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ENSAYO
“Arqueología Mexicana”

Fidel Alejandro Equihua Barajas.

Morelia, Michoacán, 30 de abril de 2021

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Este ensayo tiene por objetivo demostrar el por qué la arqueología
mexicana es muy importante para nosotros, el cómo nos da identidad a
nivel mundial. La arqueología es un recuerdo físico del pasado y da mucha
información sobre nuestra historia, ayuda a comprender mejor las
civilizaciones y la evolución del pueblo mexicano.

Cabe enfatizar que esta investigación es de objeto informativo, y quien la


realiza no es un arqueólogo sino estudiante. Un estudiante interesado en
dar a conocer más sobre el patrimonio histórico y cultural de nuestra
sociedad.

Para hablar sobre arqueología mexicana es necesario definir lo que es la


arqueología. La arqueología es la ciencia que estudia las sociedades
antiguas a partir de sus restos materiales. A través del análisis de los
objetos y aquellas obras construidas por los pueblos antiguos, esta ciencia
puede arribar a conclusiones en torno a su cultura y sus formas de vida.

El origen etimológico de Arqueología proviene del griego Archaios que


significa viejo o antiguo y logos que significa ciencia o estudio es decir
estudio de lo antiguo. La arqueología comenzó a desarrolarse a partir del
movimiento anticuarista en el siglo XIX cuando Darwin publicó el libro de
El origen de las especies. Los anticuaristas comenzaron por estudiar el
trasfondo de cada pieza recolectada y de igual manera hicieron con los
manuscritos encontrados, así fue como nació la arqueología.

Aunque en ciertos lugares se menciona que la arqueología pertenece a


una subrama de la antropología ésta es una ciencia aparte. La
arqueología tiene un par de vertientes de labor las cuales son la del
patrimonio y la investigación histórica, la primera consiste en proteger y
conservar todos los restos que estén relacionados con la historia humana
en esta vertiente entran los sitios arqueológicos y museos arqueológicos.
Una vez explicado esto podemos iniciar con la arqueología mexicana.
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Los sitios arqueológicos de México como sus artefactos o vestigios
registrados no son descubrimientos recientes, sino que desde el siglo XVII
se realizó por así decirlo la primera exploración arqueológica; esto a su
vez desencadenó más descubrimientos ya que para la Europa de en ese
entonces hablando específicamente de la Nueva España se vio
interesado en saber más sobre la cultura de las civilizaciones del “Nuevo
Mundo”, hoy conocido como el Continente Americano.

1“En los 300 años que duró la dominación española en México personajes
religiosos y civiles se dieron a la tarea de investigar y recopilaron
información sobre las culturas que poblaron el territorio de la entonces
Nueva España con diversos fines, entre ellos, estaba ayudar a la
dominación y a la evangelización de los indígenas.”

En la historia de la México han existido muchos arqueólogos importantes


que al día de hoy sus descubrimientos son muy admirables ya que si duda
alguna muchos de ellos nos dieron las bases para entablar el
procedimiento arqueológico. A continuación, hablaré sobre algunos de
ellos:

Carlos de Sigüenza y Góngora (1645-1700). Novelista, historiador,


profesor y científico novohispano. Escribió sobre matemáticas y
astronomía. Algunas fuentes mencionan que alrededor de 1675 exploró e
hizo un túnel en la Pirámide de la Luna. Según el historiador Ignacio
Bernal, de Sigüenza llevó a cabo “la primera exploración francamente
arqueológica.”

José Antonio Alzate (1737-1799). Sacerdote, teólogo y científico. Nació


en Ozumba, Estado de México. Además de sus trabajos de observación
y experimentación en matemáticas, astronomía, física y ciencias
naturales, tuvo un acercamiento notable a la arqueología en el siglo XVIII,
aún antes de que ésta se formalizara como disciplina científica. Su obra
titulada Descripción de las antigüedades de Xochicalco, publicada en
1791, destaca por los detalles y referencias sobre el sitio.
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1 Precursores de la arqueología mexicana. Parte 1. Mario Alfredo Mercado (2018)


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Leopoldo Batres (1852-1926). Reconocido por sus excavaciones durante
el Porfiriato, en Teotihuacan, Monte Albán y Mitla, entre otros sitios. Su
labor fue polémica; se le atribuye una reconstrucción que desvirtuó la
apariencia original de la Pirámide del Sol. Entre sus logros destacan la
fundación del primer museo de sitio en México, en Teotihuacan, la
expropiación de los terrenos del mismo sitio y el uso de una técnica de
excavación bidimensional para la ubicación de objetos.

Manuel Gamio (1883-1960). Considerado el padre de la antropología


moderna en México. En su faceta como arqueólogo, exploró y excavó
sitios como Teotihuacan, Cuicuilco y Zacatecas, entre otros. En 1914, tras
excavar en calles del centro de la capital mexicana, determinó la ubicación
del Templo Mayor de México-Tenochtitlan.

Alfonso Caso (1886-1970). Entre sus notables aportaciones se


encuentran las excavaciones de Monte Albán, donde él y su equipo
descubrieron la Tumba 7, con cientos de objetos; uno de los hallazgos
arqueológicos más memorables. Alfonso Caso escribió varias obras sobre
las culturas mixteca, zapoteca y mexica.

Eulalia Guzmán Barrón (1890-1985). Nació en Zacatecas. Realizó


exploraciones en sitios arqueológicos de Oaxaca, Guerrero, Morelos y
Chiapas. Recopiló información de la época prehispánica de México en
universidades y bibliotecas europeas. Pero su trayectoria dio un giro por
haber declarado el hallazgo de los restos del rey mexica Cuauhtémoc, en
Ixcateopan, Guerrero, posteriormente confirmado falso.

Emilia Florencia Müller Jacobs (1903-1984). Nació en la Ciudad de


México. Laboró, entre otros sitios, en Teotihuacan en los años 60, donde
se dedicó al estudio de la cerámica y otros materiales. Fue una de las
iniciadoras en México de las colecciones arqueológicas llamadas
ceramotecas. Uno de sus trabajos más sobresalientes es La cerámica del
centro ceremonial de Teotihuacan, publicado en 1978.
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El siglo XIX representa no sólo el nacimiento de la nación mexicana, sino
el redescubrimiento del México profundo por parte de Europa, que
encuentra en las antigüedades de nuestro país un nuevo motivo para su
colonización intelectual, mediante la intervención de multitud de grandes
arqueólogos viajeros.

Un evento importante en esta época fue en los años 1805-1808. Guillermo


Dupaix y Luciano Castañeda realizan expediciones a las ruinas de la
Nueva España por encargo del rey Carlos IV.

Aún con esto, no todo es miel sobre hojuelas para la arqueología, en los
últimos años ha estado en riesgo el patrimonio cultural de nuestro país;
esto se debe a diferentes factores, ya sean cambios geológicos
ocasionados por la naturaleza o la privatización.

2“La arqueología ha dependido de los vaivenes políticos, de la ideología


impuesta por el gobierno en turno, porque los investigadores dependen
del sistema para el que trabajan.
El trabajo del arqueólogo podría ser más democrático, pero el sistema
también deberá cambiar.”
Desde fines del sexenio de Miguel de la Madrid Hurtado el Estado
mexicano empezó a retirar su participación directa en muchas de las áreas
económicas del país, especialmente en lo que se refiere a las áreas
productivas de bienes y servicios. Este proceso de retiro gradual y amplio
fue eufemísticamente denominado como “desincorporación” o
“incremento de participación de la sociedad civil” y, en concreto, ha
consistido en la venta de los intereses propiedad del gobierno a
compradores privados nacionales y extranjeros, cuyos porcentajes de
adquisición variaron de 25 a 100%, según la empresa vendida.
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2 Román Piña Chan. Octubre de 1999.


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Aquí la situación crítica consiste en que las concepciones típicas
particularistas en torno al carácter de la información arqueológica y sus
procesos de registro, obtención, sistematización, difusión y divulgación,
fueron sumamente cuestionadas y después abandonadas en favor de
todo un nuevo corpus teórico que creó y desarrolló conceptos que en
definitiva revolucionaron la arqueología a nivel metodológico,
epistemológico, técnico y ético. En México, las prácticas arqueológicas
fueron cayendo en el terreno de lo cuestionable en dichos niveles y,
contrario a la reacción esperada, la arqueología nacional comenzó a
enquistarse, poco a poco dejó el nuevo criterio de demarcación usado
para definir a la arqueología como una práctica científica.

El problema evidenciado consiste en una valoración diferencial del


patrimonio arqueológico, pues mientras los sitios monumentales son los
recintos de la práctica arqueológica, otros de menor rango como unidades
habitacionales, concheros, cuevas, terrazas de cultivo, campamentos y
otros, son desdeñados y por lo tanto pasan desapercibidos ante los
intereses de una arqueología enfocada en la caracterización política de
los vestigios pasados.

Arrastrados junto con los comentaristas económicos y con los políticos, a


los intelectuales, a los científicos y a los investigadores de la cultura en
general, el fenómeno de la privatización se nos complicó aún más cuando
nos preguntamos sobre su influencia en los ámbitos de nuestras propias
actividades y cuando nos acordamos que la gran mayoría fuimos
instruidos con una concepción social del patrimonio cultural. Poco
interesados en la privatización como un fenómeno nacional que se insertó
en la corriente mundial del thatcherismo.

Para concluir este tema está demás decir que, a pesar de todo, el INAH a
estado luchando para que no se privaticen zonas arqueológicas en el país
ya que es algo que forma parte de nuestra historia, nuestra cultura, de
nosotros mismos y no podemos permitir que nos la arrebaten cual juguete
a un niño.
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A mi juicio, hacer esta investigación me llevó a nuevos conocimientos,
conocimientos que la mayoría de ellos no estaban presentes en mí. La
arqueología es una parte de la historia, una parte viva que al estar parados
justo en esos templos, plazas y pirámides nos transportan a través de los
años, permite que conozcamos la forma de vivir y pensar de antiguas
civilizaciones y que eso nos llena como pueblo. Esto se debe al gran
trabajo que hacen los arqueólogos para encontrar sitios nuevos o
vestigios.

No obstante, también tenemos que hacer conciencia y reflexionar sobre


qué tanto estamos haciendo como ciudadanos para que no sigan
privatizando el patrimonio de nuestro país, sin duda una pregunta que la
respuesta no venga de un libro sino de nuestros corazones como
mexicanos.

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BIBLIOGRAFÍA

Matos Moctezuma, Eduardo, Arqueología del México antiguo, México, Jaca


Book/ Instituto Nacional de Antropología e Historia, 2010, 384 p.

Ramírez Sámano, María del Rocío, “El nacimiento de una ciencia - La arqueología
mexicana durante el Porfiriato”. Ponencia - Noveno Congreso Centroamericano
de Historia, Universidad de Costa Rica, Costa Rica, mayo de 2008.

Rodríguez García, Ignacio, “La arqueología en México: cultura y privatización,”


Biblioteca digital Juan Comas, 2016, 167 p.

Precursores de la arqueología mexicana. Parte 1. Mario Alfredo Mercado (2018)

Precursores de la arqueología mexicana. Parte 2. Mario Alfredo Mercado (2018)

Revista Arqueología Mexicana 20 Aniversario. Con testimonios. INAH TV


(2013)

FUENTES ELECTRÓNICAS
https://arqueologiamexicana.mx/
https://www.redalyc.org/jatsRepo/5717/571763649002/html/index.html
https://www.inah.gob.mx/
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