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SEMESTRE

HKTORKO
Revista publicada por la Coordinación de los Cursos de Postgrado de la Facultad
de Humanidades y Educación de la Universidad Central de Venezuela - Caracas

•X- Los esclavos d e C h u a o e n el s i g l o X I X , Federico Brito


Figueroa.

* N o t a s p a r a el e s t u d i o d e u n a o r d e n a n z a d e a u d i e n c i a en
el s i g l o X I X , G i s e l a M o r a z z i n i d e P é r e z Enciso.

* La g r a n f i g u r a h i s t ó r i c a d e S i m ó n R o d r í g u e z : su p e r s o n a l i -
d a d c o m o escritor, A l f o n s o R u m a z o G o n z á l e z .

•3fr T r a y e c t o r i a d e l g e n e r a l Joaquín C r e s p o , J. A . de Armas


Chitty.

* G e o g r a f í a y Ecología en Venezuela contemporánea, R a m ó n


A. Tovar.

* L o s p r o b l e m a s a g r a r i o s e n la A m é r i c a L a t i n a d e t r a d i c i ó n
indígena, Fran^ois Chevalier.

•3fr P r i n c i p a l e s f a c t o r e s e n la h i s t o r i a d e los E s t a d o s Unidos,


Morton Borden.

* La ilustración en América Latina ¿ M i t o o Realidad?, Man-


fred Kossok.

* A m é r i c a L a t i n a y la S e g u n d a G u e r r a M u n d i a l (1939-1945),
Boris I. G v o s d a r e v .

* N o t a s críticas y b i b l i o g r á f i c a s .

•Sfr I n f o r m a c i ó n .

N° 2 Julio - Diciembre de 1975


LOS ESCLAVOS DE CHUAO
E N EL SIGLO X I X

EL PROBLEMA DE LAS PRIMERAS DECADAS DEL SIGLO X I X

Por FEDERICO BRITO FIGUEROA

En la primera mitad del siglo XIX, la fuerza de trabajo en el Valle de Chuao


estaba representada por 62 familias de esclavos y manumisos, las cuales totalizaban
300 personas. Esa masa de "criados", como se le denomina en algunos docu-
mentos 1 estaba constituida por 150 esclavos "de trabajo entero", directamente
ligados al proceso productivo en las vegas de la plantación, y por 150 "inválidos,
viejos y muchachos de ración". 2 Formando parte de esta última categoría se
consideraba a los esclavos y esclavas "de media tarea", también incorporados al
proceso productivo, y a los manumisos del servicio doméstico. 3

1. Archivo Universitario, UCV., Hacienda Chuao, Cuentas, Comprobantes y Gastos,


1804-1815, t. 12 ( N ' 48), leg. 209, fs. 5-12.
2. Esclavos de trabajo entero: los que trabajan entre 130 y 150 "ventanas" en una jor-
nada diaria; esclavos de media tarea los que trabajan entre 65 y 75 ventanas; el
trabajo de las esclavas equivalía a la mitad.
3. En el Padrón de 1808, lamentablemente no se precisa cuáles esclavos ya habían
adquirido la condición de manumisos. Cf. La Obra Pía de Chuao, vol. I pp. 487-498,
Caracas, 1968.
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La plantación, en esta primera década del siglo XK, estaba constituida por
82.007 árboles de cacao distribuidos en las vegas Andrés de España, Carayaca,
Cacagualitos, Camacho, La Madre de Dios, El Piñal, La Concepción, San Anto-
nio, La Soledad y El Duro, y sembrados en la relación de "13 a 14 tercias"
entre árbol y árbol, "según la calidad de la tierra". 4 En términos estimativos
podría considerarse que el área de cultivo del producto comercial cacao equiva-
lía a una extensión de dos leguas aproximadamente. Un área relativamente limita-
da si se considera la superficie de la hacienda, formada en su casi totalidad por
tierras vírgenes. La relación de plantación-trabajo, para 1808, era de 273,33 árbo-
les de cacao por hombre tomando en consideración el conjunto de esclavos y
manumisos señalados en los Padrones. Si se considera que la población activa
en la plantación era de 150, sin incluir a 150 viejos, inválidos y muchachos de
ración, la relación plantación-población ocupada resulta aproximadamente de
547 árboles de cacao por hombre.

LA PLANTACION DE CHUAO E N 1808

N* de árboles
Vegas Ca'idad de las arboledas de cacao %
Carayaca arboleda nueva 11.842 14,44
Camacho arboleda nueva 10.480 12,78
La Madre de Dios arboleda nueva y con frutos 8.455 10,31
El Piñal arboleda nueva frutal 3.919 4,78
San Antonio ahilado nuevo, la mitad sem-
brado hace cuatro años 16.034 19,55
La Soledad ahilado nuevo, sembrado igual-
mente de plátano y cambures 3.000 3,66

Andrés España árboles viejos 9.047 11,03


Cacagualitos en situación de "poda" 3.816 4,65
La Concepción ahilado nuevo, sembrado hace
dos años y medio, con su co- r 34,4
rrespondiente sobra de peonías 12.000 14,64
El D u r o árboles viejos 3.414 4,16

5
82.007 100,00

Este es el cuadro histórico de la plantación, en dos elementos esenciales Je


la producción, mano de obra y árboles de cacao, cuando se inicia un nuevo cicio
en la historia venezolana: la guerra de emancipación nacional. Esta guerra reper-
cute en la hacienda de Chuao, tanto por las acciones de guerra allí ocurridas como

4. "Inventario de la Arboleda de Cacao de la Hacienda Chuao en 1808", en Op. cit.


pp. 486-487.
5. Ibid.
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por el proceso de manumisión que se acelera, de hecho y de derecho. En efecto,


en 1816 Simón Bolívar desembarca en las costas de Ocumare y arrastra consigo
a muchos esclavos de Chuao, incorporándolos al ejército republicano en calidad
de hombres libres. Una relación fechada el 4 de junio de 1816 señala que 27 escla-
vos habían "huido con los insurgentes o embarcado con Simón Bolívar". 8
En 1816 las regiones centrales del territorio venezolano estaban ocupadas
por las fuerzas realistas y el beneficio producido por las plantaciones se destinaba
a los gastos de guerra. Este fenómeno igualmente ocurría en las regiones en poder
del ejército independentista; esa f u e una política desarrollada sistemáticamente
por los bandos en pugna. La hacienda fue afectada por esa política. En 1816, el
Capitán General, al servicio del Estado español, se dirige a los Patronos de la
Obra Pía ordenando se aplicaran los productos líquidos de ella "a las Cajas
Reales / . . . / para mantener los heridos que en defensa de la causa del Rey
gimen en los hospitales, comprendiendo al mismo tiempo ser más útil al bien
común mantener tropas en la actualidad para defender el territorio de los enemigos,
que dotar una doncella con mil o dos mil pesos para que tome estado de casada
o religiosa". 7
La acción ideológica y práctica de la guerra de independencia facilitó la
lucha de los esclavos por su emancipación. Cierto que los ideológos y caudillos
de la independencia no incluyeron en su programa la abolición de la esclavitud,
limitándose únicamente desde 1810 a prohibir la importación de esclavos, sin
lesionar el mercado interior de mano de obra esclava que continuó desarrollándose.
Pero la guerra lesionó los fundamentos de la sociedad colonial-tradicional, posibi-
litando la emancipación de muchos esclavos de las plantaciones, por las vías de
hecho, esclavos que se incorporaban a los ejércitos beligerantes en calidad de
hombres libres, esclavos que ascendían por esas vías a los más altos cargos milita-
res. En ciertos casos este proceso real estuvo acompañado por la acción consciente
de algunos caudillos independentistas, por ejemplo Simón Bolívar, quien desde
1816 decretó la libertad de los esclavos que lucharan bajo las banderas repu-
blicanas.
Este es un aspecto del fenómeno que podríamos denominar proceso de manu-
misión en el contexto de la independencia. Hay otro aspecto igualmente significa-
tivo. Con las acciones de guerra aumentan las áreas de negros cimarrones, que con
mayor fuerza que en el período colonial, se extienden por el territorio venezolano.
El cimarronismo es una forma primitiva e intuitiva de lucha contra la esclavitud,
una de las más efectivas, posiblemente, pero también es cierto que el esclavo
cimarrón no realiza ui\a lucha consciente contra el régimen de la esclavitud, ni
aspira a sustituirlo por \ n régimen más humano. Lo importante, en lo histórico

6. Archivo Universitario, UCV., Varios Asuntos sobre la Hacienda Chuao, 1803-1841


t. 9° ( N ' 4 5 ) , leg. 13Í, s / f .
7. Archivo Universitario, UCV., Ibid. Leg. 130, s / f .
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concreto, es que el cimarronísmo debilita el régimen de esclavitud y permite que


muchos esclavos se emancipen por sí mismos. En las regiones centrales del territo-
rio venezolano hasta poblados completos se formaron sobre la base de antiguas
áreas de negros cimarrones. 8
El cimarronísmo que existía en el Valle de Chuao desde el período colonial
se incrementó con la guerra de independencia, obligando a mantener una fuerza
armada de modo permanente en la plantación. Esta fuerza formada por 21 solda-
dos, en 1816 estaba bajo el mando del Teniente José María Santacruz, era pagada
por los vecinos de Choroní y los Patronos de la Obra Pía de Chuao, que contri-
buía con 25 pesos mensuales. Esa fuerza tenía "por principal atención la conser-
vación de la tranquilidad y orden de la hacienda de Chuao, como también su
seguridad de cualquier tentativa que quisieren hacer los bandidos /cimarrones/
que vagan por sus inmediaciones". 9
La esencia del sistema de producción formado en el período colonial no es
modificado sustancialmente por la guerra de independencia y el cimarronísmo.
La mano de obra esclava en sentido absoluto continúa coexistiendo con la mano
de obra semilibre, en condiciones de manumisión o en proceso de manumisión,
características del régimen de trabajo que se observan en la hacienda Chuao desde
la segunda mitad del siglo xvm, pero que la guerra de independencia y el cima-
rronísmo fortalecen.
Estas características del sistema de producción que domina en la hacienda
están presentes, con el carácter de normas jurídicas locales, en el Reglamento
de Trabajo elaborado el 8 de abril de 1817, que en sus 26 artículos legisla minu-
ciosamente sobre las labores de los esclavos, manumisos y "racioneros". De acuer-
do con ese Reglamento los esclavos están incorporados al trabajo de "fajina y de
tarea" en las plantaciones, pero les queda "libre el resto del día para que los
empleen en sus conucos", 10 que cultivan en usufructo en tierras propiedad de
la Obra Pía.
Los mayordomos vigilan "con mayor eficacia" para que se realice el trabajo
en los conucos no solamente los días de labor sino también "los sábados, a fin
de que todos tengan lo suficiente para sus subsistencias y vestuarios, sembrando
buenos planteles, bastante maíz / . . . / y el esclavo que sea desidioso o no se
apure para adelantarse en el conuco, deberán los mayodormos señalarles tareas,
y castigarles si no las cumple, del mismo modo que si faltara al trabajo de la
hacienda". 1 ' El trabajo esclavista en sentido absoluto se entrelaza con modalidades
del trabajo semilibre y compulsivo, y también se desarrolla el "trabajo a jornal",

8. Cumboto y El Cumbo, localizados en las regiones centrales son algunos de estos


poblados.
9. Cf. Ibid., leg. 127, s / f .
10. Ibid., 133, s / f .
11. Ibid.
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pero lamentablemente no es posible precisar, todavía, si el salario recibido es en


dinero o en "raciones", alimentación y vestido.
La vida de los esclavos estaba regulada hasta en los más pequeños detalles
por el Reglamento de Trabajo elaborado en 1816, en los mismos términos que
en el período colonial. Habitaban en setenta bohíos, localizados en el centro de
la hacienda en una superficie de cien varas en cuadro, rodeada de "una muralla
de dos tercias de ancho con tres y dos tercias varas de alto, hecha de tapias y
rejas, con su correspondiente cimiento". 18 Los esclavos dormían bajo llave y estaba
proscrito, so pena de azotes, el comercio con los llamados maleteros de Aragua
y cualquier relación con personas libres o esclavos de las otras haciendas.
La plantación permanece estacionaria en su desarrollo, en la segunda década
del siglo xix. En 1818 todavía el área dé cultivo "ocupa una extensión de cerca
de dos leguas" 1 3 comprendidas desde la orilla del mar, localización de la vega
Andrés de España, hasta la vega llamada El Duro. El plan para fomento de la
plantación elaborado en aquel año por Pablo Hernández 11 no llega a aplicarse.
Este plan señalaba la posibilidad de incorporar a la producción las tierras com-
prendidas entre los ríos Tamaira, Delmedio y El Duro, donde en opinión del
autor del proyecto podría desarrollarse una nueva vega de hasta 40.000 nuevos
árboles, en un período de cuatro años. Al contrario, en relación a 1808, el número
de árboles de cacao desciende a 81.873 hacia el año 1825, según se observa en
el siguiente cuadro:

LA PLANTACION DE CHUAO E N 1825

Calidad de los arboles de cacao S* de Árboles de cacao


%
Frutales . . . 35.130 43,5
Horqueteados 11.320 13,4
Resiembros . 13.391 16,1
Fallas . . . . 22.032 27,0

81.873" 100,0

Los instrumentos de producción son rudimentarios, machetes, tacises, palas,


chicurones, escardillas, hachas, formones, escoplos, martillos y algunos otros de
madera. Funciona una fragua o herrería y una carpintería para elaborar una parte
de los instrumentos de trabajo. La fuerza productiva fundamental continúa
representada por los esclavos, que coexisten con las incipientes formas de trabajo

12. Ibid.
13. Ibid., leg. 135, fí. 1-11.
14. Ibid.
15. Ibid., leg. 143, fs. 21-24.
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DISTRIBUCION D E LA PLANTACION D E CACAO DE CHUAO EN 1825,


SEGUN CALIDAD DE LOS ARBOLES

FRUIALES

— HOR3UETEADOS

KESIOÍBROS

\ ' FALLAS
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semilibre antes mencionadas y las cuales se incrementan en la segunda década


del siglo xix impulsadas por el proceso de manumisión real y legal ocurrido en
ese período. En 1825 el número de esclavos asciende a 310, pero el 11% de ellos,
es decir, 34, están en proceso de manumisión, de acuerdo con el Decreto Pro-
mulgado el 19 de julio de 1819 por el Congreso de Angostura, Decreto ratificado
como Ley por el Congreso Constituyente de Cúcuta en 1821.

PADRON DE ESCLAVOS DE CHUAO EMANCIPADOS EN 1825


POR LA LEY DE M A N U M I S I O N l f i

Nombre de los Esclavos


María Gil Julián
Juan de la Rosa Paulino
Carolina Juana Bautista
Saturnina Remigia
Bernardino Claudia
Bibiana José Tomás
Eusebia Silvestra
María Matilde Francisca
Espíritu Santo Encarnación
Pedro Urbana
Visitación Pablo José
María Antonia Felipa Bonita
Teodora Francisca
Jacinta Galo Abad
Luis González Eduvigis
Salomé Valentina
Juan Evangelista Florencio

Los intereses materiales e ideológicos presentes en el proceso general de ia


emancipación nacional se manifestaron con fuerza en la cuestión específica libe-
ración de la esclavitud en Venezuela. Francisco de Miranda, en 1812, proclamó
la libertad de los esclavos que se incorporaran a las armas republicanas y Simón
Bolívar insistió multitud de. veces sobre la imperiosa necesidad de abolir la escla-
vitud, como un objetivo más del programa nacional de la independencia, pero
estas peticiones del Libertador fueron desechadas por los legisladores republi-
canos,17 en su mayoría terratenientes ylfrTros de esclavos. Los intereses materiales

16. Ibid., leg. 143, fs. 20-21, Cf. igualmente La Obra Pía de Chuao 1568-1825, vol. I,
P. 566. Caracas. 196S.
17. Cf. O'Leary, Memorias, t. XIII, p. 343; cartas de Bolívar fechada el 23 de mayo
de 1816, en Villa del Norte, Margarita, en Carúpano el 22 de junio de 1816; en
Ocumare de la Costa el 6 de julio de 1816; Cf. igualmente Lecuna, Vicente,
Cartas del Libertador, t. III, p. 197.
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pesaban más en el cerebro de los caudillos republicanos, que las motivaciones


ideológicas democrático-burguesas, con la excepción evidente de Simón Bolívar.
En el Congreso de Angostura en 1819 Bolívar nuevamente solicitó la abo-
lición de la esclavitud en términos patéticos: "yo imploro —escribe— la confir-
mación de la libertad absoluta de los esclavos, como imploraría mi vida y la vida
de la República. Ya antes, en proclama dirigida a los habitantes de los Valles
de Aragua, fechadas los días 11, 13 y 14 de marzo de 1818, en La Victoria,
Villa de Cura y El Consejo, había ratificado el Decreto de Ocumare y precisado
con claridad:

"Articulo 2» Abolida la esclavitud en Venezuela, todos los hombres que


antes eran esclavos se presentarán al servicio para defender su libertad"."

En el Congreso de Angostura, con relación a la esclavitud y también con


respecto a la "ley de repartos" de tierra, dominaron los intereses de los terrate-
nientes esclavistas sobre las consideraciones democrático-burguesas, y la petición
bolivariana nuevamente fue desechada. Unicamente fue aprobado un decreto de
manumisión y la decisión definitiva del problema fue hábilmente trasladada al
Congreso Constituyente que se reunió en 1821.
La abolición gradual —subterfugio jurídico para mantener el régimen de
esclavitud— fue perfeccionada por el Congreso Constituyente de Cúcuta, con la
llamada "ley de libertad de vientres", promulgada en 1821. Debido a ella se
consideraban libres los esclavos que nacieran en el territorio de la República, pero
estos esclavos trabajarían para sus amos hasta los dieciocho años de edad, "que-
dando obligados los amos de sus madres a alimentarlos, vestirlos y educarlos" 19
hasta la mencionada edad. La manumisión sería gradual y mediante la indemni-
zación de los amos y al efecto se decretó un fondo especial y fue instituida una
Junta de Manumisión que funcionaría en cada Cantón. En razón de esta legisla-
ción el 11 por ciento de los esclavos de Chuao se halla en condición de manu-
,x misión en el año 1825.

ASPECTOS DEL PROCESO DE M A N U M I S I O N

En el contexto general de la guerra de independencia el número de esclavos


desciende en el territorio nacional e igualmente su significación económica en la
agricultura de plantación; este fenómeno comienza a gestarse de modo incipiente
ya en las últimas décadas coloniales,20 pero se profundiza en el proceso de la

18. Rondón Márquez, R. A., La Esclavitud en Venezuela, p. 40, Caracas, 1954.


19. Gil Fortoul, José, Historia Constitucional de Venezuela, vol. I, p. 435, Caracas,
1943. Cf. Igualmente Blanco y Azpúrua, Documentos, t. VII, p. 666; Rondón Már-
quez, R. A., op. cit., p. 48.
20. Cf. Brito Figueroa, Federico, La Estructura Económica de Venezuela Colonial, pp. 303-
385, Caracas, 1963.
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guerra y en los años siguientes. Las cifras son imprecisas en los primeros momen-
tos, pero las recopilaciones posteriores a 1822, permiten presentar un cuadro del
evidente descenso de la mano de obra esclava y su progresiva sustitución, en
el terreno de la producción, por múltiples variedades del trabajo semilibre, peonaje
o categorías equivalentes.
El número de esclavos desciende de 80.000 aproximadamente que había al
iniciarse la guerra de independencia, 21 a 38.427, incluyendo en esta cifra 9.056
manumisos o en proceso de manumisión, según el padrón elaborado en los últimos
años de la Gran Colombia. 22 Un padrón fechado el año 1834 totalizó 35.959
esclavos y manumisos en todo el territorio de la República. 23 El descenso en tér-
minos porcentuales fue superior al 50 por ciento en un período de veinticinco
años, índice realmente significativo de manumisión.

P A D R O N DE ESCLAVOS Y MANUMISOS E N 1834

Provincias N» de Esclavos y Manumisos %

Guayana 608 1,6


Cumaná 1.481 4,1
Margarita 233 0,7
Barcelona 941 2,8
Caracas 20.606 57,6
Carabobo 4.054 11,3 | 75,4%
75,4
Barquisimeto 2.321 6,5
Coro 1.465 4,0
Maracaibo 565 1,5
Trujillo 1.371 3,6
Mérida 698 1,9
Barinas 1.458 4,0
Apure 158 0,4

35.959 100,0

El Congreso Constituyente de Venezuela promulgó una nueva Ley de Manu-


misión el 2 de octubre de 1830. Esa ley constituyó un retroceso con relación a
la ley de 1821, porque elevaba a veintiún años la edad requerida para que un
esclavo pudiera adquirir su emancipación. La ley de 1830 mantuvo además las
normas relacionadas con el fondo de manumisión instituido desde 1821, decretó
nuevos impuestos para financiarlo y organizó la Junta Superior de Manumisión,
de la que dependerían las Juntas que funcionaban en los Cantones.
La manumisión legal se realizaba muy lentamente, la cuota de manumisión
anual señalada por la ley de 1830, generalmente no se cumplía o se cumplía a

21. Arcila Farías, Eduardo, El Régimen de la Encomienda en Venezuela, pp. 66-70,


Sevilla, 1957. Este autor calcula 60.880 esclavos en la Provincia de Caracas, en
el año 1808.
22. Gaceta de Gobierno, suplemento, Trimestre 7, Caracas, 2 de mayo de 1829.
23. Arch. Gen. Nac., Caracas, Interior y Justicia, t. XC, f. 370.
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DISTRIBUCION REGIONAL
DE LOS ESCLAVOS Y MANUMISOS DE VENEZUELA EN 1834

20.500

4.00

2.500 —

1.50C-
1.000 —
500 n n r-, Í~1

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3(5 SEMESTRE HISTORICO

medias, tanto que en ocho años, de 1831 a 1839, apenas fueron manumitidos
legalmente 118 esclavos. El dinero del fondo nacional de manumisión solamente
permitió emancipar 25 esclavos ancianos de 1837 a 1839, y en julio de este último
año comenzaron a gozar de la libertad 581 hijos de esclavos, nacidos en 1821.
Para manumitir estos hijos de esclavos regía la tarifa de precios instituida
por el Congreso Constituyente de 1830. Esta tarifa regulaba el valor de un esclavo
en función de la edad y de su fuerza de producción, independientemente del sexo.
A los ocho días de nacido valía 50 pesos y su valor ascendía hasta el máximo
de 300 pesos, hasta la edad de 38 años. Luego comenzaba a descender el valor
hasta cinco pesos, precio de un esclavo o esclava de 63 años. De esta edad en
adelante carecía de valor, porque ya había perdido su capacidad como instru-
mento de producción. Si el esclavo tenía algún defecto físico su valor se reducía
a 100 pesos, peso si poseía algún oficio tenía un precio superior a los 300 pesos.-'4
En el cuadro económico-social de la República ocurría un proceso real de
manumisión que sobrepasa la manumisión legal. Ese proceso era en cierto sen-
tido continuación del que se observa en las primeras décadas del siglo xix, pero
en el que también estaban presentes nuevos elementos de orden económico, social
y político, relacionados fundamentalmente con la crisis de la agricultura de plan-
taciones basada en la esclavitud, la lucha de los propios esclavos y las pugnas
político-ideológicas.
La crisis de la agricultura de plantaciones se manifestó con fuerza a partir
de la cuarta década del siglo xix cuando coincidió con la crisis de los países que
constituían el mercado exterior de la producción agropecuaria venezolana. Des-
valorizada la mano de obra esclava como fuerza productiva, los amos terratenien-
tes estaban interesados en deshacerse de ella, pero obteniendo hasta el fin los
mayores beneficios. Esta es la razón por la cual favorecían la transformación de
sus esclavos en categorías enfeudadas, transformación que en la práctica liberaba
a los terratenientes de los gastos relacionados con el sostenimiento de los esclavos
y, por otra parte, les aseguraba una renta y les permitía mantener el dominio
sobre la masa de población en proceso de emancipación, pero que continuaba
dependiente del poder de sus antiguos propietarios.
La lucha de los esclavos, finalizada la guerra de independencia, se presentaba
generalmente en las formas de fugas individuales y colectivas, rebeliones, conatos
de sublevaciones, participación activa en las conspiraciones y en la lucha política
impulsada por la acción ideológica democrático-liberal. Hay información sobre
aproximadamente 150 rebeliones e intentos de sublevaciones promovidas por escla-
vos en este período, 25 y la prensa periódica publicaba constantemente avisos de

24. González Guinán, Francisco, Historia Contemporánea de Venezuela, t. III, pp 60,


79, 92, 93, 117; Rondón Márquez, R. A., op. cit., pp. 53-54.
25. Brito Figueroa, Federico, Historia Económica y Social de Venezuela, v. I, pp. 248,
Caracas, 1966.
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los propietarios solicitando sus esclavos fugados. De 1835 a 1853 fueron publi-
cadas cerca de 5.000 notas de ese orden. A título de ilustración presentamos una
insertada el 26 de setiembre de 1835 en el diario El Liberal de Caracas:

"El 26 de julio del presente año se le ha fugado al señor Pedro Hernández


Romero, vecino de La Guaira, un criado llamado José Antonio, de edad
como de 18 años, color negro, alto y delgado, su cara bien parecida, ojos
grandes, nariz algo ancha, labios gruesos y pelo muy crespo. Sus pies anchos
y sobre el izquierdo una manchita encarnada efecto de una llaga que tuvo
en él. Sabe leer y escribir, tiene conocimientos de zapatería, de cocina y
zurce perfectamente. Sus manos son un poco anchas y las tiene quemadas
o manchadas de resultas de cocer zapatos. Llevó consigo una frazada nueva
de bayeta azul forrada en igual género encarnado y abierta por el medio,
una camisa de oían hecha a la París y dos pares de pantalones de dril,
también hechos a la París, uno oscuro de crudo y otro fondo oscuro rayado
a lo largo con pintas negras. La persona que lo aprehendiere y se sirva pre-
sentarlo al mismo señor Pedro Hernández Romero en La Guaira o al señor
Francisco Mercader de esta ciudad será bien gratificada. Pedro Hernández
Romero".2®

La propaganda democrático-liberal favoreció la lucha de los esclavos. Cierto


que en el Programa del Partido Liberal fundado en 1840 no incluía entre sus
objetivos la abolición de la esclavitud,27 ni ninguna consideración sobre la demo-
cratización de la propiedad territorial agraria. Antonio Leocadio Guzmán, el publi-
cista más destacado del liberalismo en aquella época, siempre fue un defensor
de la Constitución de 1830 y, todavía en 1849, partidario de la manumisión. Pero
el movimiento liberal en su conjunto, especialmente en sus estratos populares,
tácitamente consideraba la abolición de la esclavitud como uno de sus objetivos.
N o es accidental que la insurrección campesina de los Valles Centrales en
1845-1848 levantara como bandera la de "comunidad de las tierras y hombres
libres". N o era ésta la intención de Antonio Leocadio Guzmán, pero en el juicio
que se le sigue por conspiración, esa fue la acusación fundamental. Es evidente
que la propaganda democrático-liberal, radicalizada en la acción práctica, consti-
tuyó un fundamento ideológico de la lucha que intuitivamente sostenían los escla-
vos mediante el sistema de fugas y cimarroneras. Los negros cimarrones, contra
los cuales se había promulgado la terrible Ley de Hurtos,™ contaron desde enton-
ces con un argumento espiritual que fortalecía el carácter reivindicativo de
sus acciones.

26. El Liberal, Caracas, 26 de setiembre de 1835.


27. Villanueva, Laureano, Ezequiel Zamora, pp. 13-14, Barquisimeto, 1955.
28. VaJleniila Lanz, Laureano, Cesarismo Democrático, pp. 113-114, Caracas, 1952.
LOS ESCLAVOS DE CHUAO EN 1849-1854

En la IV década del siglo XK, la hacienda Chuao ha incrementado su árei


de cultivo e incorporado a la producción tierras que en 1818 solamente se con-
sideraban factibles de cultivar, como Palmira, Tamaira y San Nicolás, las que
en 1849 estaban en plan de explotación. El número de vegas de cacao ascendía
a dieciséis, frente a diez que había en 1808 y los árboles de cacao a 116.563;
en términos cuantitativos un incremento de 34.556 árboles, con relación al año
1808 y de 34.690 árboles, con respecto al año 1825. Considerando el problema en
sentido relativo, el incremento del área de cultivo equivalía aproximadamente ?1
45 por ciento en un período de veinticinco años, es decir, en base a 1825.
Del total de árboles de cacao censados, 32.797, es decir, el 28 por ciento, eran
árboles frutales; 23.018, esto es, el 20 por ciento, fueron considerados en el
inventario de 1849 como árboles "horqueteados"; 33.889, el 29 por ciento, como
árboles de resiembro, y 26.859, es decir, el 23 por ciento, señalados como fallas.
En conjunto las vegas que entonces estaban en explotación eran las siguientes:
Andrés España, El León, San Juan, Santa Bárbara, Cacagualitos, La Fuente, Camo-
cho, La Madre de Dios, El Piñal, La Concepción, San Antonio, La Soledad, Pal-
mira, El Duro, San Nicolás y Tamaira. 29

LA PLANTACION DE CACAO DE CHUAO EN 1849

Calidad de los árboles N' de árboles


N° de Vegas de cacao de cacao %

Frutales 32.797 28
16 Horqueteados 23.018 20
Resiembros 33.889 29
Fallas 26.859 23

116.563 100

Además del cacao, la hacienda había incorporado a la producción las tierras


altas y las serranías al cultivo del café. Carecemos de información sobre la fecha
exacta en que ocurrió esto, pero ya hacia la III década del siglo xix había una
plantación importante de este fruto en Chuao. En efecto, José Hilario Sistiaga,
arrendatario de la hacienda desde 1824, informaba, en diciembre de 1833, que
durante su gestión se habían "plantado ciento veinte mil árboles de café / . . . /
fundación preciosa que ha empinado mucho la riqueza de Chuao". 30

29. Archivo Universitario, UCV., Varios Asuntos sobre la Hacienda Chuao, t. X, 1842-
1857. lee. 157. s/f.
30. Ibid., t. IX, 1803-1841, leg. 147, fs. 1-9.
3(5
3(5 SEMESTRE HISTORICO

La plantación de café, en el año de 1849, estaba formada por 23 vegas, y


éstas eran las siguientes: Requis, Los Hombres, Betancourt, Evaristo, El Tabaco,
Loma Alta, El Arroz, La Ceiba, La Quisanda, El Guásimo, El Hoyo, San Juan,
Higuerote, El Limón, La Glorieta, El Puente, Casupito, La Canoa, La Pereza,
El Cobalonga, La Garrapata, La Azucena y El Hornito. El número de cafetos
ascendía a 160.985 arbustos, divididos por su calidad en 113.032 frutales, cifra
equivalente al 70 por ciento del total, y en 30 por ciento en horqueteados, de
resiembro y fallas. 31

LA PLANTACION DE CAFE DE C H U A O E N 1849

N* de Vegas Calidad de los Cafetos N* de arbustos cafetos %

Frutales 113.032 70
23 Horqueteados 12.590 8
Resiembro 7.452 5
Fallas 27.911 17

160.985 100

Los instrumentos de producción continúan siendo rudimentarios, más nume-


rosos que los que había en las primeras décadas del siglo XK, pero al mismo
nivel de desarrollo tecnológico; el inventario de 1849 señala la existencia de
40 herramientas de carpintería, 24 útiles de herrería, 3 "gradillas de hacer tejas"
y dos carros de mano. En 1853 los instrumentos de labranza se reducen a 16
hachas, 7 escardillas, 8 chicurones, 22 palas y 6 varas de madera. Entre "los ins-
trumentos de campo" las relaciones mencionan 13 picos de romper piedras, una
mandarria grande y una pequeña y 34 azadas; hay 13 burros, 4 yuntas de bueyes
y 3 vacas, 2 máquinas de descerezar café y otros utensilios como manares y canas-
tos, etc., relacionados con la cosecha y desecamiento de ese fruto. En conjunto,
estos instrumentos de producción representaban una inversión muy limitada.
El instrumento fundamental de producción estaba representado, en términos
similares a las primeras décadas del siglo xix, por los esclavos y los manumisos
o esclavos en proceso de manumisión. El trabajo de estas dos categorías había
valorizado la tierra y permitido el incremento de la plantación desde las costas
hasta las serranías. En conjunto ambas categorías —unidas en el proceso produc-
tivo y en la explotación de la tierra y del hombre— ascendían, en el año 1849,
a 330 personas, formaba 80 familias 32 y constituían la inversión más importante
de la plantación.

31. Ibid.
32. Ibid.
3(5
3(5 SEMESTRE HISTORICO

LOS ESCLAVOS Y MANUMISOS D E CHUAO EN 1849

Esclavos Manumisos Totales

Varones 68 91 159
Hembras 97 74 171

165 165 330

La relación plantación-trabajo, a la luz de. este padrón, es de 841,05 árboles


de cacao y arbustos de cafeto por hombre, tomando en consideración el conjunto
de esclavos y manumisos. Lamentablemente la documentación consultada no permi-
te precisar el número de esclavos incorporados al trabajo de las vegas de cacao
ni el número de los que estaban dedicados al cultivo, siembra y cosecha del café.
N o podemos igualmente determinar si el desarrollo de la plantación de café ocu-
rre paralelamente con el incremento de los manumisos o esclavos emancipados,
fenómeno que sí se observa en regiones del centro del país. 33
La estadística de la población ocupada en la plantación para el año 1849,
clasificada según categorías, sexo y tareas realizadas, es la siguiente:

C H U A O
POBLACION ACTIVA E N LA PLANTACION ESPECIFICADA
POR CATEGORIAS, SEXO Y TAREAS. 1849

Total Esclavos Manumisos


Gral. V. H. r. V. H. r. V. H.
Total 204 106 98 125 58 67 79 48 31

1 121 69 52 77 46 31 44 23 21
44 18 26 29 8 21 15 10 5
J
/4 39 19 20 19 4 15 20 15 5
Fuente: Documento N 31 de este volumen.

Relacionando la plantación de cacao y café de la hacienda con la población


activa, se halla que para 1849 cada persona ocupada debía atender un prome-
dio de 571 árboles de cacao y aproximadamente a 789 arbustos de café, o sei,
que la relación plantación-población ocupada llegó a ser de 1.360 árboles de
cacao y arbustos de café por hombre.
La masa de esclavos y manumisos de Chuao estaba dividida, de acuerdo con
la edad, sexo y capacidad productiva, en "criados" de tarea completa, media
tarea e inútiles. Esta era la norma que regía en las plantaciones del centro del

33. Cf. al respecto, D e La Plaza, Salvador, La Reforma Agraria, pp. 13-14, 1959.
3(5 SEMESTRE HISTORICO

C A P A C I D A D P R O D U C T I V A D E LOS ESCLAVOS Y MANUMISOS


DE CHUAO EN 1849

0,4 %

| "j TARE! COMPIETA

HEJMA TABEA

CUAKTO DE TAREA

INUTILES

OFICIOS ESPECIALES
3(5
3(5 SEMESTRE HISTORICO

territorio nacional. En este sentido, 46 esclavos y 23 manumisos estaban considera-


dos de tarea entera, y en condiciones similares 31 esclavas y 21 manumisas;
8 esclavos, 10 manumisos, 21 esclavas y 5 manumisas eran de media tarea; 4 escla-
vos, 15 manumisos, 15 esclavas y 5 manumisos eran de cuarto de tarea; 4 esclavos,
17 esclavas y 4 manumisas carecían de capacidad productiva, y uno conocía el
oficio de carpintero; 34 el centenar restante correspondía a "párvulos" y servicio
doméstico.
CAPACIDAD PRODUCTIVA DE LOS ESCLAVOS
Y MANUMISOS DE C H U A O E N 1849

Esclavos Manumisos Total %


V H V H
Tarea completa 46 31 23 21 121 52,6
Media tarea 8 21 10 5 44 19,2
Cuarto de tarea 4 15 15 5 39 16,9
Inútiles 4 17 — 4 25 10,9
Oficios espec. 1 — — — 1 0,4

63 84 48 35 230 100,0

Desde el punto de vista del estado civil la masa de esclavos y manumisos


de Chuao presentaba las siguientes características: 31 esclavos, 86 manumisos,
42 esclavas y 64 manumisas permanecían en estado de soltería; 32 esclavos y 30
esclavas y manumisas estaban casados; 9 esclavos y 32 esclavas estaban viudos.
Lamentablemente el padrón estudiado, ni otros documentos consultados, permiten
precisar la magnitud de los matrimonios entre esclavos y personas libres. Impor-
tante porque en algunas haciendas este tipo de relaciones matrimoniales facili-
taba la emancipación de las esclavas, debido a que el cónyuge tendía a comprar
la libertad de su mujer.

ESTADO CIVIL DE LOS ESCLAVOS Y MANUMISOS


DE C H U A O E N 1849

Esclavos Manumisos '.Total %


Estado civil V H V H
Solteros 31 42 96 64 223 67,5
Casados 32 30 — 4 66 20,0
Viudos 9 32 — — 41 12,5

72 104 86 68 330 100,0

34. Arch. Universitario, UCV., ibid, t. X, 1842-1857, leg. 157, fs. 1-9.
3(5 SEMESTRE HISTORICO

Al estudiar la masa da esclavos y manumisos de Chuao desde el punto


de vista de la edad, se observa que no hay esclavos con edades inferiores a
veinte años. Este hecho se explica porque debido a las leyes promulgadas
en 1821 y 1830 se les considera manumisos, pero obligados a trabajar para
sus amos hasta los dieciocho o veintiún años, según se apliquen, respectiva-
mente, la ley del Congreso de Cúcuta o la ley del Congreso Constituyente
de Venezuela. En general sobre este problema de interpretación los conflictos son
constantes con los amos de esclavos.
De los 165 manumisos registrados en el padrón, 147 tenían edades compren-
didas entre uno y veinte años, cifra equivalente al 89 por ciento del total de
"criados" de esa categoría y al 44,55 por ciento del conjunto de esclavos manu-
misos existentes en la hacienda. En el caso de la primera relación, el 11 por
ciento restante correspondía a quince manumisos con edades que oscilaban entre
veintiún y veinticinco años, una manumisa con treinta y cinco años y dos manumi-
sas con cincuenta años cada una.
Los esclavos predominan en los grupos de edades comprendidos entre los
veintiséis y sesenta años, representando el 89 por ciento del total de "criados"
incluidos en esa categoría y el 44,55 por ciento del conjunto de esclavos y manu-
misos existentes en Chuao; siete esclavos tienen entre sesenta y uno y sesenta y cin-
co años; tres oscilan entre sesenta y seis y setenta, tres entre setenta y uno y
setenta y cinco y tres entre setenta y seis y ochenta años. Hay un esclavo mayor
de ochenta y seis años. En conjunto, el 78 por ciento de la masa de población de
esclavos y manumisos apenas llega a los cuarenta años.

EDAD DE LOS ESCLAVOS Y MANUMISOS


DE CHUAO E N 1849

Grupos de edades (años) Esclavos Manumisos Total %


V H V H

1-20 — — 83 64 147
21-40 46 49 7 9 111

41-60 17 36 1 1 55
61-80 5 11 — — 16
más de 80 1

68 97 91 74 330 100,0

Al revisar los padrones y los inventarios de la hacienda Chuao en este


período se destaca el incremento —potencialmente todavía— de los manumisos
PIRAMIDE DE EDADES
DE LOS ESCLAVOS Y MANUMISOS DE CHUAO EN 1849

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ESCLAVOS
3(5 SEMESTRE HISTORICO

sobre los esclavos, como fuerza trabajo, se entiende. La capacidad de producción,


como ya es sabido, estaba en relación a la edad, y adicionalmente con el oficio
que el esclavo o manumiso pudiera conocer. Este no es el caso de Chuao, donde
solamente había en 1849 un esclavo que conocía el oficio de carpintero. Sin
embargo, en la relación de las labores de campo realizada en aquel año, continua-
ban predominando los esclavos sobre los manumisos. En efecto, sobre un total
de 153 tareas realizadas, 96 correspondían a trabajo de los esclavos y 57 a tra-
bajo de los manumisos.
Además de trabajar en la plantación de cacao y en las labores de fajina
usuales en la hacienda, los esclavos trabajan en la plantación de café, en este
caso conjuntamente con los manumisos, colonos y peones, categorías que ya
habían comenzado a desarrollarse en Chuao. Según documento fechado en 1852,
"toda la esclavitud debe dirigirse a la montaña a desyerbar la hacienda de café / . . . '
situada en tierra fría", 3 5 careciendo, los esclavos hasta de "cobijas para arroparse".
Es general "el estado de desnudez de la esclavitud, y por los informes de los
mayordomos se conoce que les hace falta dos mudas de ropa que acostumbran
darle todos los años", y desde 1842, "la fiebre y el mal venéreo hacen estragos,
de modo que por término medio jamás faltan en el hospital diariamente cin-
cuenta y cinco enfermos". 38
En el cuadro de esta situación de miseria, insalubridad y desnudez, los escla-
vos y manumisos, en conjunto, constituyen, sin embargo, la inversión más valiosa
de la hacienda Chuao, porque representan la fuerza productiva que valoriza la
propiedad de la tierra. Es posible calcular la magnitud de esa inversión, aproxi-
madamente, utilizando la tarifa de precios de la mercancía esclavo, aprobada
por el Congreso Constituyente de Venezuela, la cual regía entonces y continuó
vigente hasta 1854, año de la abolición de la esclavitud. El valor del esclavo o
del manumiso en el momento de otorgarle "carta de libertad" se estimaba en
función de su edad, preferentemente. Siguiendo los precios indicados en esa tarifa
la inversión esclavo ascendería a 77.895 pesos.
La hacienda Chuao participa en el mercado interior de mano de obra esclava,
compra y vende esclavos y manumisos en algunos pueblos, ciudades y haciendas
de los Valles de Aragua. Hay información sobre este tráfico, que se desarrolla
hasta el momento de la liberación. El 3 de noviembre de 1852, por ejemplo,
Ramón Tirado informa a la Administración de Rentas de la Universidad de
Caracas que ha vendido una manumisa y tiene posibilidad de vender otra. Estas
operaciones de compra-venta se realizan de acuerdo con la tarifa aprobada por e!
Congreso de 1830.

35. Archivo Universitario, UCV., ibid., t. X, 1842-1857, leg. 162, s / f .


36. Ibid., leg. 151. s / f .
3(5
3(5 SEMESTRE HISTORICO

ESTIMACION DE LA INVERSION EN ESCLAVOS Y MANUMISOS


E N CHUAO E N 1849

Grupos Edades N ' Esclavos y Valor pieza Valor total


•años - manumisos t *
1- 5 37 130 4.810 6,18
6- 10 36 160 5.760 7,40
11 - 15 30 300 9.000 11,55
16- 20 44 300 13.200 16,95
21 - 25 16 300 4.800 6,16
26- 30 30 300 9.000 11,55
31 - 35 31 300 9.300 11,94
36- 40 34 300 10.200 13,09
41 - 45 11 270 2.970 3,81
46- 50 19 200 3.800 4,88
51 - 55 7 185 1.295 1,66
56- 60 18 170 3.060 3,93
61 - 65 7 100 700 0,90
66- 70 3 0 — —

71 - 75 3 0 — —

76- 80 3 0 — —

mayor 80 1 0 — —

330 77.895 100,00

La comunicación de Ramón Tirado se explica porque para la fecha Chuao


es una propiedad de la Universidad de Caracas. El texto de la carta es el siguiente:

"Señor Rector de la Ilustre Universidad


Caracas, noviembre 3 de 1852.
"Tengo el honor de poner en conocimiento de Ud. que conforme a las
instrucciones de la Respetable Junta de Inspección y Gobierno, y de acuer-
do con el señor H. Gosling, procedí a vender y vendí al señor Luis Borges,
por su precio de tarifa, la manumisa Blasina de la Candelaria, de trece años
de edad, hija de Cipriana / . . . / El mismo señor Borges y otros me ofrecen
comprar la otra hermana de Magdalena, de diez y seis años, que por su
precio de tarifa vale ciento cincuenta pesos, pero todos exigen que se haga
una rebaja en el valor, porque en realidad tiene la ley una anomalía insub-
sanable dando más precio al manumiso que está más próximo a libertarse,
y por esta razón yo creo que la Respetable Junta debiera acceder a la rebaja,
pues de otro modo transcurre más tiempo y se hace más difícil la venta.
Soy de Ud. seguro servidor, Ramón Tirado". 37

37. Ibid., t. X, 1842-1857, leg. 162 s / f .


3(5 SEMESTRE HISTORICO

La venta, oferta y solicitud de. esclavos y manumisos constituía una actividad


lícita y generalizada en este período, hasta el punto de que en las ciudades había
personas que actuaban como negociantes, especializados en comprar y vender
esclavos y manumisos. La intensidad de ese tráfico se reflejaba en la prensa, y
en los avisos publicados se indicaba la edad, cualidades y defectos físicos de los
esclavos y manumisos ofrecidos en venta. A título de ejemplo mencionamos un
caso. El 1» de febrero de 1843, El Liberal de Caracas, inserta una nota en la que
se solicita "Una manumisa de nueve años y se darán por ella cinco pesos más
de lo que vale por la tarifa. Ocúrrase a la casa número 164 de las Leyes Patrias"/ 8
La Victoria, importante ciudad de los Valles de Aragua, era uno de los
centros del mercado interior de mano de obra esclava y ya desde los últimos años
del siglo xvm satisfacía la demanda de esclavos de los pueblos, villas y ciudades
de los valles y llanos centrales. El comercio era intenso con El Consejo, San Mateo,
Turmero, Cagua, Villa de Cura, San Sebastián, Valle de la Pascua y Calabozo,
aunque también había tráfico entre Caracas y La Victoria y con intensidad se
mantuvo hasta 1854.
Hay suficiente información documental sobre ese tráfico, significativo ele-
mento de la vida económica venezolana hacia fines de la primera mital del
siglo xix. En la notaría de La Victoria se registran las operaciones. El 1' de
julio de 1850, por ejemplo, Balbino Feo vende "al señor Domingo Grillo, de
este vecindario, una criada llamada María del Carmen, por la suma de doscien-
tos pesos". 39 El 4 del mismo mes y año, María de Urrutia, vende a Canuto Macha-
do un manumiso llamado Lucas, de once años de. edad, por la cantidad de cien
pesos.40 El 23 de diciembre de 1850, Encarnación Yánez vende a Saturnino Aran-
da una esclava llamada María de los Santos, por la suma de doscientos pesos". 41
Las plantaciones de los valles y costas de Aragua, entre otras Chuao, parti-
cipan en ese tráfico. En La Victoria obtienen esclavos y manumisos. Los comisio-
nistas informan a los mayodormos y administradores de las haciendas sobre las
ofertas, precisando sobre las cualidades y defectos de las piezas en ventas, sob;e
"sus tachas públicas y secretas". Cuando un lote de esclavos y manumisos llega
a las casas de engorde de Pantanero y Zarayauta, a La Victoria concurren los
interesados en adquirir la valiosa mercancía. Se viola la tarifa vigente. Se especula
con el tráfico vil.
En el cuadro económico-social de la República el proceso de emancipación pro-
gresiva se intensifica. Las causas del fenómeno hay que buscarlas en los cambios
operados en las relaciones de producción y en la aplicación de las normas jurídi-
cas que facilitan la manumisión, indemnizando a los amos terratenientes, quie-

38. El Liberal, 1» de febrero de 1843.


39. Registro Subalterno de La Victoria, Civil, Protocolo 8 ' , f 23.
40. Ibid., f. 16.
41. Ibid., f. 23.
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3(5 SEMESTRE HISTORICO

nes hasta los 21 años de edad del manumiso tienen derecho a explotarlo y luego
reciben una indemnización. A esa edad la indemnización per capita es de $ 300.
Liberado el manumiso continúa, generalmente, trabajando en las haciendas de
su antiguo propietario.
En la hacienda Chuao, el proceso de manumisión se intensifica en la V déca-
da del siglo xix. Ya lo había previsto José Hilario Sistiaga en 1842, cuando
escribía que "la Ley de manumisión produce sus benéficos efectos y la esclavitud
va a desaparecer dentro de poco. Hoy —en 1842— existen ciento setenta y cinco
manumisos, de los cuales cuarenta y nueve tienen entre quince y veinte años, y
treinta y ocho entre diez y quince, da modo que estos ochenta y siete brazos útiles
le irán faltando gradualmente dentro de once años, y después anualmente le irán
faltando más". 42
Los esclavos de Chuao que ya habían recibido "carta de libertad" tratan de
que sus familiares que aún permanecían en condición de manumisos adquieran
la condición de libres, pagando a sus antiguos amos el valor correspondiente.
El 17 de mayo, Ramón Tirado informaba al rector de la Universidad de Caracas
que se había presentado Martín, ex-esclavo y manumiso de la hacienda Chuao,
solicitando comprar la libertad de su hija Dionisia. La opinión del administrador
fue positiva a esas gestiones:

"Señor Rector de la Ilustre Universidad.


Caracas, marzo 17 de 1853.
"Martín, esclavo que fue de la hacienda de Chuao y hoy es libre, se me
ha presentado manifestándome que quiere libertar a su hija Dionisia, sierva
que es de la indicada hacienda, y al efecto tiene el dinero n e c e s a r i o / . . . / .
Dicha Dionisia, según los libros que he visto en Chuao, si mal no recuerdo,
tiene cincuenta y cuatro años de edad y no padece ninguna enfermedad que
haga desmerecer el precio asignado por t a r i f a / . . . / . Como el reclamo
en mi concepto es justo, espero que la Respetable Junta de Inspección y
Gobierno se sirva darme instrucciones sobre el particular. Soy de Ud.,
seguro servidor. Ramón Tirado". 43

Pero la "sierva Dionisia", tenía en realidad cincuenta y cinco años de edad


y estaba enferma, "según el reconocimiento practicado" el 15 de abril de 1853.
Valía $ 72 de acuerdo con la tarifa legal, dinero que, suministrado por su padre,
abonó a la Administración de Rentas Universitarias representada en Chuao por
Ramón Tirado. Este funcionario, en la fecha antes señalada, solicita autoriza-
ción "para recibir el dinero y otorgar la carta de libertad de la mencionada
sierva". 44

42. Archivo Universitario, UCV., Varios Asuntos de la Hacienda Chuao, t. X, 1842-1857,


leg. 151, s / f .
43. Ibid., leg. 162-A, s / f .
44. Ibid.
3(5
3(5 SEMESTRE HISTORICO

Los manumisos que todavía no habían cumplido la edad requerida a los


esclavos adultos, que carecían del dinero necesario, generalmente solicitaban
su libertad "en gracia de los servicios prestados". Las autoridades universitarias
y la Dirección General de Instrucción Pública conectadas desde el punto de vista
de la posesión legal con Chuao, no eran proclives a otorgar esa "libertad por
gracia", y solamente en casos muy especiales. Uno de los beneficiados con esa
gracia fue el manumiso Valentín, y eso en el año 1853:

"La Universidad se compromete a hacer libre y horro de toda esclavitud


al siervo Valentín, en el término de cinco años, que se contarán desde el
día en que se otorgue la correspondiente escritura, con la precisa condi-
ción de que el referido Valentín continúe con la fidelidad y constancia que
hasta ahora y aumentándole la pensión que disfruta, de veinte y ocho reales,
con la de doce pesos mensuales". 45
La gracia concedida obligaba al manumiso Valentín a continuar trabajando
para la hacienda durante cinco años más, y se le aumentaba la "ración" a doce
pesos mensuales "para que tío separe de ella (de la hacienda) para ir a servir a
otro señor".46 Detrás de la gracia y la compulsión funcionaba la fría coerción
extraeconómica. El siervo Valentín poseía un oficio especializado y en consecuen-
cia el dinero necesario para comprar su libertad, posiblemente también otros,
pero la plantación necesitaba jijar mano de obra para la producción y a veces
recurría al sistema de otorgar la "carta de libertad" a tiempo fijo, no de inme-
diato. Así "se evita el grave mal que ocasionaría a los demás siervos la creencia
de que a cada uno de ellos se le podría hacer la misma gracia". 47 Debido a su
comportamiento, "fidelidad y constancia en el servicio", Valentín fue ascendido
a segundo mayodormo.
Los esclavos no favorecidos por la ley de manumisión, promulgada en 1830
por el Congreso Constituyente de Venezuela, pero que por razones de edad tenían
derecho a su emancipación, reclamaban su "carta de libertad". Se trataba de escla-
vos mayores de sesenta años, con escasa capacidad productiva y sin ningún valor
según la tarifa respectiva. Uno de esos casos es el de la sierva Gervasia, quien
habiendo cumplido sesenta y tres años de edad, reclamaba su "carta de libertad",
en febrero de 1854. La "carta de libertad" era necesaria para transitar por el
territorio nacional y hasta para trasladarse de una plantación a otra. El manumiso
que no la portara consigo o no demostrara poseerla, era aprehendido y remitido
a su primitivo amo. Muchos amos manumitían a sus esclavos pero retardaban
entregar la "carta de libertad" para retener a los manumisos adscritos a sus plan-
taciones. Una modalidad más de como funcionaba la coerción extraeconómica en
la Venezuela de la V década del siglo xix.

45. Ibid.
46. Ibid.
47. Ibid.
3(5 SEMESTRE HISTORICO

En el contexto de estos cambios, los esclavos y manumisos descienden sensi-


blemente en Chuao. En agosto de 1853, en conjunto, ambas categorías totalizan
189 personas. El descenso es significativo si se compara con el padrón de 1849,
cuando el número de manumisos y esclavos asciende a 330. En términos relativos
el descenso es del 42,7 por ciento en un período de cuatro años. Pero el índice
es más elevado si se considera que 26 manumisos estaban "contratados", es decit,
libres a plazo fijo. El índice de descenso realmente es del 50,6 por ciento.
Al estudiar el padrón de 1853, se observa que tres manumisos habían huido
de la plantación y cuatro esclavos estaban considerados inútiles y carentes de
capacidad productiva. Desde el punto de la división en atención al sexo, 102 eran
varones y 87 hembras. Los muchachos ascendían a 30 y las muchachas a 27, que
debido a la edad también estaban considerados como manumisos, potencialmente
libres.48 A la luz de estas cifras y relaciones se comprende que la mano de obra
esclava, en 1853, tiende hacia su desaparición absoluta en Chuao, transformán-
dose, primero, en las diferentes categorías en condiciones de manumisión y, luego,
en las modalidades del peonaje rural. La esclavitud, ya antes de la abolición legal,
es una mano de obra muerta en Chuao.

LA ABOLICION DE LA ESCLAVITUD

El proceso de manumisión y el desarrollo del peonaje rural es un fenómeno


general que se impone en la realidad económica venezolana, y, en este cuadro,
Chuao viene a constituir la muestra de una totalidad. La capacidad productiva
del esclavo y de las categorías económicamente equivalentes es limitada. Esta es h
primera causa de la crisis de la agricultura de plantación tradicional en la V
década del siglo xix. Los amos terratenientes están interesados en deshacerse de
una propiedad ya escasamente rentable, pero desean extraer hasta el último bene-
ficio de ese arcaico instrumento de producción. Este es el contexto económico
de sus subterfugios para reducir a mínima significación la ley de manumisión
aprobada en 1830.
Los amos terratenientes y sus ideólogos, liberales o conservadores, laboraban
por abolir legalmente la esclavitud, pero salvando el principio de obtener los
mayores beneficios hasta el final. Hacia 1836 hicieron gestiones para obtener un
impréstito en Inglaterra destinado a indemnizar a los propietarios y decretar la
abolición legal. En 1851, la Diputación Provincial de Barquisimeto resolvió des-
tinar "como un auxilio anticipado por esta Provincia, la cantidad de diez mil
pesos de lo que las rentas nacionales deben al tesoro municipal, para invertirla
en la libertad de los esclavos, cuando el Congreso Nacional lo declare". 49

48. Ibid., leg. 162 A, s / f .


49. Perera, Ambrosio, "La Provincia de Barquisimeto Inició el Movimiento Abolicionista
de la Esclavitud" en Boletín del Centro Histórico Larense, N° XV, Barquisimeto,
3(5
3(5 SEMESTRE HISTORICO

La Diputación Provincial de Caracas, en diciembre de 1852, resolvió dirigir-


se al Congreso Nacional solicitando la aprobación de una ley "por la cual quede
totalmente extinguida la esclavitud en la República". 50 El 10 de marzo, José
Gregorio Monagas, Presidente de la República, dirigió un mensaje a la Cámara
de Representantes en el que insistía promulgar una ley que conjugara "los prin-
cipios de libertad y propiedad", y el 24 de marzo del mismo año el Congreso
Nacional sancionó la ley de abolición, en los términos que deseaban los propieta-
rios de esclavos.
La abolición legal remata el proceso de manumisión. Los esclavos emanci-
pados que residían en las plantaciones en ella continuaban en calidad de peones
o arrendatarios, o simplemente como "gente del vecindario", si se trataba de
personas inútiles desde el punto de vista productivo. Los esclavos emancipados,
residentes en los centros urbanos se incorporaban a las categorías propias del
artesanado y cuando carecían de oficio definido a las múltiples formas del peona-
je urbano. La ley de 1830 y el Decreto Ejecutivo de 1840 se orientaban a facilitar
esa incorporación de los manumisos a "oficios y profesionales útiles". Algunas
cifras, extraídas de los cuadros de manumisión, permiten calibrar la significación
real del proceso. En efecto, en 1841-1842, el número de manumisos "destinados
a oficios y profesiones útiles" ascendió a 403 personas. 01

MANUMISOS DESTINADOS A "OFICIOS UTILES"


E N 1841-1842

Manumisos Total
Provincias V H
Apure 2 2 4
Barcelona 17 9 26
Barinas 8 8 16
Barquisimeto 20 23 43
Caracas 95 80 175
Carabobo 27 23 50
Coro 7 9 16
Maracaibo 2 1 3
Margarita 1 1 2
Mérida 15 11 26
Trujillo 17 25 42

211 192 403

1945, Cf. igualmente, Conservadores y Liberales, Ediciones de la Presidencia de la


República, t. I, pp. 284-287, Caracas, 1961.
50. Ibid., p. 281.
51. Arch. Gen. Nac., Caracas, Interior Justicia, 1840-1845, doc. N ' 23.
3(5 SEMESTRE HISTORICO

La incorporación de los manumisos a "oficios y profesiones útiles" es nece-


sario comprenderla en el contexto del desarrollo económico-social de Venezuela
en la V década del siglo xix. Venezuela carecía de un desarrollo capitalista, siquie-
ra incipiente, en sentido industrial. Su economía continuaba basada en la produc-
ción agropecuaria, ligada, sí, al mercado exterior capitalista. Las ciudades eco-
nómicamente dependían del campo, concretamente del trabajo de las plantaciones.
Las ciudades constituían un área de tránsito de la producción agropecuaria hacia
el mercado exterior y de las mercancías importadas de los países europeos para
satisfacer las necesidades del débil mercado interior. En el cuadro de. esta situa-
ción real, la asimilación de los manumisos por "oficios y profesiones útiles" era
sumamente limitada, apenas tenían la posibilidad de incorporarse como trabajado-
res libres a los pequeños talleres artesanales y manufactureros que funcionaban
en algunas ciudades y en los que dominaban relaciones precapitalistas de produc-
ción y hasta reminiscencias esclavistas, tanto que muchos esclavos trabajaban en
esos talleres antes de su manumisión. Las esclavas emancipadas no tenían más
posibilidad de trabajo que "concertarse" en las casas de familias ricas, en calidad
de "criadas domésticas".
En muchas plantaciones, los propietarios violaban la ley de manumisión tra-
tando de beneficiarse hasta el máximum con el trabajo de sus esclavos en proceso
de emancipación y para obtener este objetivo apelaban a todos los procedimien-
tos posibles. En algunos casos presentaban a los manumisos con edad inferior a
la que en realidad tenían; otras veces no presentaban los manumisos ante las
autoridades respectivas o simplemente sobornaban a esas autoridades. En 1848,
la Junta de Manumisión reconocía que no sabía "qué hacer con los manumisos
que cuentan 23, 24 ó 25 años y que se le presentan quejándose de que en el lugar
de su residencia no tienen su justa reclamación". 62
Algunos hacendados presentan a sus manumisos en lugares distantes a .-.u
residencia, y "parece ser que hasta las autoridades públicas en connivencia con
los patronos apoyan esta infracción manifiesta de la ley". 53 En las actas de las
sesiones de la Junta Superior de Manumisión de la Provincia de Caracas hay
abundante información sobre los procedimientos utilizados por los propietarios.
En una de esas actas, fechada en 1848, puede leerse que "diariamente ocurren
al despacho de esta Jefatura, manumisos de otros cantones y aun de éste que con
cerca de 25 años de edad, y según sus partidas de bautismo, no han sido pre-
sentados a la Junta de su domicilio, ya porque las autoridades ni citan y com-
pelen a los patronos, ya porque éstos eluden de mil maneras, con pocas excep-
ciones, la presentación, pretextando ser los manumisos vecinos de un cantón dis-
tinto de aquel en donde son requeridosPero el proceso de emancipación con-
52. Arch. Gen. Nac., Caracas, Interior y Justicia, t. CCCLXXXIII, fs. 5-6
53. Ibid.
54. Ibid.
3(5 SEMESTRE HISTORICO

tinúa desarrollándose, impulsado por la desintegración de las relaciones esclavistas


de producción.
MANUMISOS DESTINADOS A "OFICIOS UTILES"
F.N 1844-1845
Provincias Manumisos Total
V H
Apure — 2 2
Barcelona 1 1 2
Barinas 11 5 16
Barquisimeto 16 29 45
Caracas 174 207 381
Carabobo 57 46 103
Coro 4 10 14
Cumaná 37 26 63
Guayana — — —

Maracaibo 6 4 10
Mérida 12 4 16
Trujillo 18 14 32
336 348 684

El descenso de la mano de obra esclava es evidente. El padrón elaborado en


1853 registra 4.927 en los diez Cantones de la Provincia de Caracas. Con rela-
ción al año 1834, el descenso, considerado en términos relativos, es del 76 por
ciento. En la Provincia de Guayana, apenas quedan 64 esclavos en el año 1849
y 45 en Apure, el año 1852; en Cumaná 582 y en Barquisimeto 1.621; en
Trujillo 367 y 214 propietarios; en Margarita 91 esclavos y en regiones de sig-
nificación agrícola como los Valles de Aragua, el número de esclavos asciende
el año de 1852 a 1.994 y el de manumisos a 1.861. En conjunto 3.905 personas. 55

PADRON DE ESCLAVOS Y MANUMISOS DE ARAGUA


EN 1852
Cantones Esclavos Manumisos Totales %
La Victoria 771 751 1.522 39
Maracay 410 440 850 21
Villa de Cura 320 88 408 11
San Sebastián 213 258 471 13
Turmero 330 324 654 16
2.044 1.861 3.905 100

55. Arch. Gen. Nac., Interior y Justicia, t. CDLVI, f. 407.


3(5 SEMESTRE HISTORICO

El año 1852 solamente fueron emancipados 32 esclavos en diez Provincias


de la República, con dinero suministrado por el fondo nacional de manumisión
y 7 por "gracia de los propietarios". 56 El Congreso Nacional decretó un crédito
de $ 50.000 destinado a aumentar ese fondo de manumisión y distribuyó pro-
porcionalmente la suma erogada entre las Provincias, pero todavía en 1853 no
se habían efectuado las entregas correspondientes porque el crédito se había apli-
cado a gastos de guerra. 57
En estas condiciones el Congreso Nacional sancionó la obligación legal de
la esclavitud, el 24 de marzo de 1854. El Ejecútese del Poder Ejecutivo fue el
día 24 y la promulgación del 25. Esta ley, según sus redactores, conjugaba "los
principios liberales y la propiedad, garantizada por la Constitución", especial-
mente la propiedad, porque prevaleció el sistema de indemnización de los amos y
al efecto fueron instituidos un conjunto de impuestos, para fortalecer el fondo
nacional de manumisión.
Los impuestos instituidos para indemnizar a los propietarios fueron los
siguientes: el 10 por ciento sobre las rentas provinciales; el 20 por ciento de
las personas que murieran dejando herederos extraños o ab-intestato; un impuesto
especial que pagarían las personas que tuvieran la condición requerida para ser
elector e igualmente aquellas que tuvieran la renta necesaria para ser diputados;
impuesto que pagarían todos los funcionarios públicos dependientes del Tesoro
Nacional, impuesto sobre los alambiques. Los beneficios producidos por estos
gravámenes y el fondo de manumisión no satisfacían las aspiraciones de los pro-
pietarios y de sus representantes en el Congreso, quienes propusieron duplicar
los impuestos aduaneros y dedicar el 50 por ciento, durante un año, a los efectos
de la indemnización. Esta petición fue desechada. La ley de 1854 proclamó:

"Abolida para siempre la esclavitud en Venezuela. Cesa la obligación legal


de prestación de servicios de los manumisos, quedando en pleno goce de su
libertad, y sometidos sólo a la patria potestad o a cualquier otra dependencia
de sus ascendientes como ingenuos. Se prohibe para siempre la introduc-
ción de esclavos en el territorio de la República y los que sean introducidos
bajo cualquier pretexto entrarán por el mismo hecho inmediatamente en
el goce de su libertad".

La tarifa que rigió para satisfacer la indemnización de los propietarios e:a


más o menos equivalente a la que existía desde 1830 y regulaba el precio de la
mercancía esclavo, según edad y capacidad productiva. 58 El número de esclavos
ascendió a 13.000, pero en realidad fueron 11.967, porque muchos amos presen-

56. González Guinan, Francisco, Historia Contemporánea de Venezuela, p. 265, t. V.,


Caracas, 1954.
57. Ibid., pp. 332-333.
58. Gaceta de Venezuela, Caracas, 8 de julio de 1855.
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3(5 SEMESTRE HISTORICO

taron como esclavos a algunos de sus manumisos que ya estaban legalmente


emancipados, con intenciones de obtener la indemnización respectiva. Los manu-
misos totalizaron 27.000, de los cuales a 9-185 les correspondía la emancipación
por razones de edad.
El 30 de marzo fue dictado el Decreto Ejecutivo de Reglamentación de la
Ley de Abolición; en cada capital de las Provincias funcionaría una Junta de Abo-
lición formada por el Gobernador, el Vicario más antiguo, el Procurador Muni-
cipal y dos vecinos designados por el Poder Ejecutivo. En los Cantones funcio-
narían Juntas Subalternas de Abolición, constituidas por el Jefe Político, el Cura
Párroco, el Procurador Municipal y dos vecinos nombrados por la Junta Supe-
rior. Las Juntas levantarían el registro de esclavos y manumisos de su jurisdic-
ción y distribuirían los fondos de abolición.
La indemnización por concepto de abolición ascendió a $ 4-060.442,68, aun-
que según algunos autores solamente a $ 3-060.442,68. Para abonar esta deuda,
en lo inmediato, fueron decretados "los billetes de abolición", cambiables pro-
gresivamente por dinero efectivo, en la medida que se fuera integrando el fondo
respectivo. Muchos propietarios protestaron contra esta medida y mantuvieron
por la fuerza a los esclavos y manumisos en sus plantaciones. El problema pre-
sentó tal gravedad que todavía en 1856 el Congreso Nacional sancionó nuevos
impuestos, por ejemplo, sobre licencias para expendio de licores y tabaco, lote-
ría, etc., para satisfacer la deuda contraída por el Estado, como resultado de la
abolición.
El 2 de marzo de 1854, Ramón Tirado, administrador de los bienes de la
Ilustre Universidad de Caracas, presentó ante la Junta Subalterna de Abolición
de Maracay el padrón de "criados" de la hacienda Chuao, los cuales ascendieron a
124 personas. De estas personas, 54 estaban consideradas esclavos y 70 manu-
misos; el valor de los primeros, según tarifa legal, equivalía "a la suma total de
doce mil doscientos cinco pesos / . . . / todos inscritos en los registros respectivos,
indicados con sus edades y valores, excepto los manumisos a quienes no se les
ha fijado valor". 59
Los esclavos y manumisos de Chuao, promulgada la Ley de Abolición, no
fueron liberados de inmediato, la administración los mantuvo adscritos a la
hacienda hasta tanto no obtuvo seguridades de que la indemnización respectiva
sería satisfecha, pero explicando a los "criados" que su libertad había sido con-
cedida. Sólo el 30 de octubre la administración presentó el padrón definitivo:

"El número de esclavos alcanzó a noventa y siete, y su valor a veinte y tres


mil setenta pesos, y el de los manumisos a cincuenta y ocho y su valor
según tarifa y el reconocimiento de su salud, a cuatro mil novecientos seten-
ta y dos pesos/.../ dejaron de presentarse por enfermedad ocho esclavos

59. Archivo Universitario, UCV., ibid., leg. 163, s / f .


3(5 SEMESTRE HISTORICO

y veinte y siete manumisos, y debe tenerse presente para hacer oportunamen-


te el reclamo que nos asegure el pago correspondiente". 60

El descenso, en conjunto, de los esclavos y manumisos de Chuao, en cuatro


años, es decir, de 1849 a 1854, fue del 42,4 por ciento, si se considera que en el
primero de los años mencionados había 330. Con relación al total de esclavos y ma-
numisos que había en el Cantón Maracay, de cuya jurisdicción dependía Chuao, el
número de "criados" de esta plantación equivalía al 22,3 por ciento. Con respecto
a la población de Chuao, incluyendo las personas libres, los esclavos y manumi-
sos representaban el 47,5 por ciento en el momento de la liberación, y con
relación al valor total de la indemnización por concepto de abolición, la deuda
contraída por el Estado con la Universidad, por concepto de emancipación de
del total, incluyendo en estos cálculos los 8 esclavos y 27 manumisos no presen-
tados ante la Junta Subalterna de Abolición del Cantón Maracay el 30 de octu-
bre de 1854. La documentación consultada no permite determinar si la deuda
contraíla por el Estado con la Universidad, por concepto de emancipación de
esclavos, fue abonada oportunamente.

LA EVOLUCION DE LA M A N O D E OBRA ESCLAVA E N C H U A O


Desde el pasado colonial hispánico, la mano de obra esclava coexiste con
el trabajo de manumisos y libertos. En Chuao, en el padrón de 1702, se inclu-
yen algunas esclavas "casadas con libertos", 91 hecho que vuelve a observarse en
el padrón elaborado cuarenta años más tarde; 62 en las diferentes relaciones pre-
sentadas por la administración de la hacienda se informa constantemente sobre
"gastos de peones" al servicio de la plantación, y lo que es más importante, en
ese período ocurren casos de manumisión mediante el sistema de compra de liber-
tad por el esclavo interesado:

"Hoy que se cuentan quince de octubre de mil setecientos y cuarenta y nue-


ve años, por ante mi y suficiente número de testigos: doctor Juan Geróni-
mo de Rada, deán dignidad de esta Santa Iglesia; el reverendísimo fray Jaco-
bo Gedler, guardián del Convento y religioso del señor San Francisco, y
don Miguel Blanco y Uribe, Alcalde Ordinario del primer voto de esta ciu-
dad de Caracas, otorgaron dos escrituras de libertad, como patronos de la
Obra Pía de Chuao, la una a Gregorio de Liendo, moreno esclavo de dicha
Obra Pía de Chuao, en cantidad de trescientos pesos, y la otra a Rafael de
Liendo, moreno esclavo de la referida Obra Pía, en la cantidad de doscien-
tos y setenta pesos, según consta de dos escrituras que quedan en registro.
Gregorio del Portillo, Escribano Público". 63

60. Ibid.
61. Archivo Universitario, UCV., ibid, t. I (N® 37), leg. 8, f. 7.
62. Ibid., t. 2 ( N " 38), leg. 39, fs. 168-177.
63. Ibid., t. 3 ( N ' 3 9 ) . 62, f. 16.
3(5 SEMESTRE HISTORICO

La emancipación por el sistema de compra de libertad es un hecho que ocu-


rre asiduamente en Chuao, en el siglo xvm. El 6 de abril de 1856 fueron regis-
tradas las cartas de libertad otorgadas por los Patronos de la Obra Pía de Chuao
en los años 1846 y 1852, en favor de los esclavos María Pascuala, Salvador de
La Ascensión, Aurelia, José Gervasio, Juana María, Domingo, Antonia y Alejan-
dro Liendo, quienes en conjunto abonaron $ 2.075 por el valor de su libertad.
Se trataba, por otra parte, de libertades adquiridas a plazo fijo. 64
El dinero para satisfacer el valor de las cartas de libertad provenía del trabajo
en los conucos y de "las haciendillas de cacao que tenían los esclavos",65 en
terrenos de la plantación de Chuao, cultivadas en horas que correspondían al
reposo —dentro de la jornada de trabajo— por el esclavo y sus familiares. La
administración de la Obra Pía de Chuao facilitaba el sistema de las haciendillas
porque constituía una forma de incrementar el área de cultivo de la hacienda. La
tierra continuaba siendo propiedad de la Obra Pía, como era "toda la tierra que
hay en el Valle de Chuao y Zepecurinare", pero el esclavo usufructuaba la tierra
y poseía el producto.
El sistema de haciendillas tendía a generalizarse y los Patronos de la Obra
Pía pensaban que contribuía a alterar el orden impuesto por las Instrucciones que
regían la vida en Chuao, habida cuenta, además, del crecido número de esclavos,
que ya llegaban a 250 hacia la séptima década del siglo xvm. Los Patronos lle-
garon a pensar hasta en "una sublevación a que con facilidad los pueda conducir
la grave fuerza de su crecido número y la osadía en que los tiene su libertina-
je, / . . . / todo lo cual amenaza una pérdida total no solo de todos ellos, sino
también de la misma hacienda y de sus frutos / . . . / pareciéndonos que no hay
otro arbitrio más conforme y útil a la Obra Pía que sacar de la hacienda los
esclavos redundantes y de peores costumbres, dejando solamente aquel número
necesario para su cultivo, se vendan a tributo que rente un cinco por ciento,
en personas abonadas y con las fincas y fianzas correspondientes / . . . / juzgando
como juzgamos ser no solamente útil sino precisa y necesaria la extracción de
los dichos esclavos en la forma referida". 68
Conjuntamente con la extracción de los esclavos revoltosos, los Patronos de
la Obra Pía ordenaron que quienes poseían haciendillas de cacao tenían la obli-
gación de venderlas, previo avalúo, a la administración de la hacienda, y que
con el dinero adquirido los interesados compraran su libertad y emigraran de
Chuao. Los Patronos acordaron "prohibir como prohibieron, el que desde aquel
día en adelante, con ningún pretexto ni motivo se sembrasen arboledas de cacao

64. Ibid., fs. 17-18.


65. Ibid., leg. 80, fs. 1-11.
66. Ibid., t. 35 ( N ° 3 ) , s/leg., fs. 12-13.
3(5
SEMESTRE HISTORICO

por los esclavos, ni usasen de aquellas tierras en otra forma que para el cultivo
de las plantas y frutos cadañeros precisos para su mantenimiento". 67
Algunos esclavos no satisfechos con el valor asignado al fruto de su trabajo
se opusieron a la decisión de los Patronos y la combatieron: "resistieron el entre-
gar dichas haciendillas y recibir el valor de ellas en dinero, como se les ofreció,
siendo los principales motores y cabezas de esta inobediencia Felipe Santiago,
Julián Cayetano y Juan José Bache". 68 Estas pugnas generaron un largo litigio
judicial, ganado en última instancia por la Obra Pía de Chuao. Los revoltosos,
que ya eran libertos, fueron nuevamente reducidos a la esclavitud y expulsados
del territorio venezolano. 69
La residencia de los negros y mulatos libres, legalmente y por las instruc-
ciones respectivas, estaba proscrita en los pueblos de esclavos, pero la realidad
rebasaba esa prohibición. Desde el siglo xvm siempre hubo en Chuao, negros
libres que participaban en las actividades económicas. En las primeras décadas
del siglo xix, como resultado de la guerra de independencia y del proceso de
manumisión, el número de negros libres tendía a aumentar, pero sin que pudie-
ra considerarse que habían cambiado cualitativamente las relaciones de produc-
ción basadas en la esclavitud. Todavía la mano de obra esclava continuaba siendo
la fuerza productiva fundamental.
La mano de obra esclava coexiste con los manumisos y los libertos, quienes
trabajaban en calidad de peones, "a ración y sueldo". Este fenómeno se refleja
en las relaciones presentadas por los administradores de Chuao, a lo largo de
la historia de la plantación, pero en el contexto de los cambios ocurridos, el
incremento de los manumisos y de los libertos es evidente, hasta el punto de
que en 1849 están en igual proporción en las labores de plantación y frente a
una población libre, también en vías de desarrollo.
En 1854, año de la liberación de los esclavos, la población total de Chuao
es de 400 habitantes, y la composición de esa población es la siguiente: 105 escla-
vos, 85 manumisos y 210 personas libres. Esto si se consideran los cómputos
del mes de octubre, una vez promulgada la ley, porque si nos atenemos al padrón
presentado en el mes de marzo, cuando se estaba discutiendo la ley en el Con-
greso, el número de esclavos solamente ascendía a 54. Es posible que la admi-
nistración de Chuao haya presentado como esclavos a quienes ya no lo eran
debido a su edad.

67. Ibid., t. 4 ( N ' 4 0 ) , Ieg. 88, fs. 1-2.


68. Ibid.
69. Ibid., Cf. en La Obra Pía de Chuao, 1568-1825, pp. 369-401, docs. 106 y 107,
vol. I, Caracas, 1968, los expedientes sobre sedición y extrañamiento de los negros
libertos Julián Cayetano y Pedro Pablo.
3(5 SEMESTRE HISTORICO

LA POBLACION DE CHUAO E N 1854

Categorías N ' de habitantes %


Esclavos 105 26,2
Manumisos 85 21,3 i
Población Libre 73,8%
210 52,5 |

400 100,0

La producción libre activa formaba las diferentes categorías del peonaje


rural. En 1842 había sido necesario "llevar a Chuao peones libres" 70 y existían
"efectivamente cuarenta entre canarios y venezolanos, pero pagando a estos últi-
mos un jornal más alto que el mayor que se les paga en los Valles de Aragua,
a donde es necesario ocurrir para conseguirlos, con harta dificultad. Sin embargo,
en dichos Valles escasean ya los brazos para las empresas que existen y escasea-
rán cada vez más, y es claro que no quieran ir a trabajar a un fundo muy dis-
tante de su hogar y enfermizo, sino por un crecido salario". 71
En esta época, concretamente en 1842, gana simpatía la idea de poblar las
tierras incultas de Chuao estableciendo "una colonia de inmigrados y venezolanos
para formar vecindario y reunir brazos que sirvan al cultivo y fomento de la
finca sin otra contribución" 72 que la de entregar a los colonos lotes de terrenos
de enfiteusis, sobre la base de un canon anual de arrendamiento de dos pesos
por fanegada. Se consideraba que podrían cederse "hasta dos mil fanegadas colom-
bianas, con el fin de radicar allí, por lo menos, cuatrocientas personas bien esco-
gidas entre las más laboriosas que puedan venir a Venezuela". 73
Un proyecto que no se realizó y la población libre continuó incrementán-
dose con los esclavos emancipados y las familias especialmente contratadas en
Choroní, Maracay y Turmero. En 1852 "se ocupaba frecuentemente en oficios de
albañilería, carpintería y trabajo de bueyes".74 Al desarrollarse la plantación
de café, con la incorporación de nuevas áreas de cultivo, la población libre ten-
dió a fijarse en esa actividad mediante el sistema de medianerías. La plantación
suministraba, además de la tierra, las semillas, la familia de medianeros aporta-
ba su trabajo.
Después de la abolición, en 1854, hubo un momento en el que Chuao, prác-
ticamente quedó despoblado. Los hacendados de los Valles de Aragua, interesados
en mano de obra libre, difundieron la especie de que las personas que continua-

70. Ibid., t. 1«, leg. 151, s / f .


71. Ibid.
72. Ibid.
73. Ibid.
74. Ibid.
SEMESTRE HISTORICO

DISTRIBUCION ( % ) DE LA POBLACION DE CHUAO EN 1854

POBLACION UBRE

ESCLAVOS

MANUMISOS
3(5 SEMESTRE HISTORICO

ran residiendo en los lugares donde habían sido esclavos, nuevamente serían
reducidas a la esclavitud. Algunos peones de Turmero llegaron a Chuao con
esta noticia, y afirmando inclusive "que el gobierno había publicado un bando"
al respecto, y fueron no pocos los peones que emigraron. Este hecho ocurrió en
muchas haciendas y para evitar el éxodo los propietarios apelaron al sistema de
medianerías, al aumento de los jornales o a prerrogativas como la de permitir
a los peones cultivar frutos cadañeros sin el pago de renta. Lo esencial para el
hacendado era fijar la mano de obra y contar con brazos suficientes en la época
de cosecha.
Los esclavos y manumisos liberados por la ley de 1854 se transforman
definitivamente en las categorías semilibres con las cuales coexistían desde las
últimas décadas del siglo xvm. Unos y otros integran, en conjunto, el peonaje
rural formado por jornaleros, medianeros, pisatarios, peones-conuqueros, "gente
del vecindario", etc. En términos socioeconómicos es un agrupamiento depen-
diente de la tierra y sometido a coerción extraeconómica:

"Liberados los esclavos —1854—, los propietarios de las grandes exten-


siones de tierra y, por consiguiente, de las plantaciones de cacao, café,
añil, principales cultivos de exportación, sustituyeron la mano de obra escla-
va por la no menos en servidumbre mano de obra del medianero, del peón
pagado en especies o con fichas sólo cambiables en la pulpería del fundo.
Dado que las plantaciones a diferencia de los cultivos de sembradío —cerea-
les, leguminosas, etc.— no requieren trabajadores constantes, estables, duran-
te todo el año, sino en la época de las cosechas, se desarrolló el sistema de
medianerías, con el fin de fijar en el fundo a la población agrícola nece-
saria. Medianeros y peones, libertos y manumisos, eran ahora hombres
libres jurídicamente, pero por carecer de tierra para producir sus alimentos
tuvieron que vender su trabajo al propietario de la tierra, única manera
de no perecer de hambre. Además, el sistema de medianería permitía al
propietario del fundo, a un costo mínimo aumentar el número de las matas
y la misma extensión de sus tierras. La medianería es un contrato por medio
del cual el propietario de la tierra entrega al campesino un lote de ella,
generalmente en las partes montañosas o en los linderos del fundo, para que
lo siembre, y a condición de que le entregue la mitad de las matas al
llegar al estado de producción y le venda la otra mitad al primer reque-
rimiento. Ahora bien, para realizar ese cultivo, el medianero tiene que
comenzar por talar la montaña, hacer los almácigos del fruto, sembrar la
sombra, lo que requiere tiempo durante del cual tiene que cubrir sus gastos
de subsistencia. El medianero trabaja al mismo tiempo como peón, pero
como el salario no le es suficiente para vivir, recurre al propietario de la
tierra en solicitud de anticipos, dando en garantía las matas de su proyec-
tada medianería/.../ de esta manera fue reemplazada en nuestros cam-
pos y en nuestra producción agrícola la mano de obra esclava —sobre la
cual tenía derecho de propiedad el propietario de la tierra y obligación de
alimentarla, por que si de hambre moría perdía su esclavo— por la mano
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3(5 SEMESTRE HISTORICO

de obra del medianero y del peón, ligada a aquél a través de un nuevo


lazo de enfeudamiento que le garantizaba un trabajo servil sin la obligación
de alimentar al trabajador". 75

La transformación que se observa en Chuao después de la liberación de


los esclavos, es de este orden. Desde entonces la mano de obra de la hacienda
está constituida por peones y categorías dependientes y cultivadores de la tierra
en condiciones de subsistencia. Este es, igualmente, el cambio más significativo
ocurrido en la historia de la plantación a lo largo de la segunda mitad del
siglo xix, porque desde el punto de vista del régimen de propiedad no se cons-
tatan transformaciones de fondo, y las transferencias del dominio en su conjunto
no modifican la esencia de la tenencia latifundista de la tierra, en el caso con-
creto del Valle de Chuao.

Caracas, octubre 1968.

75. D e la Plaza, Salvador, La Reforma Agraria, p. 14. Caracas, 1959.

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