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INSTITUTO POLITÉCNICO NACIONAL

ESCUELA SUPERIOR DE INGENIERÍA Y


ARQUITECTURA
UNIDAD ZACATENCO

“Baja California Sur”


HIDRÁULICA MARÍTIMA
2do PARCIAL

PRESENTA:
GRUPO ACV1

ALUMNO:

• Miranda Jardón Edson Antonio


• Nava Cordero Miguel Angel
• Hernández Domingo Alfonso
• Maldonado Hernandez Ruben

BOLETA:

2013150567

2017311501

2016300692

2013080560

PROFESOR
ING. Mokay Ortega José Joaquín
INDICE
INTRODUCCIÓN ..................................................................................................................................2
FONDO MARINO ................................................................................................................................2
DIRECCIÓN DEL VIENTO DOMINANTE ................................................................................................6

INTRODUCCIÓN

El fondo marino del golfo es uno de los más abruptos del mundo. Valles y cañones submarinos
corren a lo largo de ambas márgenes, formando abismos que llegan a superar los 3 kilómetros de
profundidad. En promedio, el mar sobrepasa el kilómetro de profundidad y sus partes más hondas
tienen hasta 3400 metros. Este relieve abrupto, entre otras consecuencias, ha hecho que, en la parte
norte del mar, sobre todo en la zona cercana a la desembocadura del río Colorado, se produzcan
algunas de las mareas más importantes del mundo, con fluctuaciones que llegan a superar los 9
metros. En nuestros días, en las peninsulares del golfo se encuentran las ciudades turísticas más
importantes de la región, especialmente por sus playas, muchas de ellas con el atractivo de los sitios
naturales y vírgenes.

FONDO MARINO

El piso oceánico del Golfo de California es heterogéneo, la riqueza de especies lo es también. El


relieve de su fondo marino indica que está dividido en una serie de cuencas estrechas pero alargadas
en dirección noreste.

Al sur de las islas Tiburón y Ángel de la Guarda se incrementa la profundidad y complejidad del fondo
marino, con depresiones de hasta 3 mil 800 m apenas cubiertas con sedimentos. Las fosas están
flanqueadas por escarpes rocosos muy pronunciados, y contienen crestas y volcanes submarinos. A
lo largo del golfo existen siete cuencas con más de 2 mil metros de profundidad: Guaymas (2,100
m), Carmen (2,700 m), Farallón (3,150 m), Cerralvo y Pescadero (3,600 y 3,700 m, respectivamente),
Alarcón (2,600 m) y Mazatlán (3,200 m). En la boca del golfo el fondo marino alcanza profundidades
cercanas a 4 mil 200 m.

Existen arrecifes de mar profundo a lo largo de todas latitudes, profundidades entre 50 y más de 4
mil m y temperaturas entre 1.5 y 8°C. Entre los de mayor extensión están arrecifes que han crecido
por miles de años sin mayores disturbios ambientales en la plataforma continental Atlántica de
Europa, alcanzando 14 Km largo y 40 m alto. Los principales organismos constructores de hábitat en
el Golfo de California llegan a ser centenarios, incluyen corales negros, gorgónidos y esponjas
silíceas. Los cnidarios constructores ocurren típicamente en profundidades menores de 1,000 m; las
esponjas constructoras son más comunes a profundidades mayores de 1,000 m.
El fondo marino del golfo es uno de los más abruptos del mundo. Valles y cañones submarinos
corren a lo largo de ambas márgenes, formando abismos que llegan a superar los 3 kilómetros de
profundidad. En promedio, el mar sobrepasa el kilómetro de profundidad y sus partes más hondas
tienen hasta 3400 metros. Este relieve abrupto, entre otras consecuencias, ha hecho que, en la parte
norte del mar, sobre todo en la zona cercana a la desembocadura del río Colorado, se produzcan
algunas de las mareas más importantes del mundo, con fluctuaciones que llegan a superar los 9
metros. En nuestros días, en las peninsulares del golfo se encuentran las ciudades turísticas más
importantes de la región, especialmente por sus playas, muchas de ellas con el atractivo de los sitios
naturales y vírgenes.

Bahía Concepción tiene aproximadamente 40 km de largo y 9 km en su parte más ancha. Está


orientada en dirección noroeste–sureste entre los paralelos 26° 33' y 26° 53' de latitud norte y 110°
42' y 112° 56' de longitud oeste (Figura 1). Se localiza en una región desértica árida, donde el
promedio de la temperatura ambiente es de 32°C en los meses de verano, y de 6°C a 12°C en el
invierno (Mateo–Cid et al., 1993). La precipitación pluvial es escasa y alcanza pocos centímetros en
el transcurso del año, con excepción del verano, cuando la lluvia comúnmente es torrencial y se
asocia con ciclones tropicales desde el Océano Pacífico (Mendoza–Salgado etal., 2006).

Las costas de la bahía están constituidas por rocas volcánicas y volcanoclásticas de la Formación
Comondú, apófisis graníticas, escasas rocas sedimentarias marinas y derrames de lava, domos y
rocas piroclásticas, relativamente recientes (McFall, 1968; CRM, 1999; Ledesma–Vázquez y Johnson,
2001). Además, existen depósitos y minas abandonadas de manganeso en la Península Concepción
(SGM, 2002; Blanco–Florido et al., 2006; Camprubí et al., 2008).

La profundidad promedio de Bahía Concepción es de 17 m. Las áreas más someras se encuentran a


lo largo de su costa y la depresión más profunda sobre su eje central alcanza una profundidad de
hasta 30 m en su parte sur (Cruz Orozco et al., 1991; Pérez Soto, 1995).

La hidrología de esta bahía está influenciada por el intercambio de las masas de agua con el Golfo
de California, por su circulación residual que depende del viento y por sus mareas (Dressler, 1981).
El rango de salinidad es entre 35 ups y 37 ups (Gilmartin y Revelante, 1978). Este cuerpo de agua se
ha definido como un estuario negativo a causa de alta tasa de evaporación (Félix–Pico y Sánchez,
1976). El tipo de marea es diurno, con un rango de 1 m. La circulación en la parte norte de la bahía,
que comprende el canal de acceso, es dominada por el flujo y reflujo de la marea. En la superficie
existe una componente neta de flujo hacia el interior de la bahía y en el fondo una componente
neta hacia el exterior. En la parte interior de la bahía la circulación superficial consiste de un flujo
ciclónico con poca evidencia de modulación por la marea en la superficie (Gutiérrez de Velasco,
2008, comunicación personal).

El tamaño de grano medio disminuye de las regiones costeras (–1.0 ) hacia el cañón (7.0 ); sin
embargo, en la región más profunda del cañón se observa un ligero decremento de este parámetro
(5.0 ). En las zonas central y sur de la bahía se encuentran los sedimentos más homogéneos
(arenas finas). Los sedimentos se presentan mejor clasificados en las zonas someras y el valor de
este coeficiente aumenta hacia el cañón de Todos Santos. En la región externa de la bahía, frente a
la Península de Punta y Banda, y las Islas de Todos Santos se observan malas clasificaciones. Los
valores de asimetría negativos (hacia sedimentos de grano gruesos) se encuentran en las zonas
someras, aumentando en la parte central de la bahía y volviendo a valores negativos hacia el cañón.

Modelos de transporte sedimentario

El patrón residual de transporte observado en el modelo modificado de Sunamura–Horikawa indica


una convergencia de material hacia la pendiente noroeste del cañón; sin embargo, la inferencia de
esta tendencia
no es lo

suficientemente clara para la región central. Para la parte externa de la bahía se observa una
convergencia del material de las Islas de Todos Santos y la Península de Punta Banda hacia la
continuación del cañón.
Las trayectorias de transporte delineadas con el modelo de Mc Laren–Bowles muestran: (1) una
entrada de material por el cañón de Todos Santos a la BTS dispersándose en todo el interior de la
bahía; (2) hacia San Miguel en la zona norte; (3) hacia la playa municipal, El Ciprés y estero de Punta
Banda en la región sur; y (4) una trayectoria de aparente salida del material sedimentario se da
paralela a la Península de Punta Banda.

Al aplicar el modelo de Gao–Collins se observa una tendencia más clara y uniforme de los residuales
de transporte. Para la región norte: (1) con dirección SE hacia la región central de la bahía; y (2)
hacia el NE frente a la isla. Para la zona sur de la bahía: (3) con sentido NO frente al estero de Punta
Banda. Frente a la playa municipal: (4) se observa una trayectoria hacia el O. En el cañón de Todos
Santos: (5) con dirección NO, paralela al eje de éste. Para la región externa: (6) existe una
concordancia con el patrón residual obtenido del modelo de Sunamura–Horikawa.
DIRECCIÓN DEL VIENTO DOMINANTE

La ‘condición Santa Ana’ que se ha registrado esta semana ha provocado vientos que alcanzaron
velocidades de 95 kilómetros por hora en la zona urbana de Ensenada y de 130 kilómetros por
hora en la zona rural y sierra, informó Santiago Higareda Cervera, técnico colaborador en el
Laboratorio de Pronóstico Meteorológico del CICESE.

La frecuencia con la que se ha presentado este fenómeno desde hace casi una década es de 50
días aproximadamente al año durante el periodo de otoño e invierno. La forma en que la
población lo identifica fácilmente es cuando los vientos cambian de dirección (del oeste al noreste)
y la humedad disminuye abruptamente.

La humedad relativa normal en la zona costa, en el transcurso de la noche es en promedio de 96%


y durante el día 65%. Cuando la “condición Santa Ana” inicia, la humedad baja drásticamente en la
noche hasta niveles de 20-30% y en el día queda hasta en un 5%, explicó el académico.

Esta condición se puede presentar con vientos intensos. Para que esto suceda es necesario que la
ubicación del centro del sistema de alta presión se encuentre cerca o próximo a nuestra región y
las isobaras estén muy juntas entre sí.

Con la estación meteorológica automática del CICESE se registraron hasta el año 2007 vientos de
110 kilómetros por hora, y en estas dos últimas condiciones que se presentaron (abril y mayo del
2014) los vientos máximos que se registraron fueron de 95 kilómetros por hora.

Hay que aclarar que la intensidad de los vientos máximos no fue la misma en toda la entidad
federativa, en virtud que hubo lugares donde se registraron vientos máximos del orden de 130
kilómetros por hora. Esta magnitud ya es considerada vientos huracanados, señaló Higareda.

Los denominados ‘vientos de Santa Ana’ son originados por un sistema de alta presión
semipermanente muy extenso que, al fortalecerse, empieza a meterse al continente y genera
vientos provenientes del noreste o este, que son calientes y secos, pues vienen del desierto de
California. Estos vientos frenan la brisa marina del océano Pacífico y provocan temperaturas
elevadas y secas.

En correlación con estas disminuciones de humedad, se observan aumentos tanto en la presión


atmosférica como en la temperatura ambiente y en la rapidez del viento, y éste transporta
grandes cantidades de polvo hacia el océano, y en ocasiones la intensidad es suficiente para
generar filamentos de surgencia o afloramiento de aguas profundas ricas en nutrientes hacia la
superficie del océano.

La conjunción de estas surgencias peculiares de otoño e invierno, con la fertilización de las aguas
superficiales con grandes cantidades de polvo, son también una característica de la "Condición
Santa Ana”, señala a su vez un artículo publicado por el Dr. Modesto Ortiz Figueroa, investigador
del Departamento de Oceanografía Física de CICESE.

Crédito de Imagen: Polvo transportado al mar durante la "condición Santa Ana" del 9 al 11 de
febrero del 2002. La imagen es cortesía del proyecto SeaWiFS de la NASA, y publicada por el Dr.
Modesto Ortiz Figueroa en 2009, en la revista Geos.

BILIOGRAFÍA

Blancarte, A. C. (2013). El mar de Cortés profundo. Baja California Sur: CICESE.

CICESE. (2014). Registra CICESE vientos ‘Santa Ana’ de hasta 95 km/h en Ensenada. Baja California
Sur: https://www.cicese.edu.mx/cicese2/difusion/getDatosDifusionId/393.

Sánchez, A. (2008). Comparación de modelos de transporte de sedimento en la Bahía Todos


Santos, Baja California, México. Baja California Sur: Boletín de la Sociedad Geológica
Mexicana.

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