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LIBROS Y ESCRI1LJRA
DE TRADICIÓN INDÍGENA
Ensayos sobre los códices prehispánicos y
coloniales de México

Carmen Arellano Hoffmann


Peer Schmidt
Xavier Noguez
coordinadores

1111
li!8l&.
El COLEGIO
MF.XIQUF.NSE
.a.t·-
EL-CO~IO MExiQUENSE, A.C.
UNIVERSIDAD CATÓUCA¡nE E!CHSTATI EICHSTATT
•••
KAT1tOUSCHE
UNIVERSlTlT
EL ESCRIBA·
MESOAMERICANO Y SUS
UTENSILIOS DE TRABAJO.
LA POSICIÓN SOCIAL DEL
ESCRIBA AN'TES Y DESPUÉS
DE LA CONQUISTA
·~
ESPAÑOLA

Carmen Arellano Hoffn1ann

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a escritura y la literalidad no se pueden tematizar sin tomar


en cuenta la importancia social de las personas que sabían
leer y escribir. Es difícil precisar el porcentaje de la pobla-
~.,.......~esoamericana y los sectores de ella que tenían nociones de
lectura y escritura en los Liempüs prehispánicos y coloniales. Sobre
los escribas mismos, se desconoce qué tipo de instrucción tenían, de
qué nivel social procedían, qué método de trabajo practicaban y cómo
obtenían los materiales necesarios para producir y escribir códices.
¿Manufacturaban los escribas mismos los libros o eran adquiridos
ya preparados para escribir? ¿Buscaban ellos mismos la materia pri-
ma par'a producir la tinta, los colores y los utensilios, o eran éstos
adquiridos en uno de los famosos mercados? Con seguridad sabe-
mos que la élite recibió, entre otras cosas, instrucción en lectura y
escritura. De ella salió, probablemente, una gran parte de los escri·
has que se dedicaba a esa tarea en la época prehispánica. ¿Había una
diferencia entre escribas y autores-escritores? Ubbía un::~ especiali-
zación entre los escribas según las divcrs~ts etapas de redacción y
pintura de un libro? Estas preguntas señalan el enfoque que se dará
al tema en este estudio. Comenzaremos presentando a los.escribas
de la época prehispánica en dos áreas culturales de Mesoamérica: el
Altiplano de México y la región de los mayas. La mayoría de la
información sobre México central se refiere al imperio mexica. Se
supone que los escritores mixtecos tenían una situación social y pro·
fesional parecida (véase artículo de Viola Künig; en esta obra). Para
la región maya tenemos información que proviene preferentemente
del periodo Clásico. Para la época colonial no haremos diferencia
220 LliiRm Y ESCRITURA DE TRADICIÓN INI>((;!cNA •••

regional. La segunda parte del artículo está dedicada a los utensilios


de trabajo.

Los ESCRIBAS DEL MÉxico CENTRAL

Durante la etapa de predominio mexica existían dos clases de escue-


las para los habitantes de Tenochtitlan: una para los nobles (calmécac)
y otra para la gente común (telpochcalli). Aquí interesa destacar en
qué tipo de escuelas se enseñaba a leer y escribir y quiénes eran
instruidos o capacitados para ser escribas. Según las crónicas sabe-
mos que en los calmécac, los nobles (pipiltin) y los hijos talentosos
de artesanos y comerciantes ricos eran educados en la lectura y es-
critura, además de otras materias:

[... ]se les instruía además en los cánticos que llaman divinos,
que conservaban escritos en papel con letras jeroglíficas (que
también les enseñaban a dibujar). Aprendían asimismo la cuenta
de tiempo; el arte de augurar y aquella parte de la astrología
_que da respuesta a las cosas futuras y predice los aconteci-
mientos lejanos (Hernández, 1986 [1570], lib. 1, cap. 5:59).

La cit~ no menciona la preparación escolar (telpochcalli) de la po-


blación de clase no-noble (macehualtin). Aparte de que podemos
indicar que no solamente la clase noble sabía leer y escribir, porque
como ya dijimos también los hijos de artesanos y comerciantes po-
dían gozar de la misma educación de los nobles, queremos recalcar
el aspecto de hasta qué punto los hijos· de los macehualtin podían
tener acceso a las escuelas de la élitc. Como Dyckerhoff lo indica,
no había una separación estricta entre las diferentes clases sociales
en cu~nto a la educación. También, los hijos de nobles podían visitar
los telpochcaltin (Dyckerhoff, 1998). Dyckerhoff afirma, desde el
punto de vista del entrenamiento militar, que el criterio de selección
era la aptitud de la persona, y no su procedencia social. A la luz de
este dato debemos considerar el dato de Sahagún, quien nos señala
que los nacidos bajo un determinado signo calendárico estaban des-
tinados a ser pintores-escribas o artistas en general (véase dta más
adelante), sin distinguir clase social.
J INt>l<a'.NA ••• EL FSCRIIIA MI'SOAMEIUCANO Y SliS llTENSIUOS DE TRAIIAJO ...

1tensilios El texto citado de Hernández se refiere solamente a la forma-


ción de sacerdotes y adivinos e indica' algo que también es válido
para la zona maya: la estrecha relación de b escritura (el libro) con
la religión y su uso por los sacerdotes, desrac1do en los anículüs de
Grube, Jansen y Lacadena de este volumen. Aunqu~.: muchas veces
en la literatura moderna se deja ver que los sacerdotes tu\·ieron la
:le escue~ exclusividad del uso de la escritura, existen, sin emb.ugo, JJusiones
almécac) a la existencia de escribas que estaban al seníciu dt:J Esrad() como
stacar en contadores, archivadores, cobradores de tnbuuJ'.,, histuriaJürcs y
nes eran copistas, pero se desconoce la instrucción de é.sros. Anw wdo se
cas sabe~ debe de plantear la pregunta: ¿a quién se denominaba escriba en el
1lentosos altiplano de México? Lamentablemente, las posibles respuestas pro-
ura y es- vienen del tiempo de la Colonia. No se conoce desde cuándo existía
la profesión del escriba y si había una diferencia entre autor y escri-.
ha de un texto. Lenz (1973 :3 8) es de la opinión que para la termina-
os, ción de un texto muy extenso tenían que intervenir varios escribas.
}U e Por la amplia variedad existente de códices, con los más diferentes
nta contenidos temáticos y estilos de caligrafía, se puede deducir que
gía fueron pintados y copiados varias veces por diversas manos, y que
~Cl-
esta tarea no correspondía al autor sino a los copistas, o más bien a
9).
los escribas. Entre los nahuas, al pintdr se le llamaba tlacuilo
(tlacuiloque en plural). El diccionario cdloonial de fray Alonso de
de lapo-
Malina (1880 [1571]) muestra algunas anotaciones que manifiestan
podemos
que autores, letrados y sabios no necesariamente fueron consiqera-
~,porque
dos como simples escribas (véase tabla 1). Con esto no queremos·
mtes po~
. excluir el hecho de que los "intelectuales" hayan podido ser escri-
; recalcar
bas. S6lo queremos reiterar que ciertas funciones sociales y adminis-
rz podían
trativas deben haber exigido una diferenciación también en su de-
o indica,
nominación. Aunque de la fuente de Molina nó se puedt' obtener un
;¡ sociales
concepto de escriba, por lo menos nos da una idea de las posibles •
an visitar
especializaciones. ·
desde el En la tabla l podemos observar que el llamado tlacui/o era el
selección que escribía o pintaba; no había diferencia entre las Jos actividades.
la luz de
Las palabras amatlacuilo y amoxtlacuilo se referían al escrib.ano (es-
os señala
pecie de notario) y designan una función típicamente administrati-
1ban des-
va. Los demás términos son denominaciones para intelectuales. In-
Cita más
teresante es .también la distinción entre los que escriben libros Y los ·
que escriben en general.
222 LIBROS Y ESCRITURA OE TRADICIÓN JNDfGENA •••

Tabla 1
Acepciones para "escriba'" y/o "pintor"

Náhuatl (original) Español (modernizado)

tlamatiliz amuxtli. nemachtiloni arte para aprender


tlamatilizmatitli artista
tlamatiliz amoxtli arte para aprender ciencia
tlamatilízmatini artista, o maestro de ciencia
tlamatiliztemachtiani catedrático
tlaneltililotti tutlatolli. ve/.
tlatl neltililoni autoridad de escritura
amoxtlacuilo escribano de libros
tlatollaliani, tlatlaliani
tlatolicuiloani escritor que compone
ve/ ynoma tlacuilo. ve/ ynoma
·tlacuiloani. ynomatca tlacuilo escritor de propia mano
nelli tlacuilo. vel/acuillo
melauaca tf,lcttilo escritor verdadero
tlarnatini letrado
amoxtlacuilo. amoxicuilo librero que escribe libros
tlacuilo. tilmatlacuilo. etc. pintor generalmente
teoyotl quimatini. teotlamatini.
teoyomatini sabio o sabedor de cosas divinas
tlamatini. mihmatini sabio como quiera
amatlacuilo escribano
amoxicuilo escritor de libros

El protector de los escribas-pintores (artistas) era el dios mono


Ozomatli. De acuerdo con Sahagún (1990 [ca. 1577], Libro IV, cap.
22:282), quien nacía bajo el signo calendárico ce Ofumatli (l.Mono)
estaba determinado a ser escriba o artista. Esta afirmación es formu-
lada de forma tan general que, como ya indicamos, no se puede
saber si a partir de esta "primera selección" se hacía una diferencia
social de quién debía ser escriba. El autor se limita a informar que
los niños varones eran escogidos para tal función. No obstante sabe-
mos, por el Códice Telleriano-Remensis (véase figura 1), que tam-
. bién las mujeres se dedicaban a la ocupación de escriba, y esto se
daba no solamente en el imperio mexica sino también en la región
maya (véase la figura 8 del artículo de Grube, en esta obra).
N INDIGENA ••• EL ESCRIBA MESOAMERICANO Y SUS ln-loNSIUOS DE TRAIIAJO .•• 223

(a)

.c1a
encia

(b)

)S

Figura l. a) Escribano sentado en una estera, sección proveniente del Códice Mendoza.
as divinas
b) Mujer escriba, sección proveniente del Códice 'Jel/eria11o-Remensis.

A decir de Sahagún, el escriba debía tener ciertas cualidades·


que, a mi parecer, distinguen más a un copista que a un autor:
os mono
o IV, cap. El pintor es su oficio saber usar de colores y debuxar o señalar
l. Mono) las imágines con carbón, o hazer buena mezcla de colores y
~s formu- sabellas muy bien moler y mezclar. El buen pintor tiene buena
mano y gracia en el pintar, e considera muy bien lo que ha de
se puede
pintar, y matiza muy bien la pintura, y sabe hazer las sombras
liferencia
y los lexos; y pintar los follajes. El mal pintor es de malo y
rmar que ·boto ingenio, y por esto es penoso y enojoso, y no responde a
mte sabe- la esperan~a del que da la obra, ni da lustre en lo que pinta, y
que tam- matiza mal; todo va confuso; ni lleva compás o proporción lo
y esto se que pinta por pintallo de priesa (Sahagún, 1990 [ca. 1577],
la región Libro x, cap. 8:681-682).
l).

/:
______
.............___..,__.... ---------

224 LIBilOS Y ESCRITURA DE TRADICIÓN INOIGENA •••

Cabe destacar aquí que, de acuerdo con Sahagún, el escriba o pintor


es aquel que escribe por orden o mandato de otro. ¿Quiénes eran
estos "otros" y cuáles eran las circunstancias o los contextos y luga-
res en los que se escribía? Aunque podemos afirmar que en el con-
texto religioso/adivinatorio, así como en el administrativo/estatal,
se promovía la escritura, llama la atención que algunas poblaciones
tengan un topónimo relacionado con la función de la escritura (Lenz,
1973 :39). ¿Significa esto que sus habitantes tenían que ver con la
ocupación de escriba?

-Tamazula (estado de Durango}: Amacttli o Amaculli (náhuatl,


de amatl (papel ) y cuiloa (pintar o escribir).
-En Guatemala y en el estado de Chiapas: Cuílco (náhuatl), Lu-
gar de la escritura.
-En el estado de Puebla: Cuilotepec (náhuatl), Montaña de la
escritura.
-En el estado de Tlaxcala: Tlacuiloca (náhuatl), Lugar de los.
escribas o pintores; Tlacuiloloyan (náhuatl), Lugar en que se
escribe.
-En el estado de Hidalgo: Tlacuilola · (náhuatl), Lugar de abun-
dancia de tlacuilos.
-En el estado de Michoacán, cerca de Carácuaro: Sirandagaitico
(purépecha) (siranda, librQ o papel; el resto de la palabra no
se ha descifrado todavía).

Actualmente no se puede determinar cuántos lugares más estuvie-


ron especializados en la elaboración de escritos. Aquí hay que pre-
guntarse también por la cantidad de escribas, la difusión de los códi-
ces y si la población tenía acceso a ellos. Una serie de nombres de
lugátes nos indica que los libros o códices no se concentraban en los .
archivos de los palacios, templos de las capitales, para que fueran
accesibles solamente a los funcionarios y sacerdotes. Los siguientes
nombres de lugares sugieren que los códices no solamente pudieron
haber sido guardados en pequeñas aldeas (lista según Lenz, 1973:39),
sino también pueden estar indicando el lugar de su producción. Se
puede suponer igualmente que los códices eran necesarios en cada
lugar para el uso de la población local, como por ejemplo de los
campesinos, como una figura del Códice Florentino (figs. 69 y 73,
4 INOIGENA .•• El ESC.RIIIA MESOAMERICANO Y SUS lfiEN~IliOS DE TI\AIIAjtl ... . 22S

o pintor citado por Tyrakowski, en esta obra} nos muestra a un jardinero ("el
:nes eran buen horticultor") que consulta un libro ,o códice.
,s y luga-
n el con- -Cerca de Huetamo (estado de Michoacán/México): Zidndaro
o/estatal, (purépecha}, Lugar del libro.
Jlaciones
ra (Lenz, En lugares no detenliinados: {¡
~r con la
-Sirandapaztacuaro (tarasco): Lugar donde se guardan libros.
-Amoxrlatiloyan (náhuatl). Lugar donde se guardan libros.
huatl, -Amanamacoyan (náhuarl): Región de los libros.
-Amoxnamacoyan (náhuatl). Región de los libros.
l), Lu-
Estos datos indican que los códices tenían una gran importancia entre
de la la población y que ciertas funciones culturales se daban, según Jansen
y Lacadena (en esta obra), especialmente en el campo religioso. La
de los. religión y el rito marcaban la vida cotidiana de los pobladores
que se mesoamericanos, pero también estaban íntimamente ligados al ám-
bito de la producción (véase Lacadena, en esta obra). En ronces, ¿hasta
abun- qué punto debieron existir sacerdotes en cada pueblo (véase lámina
en color 8) y hasta qué punto existieron libros que pudieron consul-
~aitico tar las autoridades del estamento macehualli de una población? En
Jra no la contribución de Grube-Arellano (en esta obra) se resalta la impor-
tancia y ventaja de la escritura semasiogrMica en Mesoamérica por-
que esta escritura sobrepasa la barrera lingüística y facilita a la po-
, estuvie- blación la lectura de mensajes -por lo menos parcialmente- de
que pre-
los códi-
Tabla 2
Términos para biblioteca y librería
mbres de
•an en los
1e fueran Náhuatl (original) Espaiiol (rnC'demizado)
•iguientes
amoxcalli. amacalli. amoxpia/oyatt
pudieron amoxtlati loyan. amoxtlacentecoyan librería
1973 :39), amatlacuiloloyan d lugar público, donde:: escriben
cción. Se los escribanos
sen cada amoxcalli librería o tienda de papel
'lo de los amoxplialoyan librería donde se guardan los li-
69 y 73, bros
'-------------------------·-·----·--------"
------ --- ·-· ··-----··-··.

226 1.11\ROS V 1''< ltriiiRA 111' TltAIIICI(lN INIIIt;('NA ...

legitimación de señorío y de dominio. El mayista norteamericano


Michael Coe (1992:269) opina que la escritura silábica maya permi-
tía al campesino leer algunos glifos. Él supone que en la región de
los mayas más gente sabía leer que escribir. Esto parece confirmarlo
Grube (1997:40) ·por el hecho de que las ofrendas de entierros de
simples personajes mayas contienen también objetos escritos. Pode-
mos pensar lo mismo para el altiplano de México. Mientras la lectu-
ra parcial o total estaba muy extendida, la escritura debió haber
estado limitada a grupos privilegiados (Coe, 1992:269-270). Como
ya se mencionó para el calmécac, el aprendizaje de cantos de culto y
la adivin<.tción eran materias principales del programa educativo.
Según Gutiérrez (1992:9), los aspirantes a sacerdotes se iniciaban
en el calmécac en los ritos y en la redacción de códices religiosos. Se
puede suponer que en estas escuelas se enseftaba también otras ma-
terias como historia, genealogía e introducción a asuntos de gobier-
no, ·porque como Konig, Jansen y Grube-Arellano (trabajos en esta
obra)_lo recalcan, la legitimación y mantenimiento histórico de las
casas regentes lo hacía necesario. Lamentablemente no hay informa-
don sobre la forma como se impartía esta enseñanza.
Otro grupo de escribas estaba formado por los funcionarios
que trabajaban en la administración y en lo que hoy llamaríamos el
"poder judicial,. Se deduce esto de las listas de tributos y las actas
"jurídicas" que se mencionan (Hernández, 1986 [1570], lib. 1, cap.
18:86; Sahagún, citado en Hinz, 1990:196; y Kohler y Konig,
1990: 140}, lo que significa que la escritura se usaba tanto en el ám~
bito religioso como en el político, social, "judicial" y económico.
Esto resalta la importancia de la función de los escribas y escribanos.
Hay poca información sobre los que trabajaban para el gobierno,
como por ejemplo los cronistas que laboraban en especies de biblio-
rccas o archivos (Molina, l HHO 1L~7fi:7H; l2a.parte] 4v, 5v):
Los escribanos arriba mencionados se encontraban bajo la su-
pervisión de un noble. Existían varias bibliot~cas, la mayor de ellas
era Texcoco; le seguían en importaricia Cholula y Tenochtitlán, la
capital imperial. Había otros pequeños lugares donde se guardaban
códices, que contrariamente a los ejemplos dados anteriormente, no
son reconocibles por su nombre. El núcleo de los córlices hoy co11o ·
ciclos proviene de la biblioteca de Texcoco (Aicina, 1992). Posible-
···------·~- ....... _......,._

IN INill< ;!'NA ..• EL 1'\l.IUIIA Ml'\fiAMI'III!"ANO y ~ll\ IIHNSIIIO\ 111' "11\AIIAIIt ... 227

.mencano mente se guardaba un cierto orden, ya que MolitLl 11571]) cunw


ya permt- usa una palabra para registro de libro: amoxmáchiotl.
región de Para los escribas que trabajaban en esos archivos se usaron
nfirmarlo diferentes denominaciones, lo cual da una idea de cierta especializa-
tierras de ción en eltrabajo (Lenz, 1973). Por ejemqlo, los dife.·rcntes términos
:os. Pode- para escribanos en la tabla 1 están precisa¡rydo que u_no escribía sobre
.s la lectu- papel (amdt/) y el otro en un libro (amoxtli). Dado que el dicciona-
Jió haber rio de Malina fue escrito cuando la administra.ción cspatwla estaba
0). Como ya impuesta, dificiimenre podemos afirmar con certeza que la voces
de culto y · amatlacuilo y amoxtlacuilo señalen verdaderamente funcionarios
ducativo. mexicas, pero tampoco podemos descartar una posible transferencia
iniciaban de significados. Además, desde el punto de vista de la administra-
giosos. Se ción española, una distinción entre escribanos de "papel" y de "li~
otras ma- bros" no existía y no tenía sentido. Al contrario, estos dos términos
ie gobier- están sugiriendo la existencia de funcionarios administrativos
JS en esta mexicas, cuyos campos de acción hoy desconocemos. Según Lenz
ico de las (1973}, la denominación amat/acui/o se refiere al escribano prin<:i-
informa- pal, quien tenía la tarea de anotar los secretos de gobierno, así como
los asuntos económicos y religiosos. Pero por !vlolina (1880 [1571];
. .
:clOnan os véase tabla 3) sabemos que tenía al mismo tiempo la función de un
.ríamos el notario. Como el diccionario es originario del año 1571, el apelati-
r las actas vo "escribano" es una adaptación semántica <1 los funcionarios espa-
b. 1, cap. ñoles de la época colonial. Entre los funcionarios espat1oles no exis-
y Konig, te, sin embargo, un título correspondiente a "escribano de lo que
en el ám- otro dice" y "escribano de contratos", por lo que se puede deducir
onómico.
;criban os. Tabla 3
gobierno, Conceptos náhuatl para escriba
de hiblio-
)v):
1ajo la su-
tr de ellas amatlacui/o escribano público
1titlán, la tlamachivoti. tlamachiyotiani escribano
tlacuilocatiachcauh. yn tiachcauhyn
uardaban
amat/acuiloque. vey ,wzatlacuilo,
nente, no vey tlamachiyoti escribano principal
toy cono-
tetlatolicui/o. tetlatolicuiloani escribano de lo que otro dice
. Posible-
ninonotzaliztlac uilo escribano de ronlratos,
....... ' _ ........,..w..... 'fiRI'It!-!'1'<
sa·-.·_._..,..... •. !"4110.... . ...........- .. -...... .. ···-·--·- ...•...•. ·-·

228 LlllROS Y E~UUTURA DE TRADICIÓN INDIGENA ...

que aquí estamos frente a una diferencia de funciones que hacían los
escribanos nativos dentro de la administración española o que se
trataba de la descripción de funciones dentro de la administración
mexica. Esta última suposición está respaldada por la afirmación de
Restall (1994). Para la región maya, él encuentra una serie de térmi-
nos que no corresponden a los conceptos jurídicos españoles, por lo
.cual concluye que se refieren a una organización administrativa maya.
También el estudio de Celestino (1984:14-15) acerca de la organi-
zación del cabildo de Tlaxcala de 1547 a 1567, confirma lo anterior
respecto a que muchos de los cargos son todavía de origen
prehispánico y su gobierno presenta características tradicionales. A
pesar de que el cabildo de Tlaxcala tenía _cuatro escribanos, no se
informa si las funciones de cada uno diferían.
Otras designaciones de Molina (1880 [1571) para escribano
están relacionadas con el tema del libro o a la elaboración del mis-
mo:
Tabla 4
Otros términos para los escribas

Náhuatl (original) Castellano (modernizado)

tlatlatlamachiliztli.
amoxtlatlat lamachiani. iluminador de libros
tlatolycuiloani. nemiliz tlatolycui/oani historiador
am oxqua lnezcayot 1 illuminacion de libros
xiuhtlacuilo cronista

Según Molina (1880 [1571]), el lector se denominaba amoxpouani


y amapouani. El que podía leer bien y con énfasis se llamaba nematca
amapoauani·. Basándose en declaraciones de cronistas,' los autores
modernos aducen que generalmente el códice en náhuatl se denomi-
naba dmatl (hispanizado: amate). Esta palabra designa también al
papel. Aquí es interesante anotar que el diccionario de Molina (1880
[1571]) da otro término para libro o códice: "Amoxtli, libro de
escriptura". Contrariamente a las anotaciones en las crónicas, la
palabra dmatl esta registrada en Molina solamente en relación con
el papel. Quizá el término dmatl designara el códice en el lenguaje
:tÓN INDIGENA ... EL ESCRIIIA MESOAMERICANO Y SUS lJI"ENSILIOS DE TRAIIAJO •.• 229

~hacían los cotidiano indígena y/o español, aunque tenemos referencias de que
a o que se ámatl se encuentra como parte de palabras compuestas que desig-
.tmstración nan códices que se diferencian por su contenido (según Bratton et
~mación de al., 1988):
e de térmi-
)les, por lo - Libro de historia, anales: xiuhámatl, xiuhamoxtli.
ativa maya. - Diario: cecemilhuitlacuilolli, cecemilhuiamoxtli.
: la organi- - Libro genealógico de los nobles: tlatocamecayotlacuilolli.
lo anterior - Libro de ilustraciones: amoxtli.
de origen - Calendario: tonálamatl.
cionales. A - Libro de adivinación y fiestas religiosas: teoamoxtli.
mos, no se - Crónicas de una ciudad: altepeamatl, altepexanzatlacuilolli,
que se refieren al territorio de un estado. Con estos términos
1 escribano se denominaban los códices de las comunidades indígenas en
Sn del mis- la época colonial. Hoy son conocidos bajo el nomhrc de có-
dices del grupo Techialoyan. Paralelamente hay otras ano~a­
ciones sobre códices, como por ejemplo códices de leyes. La
existencia de ellos, empero, es dudosa, ya que hasta ahora no
se conoce ningún ejemplar (Br~ltton el al., 1988:18-19).

!izado)
Molina (1880 [1571]:78) registra también una. voz para "libro de
cuentas", "tlapoualamoxtli". También los .detalles de un libro, como
ros "capítulo", tienen denominaciones específlfas (Molina, 1880 [1571).

bros Tabla 5
Expresiones en náhuatl para las partes de un libro

Náhuatl (original) Espaiiol (modernizado)


noxpouani
Ja nematca amoxxeloliztl.
los autores amoxtlatolxeloliztli capítulo de libro
se denomí- amoxtlatoltzintiliztli principio de libro
también al amoxtlatolpeualiztli argumento, o principio de libro
>lina (1880 amoxtlatolxexeloliztli división o capítulo de libro
'i, libro de
rónicas, la
:lación con
el lenguaje
!. i0 1.1111!<1\ \' 1 \1 IIIIIII!A ltl; TI!Aill< IÚN INilh.I'.NA ...

Los ESCRIBAS DE LA REGIÓN MAYA

En la región maya, escribí~ era una función social importante por el


hecho de que los escribanos eran nobles sin excepción. El escriba se
llamaba ah dzib, una palabra que, traducida literalmente, significa
"El poseedor de la escritura" (Coe, 1992:249). Saber escribir era,
de este modo, un privilegio reservado a la clase alta. Aunque como
ya se mencionó, cierto nivel de literalidad podía abarcar a las clases
no-nobles.
Al contrario de lo que sabemos para el altiplano mexicano, los
conocimientos sobre los escribas mayas llegan hasta el periodo Clá-
sico {200-900 d.C.). Especialmente los siglos VII-X están bastante
bien documentados gracias al avance en el desciframiento de la es-
critura maya {véase la contribución de Grube, en esta obra). Como
no se han conservado códices de esa etapa, los datos acerca de los
escribas provienen de inscripciones en estelas, en escaleras de pirá-
mides, dinteles y, entre otros, en numerosas vasijas de cerámica. Los
textos en estas vasijas nos proporcionan información sobre, por ejem-
plo, el nombre de los escribas y su origen noble (e(. Coe, 1992:247-
252). Los hallazgos arqueológicos complementan el cuadro porque
nos dan una idea sobre particularidades de su vida. Desconocemos
informaciones tan detalladas para la época posclásica y la etapa co-
lonial temprana.
Dado que los datos se refieren a personas concretas, la acu-
mulación de ellos nos permite hacer algunas conclusiones generales.
Los escribas mayas se educaban y entrenaban en su oficio dentro de
los palacios rea:les. Esto se deduce porque las escenas en las vasijas
policromas mayas así lo sugieren (véase figura 7 del artículo de Grube,
en esta obra). No sabemos si había rangos y diferencias por funcio-
nes entre los diferentes escribas. Podemos especular que los entre-
nados en los palacios eran especialmente escribanos y cronistas; es
decir, que estaban relacionados con las funciones administrativas y
con la confección de anales históricos y que poco tenían que ver con
la función de sacerdotes y adivinadores. Se puede suponer que, a su
vez, los templos eran otros centros educativos, debido a la función
específica que los sacerdotes dentro de la población tenían, que no
solamente era de carácter religioso-adivinatorio, sino también as-
tronómico y económico (véanse artículos de Grube, Lacadena y Tichy,
.... ··-····-----

~ INJ>h,FNA ••• l\1

en esta obra). Landa [1560], el segundo obispo de Yucatán, refiere


que en cada pueblo existía por lo menos un sacerdote.
tte por el En cuanto a las condiciones en que vivían, sabemos por las
:scriba se excavaciones en la ciudad de Copán que los escribas vivían cerca del
centro de la ciudad y que tenían una posición social aiLt. Parece que
significa
ribir era, la profesión era transmitida por sucesión, como lo demuestran las
ue como excavaciones en la casa de un escriba. Aquí vivieron por lo menos
las clases dos generaciones que ejercieron el mismo oficio (cf. Fash, 1993).
Coe (1992:255) nos informa al respecto:
cano, los
La fachada del edificio principal está adornada con esculturas
odo Clá-
de escribas que sostienen en una mano un tintero de valv<1 de
bastante
molusco. En los escombros del edifil"io st: encuntrú, adcm<\s,
de la es- la estatua de un escriba con fisonomía ~t· nlono, t'l que igual-
t). Como mente sostiene en sus manos un tinter1) y un pincel. 1... 1 Los
ca de los epigrafistas hallaron que su nombre era t'vbc Ch;l<lllíll y que
. de pirá- vivió hacia fines del apogeo de Copán cuando la descentrali-
nica. Los zación y el traspaso del poder a las manos de gobernantes
)Or eJem- locales tuvo lugar bajo el reinado del ahau Yax Pac. El status
)92:247- social de Mac Chaanal fue tan airo que se le permitió grabar
J porque
en piedra una dedicaroria en honor a sus antepasados inclu-
yéndose los nombres de su madre y de su padre.
nocemos
:!tapa co-
La tumba recién descubierta de otro escriba de Copán sirve aquí
como ejemplo de un entierro (según Fash, 1993:1 06-112). Proba-
;, la acu-
blemente durante el gobierno del 12° rey Humeanre lmix Dios K, .
enerales.
quien subió al trono en 628 d.C., fue enterrado un escriba real en
!entro de
·una cámara de una pirámide importante. Las ofrendas funerarias
as vasiJaS
nos señalan el oficio del muerto: Junto a su cabeza se encontraron
le Grube,
restos de un códice. Diez cerámi~.:as policromas estaban emplazadas
r funcio-
junto a los pies. Una de ellas muestra el rt:trato dt:I·(~Scriha; con el
os cntrc-
tocado típico, portando un pincel como signo de su ocupació1i., Ade-
nistas; es
más llevaba como adorno un collar de jade finamente trabajado. El
:rativas y
esqueleto de un niño de más o menos 12 aiios estaba a los pies del
e ver con
escriba; aquél fue probablemente sacrificado para ayudar t:t éste en
que, a su
el más allá. Una serie de otras ofrendas da indicios de su origeh
t función
·noble; fue pi'Obnblcmcnte de sangre rc:nl y quiz:1 un hijo del ya men-
1, que no
cionado 1r rey de Copán o del siguiente gobernante 1H.Conejo.
1hién as-
a y Tichy,

./
r ___ _.__. •··· • · - - - · · .•

232 liBROS Y ESCRITURA DE TRADICIÓN INOIGENA ...

Asimismo, tanto en la región de los mayas como en el altipla-


no de México, eran los dioses monos ·los protectores de los escribas.
Ellos representan los monos hermanos Hun Batz y Hun Choven que
son mencionados en el Popo/ Vuh (Coe, 1977; y Grube, en esta obra).
La importancia réligiosa y sagrada de la escritura se puede recono-
cer en la ilustración pictórica de las deidades que fueron representa-
das en vasijas de cerámica leyendo o escribiendo (Coe, 1977; véase
figura 2). ·

Los ESCRIBAS DE LA ÉPOCA COLONIAL

Al comienzo de la administra.ción colonial española trabajaban los


escribas indígenas en dos ámbitos principales. Uno estaba relaciona-
do con los cronistas y/o misioneros españoles, como el famoso
Sahagún. Los escribas indígenas se ocupaban de transmitir los cono-
cimientos de la propia cultura bajo la dirección de un español utili-
zando el nuevo sistema de escritura alfabética introducido por los
españoles. La informaci~n disponible sobre sus actividades es muy
pobre (e{. Lockhart, 1992). Estos indios instruidos se convirtieron
parcialmente también en cronistas (e(. Alcina, 1992). Dominaban
tanto la tradición de escritura india como la española y, en algunas
ocasiones·, trabajaron también para personas particulares {Lockhart,
1992:382).
Otro ámbito en el que operaban los escribas indígenas era-la
administración de sus comunidades. Sabemos poco sobre su instruc-
ción y si tuvieron el mismo status de los autores de los códices colo-
niales. Lockhart (1992:382) informa a manera de ejemplo acerca de
un autor de una serie de anales sobre la ciudad de México, quien
alrededor de 15 60 tuvo conexión tanto con el cabildo de Tenoch-
titlán como con el monasterio de los franciscanos. En la administra-
ción de los pueblos indígenas debía existir, según la denominada
Recopilación de leyes de los reynos de las Indias (1973 [1681], tomo
2, libro vt), un escribano o notario para cada cabecera. Pero respecto
al número de los escribanos, no se cumplía la disposición. Especial-
mente en el siglo XVI se sobrepasaba el número estipulado. Así, por
ejeinplo, en el pueblo de Tacubaya, cerca de Coyoacán, se encuen-
tran en 1553 dos escribanos junto con dos contadores (Zavala, 1985,
DIGENA ... EL ESCRIBA MESOAMERICANO Y SUS lfl"ENSILIOS DE TRABAJO ... 233

tltipla- t. 11:527). Es decir, un trabajo que -en la Recopilación de leyes de


cribas. Indias- era previsto para un solo escribano, aquí era ejecutado por
en que cuatro personas. Sabemos también que el número de habitantes de-
obra). terminaba la cantidad de funcionarios de una comunidad. Lamen-
~cono­ ción de contadores demuestra que existían otros empleos comuna-
:senta- les, pero que en ninguna parte de la Recopilación estaban previstos.
; véase Estos empleos dan información sobre los funcionarios existentes en
las comunidades prehispánicas. La persistencia de estos empleos y
su elevado número puede estar significando la posibilidad de evadir
el pago de tributos o el trabajo forzado, a pesar de que d ejercicio de
una profesión o de un oficio público estaba legalmente restringido a
un solo indígena. De esta manera, los miembros de la nobleza india
~an los se aseguraron en la Colonia una cierta posición social y privilegios
.ctona- frente a los indios que estaban obligados a pagar tributos y a realizar
amoso trabajos forzados. Bajo estas circunstancias, la tradición prehispánica
cono- del escriba noble continuó durante la etapa novohisp<ma quiZ<l sola-
,¡ utili- mente en los siglos XVI y xv11. En este sentido se puede comprender
>Or los por qué Malina usaba una serie de términos en náhuatl para referir-
:s muy se a los escribanos, como se ha mencionado previamente. Una particu-
·u eron laridad que Restall (1994) registra también para la región maya y
inaban Celestino (1984) para Tlaxcala.
lgunas Con la conquista, el sistema de educación mexica basado en
:khart, los dos tipos de escuelas referidos debió de haberse desmantelado.
Sin embargo, la persistencia de la tradición pictográfica abre la pre-
era la gunta respecto al modo como ésta tuvo una continuidad. Constantino
lStruc- Bayle (195 '1: 14; cf. Restall, 1994: 125) informa que los escribas re-
s colo- cibían su educación en los conventos. Esto no explica si la escritura
:rca de pictogr~fica también se impartía en. estos tycintos. L~ formac~ón ~e .
qmen los escrtbas en estos centros debe aphcarse ~os que mas tarde tra\>aJa-
J
~noch­ ron como cronistas o asistentes de un cronista español. Sabemo~ que
nistra- en esos recintos religiosos, los hijos de los ·indios nobles y los prote ..
ni nada gidos de los frailes recibían, generalmente, una educación humanística
, tomo que no ·incluía asuntos de la administración colonial ni de la legisla-
specto ción. Los notarios o escribanos de las comunidades indígcn~\S debie-
pecial- ron de haber recibido, por ende, su instrucción en otro lugar, como
sí, por era usual para la formación de los escribanos españoles. Éstos se
ncuen- entrenaban en la profesión a través del aprendizaje y práctica en una
. 1985, escribanía o notariado (Bravo e Hidalgo, 1995:33; y Cortés, 1986:4) .

...:;--·
234 LlllROS Y E~LilllllllA l>E TRADICIÓN IN!Jit.ENA .••

Se puede pensar que los indígenas seguían el mismo camino de ense-


ñanza. Para la región de los Andes existe el caso registrado de un
escribano indígena, que para obtener su profesión estuvo primero al
servicio de un notario español (Are llano, 198 8: 141, cuadro 4 ).
El notario indio asistía al gobernador español de la provincia
en el cobro de tributos y otras tareas administrativas relacionadas
con la comunidad indígena (e{. Bravo e Hidalgo, 1995). Según Gibson
(1964: 181 ), gracias a estos escribanos tenemos copias de listas
genealógicas, registros de tributos, mapas jurisdiccionales y litigios
contra gobernadores y alcaldes mayores. No hay ningún estudio so-
bre su posición en la sociedad regional o provincial ni de su status y
conflictos frente a la competencia de los escribanos y amanuenses
(copistas) españoles. Su importancia, junto con la continuación de
su tradición, se mantuvo viva hasta el siglo XVIII.

Los VEHÍCULOS DE LA ESCRITURA

Como se refirió al principio, conocemos escasamente los utensilios


que sirvieron a los escribas nahuas, mixtecas y mayas para escribir y
pintar. A falta de información en las fuentes, solamente podemos
especular que en la escuela calmécac los escribas eran igualmente
instruidos en la .manufactura de los utensilios de escritura y en el uso
apropiado de los pigmentos. Cuando los autores modernos se refie-
ren a textos pictográficos del altiplano de México, no mencionan
otros soportes mas que diversos tipos de papel y algunos murales,
que es lo ·que hasta ahora se ha conservado. Hernández (1986 [1570],
lib. 2, cap. 20:146) nos informa también de la existencia de imáge-
nes registradas en "piedra, bronce y cuero"; ade'más se hallaban és-
tas entretejidas en los ropajes. En relación con esto últirpo, quizá
hacía alusión a lo que él indica en otra parte, que el cargo de los
"pretores", ministros y jueces nahuas, "estaba dibujado en las man-
tas que llevaban en lugar de capa, para que cualquiera de ellos apre-
hendiera sobre la marcha y el manto les sirviera en lugar de varas.,
(Hcrnándcz, i9H6 [L570], lib. 1, cap. 18.:87).
Desconoccm,~s también los instrumentos utilizados, que de-
ben haber sido pinceles de diversos grosores y otros para trabajar
materiales más duros. Tampoco sabemos quiénes confeccionaban los
. -·-·----·--·····-------~-----

1 IN!Jit,ENA ••• EL ESCIUilA MESOAMEilll'ANO Y SUS UTENSILIOS lll' TltAIIA)U ... 2.35

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las man-
os apre- (b}
! varas.''

que de-
figura 2. a) El dios conejo escribe un códice con lo que parCLc ~cr Uli<l plu111a. l>etallc
trabajar
en un vaso maya del siglo VIII d.C., Princenton, Nueva Jersey; h) Deidad leyendo un
aban los códice. Representación en un vaso procedente de los Altos de <.;uatcmala.
-----·--- -----------
236 LIBROS Y ESCRITURA DE TRADICIÓN INDII.ENA •••

tejidos especiales provistos de textos. En el caso de la región maya,


como ya se señaló, encontramos textos jeroglíficos no solamente
sobre el papel sino también sobre superficies de piedras, piedras
preciosas, hueso, cerámica, etcétera, especialmente de la época clá-
sica. La variedad y dureza de los materiales que se utilizaron como
soportes de la escritura era muy grande y exigía un conocimiento y
desarrollo de técnicas para confeccionar los diversos instrumentos
que debieron utilizarse, así como de la forma como se preparaba las
superficies para ser inscritas. Lamentablemente no tenemos infor-
mación al respecto.

PAPEL

·:u
El soporte de escritura más conocido y sobre el cual existe bastante
información desde la Colonia es el papel. Los códices que vieron los
españoles estaban doblados a modo de biombo, tenían tapas de ma-
dera y se asemejaban a los libros europeos. Esta manera de doblar
los códices nos es conocida también de las ilustraciones del periodo
Clásico de la cultura maya (figura 2). En el altiplano de México
también existían pictografías que se enrollaban, un ejemplo es el
Códice Tulane.
A la llegada de los españoles, el uso del papel estaba muy ex-
tendido en Mesoamérica. Los españoles mismos habían empezado a
fabricar este material apenas hacia el siglo XII. Los árabes lo habían ·
introducido a Europa desde ~l siglo VIII (Crespo, 1994:40-41 ). El
invento del papel se atribuye a China, en el siglo ll a.C., expandién-
dose su uso ahí recién en el año 105 de nuestra era (Rabal, 1994:48).
Para los especialistas dedicados a la historia del papel, ha pasado
entonces casi desapercibido el hecho de que Mesoamérica es el se-
gundo lugar del mundo donde esta técnica también se ·desarrolló y
extendió, antes de que ésta fuera conocida en Europa .
. Además del papel se utilizaron otros tipos de soportes, con-
feccionados de otros materiales, como las pieles de venados y los
tejidos de fibras duras (maguey e izote -íczotl-, por ejemplo). So-
bre los tejidos se solía pintar representaciones parecidas a mapas,
que incluían casas, huertas, campos de cultivo, caminos y canales de
ar,
irrigación (cf. Bratton et 1988:16-17; y Gutiérrez, 1992:13). A

l
~.!
:'
---------·--
INDI<;ENA ••• EL ESCRIBA MESOAMEIUCANO Y SUS ln'ENSILIOS DE TkABA.IO ..• 237

•n maya,
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piedras
>Oca clá-
m como
niento y
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bastante
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s de roa-
e doblar
periodo
México
)lo es el

muy ex-
:>ezado a
o habían Figura 3. Machal:ador utilizado en la elaboració/,; del papd am.11e.
>-41). El
?andién- continuación nos referiremos solamente al papel producido de fi-
994:48). bras vegetales, puesto que los especialistas suponen que se trata del
1 pasado material más usado y difundido de la época prehisp<1nica. Un buen ·
es el se- número de códices que conocemos fueron confeccionados en este
arrolló y material. Una excepción son los códices mixtecos, que han sido pin-
tados sobre pieles de venado meticulosamente preparadas. En algu-
tes, con- nos códices coloniales se siguió utilizando el papel indígena. A la
los y los llegada de los españoles, la técnica de manufactura del papel difería
plo). So- en algo de la de los europeos, porque éstos utilizaban ~omo materia
l mapas, prima trapos viejos de lino y cáñamo, preferentemente, mientras
males de que la técnica a base de celulosa de madera se introdujo en Europa·
'2:13). A recién a partir del siglo XIX gracias al descuhrimientü del alemán
~-· ... ----·-- ------------··-------·------·- ··--·-·· .. ··--·---·--···-------····-· ··- -···

238 LIBROS Y ESCRITURA OE TRADICIÓN INDIGENA ..•

Kohler, con lo que comenzó la etapa industrial de fabricación de


papel (Crespo, 1994:44).
Respecto al origen del papel en Mesoamérica, poseemos algu-
nos datos procedentes de textos coloniales. Según Fernando de Al va
Ixtlilxochitl ([1985]:270) existían códices ya en el siglo VIl, durante
la etapa tolteca. Para el mismo siglo se informa también sobre el uso
de papel para fines de culto en la Historia de los n1exicanos por sus
pinturas (citado en Fitl, 1975:9 y ss.). Pero los arqueólogos nos dan
· una fecha más antigua para la aparición del papel: un milenio antes
de Cristo (Fitl, 1975; y Aguilera, 1985:134). Sus hipótesis se fundan
en los hallazgos de mazos de piedra que eran utilizados para macha~
car y lograr así refinar la materia prima después de haber sido pro-
cesada en medio acuoso. La forma y aplicación dd batidor casi no
1
\
ha cambiado en miles de años. Si esto es cierto, Mesoamérica sería
el centro de la invención del papel, y no China, como hasta ahora se
t afirma. Hay dos clases de batidores de piedra, uno en forma de ra-
~
¡
¡
queta de tenis y otro en forma de porra (véase figura 3). El primero
es el más frecuente: hecho de piedras duras volcánicas, cuadriforme
1 y con ranuras en la parte plana. Rombos o figuras no eran raras y
fueron diseñados según el gusto del que los producía. Frecuente-
mente el batidor tenía un asa. Por las condiciones climáticas y la·
composición orgánica del papel no se puede esperar encontrar códi-
ces en las excavaciones arqueológicas. El út~ico códice hallado (cul-
tura maya, ca. 250-500 d.C.) no fue aprovechado por los científi-
cos, por el estado adelantado de su descomposición (Angulo, 1970,
citado en Noguez, en esta obra).
Para la elaboración del papel se usaron diferentes materias
primas, según su proveniencia de las diversas zonas climáticas de
Mesoamérica. ·No sólo el uso del papel estaba muy difundido entre
los distintos grupos étnicos, sino también la técnica de su fabrica-
ción. Los nombres en náhuad de algunos sitios del México actual
sori quizá reminiscencia de la existencia de materias y/o lugares de
producción (lista según Fitl, 1975; y Lenz, 1973:64-66):

Estado de Puebla: Amatitan, Amatitla (Lugar del papel)


Estado de Morelos: Amacuzac (Lugar o río del papel amarillo)
Amatitlan (Lugar del papel)
Amayuca (Lugar) donde existe papel)
'11
······· ···-------·-------------------~-~

NDIGENA ••• EL ESCRIIIA ME~OA¡,·IERICANO Y SUS U I'ENSil.lüS DE TRAU.\111 ... 239

:ión de Amazonco (Lugar de fihra de papel)


ltzamatitlan (Lugar ·del papel h·olor obscuro
)S algu- como la obsidiana?)
de Alva Estado de l\1éxico: Amatepec (Cerro de los árboles de amate)
:lurante Amecameca (Lugar de la vestimenu de papel)
:::el uso Estado de Veracruz: Amatitlan (Lugar del papel)
por sus Estado de Tabasco: Amatitlan (Lugar del papel)
1os dan Estado de Sinaloa: Amapala (Lugar del papel rojo)
o antes Estado de jalisco: Amatitan, Amatitlan (Lugar del p~tpcl)
fundan Estado de Guerrero: Amatitlan (Lugar del papel)
macha.:. Zirándaro (purépecha) (Lugar de las escritu-
:lo pro- ras pictográficas; e(. Fitl, 197 5: l 1)
casi no Estado de Oaxaca: Amatitan (Lugar p~lpl'l) (tl'l
:a sería Estado de Yucatán: Yokzachuun (m ay i) (Sobre papel blanco)
hora se
t de ra- Las crónicas contienen algunos datos acerca· de la distribución geo-
'nmero gráfica de los centros de elaboración Jel papel (según Fi ti, 1975; y
·iforme Lenz, 1973). Éstos son: Tlaxcala y Tepoztlan (Morelos), menciona-
raras y dos en el Códice Mendoza, y según la Matrícula de Tributos:
:uente- Tepoztlan, Yzamatitlan, Cuauhnachuac, Xamantítlan, Huaxtepec,
:as y la Macoztitlan, Amatitlan, Amatlan, Amatitlan (Oaxaca), Amecameca.
tr códi- Las etnias que producían papel eran: totonacos, mixtecas, zapotecas,
lo (cul- nahuas, acolhua-chichimecas, tlahuicas y tepanecas. Con estas refe-
:ientífi- rencias no queremos dar la impresión de que estos centros eran sólo
, 1970, productores de papel; también lo eran de códices. No hay datos
concretos al respecto.
taterias En regiones frías y templadas se usaba para la producción del
icas de papel la fibra del maguey (Agave amarildacea), que se designa en
o entre náhuatl metl y en maya ki' (véase lámina en color 6). En zonas cáli-
·abrica- dasse usaba la fibra de la corteza de diferentes higueras (ficus sp.) y,
. actual en la época colonial, la fibra de la corteza de la morera (mortts sp.) .
ares de Los dos árboles se llaman en náhuatl, respectivamente, amacuáhuitl
y teotzitzicaztli. Muchos autores modernos que se basan en las in-
formaciones de las crónicas, como aquella de Motolinía (1960, Tra..,
tado m, cap. XIX:332), aseveran que ámatl es el nombre náhuatl de
!lo) la higuera. Sahagún (1990 [ca. 1577], libro 11, cap. 6:8.54), sin em-
bargo, denomina a la higuera amacuáhuitl o amaquáhuitl. Es intere- _
sante que la mayoría de los códices conservados fueran producidos ·
1-l ·-·
1

l
i
240 LUIR OS Y f.SCRI'fliM DF. TRAI>ICIÓN INO(GENA ...

1
¡
de la fibra de la higuera. Si no es una coincidencia, se puede pensar
que este material ha sido preferido para la fabricación del papel -
f por lo menos en la época colonial- y, a raíz de este hecho, no debe
extrañar que ámatl fuera sinónimo de la higuera o materia prima. Si
realmen'te la corteza de la higuera era tan· deseada, se hubiera tenido
que importar el producto de las regiones cálidas en grandes cantida-
des y transportarlo al altiplano de México, donde la demanda debió
haber sido muy alta. Sin embargo, no tenemos informaciones con-
cretas para esto. Podemos resaltar que el actual estado de Morelos
era un centro de producción de papel, pues ahí la higuera crecía en
gran cantidad (Lenz, 1973: 160). .
En maya se denomina a la higuera copo (Aguilera, 1985:134 y
141). La elaboración a base de la corteza de este árbol produce un
papel de color que va del marrón al gris, mientras la fibra de la
morera da un papel claro (Fitl, 1975: 14). En los tiempos
1 prchisp<\nicos, los mayas producfan papel de la higuera, que era la
' ~

i materia prima que más abundaba en su medio cálido. Todos los có-
li dices mayas conocidos están hechos de este material. En el altiplano
1 de México se obtenía el papel, según Boturini y Humboldt (citado
en Lenz, 1973: 73-74; Martínez Cortés, 1974:67 -68), también del
1
1 capullo de un gusano de seda autóctono (Eucheria socialis Westw.).
Las capas interiores se sacaban con cuidado y St! pegaban una a otra,
1 sin mayor tratamiento, hasta que se obtenía la forma de una hoja de
1 papel.
'
Muchos españoles del siglo XVI mencionan la producción de
1
1
papel en México. Conocemos la descripción de la técnica gracias a
1
1
i
un español observador, Francisco Hernández, quién en 1570 escri-
1 bió lo siguiente:
,.1¡
. .,
;

Se ve hervir una multitud de artesanos que interrumpen la


tranquilidad de aquel lugar fabricando un papel no muy a pro-
¡ pósito para escribir o trazar líneas, aunque no deja pasar la
1

tinta a su través, pero adecuado para envolturas y muy propio


y útil. entre estos indios occidentales para celebrar a sus dioses
en sus fiestas sagradas, confeccionar vestuario y ·adornos fu-
nerarios [... ] Cortan sólo las ramas gruesas, dejando los re-
nuevos. Se ablandan en agua y se dejan remojar durante la
noche en los arroyos o corrientes de agua[ ... ] al día siguiente
j ¡,'
se les arranca la corteza, y después de limpiarla de la cutícula
1

J
' '~!
~~·--··~~-·-------

INDIGENA ... EL I'SCIUIIA MESOAMERICANO V SUS IITENSII.IOS llE TRAIIAJO ... 241

e pensar superior, se extiende a golpes con una piedra plana pero sur-
?apel- cada de estrías que se sujeta con una var:i.dc sauce doblada en
no debe círculo a manera de mango¡ ... ) vuélvcse flexible aquel mart~­
1rima. Si ria; se corta luego en pequeños trozos que, golpeados de nue-
a tenido vo por diferentes lados con otra piedra más plana, se unen
f<kilmentc entre sí; por último, se alisan y se forman en hojas
cantida-
de papel de dos dodrantes (44.36 cm) de largo y sesquidodrante
1a debió (33.27 cm) aproximadamente de ancho, que imitan nuestro
ncs con- papel más grueso y corriente, pero son mús cnmpactas y blan-
Morelos cas, aunque muy inferiores a nuestro papel más terso. (Citado
:recía en en Lenz, 1973:76; Fitl, 1975:29-30, nota 57).

~5:134 y Esta técnica es empleada todavía en forma inalterable por los otom{es,
•duce un que viven en la región limítrofe de los estados Puebla e Hidalgo. Los
,ra de la otomíes son la única etnia de los tiempos modernos que fabrica el
tiempos papel de manera tradicional. Este "descubrimiento" fue hecho por
Je era la el etnólogo americano Frcderick Starr a t:omicnzos de este siglo
's los có- (1900, 1900-1902). Hoy se limita la producción al pueblo otomí
lltiplano San Pablito. Como comparación y complementación damos una
t (citado descripción de la técnica actual:
tbién del
Westw.). Los hombres cortan con el machete unas tiras de cot·teza de
ta a otra, 1.5 metros de largo y 8-1 Ocentímetros de ancho, las que des·
1 hoja de pués enrollan y transportan así a su pueblo. La elaboración
posterior es tarea de las mujeres. Ellas remojan la corteza en
agua fría corriente para diluir el látex y separar la fibra de la
cción de
corteza. Los residuos de la corteza no tienen utilidad. La fi-
gractas a
bra se guarda seca y enrollada. Posteriormente se ablanda la
70 escri- fibra en "nixcómel" (o "nixtamal"), que es un agua calcárea,
en la que primeramente se ha hervido el 'maíz para hacer tor"
tillas. Seguidamente se la lava otra vez con agua corriente fría,
1la se la cuece por segunda vez en "nixcómel" y se la echa nueva-
ro- mente al agua. Las fibras así ablandadap y flexibles se colocan ;
~ la unas sobre otras en forma de rejilla s?~Jre grandes tablas de
p10 ma9era que tienen marcadas el format~ del papel. El contor-
'ses no de la hoja rectangular se determina con tiras de la ·fibra
fu- húmeda. La textura húmeda se refina golpe<1ndola con tina
re- piedra de lava volcánica rectangular hasta obtener una lámina
! la delgada y uniforme. La tabla se expone algunos días al Sol
nte hasta que la hoja de papel se desprenda de ella. El lado gol~
u la
242 LlllROS Y ESCRITURA DE TRADICIÓN IND(GENA ...

peado de la hoja es áspero, mientras el lado en contacto con la


l madera es liso. (Fitl, 1975: 14~ 15).
¡

La investigadora Regina Fitl (1975:15-16) llama a esta clase de pa-


1 pel "papel de fibra" porque, a diferencia del papel europeo de la
época colonial, no contiene aditivos o aprestos como encolados de
engrudos vegetales (almidones) o colas de origen animal (gelatinas),
que unían y consolidaban las fibras. Además, el apresto servía para
evitar que la tinta se expandiera (Crespo, 1994:42). El papel actual
de los otomíes no necesita tratamiento, pues la superficie es tan tu-
pida ·que impide que la pintura se expanda, como lo señala Hernández
en la cita anterior.
Acerca del tratamiento final de la textura del papel prehispánico
tenemos información contradictoria. Fundándose en las crónicas,
algunos autores sostienen que no tenía aditivos. Como solamente
son conocidos códices coloniales para el altiplano de México, no se
.i pueden sacar conclusiones sobre el uso de aprestos en la época
l
prehispánica, además de que tampoco se ha comprobado su existen-
cia en la investigación químico-microscópica (Martínez Cortés,
1970), lo que concordaría con la técnica de fabricación actual otomí.
Además se menciona el uso de otras fibras vegetales tejidas o entre-
lazadas, cuyas superficies eran ásperas, motivo por el cual se unta-
ban con almidón o yeso (Alcina, 1992:23). Lenz (1973:77) afirma
1
que el papel del altiplano tenía un apresto que se obtenía de las
mismas plantas que servían como mordientes para los colores. Sólo
del pjpel maya sabemos con seguridad que era aprestado con la
1 ceniza de la planta tiza te (carbonato de calcio), característica que
l
'j
presentan los cuatro códices conocidos. Creo que parte del proble-
ma de si tenía o no apresto el papel del altiplano de México radica
en el hecho de que no se hace una diferencia entre el uso final que
tenía el papel que se producía. Según la cita anterior de Hernández,
l1 se puede interpretar también que su observación sobre la fabrica-
ción de papel estaba referida a un tipo especial de papel que tenía
otros usos ajenos al de la escritura, porque está indicando que el
1
papel es fuerte y adecuado para envolturas y usos religiosos. Es ta-
rea de futuras investigaciones comprobar si hubo diversas calidades
de papel según el uso que se le daba. Ese cronista no menciona la
utilización de algún aditivo y probablemente el papel adecuado para
..¡ INDIGENA ••• EL f..SCI\IIIA MESOAMEiliCANO Y SUS UTENSILIOS DE TRABAjO ... 243

escribir era comprado o adquirido semi elaborado en los mercados


-como veremos más adelante- y recibí-a otro tratamiento, quizá
un apresto, antes de ser confeccionado en forma de libro doblado y
se de pa~ estar listo para la escritura.
,eo de la Las herramientas más importantes para la fabricación de pa-
,lados de pel eran el batidor o mazo de piedra o madera, denominado en
elatinas), náhuatl amahuitequini, y los pulidores (Lenz, l97J: 79 y ss.). El. uso
rvía para del batidor, su forma y estructura, ya se han mcncion.H.io anterior-
te! actual mente; además de piedra podían ser fabricadas de madera. Sabemos
:s tan tu- de los pulidores para alisar por información de Hcrn:1ndez, según
ernández Lenz (1973:76 y ss.). No tenemos datos de si en la época colonial se
siguieron utilizando los pulidores tradicionales o se urilizaha el puli-
1ispánico dor español, piedra de ágata, "con el fin de obtur;u los poros del
crónicas, papel y hacer la superficie más apta a la escritura", procedimiento
)lamente que era común entre los escribas españoles desde el siglo xv (Cres-
co, no se po, 1994:42).
la época Una vez listo el papel, se cortaba según el ancho deseado; las
t existen- hojas eran del doble del tamaño de las de los españoles, aproxima-
. Cortés, damente 41 x 31 cm (Motolinía, 1960, tratado Ill, cap. xtx:332}.
al otomí. Después se doblaban las hojas en forma de biombo. Algunos pliegos
; o entre- se pegaban uno sobre el otro. ~~ra pegar}~e utilizaban gotas de cau-
se unta- cho. El hule se empleaba tamb1en para pegar plumas como adorno
7) afirma sobre las tapas del códice y para la preparación y fijación de las .
ía de las pinturas. Par<1 ernp::astar servían dos tablillas delgadas de madera que
res. Sólo se forraban con piel de jaguar en la región rnaya, una tradición que
o con la conocemos igualmente de la época Cl:1sica (véase figura 2a). Otros
stica que empastados se adornaban con piedras preciosas y/o semipreciosas
l proble- (Alcina, 1992: 12). Landa, el obispo de Yucatán, informa que vio
:o radica códices con hojas del tamaño de 8.38 x lO.OS metros, las cuales
final que dobladas daban el grosor de un libro de 2 J centímetros (citado en
rnández, Lenz, 1973:78)~
. fabrica- Al igual que en la actualidad, en la época prehispánica y tam-
JUC tenía bién en la Colonia, el papel tenía múltiples usos además de ser so-
o que el porte de la escritura. Se le utilizaba para fines de culto, por_ejemplo,
)S. Es ta- para "vestir" y adornar a deidades en ritos de entierro, ofrendas,
:alidades curaciones, etcétera (Hernández, 1986 l1S70], lib. 3, cap. 14:77; y .
1ciona la Lenz, 197 3:11 y ss~). Actualmente se puede observar todavía esta
ado para costumbre en el pueblo otomí San Pablito, en el estado de Puebla
244 LIRROS Y ESC:RIT!IRA DE TRADICIÓN INL>iGI!NA •••

(Fitl, 1975). En la época prehispánica, supuestamente servían la fa-


bricación y uso del papel principalmente para el ritual.
Otro uso del papel también es referido por Sahagún. Este cro-
nista informa que los habitantes de Totonicapán usaban una bola de
papel que contenía polvo de tabaco para introducirla en la boca de
la serpiente cascabel. Después que la habían anestesiado, los indios
le echaban sobre la cabeza polvo de picietl (Nicotiana tabacum) (Lenz,
1973:33). Se empleaba también papel para hacer moldes de figuras
de animales, textiles, plumas y para hacer bolsas o sacos para alma-
cenar o transportar (Lenz, 1973:34).
Poco tiempo antes de la llegada de los españoles se informa en
el Códice Mendo:w (parte 11, ff. 23-25) y en la Matrfcu/a de Tributos
que un gran monto de papel había sido destinado a Moctezuma n,
para fines privados de culto. Datos sobre cantidades se encuentran
en la Matrícula de Tributos. Según ésta, Moctezuma recibió de 25
pueblos alrededor de Tenochtitlán, 8 000 pliegos o resmas dos veces
al año, que anualmente pueden haber sido 320 000 pliegos. Lo que
no se consigna es el monto que se importaba por otros canales y se
vendía en los mercados, como Díaz del Castillo (1985 [1634], romo
A, cap. 92:331) y Sahagún (1990 [ca.1577], lib. 1.0,-..cap. 21 :707)
nos indican. No sabemos, sin embargo, si este papel servía también
para elaborar libros o si en los mercados se vendían éstos para ser
usados por los pintores.
Después de la llegada de los españoles se siguió produciendo_
papel y códices en la forma tradicional. La pregunta que surge es
¿hasta cuándo se ha continuado fabricando papel autóctono? Sola-
mente futuras investigaciones podrán darnos una respuesta segura.
El dato de Sahagún (1990 [ca.1577], lib. 10, cap. 21 :707) de que en
el mercado indígena se vendía papel "májalo si es de la tierra. Tam-
bién [se] vende el de Castilla, el cual es blanco o rezio, delgado,
ancho y largo, o gordo, o grueso, mal hecho, gorolloso, pudrido,
medio blanco, pardo", puede estar indicando que los indígenas ha-
bían adoptado la técnica· europea de hacer papel, pero por la des-
cripción parece que todavía no la dominaban. Suponemos que la
escasez permanente de papel europeo que existía en las Indias du-
rante la época colonial, puede haber sido un factor que propició el
mantenimiento de la producción del papel tradicional y la adopción
de la técnica europea para procurar satisfacer la demanda, y quizá

'"
···~········-~·---~· ·····----·· ...... ·-
, ..... ~---~---·-·_,_,,..... __
, .............

1 INL>ÍGI!NA ... EL ESCRIBA MESOAMERJCANO Y SUS UTENSILIOS DE TRABAJO ... 245

ían la fa- hubo un comercio hacia otras regiones americanas. La importación


creciente de papel de seda ("papel de China") en los siglos XIX y xx
Este cro- y del papel industrial europeo, ha contribuido a que finalmente la
1 bola de producción tradicional empezara a decaer, hasta tal punto que su
boca de fabricación se limita al pueblo otomí referido.
JS indios
n) (Lenz,
e figuras PIGMENTOS
ra alma-
Los códices contienen textos pictográficos que están profusamente
·orma en coloreados. Los colores se obtenían de plantas (material orgánico) y
Tributos minerales (material inorgánico). En la tabla 6 se sinreriza la informa-
!zuma 11, ción respecto a la materia prima y la procedencia de los pigmentos
;u entran (Lenz, 1973; Martínez, 1970; y Aguilera, '1 985).
ió de 25 Otros tintes y colorantes no se describen mayormente en las
los veces fuentes históricas. Por ejemplo, Sahagún, que nos informa de colo-
. Lo que resy mordientes (1990 [ca. 1577], tomo B, lib. 1O, cap. 21:706-
ales y se 707). El voluminoso diccionario de Molina (18 80 [1571]: 13; [2a.
4], romo parte]:57v) contiene pocas entradas al respedo; por ejemplo, lapa-
21:707) labra náhuatl "mfzquitl, árbol de goma para tinta". Esto significa
también que la resina de este árbol se utilizaba para la preparación de una
para ser tinta. También se consigna "mizquicopalli, goma para tinta".
Al escriba también se le denominaba metafóricamente con el
uciendo. difrasismo náhuatl tlille tlapalle, que significa "el dueño de la tinta
surge es negra y roja" (León-Portilla, citado en Alcina, 1 992:23). La palabra
o? Sola- tlille significa tinta. Con esta frase se describe algo dd moJo de
l segura. pintar-escribir de los escribas: primero se delineaba el contorno de
e que en las figuras con la tinta negra; segundo, se las rellenaba de diversos
ra. Tam- colores, y tercero, se volvía a repasar el contorno con la tinta 11egra
:lelgado, (Marcus, 1992:92). A su vez, parece que existieron pictografías
mdrido, monocromas, por lo que Molina (1880 [1571]:96) consigna: ''Pin-
enas ha- t.ura de un solo color. fancecni ycac tlacuilolli. qancecní tlachia
r la des- tlacuí/olli". Coe (1977 :330.) opina que en la región maya la tinta
s que la negra era el medio de expresión más importante. Su afirm~tción se
días du- basa en el verbo maya zabactah, que significa escribir. La raíz del
>pició el verbo, zabac, significa tinta negra, la que se obtiene de un árbol
dopción llamado zabac che.
y quizá
/:
N
Tabla 6 ~
o-.
La producción de colorantes

Colar lvfateria prima Método de producción

Material orgánico Material inorgánico


'(~·,
' blanco 1} piedra chimaltízatl tipo de 1) se ruesta
yeso
2) ti=atlalli (tiza enriquecida 2) se amasa como la arcilla
con Jllaf!IlesinL
.L .
nt>~rrn ninn flrntl t><;ne:ciP ciP :.trcill::~ La ceni7.a se I'!'Uardaha en vac;iias de CPr::ímic:~
a:~:u1 tn:ntlé
turquesa • matlalxihuitl o matlal- Las hojas se sumergen en agua hirviendo y se
celeste quahuitl (Guayacum revuelven hasta que el agua se riñe del color .-
coulteri gray o sanctum deseado. Después se vacía el agua en una
,...,
L) vasija de cerámica y se deja descansar varios
·índigo o xiuquilipit· días hasta que el pigmento se sedimente. "'
oo(

záhuac (lndigofera Este pigmento se recoge y deja secar al sol y ~~.

( .u.. o )<;a .lvfil/1 ..J. oosteriormenre al fue2:o e:


:i
,rn-,rilln •nrt1tln'Yf'f1lli
~
verde Se obtiene de la mezcla del z.acatlaxcalli con ~

OSLLIID Pl tn:ntli "'


....
fOJO achíotl (hispanizado: Se cuece en agua ~
~

::.chiorP) .....
púrpura nochei;t/i (cochinilla), la Se ruesta, se cuece en agua o en vapor de 5-
z
morado especie usada es el agua. Después se seca al sol y en un ~
Dactilopius coccus, procedimiento secreto se preparaba en ;:::::
;.:
también se recogía las forma de panecillos para la venta y su uso
~
o-PnPr:.tl 1
----------------------------------- ------ -- -~-----~- ---------

NDIGF.NA ... EL ESCIHIIA ¡.,IESOAMERICANO y' SliS IHENSIUOS DE TltAI!AfO ... 247

Lenz (1973:77), basándose en el cronista Hern<indez (1570),


informa que los colores se fijaban con mortlientes o fijadores que se
obtenían de la raíz de la planta amatzauhtli o tzdcuhtli, que era
cortada en trozos pequeii.os, secada· al sol y después molida fina-
mente. Martínez (1974:75) nos narra que en d México antiguo exis-
tían tres clases de mordientes. Además del L.zacuhtlt (Epidendrum
pastoris LL et Lex.), se empleaba también la raíz de una planta acuá-
tica, atzauhtli o tzauhtli, así como una sustancia obtenida de
chichiltictepetzacuxóchitl (Lae/ia autumnalis Ud), la que era menos
codiciada.
Como era usual en la Europa de entonces (Cortés, 1986:2), el
escriba mesoamericano debía conocer muy bien sus colorantes y la
forma de mezclarlos (Sahagún, 1990 l1577], libro x, cap. H:681-
682, citado al comienzo de esta contribución). Lo que no podemos
precisar es si el mismo escriba buscaba la materia prima o la adquiría
en el mercado. Probablemente esto último fue el camino habitual,
porque Hernández relata que en los mercados se podía adquirir "di-
ferencias de pigmentos desconocidos para los nuestros que se fabri-
can de flores, frutos, raíces, hojas, cortezas, piedras, madera y de
otras que no podrían sin fastidio enumerarse con exactitud,
(Hernández, 1986 [1570], lib. 1, cap. 27:1 05).
Con mayor detalle describe Sahagún la disposición de la venta
en el mercado:

El que vende los colores que pone encima de un cesto grande


es de esta propiedad: que cada género de color pónclo en un
cestillo encima del grande, y las colores que vende son de todo
género, las colores secas, y colores molidas; la grana y amari-
llo claro, azul claro, la greda, el cisco ~k teas, c.ndcnillo, la
alumbre y el ungüento amarillo llamado axi, y el chapuputli
mezclado con este ungüento amarillo, llámase tzicrli, y el al-
magre.( ... ] Allende de todo lo dicho, vende también el betún
que es como pez, y el encienso blanco, y agallas para hazer
tinta, y la cevadilla y panes de azul, y azeche, y marcaxita.
(Sahagún, 1990 [ca. 15771, tomo B, lib. 1O, cap. 21: 706-70?). ·

También queda por aclarar hasta qué punto se siguieron usando,


duranrc la Colonia, los colorantes indios, especialmente la finta ne-
gra. Con la invasión española se introdujeron nuevos tipos de tintas,
--------------· ··---·-- ..

248 1.11\ROS Y ESCRITIIRA DE TRADICIÓN INDI(;ENA ...

cuya durabilidad y calidad dependían además del tipo de documen-


to que se debía escribir; es decir, si e~a éste importante o no. Además
de los famosos libros de caligrafías para escribanos, existían tam-
bién recetas para mezclas de tintas (Mut, 1994).

INSTRUMENTOS DE ESCRITURA

Se pintaba con pinceles confeccionados de pelo de conejo. Los pelos


se seleccionaban según el grosor para elaborar pinceles de diferente
espesor (Gutiérrez, 1992:9; véanse figuras 2a, 4 y 5). Lamentable-
mente no se pueden reconocer bien los detalles de un pincel en las
representaciones (figuras 2a, 4 y 5). En la época Clásica sabemos
por las ilustraciones de la región maya que allí se tenía en uso prefe-
rentemente cierta clase de estiletes (véase cuadro 7 del artículo de
Grube, en esta obra). Coe (1977:336) nos dice que se trata de plu-
mas de pavo. (probablemente la figura 5 es un ejemplo). Se pintaba
con el lado que tenía barbas, lo que permitía hacer líneas largas sin
interrumpir el trazo. Sin embargo, una representación de la época
muestra que existían pinceles; es decir, un mango en cuyo extremo
se encuentra un mechón de pelos (figura 4a). Gtube (en esta obra)
señala que a modo de estilográfico se usaba una caña que tendría
algún mecanismo que permitiría un flujo constante de la tinta.
Como tintero se servían los mayas de valvas de moluscos, ca-
racoles partidos (figura 7 en el artículo de Grube, en esta obra) o
una vasija de piedra. Con estos instrumentos se representan los es-
cribanos en el arte maya. En una ilustración del Códice Vindobonensis
(lám. 48v, fig. 4a) se observa el uso de vasijas para los colorantes y
tinta en la región mixteca. No tenemos datos sobre el tipo de mate-
rial usado par:\ su confn:":i6n.
Igual que con la preparación de colorantes, no sabemos si el
escriba hacía sus instrumentos de escritura o si los obtenía en los
mercados. En la época colonial se introdujeron las plumas o cálamos
para escribir que eran mayormente de ganso o gallo, que debían
tener un cañón largo, fuerte y limpio:

Había que templarlas, operación que consistía en desbarbarlas,


limpiarlas, cortarlas por dos lados en forma de horquilla y
darles un corte en el medio, con mucho cuidado, llamado crena.
. ······· .......... --·-·--·-·-~-~----

E1. ESCRIIIA Ml'snAMEIUcANO Y sus m·ENstuos nE TllAIIA.tn ..• 249

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1os si el
. en los (b)
:¡\la mos
debían

Figura 4. a) Una mano, sosteniendo un pincel, emerge de las mandíbulas de ltzamná


en forina de dragón-serpiente. Hueso grabado proécdentc de la rumba de Hasaw
Ch'an K'awil, en templo 1 en Tikal, Guatemala; b) Ejemplo procedente de la cultura
y
mixteca, Oaxaca. Códice Vindobonensis.
l.
250 LlllkOS Y F~CRJTIIRA lll' TRADICIÓN INDIGENA ...

Figura 5. El dios hontbre-mono sostiene un tintero y pincel. Detalle en una pieza


maya citada por Michacl D. Coc, "Supernatural Patrons of Maya Scribes and Artists",
p. 343.

Se igualaban las dos puntas, dejando la de la derecha apenas


un poco más larga. (Cortés, 1986:2}.

Para escribir los libros corales se empleaba una caña para ha-
cer líneas anchas (Millares y Mantecón, 1975:48). Análogo a la tin-
ta, el escriba español preparaba parte de su material de trabajo, un
procedimiento nuevo que el escriba indígena debía aprender.

Entre el instrumental utilizado para los escritos caben men-


cionar, adeJilás [del papel y la tinta), la mina de plomo; las
cat1as o cálamos y las plumas y pinceles con que aplicar tinta y
colores; los cortaplumas; los raspadores, gomas y esponjas
para borrar; compases para marcar equidistincias entre líneas
o columnas, así como reglas, escuadras, cartabones, pautas y
falsillas para disponerlas con regubridad; secantes de natura-
leza varia y depósitos donde conservar los pigmentos. (Mut,
1994:103-104). '

Lo anterior nos da una idea de los múltiples utensilios que


debió tener también el escriba indígena a disposición para pintar sus
códices, pero de los cuales, lamentablemente, casi no existe infor-
mación.
Al comienzo de la época colonial deben haberse seguido trans-
mitiendo los conocimientos sobre los códices y la preparación de los
\

~1
..¡ INDIGENA ••. EL ESC:IHBA MESOAMERIC:ANO Y SUS liHNSil.IOS DE TltAIIAIO •.. 251

utensilios necesarios para la escritura, y tal vez fueron ampliados


por el aprendizaje y apropiación de técnicas europeas. El siglo XVIII
representa sin embargo uri decaimiento, puesto que ya no se conti-
nuó con esta tradición. Las causas todavía quedan por determinarse.
En todo caso, de esta manera se ha perdido una parte de los conoci-
mientos indígenas y de su herencia cultural.

una pieza
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