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LUCHÍN EL SUPERBURBUJA

AUTOR: LUIS ANTONIO LARGO ALVARDO


EL TIO TOÑO

Luchín es un niño muy creativo, juicioso, obediente como todos los niños de la época de pandemia.
Antes de que llegara el virus, Luchín en su colegio transformaba los juegos en historias fantásticas
que después las reproducía en su casa y convertía sus juguetes y sus rincones en superhéroes,
monstruos, bosques, castillos y guerreros con poderes. Pero un día Lechín no volvió al colegio, no
volvió a jugar y ya no pudo imaginar más historias.
Fue aquel día cuando escuchó al presidente decir por televisión. – A partir de la fecha se decreta la
cuarentena obligatoria y los colegios deben pasar a la virtualidad.
Luchín no entendía muchas cosas que pasaban por la pandemia que atacaba al mundo y ahora a su
país. Con la ayuda de sus Padres adaptó toda la tecnología, que antes lo entretenía, ahora la usaba
para recibir sus clases. Muchas cosas estaban cambiando, sus horarios, sus hábitos y sus espacios los
compartía con la oficina y la ocupación de su Papá y su Mamá.
Los nuevos amigos inseparables de Luchín eran: el agua, el jabón, el gel, el alcohol, el hipoclorito y
el más cercano y fiel, su Tapabocas.
Sus Padres estaban preocupados, que podrían hacer para reemplazar sus juegos? a sus amigos? y
entretener a
Luchín? Empezó la cuarentena obligada y con ella el telestudio, sus amigos no estaban en el salón,
ni en el patio de su colegio, ahora los podía ver a través de una pantalla del computador y del celular,
estaban en sus casas, sin su uniforme, algunos aún con la pijama, sus caras sorprendidas y no tan
felices escuchaban con atención las instrucciones que daba el profesor y aunque se cometían muchos
errores con la nueva experiencia virtual se corregían con risas y palabras amables de sus profesores.
Así pasaron días de adaptación y cambios que Luchín practicaba con normalidad, como el lavado de
manos, el uso del tapabocas, las tareas escolares, pero faltaba algo, algo… sus historias, donde se
habían quedado sus historias? pues cuando organizó su tiempo Luchín volvió a jugar, jugaba con sus
juguetes y jugaba con sus Padres, jugaba con sus juguetes y jugaba con su Papá y su Mamá, a veces
se reunía con algunos amigos y primos en las batallas virtuales. Un día
cualquiera de cuarentena, después de revolcar y hacer lo que un niño de 8 años hace con sus
juguetes, se alistó para su segundo lavado de manos, entró a su baño, abrió la llave del lavamanos y
fijó su mirada en la salida del agua, mientras estaba rosando sus manos con agüita y con jabón,
empezaron a sonar truenos y se veían rayos y relámpagos en el cielo, pero algo extraño sucedía, no
eran gotas de agua lo que caía en las calles, eran una especie de bolitas moradas con cachitos de
puntas afiladas a su alrededor, Luchín desde su ventana veía como la gente corría a protegerse, unos
corrían a hacer filas en los supermercados y otros llevaban bultos de papel higiénico y bosas llenas
de alimentos, Luchín no entendía que estaba sucediendo, todo era caos, los bichos atacan a las
personas que no tenían tapabocas, entraban por su nariz, por su boca por sus ojos, los hacían toser y
toser, su temperatura subía, perdían la respiración y se desmayaban.
Luchín empezó a soplar sus manos que aún tenían espuma y formó una enorme burbuja, creció ,
creció y explotó, su cuerpo se infló y se infló como la mascota de las llantas michelín y su color
blanco brillante resplandecía tanto que rebotaba la luz de los rayos, ahora tenía todos los poderes de
los advengers: fuerza, escudo protector, lanza espumas, vista laser, podía volar se había convertido
en SUPERBURBUJA, estiró sus brazos hacia arriba y salió volando por la ventana de su casa,
entonces estaba rodeado de un ejército de COVIDS inició una lucha superestelar,
SUPERBURBUJA tenía que destruir la criaturas COVID y salvar al mundo. Lanzaba sus poderosas
burbujas a cada bicho que estaba en el aire, las burbujas explotaban y los destruían, algunos COVID
esquivaban sus disparos y lo atacaban, pero su escudo jabonoso los desintegraba como granos de
azúcar en el agua. Los COVID fueron desapareciendo, el aire estaba quedando más limpio.
SUPERBURBUJA ayudó a levantar las personas desmayadas, les colocó tapabocas y separó a
quienes estaban muy cerca, después se elevó al cielo y la gente aplaudía, gritaba: gracias
SUPERBURBUJA, GRACIAS SUPERBURBUJA.
Pero pasó algo inevitable, el sol brilló tan fuerte que nuestro amigo SUPERBURBUJA empezaba a
desaparecer sus brazos de espuma, sus piernas de espuma, su cabeza de espuma su cuerpo total de
espuma desapareció y de pronto a lo lejos se escuchó una voz de ultratumba: LUCHIIIIIIIN, pase a
la mesa ya esta servido el almuerzo. Sí amigos, era su Mamá. SUPERBURBUJA, había sido una
fantástica historia más de Luchín.
-Ya voy Mamá estoy terminando de lavarme las manos. Contestó Luchín, y camino al comedor
pensó, pensó y pensó: - Al menos con la imaginación pude vencer al COVID, pero si lavo mis
manos, mantengo la distancia con las personas y uso correctamente mi tapabocas seré EL
SUPERHEROE DE MI VIDA Y DE LA VIDA DE TODOS.
¿¿Y tú eres un SUPERHEROE DE LA VIDA??

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