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Un

campesinado
ilícito? W IL L I A M R A M I R E Z T O B O N

WILLIAM El seis de febrero de 1995, en el acto de pre­ EL C O N T EX T O SO CIA L Y PO LITICO DEL


RAMIREZ
sentación de la política contra las drogas, el Pre­ «RESPLANDOR» GUBERNAM ENTAL
TOBON,
sociólogo, sidente de la República de Colombia, Ernesto
profesor del Samper Pizano, dijo lo siguiente: Las declaraciones de los dos más altos
Instituto de
Estudios Políticos
Colombia se ha convertido, lamentablemente, exponentes de la política oficial antidrogras, el
y Relaciones en un país productor de cultivos ilícitos: el 14% Presidente de la República y el Jefe Nacional
Internacionales del número de hectáreas sembradas para la Antinarcóticos, estaban enmarcadas, en sus dos
producción de drogas están localizadas en momentos de 1995 y 1996, por una enrarecida
nuestro país. Entre los años de 1993 y 1994 el atmósfera bilateral respecto de los Estados
número de hectáreas sembradas para estos Unidos que culminaría con la certificación
propósitos subió en 15°/o. Vamos a erradicar condicionada por interés nacional del primer
estos cultivos. Con la puesta en marcha de la año y la descertificación del segundo año. En
denominada «Operación Resplandor» ter­ febrero de 1995, a poco menos de un mes de
minaremos en un plazo de dos años y de la ca lificació n n o rte a m e ric a n a so b re la
manera definitiva, todos los cultivos ilícitos co n d u cta an tid rogas de n u estro país, el
existentes en el país. Para el presente año la embajador en Bogotá, Myles Frechette, ase­
meta son 44.000 hectáreas. El gobierno tendrá guró en un discurso ante inversionistas grin­
especial cuidado en asegurar que estas gos en América Latina que la certificación
operaciones se lleven a cabo con el menor para Colombia sería m uy difícil pues «en
impacto social y sin producir ningún daño Washington, tanto en la rama ejecutiva como
ecológico. en la legislativa, hay quienes creen que la
Y un año después, a comienzos de enero de administración Samper no se ha desempeña­
1996, el Coronel Leonardo Gallego, Director de do tan bien como habría podido.'21 Un alto
la Policía Antinarcóticos, mantenía vivas las funcionario del D epartam ento de Estado
expectativas oficiales al afirmar, bajo la promesa aseguró, también, que «el gran problema es que
de erradicar durante tal año 35.000 de las 57.000 hay una crisis de confianza que se ha agravado
hectáreas de narcocultivos existentes, que «a en los últimos años (...) y que se ha exacerbado
finales de 1996, los narcocultivos serán reducidos con todo lo que pasó el año pasado hasta llevar
a la mínima expresión»11’. a las relaciones a una situación casi raquítica».13’
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(1) «Frase de la semana», El Tiempo, enero 7 de 1996.


<2) «Colombia en jaque», revista Semana, diciembre 20 de 1994.
(5) Idem.
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La simetría temporal entre el inminente petrolera y donde, según las autoridades militares,
pronunciamiento de Estados Unidos y la pro­ los manifestantes campesinos estarían atentando
mesa de Samper de acabar a corto plazo con los contra la seguridad nacional.'61
cultivos ilícitos dio la penosa impresión de un Tres gravosas consecuencias empezaron a
presidente ansioso por revertir lo que, ante derivarse del énfasis presidencial en los cultivos
análisis calificados, era un dictamen irreversible. ilícitos dentro del marco global de la lucha contra
Para una buena parte de la opinión pública la el narcotráfico. La primera, a nivel internacional,
muerte oficial de los cultivos ilícitos no era más es la de debilitar los esfuerzos colombianos por
que otro de los fogonazos distractores del hacerle entender a los Estados Unidos que existe
gobierno para desviar la creciente presión de los una responsabilidad bilateral en el problema de
Estados Unidos. Tal impresión fue confirmada las sustancias sicoactivas según la cual la cadena
posteriormente por las acusaciones del exministro de estímulos a la drogadicción no empieza, como
de Defensa, Fernando Botero, en el sentido de se empeñan en publicitario, en el eslabón de la
que el presidente aconsejaba rebajar la presión producción. La autoculpabilidad implícita en la
de los gringos con medidas laterales de lucha figura de un vasto sector campesino dedicado a
que le permitieran evadir, por el momento, una las siembras y al procesamiento inicial de la droga,
confrontación crucial con el hasta entonces visible tiende a convertir el consumo en un simple
núcleo central del narcotráfico colombiano: el derivado de la producción como perverso lucro
Cartel de Cali. comercial. La segunda, a nivel nacional y
Pero la oferta a corto plazo del cadáver de directamente desprendida de la anterior, es la de
los cultivos ilícitos no estaba exenta de interiorizarle al país la imagen de un campesino
complicaciones. En gracia a las presiones criminal que cambia su vocación de siembra
coyunturales el gobierno se veía obligado a natural para el chontaduro, el caucho y el maíz,
acentuar, para hacer más jugosa su oferta, la por el proditorio cultivo de la coca, la amapola
dimensión del problema y a sobrepasar, en esa y la marihuana. La tercera es la de convalidar al
misma medida, los límites de la prudencia: según nivel del Estado colombiano, la denuncia hecha
datos oficiales, en el Guaviare había 23.900 por el ex embajador de los Estados Unidos, Lewis
hectáreas de coca sembradas, más del 60 por Tamb, sobre una narcoguerrilía que según las
ciento de la coca cultivada en Colombia, 15 por Fuerzas Armadas es otro cartel de drogas y que,
ciento de la misma cultivada en el mundo y por lo mismo, deja de ser sujeto de demandas
128.000 millones de pesos movidos en el último políticas y por consiguiente interlocutor en un
año gracias a las 150 toneladas producidas en el eventual proceso de paz, para convertirse en
mismo tiempo'4’; en 25 de los 52 departamentos objeto de un tratamiento delincuencial común.
del país había un total de 60.094 hectáreas sem­ En la coyuntura de principios de 1996 con lo
bradas de coca, amapola o marihuana.(5) que se veía ya como una inminente descer­
Lo que no advertía el gobierno es que junto a tificación, los colonos cultivadores de coca,
estas cifras emergía, inocultable, el desen­ amapola y marihuana volvieron a servir de
cadenamiento de una imprevisible dinámica argumento para tratar de disminuir la fuerte
social en el departamento del Guaviare, ese «mar presión de los Estados Unidos contra el gobierno
de coca» según palabras del director de la Policía colombiano. Si un año antes el andamiaje verbal
Nacional, General Rosso José Serrano, donde el se había asentado en los discursos presidenciales,
campesinado vinculado a los cultivos ilícitos se ahora el relevo le correspondía al Coronel
acababa de movilizar en contra de las fumi­ Leonardo Gallego, Director de Antinarcóticos de
gaciones con glifosato. Dinámica ampliada poco la Policía Nacional. Ya desde septiembre de 1995,
después al departamento del Putumayo, una zona la Dirección Antinarcóticos aseguraba haber
clave para la economía del país por su calidad erradicado el 50 por ciento de las 15.071 hectáreas

(4) «La batalla del glifosato», revista Semana, diciembre 20 de 1994.


(5) «Hay 23 departamentos blanco de narcocultivos». El Tiempo, mayo lo. de 1995.
(6) «Las malas hierbas». Revista Semana, enero 19 de 1995.
sembradas en el país, haber bajado a Colombia marihuana se mantuvo constante con 5.000
del cuarto al sexto lugar en la producción hectáreas cultivadas y a su erradicación se le
mundial de la droga y haber logrado recuperar dio una prioridad mínima. El gobierno
el 99 por ciento de las zonas productoras de colombiano dice que ha fumigado 28.051
amapola en las cuales, «hoy en día, ya volvieron hectáreas de cultivos ilícitos en 1995. Esta
los cultivos de frijol, maíz y maracuyá»17’. Al información no ha sido verificada. Sin embargo,
despuntar enero de 1996, el Coronel Gallego la producción de coca durante 1995 se
prometía la destrucción de las 37000 hectáreas incrementó en un 12 por ciento en com­
de cultivos ilícitos que aún quedaban en el país, paración con los años anteriores y es el doble
«meta perfectamente viable» para finales de año de lo que se cultivaba en 1987 (25.600 hectá­
si se tenían en cuenta los resultados inter­ reas). (...) La Policía Nacional dijo que había
institucionales obtenidos en 1995(8). Estos fumigado 3.970 hectáreas de amapola pero esta
resultados consignaban los siguientes logros: cifra no ha sido verificada (...) los cultivos de
25.402 hectáreas de coca y 5.074 hectáreas de amapola se han incrementado en Colombia
amapola, erradicadas; 573 laboratorios destruidos; durante los últimos años”11
99 pistas inutilizadas; 459 vehículos terrestres y Las contradicciones entre las cifras de
80 aeronaves inmovilizadas; 3.503 toneladas de Colombia y Estados Unidos así como las
insumos sólidos y de 1'218.789 galones de inconsistencias internas de las cuentas nacionales,
insumos líquidos incautados.*9’ dejaban la impresión de un manejo más político
No obstante las promesas y efectivas que técnico en la contabilidad sobre la
realizaciones en el campo de la lucha contra las erradicación de los cultivos ilícitos. En entrevista
drogas, el gobierno colombiano fue descertificado. concedida al Observatorio Andino de Cultivos
Según el texto oficial de los argumentos Ilícitos por el Coronel Leonardo Gallego, este
norteamericanos justifícatenos de tal medida, en explicó que en la verificación satelital hecha por
1995, Colombia continuó siendo el productor los Estados Unidos «sobre las 24.000 hectáreas
líder de cocaína en el mundo y un importante de coca fumigadas por Colombia en 1995», ellos
proveedor de heroína y marihuana. Los cultivos verificaron «la muerte definitiva de 9.000
ilícitos de coca continuaron incrementándose y hectáreas», sin que se haya «verificado el resto
en 1995 Colombia se convirtió, a pesar de los de extensiones fumigadas en 1995:2.476 hectáreas
esfuerzos de erradicación, en el segundo mayor de coca y 4.000 de amapola por el método de
productor de coca, después de Bolivia (...). Los erradicación manual». En suma, según el Coronel,
esfuerzos patrióticos y valientes de la Policía «las cifras presentadas por Colombia para 1995
Nacional (...) y de elementos de las Fuerzas ascienden a 30.476 hectáreas de coca y amapola
Militares carecen prácticamente de valor dada la erradicadas por métodos aéreo y manual», sobre
ausencia de un apoyo y compromisos fuertes las cuales se hicieron verificaciones de muerte
por parte del gobierno.00’ que oscilaron entre el 80 y el 70 por ciento para
Según uno de los conceptos del Departamento la coca y el 90 por ciento para la amapola.02’
de Estado, que le sirvió de base al presidente En la medida en que la interesada aritmética
Clinton para la descertificación internacional alrededor de la certificación era
El Gobierno de los Estados Unidos estima que sobrepasada por el dictamen norteamericano, los
la producción de coca y heroína en Colombia cultivos ilícitos le acentuaban al país el sustantivo
está en 50.900 hectáreas y 2.180 hectáreas carácter social de su aparición y desen­
respectivamente (...) la producción de volvimiento. Después de las grandes movi-

(7) «Erradicado el 50 por ciento de la amapola», El Tiempo, septiembre 15 de 1995.


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(8) «Ultimátum a narcocultivos», El Tiempo, enero 6 de 1996.


(9>«Policía Antinarcóticos», Balance de actividades, 1995, Bogotá, 1996, págs. 31 y 32.
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(,0) «Por qué nos descertificaron?», Portafolio, marzo 4 de 1996.


<u) «Según el concepto del departamento de Estado», El Tiempo, marzo 2 de 1996.
(l2) Observatorio Andino de Cultivos Ilícitos del Instituto de Estudios Políticos, entrevista, junio 29 de 1996.
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lizaciones de colonos contra la aspersión aérea de sustitución de cultivos ilícitos, Plante, varios
del glifosato realizadas en el Guaviare y el líderes campesinos coincidían en que si el Plante
Putumayo a finales y comienzos de los años era la zanahoria y la fumigación química el
1994-95, una nueva protesta se gestaba en el sur garrote, los colonos sólo habían recibido de este
del país por el incumplimiento de las promesas último.06’ Impresión traducida en términos
de inversión social regional hechas por el aritméticos y administrativos por funcionarios
gobierno para lograr el levantamiento del paro locales al afirmar, en el caso del gobernador del
campesino en tales departamentos. Más al norte, Guaviare, Eduardo Flórez Espinosa, que el Plante
en el Huila, departamento con la mayor área de no arrojaba los resultados esperados puesto que
amapola cultivada en el país, una iniciativa de de la promesa presidencial de los 17.000 millones
los campesinos evidenciaba el contraste entre el de pesos en inversiones sólo habían llegado a la
privilegiado lugar de los cultivos ilícitos en los región, 500 millones. «Hay un desaliento en la
pronunciamientos oficiales y el secundario gente, que anda preguntando cuando llega la
escalón ocupado en el calendario de sus semilla de los créditos blandos que se pro­
ejecuciones. En efecto, una organización metieron», concluía el mandatario seccional.071
identificada como asociación campesina pro­ Impresión complementada por el Alcalde de San
cultivos alternativos, reconocía vivir de la José de Guaviare, Néstor Augusto Gaviria, al
amapola, exigía la presencia social del Estado en recordar que, si la fumigación llevaba un año de
la región y advertía sobre el próximo cum­ aplicación ininterrumpida mientras los primeros
plimiento del plazo prometido por el gobierno dineros del Plante habían aparecido, con muchas
para atender sus necesidades. En lo que era un deficiencias, un mes antes, sólo quedaba visible
ultimátum, se decía que si no había cumplimiento un preocupante hecho: la aspersión con glifosato
oficial se reactivarían las siembras de la planta.(I3) perjudicaba las siembras de pancoger mientras
Por esa misma época, a mediados de 1995, varias que selva adentro «donde están los cultivos
corporaciones autónomas regionales reunidas en empresariales, la erradicación no está llegando».08'
San Agustín, Huila, estimaban que 300.000 A todas las situaciones anteriores se sumaba
pequeños productores de Caquetá, Guaviare, la ampliación del horizonte social de los cultivos
Putumayo, Vaupés, Amazonas, Meta, Serranía de ilícitos al incorporar en su dinámica nuevos
San Lucas, Sur de Bolívar, Tolima, Huila, Sierra grupos sociales o al estimular, en los ya
Nevada de Santa Marta, Serranías de Perijá y de vinculados al proceso, demandas cada vez más
Los Motilones, sembraban amapola para su irresolubles. En el primer caso habría que
subsistencia.114’ Poco después, el Foro Ambiental mencionar cómo además de la creciente
del Macizo Colombiano precisaba el llamado de vinculación de los frentes guerrilleros a la
alerta anterior al invocar soluciones para esa gran generación y mantenimiento de las siembras
mole montañosa que comprende partes de los ilícitas, aparecían las primeras evidencias del
departamentos de Cauca, Huila, Caquetá, entronque de los paramilitares con los narco-
Putumayo y Nariño, en la cual se calculaba la cultivos. Según el investigador Camilo Echandía,
existencia de 10.000 hectáreas de amapola con en tres municipios del departamento del Tolima
sus desvastadoras consecuencias sobre el tales organizaciones participan del negocio de la
potencial hídrico y ecológico de las zonas bajo amapola y propician «el desplazamiento de co­
su influencia.051 Siete meses después de la puesta lonos y campesinos de zonas cocaleras para
en marcha, a fines de mayo de 1995, del Plan de organizados en torno a la producción de
Desarrollo Alternativo, (P.D.A), y de su programa amapola». Con la financiación proveniente de

<13) «Amapoleros plantean ultimátum», El Tiempo, mayo 22 de 1995.


(14) «La amapola deteriora el Macizo Colombiano», El Tiempo, mayo 16 de 1995.
(15) «Los Amapoleros arrasan el Macizo», El Tiempo, julio 7 de 1995.
(16) Observatorio Andino de Cultivos Ilícitos, entrevistas locales.
1171«La plata del Plante no llega a los campesinos», Portafolio, diciembre 18 de 1995.
(l8) Ibidem.
tales cultivos se fortalece el objetivo paramilitar que el designio gubernamental no parecía ser ya
de «impedir la incursión guerrillera y la el de buscarle salidas socioeconómicas al
infiltración en las zonas bajo su influencia, de problema de las siembras ilegales sino el «de sacar
personas cercanas a la guerrilla o que así lo a toda la gente que está sembrando coca».(20)
parezcan».(19) El segundo caso tiene que ver con Interpretación confirmada posteriormente por el
los cogedores de coca del departamento del Director de la Policía Antinarcóticos al aseverar
Caquetá, coloquialmente llamados raspachines, que «el motor de la cadena es más de orden
quienes en un número cercano a los 20.000 criminal que de orden social. Son más los que
individuos solicitaron su inclusión en el Plante, quieren enriquecerse del fenómeno que los que
argumentando su ausencia de alternativas labo­ sólo buscan subsistir».(2l) Y complementada por
rales. El peso mismo de tal solicitud le abre al un «antiguo funcionario de la Consejería de Paz»
fenómeno de la agricultura ilícita consecuencias con el llamado a no olvidar «que el apoyo de las
de máxima gravedad ya que por configurar una Farc a los cultivadores de coca es una vieja
explosiva y numerosa población flotante oriunda estrategia que se propusieron desde comienzos
de diferentes regiones del país, desborda en gran de los 80 para convertir a los campesinos de
medida la capacidad de las ofertas institucionales estas zonas más que en aliados políticos, en socios
frente a un fenómeno fácilmente convertible en comerciales».1221
inductor migracional de grandes masas pobla- El hecho de que en cuatro departamentos
cionales desempleadas. (Guaviare, Putumayo, Caquetá y Cauca) y en sólo
cuatro semanas se movilizaran más de 150.000
DE LA ERRADICACION DE C U LTIV O S A LA personas en una protesta que por su tamaño y
ERRADICACION DE CU LTIVAD O RES representatividad regional es única en la historia
del país, parece desmentir la reducida dimensión
La operación «Conquista», desencadenada el de lucro individual y de mercenarismo a favor
15 de mayo de 1996 por el conjunto de las Fuerzas de la guerrilla que algunos han querido darle al
Armadas (Policía, Ejército, Fuerza Aérea problema. El fenómeno de los cultivos ilícitos no
Colombiana y Armada Nacional) tomó como es la opción, entre varias alternativas de ingreso
eje inicial de sus actividades las poblaciones de familiar, tomada por un campesino cuyo albedrío
San José del Guaviare y de Miraflores en el económico le permite moverse con relativa
Departamento del Guaviare, para pasar, poco amplitud dentro del mercado. Muy al contrario,
después, al departamento del Caquetá. Se definía tales cultivos son uno de los postreros resultados
como una gran ofensiva para desarticular el del inveterado fracaso de las colonizaciones
negocio del narcotráfico manejado, según el rurales y de la viciosa mezquindad de las políticas
Ejército, por los grupos subversivos asentados de reforma agraria, para ofrecerle a los pioneros
en esa zona del país. Dos meses después del campo una base productiva de inserción
empezaron las movilizaciones cuando 5.000 dentro de la economía global. Es el caso de la
campesinos partieron hacia San José del región del Ariari generalizable, según Alfredo
Guaviare, desde veredas vecinas, con el fin de Molano, al resto del país, cuyos colonos después
protestar por las medidas especiales de orden de haber hecho de sus mejoras iniciales, parcelas,
público y las políticas de erradicación de cultivos y de estas, fincas, todo ello mediante una
ilícitos. Pocos días después, en el momento en valorización montada sobre su propio trabajo y
que 10.000 campesinos rodeaban la pista de las inversiones en infraestructura del Estado,
aterrizaje de Miraflores, el gobernador del terminaron separados de su patrimonio por un
Guaviare expresaba una de las interpretaciones engranaje fatal según el cual «lo que sacaban al
que hizo carrera a lo largo de la crisis, al asegurar mercado valía cada vez menos y lo que tenían
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(,9) ¿Paramilitares, ahora amapoleros?, Tolima 7 días, noviembre 29 de 1995.


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uo) c£i paro en ej Guaviare es una bomba de tiempo», El Tiempo, julio 17 de 1996.
1211 Ibidem.
<22) «Aquí estamos y aquí nos quedamos», revista Sanana, agosto 13 de 1996.
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que comprar era cada día más costoso». Frente a alternativas» (delegaciones del Guaviare,
la bancarrota inminente, vender para colonizar Putumayo y Cauca, agosto 1996.); «el pequeño
de nuevo en La Macarena, en el Guayabero, en cultivador no es narguerrillero como se empeña
el Guaviare, era la única alternativa.*23' Se abría en llamarlo el gobierno, simplemente es un ser
así la predestinación del colono campesino, esa humano que en busca de una vida mejor para
reedición mítica en la cual un Sísifo criollo lleva los suyos trabaja sin descanso cultivando lo que
hasta la cima de sus esfuerzos un terruño que en su región se da y lo que las vías de comuni­
debe dejar caer en manos de un sector cación y el mercadeo le permiten vender»,
empresarial que lo esperará otra vez, al final de (Guaviare, junio de 1995) «la existencia de los
su nuevo esfuerzo, para recoger el obstinado fruto pequeños cultivadores de coca es un problema
de su trabajo personal. La colonización termina de carácter social con implicaciones jurídicas,
por no ser otra cosa, como concluye el citado motivado por causas históricas estructurales»
autor al referirse al caso de las regiones del sur (Putumayo, septiembre de 1996); «(pedimos) un
del pais conmovidas recientemente por las reconocimiento social a la problemática de los
protestas del campo, «que una manera de cultivos ilícitos en Colombia y por lo tanto un
adecuar la tierra por medio del trabajo campesino tratamiento como tal» (Coordinación Nacional
y de la inversión pública, para ser monopolizada de las movilizaciones campesinas de fines de
por unos pocos que el Estado privilegia y 1996).
secunda».124’ El mismo carácter social de los cultivos ilícitos
El hecho de que las siembras de coca, amapola pretendido por los dirigentes campesinos en los
y marihuana sean ilegales y el Estado no pueda, textos anteriores es expresado, desde otra
por obvias razones jurídicas, prescindir de su perspectiva, por líderes de Miraflores y Puerto
compromiso de erradicación, no quiere decir que A sís , en los departamentos del Guaviare y del
ese mismo Estado pueda exceptuar las razones Putumayo. Según ellos sus representados son
económicas y sociales que han hecho posible la parte, importante pero no única, de un fenómeno
presencia del fenómeno, las mismas que deben económico, social y cultural que determina el
estar presentes en las políticas erradicadoras del carácter de la región: «aquí todo se mueve por la
gobierno. Esa ha sido la posición de los coca y cuando se puede vender sin mayores
representantes de las comunidades campesinas problemas y su precio está bueno, hasta el policía
en sus múltiples comunicados y declaraciones del pueblo anda contento» fúé una opinión
durante los ya dos años cumplidos de pugna coincidente en las dos localidades.1251
con las autoridades gubernamentales. Unos La apreciación anterior ilustra de modo
pocos ejemplos pueden bastar para demostrar expresivo cómo el narcotráfico ha logrado
lo anterior: globalizar ciertos universos locales, a partir de
«el cultivo de amapola, coca o cualquier otra una economía subsumida por su lógica de
planta de las cuales se pueda producir sustancia producción y distribución de recursos. En tales
que genere dependencia, es una actividad ilícita economías la casi totalidad de las gestiones
en Colombia y en consecuencia debe ser económicas y sociales depende en alguna medida
combatida por la Autoridad» (Putumayo, enero de que la cadena demanda-oferta de la droga no
de 1995); «(pedimos) un tratamiento a la se altere de modo significativo, lo cual implica
problemática de los cultivos ilícitos por fuera de una serie de solidaridades -unas pocas explícitas,
los intereses estratégicos de seguridad regional las más de ellas encubiertas-, de los sectores de
para los Estados Unidos que se sustenta en una población con las actividades ilegales: co­
visión antidrogas para una situación que abarca merciantes, proveedores de servicios personales,
complejos problemas locales, económicos y productores locales, administradores privados y
culturales y por tanto que demanda soluciones del Estado, transportadores. Reducir el universo

1251 Alfredo Molano, «La metáfora del Ariari», El Espectador, noviembre 3 de 1996
(24) Ibidem.
(25) Observatorio Andino de Cultivos Ilícitos, entrevistas locales.
del fenómeno a una minoría de campesinos dedicados al narcotráfico (siembras, laboratorios,
presos en el afán de lucro o en las redes de la rutas locales para los precursores químicos) y el
militancia subversiva no puede tener otro interés apoyo (ideológico y en algunos casos logístico) a
que el de estrechar su dimensión social para las recientes movilizaciones campesinas, se ha
hacerle lugar, así, a una expedita administración impulsado la idea de que los cultivos ilícitos en
punitiva del problema. Sobre tales diagnósticos el sur del país son un programa de las FARC
y tratamientos se pretende romper la cadena de para desestabilizar al Estado, ampliar sus bases
la ilegalidad generalizada en tales regiones, por de apoyo y fortalecer sus fondos financieros.
el eslabón menos definidor en términos de la Exigencias de los campesinos para el levan­
ligadura causal y de las retroalimentaciones tamiento de las zonas especiales de orden público
propias del proceso: el de los colonos cultivadores y sus agudas restricciones de corte militarista,
de coca. Fuera de esa visión quedan la enorme son, por lo demás vistas como contraprestaciones
fuerza inductora de un negocio internacional, la al apoyo de los guerrilleros y muestra de la alianza
debilidad de las políticas nacionales de lucha política entre unos y otros. La réplica aducida
contra el narcotráfico, la corrupción de los por varios líderes locales es la de que la
administradores públicos y privados como factor coincidencia de diagnósticos y fórmulas
propiciatorio para la reproducción del narco­ mitigantes entre ellos y la guerrilla no es prueba
tráfico, los ambiguos objetivos y los escasos logros suficiente de contubernio.
de la erradicación de grandes cultivos empresa­ Lo cierto es que el cruce de intereses entre la
riales de coca y amapola en las mismas regiones subversión armada y las comunidades cam­
donde los pequeños cultivadores aparecen como pesinas no es fácilmente identificable dentro de
los principales peligros públicos, los inocultables las artificiosas simplificaciones elaboradas por los
fracasos en las políticas de colonización y reforma diferentes actores en conflicto. Para superar los
agraria, el carácter hospitalario de estos déficits reduccionismos de uno y otro lado habría que
respecto de una guerrilla que se nutre de empezar por reconocer, en la existencia misma
militantes a partir de las deudas sociales de los cultivos ilícitos, un vacío de Estado pro­
contraídas y no pagadas por el Estado colom­ veniente de la insuficiencia de políticas públicas
biano. adecuadas y oportunas para el desarrollo, en una
Es esta última relación entre guerrilla y perspectiva histórica, del agro colombiano. Un
cultivadores ilegales la que merece algunas vacío de Estado convertido, por el carácter y
consideraciones particulares ya que ella conlleva amplitud de las poblaciones involucradas, en una
un encadenamiento lógico según el cual el enorme deuda social en la que se enfrentan un
imperativo de erradicar los cultivos ilícitos podría deudor moroso y prepotente, un acreedor exigido
imponer la erradicación -en una franja que va por las penurias cotidianas e irritado por las
desde los desplazamientos forzosos hasta el incumplidas promesas de pago, y unos oficiosos
encarcelamiento y la liquidación física- de los intermediarios, de diestro oportunismo,
cultivadores. Lógica deductiva que por lo estrecha dispuestos a tomar bajo su representación los
no deja de ser convincente, a nivel del publicismo cobros no saldados de la deuda. El que la
gubernamental, en la tarea de apuntalar una guerrilla se apropie, por autodelegación, de las
manguala entre los colonos del campo y la facturas sociales no cubiertas por el Estado y se
narcoguerrilla: a) la coca, la amapola y la sirva de ellas para legitimar su supuesta defensoría
marihuana están siendo cultivadas por cam­ de los débiles, no implica que estos hayan
pesinos tradicionales; b) en cada zona de cultivo delegado en aquella la vocería de sus lastimados
ilícito hay, por lo menos, un frente guerrillero intereses. Lo que se revela aquí es el natural
que se lucra del narcotráfico; c) cultivadores entrecruzamiento de fuerzas dentro de un
ilícitos y narcoguerrilleros conforman una em­ conflicto donde la subversión, por lo delin-
presa común que atenta contra la seguridad cuencial a nivel común que cada vez más
nacional y los compromisos internacionales de muestra, y por lo político que sin duda aún tiene,
lucha contra el narcotráfico. se une a los cultivos ilícitos en dos direcciones:
Sobre hechos comprobables tales como la como frente de financiación para su aparato;
protección por parte de la guerrilla a bienes como bandera de justificación para su ideología,
al alinearse junto a las reivindicaciones de los y estructural, sobre los cultivos ilícitos y se dedicó
colonos. a una tarea, habilidosa pero estrecha .de miras,
El pequeño campesino queda, en conse­ consagrada a reducir los escenarios de nego­
cuencia, sometido a dos presiones que dis­ ciación y a dispersar los factores del problema
minuyen, en grado sumo, su autonomía como en un puñado de microinversiones locales más
actor social: a) la de la guerrilla que lo hace objeto afín a un plan asistencialista de emergencia que
de una protección armada, no solicitada y por a un proyecto regional de desarrollo. De esa
lo tanto extorsiva; b) la del Estado que lo manera las conversaciones entre representantes
encuadra, forzosamente, en los planes represivos oficiales y comunitarios se hicieron por separado,
de las Fuerzas Armadas y en políticas que no con cada uno de los departamentos asiento de
consultan sus intereses económicos y sociales. las movilizaciones principales (Putumayo,
Si bien el complejo entrejuego de fuerzas e Guaviare, Caquetá) y del presupuesto nacional
intereses propio de los cultivos ilícitos hace difícil salieron promesas de giro para escuelas, maestros,
el manejo coherente de las políticas públicas al puestos de salud, canchas de fútbol y basquetbol,
respecto, no se puede eximir al Estado de su tramos de carreteras, electrificaciones veredales,
responsabilidad en el diseño y gestión de acueductos, alcantarillados y cuanta cosa
estrategias adecuadas para la solución del distrajera al campesino del dilema fundamental:
problema. Si la Constitución le impone a los ¿qué producimos mientras erradicamos lo ilícito
gobiernos obligaciones jurídicas que, en el y cómo hacemos para que lo ilícito no se nos
presente caso, determinan la penalización de vuelva a convertir en una forzosa alternativa de
siembras y sembradores, también es cierto que supervivencia?
la Carta Fundamental le marca a los gobiernos Es sobre este gran interrogante que se deben
compromisos sociales que, de cumplirse, oriertar los aspectos propositivos del problema,
prevendrían la aparición y desenvolvimiento de todo ello sobre la base de una gestión estatal y
fenómenos como el de los cultivos ilícitos en su privada en profundidad ya que los sectores
condición de alternativa de subsistencia para el campesinos afectados son actores sociales muy
pequeño campesinado. Es por eso que su débiles, sin acumulados económicos propios que
inclusión dentro de un encapsulado con la les permitan la autogestión de sus intereses, sin
etiqueta de «narcoguerrilla», de fácil tráfico organizaciones estables y autónomas, y
nacional e internacional, puede servirle al políticamente manipulables por movimientos
gobierno actual como placebo para desplazar los armados y clientelismos locales. Las acciones
síntomas de la crisis del campesinado, pero no provenientes del Estado y de la sociedad civil
dispensará al Estado colombiano de resolver un deben suponer que si bien son los actores los
problema de desarrollo rural en el que los cultivos objetos concretos de las políticas de apoyo, estas
ilícitos son uno de sus resultados. deben partir, en gran medida, de soluciones
estructurales de cuyo descuido o aplazamiento
CONVERSAR Y CO N G ELA R se ha alimentado gran parte de la crisis. En esta
perspectiva, dos serían las matrices desde las
Una de las peores características de la gestión cuales empezar a trabajar para darle a los cultivos
pública colombiana es la tendencia de sus ilícitos una solución estratégica:
gobiernos, considerados individualmente, a 1- La erradicación de las siembras ilegales por
actuar no en términos de la construcción a largo pequeños campesinos debe pasar por una
plazo del Estado sino de la preservación de sus ofensiva frontal y en profundidad contra todo el
compromisos e intereses políticos inmediatos. circuito del narcotráfico (producción, comercio,
Esto que es un rasgo histórico propio de nuestro consumo, fenómenos asociados de corrupción),
poder central se acentúa con las crisis guberna­ ya que la vinculación de ese sector rural a las
mentales de ahí que, bajo la actual presidencia plantas sicoactivas es más una metástasis de la
de Ernesto Samper, haya adquirido connotaciones droga en un punto del tejido social que el origen
extremas. En cuanto a las grandes protestas o impulsor importante del negocio.
campesinas aquí mencionadas el gobierno 2- En la erradicación de los cultivos de co­
esquivó un planteamiento de Estado, estratégico ca, amapola y marihuana debe haber dos
tratamientos diferenciales: a) más sustitución fumigar, para las autoridades antinarcóticos un
que erradicación para los pequeños culti­ reconocimiento de que mientras tanto se podía
vadores, de modo que el desplazamiento de lo seguir fumigando y para los especialistas de la
ilegal o lo legal sea progresivo y tenga una base academia en el tema, como Ricardo Vargas, un
económica sustentable; b) erradicación masiva recurso para que cada una de las partes se hiciera
y sin contemplaciones para los cultivos a su «cuarto de hora: el gobierno para detener el
empresariales. avance de las movilizaciones y los campesinos
3- El Estado y los sectores empresariales para recoger sus cosechas».0261
privados deben comprometerse a saldar la Los acuerdos posteriores con el Caquetá y
enorme deuda social contraída con el cam­ con el Guaviare no fueron más precisos que el
pesinado por el aplazamiento de políticas agrarias del Putumayo. El gobierno congeló la crisis de
efectivas contra la pobreza rural. Esas políticas los cultivos ilíticos con la esperanza de que los
son, a la larga, el mejor disuasivo contra las futuros deshielos le permitieran un mayor margen
alternativas ilegales que se le ofrecen perma­ de juego o que, definitivamente, reaparecieran
nentemente al campesino: la guerrilla y los en los cuatrienios siguientes. Así se le deja al
narcocultivos. Estado, en abstracto, lo que los gobiernos, en
El gobierno, en cambio, ha puesto en ejercicio concreto, no quieren arriesgar. Mientras tan
un estilo de concertación más en la línea de irresponsables y peligrosos desplazamientos de
parlamentar y congelar que de darle salidas la crisis se siguen produciendo, colonos y
tangibles al diferendo. Las ambigüedades campesinos se adaptan a las circunstancias de la
gubernamentales se hicieron notar desde el represión antinarcóticos y perforan la frontera
primer acuerdo firmado con el Putumayo cuando agrícola con nuevas siembras ilegales. Es como
lo único visible sobre los sistemas de erradicación si la economía campesina viviera una extraña
fue un gaseoso párrafo en el que se enunciaba reconversión de los cultivos lícitos a los ilícitos
que «la sustitución y erradicación voluntaria de por efectos del irremediable rezago de los
los pequeños cultivos ilícitos es viable a partir primeros en términos de productividad y
de un esfuerzo conjunto de campesinos, colonos, rentabilidad. Una curiosa modernización del agro
indígenas, el gobierno y la cooperación inducida ya no por políticas concientes del Estado
internacional». Tan ambiguo y gaseoso que para orientadas hacia ese fin sino por sus vacíos,
los campesinos era un compromiso tácito de no incoherencias y debilidades.

,26) «Paños de agua tibia», revista Semana, agosto 27 de 1996.

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