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“La nueva retórica de Chaim Perelman”

Chaim Perelman fue un filósofo del Derecho, cuya obra toma importancia en cuanto al
modo de ver a la argumentación, este autor toma como puntos iniciales la diferencia que
existe entre los razonamientos lógicos formales y los razonamientos dialecticos, en donde
los primeros toman necesariamente la información que brindan las premisas para llegar a
una conclusión, mientras que de los segundos no se proponen demostrar, sino que el fin
de estos es convencer o persuadir a partir de premisas que se van construyendo según lo
comúnmente aceptado o como se dice en la lectura, a través de los valores que tiene
cada individuo. Esta teoría se fundamenta específicamente en el modo de argumentar
frente a un determinado auditorio, con un fin específico, el de persuadir y convencer, y
dicha persuasión se logra convenciendo por medio de la argumentación, influyendo algún
criterio o pensamiento.

Así mismo se reflexiona respecto a que la estructura del discurso argumentativo se


asemeja a la de un tejido. Puesto que, quien se propone a argumentar no pretende
obtener evidencia alguna, ya que al ser evidente únicamente habrá argumentación
cuando la evidencia se cuestiona y esta es uno de los elementos fundamentales de las
disciplinas en las que es muy común llegar a confrontaciones en los diversos puntos de
vista.

Por otra parte, este autor profundiza respecto al auditorio, puesto que es uno de los
elementos clave de la persuasión y el convencimiento; dentro de la teoría del autor se
desarrollan tres elementos, 1) el discurso, 2) el orador y 3) el auditorio, este último resulta
ser de los más importantes en el desarrollo de su teoría puesto que lo ve como una
especie de conjunto de personas en quienes el orador deberá de influir con su discurso
respecto a su argumentación.

Los auditorios los hay de tres tipos, según las personas a las que se les planteará el
discurso, es decir, cuando el orador busca plantearse para sí mismo varias cuestiones
respecto a lo que va a debatir, estamos hablando de un auditorio personal; también este
orador podrá dirigirse a un público particular, en donde se deberán generar coincidencias
en cuanto a criterios y opiniones, siendo así un auditorio más manejable pudiendo lograr
llevar a cabo la persuasión y como consecuencia se deberá generar un solo resultado; por
ultimo encontramos el auditorio universal, el cual se compone principalmente por la razón
y de esta manera el orador deberá diferir en ideas con las personas que lo conforman,
puesto que estos argumentos se realizan con la idea de que sean aceptados por cualquier
persona racional partiendo del principio de universalización.

Dentro de la finalidad de esta teoría, la cual es la persuasión y el convencimiento del


argumento, es importante aclarar que, dependiendo del auditorio al que el orador se dirija,
este deberá seguir una serie de pasos para crear una argumentación fundada en razones
ya que, cuando los argumentos no son lo suficientemente validos o veraces el resultado
será entonces la persuasión del auditorio al que se dirija el orador, en cambio, si se trata
de argumentos fuertes y fundados en razones válidas entonces la consecuencia será, el
convencimiento del auditorio al que se dirija, siendo la principal diferencia entre
convencimiento y persuasión.

Perelman analiza también el tipo de razonamiento jurídico que realizan los abogados y en
general los jueces y da un valor distinto a cada uno, los distingue en torno a su resultado,
sobre todo al razonamiento de los jueces, en donde plantea que este brinda mayor criterio
de aplicabilidad para su trabajo y dará por ende más opciones al momento de la toma de
decisiones, pues este trabaja en base a tres elementos, la comunidad de jueces, la partes
en el litigio y el la opinión pública, a mi criterio, determina que este tiene dos tipos de uso
en cuanto al proceso, por un lado, la finalidad de persuadir (que sería la función de los
abogados) y por otra la finalidad de convencer (que sería la función del juez por medio de
sus fallos), en tanto y cuanto para Perelman el convencer y persuadir son en definitiva las
bases de su planteamiento, el cual se hará realidad por medio del proceso retorico de uso
de lenguaje.
Con esas premisas y como interés general, a todos los profesionales inmersos en el
mundo del derecho, nos preocupara sobre manera, el determinar ante qué tipo de
auditorio el juez desempeña su trabajo, en ese sentido, la actividad judicial tiene varias
características que la define de cualquier tipo de actividad dentro de la argumentación, por
lo que considero que no sería nada extraño plantearse el auditorio judicial, en donde se
tendría una combinación tanto de un auditorio particular y el universal, sin embargo es el
juzgador quien realizará el trabajo y se acoplara a las condiciones que el proceso le
brinde en observancia al tipo de Estado que lo rige.
En definitiva, esta teoría realizada por Chaim Perelman, es totalmente trascendente para
la Argumentación Jurídica, pues, marca un punto de inflexión del cual ya no se podrá
retroceder por lo cual su aporte se mantiene vigente hasta a hoy, siendo totalmente
aplicable en las estructuras jurídicas contemporáneas.
Su importancia radica en que logra rescatar conceptos estudiados en la antigüedad y
darles el valor real que tiene cada uno y sumar a ellos parámetros de análisis coherentes.
Por tanto, su trato de la lógica o su superación, según como se lo vea, plantea la suma de
del sentido de persuasión o convencimiento a lo que se conocían como lógica,
diferenciando que este sería un papel de mayor uso para un juez, por lo tanto, es
totalmente aplicable en los estados constitucionales de derecho por cuanto el juez cobra
mayor participación. Así mismo el manejo del auditorio que nos brinda Perelman y sus
distinciones, es por decirlo menos, completo en tanto el uso de la palabra y su importancia
dentro de un esquema argumentativo.

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