbo encar-
nado, el séptimo Concilio Ecuménico (celebrado en
Nicea el año 787), justificó contra los iconoclastas el
culto de las sagradas imágenes: las de Cristo, pero
también las de la Madre de Dios, de los ángeles y de
todos los santos. El Hijo de Dios, al encarnarse, inau-
guró una nueva "economía" de las imágenes.
2132 El culto cristiano de las imágenes no es
ídolos. En efecto, "el honor dado a una imagen se
remonta al modelo original" (S. Basilio, spir. 18,
45), "el que venera una imagen, venera en ella la
persona que en ella está representada" (Cc. de Ni-
cea II: DS 601; cf. Cc. de Trento: DS 1821-1825;
CF. Vaticano II: SC 126; LG 67). El honor tributa-
do a las imágenes sagradas es una "veneración res-
petuosa", no una adoración, que sólo corresponde
a Dios:
El culto de la religión no se dirige a las
imágenes en sí mismas como realidades,
sino que las mira bajo su aspecto propio de
imágenes que nos conducen a Dios encarna-
do. Ahora bien, el movimiento que se dirige
a la imagen en cuanto tal, no se detiene en
ella, sino que tiende a la realidad de la que
ella es imagen (S. Tomás de Aquino, s. th. 2
-2, 81, 3, ad 3).
2141 El culto de las imágenes sagradas está
fundado en el misterio de la Encarnación del Ver-
bo de Dios. No es contrario al primer mandamien-
ORACIÓN
Salmo 119 (118) 105-112 (Nun)
Lámpara es tu palabra para mis pasos,
luz en mi sendero;
lo juro y lo cumpliré:
guardaré tus justos mandamientos;
¡estoy tan afligido! Señor,
dame vida según tu promesa.
Acepta, Señor, los votos que pronuncio,
enséñame tus mandatos;
mi vida está siempre en peligro,
pero no olvido tu ley;
los malvados me tendieron un lazo,
pero no me desvié de tus mandatos.
Tus preceptos son mi herencia perpetua,
la alegría de mi corazón;
inclino mi corazón a cumplir tus decretos,
siempre y cabalmente.
TAREA. LA PRÓXIMA CLASE hablaremos de los
principales códigos legales del An;guo Testa-
mento: Código de la Alianza Éxodo 20,22-
23,33, Ley de San;dad Leví;co 17-26 y Código
del Deuteronomio 12-26. Búscalos en tu Bi-
blia y lee algunos pasajes de cada uno. No ol-
vides que se trata de una Ley superada por
Cristo