Está en la página 1de 39

PREVENCIÓN DEL DELITO Y LA VIOLENCIA EN JÓVENES

Juventud y teorías criminológicas

Consumo de alcohol y drogas en el mundo juvenil

Pablo Norambuena Cárdenas


Psicólogo, Universidad de Santiago de Chile
Magister © en Psicología Comunitaria de la Universidad de Chile

Índice

I. Introducción
II. Consumo de alcohol y drogas en el mundo juvenil

1
1. Una introducción al alcohol y las drogas psicoactivas
Clasificación y tipos de drogas o sustancias psicoactivas
2. El consumo de alcohol y drogas
La dependencia y el consumo perjudicial de sustancias psicoactivas
3. Riesgos y daños asociados al consumo de alcohol y drogas
Efectos específicos del alcohol
Efectos específicos de la cannabis (marihuana)
Efectos específicos de la cocaína
Efectos específicos de las anfetaminas (y otros estimulantes)
Efectos específicos de los inhalantes
Efectos específicos de los tranquilizantes (y pastillas para dormir)
Efectos específicos de los alucinógenos
Efectos específicos de los opiáceos

4. Panorama del consumo de alcohol y drogas en América Latina


5. Juventud y consumo de alcohol y drogas
Factores de riesgo que explican el consumo de sustancias
psicoactivas
6. Delito y consumo de alcohol y drogas
El uso de sustancias en adolescentes infractores de ley

III. Síntesis

I. Introducción

El objetivo de esta sesión es proveer elementos que permitan analizar el consumo


de alcohol y droga, vincularlo al mundo juvenil y a las conductas delictivas.

2
Se proveen elementos que permitirán tener una visión general de algunos
elementos centrales para comprender el tema: definiciones, tipos de drogas,
formas de consumo, problemas asociados, panorámica en Latinoamérica y
aspectos específicos relacionados con el consumo en el mundo juvenil y la
relación entre drogas y delitos.

3
II. Consumo de alcohol y drogas en el mundo juvenil

1. Una introducción al alcohol y las drogas psicoactivas

No es sencillo definir el campo de estudio de “el alcohol y las drogas”, ni debe


darse por sentado simplemente. Existe una gran cantidad de términos que hacen
referencia a lo que comúnmente se conoce como “droga”: hablamos de
medicamentos, narcóticos, estupefacientes, psicotrópicos, sustancias o drogas
psicoactivas, etc.
Como es posible suponer, el uso de un concepto u otro va a depender del
contexto en el cual utilicemos el concepto, la cultura y la disciplina desde donde se
observe el fenómeno. En medicina, por ejemplo, el término “droga” se refiere a
toda sustancia con potencial para tratar, prevenir o curar una enfermedad o
aumentar la salud física o mental; en farmacología, como aquellas que modifican
los procesos fisiológicos y bioquímicos de los tejidos u órganos. En el lenguaje
común, el término habitualmente se usa para referirse a las sustancias
psicoactivas y, más específicamente, a las drogas ilegales.
La Organización Mundial de la Salud sugiere el uso del término sustancia o droga
psicoactiva, ya que se considera que son expresiones más neutras y descriptivas
para referirse a todo el grupo de sustancias, legales e ilegales.
De esta manera, entenderemos que droga o sustancia psicoactiva es una
sustancia que al ser ingerida puede modificar la conciencia, el estado de ánimo o
los procesos de pensamiento del individuo (Organización Mundial de la Salud,
2005).
Entonces, las drogas, definidas de esa forma:
 Son sustancias capaces de alterar el funcionamiento del sistema
nervioso central y modificar una o varias funciones psíquicas como la
percepción sensorial, la memoria, la atención, la orientación espacio-
temporal, entre otras.
 No tienen ninguna aplicación médica y si la tienen, pueden utilizarse
con fines no terapéuticos.

4
Clasificación y tipos de drogas o sustancias psicoactivas

Las drogas psicoactivas han sido clasificadas de acuerdo a múltiples sistemas.


Entre los diferentes criterios de categorización usados, están los que hacer
referencia a su forma de uso, origen, estatus comercial y efectos en el sistema
nervioso central.

Según las formas de uso, las drogas se clasifican en:


 De uso médico: Es el caso del consumo de medicamentos de venta
con receta con fines terapéuticos.
 De uso industrial: Numerosos productos industriales contienen
solventes o etanol y se ingieren o inhalan con fines distintos a los
que fueron creados.
 De uso recreativo: Consumo de una droga psicoactiva, normalmente
ilegal, en situaciones sociales o de dispersión.

De acuerdo a su origen, existirían:


 Drogas naturales: aquellas de origen animal, vegetal o mineral.
 Drogas sintéticas: se obtienen por síntesis total a partir de sustancias
sencillas, sin tener relación desde el punto de vista químico con
drogas naturales.
 Drogas mixtas: son aquellas sustancias obtenidas por síntesis
parcial de otras drogas naturales.

Considerando su estatus comercial, las drogas pueden ser:


 Legales: como el tabaco y el alcohol.
 Controladas: como es el caso de ciertos medicamentos y solventes.
 Ilegales: incluyendo aquellas cuya comercialización está prohibida
por la ley, como cocaína, marihuana, opiáceos, etcétera.

5
Otra clasificación, habitualmente usada, es la que diferencia entre las llamadas
drogas duras y drogas blandas. Se pretendía con esto distinguir las drogas
altamente adictivas que provocan serios daños a la salud (“duras”), de aquellas
menos adictivas y que no representaban mayores riesgos grave para quienes las
consumían (“blandas”). Se ha acordado que esta clasificación es poco precisa
científicamente, ya que algunas drogas consideradas “blandas” como los
tranquilizantes, pueden ser tan peligrosas y adictivas como cualquier droga ilegal,
considerada “dura”.

La clasificación más adecuada técnicamente, y más usada en contextos


Científicos, corresponde a la diferenciación de tipos de drogas según sus efectos
sobre el sistema nervioso central (SNC). En esta perspectiva, tendríamos:

 Drogas estimulantes
 Drogas depresoras
 Drogas alucinógenas
 Opiáceos

Drogas estimulantes
• Cocaína/Pasta base/Crack
• Anfetaminas
• Nicotina
• Xantinas (cafeína)

El primer grupo es el de las sustancias estimulantes. Estas incrementan la


actividad del sistema nervioso central, resultando en exaltación y euforia,
sensación de bienestar, sentimientos de “seguridad” y sensación de energía,
acompañados físicamente por un aumento del ritmo cardíaco y de la respiración.
Podrían producir también estados de ansiedad, paranoia, disminución del apetito,
mayor tolerancia al dolor y al cansancio (Organización Mundial de la Salud, 2005).

6
Drogas depresoras
• Alcohol
• Inhalantes
• Benzodiazepinas
• Barbitúricos

Las sustancias depresoras disminuyen el funcionamiento del sistema nervioso


central, provocando en un principio desinhibición conductual, relajación,
somnolencia y sedación. Afectan la coordinación motora y del lenguaje, así como
la capacidad de respuesta ante estímulos externos (Organización Mundial de la
Salud, 2005).

Drogas alucinógenas
• LSD (ácido lisérgico): dietilamina
• Peyote: mezcalina
• “Hongos”: psilocibina

Las drogas alucinógenas generan alteraciones de la percepción e inducen


alucinaciones: se presentan imágenes, sonidos y sensaciones distintas a las
propias de la vigilia. Provocan sensación de flotación, euforia y reducción del
dolor, además de modificar la percepción de sí y del entorno (Organización
Mundial de la Salud, 2005).

Opiáceos
• Morfina
• Codeína
• Heroína

Las drogas opiáceas y sus derivados tienen propiedades analgésicas, producen


una intensa sensación de bienestar o euforia, así como somnolencia y confusión.

7
Las sustancias opiáceas y sus análogas sintéticos también pueden provocar
estupor, coma y depresión respiratoria cuando se consumen en dosis altas
(Organización Mundial de la Salud, 2005).
Aunque para cada grupo, las diferentes sustancias psicoactivas tienen efectos en
común, existe una considerable variabilidad entre las diversas clases de drogas,
en términos de sus efectos físicos y psicológicos, mecanismos de acción,
desarrollo de tolerancia y abstinencia y efectos a largo plazo, riesgos relacionados,
etc.
Por otro lado, las diferencias en la disponibilidad, costo, legalidad,
comercialización y actitudes culturales hacia las drogas también afectan su uso,
impacto y problematización (Organización Mundial de la Salud, 2005).
Será fundamental entonces, considerar en un análisis específico, las
características de cada tipo de droga psicoactiva, el tipo de consumo que se
realiza, la población comprometida, etc.

2. El consumo de alcohol y drogas

El consumo de alcohol y drogas ha estado presente desde muy temprano en la


historia de la humanidad. Los significados asociados a esta conducta y a cada
sustancia, han variado histórica y socialmente, así como la definición de los
problemas asociados al uso de sustancias.
Considere que el consumo de drogas se da mucha veces por diversión, vinculado
a espacios placenteros. En otras ocasiones, está asociado a obtener un fin
específico, un propósito, es decir, su consumo es funcional a algo, por ejemplo, los
usuarios de psicoestimulantes pueden consumir estas sustancias para aumentar
su rendimiento, para permanecer despiertos o para bajar de peso. En otras
momentos o para ciertas personas, el consumo se relaciona con evitar o mejorar
una sensación displacentera, dolorosa, negativa.
En cualquier caso, este hábito tan extendido y parte de la diversidad de conductas
humanas no puede ser valorado previamente, sin considerar la diversidad de
factores que influyen en las calificaciones y problematizaciones que hacemos: la

8
experiencia personal, la cultura, aspectos educacionales, religiosos, familiares,
legales, políticos, etc.
En este marco, la experiencia del consumo, de una persona, puede comprenderse
si se consideran al menos los siguientes elementos propios de la persona, el
ambiente y la droga:

Modelo interactivo del uso de drogas


United Nations Office on Drugs and Crime (ONODUC). Treatnet: Training package
materials. 2010

Como puede observarse, la valoración que le demos al resultado del consumo de


una sustancia por un individuo, no solo dependerá de la droga misma, sino
también de características o condiciones de la persona y del ambiente. Que la
persona X consuma la droga Y no dice mucho acerca de qué tipo de consumo
hace, cuáles son sus riesgos, daños o consecuencias posibles.
En definitiva, entonces, ¿qué es un problema vinculado al consumo de drogas?,
¿qué no es problema?.
El esquema a continuación, propuesto por la Organización Mundial de la Salud,
permite avanzar en la comprensión de los problemas relacionados con el uso de
sustancias.

9
El daño ocasionado por el consumo de sustancias puede resultar del uso a corto
plazo, generalmente asociado a la intoxicación, incluyendo las sobredosis, y del
uso a largo plazo, que puede conducir a la dependencia o bien a problemas
crónicos sociales y/o de salud.
La forma en que los usuarios administran la sustancia también puede tener
consecuencias en la salud. Muchos usuarios, particularmente aquellos que usan
drogas inyectadas y comparten el equipo de inyección, están en un riesgo mayor
de contraer y transmitir el Virus de Inmuno deficiencia Humana (VIH), Hepatitis B y
C, y de desarrollar infecciones en el área de inyección y lesiones en las venas.
Así, el nivel de daño que cada sustancia ocasiona es distinto y hay múltiples
factores involucrados en ese proceso: la sola droga no lo determina, no sólo la
cantidad del consumo, ni la manera de consumir, sino la interacción de los
factores, en un contexto social y cultural particular.

Organización Panamericana de la Salud. Epidemiología del uso de drogas en


América Latina y el Caribe: Un enfoque de salud pública. 2009
La dependencia y el consumo perjudicial de sustancias psicoactivas

10
El consumo repetido de las sustancias psicoactivas puede generar trastornos de
salud relacionados con el uso: dependencia o consumo perjudicial.
La dependencia corresponde a un conjunto de manifestaciones fisiológicas,
comportamentales y cognoscitivas en la que el uso de drogas adquiere la máxima
prioridad para el individuo, mayor incluso que cualquier otro tipo de
comportamiento de los que en el pasado tuvieron el valor más alto.
Los síndromes de abstinencia varían dependiendo de la droga implicada pero
generalmente incluyen “craving” (un deseo urgente de la sustancia psicotrópica o
sus efectos), ansiedad, irritabilidad, molestias gastrointestinales y problemas para
dormir. Los síntomas son más severos en unas drogas que en otras. La
abstinencia del alcohol, benzodiazepinas y opiáceos puede requerir manejo
médico mientras que la abstinencia sin complicaciones por otras drogas
normalmente se puede manejar con tratamiento paliativo.
La dependencia requiere siempre de una evaluación clínica profunda y detallada,
donde se exploran los siguientes indicadores (Organización Mundial de la Salud,
2003).
Tres o más de las siguientes manifestaciones, en los últimos 12 meses:
 Deseo intenso o vivencia de una compulsión a consumir la sustancia.
 Disminución de la capacidad para controlar el consumo (el comienzo o
el cese del consumo).
 Síntomas somáticos de un síndrome de abstinencia cuando se reduce o
cesa el consumo de la sustancia.
 Tolerancia (aumento progresivo de la dosis para conseguir los mismos
efectos).
 Abandono progresivo de otras fuentes de placer o diversiones.
 Persistencia en el consumo de la sustancia a pesar de sus evidentes
consecuencias perjudiciales.

Por otro lado, el consumo perjudicial es aquel consumo que de manera directa o
indirecta produce consecuencias negativas para la persona o para terceros, en las
áreas de la vida de la persona, como las relaciones familiares, el trabajo, las

11
actividades regulares (laborales, escolares), la seguridad personal y el
funcionamiento social en general.
Pautas para el diagnóstico del consumo perjudicial son (Organización Mundial de
la Salud, 2003)1.
 Salud mental o física afectada por el consumo de alcohol.
 2 signos son centrales:
o La forma de consumo ha tenido como resultado
consecuencias sociales adversas de varios tipos (ruptura
matrimonial, por ejemplo)
o La forma de consumo es reprobada (criticada) por terceros o
por el entorno en general.
Note, a partir de estos elementos mencionados, que no todo uso de sustancias
implica dependencia, o dicho de otra manera, no todos los consumidores son
dependientes, “drogadictos” o “alcohólicos”. La dependencia se define cuando un
consumo cumple ciertas características muy específicas (arriba mencionadas) y
no porque alguien usa alguna droga, o porque consume mucho, o bien, porque
consume muy frecuentemente. Ninguno de esos elementos es suficiente por sí
solo.
A propósito de ponderar correctamente la magnitud del problema, vea el grafico
presentado a continuación, elaborado en 1998 a partir de datos de la Encuesta
Nacional de Drogas de México. Se estimaba entonces que para el total de las
drogas había un 95% de no usuarios en la población general. Del 5% de usuarios,
el 4.3% no presentaba síntomas de algún daño o afección, 0.3% presentaba
algunos síntomas, pero no calificaba con diagnóstico de dependencia, y sólo el
0.4% parecía cumplir criterios para un diagnóstico de dependencia.

1 Otro término homólogo es “abuso de sustancias”, que define el mismo patrón, desde el sistema de clasificación DSM-
IV, de la Asociación de Psiquiatría Americana. “Abuso” es un adjetivo que puede ser confuso, cuando la interacción no
da por entendida que se trata de una formalidad diagnóstica en salud.

12
3. Riesgos y daños asociados al consumo de alcohol y drogas

Como es posible observar en el esquema anteriormente mostrado, no todos los


problemas relacionados con el uso de sustancias provienen de su uso como un
trastorno, cuando el consumo es dependiente o perjudicial en los términos antes
mencionados. En otros casos, los problemas por el consumo de sustancias
pueden surgir como el resultado de una intoxicación aguda y por la manera en que
se consume, aún cuando se consuma poca cantidad o poco frecuentemente, sin
calificar el uso como dependencia.
Esto abre la discusión al tema de los riesgos asociados al uso de sustancias o sus
daños más comunes. Estos son diferentes o particulares, para cada sustancia, de
manera que será necesario hacer un análisis caso a caso.
Los riesgos relacionados con el uso de drogas van desde los que se producen a
corto plazo, producto en muchos casos de una intoxicación (conducta violenta
producida por el consumo de alcohol, por ejemplo), a los que resultan del
consumo a largo plazo, es decir, problemas relacionados con el uso crónico y
sostenido (además de los problemas de salud, problemas en las relaciones
interpersonales, problemas económicos, entre otros).
Podría decirse que el consumo de sustancias y el riesgo asociado cae en una
secuencia continua que va desde bajo riesgo (consumo ocasional no
problemático) a riesgo moderado (consumo más regular) a riesgo alto (consumo
frecuente no seguro).
Aún así, como hemos dicho, el riesgo del consumo se relaciona no sólo con la
cantidad que se usa, con el tipo de droga o con una frecuencia muy continua de
uso, sino que los problemas relacionados con la intoxicación aguda pueden ocurrir
incluso como resultado de un solo episodio de consumo de drogas y pueden
incluir:
 Efectos de la intoxicación aguda incluyendo ataxia, vómito, fiebre,
confusión.
 Sobredosis y pérdida de conciencia.
 Accidentes y lesiones.

13
 Agresión y violencia.
 Prácticas sexuales no seguras.
 Conducta impredecible.

Por otro lado, inyectarse cualquier droga también es un factor de riesgo


significativo y está asociado con una mayor probabilidad de:
 Sobredosis
 Venas colapsadas
 Infección local
 Abscesos y úlceras
 Enfermedades transmisibles como VIH y Hepatitis C

Como fue señalado, es fundamental conocer algunas características específicas


de cada sustancia, en relación a los riesgos y daños que más comúnmente
producen. A continuación se exponen las drogas de mayor frecuencia de uso en
nuestra región.

Efectos específicos del alcohol

El alcohol etílico o etanol, es un depresor del SNC que se absorbe rápidamente


desde el estómago y el intestino delgado al torrente sanguíneo. Es producido por
la fermentación de la levadura, los azúcares y almidones.
“Bebida alcohólica” es aquella en cuya composición está presente el etanol en una
concentración igual o superior al 1% de su volumen. Una botella de vino de 12º
contiene un 12% de etanol puro.
Es la sustancia psicoactiva más consumida en el mundo, de mayor abuso y la que
más problemas sociales y sanitarios causa (accidentes de tráfico y laborales,
malos tratos, problemas de salud, dependencia, etc.).
El consumo de alcohol puede generar importantes consecuencias a nivel familiar y
social. Estos efectos se presentan aún cuando las personas no hayan desarrollado
una dependencia. A nivel comportamental, el consumo de alcohol se ha asociado

14
con la aparición de violencia manifiesta en riñas callejeras, asaltos, violaciones,
suicidio o violencia familiar. También se ha vinculado con la conducción temeraria
e imprudente, el mal manejo de maquinaria, errores de procedimiento, etc.,
incrementando el riesgo de accidentes, así como a conductas de riesgo como
relaciones sexuales sin protección, aumentando el riesgo de enfermedades de
transmisión sexual y VIH.
La abstinencia severa del alcohol complicada por delirium tremens es una
emergencia médica. Los síntomas de la abstinencia incluyen temblores, sudor,
ansiedad, náusea, vómito y diarrea, insomnio, dolor de cabeza, hipertensión,
alucinaciones y convulsiones.

Riesgos más comunes del consumo de alcohol (de menos a más severos)
 Resacas, conducta violenta y agresiva, accidentes y lesiones, náusea y vómito
 Reducción en el desempeño sexual, envejecimiento prematuro
 Problemas digestivos, úlceras, inflamación del páncreas, alta presión
sanguínea
 Ansiedad y depresión, dificultades en las relaciones, problemas económicos y
laborales
 Dificultad para recordar cosas y resolver problemas
 Deformidades y daño cerebral en los bebés de mujeres embarazadas
 Lesión cerebral permanente que lleva a la pérdida de memoria, déficits
cognitivos y desorientación
 Apoplejías, lesión cerebral permanente, daño en los músculos y los nervios
 Enfermedad hepática, enfermedad del páncreas
 Cáncer en la boca, la garganta y de mama, aumento del riesgo de suicidio

Efectos específicos de la cannabis (marihuana)

La cannabis es la sustancia psicoactiva ilegal más consumida en el mundo.


Proviene de la planta cannabis sativa y su sustancia activa se llama delta9-

15
tetrahidrocannabinol (TCH). Los efectos van a depender de la cantidad de THC
contenida.
Se presenta básicamente en tres formas: hierba, resina (hashish) y aceite. Sus
vías de consumo son fumada (cigarros hechos a mano o pipas) o ingerida. La
dosis necesaria para producir efectos farmacológicos se encuentra entre 2 y 22
mg. Un cigarro promedio contiene aproximadamente 20mg.
Aunque es posible experimentar sobredosis e intoxicación de cannabis, la
probabilidad de muerte por únicamente intoxicación de cannabis es muy baja,
aunque la combinación con otras drogas puede resultar en sobredosis y muerte.
Sin embargo, el consumo de cannabis se asocia con consecuencias negativas en
la salud y su uso en el embarazo tiene efectos semejantes en la madre y el bebé
que el tabaco y puede aumentar la severidad y complicaciones de enfermedades
existentes como alta presión sanguínea, enfermedades cardíacas, respiratorias y
ciertos tipos de cáncer.

Riesgos más comunes del consumo de cannabis (de menos a más severos)
 Problemas de atención y motivación
 Ansiedad, paranoia, pánico, depresión
 Disminución de la memoria y de la capacidad para resolver problemas
 Presión sanguínea alta
 Asma, bronquitis
 Psicosis en aquellas personas que tienen historial familiar de esquizofrenia
 Enfermedades cardíacas y enfermedades crónicas de obstrucción de las vías
respiratorias
 Cáncer en la parte superior de las vías respiratorias y en la garganta

Efectos específicos de la cocaína

La cocaína es una droga estimulante y altamente adictiva. La cocaína tiene un


efecto inicial rápido y puede acabar rápidamente, esto puede provocar que se
combine con otras drogas (NIDA, 2009).

16
La cocaína incrementa la concentración de la dopamina, una sustancia química
del cerebro (neurotransmisor) asociada con el placer y el movimiento. Este exceso
de dopamina es el responsable de los efectos eufóricos de la cocaína. Asimismo,
la cocaína contrae los vasos sanguíneos, dilata las pupilas e incrementa la
temperatura corporal, el ritmo cardíaco y la presión arterial (NIDA, 2009).
Formas de consumo de cocaína son:
• Cocaína (clorhidrato de cocaína): Generalmente aspirada, aunque también
puede inyectarse, que es una práctica poco común en América Latina, con
excepción de Brasil.
• Pasta base / pasta básica de cocaína (“basuco” en la región Andina, “paco”
en algunos países del Cono Sur). Se fuma, muchas veces mezclada con el
tabaco del cigarrillo.
• “Crack”: Resulta de ‘hervir’ cocaína en una solución de bicarbonado de
sodio. Se consume inhalando los vapores que produce su combustión en
una pipa o cucharilla metálica.
Riesgos más comunes del consumo de cocaína (de menos a más severos)
 Dificultad para dormir, aceleramiento del corazón, dolores de cabeza, pérdida
de peso
 Aletargamiento, hormigueo, piel húmeda, rascarse o tirar de la piel
 “Craving” intenso, estrés por el estilo de vida
 Accidentes y lesiones, problemas financieros
 Cambios de estado de ánimo: ansiedad, depresión, manías, paranoia
 Pensamientos irracionales, dificultad para recordar cosas
 Conducta agresiva y violenta
 Psicosis después del consumo repetido de altas dosis
 Muerte repentina por estrés cardiovascular
Efectos específicos de las anfetaminas (y otros estimulantes)

Los estimulantes de tipo anfetamina incluyen la anfetamina, desanfetamina,


metanfetamina y éxtasis (MDMA). Estas sustancias aunque tienen efectos
semejantes a los de la cocaína, tienen un perfil farmacológico muy diferente, y su

17
consumo puede llevar a una amplia gama de problemas de salud mental y física.
Existe una creciente evidencia de que algunos estimulantes de tipo anfetamina
dañan células cerebrales. Además hay una alta prevalencia de problemas sociales
asociados con el consumo regular de anfetaminas incluyendo problemas en las
relaciones, problemas económicos y problemas relacionados con el trabajo y el
estudio. Los cambios en el estado de ánimo también están asociados al consumo
regular de estas drogas y se reporta en algunos casos un empeoramiento en los
problemas de salud mental como la depresión e irritabilidad con el paso del
tiempo.
Riesgos más comunes del consumo de anfetaminas (de menos a más
severos)
 Dificultad para dormir, pérdida de apetito y peso, deshidratación, reducción de
la resistencia a las infecciones
 Tensión en la mandíbula, dolores de cabeza, dolor muscular
 Cambios de estado de ánimo: ansiedad, depresión, agitación, manías, pánico,
paranoia
 Temblores, latido irregular del corazón, falta de aliento
 Dificultad para concentrarse y recordar cosas
 Conducta agresiva y violenta
 Psicosis después del consumo repetido de altas dosis
 Daño permanente a las células del cerebro
 Daño hepático, accidente cerebro vascular, muerte repentina por estrés
cardiovascular

Efectos específicos de los inhalantes

Los inhalantes cubren todas las sustancias que pueden inhalarse o respirarse, a
pesar que por sí mismas puedan tener una variedad de acciones farmacológicas
diferentes o usos distintos a su consumo para efectos psicoactivos. Las
sustancias volátiles más comúnmente usadas incluyen la gasolina, solventes,
pegamentos, aerosoles, lacas que contienen benzina y pegamentos o disolventes

18
que contienen tolueno. El nitrito de almidón (Popper) y el óxido nitroso (gas de la
risa) también han sido usados. La forma más común en la que se utilizan es
aspirarlas de un recipiente o a través de una bolsa de plástico.
Los efectos a corto plazo incluyen náusea, vómito, dolores de cabeza y diarrea.
Las dosis más altas pueden causar pronunciación inarticulada, desorientación,
confusión, falsas ilusiones, debilidad, temblores, dolores de cabeza y
alucinaciones visuales. Finalmente, el consumo puede causar coma o la muerte
por un infarto.
En general, los inhalantes tienden a ser consumidos por jóvenes, por su fácil
accesibilidad y su consumo puede no continuar en un período largo de tiempo.
Sin embargo, hay algunos grupos que usarán inhalantes hasta la edad adulta, a
veces por falta de disponibilidad de otras sustancias y presiones culturales. Es
poco probable que los usuarios se vuelvan físicamente dependientes, sin
embargo, el consumo de inhalantes se asocia a una variedad de efectos agudos y
crónicos graves.

Riesgos más comunes del consumo de inhalantes (de menos a más


severos)
 Mareo y alucinaciones, náusea, aletargamiento, desorientación, visión borrosa
 Síntomas semejantes a los de la gripe, sinusitis, sangrado de nariz
 Náusea y vómito, indigestión, úlceras estomacales, diarrea
 Dolores de cabeza, accidentes y lesiones, conducta impredecible y peligrosa
 Pérdida de la memoria, confusión, depresión, agresión, cansancio extremo
 Dificultades para la coordinación, reacciones lentas, poco abastecimiento de
oxígeno al cuerpo
 Delirio, convulsiones, coma, daño en los órganos (corazón, pulmones, hígado,
riñones)
 Muerte por insuficiencia cardíaca

19
Efectos específicos de los tranquilizantes (y pastillas para dormir)

Los tranquilizantes y las pastillas para dormir incluyen benzodiazepinas y


compuestos relacionados, pero no antihistamínicos o antipsicóticos. Se trata de
sustancias que requieren receta médica, sin embargo, pueden causar problemas
particularmente cuando se usan con más frecuencia o en dosis más altas que las
recetadas. Generalmente las benzodiazepinas se recetan para abordar las
dificultades para dormir, ansiedad u otro trastorno del estado de ánimo, trauma,
procedimientos quirúrgicos, abstinencia de sustancias específicas, convulsiones y
dolor muscular. Los tranquilizantes y pastillas para dormir incluyen dizepam,
temazepam, alprazolam, clonazepam, flunitrazepam, zolpidem, midazolam y
fenobarbitona. Esta no es una lista completa y sólo incluye nombres
farmacológicos.
La tolerancia y dependencia a los tranquilizantes o pastillas para dormir puede
desarrollarse después de un corto período de uso y la abstinencia de estas drogas
puede ser sumamente compleja. Los síntomas de abstinencia incluyen: ansiedad y
pánico severo, insomnio, depresión, dolor de cabeza, sudoración y fiebre, náusea,
vómito y convulsiones.
Es poco probable que las benzodiazepinas causen muerte por sobredosis, aún
cuando se tomen en dosis muy grandes. Sin embargo, cuando se combinan con
otras sustancias como alcohol, paracetamol u opiáceos, el riesgo de sobredosis y
muerte aumenta notablemente.

Riesgos más comunes del consumo de tranquilizantes (de menos a más


severos)
 Aletargamiento, mareo y confusión
 Dificultad para concentrarse y recordar cosas
 Náusea, dolores de cabeza, paso inestable
 Problemas para dormir
 Ansiedad y depresión
 Tolerancia y dependencia después de un período corto de tiempo

20
 Síntomas de abstinencia severos
 Sobredosis y muerte si se consume con alcohol, opiáceos y otras drogas
depresivas

Efectos específicos de los alucinógenos

Los alucinógenos incluyen la dietilamida de ácido lisérgico (LSD), psilocibina y


psilocina (hongos psicotrópicos), ketamina, fenciclidina y mescalina. Estas drogas
afectan las percepciones de la realidad, distorsionando uno o varios de los
sentidos (vista, oído, olfato, gusto, tacto), resultando en alucinaciones, distorsiones
de los procesos cognitivos, del sentido del tiempo, de la conciencia de uno mismo
y del estado de ánimo. Hay alucinógenos naturales como los hongos psicotrópicos
y la mescalina, y alucinógenos sintéticos como el LSD, la ketamina y la
fenciclidina. La ketamina, por ejemplo, es una droga anestésica pero se ha
descontinuado de la práctica médica en muchos países debido a las pesadillas
que experimentaron algunos pacientes.
Los efectos de los alucinógenos son impredecibles y pueden ser diferentes para
diferentes usuarios o en diferentes ocasiones. A largo plazo, el consumo de
alucinógenos puede aumentar los efectos de problemas de salud mental. Los
usuarios también pueden experimentar visiones retrospectivas (flashback) que son
recurrencias espontáneas de los efectos del consumo de alucinógenos en el
pasado.
Los alucinógenos tienden a no relacionarse con alta dependencia lo que significa
que es poco probable que los usuarios se vuelvan físicamente dependientes a
ellos. Estas sustancias tienden a usarse experimentalmente y ocasionalmente en
lugar de repetidamente.

Riesgos más comunes del consumo de alucinógenos (de menos a más


severos)
 Cambios visuales, auditivos, táctiles y olfativos; conducta impredecible
 Dificultad para dormir

21
 Náusea y vómito
 Taquicardia y alta presión sanguínea
 Cambios en el estado de ánimo
 Ansiedad, pánico, paranoia
 Visiones retrospectivas
 Aumento en los efectos de enfermedades mentales como esquizofrenia

Efectos específicos de los opiáceos

Los opiáceos son agentes depresivos del sistema nervioso central. Hay opiáceos
ilegales (sin receta) como la heroína y el opio, sin embargo, los opiáceos
comúnmente se presentan como sustancias recetadas, en especial con el objeto
de palear el dolor asociado a algunas enfermedades.
El consumo de opiáceos ilegales o sin receta genera problemas anexos a la
sustancia misma, puesto que generalmente se inyectan o se fuman. El consumo
de opiáceos con receta también puede causar muchos problemas, particularmente
cuando se usan con más frecuencia o en dosis más altas que las recetadas.
Los opiáceos recetados incluyen la morfina, codeína, metadona buprenorfina,
petidina (meperidina), dextropropoxifeno y oxycodone. Los opiáceos se pueden
inyectar, como es a menudo el caso con la heroína, se pueden fumar (heroína y
opio), tomar oralmente, intramuscularmente, por vía intravenosa o sublingual o
como supositorio anal (opiáceos farmacéuticos). La inyección de heroína resulta
en la respuesta inmediata de la droga y en un rápido inicio de los efectos que
pueden resultar en una sobredosis (ya sea fatal o no fatal), particularmente si se
combinan con otras drogas como alcohol o benzodiazepinas.

Riesgos más comunes del consumo de opiáceos (de menos a más severos)
 Comezón, náusea y vómito
 Aletargamiento, constipación, caries, períodos menstruales irregulares
 Dificultad para concentrarse y recordar cosas

22
 Depresión, reducción del impulso sexual, impotencia
 Dificultades económicas y conflicto con la ley
 Estrés en las relaciones
 Problemas para conservar el trabajo y la vida familiar
 Tolerancia y dependencia, síndrome de abstinencia
 Sobredosis y muerte por paro respiratorio

Como ya hemos señalado, las sustancias tienen efectos específicos y se


relacionan con ciertos riesgos también particulares a cada una. Estos riesgos, los
daños posibles, en definitiva los problemas asociados a cada droga, dependen no
sólo de la sustancia, sino también del individuo que consumo y del contexto
(incluyendo aspectos sociales, culturales, históricos, legales, etc.).
Por otro lado, cabe recordar que los problemas no se relacionan solamente con la
dependencia que produce una sustancia, sino que hay importantes consecuencias
asociadas al uso regular de sustancias o a un uso no regular, pero excesivo, que
provoca intoxicación. El siguiente esquema, “modelo de Thorley”, grafica los tipos
de problemas relacionados con el consumo de drogas.

23
Tipos de problemas: Modelo de Thorley
United Nations Office on Drugs and Crime (ONODUC). Treatnet: Training package
materials. 2010

Ya sabe que las sustancias son distintas y deben ser analizadas particularmente
(y en relación a los contextos de uso). Reflexione acerca de los tipos de sustancia
presentados, intentando evaluar la magnitud de los problemas que presentan,
determinando qué drogas presentan mayores problemas o menores problemas,
en relación con algunos elementos específicos. Por ejemplo:
¿Qué drogas tienen alto riesgo de muerte por intoxicación o sobredosis?. ¿Qué
drogas no parecen tener un alto riesgo de provocar muerte por intoxicación?
¿Qué drogas presentan alto compromiso de dependencia (alta posibilidad de
dependencia)?, ¿Qué drogas presentan bajo compromiso de dependencia (baja
posibilidad de dependencia)?
¿Qué drogas presentan síndromes de abstinencia más complejos?
¿Qué drogas se relacionan con conductas violentas o agresivas?, ¿Qué drogas
no se relacionan con conductas violentas o agresivas?

4. Panorama del consumo de alcohol y drogas en América Latina

Los especialistas en salud pública y en la elaboración de políticas públicas


consideran que el consumo de sustancias psicoactivas en Latinoamérica y el
Caribe es un fenómeno en crecimiento que requiere atención inmediata.
El Informe Mundial sobre las Drogas, publicado en 2008, estima que durante el
periodo comprendido entre 2006 y 2007, aproximadamente unos 208 millones de
personas entre los 15 y los 64 años de edad, consumieron drogas por lo menos
una vez en los 12 meses previos.
Esta cantidad de personas es equivalente al 4.9% de la población mundial. De
estas, alrededor de 112 millones de personas reportaron haber consumido alguna
droga ilícita en los últimos 30 días, mientras que del total de consumidores, el
consumo problemático de drogas afectó aproximadamente a un 0.6% de la

24
población mundial de 15 a 64 años (United Nations Office on Drugs and Crime,
2008).
Además del consumo de alcohol, la droga más consumida en el mundo es la
marihuana, seguida muy de lejos por el resto de las sustancias.

De los
que
Marihua Anfetamin Éxtasi Cocaín Opiáce
consum
na as s a os
en
heroína

Número de
consumidor
165,6 24,7 9,0 16 16,5 12,0
es (en
millones)

Porcentaje
de la
población
mundial de 3.9% 0.6% 0.2% 0.4% 0.4% 0.3%
15 a 64
años de
edad

Se calcula que al menos 4.4 millones de hombres y 1.2 millones de mujeres en


Latinoamérica han tenido problemas por el consumo de drogas alguna vez en la
vida, incluyendo dependencia de la sustancia.
Los problemas relacionados con el consumo de drogas tienen un impacto
significativo en los sistemas de salud de muchos países, afectan los perfiles de
salud y discapacidad de la población masculina sobre todo en los grupos de edad
que se consideran de mayor productividad. Además de esto, se tiene que el inicio
del consumo se da a edades cada vez más tempranas.

25
Prevalencia vida y año de consumo de drogas en algunos países
latinoamericanos
Organización Panamericana de la Salud. Epidemiología del uso de drogas en
América Latina y el Caribe: Un enfoque de salud pública. 2009

En las diferentes regiones del continente Americano como en el resto del mundo la
droga ilegal más empleada es la marihuana, seguida de la cocaína. En tercer lugar
se encuentran los estimulantes de tipo anfetamínico. El cuarto lugar presenta
variaciones, en Asia y Europa los opiáceos son la cuarta droga más consumida,
pero en Latinoamérica y el Caribe los solventes inhalables ocupan esa posición.

26
Los 10 primeros factores de riesgo para la carga de morbilidad en las
Américas, 2000 (en % aVaD)
Organización Panamericana de la Salud. Alcohol y salud pública en las Américas:
un caso para la acción. 2007

Una manera de medir el impacto del uso de sustancias (y de otras condiciones de


salud) son los estudios de carga de enfermedad y carga atribuible. Es decir,
enfermedades que más representan cargas de salud, asociadas a pérdida de
años de vida saludable (AVAD) por muerte y discapacidad.
El grafico muestra, al año 2000, que el consumo de alcohol, tabaco y sustancias
psicoactivas están entre las 10 primeras causas de pérdida de AVAD en las
Américas, tanto para hombres como para mujeres, siendo el alcohol el primer
factor de riesgo en la región.

27
Principales factores de riesgo para la carga de morbilidad en el año 2000 en
diferentes regiones de las Américas, clasificadas por porcentaje de años de
vida ajustados a la discapacidad (aVaD) perdidos atribuibles a cada factor.
Organización Panamericana de la Salud. Alcohol y salud pública en las Américas:
un caso para la acción. 2007

La distribución de AVAD por zonas dentro de la región presenta ciertas


características interesantes. Como factor común encontramos el alcohol como
factor con alta carga de enfermedad en la región, siendo la principal enfermedad
que explica AVAD en las zonas América D y América B, y segunda causa en la
zona América A. Por su parte, las drogas ilícitas sólo son parte de las 10
principales causas de AVAD por enfermedad en la zona América A (Canadá, Cuba
y Estados Unidos).
Es importante mencionar que esta clasificación está basada en la mortalidad y
morbilidad relacionadas al consumo de drogas y no considera las muertes
causadas por crímenes violentos asociados al consumo de drogas.

28
Consumo percápita de alcohol (litros de alcohol puro) en adultos
Organización Mundial de la Salud. Global status report on alcohol and health. 2011

En cuanto al consumo de alcohol, el mapa anterior grafica el consumo per capita


en el mundo. Vea los países de la región. Se encuentran en general entre el nivel
3, de 5 a 7.49 litros per capita (Colombia, Perú, Bolivia) y el nivel 4, de 7.5 a 9.99
litros (México, Brasil, Venezuela, Chile). En la región, la excepción es Argentina,
en el nivel 5, con un consumo de entre 10 y 12.49 litros.

29
Patrones de consumo de alcohol
Organización Mundial de la Salud. Global status report on alcohol and health. 2011

El mapa anterior, esta vez muestra los patrones de consumo de alcohol, desde los
patrones de “mayor riesgo” (most risky driking pattern) a los de “menor riesgo”
(least risky drinking pattern). El patrón de consumo se refiere a la forma de beber,
que determina los riesgos asociados al consumo. Sus factores son la cantidad que
se bebe (más es mayor riesgo), la velocidad a la que se bebe (más velocidad es
mayor riesgo), la distribución de los días de consumo en la semana (más
concentrado en pocos días el consumo, mayor riesgo), el consumo de cualquier
tipo en ciertas situaciones, como la conducción de vehículos y el embarazo, etc.
Revise el consumo, entonces, en los países de la región. Note que, si numeramos
los niveles de riesgo (menor riesgo es 1, mayor riesgo es 5), la mayoría de los
país de América del Sur están en el nivel 3, con la excepción de Argentina, en el
nivel 2 (menor riesgo). En México y otros país de Centroamérica, además de
Ecuador, es posible encontrar países con un nivel de riesgo 4 (mayor riesgo).

30
Vea, por último, los países europeos. La gran mayoría de los países europeos se
ubicaban en los 2 niveles más altos de “consumo percápita” (mapa anterior), es
decir, bebiendo más de 10 litros de alcohol percápita. Sin embargo, cuando
revisamos el mapa de patrones de consumo, los países están en el nivel de menor
riesgo. Es decir, beben mucho, pero en bajo riesgo.
¿Cómo se explica esto?. Como decíamos anteriormente, el riesgo del consumo es
resultado no solo de beber mucho, sino de cómo se bebe. En los países de
nuestra región, en general, “no se bebe mucho” (consumos percápita), pero sí, “se
bebe mal”: a gran velocidad, en tragos muy grandes (unidades de bebida
estándar), muy concentrado en pocos días a la semana, en situaciones de mayor
riesgo por sí mismas, como la conducción de vehículos y el embarazo, etc.

¿Cuáles son las sustancias más consumidas en su país?


Revise en este punto el informe “Epidemiología del uso de drogas en América
Latina y el Caribe: Un enfoque de salud pública”, de la Organización
Panamericana de la Salud, publicado el 2009
(http://new.paho.org/hq/dmdocuments/2009/epidemiologia_drogas_web.pdf).
Encontrará información específica por país. Analícela y compárela con otros
países.
Considerando lo que ya sabe ¿Cuáles son los riesgos específicos de esas
sustancias?.
Entonces, ¿cuáles serían los principales problemas (droga-persona-contexto) que
usted debiera enfrentar en su país, en relación al consumo de alcohol y drogas?.
Si quiere profundizar en información, revise el documento “Global status report on
alcohol and health”, de la Organización Mundial de la Salud, publicado el 2011.
(http://www.who.int/substance_abuse/publications/global_alcohol_report/en/index.
html). También encontrará datos de los países de la región y otros del mundo.

31
5. Juventud y consumo de alcohol y drogas

El consumo de todas las drogas se concentra en la población más joven, entre 18


y 25 años y entre escolares menores de 18 años. El uso de drogas ilícitas en la
región, se concentra fundamentalmente entre los 15 y los 25 años.
Parece ser que no es poco común el consumo antes de los 14 años en nuestra
región. El consumo es mayor, luego, entre los 15 y 16 años, y más alto aún por
sobre los 17 años. Este aumento se relaciona con el aumento de
responsabilidades en el ámbito educacional, la consolidación de relaciones en
grupo de pares, las primeras relaciones de pareja estables y los cuestionamientos
a la imagen del adulto, propios del tramo etareo.
En términos de la salud física y mental, el consumo de alcohol y de drogas afecta
más, en la misma equivalencia, a jóvenes mayores de 18 años que a adultos. Aún
así, el consumo de drogas y alcohol, aparece como una conducta muy relacionada
con las necesidades propias de la edad. Esta zona de intersección es compleja en
la dinámica del consumo, sin embargo, considere que, si bien muchos jóvenes
consumen sustancias en esta época, la mayoría no lo hace o, una vez que
comienza, lo abandona muy rápidamente.
En la mayor parte de los casos, la droga (ilegal) más utilizada es la marihuana
(excepto Brasil donde hay un uso de inhalantes alto, como situación muy
particular). Una de las principales inquietudes que provoca el consumo de
marihuana es el efecto de “puerta de entrada a otras drogas”, sin embargo,
esta relación causal no ha sido comprobada. Un modelo de factor común
permite explicar mejor esta dinámica, y tiene relación con que las correlaciones se
producen por factores comunes de riesgo, determinantes sociales, como la
vulnerabilidad, el acceso a drogas. De ello puede derivarse el consumo de
marihuana, pasta base de cocaína, u otras drogas, en relación con el contexto
propio del sujeto y, a veces, en tiempos distintos, pero no vinculados con
causalidad.
En jóvenes, el consumo de drogas ilegales rara vez es la primera señal de
problemas. El consumo de alcohol, el ausentismo escolar, la deserción escolar, la

32
comisión de delitos, a menudo aparecen antes incluso que el uso de sustancias,
como la marihuana.
¿Cómo llega un joven a consumir drogas?. Es posible identificar una serie de
factores de riesgo que influyen en la iniciación del consumo, así como en el
aumento del consumo de drogas.

33
Factores de riesgo que explican el consumo de sustancias psicoactivas

El consumo de drogas puede estar motivado por exploración, diversión, para


enfrentar emociones negativas o dolorosas. En cualquiera de los casos hay
circunstancias y condiciones individuales, familiares o sociales que aumentan el
riesgo de llegar a usar sustancias psicoactivas. Estos elementos pueden ser
individuales, relacionales o sociales, y deben ser entendidos dentro de un continuo
de influencia (Becoña, 2002).
Algunos factores de riesgos individuales son: baja autoestima, timidez,
agresividad, poca tolerancia a la frustración, sentimientos de soledad,
depresiones, deseo de sensaciones “fuertes”, baja percepción de riesgo,
estrategias poco efectivas para el enfrentamiento y solución de problemas.
Por otro lado, se han identificado algunos factores de riesgo en el ámbito familiar
como conductas y actitudes en la familia que hacen a una persona más
susceptible al consumo, como por ejemplo: vivir en un ambiente familiar
desorganizado, conflictivo y poco afectivo; también existen factores como la falta
de información sobre las drogas, el fracaso escolar, tener amigos o familiares
consumidores, el mal aprovechamiento del tiempo libre y la ausencia de normas y
límites.
Otros factores de riesgo son de naturaleza social: la disponibilidad de las
sustancias y la facilidad para adquirirlas, las pocas oportunidades de desarrollo de
las y los jóvenes; el establecimiento de normas sociales que aceptan el consumo y
lo “normalizan”, así como la excesiva publicidad de las bebidas alcohólicas y del
tabaco.
Por cierto, en el caso del consumo de drogas en jóvenes, un contexto a observar
más detalladamente, es el constituido por los grupos de jóvenes de mayor
vulnerabilidad, jóvenes en “riesgo social”, desertores escolares, en situación de
calle o que han tenido conflictos con la justicia.
En este caso, las determinantes sociales hacen mucho más proclive el consumo
de alcohol y drogas, pero también los daños asociados a estos consumos.
Jóvenes que hacen los mismos o similares consumos, de la misma sustancia,

34
tendrán consecuencias distintas en función de sus condiciones de vulnerabilidad.
Un joven en situación de mayor riesgo social tendrá más daños asociados al
consumo, en la medida que estará menos conectado a redes de ayuda, tendrá
menos información disponible, por ejemplo.
Pero además, la atención sobre estos grupos nos abre el campo al daño social
provocado por el consumo de sustancias, hasta aquí no mencionado. El daño
social se traduce en exclusión social, que más allá de la gravedad del consumo
mismo en términos de salud física y mental, es uno de los efectos más
perjudiciales del uso de sustancias.
Recuerde que este efecto, la marginación por el consumo, no requiere
dependencia, un consumo regular o ciertas drogas particulares para ser aplicado.
Como daño, puede aparecer aún cuando el consumo sea incipiente o cuando en
otras áreas no aparezca como de un alto riesgo para la salud.

6. Delito y consumo de alcohol y drogas

Ya se ha mencionado, a partir del análisis de cada droga y sus características, que


las drogas más relacionadas con conductas violentas o agresivas son el alcohol, la
cocaína y las anfetaminas. La influencia del consumo de alcohol ha sido muchas
veces desoída, por relevar la supuesta influencia de drogas ilegales, pero está
muy bien documentada. La Organización Mundial de la Salud, por ejemplo, ha
publicado revisiones que describen la influencia del consumo de alcohol en
violencia relacional, violencia de pareja, violencia con adultos mayores, violencia
infantil, etc. (Organización Mundial de la Salud, 2006a, 2006b, 2006c, 2006d).
Las relaciones entre uso de drogas y alcohol, y la delincuencia, varían en cuanto a
forma e importancia, de país en país, drogas más usadas, patrones de consumo,
etc. En Estados Unidos, por ejemplo, consecuencias adversas relevantes de las
grandes poblaciones de dependientes de cocaína, heroína y metanfetaminas, son
las elevadas tasas de delitos contra la propiedad y la violencia criminal. En el
Reino Unido, las tasas de uso de drogas entre los arrestados son altas, pero con
tasas bajas de delitos violentos, sino más bien vinculados a delitos menores contra

35
la propiedad, hurtos y robos de tiendas. En Suecia se ha estimado que entre el
30% y 40% de los delitos registrados son causados por usuarios de drogas (Babor
et al., 2010).
En países con menor desarrollo y bajo consumo de drogas (comparativos), la
relación es menos importante. Grandes problemas, en estos países están
relacionados con el tráfico y producción para mercados como los antes referidos.
Para entender la relación entre consumo de drogas y delito – ampliamente
indagada, aunque no tratada con información científica y objetiva en todos los
casos – partamos mencionando que la vinculación puede tener, al menos, tres
lazos:
 El consumo problemático de drogas lleva a la comisión de delitos.
 El compromiso delictual lleva al consumo problemático de drogas.
 El compromiso delictual y el consumo problemático de drogas tienen
algunas causas en común.
Los reportes de investigación en adolescentes han mostrado una relación entre
abuso de drogas y la actividad infractora de ley (MINSAL, SENDA, SENAME,
2007). Algunas hipótesis son:
 Una hipótesis es que el abuso de drogas se relacione en los adolescentes
infractores con una parte importante de la imagen que creen deben
proyectar para ser aceptados por su grupo de pares, frecuentemente con
características antisociales.
 Otra hipótesis, es que el adolescente puede hacer un consumo excesivo de
drogas para obtener una mayor atención por parte de sus padres o, por el
contrario, para actuar de un modo desafiante frente a la autoridad paterna.
 Una manera de comprenderlo es el abuso de sustancias visto como un
escape del mundo real.
 La explicación más biológica plantea que los infractores de ley adolescente
sufren de un estado de baja estimulación crónica, por lo cual usan las
drogas para elevar este estado.

36
El vínculo, con todo, es complejo. Muchos jóvenes que delinquen, con frecuencia
usan drogas y esto puede asociarse a delitos. Sin embargo, tanto los delitos como
el consumo problemático de drogas están ligados a otros factores, incluyendo las
carencias socioeconómicas y afectivas, por ejemplo. Es decir, son ambos
resultantes de condicionantes sociales, y no elementos determinados
causalmente el uno por el otro.
Estos factores, de condicionantes sociales, deben ser individualizados en cada
adolescente, con el propósito de definir la mejor opción de abordaje, social e
individualmente. Los equipos y profesionales deben estar preparados para
comprender y conocer la asociación entre el acto transgresor de la ley, el perfil de
consumo de un joven y su historia de vida. La evidencia muestra que no hay un
único perfil del joven que se involucra en actos de transgresión, sino que grupos
muy heterogéneos de personas con una amplia diversidad, muestran
antecedentes e incursiones en una gran diversidad de delitos (Araya y Sierra,
2002).
La Pontificia Universidad Católica de Chile desarrolló un estudio que muestra la
asociación droga-delito observada en la población infractora adolescente,
concluyendo que (Pontificia Universidad Católica de Chile, 2007):
 Existe un mayor compromiso de abuso de cocaína y/o pasta base con
delitos de mayor gravedad, como robo con violencia.
 Existe una relación entre abuso de droga y reincidencia (medida según
número de detenciones o veces que ha ingresado a un programa del
Departamento de Responsabilidad Juvenil).

El uso de sustancias en adolescentes infractores de ley

El estudio antes mencionado, de la Pontificia Universidad Católica muestra que la


gravedad del delito imputado (robo con fuerza y/o robo con violencia respecto de
robos simples y otros delitos de menor gravedad) se relaciona con abuso de
drogas – pero no con dependencia – relacionándose no sólo con la intensidad del
comportamiento desviado, sino también con las condiciones de vulnerabilidad de

37
quien se compromete en él (la dependencia no es una conducta) (Pontificia
Universidad Católica de Chile, 2007).
Ya habíamos mencionado antes que no todos los problemas vinculados al uso de
drogas se relaciona con la dependencia.
La dependencia a drogas está fuertemente asociada con trastornos de salud
mental. El abuso de drogas o uso excesivo está más significativamente
relacionado con la dependencia, la disposición al riesgo (temeridad) y la
irritabilidad.
Los factores asociados a esta conducta de consumo son varios. La edad de inicio
en el consumo de drogas es siempre un predictor sobresaliente, lo mismo que el
compromiso delictual relacionado con reincidencia delictiva (número de veces que
ha sido detenido), gravedad del delito imputado (robo con violencia) y régimen de
detención (privado de libertad).

Busque estudios, aplicados a su país, que relacionen delitos y uso de drogas y


alcohol. Analícelos críticamente. Recuerde que hay una muy alta sensibilidad a
relacionar principalmente drogas ilegales. Usted sabe ahora que hay ciertas
drogas que se relacionan con conductas violentas o agresivas y, otras en mucho
menor medida. También sabe que, muchas veces, la relación tiene que ver no
con causalidad, sino con ser resultados de las mismas condicionantes sociales.
Por último, revise especialmente si se ha incluido en el estudio el consumo de
alcohol o sólo drogas ilegales. Vea que, si no está incorporado el efecto del
alcohol, los resultados pueden ser parciales, pues la conducta violenta o el delito
encontrado, puede haber estado influido por el efecto del alcohol (no controlado)
más que por el efecto de las drogas ilegales (sí controladas).

38
39

También podría gustarte