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Elogi

o a la bre
vedad
Poesía nakú

Krístel Guirado
Rúkleman Soto
(comps.)
La vuelta del paraíso
Poesía

Elogi
o a la bre
vedad
Poesía nakú

K rís te l G u i rad o
R úk le m a n S ot o
(c om ps . )
ELOGIO A LA BREVEDAD. POESÍA NAKÚ
Krístel Guirado y Rúkleman Soto (comps.)
Colección La vuelta del paraíso Nº 2

CONCEPTO: Krístel Guirado y Rúkleman Soto


DIAGRAMACIÓN Y EDICIÓN GRÁFICA: Krístel Guirado

©TÚNEL DIEZ COOPERATIVA MIXTA, 2020


ISBN: 978-980-7939-01-0
DEPÓSITO LEGAL: MI2020000566

LOS TEQUES 1201


MIRANDA, VENEZUELA
NAKÚ:
La poética del hiperinstante

Rúkleman Soto

El miércoles 11 de diciembre andábamos


celebrando el Día Internacional del
Tango, con una milonga más o menos
improvisada, en el local de El Guateque,
que también sirvió para ir preparando lo
que, dos días más tarde, sería el
relanzamiento del bar donde palpita la
vida culturosa de nuestra provincia.
Atrincherados en el rincón de la nueva
barra, inestable aún por los arreglos,
Felipe Ezeiza y yo ventilábamos la grave
decisión de bebernos un tercio o dos
polarcitas cada uno, asunto que terminó
resuelto por Anaibib Matamoros cuando
nos sirvió una doble dosis de 222 ml, que
no es una cerveza sino una vil

·3·
RÚKLEMAN SOTO

consumación de lo efímero, pero no le


dimos importancia porque Felipe debía
irse a estudiar.
Alejandro Sequera iba y venía con más
apremio que de costumbre para poder
reabrir el bar el viernes 15. No recuerdo si
hablábamos en ese momento de los
cuadros reiterativamente azules
colgados para la inauguración, o del
“equívoco poético” en Bloom, o de las
tersas piernas que danzaban en el salón,
o de Bashō; pero sé que se atravesó
alguna haikusería en ese momento,
porque Alejandro contó una cómica
experiencia de extravío creativo, que no
podía terminar sino en el caos poético
previo a toda creación.
Henys Peña había asignado, a sus
estudiantes de UNEARTE, investigar
sobre el haikú y escribir uno como
ejercicio para incitar la creatividad.
Cuando se trata de incitación, nada

·4·
RÚKLEMAN SOTO

como El Guateque. Alejandro se interesó


por el tema e intentó un haikú, pero
entendió mal las instrucciones y, en lugar
de escribir un texto de cinco, siete y
cinco sílabas (moras o jion) por verso,
intentó hacer uno de cinco, siete y cinco
letras por renglón. El resultado fue tan
espantoso y escatológico que da
vergüenza citarlo aquí. No obstante,
sirvió para ensayar algo respetable, en
un intento de enmendar en los mismos
términos la afrenta que se había
perpetrado contra ese monumento a la
brevedad que es el haikú. Con la
temeridad que dan 444 ml de cerveza
mezclados con un shot de cocuy,
aventuré los 17 caracteres en tres líneas
(5+7+5), no sin ayuda de mi joven
maestro Felipe Ezeiza:
Cielo
ave roja
El sol

·5·
RÚKLEMAN SOTO

Fue el primer asomo de un lúdico


ejercicio de hiperbrevedad, al reducir al
mínimo la unidad básica del poema hasta
llevar el verso lo más cerca posible a su
«grado cero» barthesiano. Nos
debatíamos en llamar aquel
divertimento “micro-haikú” o tal vez
“nano-haikú”, al tiempo que Gardel
llenaba el salón y las parejas de
milongueros marcaban el ocho, bajo la
guía de Juan Carlos Padrón. Alejandro no
tenía tiempo ni cabeza para detenerse
en el prodigio, pues debía reinaugurar El
Guateque en 72 horas.
La anécdota moría en ese instante. Al
suspender los compases tangueros,
quedó flotando la intuición de que
alguna rara pulsión estética se había
puesto en juego, reuniendo minúsculos
fragmentos de lo que W. Benjamin llamó
los residuos de un mundo soñado, cuya

·6·
RÚKLEMAN SOTO

forma sensible quedaba ahora


comprimida en el destello congelado de
una imagen.
Del tango al haikú hay un trecho que
Jorge Luis Borges ya había recorrido
desde 1981:
Callan las cuerdas.
La música sabía
lo que yo siento.

Quizás por esa razón, ni Alejandro ni


Felipe lograron sustraerse en toda la
noche de esos remanentes estelares de
la poesía, apretados como las enanas
blancas que describen los astrofísicos.
Hasta que el desvelo terminó por
cristalizar: Felipe no se fue a estudiar un
carajo y Alejandro dejó en suspenso el
bar por unas horas. El juego no había
terminado, el Facebook amaneció
constelado de lo que hasta entonces
habíamos llamado nano-haikú. De lado y

·7·
RÚKLEMAN SOTO

lado el (uni) verso se llenó de binarias


cataclísmicas, con resultados como este
de Alejandro Sequera:
Vivía,
mentira;
moría
O este de Felipe Ezeiza:
Gotas...
No, filos
de oro

Poco después el nombre de aquella


invención sería resuelto por Laura Eloísa
Soto, de manera coherente y lúcida, al
proponer la hermosa contracción NAKÚ.
Así, Pastora Briceño no tardó en elevar
su primer NAKÚ en honor a Matsuo
Bashō:
Viaje
Y niebla:
Bashō

·8·
RÚKLEMAN SOTO

Son estos, proyectiles diminutos de la


exaltación, lo imprevisto, la sorpresa,
que pueden incluso cumplir una cierta
conmoción.
El juego cortesano de los remotos tankas
y rengas japoneses, desarrollados en
sucesivos períodos que van del siglo VII
al XIV derivó –como afirma Andrés
Mellado– en “la progresiva
independización de los tres primeros
versos” que darían lugar al haikú.
Entonces, NAKÚ viene a ser –700 años
después y con 14.500 km de camino de
Los Teques (Venezuela) a Kioto– nuestro
plebeyo homenaje a ese momento
sagrado entre la palabra y el instante.
NAKÚ es ese brillo de estrella fugaz que
cae en el silencio, como si la música
supiera lo que nosotros sentimos.

·9·
ARS MÉTRICA DEL NAKÚ:
Brevísima filosofía de la
composición

Krístel Guirado

La métrica del nakú quedó previamente


definida en esa crónica poética del
hiperinstante –suerte de manifiesto
fundacional– en la cual Rúklemán Soto
nos relata el surgimiento de la nueva
actividad versificadora.
Nuestro cronista de la barra nos informa
que, transformada toda confusión en
ejercicio lúdico, un nakú está constituido
por tres versos, el primero de los cuales
cuenta 5 caracteres, el segundo 7 y 5 el
tercero.
No obstante, es necesario deslindar el
ejercicio de la lecto-escritura (actividad
propia de la modernidad) del hablar

· 11 ·
KRÍSTEL GUIRADO

(acto instintivo y natural de nuestra


especie). Así, la materia fundamental de
la poesía es la palabra y lo propio de esta
es el sonido, no la grafía. Valga esgrimir
que la unidad clásica de versificación, la
sílaba, es de naturaleza prosódica.
Mi propuesta se resume, entonces, en
tres postulados:
1º. Llamaremos nakú clásico a la
combinación de tres versos de 5/7/5
sonidos, respectivamente. Sirva de
ejemplo el título de un poemario de
Oswaldo González, gesto precursor
que surge en la sobrenaturaleza de
lo memorioso: Baila / Micaela / baila.
2º. En virtud de que el principio
constitutivo para la métrica del nakú
no es el carácter (o grafema) sino el
sonido (fonema), la unión de
algunas letras (ch, ll, qu, rr) equivale
a un solo sonido; ‘gu’ también es uno

· 12 ·
KRÍSTEL GUIRADO

en guinda y la ‘h’ no se cuenta en


ahora o huye porque es “muda”;
mientras que algunas letras
suponen dos (w, x). Asimismo, el
encuentro de grafías al final e inicio
de palabra cuentan uno, siempre
que se pronuncien como un único
sonido (caeen, trassu), pero no
cuando se pronuncian de forma
independiente (sin nada).
3º. Finalmente, si la tradición cultivó
composiciones poéticas, nuestra
tradición nakusera también puede
cultivarlas.

En mi caso, he hecho evidente el método


de la composición al ensayar tríos de
estrofas con repentismo –en memoria al
canto de improviso– y al proponer el
sonaku –en homenaje al soneto–, una
composición de dos nakú clásicos (5/7/5)
y dos “duetos” (5/7 y 7/5).

· 13 ·
A LEJANDRO S EQUER A

Dolía, Vivía,
siempre mentira;
dolía. moría.

· 15 ·
ALEJANDRO SEQUERA

¿
y si me
invento
besos

tuyos
en tanto
te veo

huir de
la ruina
que soy?

· 16 ·
A NAIBIB M ATAMOROS

Y aquel Era de Fuego


efímero Auroras cae de él
cielo sí, era aún hoy

· 17 ·
ANAIBIB MATAMOROS

Detrás de la barra
Tango,
poetas y
cocuy

allí en
Guateque
donde

nació
ese nakú
breve

· 18 ·
ANAIBIB MATAMOROS

Una tarde (sonaku)


Notar
el aroma
a café

Anida
en mi ser
anhelo

Luego,
la lluvia

mi ánimo
agita

· 19 ·
A RISEL C ARBONELL

Bajo protesta
Bala y Somos La paz
canción Tiempo y Contigo
Ella es Fuera Lejos

· 21 ·
ARISEL CARBONELL

Mi vocación
Y en mi
arrechera
andas

En eso
milito y
veo ahí

Cómo ha
caído el
ángel

· 22 ·
B RYAN Z ACARÍAS

Mujer Salva Soy el


bebe las esa gota volcán y
nubes mi sed el río

· 23 ·
BRYAN ZACARÍAS

Diálogo en el reino del sueño


a Oswaldo González

Soñador Rebelde
duelo sobre
riega la arenas y
tarde lodos
juego canta
a vivir y niégate
caigo a caer
ser es tu voz
un punto reviste
quieto la sed
ave de vuela
sombras enigma
y oros de sol
VUELA
cae en tu
sueño

· 24 ·
D AVID A LTUVE

Gavilán
Rapaz
inmóvil
vuela

· 25 ·
E LIZABETH R OMERO

Puede Crece Pensó,


no serlo soñando no lo vio
él, uno serlo no fue

· 27 ·
F ELIPE E ZEIZA

Templo
El ojo Un río: Fuego
fue cruz Amantes... y piedad
sin fe o nada adiós

· 29 ·
FELIPE EZEIZA

Nakú al lirio
(((Lirio)))
susurro
del té

Tres variaciones de Nakú al lirio


Lloras
en calma
(((Lirio)))

Si cae
serás el
(((Lirio)))

Un pez
tao en el
(((Lirio)))

· 30 ·
FELIPE EZEIZA

Trazo + ánimas = portal


Y haces
mar de ti
sin mí

Santo
tu favor
ardió

Nunca
sueltas
tu sed

La ola
lamento
vital

· 31 ·
H ENYS P EÑA

Arado Huidas Tierra


de dolor perenne quemadas
amada fugas huellas

· 33 ·
HENYS PEÑA

Invocaciones desde el barrio


Y ahora
nueva fe
y éter

Calles
reñidas
de son

Baila
cerveza
a coro

· 34 ·
K RÍSTEL G UIRADO

Mi sur, quizá
y solo mi sur quizás
oscilas en tu voz va y ven y
mi sur quizás un mar

· 35 ·
KRÍSTEL GUIRADO

Sonakus al colibrí
I
Evade
a la rama
surta

cruje
a quietud
a hogar

¿puede
ser amor

si pende
si ata?

· 36 ·
KRÍSTEL GUIRADO

II
Añosa
sin olor
bafeo

acaso
me abro y
asomo

yerma
una flor

marchita
breve

· 37 ·
KRÍSTEL GUIRADO

III
Huye sí
ve tras su
mosto

danza
y abreva
tu sed

lejos
agoniza

mi aroma
sin ti

· 38 ·
L AURA E LOÍSA S OTO

Torso
arbóreo
al Sur

· 39 ·
LAURA ELOÍSA SOTO

La sílfide (en cuatro actos)


BRISÉ:
soy leve,
aérea

BLANC:
flora de
tules

EFFACÉ:
dos alas
rotas

CROISÉ:
un silfo
muere

· 40 ·
M ANUEL A LMEIDA

El día La ira Juega


carcome sí poeta palabra
a gota la ira cruje

· 41 ·
MANUEL ALMEIDA

Sonakus para seguirte


a Krístel Guirado
I
Suave
mi hembra
baila

suelo
retumba
y bate

se cae
atruena

reclama
y te ve

· 42 ·
MANUEL ALMEIDA

II
Amaso
y amanso
furia

vibro
al borde
y en ti

mujer
deleita

alienta
mi ser

· 43 ·
MANUEL ALMEIDA

III
Entre
mixtura
crean

rozan
en la vía
llamas

dulce
y mortal

insurge
tú voz

· 44 ·
O SWALDO G ONZÁLEZ

Baila
Micaela
Baila

· 45 ·
P ASTORA B RICEÑO

Un Sol Danza Cielo


Púrpura El cielo Y pincel
Lirio Laura Tu día

· 47 ·
PASTORA BRICEÑO

Ojo de
Alondra
Te vas
Canta,
Colibrí,
Adiós!
Llanto
De río el
Sauce
Poema:
Monte de
Labor.
Naces
Yagrumo
De luz
Viaje
Y niebla:
M. Bhasō.

· 48 ·
R ÚKLEMAN S OTO

El ojo Cielo Somos


no canta, de penca, para con-
siega ebrio jugar

· 49 ·
RÚKLEMAN SOTO

De: Cantos dantescos

Canto I
Leo tu
terceto,
poeta

Y digo,
perdido,
sordo

de una
a la otra
oreja

que yo
resbalo
sin fe

· 50 ·
RÚKLEMAN SOTO

por la
ira roto
vacío

Soy el
que dice
«Orcus»

Y sumo
avernos
al día

· 51 ·
RÚKLEMAN SOTO

Canto VI
busco
alterar
mi sol

mayor
de bardo
menor

Soy un
torpe sí
(bemol)

“colui
che piange
e dice”

· 52 ·
RÚKLEMAN SOTO

Ese que
se comió
la luz

en las
esferas
vanas

de este
abatido
mundo

Tardo
y triste
ángel

que ya
no sabes
morir

· 53 ·
S OFÍA R OMERO

Brisa Pinta
llévalos oscuras
lejos noches

· 55 ·
Y URIMIA B OSCÁN

Definiciones
Y dijo Y dijo: Sé mar
Dios a él: A ti creo Sé tempo
Trina ánima Sé sal

· 57 ·
YURIMIA BOSCÁN

Vuelo
Soy ella
sin mí
Lloras
agua sal
y flor
Tu sed:
breve sí
mismo
Golpe:
abrazo y
lanza
Rozar:
Agriado
suero
Sin mi
lágrima,
¿a quién?

· 58 ·
YURIMIA BOSCÁN

Mi ojo
es brasa
ciega
Tú y yo:
Máscara,
óxido
Tul de
posible
cielo
Lluvia
sobre él
Ocaso
Somos
puertos
y azar
Selva
donde va
su ala

· 59 ·
YURIMIA BOSCÁN

Fui yo
en vez de
cielo
Alada
la senda
miras
Papel:
mi único
hombro
Estoy
Inversa:
Vacía
Surco
tras ella
mi lis

· 60 ·
TIZAYQUE
(Maíz en flor)
Hemos elegido la armoniosa expresión
tizayque para titular este canto a la arepa, y
en sentido amplio al maíz, como un viaje hacia
las voces ancestrales de nuestros pueblos
originarios, aquellos que habitaron la zona
nororiental venezolana, antigua provincia de
Cumaná, quienes amasaron y dieron forma a
una cultura que nos atraviesa y nos define
desde el paladar.

GLOSARIO DE VOCES INDÍGENAS Y VENEZOLANISMOS


Aripo = v. budare.
Ayaze = maíz cariaco.
Budare = plancha para cocer de barro o hierro.
Pilón = mortero para la molienda.
Erèpa = maíz, comida, sustento.
Patna = piedra honda de moler maíz.
Poƈta = alegría, gozo.
Yhuache = pilar [maíz].
Yurar = maíz tierno.

· 63 ·
Tizayque
FELIPE arepa
canto de
lunas
fuego
y budare
¡cantó!
Llamado Muele / io, pilón / y dame
RÚKLEMÁN aripo
del barro
naces
sin ti
el mundo
ayuna
yurar
es nunca
llorar

· 65 ·
de oro
el brote
ayaze
oh mano
manita, oh
amasa
Llamado Muele / io, pilón / y dame
KRÍSTEL erèpa
sol de mi
tribu
ahonda
mi canto
patna
en tus
mil voces
aya-ká

· 66 ·
corre y
ve-i-dile
erèpa
Llamado Muele / io, pilón / y dame
MANUEL calma
a carato
mi sed
sabor
–zea mays–
a calle
somos
gente de
yhuache
Llamado Muele / io, pilón / y dame

· 67 ·
YURIMIA sabor
antiguo
poƈta
somos
mazorca
cacao
rueda
del maíz
DIOSA

· 68 ·
Índice
NAKÚ: LA POÉTICA DEL HIPERINSTANTE 3
ARS MÉTRICA DEL NAKÚ 11
Alejando Sequera 15
Anaibib Matamoros 17
Arisel Carbonell 21
Bryan Zacarías 23
David Altuve 25
Elizabeth Romero 27
Felipe Ezeiza 29
Henys Peña 33
Krístel Guirado 35
Laura Eloísa Soto 39
Manuel Almeida 41
Oswaldo A. González 45
Pastora Briceño 47
Rúkleman Soto 49
Sofía Romero 51
Yurimia Boscán 57
TIZAYQUE 61
Índice 69

· 69 ·
ELOGIO A LA BREVEDAD se terminó de editar el 20
de octubre de MMXX, año cero de la
pandemia, al cumplirse 166 años del
nacimiento del poeta vidente Arthur Rimbaud,
quien proclamó que “las invenciones de lo
desconocido requieren formas nuevas”.
Este libro fue concebido y creado para su
difusión digital, mediante Adobe Acrobat. En
su composición se utilizaron los tipos Candara
y Candara Light. La tirada es de un ejemplar,
descargable de forma ilimitada y gratuita
desde túnelDiez ediciones
La colección
La vuelta del paraíso está ubicada al
inicio de la calle Sucre, en la ciudad de
Los Teques. Es un recodo que evoca y
resguarda, en arquitectura y espíritu,
la ciudad matria. Al descampado de
su orilla, la voz de sus poetas ha
descendido neblina y ha cubierto de
imágenes las calles del pueblo. Con la
intención de honrar la vasta memoria
de los espacios, la íntima resistencia
del territorio y la amorosa cercanía
del terruño, hemos escogido su
nombre para designar nuestra
colección de poesía.

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