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TOMO 255

1963
HOJA COMPLEMENTARIA

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50 FALLOS DE LA. CORTE 8UP&E.IU.

CLUB SOCIAL y DEPORTIVO FACUNDO

REOURSO EXTRAORDINARIO: IRequisitos propios. Cuestiones no federales.


Sentencias arbilrarias. Prinmpios generaZes.

La calificación jurldica de los hechos de. la causa) en forma distinta de la


pretendida por el apelante, es función adecuada de los jueces que la deciden,
en tonto no 6 alteren los supuestos fácticos en que la. aeci6n se funda (1).

HUMBER'ro CELESTINO ANESINI v. INSTITUTO NACIONAL


DE PKEVISION SOCIAL

llECURSO EXTRAORDINARIO: Requisitos propios. Cuestión. federal. CU8B­


hones federales simples. Inttrprdacwn de las leyes lecle.rales.

Procede el recurso extraordinario cuando en la causa se discute la inteligencia


de una norma de carácter federal -arto 55 del decreto-ley .31.665/44- y
In rcsoludón definitiva del superior tribunal de la causa es adversa a lO!l
pretensiones del apelante.

JUllll..1CION DEL PERSONAL DEL COMERCIO, ACTIVIDADES AFI­


NES y, CIVILES: Deoolució .. de aportes.

El arto 115 de la ley 14.069, que derogó el derecho a devolución de aportes en


C880 de ecsnntía, aunque con expresa referencia al arlo 27 de In ley 4349,
ets aplicahle n lus demás disposiciones similares contenidas en los regímenes
de previsión í'11 vigor. C'.Jrresponde, por ello, confirmar la. sentencia que
l1cnicJ:;'a 111 devolución de aportes solicitada conforme al art. 55 del decreto
ley 31.665/44.

APORTES JUllILATORIQS.

Eft inadmisible ltl invocación dí' derechos adquiridos si; al dictarse la. ley
14.069, derogatorin de la norma legal en. Ja que se pretende fundar el dEirecho
a In tl('voluciól1 dl' nportes-nrt. '55 del decreto-ley 31.665/44--, el reeU­
l.rpnte llI11ntenín su relnc.ión de empleo y .no existía. petición en aquel sentido.

DICTAMEN DEL PnOCURADOR GENERAL SUBSTITUTO

Suprema Corte:

El recurso extraordinario concedido a fs. 45 es procedente,


por haberse cuestionado en autos la hiteligencia de normas fe­
derales y ser la decisiÓn definitiva del superior tribunal de la
causa contraria a las pl'etensiones del apelante.
En cuanto al fondo del asunto, considero arregla,da a dere­
cho la denegación de la devolución de aportes promovida poi

(1) 4 ele mnr7.o. Fallos: 251: 7


DE JUSTICIA DE IJA NACIÓN 51

el recurrente sobre la base de lo dispuesto en el arto 55 del


decreto-ley 31.665/44.
Comparto, en efecto, el criterio del a quo en cuanto estima
que la norma antedicha quedó derogada por el arto 15 de la
ley 14.069, cuyo inequívoco sentido no deja dudas al respecto.
Por otra parte, la aplicación de la referida ley -que en el
presente cafSo no. reviste carácter retroacfilvo- no ha venido
a privar al apelante de ningún derecho definitivamente incor­
porado a su patrimonio. La facultad conferida por el arto 55
del decreto-ley 31.665/44 representaba una mera expectativa que
perdió virtualidad al ser derogada la norma que la sustentaba
por otra que entró en vigencia con anterioridad a la fecha en que
el afiliado cesó en el servicio.
Por otra parte, es sabido que los aportes constituyen una
contribución forzosa para sostener el respectivo régimen, y una
vez ingresados se convierten en propiedad de la eolectividad de
los afiliados, sin que ninguno de éstos en particular conserve un
derecho individual sobre una parte determinada del fondo co­
mún, salvo lo que la ley haya podido disponer en punto al rein­
tegro de ciertas sumas.
La propiedad de los aportes se rige por las disposiciones
especiales de las leyes de previsión y las que, como lo hacía el
decreto-ley 31.665/44 (art. 55), hayan autorizado el retiro de las
sumas ingresadas, pueden ser válidam'ente reemplazadas por otras
que suprimen esa franquicia, sin que, ello importe menoscabo a
la garantía constitucional de la propiedad, en tanto no se afec-
ten derechos adquiridos (cf. Fallos: 205,: 146). ,,'
Esta eventualidad no se produce en el sub lite. Por tanto,
y a mérito de las eonsideraciones precedentes corresponde con­
firmar la sentencia apelada en cuanto pudo ser materia .del re­
curso, Buenos Aires, 20 de agosto de 1962. - Eduardo H. ¡lIar­
quardt.

FALLO DE LA CORTE ,SUPREMA

Buenos Aires, 8 de marzo de 1963.

Vistos los autos: "Anesini, Humberto Celestino c/ Instituto


Nacional de Previsión Social s/ devolución de aportes jubila­
torios ".

Considerando:
19) Que el recurso extraordinario interpuesto es procedente,
dc conformidad con el dictamen que antecede del Señor Procura­
dor General.
52 FALLOS DR LA CORTE SUPREMA

29) Que se trata de un empleado a quien se declaró cesante


a fines del año 1955 y reclamó devolución de los aportes hechos
sobre su sueldo con destino a la Caja para el Personal del Comer­
cio, Actividades Afines y Civiles, conforme al art 55 del decreto­
ley 31.665/44.
39) Que, tanto esa Caja, como el Instituto N!Rcional de Pre­
visión Social y la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo
dc esta Capital denegaron el beneficio, por considerar que el re­
ferido arto 55 había sido derogado por la ley 14.069, sancionada
en 1951. cuyo art. 15 así lo estableció expresamente con respecto
al art. 27 de la ley 4349, que acordaba devolución de aportes para
los empleados nacionales; pero además agregó que seguían la
misma suerte las "demás disposiciones similares contenidas en
los regímenes de previsión actualmente en vigor". Por tanto, y
siendo ello así, no es dudoso que el arto 55 en que se ampara el
apelante quedó comprendido en la derogación (cfr. también arto 89
del decreto 8284, reglamentario de la ley 14.069).
49) Que tainpoco es admisible en el caso la invocación de
derecho adquirido. Basta para ello la sola comprobación por la
sentencia, de que al dictarse la ley derogatoria de la norma legal
en la que se pretende fundar aquel derecho, el recurrente man­
tenía su relación de empleo y no existía petición, ni obviamente
decisión alguna sobre devolución de aportes (doctrina de Fallos:
251: 104 y 207; 249: 373; 246: 271 y otros).

1
Por ello, y lo concordantemente dictaminado por el Señor Pro­
curador General substituto, se confirma la sentencia apelada, en
cuanto fué materia de recurso extraordinario.
I
BENJAMÍN VILLEGAS BASAVILBASO ­
ABISTÓBULO D. ARÁoz DE LAMADBID
- PEDBO ABEBASTUBY - RICARDO
COLOMBBES - ESTEBAN IMAZ ­
JosÉ F. BIDAU.

S. A. CASA ENRIQUE SCHUSTER V. SCHUSTER 'Y CíA.

RECURSO EXTRAORDINARIO: \Req,,,silos propios. Cuestiones no federales.


Excl1,si6n de las cuestiones de kechc.. Marcas y patentes.

IAl.8 <'ir<'unstnncins de hecho pertinentes a la correcb nplienei6n de la ley


de marcas, son, por vía de principio, insusceptibles de revisión en la insta-ocia
extraordinaria.
DE JUSTICIA DFo LA NACIÓN 53

RECURSO EXTRAORDINARIO: }Requisitos propios. Cuestiones no federale3.


Exclusión de las cuestiones de hecho. Marcas y patentes.

Lo atinente a la posibilidad de confusión por parte del adquirente, en cuanto


al origen y calidad de los productos, así como la de interferencia e'Il las buenas
prácticas comerciales, es cuestión de hecho y prueba ajena a la instancia
extraordinaria.

MARCAR DE FABRICA: Oposición.

La titularidad anterior de un nombre comercial autoriza. la oposici6n a que


se adopte otro confundible con aquél. Corresponde confinuar la sentencia
que condena a modificar la raz6n social y nombre comercial de- la demandada
por ser coufundible con el usado, con anterioridad, por el actor, para la
explotación de un ramo comercial idéntico o similar.

DICTAMEN DEL PROCURADOR GENERAL.

Suprema Corte:

El recurso extraordinario deducido a fs. 263 es proccdente,


'a mi juicio, toda vez que el apelante cuestiona la inteligencia de
la ley federal 3975 y el pronunciamiento recaído es definitivo y
contrario a os derechos 'que aquél funda en algunas de sus dis­
posiciones ,(arto 14, inc. 39, de la ley 48). El recurso, pues, ha
oido bieu concedido a fs. 267 vta. por el a quo.
En cuanto al fondo del asunto, considero que son decisivas
las consideraciones expuestas tanto cn la sentencia de primera
instancia como en el fallo contra el cual se recurre, las cualcs,
por lo demás, se ajustan a la jurisprudencia de V. E.
En efecto, si bien el arto 42 de la Ley de Marcas establecc
que el nombre o la designación de un cstablecimiento que ncgo­
cia en artículos o productos determinados constituye en térmi­
nos generales una propiedad, ese derecho se encuentra limitado
por el del industrial, comerciante o agricultor que haya explo­
tado con anterioridad idéntico ramo con el mismo nombre o con
la misma desinación convencional, en cuyo caso -dice cl arto 43
de la ley 3975- el que desee utilizar el nombre cn cuestión
deberá adoptar una modificación que haga que dicho nombre o
designación "sea visiblemente distinta de la que usare la casa
o establecimiento preexistente".
Demostrada en autos la existencia de una zona de superpo­
sición o interferencia en las respectivas actividades dcsarrolladas
por las partes en litigio -lo cual, por su naturaleza, no es sus­
ceptible de ser revisado en esta instancia de excepción-, la con­
clusión a que arriba el juzgador en el sentido de que el mismo
apellido SCHUSTER que integra el nombre comercial de ambas
sociedades puede llamar a engaño al público consumidor es la
---_._----- .. _- ._--- ... ---- _. __ .• - - - - ._- .-

54 FALIJOS DE LA CORTE SUPREMA

correcta toda vez que el adquirente, por la razón apuntada, bien


puede Creer que en todos los casos se trata de productos ela­
borados o distribuidos por la actora, antigua y acreditada firma
de plaza. La sola argumentación de que el nombre de eomercio
debe lllnpar'ar las distintas aetividades lícitas del titular del mis­
lila, no es razón suficiente para la prescindencia de las precau­
ciones a<1ecuadas a fin de evitar las posibles confusiones por
parte de los terceros adquirentes, tal como lo ha declarado V. E.
en Fallos: 249: 696. .
Por ello pienso que la modifieación de su razón social y
nombre comercial a que se condena a la demandada, es la solu­
dún adecuada al conflicto, por ser la que a mi entender satis­
fucc plcnnmente consideraciones de justicia que son también pro­
pias de la conecta interpretación y aplicación de la Ley de Mar­
eus (I<'allos: 24a: 80 y 248: 479).
l,u Corte lo tiene reiteradamente declarado: lo que debe evi­
turse es que el público pueda ser inducido en error sobre la pro­
cedencia o el orip;en de los productos o artículos que adquiere,
",)\l In posibilidnd consiguiente de que algún comerciante o in­
dustriul nprovccbe ilegítimamente los frutos de la actividad y
prcstigio ajcnos (Iullos: 245: 287 y 248: 819 entre otros), prin­
cipios quc son aplicables tanto a la protección de la marca como
del \lombre comercial, debiendo el nombre ser protegido por el
sólo hecho de la prioridad de su uso (Fallos: 243: 537).
}Jn consecuencia, considero que' no corresponde sino confir­
mar la s('Iltencia recurrida en cuanto ha podido ser materia de
apelación extraordinaria. Buenos Aires, 5 de octubre de 1962. ­
ll£"",ón ],a.•cano.

FALLO DE LA CORTE SUPREMA

Buenos Aires, 8 de marzo de 1963.

Vistos los autos: "Casa Enrique Schuster S. A. r. y C. cl


Sclluster y Cía. si oposición nombre comercial".

y eonsi<1erando:

lQ) Que, como es doctrina reiterada, la presencia de los ex­


tremos de hecho pertinentes a los fines de aplicación de la ley 3975,
no e susceptible, por vía de principio, de consideración en ins­
tancia extraordinaria -Confr. causa "García Miramón, Gastón
cl Cusu De AlIgclis S.R.l" ", sentencia de 27 de febrero de 1963.
2Q) Que lo dccidido en la causa, en lo atinente a la posi­
bilida<1 <1e confusión, por parte del comprador, en cuanto al ori-
I gcn y cali<1ad de los productos así como la de interferencia en

1 __-
DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 55

las buenas prácticas comerciales es, en el caso, ajeno a la juris­


dicción del Tribunal.
39) Q;ue, en tales condiciones, habida cuenta de la jurispru­
dencia que recuerda el Señor Procurador General y de los prin­
cipios admitidos in re "Aktiengesellschaft Ernst Heinkel cl Ca­
lefones Heineken S. A. Ind. y Com." -sentencia del 19 de marzo
de 1963- y en las causas allí mencionadas y sus citas, la sen­
tencia recurrida de fs. 259 debe ser confirmada.
Por ello, y lo concordantemente dictaminado por el Señor Pro­
curador General, se confirma la sentencia recurrida de fs. 259
en lo que ha podido ser objeto de recurso extraordinario.

BENJAMíN VILLEGAS BASAVILBASO


ArusTÓBULO D. .AB.Áoz DE LAMADBID
- PEDRO ABEBASTURY - RICARDO
COLOMBRES - EaTEBAN IMAZ.

S. R. L. HART y 0""08 v •.NACION AROENTJNA

IMPUESTO A LAS YENTAS.

Con arreglo al arto 8(>" de la ley 12.143, en los supuestos de mercaderías ven­
didas para la exportación, la ocurreneia del embarque no constituye requisito
ineludible a los fines de la c'xistenrin (lel hecho imp0:1ible j sí lo es cunndo
la mercadería se exporta en consignación. Corresponde confirmar" la sen.
tencin que hace lugar a la l'cpetieión de la dif(l'eD(ia dd 6J'l'avamen tributado
eonfonDe al decreto ]8.23:j/43, si la faeturndón, pao y entrega de las
mercaderías (.uestionadas se efectuó anres de la vigencia del mencionado
de('reto.

Sr,X'rF.Nf:'JA DE LA C:\:ll.IARA NACIONAI¿ [JI<; APELACIONES .EN Vi ¡.'F.DERAL


y CON'I'Jo:NClüOOAJ))llNISTHA'rIVO

Buenos Aires, 13 de ag".)sto de 1962.

Vistos estos autos caratuladofi "Hurt S.R.L., Suprodag _S.R.L. y Van


\Vfl"el'en Argentina S. A. ,Como P. Ind. e/ Fisco Nacional (D.G.I.) si repe­
tÜ'ióu u€ impuesto", venidos en apt,l::tción en vü'tud del recurso concedido a
fs. 4fi8 vtu1 <'outra In cntenei::t de ú; ..:15]/455, el Tribunal plauteó la £ig"lif'nte
cuestión u resolver:

[, Es justa In s('ntncia. apelada Y

El Dr. Heredia, dijo:


Ls firmas Hart S.R.L., Van 'Vaveren Argeutina S. A. Como e Ind, y
S11proila S.R.L. w"ndieron pr'ltlllctos nl gobierno holandéJ'l, ror intennE':<lio de
"'fhe Netherlands Oovernment Fond Burena of New York", l'epreenttl(h l:quí
por el :'nco Holandés Unido. Fuctul'aron, ('obraron el precio y entregaron hUi
56 FALLOS DE LA CORTE SUPREMA

merCDdll'ín:o\ l'U dppósito a la orden del gobierno holandés en el país, antes ,del
1\1 de enero dl ']044, con la sola excepción de algunas operaciones por valor de
11I$0.227.97-1-,01, efectu9.das por la illtimn da las sociedades nombradas, que fueron
fv.(.tu1'lldl1!'i y depositadas con posterioridad a esa fecha.
Como tnlp!ol Illf!l'cnncías no pudieron embarcarse durante el primer semestre
dl ,1944 Y el :n etc! dh'imnbre de liM3 se dictó el decreto 18.233 que aumentó el
illlpuesto n. Iml Vl'nt:llo; PUl'R las operaciones de exportación, ..1 Fisco exigió el pago
de la di1't'l'(-'nf'iu, que lo contl'ibuyentes se vieron obligados a hibutar y abora
repih'n.
Los ndOl'e8 sos,tienen <tl1C I:on la facturación, pago y entrega de las mer­
eUfleriu1'l qUf'dó configuruL1o d Ileto imponible, de Q('uerdo con la ley 12.14::l, mien­
trn." qUf" d demandado {'onsid('l'll que tratándose de ventas .al exterior, recién en
0p0l'tuuitlntl del embarque ¡;e produjo el hecho imponible.
El sf'ñor .iU<1. de primera instancia hizo lugar a la demanda, salvo en lo
(lU(' rt!Hpedn u In8 mer('Rderías facturadas y entregadas con posterioridad al 1"
dl' enero (J(. ¡OH, ('Oll intereses desde la notificación de la demanda y las ('ostas.
Los tu'ten'c!'> ('()IIilltieron )a sentencia, pero el representante fiscal no, cuya
t¡pe-hwión hu trnído fos autos n conocimiento dcl Tribunal.
A tui jUil.io, til'lu'n razón los accionantes y e8t8 en Jo cierto el señor juez
euand') nfirlllR IIUC', d('ntl'o del régimen de la ley 12.14::l, el hecho imponible
llU,.l1n cOlllplt'tal1o l'Un In lntr('ga de las mercaderías. El art, 8 es )0 suficiente­
1l11'lItc duro lllllll(ln dice IIIU(' (.1 illlPUC'Kto "es adeudado desde el momento de la
entr(!gu dl' In lIU'rl'lldl'ri:l o udo l'1.luivalcntc" y .sólo para el caso de que "'la mer­
l'tlflcrÍu eti ('xllOrtndu ('11 t't.lllsignoeión, el Í1ul'uesto es adeudado desde el momento
d(.) l'mbnl'lIue"" Pil"IIl'l') (IUC no ('ube (lisl'utll' !olobre o que debe el1tenderse por el
"nlto ('(Iuivu)('nt<!" a (IUl' 1i( :I'('fh're ;Ia ley, porque PII el caso, el depósito de los
del.tOl'> (IUl' '(Iuctlnu u In iordl'n del que adquirió ('!ol )a entregn también mentsda
por (,1 texto, .Min (IIIC xc opongu n. e1l0 ia.:autonomía del derecho b'ihutal'io invocada
por In l'('pn'lu'lltneión dl'. }'ilSl'o, porque la ley impositiva no eontiene ninguna
norllla espc('iu! que- pUl'dn modificar los principios generales al respeeto. Por otra
PUI'Íl'.,. tnlllhién (111 )a rl'ulidu<1 t'('(Jllóll1ien -prindpio propio del derecho tribu­
tllrio-- tul neto illlp1ilm (lutl'cga de la mercadería.
Jl11 upo(l(l'udo l'i!'lc'nl pOIW de relieve que- la verdadera entrega de las 1IIerca­
dl'rins ('xpol'tndns jil! l)l'odul'c (!11 el momento del .embarque y e1lo es cierto en la
gl'lJ('ralidud de lo ... C'lIs0S. PCI'O en los que motivaron este pleito no ocurrió así
pOI' lu, gUl'I'1'n. De llUclU(! las partes convinieron que la ent,.ega -y esa palabra
.apal'ece textualllll'lIte ell lus eal'hlS y demás doeumentos- se hiciese en depósitos,
CClmo el dl' "ILn8 Cntlllinns" y otro!'!, por cuenta del comprJldor. Esta eircuns.
tnm'io, llul.'!tn de 11I11111 fh'l:'to pUl' el u quo en su sentencia es) a mi juicio, d('cisiva
y ucostruye lo 11l'gUlII('ntu('ión dl'l u¡H'h.lIIte basada, prineipalmentt!, en lo (loe
disponen nol'lIIa:; pOl'ltl'l'inl'e ,11 la ley ;12,14:),
Pero In l'il"('Ullstll-lH'in d( Illle el ish'lIlo d(! In mencionada ley sea el que he
indicado, no ,;e ()pOlle, a lUi juicio, 'o que otru norllla adopte otro al establecer
la IUl\nem ('ÓIllO hubrú de aplicnrse el aumento de la ,tasa que impone a los
operal'iones l'enJiy'uclus (on ant('lioridad n 'Su vigt>ncia. (fal es lo que hal'e el
decreto 18.2:l:1/403 <'ullndo en su ort. 1lJ, luego de expresar que el aumento comen.
gorá El, l't'gir ulosde el 1'" de llero l(le. f1944, agrega que los "responsables enume
rudos en el nrt. 5"', ine. e), de dicha. )Py abonarán el impuesto d('l 3 %0 --es decir,
el nntm'ior- sobre los 'Vpntus que hu;ynn et'l."Ctuado antes de aquella fecha, cuando
provengan de contrato extendido en dOlullll'nto público o privado en el que oonste
e' predo convenido, y, siempre que el embarque de la mercadería. se realice en el
fJrimer sem('stre de 1044".
Como se 've, mientras poro lo ley 12.]43 sólo juega el momento de embarque
DE JUSTICIA DE LA NACIÓN 57

cuando se trata de exportaciones en l'Onsignación para el decreto 18.233/43 esa


circunstanl"ia actúa en todos los casos de vantas aL exterior.
Así las cosas, pienso que lo único capaz de detener la aplicación de la nueva
norma .es la fuerza liberatoria de \los pagos efectuados antes de su vigencia por
hechos imponibles ocurridos también con .anterioridad, que constituyen derechos
incorporados al patrimonio de los contribuyentes y cuentan con el amparo de la
_garantía del .art. 17 de la ¡Constituei6n lNaeional.
'1'al es lo ocurrido en el presente caso n que, como he dicho, los actores
pagaron E'l impuesto antes de la, entrada ..en /vigencia de la nueva norma y en
un todo de acuf>rdo con lo que disponía la anterior.
Por estas consideraciones y las de la sentencia apelada, voto por su confirma
ción con rostas.
Los Dres. Gabrielli y BE'ccar Varela, adhieren al voto precedente.
En virtud de la votf!.ción que instruye el Acuerdo que antecede, se confirma
la sentencia apelada, con eostas. - A'dolfo R ..Gabrielli -=- Juan Carlos Beccar
Varela - }[Qt"acio H. Heredia.

DICTAMEN DEL PROCURADOR GENERAL

Suprema Corte:

El recurso extraordinario es proeedente por hallarse en jue­


go la interpretación de normas federales.
En cuanto al fondo del asunto, el Fisco Nacional (D. G. 1.)
actúa por intcrmedio de apoderado cspecial, quien ya ha asu­
mido antc V. E. la intervcnción que lc corresponde (fs. 483).
Buenos Aires, 15 de oetubre de 1962. - Ramón Lascano.

FALLO DE LA CORTE SUPRE{A

Buenos Aircs, 8 de marzo de 1963.

Vistos los autos: "Hart S. R. L., Suprodag S. R. L. Y Van


Waveren Argentina S. A. Como e Ind. cl Fisco Nacional (D. G. 1.)
si repetición de impuesto".

y considerando:

19) Qnc de los términos del arto 89 de la ley 12.143, vigente


a la época de los hechos del caso, no es dable concluir que fuera
requisito ineludible, en los supuestos dc mcrcaderías vendidas
para la exportación, la ocurrencia del embarque a los fines de
la existencia del hecho imponible. Ello porque, con arreglo al
apartado 19 del precepto citado, el impuesto sc adeuda desde el
momento de la entrega de la mercadería o acto cquivalente. Y
porque al tenor del apartado final, el impuesto es adeudado des­
de el momento del embarque cuando "la mercadería es expor­
iada en consignación' '.
(;s Jo'A LL08 DE LA CORTE SUPREMA

29) Que, por consiguiente, el argumento fiscal con arreglo


nI cual la exigencia, en todos los casos, del embarque, previene
la posibilidad de que la exportación no se produzca, constitnye
una obscrvación nI acicrto del texto que, en las circunstancias
del caso, no es decisiva para la solución del pleito. No se dis­
cutc, cn efecto, que existió exportación.
3") Quc, cn tales condiCiones, lo resuelto en la causa se
compadcce con la doctrina del precedente de Fallos: 232: 330.
49) Que a ello corrcsponde añadir que no habiéndose formu­
lado capítulo dc agravios respecto del efecto liberatorio, con je­
rarquia constitucional, del pago realizado en la especie, la confir­
mación de la sentencia apelada se impone.
Por ello, habiendo dictaminado el Señor Procurador Gene­
ral, se confirma la sentencia apelada de fs. 478 en lo que ha
podido ser ohjeto de recurso extraordinario.

BENJAMÍN VILLEGAS BASAVILBAso ­


PEORO' ABERASTURY - RICARDO
COLOMBRES - ESTEBAN lMAZ ­
JosÉ F. BIDAU.

DAVID LUCA9HESKY

IlNCURSO VJo: AMPARO.

La cxist!'IH'in 11(0 vías legales aptas para la protección del derecho que se
dh'c 1('¡;iollllc.1U. impone el rechazo de la demanda de amparo.

RNCURSO ¡¡Jo: AMPARO.

J.las U('ciOl1f y procedimientos organizados por las leyes procesales y de


fondo para la clefensn dd derecho de propiedad comprenden, incluso, laR
lII<'fli.lus 1I('('l'nJius pura la tutela de' la. posesión, todas las que hacen inne­
eCHano (11 otorJ;'ll111i('nto de la aCéión de amparo.

RJo;'CURSO 1J1oJ AlIPARO.



Lo ('xih'nc.il1 d(! vía l('gol, administrativa o judicial, para la tutela del
dl'ret.ho que Sl' dice h'ionado imponp, cOlllO principio, el rel'hazo de la ele­
mnndll di' llI11pnl"O, Tal doctrina es aplicable a la decisión que deniega (I
tllllJluro Jlor contn1" el recurrente con unu víu específica y legalmente arbi­
trado por l'Js art, 52 de la ley 1260 ySO de la ley 1893, para cuestionar
la l)1"O('I(h'nl'ill de lul'j lI\edidas munidpales de que se agravia,

RJo;crIllSO DI,; AMPARO.

La. efc(.th'll (xistmll'i" de víllf; legales para la tutela del derecho ('uestionado,
cm ('U:tuln curstión de h('('ho y de interpretación de normas locales es, salvo
pi ('OCiO d<' nrhitral'il'dlHI, njl'nu n la competencia extraordina'da de la Corte
DF. JUSTICIA. DE LA NACIÓN 59

RECURSO EXTRAORDINARIO: Re:quisitos comunes. Subsistencia de los re.


qU'isitos.

No procede el recUl'SO extraordinario con fundamento en el desconocimiento


de actos de autoridad na(ion81 si no existe agravio actual bastante, sobre
el punto,

DICTAMEN DEL PROCURADOR GENERAL

Suprema Corte:

V. E. tiene reiteradamente declarado que la existencia de


vías legales ordinarias para la tutela del derecho invocado ex­
cluye la procedencia de la acción de amparo (Fallos: 250: 154 y
544;' 251: 276, entre otros), y, asimismo, que la efectiva existen­
cia de tales procedimientos, en cuanto cuestión de hecho y de
interpretación de normas locales, es ajena a la competencia ex­
traordinaria de la Cortc, salvo caso de arbitrariedad (Fallos:
249: 670).
Por aplicación de esta jurisprudencia, estimó que corres­
pondc desestimar las pretensioncs sustentadas por cl rccurrente
de fs. 71. Buenos Aires, 20 de diciembre de 19620 - Ramón
Lascanoo

FALLO DE LA CORTE SUPREMA

Buenos Aires, 'S de marzo de 1963.


Vistos los autos: "Lucachesky; David si recurso de am­
paro".

Considerando:
19) Que esta Cortc ticne decidido quc, cuando existen vías
legales aptas para la protección del derecho invocado, la acción
de amparo debe rechazarsc y que las acciones y procedimien­
tos organizados por las leyes proccsales y de fondo para la de­
fensa del derecho de propicdad comprenden incluso las medidas
nccesarias para la tutela de la posesión; todas las qne hacen
innecesario el otorgamiento de la acción de amparo (Fallos: 251:
457) y repitió, en otro caso, que la existencia de vía legal, admi­
nistrativa o judicial, para la tutela del derecho que se elice lcsio­
naelo impone, como principio, el rcchazo dc la vía de amparo
(Fallos: 251: 492)0
29) Que, en el caso ele autos, cl a quo ha rcchazado dicha
acción por contar la recurrente con una vía específica y lcgoal­
mente arbitrada para 'cucstionar la proccdencia de las medidas
municipales de que se agravia, según se dcsprende, a juicio de
60 FALLOS DE LA CORTE SUPREMA

dicho Tribunal, del arto 52 de la ley 1260 y del art. 80 de la


ley 1893.
39) Que, si bien es cierto que la aetora pone en tcla de jui­
cio la aplicahilidad de esa vía para un caso como el de autos,
en razón de hallarse en discusión las facultades municipales fren­
te a un deercto del Poder Ejecutivo, también ha dicho esta Corte
'Iue el punto ,ltillcnte a la efectiva existencia de tales proeedi­
mielltos ell cl orden local, en cuanto cuestión de hecho y de inter­
pretación dc lIormas de aquel carácter, es ajeno a la competen­
cia que a"uerela a esta Corte el art. 14 de la ley 48, salvo arhi­
trariedlld debidamente planteada, que no existe en el caso (Fa­
1I0s: 249: 670), en cl que uo hay agravio actual bastante, en lo
atinente al ulegado desconocimiento de actos de autoridad na­
cionu! -doctrilla dc 1<'u1l0s: 247: 466; 253: 346 y otros-o
Por cllo, y lo concordantcmente dictaminado por el Señor Pro­
curador General, se eonfi rllla la sentencia apelada en cuanto fue
materia del recursO.

BENJAMÍN V,LLEGAS BASAVILBASO ­


ARISTÓBULO D. ARÁoz DE LAMAllRID
- PEDRO ABERASTURY - RICARDO
COLOMBRES - ESTEBAN hlAZ ­
JosÉ 1<'. BIllAU.

JOSE JORGE REPETTO v. DIRECCIOM IGEMERAL DE REMTAS


vio PROVIMCIA E BUEMOS AIRES

Jtl...'CUR80 ¡';XTRAORDlNAIUO: Requisitos propios. Cuestiones no federale8


l,.terpretadóJ de normas y actos comuntVJ.

Lo ntincnte Il la -nplieación intertelllpornl de las leyes que rigen las loca­


ciones urbanns no (Oonstituye cuestión federal ,ni da lugar a recurso extra­
ordinario, snlvo los !.;upuestos en que media explícita declaración de incons­
titucionulidnd de diclios normas. Tal doctrina no es aplicable cuando, ('omo
en el "U!'!o, In s('uh'nt-iu rC'conoce fundamentos referentes a la fecha de la
trnhn d( In litilicont(.o;tación, no referibles a cuestión constitucional.

DICTAM.:N mL PROCURADOR GENERAL

Suprema Corte:

No obstante la petición expresa (fs. 140) de que la cansa


se resolviera con sujeción a la ley 15.775, el a qno ha entendido
al sentenciar (ver fs. 155 - V) que el litigio debe dirimirse
e.on al'l'eg-Io a lo normado por el decreto-ley 2186/57 por ser el
DE JUSTICIA DE LA NACiÓN 61

cucrpo legal que se hallaba vigeute a la época en que se trabó


la relación jurídica procesa!.
Este criterio, como lo expresa el apclante (fs. 161), está en
pugna con doctrina reiterada -de V. E. (sentencia de 18 de julio
del corriente año en expte. G.96. XIV Y los ahí citados) de con­
formidad con la cual las leycs de orden público en materia de
locaciones urbanas, sancionadas con posterioridad a la traba
de la litis y en tanto ellas así lo dispongan, dehen aplicarse a las
causas en las que no haya recaído sentencia fina!.
Con lipoyo en csa doctrina, pues, pienso que corrcsponde
dejar sin cfecto la sentcncia apelada y ordenar que se diete
lluevo fallo. Buenos Aires, 6 de agosto de 1962. - Ramón Las­
cano.

FALLO DE LA CORTE SUPREMA

Buenos Aires, 8 de marzo de 1963.

Vistos los autos: " Repetto, José Jorge cl Dirección Gral.


de Rentas ylo Fisco de la Provincia de Buenos Aires si des­
alojo".

y considerando:

19) Que, con arreglo a la jurisprudencia de esta Corte, lo


atinente a la aplicación intertemporal de las leycs que rigen las
locaciones urbanas no es cuestión federal ni da lugar a recurso
extraordinario, en razón del carácter" común de la legislación
sobre la materia -Fallos: 252: 147 y sus citas-o
29) Que la excepción que ia jurisprudencia ha reconocido pa­
ra los supuestos en que media explícita declaración de ineons­
titueiomtlidad de los preceptos que hacen al punto -Fallos: 251:
307; 253: 169 y otros- no son de aplicación al caso de autos
en que la sentencia reconoce fundamentos atinentes a la fecha de
la traba de la litiscontestación, que no son necesariamente refe­
l'lbles a cuestión constitucional alguna y que, en todo caso, no
lo sería explícita.
39) Que las demás objeciones constitucionales en que la ape­
lación se funda no bastan, a juicio de esta Corte, para la modi­
ficación de la sentencia apelada. El Tribunal tiene reiterada­
mente admitida la validez constitucional de la legislación de emer­
gencia en materia de locación, en doctrina que basta para dese­
char las impugnaciones fundadas en los arts. 14, 16 Y 17 de la
Constitución N ac_iona!.
49) Que se trata, por lo demás, de una sentencia suficiente­
mente fundada a la que no es aplicable la jurisprudencia estabic-
62 ¡tALLOS DE LA CORTE SUPREMA

cida cn matcria de arbitrariedad, en razón de quc no carece de


fundamcntos cn "",dida que autorice su descalificación como acto
judicial.
Por ello, habiendo dictaminado el Señor Procurador Gene­
l'al, se confirma la sentencia apelada dc fs. 152 en lo que ha po­
elido SCr objeto de recurso extraordinario.

ABISTóBULO D. ABÁoz DE LAMADRID


- PEDRO ABERASTUBY - RICARDO
COLOMBRES - ESTEBAN IMAZ.

}'ISCAI. v. SIJ,VI'STRE MARINO PRECIOSO hiOLINA

1l/.;rURSO /';Xl'RAORIJ/NAfl/O: Rf'fjU.it;¡itos propio.. Cuestiones no [edemlcs_


/nterpretlH'ilm t.1t' UOrlllfl.'f l(}t/lt,1'I de prucedimientos. Casos varios.

Lo atirH'Htt. n los U(I'l"('hos l'('conocidos por normas IDeales -en el casol al


Rt'tor ('ivil, nI tenor tI(. lo dispm.¡.;to por el C6digo Procesal Penal de la
Provin<'in de Menuozu- en ('tmnto a la apreciaei6n de la prueba ofrecida
y ni daño ¡.;nfrido, ('!'I ('uc¡.;Uón df." hl"Cho ). de derecho común, ajena -a la juris­
di N-ión extr:wrtlillnriu de la' Corte.

RECURSO EX7'RAORDINARIO: .'Requisitos propios. Cuestiones no federales_


SMJt('ucit,fj (u'bitrtlf'itlH. Improcedencia del recurso.

Es illlpro('e'.lr-nh' (,1 re('urso extraordinario, fundado en la arbitrariedad, con­


trn In mnh'nciu que f(!gulu los honorarios eon arreglo a la Ley de Arancel
dl' la Pro\'inC'in dl' Mendozu y obre la base de haber litigado el reeurrente
l'ontra do 1'1l1'tl'!'j distintas.

DICTAMEN DEL PROCURADOR GENERAL

Suprema Cortc:

11]n el pronunciamicnto que corre a fs. 745/773 de estos autos,


la Cúmara Primera en lo Cri!UÍnal de Mndoza sentenció las
causas ncumuladas 72.185, 72.219, 73.909 Y 73.731, seguidas todas
ellas contra el proccsado Silvestre Marino Precioso Molina, con­
denamlo a éste, como autor de los delitos de estaba en las tres
primeras, y falsificnción de documento privado en la restante,
en concurso real, 11 lu pena única de cuatro años de prisión.
Lo decidido l'n la referic1a sentencia con relación a la última
de aqnellas causas -73.731, resuelta a fs. 754 vta.j771 vta.-, ha
dado luglll' nI recurso extraordinario de fs. 775, interpuesto por
quien en dichas actuaciones se constituyera en parte como actor
civil, 11 miz de considerars" directamente damnificado por las
maniobms delietuosas allí investigadas.
DE JUSTICIA. DE LA NACIÓN 63

Como la sentencia recurrida ha resuelto exclusivamente


cuestiones de hecho, y de derecho común y procesal local aje­
nas, por su naturaleza, a la instancia del arto 14 de la ley 48, la
apelación intentada se funda en la jurisprudencia de 1" Corte
relativa a sentencias arbitrarias. Y, así, las manifestaciones ver­
tidas por el recurrente tienden, en su totalidad, a acreditar que
el dictado cn autos constituye un pronunciamiento pasible de
aquella calificación.
Por mi parte, me adelanto a expresar que no considero lo­
grada la demostración de ese extremo. En cfecto, tocante a lo
alegado en los puntos 1" y 2" del apartado IV del escrito de re­
curso extraordinario, estimo que la circunstancia de que el a quo
haya prescindido de las pruebas a que allí alude el apelante no
basta para configurar la tacha que éste articula, pues el tribu­
nal apelado ha podido, indudablemente, formar su juicio con res­
pecto a los hechos de la causa por encima de aquellas pruebas,
a través de todos los elementos de convicción que ha merituado
al considerar la primera cuestión qne se planteara en la sen­
tencia (fs. 754 vta. a fs. 766 vta.). Cualquiera sea el acierto o
error de sus conclusiones sobre el particular, las mismas han sido
sentadas por aquel tribunal sin exceder las facultades que le
son propias en la valoración de los elementos de juicio arrima­
dos al proceso, y en decisión suficientemente fundada quc en mi
criterio excluye, repito, la impugnación de arbitrariedad en los
términos de la doctrina de V. E. que se invoca.
Por lo demás, si bien en esta part9 de su apelación el recu­
rrente sc ag-ravia de que el a quo, con base en el ar1. 1017 del
Código Civil, haya declarado inhábil la prueba testimonial para
acreditar la comisión del delito previsto en el ar1. 173, inc. 4.,
del-Código Penal, en modo alguno ha intentado demostrar que
esos testimonios de que se dice indebidamente privado eran efec-.
tivamente eficaces para aquel fin. Demostración doblemente exi­
gible en el presente caso, frente al argumento hecho valer por
la sentencia (v. fs. 768), y no impugnado por el apelante, en
orden a que, aun en la hipótesis de que no existiera la restric­
ción Je la prueba -se refiere a la testimonial descchada- "no se
encontraría demostrado el límite fijado a la autorización o man­
dato para hacer uso de los instrumentos firmados en blanco".
Con respecto a lo expresado por el recurrente en cl punto 3.
de fs. 777 vta., si bien el fallo no precisa en qué prueba se apo­
ya cuando afirma que Rafael Alonso violó disposiciones estatu­
tarias de la sociedad cuya gerencia ejercía, pienso que el ape­
lante acentúa indebidamente la relevancia de esa manifestación
de la sentencia. Lo que ésta ha tenido fundamentalmente en
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DE JUSTICIA DE LA NACl6N 291

deberá ser la que conceda el beneficio a que tenga derecho el


apelante.
A mérito de lo expuesto y no mediando oposición, según esti­
mo; entre la conclusión que ¡precede ,y lo, resuelto en Fallos: 249:
401, opino, en definitiva,que debe confirmarse la sentencia ape­
lada en lo que pudo ser materia del recurso. Buenos Aires, 19
de setiembre de 1962. - Eduardo H. Marquardt.

FALLO DE LA CORTE SUPREMA


\ .
Buenos AIres, 6 de mayo de 1963.

Vistos los autos: "López, Armando Ricardo si retiro volun­


tario".,

Considerando:

19) Que el recurrentc prestó servicios afectados a distintas


Cajas de Jubilaciones y solicitó el beneficio de retiro voluntario
a la ICaja Ferroviaria; ,pero como, una vez cC!';ado en 8UB servi­
cios vinculados con csta última, continuó trabajando en activi­
dades comerciales, con respecto a las cuales aportaba a la respec­
tiva Caja de Comercio, la Caja para el Personal Ferroviario le
negó' el bencficio, sosteniendo que, conforme .al arto 25 de la ley
14.370, debía ser otorgante la de Comercio, pues a ,ésta pcrtenecen
los últimos servicios. Agregó que' los prestados en actividades
comerciales aharcaban más de tres años con los respectivos apor­
tes, según exige dicho arto 25, porque' .si bien es cierto que los
últimos servicios en actividades mercantiles no alcanzaron a
cubrir ese lapso, podia acumular los anteriores, que sumahan en
definitiva nás de cinco I'ños: desde el 11 de noviembre de 1943
hasta ellO de octuhre de 1946, en .una primera oportunidad y
desde el 19 de febrero de 1954 hasta el/31 de mayo de 1956, en
la última. El servicio ferroviario, por otra parte, había cesado
antes de esta última fecha, pues ello ocurrió el 31 de enero de
1956 (cómputo de fs. 93 vta.\.
29) . Que el Instituto Nacional de Previsión Social confirmó
la resolución de la Caja, pero la Cámara de Apelaciones del Tra­
bajo revocó esa decisión por entender que los tres años con aportes
que exige el arto 25 de Ja ley 14.370 deben ser los últimos: de
Illanera qne, si éstos no alcanzan a ese período de tiempo, corres­
pondo que sea otorgate la Caja anterior en que el lapso trans­
curriera, la cual, en el caso, es la ]<'erroviaria.
39) Que el criterio qlle sustenta el fallo apelado no se com­
padece con la doctrina de esta Corte, según lo resuelto en 1"a­
llos: 249: 401.
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