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PRÁCTICO N° 11

Clínica de la actividad: entre la actividad y la subjetividad


Bibliografía: Santos, M. Análisis Psicológico del trabajo: de los conceptos a los
métodos.
Hoy vamos a estar abordando la unidad 8: Clínica de la actividad, entre la actividad
y la subjetiva. En este texto, Santos aborda y desarrolla los principales conceptos
de la clínica de la actividad. La clínica de la actividad es una línea teórica
desarrollada por Yves Clot, quien es un filósofo y psicólogo francés que trabaja en
el Conservatorio Nacional de Artes y Oficios, al igual que otros autores como
Dejours. De hecho, como vamos a ver a continuación, la línea propuesta por la
clínica de la actividad es una línea que toma y comparte varios puntos en común
con las dinámicas del trabajo que veíamos en la clase pasada.

Otra de las bases de la línea de la clínica de la actividad es los desarrollos de


Vygotsky y, justamente, desde sus desarrollos vamos a tomar un poco este
principio básico que postula la clínica de la actividad: en el ámbito del trabajo, el
sujeto desarrolla su subjetividad (esto pensémoslo también en relación a lo que
veíamos la clase pasada de la psicodinámica del trabajo). La clínica de la
actividad dice esta subjetividad es desarrollada en un marco colectivo, en la
interrelación con los otros, en donde los sujetos desarrollan su actividad.

En primer lugar, podemos recordar que la clase pasada veíamos esta relación
entre la organización prescrita y la organización real, esta brecha en el medio. La
clínica de la actividad se basa en este vínculo y, también toma para profundizar,
un vínculo similar que plantea la ergonomía: disciplina que se encarga del diseño
de lugares de trabajo, herramientas y tareas que sean acordes a las necesidades y
las capacidades de los trabajadores.
La ergonomía también plantea dos aspectos que hacen al trabajo: la actividad y la
tarea. La actividad se correspondería a la organización real y la tarea a la
organización prescrita. Entonces también, la clínica de la actividad, tomando
estos vínculos compartidos en todas estas corrientes teóricas, plantea justamente
lo real-actividad con una brecha de lo que es lo prescripto-tarea. Es decir que, la
propuesta de la clínica de la actividad va a ampliar entonces lo que desarrollamos
la clase pasada desde la psicodinámica del trabajo. En esta clase vamos a intentar
poder analizar esta relación entre lo prescripto/tarea y lo real/actividad a la luz de
las modalidades actuales de trabajo. Sobre esto, la clínica de la actividad también
se va a plantear qué es la actividad y por qué los trabajadores realizan este esfuerzo
que implica la actividad, el transformar esto prescrito en lo real

Como vemos acá, hay una foto de un ferrocarril, vemos de fondo la Torre Eiffel y,
justamente en esta ficha, ustedes van a encontrar un ejemplo que toma Clot para
poder definir varios de sus conceptos y que vamos a desarrollar en este pequeño
vídeo para seguir profundizando.
Clot realizó una observación sobre el sector de conducción de trenes de los
suburbios de París. Lo primero que observa Clot es que, en el pasado, las
formaciones, los trenes, tenían tres trabajadores que trabajaban dentro de esta
formación:
- Por un lado, tenían un conductor a cargo, que era quien manejaba.
- Por otro lado, un conductor asistente que ayudaba a este maquinista a
cargo.
- Por último, un auxiliar que avisaba cuando se va a llegar una estación,
controlaba que ningún pasajero tuviera un accidente y asistía -de alguna
manera- también a esta tarea de conducción para que se pudiera
desarrollar sin mayores problemas.
Ahora, yendo a la actualidad, Clot observa que ya no hay tres trabajadores, hay uno
solo sobre los trenes, hay un solo más maquinista que hoy en día está haciendo
las actividades que en algún momento hacían tres trabajadores. Podríamos pensar
entonces, desde esta mirada/simple observación, que la conducción es una
actividad que este maquinista realiza o ejerce en soledad. En esta actividad
aparentemente no existiría un colectivo de trabajo: el trabajador estaría solo.
De esta forma, este trabajador que se encuentra solo constantemente tiene que
resolver un montón de conflictos de criterio que, en otro momento, lo podría
realizar con la ayuda de estos compañeros. Estos conflictos de criterio van a
tener que ver, por ejemplo, con evitar llegar tarde de una estación a otra para poder
cumplir con los horarios, pero, a su vez, también va a haber riesgos, porque si se
apura mucho puede chocar con otro tren que vaya un poquito más adelante.
Siguiendo con su observación, Clot encuentra que -en realidad- existen otros
trabajadores que ayudan a este maquinista a poder, por ejemplo, resolver todos
estos conflictos. Por ejemplo: existe la figura del regulador, que es aquel que desde
un centro de control va a ayudar a dar indicaciones a este maquinista -y a todos
los demás- para que puedan llegar a tiempo respetando los tiempos digamos de
cada formación. De esta forma, lo que podemos pensar, es que la actividad de
este regulador penetra en la actividad del maquinista.
Asimismo, también la actividad que realicen otros conductores de otras
formaciones va a afectar la actividad de este maquinista. La actividad de este
maquinista también se va a ver afectada -por ejemplo- por los humores de los
pasajeros que están adentro de ese tren, que si él llega tarde van a estar de mal
humor y seguramente van a afectar la atmósfera de su propio espacio de trabajo.

De esta forma, pensamos la actividad de este conductor resulta de lo que otros


hacen, él va a poder llegar o no a tiempo de acuerdo a lo que el regulador le indique,
de acuerdo a lo que hagan otros maquinistas. Pero, también incide en esta
actividad de otros (por ejemplo, de los otros maquinistas). Entonces de esto se
desprende que el maquinista no se encuentra aislado: existe un colectivo
invisible de trabajo cuyas actividades invaden esta cabina de conducción que,
aparentemente, en una primera observación, sería una cabina solitaria. Desde
ahí también se desprende un concepto central de la clínica de la actividad, que es
que toda actividad es siempre una co-actividad, es decir, es una actividad que
se da como respuesta a la actividad de otros. No es que se oponen a esas
actividades de otros, sino que se construye o se apoya o se aproxima en la
actividad de otros.
Volvemos, entonces, al ejemplo de los ferrocarriles para seguir observando y
pensando estos conceptos que plantea la clínica de la actividad. Otras de las
observaciones que hace Clot es que las formaciones (cada uno de estos trenes)
cuenta con un sistema de control de velocidad. Este es un sistema por el cual, si
el conductor va más rápido de la velocidad máxima permitida, la formación se
apaga, se detiene, no hay forma de pasar esa velocidad máxima. Esto hace,
entonces, que el control del maquinista sobre esta formación sea limitado. Si el
conductor no tiene que ocuparse por no pasar esa velocidad máxima, entonces
probablemente va a tener tiempo para pensar en otras cosas. Esas otras cosas que
empiezan a aparecer frente a esta no-necesidad de control en la mente de estos
trabajadores son preocupaciones que muchas veces van más allá de la tarea; por
ejemplo: el conductor puede empezar a pensar en las cosas que tiene que hacer
cuando vuelve a su casa, o en alguna pelea que tuvo con algún compañero de
trabajo.
Como dice Clot, la mente de este conductor empieza a vagabundear. El riesgo
es que si el trabajador se distrae demasiado puede causar graves accidentes; por
ejemplo: puede no frenar cuando llegue a una estación de tren. Entonces, Clot se
pregunta cómo hace ese conductor para mantener su atención y no distraerse con
todos estos otros problemas que aparecen en su mente.

En este punto, Clot empieza a observar que el dispositivo de control de velocidad


puede usarse tanto de forma automática como de forma manual, y detecta
justamente que los maquinistas no lo usan de forma automática, sino manual.
Inclusive observa que existe un juego entre los maquinistas que consiste en usarlo
de forma manual e intentar manejar y acercarse cada vez más a esa velocidad
máxima, pero sin tocarla (si la sobrepasan, se frena la formación). Entonces, todos
los maquinistas hacen este juego e, inclusive, empiezan a registrar los números
los maquinistas y destacan qué maquinista logra acercarse más a esa velocidad
máxima sin que se le frene la formación. Empiezan a generar -de alguna manera-
un juego alrededor de todo esto.
Desde acá podemos pensar que este instrumento técnico [control de
velocidad] pasa a ser un instrumento psicológico que permite la gestión del
propio sujeto en la acción. En este caso, permite el pasaje de la preocupación de
otros problemas a la ocupación vinculada con la actividad. A esto también lo
podemos llamar catacresis, donde el instrumento se usa con un fin distinto al
original generándose una mayor movilización cognitiva y subjetiva.
Lo más interesante es que esto no es un desvío del trabajador, sino que es una
herramienta profesional, una herramienta que va a favorecer el desarrollo
profesional. Justamente, es una herramienta que emerge de la profesión: no
está prevista por la tarea prescrita, pero es central para la realización de esta
actividad real. Es el modo en que los trabajadores se deshacen de sus otras
actividades o actividades de los otros, transforman esas preocupaciones en
ocupaciones.

En este punto, es interesante tomar esta frase que trae Vygotsky: “A cada minuto
el hombre está plena de posibilidades no realizadas”. La actividad consiste,
entonces, en deshacerse de la actividad de otros. Si el conductor constantemente
está pensando que otro maquinista puede atrasarse y, entonces, no va a poder
llegar a tiempo con su recorrido, probablemente se distraiga y no pueda realizar su
propia actividad. Cuando hablamos entonces de lo real, de la actividad, estamos
hablando de una actividad que incluye dos componentes: la actividad realizada
[lo que la persona realmente está haciendo] es sólo una parte de lo que es posible
hacer [es lo visible, lo que vemos a simple vista]. Pero, para poder hacer eso la
persona, también tiene que dejar de hacer otras cosas, por ejemplo: dejar de
pensar en lo que va a ser otro conductor. Entonces, la actividad incluye también
lo que no se hace, lo que no es visible. En muchos casos, esto que no se hace
es también lo que a uno le gustaría hacer, pero no puede hacerse en este contexto.
Dice Clot que, todo esto que no se hace, también es lo real de la actividad.
Es importante tener en cuenta esto real de la actividad además de la actividad
realizada. ¿Por qué es importante? Porque todo esto que uno reprime y que no
puede hacer es cansador, entonces también hacia la actividad.
De esta forma, podríamos decir que -por el momento- la relación entre lo
prescripto/tarea y lo real/actividad es esta que vemos en esta filmina. Ya la
clase pasada, cuando veíamos psicodinámica del trabajo, decíamos que entre lo
prescripto y lo real hay una brecha, y esta brecha son las tensiones que se
dan entre lo que se debería hacer y lo que realmente se hace.
Así, en el ejemplo de los trenes que venimos trabajando, los maquinistas tienen
como tarea prescripta el llegar de una estación a otra a una determinada velocidad
controlada por un dispositivo. Decíamos que, si ellos ponen el dispositivo en
automático, su mente empieza a vagabundear y no puede dejar de pensar en otras
preocupaciones que le impedirían realizar su actividad. Frente a esto decíamos
que ponen el dispositivo en modo manual y juegan a controlar ellos la velocidad
para no llegar a tope.
Ahora, si este juego no fuera compartido entre todos los maquinistas, entonces
sería la transgresión, sería un solo maquinista que está transgrediendo y poniendo
en modo manual, cuando en realidad todos ponen en modo automático. Entonces,
justamente como esto es algo compartido, incluimos este concepto que es el de
género profesional.
¿Qué es el género profesional? Es lo prescripto, informal y colectivo. Es
prescrito por un colectivo de trabajadores, son obligaciones compartidas en un
determinado medio profesional, es la forma de hacer la actividad en un
determinado momento y en un contexto concreto. Si analizáramos -por ejemplo-
en otro colectivo de maquinistas de otra ciudad probablemente no exista esta
herramienta profesional que forma parte de este género profesional. Esto es algo
que analiza Clot en ese contexto laboral. Esto es importante porque también
genera pertenencia social y, al mismo tiempo, es un recurso de acción, es una
forma de realizar esa tarea, es lo que hace a la actividad en concreto colectivo de
trabajo.
Ahora bien, a lo prescripto/tarea. la clínica de la actividad lo llama también la
organización de trabajo. Esta organización del trabajo es la que plantea las
características de la tarea a realizar. Sobre esta base, el colectivo de
trabajadores construye sus propias reglas y lenguaje. Esto es el trabajo de
organización.
El género profesional o el trabajo de organización establece los límites de lo que
es aceptable e inaceptable en ese trabajo, en ese contexto de trabajo. Les aporta
a los individuos/trabajadores que forman parte de ese colectivo un bagaje de cómo
se espera que actúen. Cada individuo, a su vez, va a tomar este bagaje y le va a dar
su propia impronta, generándose a nivel individual lo que la clínica de la actividad
llama el estilo profesional.
Si en la organización de trabajo no se construye un género profesional, la clínica
de la actividad dice que ese trabajo se va a empobrecer. Entonces, es fundamental
que exista una organización de trabajo que plantee cuál es la tarea necesaria
realizar (por ejemplo: conducir los trenes de París); pero, al mismo tiempo, es
importantísimo que ese colectivo de trabajadores que tienen que conducir esos
trenes pueda construir sus propias herramientas y su propio género
profesional. Si eso no existe, los sujetos se van a volver a sí mismos y ahí es donde
se dará el sufrimiento, porque no hay posibilidad de construcción colectiva, de
creación. Esto se puede traducir en accidentes, falta de productividad y un montón
de otros indicadores organizacionales.
Por esto, y por esta relevancia del género profesional, justamente la metodología
que plantea la clínica de la actividad tiene que ver con el poder proveer
herramientas que favorezcan el desarrollo de un género profesional. Por esto
considera la clínica de la actividad que es fundamental que en los espacios de
trabajo haya debates, controversias y que no estén todos de acuerdo: el
desacuerdo es lo que posibilita el cambio. Las herramientas en las que basa su
práctica la clínica del trabajo tienen que ver con poder generar estos espacios de
debate y de reflexión sobre la actividad que se realiza.

Por último, lo que podríamos pensar es la estructura dinámica de la actividad


que venimos desarrollando. La clínica de la actividad plantea que, al analizar la
actividad, tenemos que tener en cuenta cuatro facetas (que a lo largo de la clase
de hoy estuvimos desarrollando)
(1) La primera es la faceta personal: la actividad es personal, los individuos,
cada uno de los sujetos, cada uno de nosotros, realiza múltiples
actividades.
(2) Pero, también es interpersonal: todas las actividades que se realizan son
coactividades que están dirigidas y condicionadas por las actividades de
otros, aun cuando aparentemente se esté aislado en el puesto de trabajo.
(3) También podemos pensar que la actividad es transpersonal: está
atravesada por la historia colectiva de trabajo, por el género profesional,
ese género que construye ese colectivo de trabajadores
(4) Por último, también podemos pensar que la actividad es impersonal:
deviene de lo prescripto, de la organización del trabajo, que es quien asigna
una tarea prescrita, que luego es atribuida a un trabajador y la transforma a
esa tarea en una actividad.

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