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04 - Solo Un Poco Equivocado (Las Hijas de Machete)
04 - Solo Un Poco Equivocado (Las Hijas de Machete)
Solo un Poco
Sólo un poco
Solo un Poco
Sólo un poco
Resumen
Página | 3
Sólo un poco
Capítulo 1
–No puedo estar en cama todo el día –dijo Tristan, tratando de sonar
razonable y adulto. Arañaba sus nervios el que Hardaway lo tratara como si
fuera un bebé medio tonto–. Mis músculos se están debilitando cada día.
Sólo un poco
¿Cómo se supone que voy a recuperar la forma si soy una papa tirada en un
sillón?
–Vamos a recuperar tu musculatura después de que la fase aguda haya
terminado.
Tristan sacudió la cabeza.
–¿Tienes alguna idea de cuánto tiempo trabajé por este cuerpo? –Él
podría no haber sido nunca tan escuálido y bajito como su hermano, pero
era naturalmente, muy delgado y le había tomado un montón de trabajo
duro para ganar y mantener la masa muscular que tenía. Y aún con todos
los entrenamientos diarios, nunca sería tan musculoso y fuerte como la
mayoría de los futbolistas. Por lo menos era lo suficientemente fuerte como
para no ser acosado por la pelota, como Gabriel lo era a menudo.
La mirada de Hardaway barrió sobre el cuerpo de Tristan.
Tristan se removió un poco. Era una tontería. No tenía nada de qué Página | 17
avergonzarse -aunque sólo era de mediana estatura, tenía un cuerpo genial-
pero el escrutinio de este tipo le hizo sentirse extrañamente consciente de sí
mismo, y odiaba sentirse cohibido. Era Tristan Duval. Era rico, guapo y
popular. Sus días de ser un niño delgado y sucio, fueron superados hace
mucho.
Cuando Hardaway volvió a mirar la cara de Tristan, sus ojos eran
ilegibles.
–No es nada que no podamos arreglar.
Tristan frunció los labios.
–Bien. Pero quiero un masaje de cuerpo entero. Puedo sentir mis
músculos poniéndose débiles y tiesos.
Sólo un poco
Hardaway le dio una mirada taimada.
–Muy bien –dijo después de un momento de consideración, abriendo
el bolso que había tenido colgando del hombro. Sacó una botella de aceite
de masaje–. Sácate la remera y vuélvete sobre tu estómago.
Tristan se quitó la remera, rodó sobre su vientre, y cerró los ojos.
Atrapó su labio entre los dientes, repentinamente muy consciente de
que llevaba solo los calzoncillos y nada más. Su propio malestar lo
desconcertó un poco. Estaba acostumbrado a recibir masajes de los
fisioterapeutas del club –Demonios, él estaba acostumbrado a estar
completamente desnudo durante esos masajes. De hecho, la única razón
por la que Hardaway no le dijo que se quitará también los calzoncillos,
probablemente fuera debido a que la ingle de Tristan no podría ser
masajeada, mientras que su lesión todavía estaba inflamada.
–¿Qué estas esperando? Me está agarrando frío –Tristan dijo, su Página | 18
irritación creciendo junto con su auto-conciencia. Este hombre le hacía
sentir demasiado incómodo y en el borde, sin razón aparente.
Oyó a Hardaway abrir la botella.
Y entonces.
–Se supone que debes calentar eso, ¡idiota!
–Es la segunda vez que me llamas idiota. Me estoy ofendiendo
–Hardaway puso sus manos aceitadas en la base del cuello de Tristan.
–¡Ay! ¡Eso duele!
–No seas una niña.
–Pero duele.
Sólo un poco
–Vamos, no es tan malo.
–Tú no eres el que está siendo––¡Ah!
Hardaway se rió entre dientes, hundiendo sus dedos con más fuerza.
–Bebé.
–No creo que te conozca lo suficiente como para dejarte usar apodos
cariñosos –dijo Tristan, con voz suave y sedosa.
–Te dije que lo cortaras –Hardaway dijo con sequedad–. Tu ridícula
voz de dormitorio está desperdiciada en mí.
Sonriendo, Tristan dijo en voz baja, íntima:
–¿Mi bromeo te hace sentir incómodo, Zachary?
Hardaway resopló, sus grandes manos acariciando y amasando a lo
largo de la columna vertebral de Tristan.
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–Mi nombre es Zach. Sólo mi madre me llama Zachary.
–No has contestado la pregunta.
Zach hizo un sonido irritado.
–No, no me hace sentir incómodo. Simplemente no me gustan los
juegos. No me gusta la mierda.
–¿Y qué te gusta?
–Prefiero la honestidad y los avances directos.
–Aburrido –dijo Tristan, arrugando la nariz–. Entonces, ¿qué haces
para divertirte?
–Ver fútbol. Follar –dijo Zach en un tono coloquial.
Sólo un poco
Tristan se echó a reír.
–Espera, déjame adivinar: Has estado follando con la misma persona
durante años.
–He tenido una novia desde hace años.
–¡Ves!
–Voy a tener que decepcionarte –dijo Zach, presionando sus pulgares
en la espalda baja de Tristan, con fuerza–. Estamos en una relación abierta.
–Que progresista de su parte –dijo Tristan, aunque estaba realmente
sorprendido. El chico no parecía ser del tipo que estaba en una relación
abierta–. ¿Por qué? ¿Cómo incluso funciona?
–No es que sea nada de tu interés, pero cuando dos personas confían
entre sí, tan solo es práctico. Ella es periodista deportiva. Los dos estamos
alejados mucho, y muchas veces no nos vemos por meses. Página | 20
Capítulo 2
1
Sándwich de salchicha / Hot dog / Perro caliente/ Dogo
Sólo un poco
pancho todos los días puede aumentar el riesgo de cáncer colo-rectal en un
20%––.
–Me siento tan mal por tu novia. Pobre mujer. Casarse con semejante
aburrido.
–Que raro –dijo Zach, con los ojos brillantes por la diversión–.
Donna me dijo hace una semana que ella era la mujer más afortunada del
mundo.
–Ella te ha engañado –Tristan se quejó, apuñalando al desorden en su
plato con el tenedor– . Y, te odio.
–No estoy aquí para convertirme en tu mejor amigo –dijo Zach–.
Ahora come.
Tristan frunció el ceño profundamente––y comió.
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*****
2
Abreviatura de fisioterapeuta.
Sólo un poco
–Soy la estrella de este equipo –Tristan dijo con una agradable
sonrisa–. Es para tu mejor interés hacerme volver a estar en forma tan
pronto como sea posible. ¿No es ese tu trabajo, Jared?
Jared entrecerró los ojos.
–Soy muy consciente de cuál es mi trabajo. Soy responsable de la
rehabilitación de todos los jugadores de este club y, no hay nadie con
derecho a un trato preferencial. Debido a la avalancha de lesiones en el
equipo de primera, el equipo de la reserva y el equipo del Sub–18,3 nuestros
fisioterapeutas están con exceso de trabajo.
–Pero…
–Tristan –Jared lo interrumpió, nivelándolo con una mirada –, le pedí
a Zach Hardaway que trabajara contigo como un favor personal para mí. Es
uno de los mejores fisioterapeutas y preparadores físicos de Europa. Fuiste
increíblemente afortunado de que haya aceptado hacerlo con tan poca Página | 29
antelación. Normalmente sería imposible. Él es muy demandado.
Tristan se burló.
–Eso explica por qué es un idiota mandón.
Jared se apretó el puente de la nariz.
–Si quieres volver a la cancha antes del final de la temporada y ser
convocado para la Selección Nacional Inglesa, vas a hacer lo que él dice. Y
no, no puedes contratar a otro fisio. No te voy a dar el alta si Zach no
confirma que estás totalmente recuperado y listo para jugar. Después de
todos los problemas que pasé para conseguirte al mejor fisio, no
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Sub–18, equipo formado con jugadores menores de 18 años de edad.
Sólo un poco
conseguirás que lo despida sólo porque no te gusta – La voz de Jared se
suavizó–. Es por tu propio bien, Tristan.
Tristan apretó la mandíbula. En otras palabras, Jared le estaba
diciendo que aguantara y lidiara con él. Pero Jared estaba equivocado si
pensaba que Tristan lo dejaría tratarlo como a una pintura relegada a una
esquina. Nunca dejó que nadie lo hiciera. No había dejado que la gente lo
hiciera incluso cuando había sido un niño.
Tristan reconsideró sus opciones. Él no quería hacer esto, pero
tiempos desesperados requerían adoptar medidas desesperadas.
Dijo suavemente –Si no lo despides, alguien podría accidentalmente
averiguar que te estás follando a mi hermano. Eso sería una pena. Su carrera
estaría arruinada.
Jared se quedó congelado, con los nudillos blancos mientras apretaba
la pluma que sostenía. Página | 30
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Sólo un poco
Capítulo 3
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*****
4
Aproximadamente 250 gramos.
Sólo un poco
–No, es sólo la verdad –Tristan se dejó caer sobre el regazo de Zach,
renunciando a toda pretensión de no estar trepando sobre él. Cuando Zach
levantó las cejas, Tristan frunció el ceño–. Si tengo que jugar al doctor
contigo, no voy a forzar mi propia lesión. Ni siquiera debería estar haciendo
esto –Y añadió con una sonrisa fresca–. Tienes una mano derecha
normofuncionante, después de todo.
Zach dejó escapar una risotada.
–Y tú tienes la memoria de un elefante. Y estás haciendo esto porque
fue tu jodida culpa.
–La tuya –dijo Tristan, hundiendo sus dedos en el espeso pelo de
Zach y tirando con fuerza, lo que lo obligó a volver un poco el rostro. Zach
dijo algo mordaz, y Tristan dijo algo igualmente mordaz en respuesta, pero
todo parecía distante, irrelevante, estúpido. Su corazón latía con fuerza, su
piel se sentía demasiado caliente, el muslo de Zach se sentía duro debajo de
él y él simplemente no podía concentrarse. No podía pensar. Página | 55
Maldita sea.
Tristan siempre intentaba ser honesto consigo mismo. Él sabía de lo
que se trataba. Por supuesto que lo sabía. No hacía falta ser un genio.
Sentado tan cerca de Zach, en su regazo, estaba convirtiéndose en un idiota
que se preguntaba como se vería la polla de Zach, y si sería tan grande y
gruesa como esas manos, y en como se sentiría tenerla en su boca.
Dios. Si Zach no fuera alguien que le disgustaba tanto, alguien que lo
enfurecía, que lo frustraba y lo hacía sentir estúpido e inferior, Tristan no
estaría tan enfadado consigo mismo. Habría ido a por ello, como siempre lo
hacía cuando quería algo, o a alguien, lo suficientemente. Él sabía que era
atractivo. Él sabía que era lo suficientemente atractivo incluso, para hacer
de hombres heterosexuales bi-curiosos. Pero este era Zach-Jodidamente-
Sólo un poco
Hardaway. No había forma en el infierno de que Tristan fuera a por él.
Podía fácilmente imaginar el aspecto de superioridad y disgusto en el rostro
de Zach si se diera cuenta de que lo deseaba –y que la polla de Tristan
goteaba por él. Una ola de humillación lo barrió ante la idea. Cuan patético
se vería.
Sin embargo, él no quería a Zach. Su estúpido cuerpo estaba caliente y
parecía que le gustaba la idea de estar bajo el gilipollas de su entrenador
personal.
Sólo necesitaba echar un polvo y luego toda esta tontería
desaparecería.
–Ya terminé de jugar al doctor –dijo Tristan cortante, dejando caer la
bolsa de hielo y deslizándose fuera del regazo de Zach con tanta naturalidad
como le fue posible. Evitando mirar a Zach, se encaminó hacia la puerta–
Sal de mi casa. ¿Por qué estás siempre en mi casa? Página | 56
Zach murmuró algo en voz baja, demasiado bajo para que él lo
escuchara, antes de seguirlo fuera del gimnasio.
Tristan no se volteó, pero podía sentir a Zach justo detrás de él, podía
sentirlo con cada pulgada de su cuerpo. Los ojos de Zach debían estar al
mismo nivel del culo de Tristan. ¿Zach estaba mirándolo?
Tristan se estremeció, disgustado con su línea de pensamientos.
Millones de años de evolución y los seres humanos seguían sin ser mejores
que los animales. Animales sin raciocinio guiados por instintos básicos. No
le gustaba el tipo siquiera un poco. Zach rápidamente había reemplazado a
su hermano, como la persona a la cual Tristan soportaba menos. Pero eso
no cambiaba el hecho de que una parte suya quería darse la vuelta, empujar
a Zach contra la pared y treparle como a un árbol.
Sólo un poco
Tristan apretó la mandíbula. Esta noche iba a conseguirse un polvo, al
carajo con su lesión.
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Sólo un poco
Capítulo 4
El problema de ser un futbolista famoso era que Tristan no podía ir a
un bar gay y recoger a alguien cuando quería echar un polvo. No podía
follarse a un extraño al azar que pudiera vender la historia a los periódicos
apenas Tristan se fuera. Tenía que ser extremadamente cuidadoso, por lo
que sus opciones eran limitadas. Se suponía que podía follar con hombres
que tuvieran tanto que perder como él mismo, si fueran descubiertos –
conocía a algunos futbolistas que casi seguro eran gays –pero el riesgo era el
doble. O quizás sólo estaba siendo paranoico. De cualquier modo, conectar
con hombres siempre era demasiado riesgoso. Por eso era que mayormente
estaba limitado a coquetear con hombres y follarse mujeres. El sexo con Página | 58
mujeres era insatisfactorio en el mejor de los casos y, en el peor, vagamente
desagradable, pero era más seguro. Más inteligente. No era tan estúpido,
como Gabe, para arriesgar su carrera por una polla. No valía la pena.
Pero a veces, el deseo de sentir un cuerpo duro contra el suyo se
tornaba demasiado, y Tristan no tenía más remedio que rascarse la picazón;
la frustración sexual lo volvía irritable y malicioso, que era algo que no
podía darse lujo, ya que era mucho más difícil ser un buen chico agradable,
cuando todo lo que quería era una follada áspera para relajarse. Y cuando
quería un polvo duro, sus opciones eran muy limitadas.
Por eso Tristan estaba allí.
El club estaba oscuro y brumoso, con el característico olor a sudor y
sexo. Había luces en el escenario, que fue lo primero que le llamó la
Sólo un poco
atención al entrar. El escenario de la derecha estaba actualmente vacío, pero
el de la izquierda, estaba ocupado por un desnudo moreno, que estaba
flagelando a un rubio deslumbrante. Las luces estroboscópicas iluminaban
escasamente a la gran habitación, llena de gente, apenas permitiendo
distinguir a los individuos agrupados en parejas o tríos… o grupos. Era una
gran orgía. El hedor a sudor, sexo y alcohol empapaba el ambiente, se
filtraba en todo. Varias filas de sillones se alineaban en las paredes, pero
Tristan no se molestó en mirar a sus ocupantes.
Mientras se abría camino en el club, numerosas manos lo tanteaban y
acariciaban, intentando acercarlo más. Haciendo una mueca, Tristan se
sacudió las manos de encima. Nunca había estado en eso de las orgías. Era
malo en compartir; lo había sido siempre, incluso cuando era un niño. Pero
para ser honestos, esa era sólo una de las razones. La verdad era que no
podía evitar la incómoda sensación en el estómago que tenía cada vez que
tantos desconocidos le tocaban. No importaba cuántas veces Tristan se
dijera que estaba seguro aquí, era inútil. Algunos hábitos nunca morían. Página | 59
Estaba acostumbrado a cuidar de sí mismo desde una edad muy temprana
y, en aquel entonces, cada extraño era peligroso. Incluso después de que
fuera adoptado, las cosas no habían cambiado mucho. Los Duvals habían
sido gente amable, siempre involucrados en causas de caridad y trabajos de
voluntariado, pero tenían poca idea de que hacer con un niño y estaban más
que dispuestos a dejarlo -y más tarde a Gabriel- por su propia cuenta.
Tristan había estado bien con ello. Depender de otras personas era tonto;
siempre lo había sabido. Estaba por su cuenta, como de costumbre.
–¿Buscando a alguien? –dijo una ronca voz masculina, agarrándole el
brazo–. ¿Tal vez a mí?
Tristan se detuvo y miró al hombre en la penumbra. A pesar de que
no lo veía del todo bien, el chico parecía ser bastante atractivo y no
Sólo un poco
aparentaba ser un desgraciado. Sólo un excitado tipo normal, en busca de
una follada anónima. No era mucho más alto que Tristan, pero la mano en
su brazo era grande y fuerte.
–Servirás –dijo Tristan–. Tengo una política muy estricta sobre los
condones. Nada de fluidos corporales.
El chico se rió, acercándolo más.
–No te preocupes, yo también –Sus manos se movieron por el cuerpo
de Tristan, tanteándolo– Agradable –murmuró, deslizando sus manos bajo
los pantalones de Tristan y amasando sus mejillas –¿Quieres hacerme una
mamada o…
–Fóllame –dijo Tristan.
–Está bien, sin dudas puedo hacer eso –dijo el tipo con una sonrisa,
volteándolo contra la pared y empezando a trabajar en su cinturón. Página | 60
Tristan apretó la frente contra la pared fría y cerró los ojos. Respiró
hondo y trató de relajarse, pero la persistente excitación que había estado
picando bajo su piel durante los últimos días, no estaba. En cambio, se
sentía incómodo...como si estuviera haciendo algo malo.
“Absolutamente no.” La miradada de Zach era dura y acerada. “El sexo está
fuera de los límites.”
Tristan cambió el peso de un pie al otro, tratando de forzar el
recuerdo fuera de su mente. No iba a obedecer las órdenes de Zach, como-
como un niñito bueno. No lo era. No lo haría.
Sus pantalones estaban siendo bajados.
Sólo un poco
–¡Ey! ¿Qué– –El tipo sonaba sorprendido–¿Qué demonios, amigo?
¡Encuéntrate a alguien más, yo no comparto!
–Desaparece.
Los ojos de Tristan se abrieron de golpe, su pulso por las nubes.
Zach. Era Zach.
–Whoa, ¡Tranquilo! Está bien, lo entiendo –El tipo se alejó.
Lentamente, Tristan se volteó. Apenas podía distinguir las facciones
de Zach en la penumbra, pero no necesitaba ver correctamente su cara para
poder sentir la ira que emanaba en cada rígido movimiento de su cuerpo,
visible en su mandíbula apretada.
–¿Estás acosándome? –dijo Tristan, cerrando la cremallera de sus
pantalones.
Zach no dijo nada. Simplemente tomó la muñeca de Tristan, su Página | 61
agarre como una banda de acero, y lo arrastró hacia la salida.
Su respiración saliendo en duros jadeos, Tristan iba tropezando tras
él.
–¿Me estás acosando? –preguntó de nuevo una vez que estaban fuera.
Zach se mantuvo en silencio, arrastrándolo hacia su coche. Abrió la
puerta, empujó a Tristan al interior, se metió en el asiento del conductor y
luego se pusieron en marcha.
Después de unos minutos de silencio enojado, cargado, Tristan cruzó
los brazos sobre su pecho.
–¿Te comió la lengua el gato?
Sólo un poco
Zach no dijo nada, sus ojos en la carretera. Estaba tan tenso que hizo
a Tristan retorcerse un poco.
–No vas a hacerme sentir culpable –dijo Tristan. Odiaba la forma en
que sonaba, a la defensiva–. No hice nada malo.
Silencio.
Tristan apretó los dientes.
–¿Y qué crees que estás haciendo, de todos modos? ¿No tienes
mejores cosas que hacer que acechar a tus pacientes por la noche?
–No cuando esos pacientes son declaradamente idiotas que no
pueden tomar un “no” por respuesta. Sabía que harías algo estúpido.
–Lo que haga en mi tiempo libre no es asunto tuyo –dijo Tristan.
–Es asunto mío cuando es probable que arruines tu lesión –La voz de Página | 62
Zach podría contener vidrio molido–. Te digo que dejes el sexo y, unas
horas más tarde, te encuentro en un club de sexo de mala muerte, con los
pantalones alrededor de los tobillos, listo para dejar que un desconocido sin
asearse te folle y joda todo mi trabajo.
–Sólo quería sexo. No es un crimen querer sexo. ¡Si quiero follar, por
un demonio que lo haré!
–No estás autorizado a tener sexo a menos que yo lo diga.
Tristan parpadeó.
–¿Disculpa?
Zach no habló de inmediato, con la mirada fija al frente.
Sólo un poco
–Tú no sabrías cuándo es correcto que puedas tener relaciones
sexuales. Es por eso que puedes tener sexo, sólo después de que yo te diga
que estará bien.
Los ojos de Tristan se clavaron en él. Las palabras de Zach eran
bastante razonables. Pero…
–A pesar de lo que piensas, no soy idiota –Tristan dijo, observando
cuidadosamente a su personal trainer5. No podía verlo bien en la
penumbra–. Si no soy el que hace todo el trabajo durante el sexo, debería
estar bien. No habría vuelto a lesionarme la ingle en la posición en que
estaba.
Un músculo en la mandíbula de Zach pulsada.
–La última vez que me fije, no eras fisioterapeuta.
Estrechando la mirada, Tristan lo estudió. La sensación de que algo
estaba mal sobre el comportamiento de Zach persistía, pero no lo presionó. Página | 63
–¿No te sorprendió encontrarme en un club de sexo gay? –preguntó
en cambio. Probablemente debería sentirse más preocupado por ello. Parte
de él esperaba a que le entrara el pánico –su sexualidad era un secreto
cuidadosamente guardado– pero él estaba extrañamente despreocupado.
Zach solo tosió burlonamente.
–¿Qué? –dijo Tristan.
–Lo supe desde el primer día. Debería haber sido ciego para no
notarlo.
5
Profesional a cargo del entrenamiento y cuidado físico de un deportista.
Sólo un poco
–¿Notar qué? –dijo Tristan, una bola de ansiedad instalándose en sus
entrañas. ¿Era realmente obvio?– ¿Como lo supiste?
Zach siguió conduciendo en silencio.
–¿Notar qué? –Tristan repitió, más fuerte– ¡Zach!
–Tienes esa insinuante mirada en tus ojos –dijo Zach con irritación–
Todo el jodido tiempo. Incluso cuando estás siendo un idiota.
Tristan abrió la boca y la cerró.
Echando un vistazo sobre él, Zach rió sin humor.
–No me digas que te sorprende. Ves de esa forma a todo el mundo.
Ahora deja de cambiar el tema. Vas a prometerme que no harás nada tan
estúpido de nuevo. Cuando digo que no habrá sexo, lo digo enserio.
–Claramente naciste en el siglo equivocado –dijo Tristan–. Lo siento, Página | 64
pero no soy tu esclavito, y no me puedes tirar en el cepo por desobedecer.
Estás confundido, Hardaway.
Zach desvió el coche hacia la derecha, saliendo de la carretera, y frenó
de golpe; los neumáticos chirriaron cuando el coche se detuvo. Tristan miró
a su alrededor. Ellos no estaban lejos de su barrio. A esta hora, el barrio era
oscuro y relativamente tranquilo.
–Déjame ver si lo entiendo –dijo Zach a través de sus dientes,
agarrando la barbilla de Tristan con rudeza–. ¿Soy el responsable de tu
recuperación, pero tu ignoras mis instrucciones otra vez y te arriesgas a
joderte la ingle, y yo estoy confundido?
Sólo un poco
Tristan se humedeció los labios con la lengua. Había algo
desconcertante y emocionante acerca de Zach esta noche, igual que ayer,
cuando Zach se irritó mucho más de lo que la situación ameritaba.
–¿Lo haces todo para enojarme, mocoso? –dijo Zach, con una voz
suave que contradecía por completo su agarre castigador en la barbilla de
Tristan.
–No todo se trata de ti –dijo Tristan, igualmente en voz baja–. Quería
una follada. Quería una hermosa y gruesa polla en mí. Salí para conseguirla.
Y lo haré de nuevo. No hay nada que puedas hacer para detenerme.
Zach aspiró una respiración. Abrió la puerta, agarró el hombro de
Tristan y lo arrastró sobre sus rodillas. Ocurrió tan rápido que Tristan sólo
pudo balbucear y jadear cuando se encontró echado sobre el regazo de
Zach, con la cabeza sobresaliendo del coche.
–¿Qué… Página | 65
Zach jaló abajo los pantalones y calzoncillos de Tristan, y le propinó
una nalgada rápida.
Los ojos de Tristan se ensancharon, su cara enrojeciendo por la
indignación.
–¡Suéltame! –Él se resistió, tratando de rodar del regazo de Zach,
pero Zach lo sostenía firmemente en su sitio.
–¡Estoy herido, imbécil! ¿Qué clase de terapeuta eres?
–Si estás en buena forma para follar, estás lo suficientemente en
forma para ser azotado –Zach escupió–. Quizás finalmente esto te enseñe
una lección.
Sólo un poco
Él lo azotó de nuevo. En esta posición, no le dolía la ingle en lo
absoluto, pero aún así. Era el principio de la cuestión.
–¡Vas a ser despedido por esto, se lo diré a Jared!
–Hazlo –Otro golpe violento aterrizó en su nalga.
–Estoy hablando en serio, Hardaway. ¡Vas a ser despedido a primera
hora de la mañana! Incluso Jared no se opondrá cuando se entere de esto.
–Ve corriendo y quéjate con Jared –dijo Zach, pegándole de nuevo.
Su voz sonaba áspera y extraña–. No eres más que un malcriado niño
pequeño, centrado en sí mismo, acostumbrado a salirse siempre con la suya.
Si continúas actuando como un niño insensato, serás castigado como lo
sería un niño.
–¡Que te jodan! –Tristan arremetió de nuevo, pero Zach lo ignoró,
manteniéndolo abajo con una mano mientras la otra lo azotaba. La paliza Página | 66
dolía pero de ningún modo tanto como podría hacerlo: Zach estaba
claramente conteniéndose, consciente de su lesión incluso ahora.
Otro tortazo, y luego otro. Su piel comenzó a quemarle un poco y
Tristan se oyó a sí mismo gimiendo y suspirando suavemente, su mundo
reduciéndose a la mano de Zach y su calor. Se sentía extraño, como si
estuviera flotando, como si estuviera flotando dentro de su cuerpo en lugar
de que lo vistiera, sin ninguna preocupación en el mundo.
Para el momento en que Zach se detuvo, Tristan descansaba inmóvil
y flexible sobre su regazo.
Todo estaba extrañamente en silencio, salvo por la respiración agitada
de Zach y el lejano sonido del tráfico.
Sólo un poco
El peso de la mano de Zach en su piel desnuda se sentía casi
insoportable. Tristan trató de decir algo mordaz, pero nada le vino a la
mente. Su mente estaba vacía. No tenía energía o inclinación a discutir y
pelear. Su cuerpo se sentía... suelto. Ingrávido. Él no quería moverse.
–¿Tristan? –dijo Zach tras de un largo silencio. Su voz sonaba rara.
Con cuidado, subió los calzoncillos y pantalones de Tristan y lo giró sobre
su espalda.
Apenas podía distinguir el rostro de Zach. Lo alegraba, porque no
estaba seguro de lo que su propia cara habría revelado. Ni siquiera estaba
seguro de lo que estaba sintiendo. En silencio, Tristan salió del regazo de
Zach y se dejó caer en su asiento. Cerró los ojos, presionando su caliente
mejilla contra el fresco cuero.
Después de lo que pareció una eternidad, la puerta se cerró.
El motor rugió. Página | 67
El coche comenzó a moverse.
Tristan no dijo una palabra.
Zach no dijo nada, tampoco.
Cuando el coche se detuvo de nuevo, Zach dijo –Tu casa–. Su voz
sonaba áspera, incómoda, y sin embargo, había algo más ahí... algo oscuro e
intenso.
Tristan no se movió. No quería hacerlo.
Pasaron segundos en silencio.
–Eso fue muy poco profesional –dijo Zach después de un tiempo, su
voz rigida, entrecortada–. No sé lo que estaba pensando. No va a suceder
Sólo un poco
de nuevo, pero eres libre de quejarte con Jared si quieres. Estoy seguro de
que va a encontrarte otro fisio.
Tristan abrió los ojos, abrió la puerta y salió.
Los neumáticos chirriaron y el coche arrancó hacia el frente.
Tristan se dirigió hacia su casa lentamente, con las piernas todavía un
poco débiles y temblorosas.
Abrió la puerta, entró y se apoyó en ella con dificultad, sus
pensamientos en desorden.
Y entonces lo golpeó: él realmente podría conseguir que Zach fuera
despedido. Finalmente tenía un excelente motivo para conseguirlo
despedido. Jared se horrorizaría si se enteraba de lo que había hecho Zach:
Nalguear a un paciente iba más allá de lo poco profesional.
Podría conseguir a Zach despedido. Página | 68
Capítulo 5
–¿Por qué sigues mirando tu teléfono?
Tristan levantó la mirada y se encontró con Lydia observándolo.
–Zach llega tarde hoy –dijo–. Sabes que odio cuando la gente me
hace esperar.
Sus ojos castaños lo estudiaron con curiosidad.
–¿Qué? –dijo Tristan, jugando con su teléfono.
–¿Qué está pasando contigo y Zach últimamente?
Página | 69
–No tengo idea de lo que estás hablando.
–No sé... Algo ha cambiado.
Tristan le dió una mirada significativa.
–¿Has terminado de ir a través de mi correo? No te pago para mover
tus dedos.
Tragando visiblemente cualquier comentario bajo que ella quería
hacer, Lydia volvió sus ojos a la pila de sobres en frente de ella.
Tristan volvió a mirar a su teléfono.
Ella tenía razón, sin embargo. Algo había cambiado. Zach había
sido... diferente. Ya no trató de controlar todos los aspectos de la
recuperación de Tristan… y su vida. Zach se iba tan pronto como era
Sólo un poco
posible después de comprobar la ingle de Tristan y darle instrucciones para
el día. Incluso su actitud había cambiado. Zach ya no le llamaba “niño
pequeño”, “bebé” o “mocoso”. No había más sonrisas torcidas y chistes. De
hecho, su tono era neutral y muy profesional cada vez que hablaba con
Tristan.
Y cada vez, Tristan quería darle un puñetazo en la boca.
El comportamiento oh-tan-correcto de Zach lo volvía loco. Le
molestaba mucho más de lo que esperaba a Tristan. Y no ayudó que aún
estaba caliente y frustrado como el infierno. Al menos había dejado de
sentirse mortificado cuando tenía una erección, mientras Zach le masajeaba.
Debido a que ni siquiera ver su erección tenía absolutamente ninguna
reacción por parte de Zach, ni siquiera el levantamiento de una ceja. Zach
era un perfecto profesional. En cuanto a la conducta de Zach en los últimos
diez días, era difícil creer que el incidente “zurra” hubiera pasado.
Página | 70
Tristan se retorció un poco. No habían hablado de ello, por lo que el
incidente puede ser que nunca haya sucedido. No le había dicho nada a
Jared. Todavía no estaba seguro de por qué.
–Me gusta Zach –dijo Lydia de repente–. Él es un buen tipo. Me
invitó a su boda.
La mirada de Tristan se levantó para encontrar la de ella.
–¿Qué? Lo has conocido sólo por un par de semanas.
Lydia le dio una sonrisa muy dulce.
–¿Quieres decir que no te invitaron?
Tristan le devolvió la sonrisa. Lydia era una perra. Ella era divertida,
pero no estaba en su liga cuando se trataba de mala leche.
Sólo un poco
–Yo no habría aceptado la invitación, de todos modos –dijo con
perfecta calma–. ¿Por qué querría ir?
Claramente decepcionada, Lydia volvió a clasificar su correo.
Tristan dejó el teléfono antes de recogerlo de nuevo. Se quedó
mirándolo por un momento.
–¿Has visto a su novia? –dijo casualmente.
–¿Donna? Oh, sí, ella le recogió el otro día cuando su auto se había
descompuesto. Nos presentó.
–¿Cómo es ella?
Sentía su mirada especulativa sobre él.
Manteniendo su rostro vagamente aburrido, Tristan dijo– Tengo
curiosidad saber qué clase de mujer sería tan estúpida como para casarse
con un tipo tan mandón. Ella debe ser un felpudo. Página | 71
–Donna ha vuelto a casa por sólo unos pocos días entre sus viajes de
trabajo. Te dije qué ejercicios debías hacer hoy. En realidad no me necesitas
hoy.
–Ese no es el punto –dijo Tristan–. Eres mi fisio. Se supone que
debes estar aquí si yo te quiero aquí.
Zach levantó las cejas.
–¿Y por qué me quieres aquí? ¿Hmm? ¿Para mirarte mientras te
relajas en el sofá?
Sí.
Sólo un poco
Tristan se tragó la respuesta que tenía en los labios. No sabía que
donde había venido.
–Admítelo –dijo Zach, tomando la barbilla de Tristan con su mano
libre. Sus ojos grises perforaron a Tristan. Su pulgar acarició detrás de la
mandíbula de Tristan y apretó, duro.
–Tú no me necesitas aquí. Eres un pequeño niño mimado, y has
echado a perder mi día sólo porque podías.
–Muérdeme –Tristan dijo con una sonrisa
Los ojos de Zach se oscurecieron. Se lanzó hacia delante y mordió el
labio de Tristan salvajemente.
Ambos se congelaron. Sus respiraciones mezclándose.
Un latido pasó.
Página | 76
Tristan se lamió los labios y sintió el sabor del cobre de su propia
sangre. Lentamente, levantó los ojos para encontrarse con Zach.
Zach lo soltó y se apartó, pero Tristan agarró un puñado del pelo de
Zach, tiró de él cerca y le mordió los labios de vuelta. Se quedó sin aliento,
sintiendo el sabor amargo de la sangre y algo puramente masculino. Mordió
de nuevo.
Zach chupó una respiración antes desgarrar su boca libre.
Se miraron el uno al otro, con los ojos abiertos, su dura respiración, el
único sonido en la habitación.
Por fin, Zach se dio la vuelta, pero Tristan agarró sus bíceps. Los
músculos de Zach se tensaron ante su contacto.
Sólo un poco
–Tienes sangre en el labio –Tristan se oyó decir. Se sentía distante,
como un sueño.
Zach no se movió para limpiar la sangre. Su cara estaba en blanco,
pero sus ojos eran aterradores en su intensidad mientras miraba a Tristan.
Miró a Tristan como si fuera una serpiente venenosa. Una serpiente
venenosa de la que no podía apartar la mirada.
Tristan se inclinó y lamió la sangre en el labio de Zach lentamente,
sólo su lengua contra los labios de Zach. El cuerpo de Zach vibraba de
tensión contra él.
Zach lo empujó y salió de la casa.
Cuando la puerta principal se cerró tras él, Tristan cerró los ojos. Él
aspiró y exhaló antes de abrir los ojos de nuevo.
Con cautela se tocó el labio partido y se miró los dedos.
Página | 77
Ellos estaban temblando.
Él les enroscó en un puño.
La puerta se abrió detrás de él.
–¿Zach ya se ha ido? –dijo Lydia, sonando desconcertada.
Sin decir una palabra, Tristan volvió al sofá, llevó las rodillas a su
pecho y envolvió sus brazos alrededor de ellas. Miró por la ventana.
–¿Tristan?
–Vete –susurró Tristan.
–¿Qué?
–Déjame solo.
Sólo un poco
Capítulo 6
Página | 81
Sólo un poco
Capítulo 7
Página | 86
Sólo un poco
Capítulo 8
Cuando Tristan tenía cinco años, su madre lo llevó a una casa grande
en los suburbios de Londres. La memoria era algo tan voluble. Tristan no
recordaba muchas cosas que sucedieron más recientemente, pero recordaba
esa noche fría y lluviosa con perfecta claridad. Recordó el frío filtrándose en
su pequeño cuerpo mientras permanecía de pie, agarrando la fina mano de
su madre. Estaba temblando, su agarre en la mano doloroso. Tristan pensó
que estaba asustada. Estaba asustado, también.
–Tengo frío –se quejó.
Página | 87
–Cállate. Estarás caliente pronto –dijo antes de toser violentamente.
Se soltó de su mano para cubrir su boca. Ella siempre lo hacía, como si no
pudiera escuchar. Como si fuera estúpido.
Tristan desvió la mirada durante el minuto que tomó antes de que sus
toses se calmaran y el sonido de su respiración se hizo menos espantoso.
Una ráfaga de viento sopló en su rostro, casi haciéndole perder el pie y
borrando temporalmente su visión. Odiaba esto.
–Me quiero ir a casa –murmuró, a pesar de que odiaba su casa: el
pequeño cuarto frío que estaba repleto de cosas.
Con un suspiro, su madre se volvió y se inclinó hacia abajo, así que
estaban cara a cara. Su cara estaba gris, delgada y fea, con los ojos sin brillo
por el dolor. Tristan odiaba su cara, también. Solía ser tan diferente. Ella
Sólo un poco
solía ser la mujer más bella en su vecindario. La enfermedad la hizo fea y
Tristan lo odiaba y la odiaba.
–Bebé –dijo con voz ronca–. ¿Recuerdas que solías preguntar sobre
tu padre? Esta es su casa, una de sus casas. Vas a vivir con él ahora.
Los ojos de Tristan se abrieron. Miró a la casa grande.
–¿Papá?
–Sí –dijo, tomando de nuevo su mano y tirando de él hacia la casa–
Él es… Él es una persona muy importante y te puede dar cualquier cosa
que necesites. Él… Él se ocupará de ti.
A medida que sus palabras se hundieron en él, Tristan retiró la mano
y corrió por delante de ella. Un papá. ¡Su papá! Billy tenía un papá. Tom
tenía un papá también. Incluso esa estúpida Charlie Kane tenía un papá. Un
papá. Tenía un verdadero padre. Y ¡tal vez su padre podía arreglar lo que Página | 88
estaba mal con su madre, también!
Tristan golpeó la puerta delantera.
–Tris –amonestó su madre, pero un ataque de tos terrible interrumpió
cualquier otra cosa que ella quería decir.
La puerta se abrió, revelando a un hombre en el otro lado.
No era muy alto, pero parecía... agradable. Él no se parecía a Tristan,
-todo el mundo dijo que Tristan se parecía a su madre- pero tenía los ojos
como él.
El hombre -su padre- lo miró con confusión, una educada sonrisa en
los labios. El corazón de Tristan latía en su pecho. Él sonrió.
–Hola.
Sólo un poco
–Hola –dijo suavemente su padre–. ¿Puedo ayudarle, jovencito?
Tristan le sonrió.
–Soy Tristan.
Parecía desconcertado, su padre miró por encima del hombro de
Tristan. Detrás de Tristan, su madre finalmente dejó de toser.
–Hola, Arthur –dijo ella, su voz todavía terrible por la tos. Su padre la
miró, su cara... vacía.
A medida que el silencio se prolongó, Tristan tuvo una sensación
extraña en el estómago.
–Lo siento, señor, yo no oí los golpes –dijo de pronto una voz
masculina de disculpa–. No debe abrir la puerta.
–Está bien, Barnes –dijo su padre después de un momento–. No es
nadie importante. Puedes irte –Le frunció el ceño Tristan. ¿Tal vez él no la Página | 89
había reconocido? Se veía tan diferente ahora que ella estaba enferma.
–Soy tu hijo, Tristan –lo intentó de nuevo, tratando de dar al hombre
su mejor sonrisa. La madre de Billy siempre dijo que era “un niño bonito” e
“irresistible” cuando era agradable.
Su padre le dio una mirada muy extraña.
Antes de que pudiera decir nada, se oyó el sonido de alguien
corriendo y, a continuación, un muchacho rubio, de la edad de Tristan, vino
entre las piernas del padre de Tristan.
–¡Papi, no hemos terminado de jugar! –dijo, agarrando su mano y
tirando del hombre.
–Espera por mí en la sala de estar, James.
Sólo un poco
El chico miró a Tristan e hizo una mueca.
–¡Da algo a los mendigos y vamos! –Tristan miró al chico, de repente
consciente de que él se veía como un mendigo en comparación con el
muchacho, que usaba ropa limpia y ordenada. Tristan nunca había visto
ropa de ese estilo.
–¡Retíralo! –dijo, lanzándose hacia adelante y empujando al chico–,
¡No soy un mendigo!
–Tristan –su madre comenzó, pero otro ataque de tos la interrumpió
a mitad de camino.
–¡Papá! –El niño gritó, tratando de empujar a Tristan lejos.
Manos agarraron el cuello de Tristan y lo empujaron fuera del chico.
Mirando hacia arriba, Tristan se encontró con los ojos con ira de su
padre. Él tuvo esa sensación rara en el estómago de nuevo. Página | 90
Capítulo 9
Página | 105
Sólo un poco
Capítulo 10
Página | 112
Sólo un poco
Capítulo 11
Página | 121
Sólo un poco
Capítulo 12
6
Enfermedades de Transmisión Sexual
Sólo un poco
–¿Por qué eso me molestaría? –Envolvió su brazo alrededor de la
cintura de Tristan y lo jaló más cerca, antes de comenzar a moverse dentro
y fuera. Se sentía bien, pero increíblemente frustrante. La posición no le
permitía una gran movilidad y no podía follarse al mocoso tan duro como
quería -Lo cual era una buena cosa, teniendo en cuenta la lesión de Tristan.
–Sólo decía –dijo Tristan descaradamente–. Te ves un poco verde.
–Deberías ser azotado todos los días –Zach dijo entre dientes,
agarrando con fuerza la cadera de Tristan y empujando en él lentamente.
Dios, quería empujar al chico bajo suyo y golpearlo en el colchón. Esto se
sentía como una lenta tortura–. No me podría importar menos quien te
apetece. No vamos a pretender que esto es algo que no es. Sólo tenemos
que rascarnos la picazón. Eso es todo.
–Aaaw, tú sabes cómo hacer a un hombre sentirse especial.
–Esto no es especial –dijo Zach, cubriendo el cuello de Tristan con Página | 131
húmedos besos con su boca abierta–. No significa nada. Ni siquiera nos
agradamos. Es sólo una cogida.
–Cierto –dijo Tristan con una sonrisa agradable–. Esta es la peor
follada que he tenido.
–¿Lo es? –dijo Zach en un tono de voz bajo.
–Sip. Tan aburrido –bostezó Tristan–. Despiértame cuando hayas
terminado…
Zach lo volteó sobre su vientre, haciendo a Tristan aullar. Al carajo.
Empujó a Tristan sobre sus cuatro patas y volvió a envestir nuevamente
dentro de él. Tristan gimió y cayó sobre sus codos, empujando hacia atrás
en la polla de Zach. Silbando, Zach finalmente comenzó a follarlo como él
quería, forzando el cuello mientras envestía en Tristan con abandono. En
Sólo un poco
todas las veces que se había permitido imaginar cómo sería estar dentro de
Tristan, nunca había pensado que sería tan desesperado o tan fuera de
control. Pero así fue exactamente lo que era: desesperado, fuera de control,
arqueando y moliendo y tratando de deslizarse todo el camino hacia el
interior del chico. Cada golpe era más duro y más profundo, pero no podía
follar a Tristan lo suficientemente duro, mientras se emborrachaba con la
visión de él: su hermosa espalda y culo, y su propia verga pistoneando
dentro y fuera del agujero de Tristan. Tristan estaba haciendo ruidos bajitos,
desvergonzados, retrocediendo para encontrarse con sus golpes, como si no
pudiera tener suficiente de su polla.
–¿Qué estabas diciendo? –Zach dijo entre dientes, gruñendo con cada
golpe.
–Al carajo-oh Dios-nngh-más.
Zach le dio más, hasta que el mundo se tornó en borrosas acuarelas a Página | 132
su alrededor, cada vez más rápido -tan perfecto, tan bueno- y entonces
pudo sentir a Tristan corriéndose, apretándose, temblando, agitándose y
Zach se mantuvo golpeando en él, porque no podía dejar de hacerlo; estaba
tan cerca. Finalmente, cuando las piernas de Tristan parecían estar
rindiéndose, haciendo que el rostro de Tristan cayera por primera vez
contra la cama, Zach bajó con él, gimiendo y empujando profundo.
Entonces se estaba corriendo con tanta fuerza que su visión quedó en
blanco. Se sentía como si fuera a correrse por siempre, bombeando a sí
mismo en Tristan, hasta que ya no pudo más. Sus brazos cedieron y cerró
los ojos, completamente agotado y saciado.
Probablemente debería moverse. Las mujeres siempre se quejaban de
que era demasiado pesado. Pero Tristan no dijo nada, así que no se movió,
Sólo un poco
probando la sudorosa piel del cuello de Tristan. Su polla todavía estaba
dentro del chico y él tenía pocas ganas de salirse.
El silencio se sentía bien. Su cuerpo estaba completamente saciado, la
desquiciante frustración acumulada finalmente desapareció. Sabía que
Tristan no estaba dormido -seguía retorciéndose un poquito contra los
labios de Zach, pero permaneció en silencio.
–El sexo es una cosa tan tonta –Tristan murmuró de repente, su voz
amortiguada–. ¿No te parece?
–¿Eh? –dijo Zach, arrastrando sus labios sobre el cuello de Tristan.
Nunca había considerado antes que los cuellos podrían ser bellos. El de
Tristan lo era.
–El sexo hace que las personas se comporten estúpidamente y da una
ilusión de intimidad –El tono de Tristan era reflexivo, casi melancólico–. Es
tan estúpido. Página | 133
Zach frunció el ceño, su colmado-de-gozo-cerebro no queriendo
nada más que dormir. Entonces se dio cuenta de que todavía estaba
besando el cuello del mocoso. Se detuvo. Aclarándose la garganta, buscó
algo que decir.
–Es normal –dijo, con su voz más seca–. El orgasmo generalmente
produce un aumento en los niveles de oxitocina y provoca sentimientos de
cercanía, intimidad…
–Detente. Solo para. No puedo creer que todavía me estés dando
clases mientras que tienes tu polla en mí –bostezó Tristan–. Buenas noches.
Y sólo así, él estaba dormido.
Ahora era sin duda el momento de irse.
Sólo un poco
Zach no se movió. Lo haría.
En un ratito.
Página | 134
Sólo un poco
Capítulo 13
–No soy un abrazador –dijo con el ceño fruncido–. Sólo tenía frío.
Zach se limitó a mirarlo por un momento, pero no hizo ningún
comentario.
–¿Cómo está tu ingle? –le preguntó en cambio.
Gimiendo, Tristan rodó los ojos.
–¿De verdad?
–Sí. Ese es mi trabajo –Zach se desenredó de las extremidades de
Tristan y se incorporó. Sus dedos empezaron a picar y amasar los músculos
de la ingle de Tristan experimentalmente– ¿Algún dolor?
Sólo un poco
Mirando hacia el techo, Tristan se preguntó qué haría Zach si se
quejaba de que tenía un dolor en su polla.
–No.
–Se ve bien –concluyó finalmente Zach.
–Está bien. Te lo dije. Estoy listo para comenzar el verdadero
entrenamiento. La ingle ya no me molesta más.
–La ausencia de dolor durante las actividades diarias normales puede
ser engañoso. Es diferente con las fuerzas involucradas en un
entrenamiento o en una competición. Pero se ve bien. Vamos a aumentar la
intensidad y la frecuencia del entrenamiento.
Tristan lo miró.
–¿En serio?
Página | 138
–En serio. Estás listo para comenzar a trotar.
Tristan lo miró desconcertado. Todo era muy normal, como si ellos
no hubieran tenido sexo y no estuvieran desnudos en la cama juntos.
–¿Por qué eres…
Zach levantó las cejas.
–¿Por qué soy qué?
–¿Por qué no estás teniendo un enloquecimiento-gay? –preguntó
Tristan– ¿Por qué no te sientes culpable o enojado, o algo? ¿Por qué estás
tan tranquilo?
–¿Cuál es el punto? –dijo Zach en el mismo tono tranquilo y racional.
–Lo hecho, hecho está. No estoy orgulloso de ello ni nada, pero había que
Sólo un poco
hacerlo. Ahora que por fin hemos tratado con ello, podemos avanzar y
seguir adelante con nuestras vidas, y con tu entrenamiento –Se levantó de la
cama, ofreciendo a Tristan una magnífica vista de su amplia y fuerte espalda
y de su firme trasero–. Está hecho y terminado. No tiene sentido estar
enojado por nada ahora. Eres mi paciente. Soy tu fisioterapeuta. Ahora
levanta tu trasero de la cama. Ya estamos retrasados con el programa.
Tristan se quedó mirándole la espalda, poco a poco su confusión
siendo reemplazada por otra emoción más oscura. Se sentía como con
ganas de reír y de arrojarle algo a la cabeza de Zach al mismo tiempo. Así
que Zach le estaba haciendo a un lado como a un condón usado, con ganas
de olvidar y seguir adelante. Estupendo. Bien. Bien. Eso era lo que Tristan
quería también: ningún compromiso era su lema de vida. Bien.
Cuando Tristan no dijo nada, Zach se dio la vuelta y miró a Tristan.
Tristan podía imaginarse bien lo que parecía. Sus labios estaban
doloridos, hinchados por los besos, magullados. Tenía las mejillas y la Página | 139
barbilla irritadas por el roce de la barba. Su cabello estaba más desordenado
que nunca, ya que se pasó los dedos a través de él. Sabía que su cuello
estaba cubierto de chupones. Había moretones en forma de dedos en sus
caderas. En pocas palabras, se sentía bien follado y probablemente lo
parecía.
Zach desvió la mirada y buscó su ropa, sus movimientos
espasmódicos.
–Deja de mirarme así y sal de la cama.
–¿Así cómo? –dijo Tristan, ladeando la cabeza y mirando a Zach por
debajo de sus pestañas.
–Como una puta necesitando una verga.
Sólo un poco
Tristan se negó a morder el anzuelo y enojarse. Sus ojos pesadamente
grumosos recorrieron desde el pecho de Zach al apretado estómago, y luego
más abajo, a su gruesa erección. Humedeciendo sus labios, volvió a mirar el
rostro de Zach y separó las piernas. No necesitaba decir nada. Sus ojos
decían todo por él. Ven aquí. Fóllame. Sabes que lo quieres.
Antes de Tristan lo notara, Zach estaba sobre él, aplastándolo bajo su
cuerpo pesado.
–Tú –dijo entre dientes antes de besar a Tristan, una y otra vez. Dios.
Tristan curvó una mano alrededor del cuello de Zach y metió la mano entre
ellos para agarrar la polla de Zach.
–En–murmuró, tratando de guiarla en su interior–... entra.
–Lubricante –dijo Zach, chupando sus labios. Era algo hilarante que
ambos estuvieran reducidos a palabras monosílabas con tanta rapidez.
Página | 140
–No importa –Tristan jadeó mientras la cabeza de la polla tanteaba su
agujero. Estaba todavía un poco resbaladizo de la noche anterior, el
lubricante era de larga duración y difícil de limpiar–. Fóllame.
–No seas tonto –Zach logró decir, pero sus caderas ya se estaban
moviendo, su polla moliéndose en él hasta que la cabeza finalmente entró.
Tristan jadeó, su mirada ampliada y vidriosa y sus dedos clavándose en la
espalda de Zach. Dios, la polla de Zach en él se sentía increíble, tan
jodidamente perfecta, su circunferencia estirándolo hasta el límite, el placer
mezclándose con dolor, y el dolor convirtiéndose en placer.
Con un gemido, Zach dejó caer la cabeza al lado de la de Tristan en la
almohada, y empezó a joderlo con envestidas urgentes. Retorciéndose,
Tristan envolvió sus piernas alrededor de la cintura de Zach, quejidos
saliendo de su boca cada vez que la polla dentro de él golpeaba su próstata.
Sólo un poco
No era sexo; era necesidad, algo que ambos ansiaban y necesitaban. Era sucio,
rápido y descarado, un choque de cuerpos, dientes y labios, y deseo, tanto
deseo que le provocaba mareo, vértigo, y desvergüenza. Sus sentidos
sobreestimulados hasta el punto en que él tenía el pensamiento irracional de
que podría morir si no se corría. Zach empujaba, fuerte, una y otra vez, y
Tristan aguantaba, murmurando algo ininteligible y disfrutando entre
jadeos, y las envestidas calientes, perfectas, y los gruñidos de Zach y el
conocimiento de que sí, joder sí, esto era lo que necesitaban.
Su orgasmo fue aterrador por su intensidad y Tristan jaló a Zach más
cerca mientras se corría, apretándose fuerte alrededor de la polla de Zach.
Los espasmos eran tan potentes que podría haber caído de la cama si Zach
no hubiera estado sujetándolo abajo. Zach se estrelló contra él unas cuantas
veces más y se quedó inmóvil sobre él, deshuesado y pesado y tan
malditamente perfecto. Tristan gimió de placer, apretando sus brazos
alrededor de él.
Página | 141
El silencio en la habitación era ensordecedor.
A diferencia de la primera vez, esta vez, ninguno de ellos se quedó
dormido. Ambos estaban completamente despiertos. Tristan se quedó
mirando al techo, sobre el hombro desnudo de Zach, y se preguntaba cómo
se suponía que debería actuar. Sus piernas todavía estaban envueltas
alrededor de las caderas de Zach. Tristan pensó, no sin algo de humor, que
por lo menos ahora sabían a ciencia cierta que su ingle estaba sin duda más
que preparada para hacer ejercicios más vigorosos: no sentía ninguna
molestia.
Zach suspiró y luego su boca presionó contra un lado del cuello de
Tristan. Un beso suave. Otro. Y otro.
Sólo un poco
Tristan sonrió. Había oído que el sexo dejaba a algunos hombres
suaves y cariñosos después. Nunca había pensado que Zach sería uno de
ellos, no parecía de ese tipo, pero al parecer Zach lo era. Tristan de brazos
cruzados ponderó si debería hacer algún comentario al respecto y
avergonzar a Zach. No eran... los besos y toques suaves no se sentían
horribles, pero él no podía perder una oportunidad tan maravillosa para
burlarse de Zach, ¿verdad?
–¿Quién sabría que el sexo podría convertirte en tal blandengue?
–dijo con un resoplido.
Los besos se detuvieron.
Tristan frunció los labios.
–Eso suena bastante pretencioso viniendo de un tipo que me está
abrazando como si fuera su osito de peluche –murmuró Zach.
Página | 142
Sonrojándose, Tristan desenredó sus brazos y piernas de Zach y
frunció el ceño.
–Aléjate de mí. Pesas una tonelada –Tan pronto como Zach salió de
él, Tristan se levantó de la cama y se dirigió al baño–. Usa el baño en el
pasillo–lanzó por encima del hombro–. Apestas.
–Siempre tienes que tener la última palabra, ¿Eh?
Tristan abrió la puerta del baño, se volvió a mirar a Zach, que estaba
sentado en la cama con una mirada oscura en su rostro. Tristan sonrió y le
lanzó un beso–. Siempre.
Zach lo miró con extrañeza y Tristan rápidamente cerró la puerta y se
encogió. El sexo debe haber jodido su cerebro también.
Sólo un poco
Capítulo 14
–No estoy aquí para tener relaciones sexuales –dijo Zach, arrastrando
sus ojos de esa boca–. Te dije ayer que fue la última vez.
Humor cruzó el rostro de Tristan y desapareció.
–¿Cómo me dijiste el día antes de ayer? ¿Y el día antes de eso?
La mandíbula de Zach se apretó.
–Esta vez va en serio. No te he tocado hoy, ¿Verdad? –Tristan le dio
una mirada viciosa.
Zach se quedó inmóvil como si le ocurriera algo.
–Querías que te tocara –Esa no era una pregunta.
Sólo un poco
Poniendo sus manos sobre el pecho de Zach, Tristan trató de
empujarlo.
–Te dije que te fueras –Zach no se movió. Su mano se encontraba en
la mejilla de Tristan.
–¿Querías que te besara? –Su voz se convirtió en un tono áspera
mientras se inclinaba. Tal vez un beso más. Solo uno. Muy corto. Y
entonces acabarían.
–No –dijo Tristan, sus manos en movimiento hasta el pecho de Zach.
–Por lo general eres un mentiroso mejor que esto –Zach murmuró
antes de moldear sus bocas. Ambos gimieron, enterrando las manos en el
cabello del otro mientras se besaban profundamente. ¿Había sido sólo un
día? Demasiado maldito tiempo.
–Tristan, he terminado el…
Página | 149
Ellos se apartaron, respirando con dificultad.
Lydia estaba en la puerta, con los ojos muy abiertos y docenas de
cartas a sus pies.
–Oh –dijo débilmente.
–Si le dices a alguien –dijo Tristan con fuerza–. Me aseguraré de que
nunca encuentres otro trabajo.
Lydia palideció.
Suspirando, Zach se apretó el puente de la nariz.
–Lydia, por favor espérame abajo –Ella prácticamente corrió fuera de
la habitación y Zach se volvió hacia Tristan–. El chantaje no es la forma
normal de las personas de lidiar con cada situación.
Sólo un poco
Tristan se puso en pie.
–Pero tengo que hablar con ella y asegurarme de que ella…
Zach lo agarró y lo volteó.
– Tú no vas a ninguna parte. No vas a amenazarla.
Tristan se limitó a mirarlo con los ojos abiertos, moviendo la cabeza
una y otra vez. Él estaba hiperventilando.
–Cálmate –dijo Zach con firmeza pero no sin amabilidad, apretando
los hombros de Tristan.
–Nada pasará. Ella no le dirá a nadie. Voy a tratar con ello. Lo
prometo.
La respiración de Tristan se niveló un poco, y los temblores se
detuvieron, pero esos ojos... Maldita sea. Zach se inclinó y rozó sus labios Página | 150
contra Tristan.
Ambos se quedaron inmóviles. Tristan exhaló temblorosamente.
Zach se retiró y salió de la habitación. Se pasó la mano por el pelo
mientras tomaba las escaleras hacia abajo. Se estaba volviendo loco. Loco.
Sangrienta locura.
Lydia estaba de pie en medio de la sala de estar, con los brazos
cruzados sobre el pecho. Su cara era sombría, sus ojos marrones llenos de
juicio.
Zach suspiró, cansado de la conversación antes de que comenzara.
–No es lo que parece.
Sólo un poco
–Vaya, ¿De verdad? Yo sé lo que vi –Ella sacudió la cabeza, mirando
con incredulidad–. No puedo, no puedo creerte. Pensé que podrías ver el
pequeño horrible monstruo que es.
La expresión vulnerable, presa de pánico, de Tristan pasó por su
mente. Zach la apartó, irracionalmente deseando que él nunca la hubiera
visto. Había visto Tristan vulnerables antes, por supuesto, Tristan siempre
se veía suave y vulnerable (y hermoso) después de que Zach le azotaba (que
era la razón por la que Zach trató de no hacerlo demasiado a menudo, no
importaba lo mucho que ambos disfrutaron), pero esto era diferente. Podía
excusar la oleada de proteccionismo después de azotar a Tristán como un
efecto secundario; esto no podía excusar con la misma facilidad.
–Mira –dijo Zach–. Lo que viste, es decir... Es complicado.
–No me digas. ¿Qué pasa con Donna?
–No tiene nada que ver con ella. No la estoy engañando. Tenemos Página | 151
una relación abierta, la hemos tenido por mucho tiempo. Esto no hace daño
a nadie.
La frente de Lydia se arrugó.
–¿Una relación abierta? ¿Tan cerca de la boda?
Zach dio un encogimiento de hombros.
–Somos adultos. A menudo no nos vemos el uno a otro durante
meses debido a nuestros trabajos. Tenemos necesidades. Una relación
abierta siempre ha funcionado para nosotros. Hasta la boda podemos
dormir con otras personas.
Una expresión de desconcierto apareció en el rostro de Lydia.
Sólo un poco
–No entiendo. Si una relación abierta funciona tan bien para ti, ¿Por
qué se van a casar y ser exclusivos?
–Por muchas razones.
Zach pensó en su conversación con Donna medio año antes. No
hubo una gran propuesta. Ni él ni Donna era del tipo sentimental,
romántico. Ambos eran personas racionales, que se amaban y que sabían
hace años que iban a terminar casándose con el tiempo. Ellos simplemente
se habían sentado y discutido. Estuvieron de acuerdo en que era el
momento adecuado: ambos habían cumplido treinta años ese año, y era
probablemente el tiempo para asentarse. Sus familias los habían presionado
para atar el nudo durante años. Donna quería niños. A Zach no le
importarían los niños; a decir verdad, ahora que todos sus hermanos se
habían ido, la casa se sentía demasiado grande para un solo hombre.
Además, Donna estaría recibiendo una promoción pronto y un trabajo de
escritorio, por lo que todas las estrellas se alinearon. El momento era Página | 152
perfecto. Nunca habían cuestionado si iban a dejar de dormir con otras
personas después de casarse. Ambos tomaban en serio el matrimonio, que
era por qué había sido pospuesto durante tanto tiempo.
Zach volvió a mirar a Lydia.
–Hay muchas razones, pero sobre todo, creemos en la monogamia en
el matrimonio. Esta-esta cosa con Tristan no hace daño a nadie y no va a
cambiar nada.
–¿Estás seguro de eso?
–Sí.
Sólo un poco
–Todo bien. Lo siento por llegar a conclusiones, entonces –Ella
todavía tenía el ceño fruncido–. Es sólo que... No puedo creer que estés
poniendo en peligro tu relación por él.
–No voy a poner en peligro nada. Si Donna me pregunta, le diré. No
tengo nada que esconder. Es sólo sexo y el sexo no significa nada –En todo
caso, Donna pensaría que era muy divertido y que estaba teniendo una crisis
de mediana edad temprana.
–Yo ni siquiera sabía que bateabas de esa manera.
–Esa es la cosa. No hago –Zach se frotó los ojos con cansancio–. Él
simplemente empuja todos los botones correctos -equivocados- en mí.
Ella resopló.
–Empuja todos los botones equivocados en mí también, pero tú no
me ves chupando sus labios –Ella sacudió la cabeza–. No puedo creer que
puedas estar atraído por un pedazo de mierda como ese. ¡En realidad él esta Página | 153
amenazando con arruinar mi carrera! –Su cara se puso roja, sus ojos
brillantes–. ¡Veremos al respecto!
Zach se tensó.
–No le digas a nadie que es gay. Sabes que destruiría su carrera.
Le miró rebelde.
–Bueno. ¡Eso le servirá bien!
–No eres tan rencorosa, Lydia –dijo Zach con calma–. Eres mejor
que eso. Olvídate de sus amenazas. No era más que miedo y quería
protegerse a sí mismo. No quería decirlo de verdad.
Sólo un poco
Lydia se le quedó mirando como si lo estuviera viendo por primera
vez.
–Oh, Dios mío –Había una gran decepción en su rostro. Decepción,
horror y compasión–. Cariño, aléjate de él antes de que sea demasiado
tarde–Y con eso, se fue, taconeando con fuerza por la madera dura.
Le tomó a Zach un momento para registrar el significado de lo que
ella estaba dando a entender, y casi se río. La siguió fuera de la casa.
–Si realmente crees lo que yo creo que querías decir, estás siendo
ridícula –dijo cuando se encontró con ella.
–Ah, ¿Sí? –dijo Lydia, su voz llena de sarcasmo–. Antes de que te des
cuenta, estarás diciendo lo buena persona que es. Por favor. Dios, hombres.
¿Es tan bueno en chupar la polla?
–No seas tonta –dijo Zach–. Él no es definitivamente la persona más Página | 154
agradable alrededor. Es un mocoso total, pero no es un crimen. He
conocido peores. He tenido clientes mucho peores que él. No sé por qué lo
odias tanto.
–¿Por qué? –Ella se detuvo y se volvió hacia él– Está bien, te voy a
decir por qué. Desde el primer día que me contrató, me ha tratado como
una esclava que está ahí para su diversión. No soy una persona para él. Soy
un saco de boxeo para su temperamento cuando se cansa de pretender ser
el Chico de Oro. Gasta todas sus frustraciones en mí. Tiene un sentido del
humor muy cruel y nunca le importa que pudiera herir mis sentimientos. Y
lo peor es, que siempre tengo que aguantar y no decir nada, ¡Porque
necesito este trabajo! No soy como tú, soy un don nadie y no puedo dejarlo
sólo porque quiero. No me gusta trabajar para él, pero necesito el dinero, y
¡No puedo dejarlo porque es una verga rica que tiene todo tan
Sólo un poco
malditamente fácil! –Ella parecía al borde de las lágrimas. Lágrimas de
rabia–. Y me pone enferma que la mayoría de la gente no tiene ni idea de
cuán mala persona con malas intenciones es. Pensé que podía ser a causa de
lo que él es, pensé que eras como yo, pero ahora te ha engañado, también.
–No, no lo hace –dijo Zach–. Y para ser justos, no creo que él
siempre lo tuvo fácil. Es un huérfano.
Ella se burló.
–Oh sí, la tarjeta 'pobre huérfano’. Por favor. El público le pone
arriba, pero es sólo una historia lacrimógena para conseguir la simpatía de la
gente.
Zach se preguntó por qué no se había dado cuenta antes del alcance
de la amargura y animosidad de Lydia hacia Tristan. Sus ocurrencias
siempre habían parecido más sarcásticas y divertidas.
–Sí, pero no es necesariamente una mentira –dijo. Página | 155
Página | 158
Sólo un poco
Capítulo 15
Zach sonrió.
Él quería besar esa sonrisa de su cara.
Tristan se congeló.
–¿Qué? –dijo Zach, frunciendo el ceño un poco.
–Nada – Tristan corrió lejos.
*****
Sólo un poco
–¿Por qué vives aquí?
Tristan abrió un ojo y miró a Zach.
–¿Eh? –murmuró, todavía un poco aturdido después de su orgasmo.
El corazón de Zach latía uniformemente bajo su mejilla, ya no martilleaba.
–Esta es una buena casa –dijo Zach, su voz todavía un poco ronca–.
Pero no es exactamente el tipo de casa en la que las celebridades viven.
–Sabes que yo no hago conversaciones de almohada –dijo Tristan,
cerrando los ojos de nuevo.
–Tu cabeza está en mi pecho, por lo que técnicamente, no
conversación de almohada.
Tristan pellizcó el lado de Zach.
Página | 163
–No eres divertido.
Los dedos de Zach cardaron su pelo, las uñas romas rascando el
cuero cabelludo de Tristan. Dios. Tan bueno. Tristan suspiró suavemente y
murmuró– Pero si quieres saberlo, yo solía ser dueño de una mansión muy
elegante. La compré sólo porque pude.
–¿Solías ser?
–La vendí.
–¿Por qué?
Tristan hizo una mueca. Había comprado la mansión por una razón:
para tener una casa más elegante que la de su padre y restregárselo en la
cara. Pero no le había llevado mucho tiempo darse cuenta de lo poco
Sólo un poco
convincente que era. Arthur Grayson no lo sabría y no le importaría incluso
si lo hiciera.
–Fue una buena inversión –dijo Tristan, abriendo los ojos. Él le
sonrió a Zach– Se vendió por el doble del precio a un multimillonario ruso
que estaba ansioso por comprar la casa de una estrella del fútbol. Un idiota.
Habia vivido una semana en esa casa.
Zach sacudió la cabeza con una sonrisa.
–Eres…
–Muy inteligente, lo sé –dijo Tristan, frotando su mejilla contra su
pecho de Zach y bostezando.
Zach se le quedó mirando.
–¿Qué? –Tristan murmuró con una sonrisa adormilada.
Página | 164
Zach salió a toda prisa de la cama y comenzó a vestirse.
–Me tengo que ir –dijo más o menos, cerrando la cremallera de sus
pantalones vaqueros.
Tristan parpadeó hacia él. No era como si Zach se quedara cada
noche, se quedó solo cuando el sexo se prolongó hasta bien entrada la
noche, cuando estaba demasiado gastado para salir. Como esta noche.
–Son las dos de la mañana –dijo Tristan.
–Precisamente –dijo Zach, deslizándose en su chaqueta. Y luego se
había ido.
Sólo un poco
Con el ceño fruncido, Tristan se dio la vuelta y enterró el rostro en la
almohada. Olía a Zach. Era molesto. Tristan consideró conseguir otra
almohada, pero parecía demasiado esfuerzo. Ésta tendría que valer.
Cerró los ojos, respiró, y se dejó llevar lejos.
Página | 165
Sólo un poco
Capítulo 16
Dos días más tarde, Zach se encontró cara a cara con Lydia por
primera vez desde que se había enterado de ellos.
–¿Todavía estas seguro de que tienes todo bajo control? –dijo Lydia
después de Tristan desapareció escaleras arriba para tomar una ducha.
Zach miró y dijo: –Sí.
–¿Has visto la forma en que lo miras? –Él ni siquiera quería saber.
–Déjalo ir, Lydia –dijo con un suspiro, dejándose caer en el sofá.
Página | 166
Lydia le dio una mirada terca se había vuelto muy familiarizado.
–¿Por qué sigues aquí? Es tarde.
Zach se encontró con sus ojos de manera constante.
–Tuvimos que acelerar el programa de rehabilitación de Tristan. Él
tiene sesiones de entrenamiento dos veces al día ahora.
Ella frunció los labios, claramente no creer en él.
–Pero…
–Mira, yo no quiero ser grosero, pero no es asunto tuyo –dijo tan
suavemente como pudo. No era especialmente suave. Lydia le gustaba, lo
hacía, pero él estaba harto de su constante interferencia. En realidad, no
Sólo un poco
estaba de humor para otra queja sobre la maldad de Tristan y cómo Zach
debería poner fin a esto.
Él no necesita ningún recordatorio. Sabía lo que debía hacer, lo había
sabido todo el tiempo. Ejecutarlo era un poco difícil de alcanzar.
–Lo siento –dijo ella, torpemente–. Sé que puedo pasarme un poco.
Está bien, voy a irme. No es como si fuera bienvenida aquí. Me sorprende
que no me saque fuera ya.
–Estoy tratando de evitar que te despida, pero no estás ayudando, ya
sabes.
Ella le dio una mirada extraña.
–¿Él realmente te escucha?
Zach se encogió de hombros.
–No es tan descabellado como parece. Página | 167
Silencio.
Podía ver lo mucho que quería discutir con él. Por fin, ella suspiró
–Está bien, ya conoces mi opinión. No voy a decirlo una vez más –
Ella tomó su bolso– Dile que su relaciones públicas dijo que sería bueno si
se tomara algo con Darcy Peyton en algún restaurante de lujo esta noche
para celebrar.
–¿Celebrar qué?
–Su cumpleaños –dijo Lydia, cerrando la puerta tras ella.
¿Era el cumpleaños de Tristan?
Sólo un poco
Zach frunció el ceño. La rutina de Tristan no había cambiado en
absoluto. No hubo llamadas telefónicas, ni amigos o familiares felicitándolo,
no hubo regalos. Nada. Tristan actuó como si fuera un día normal.
Después de unos minutos, escuchó el ruido de pies descalzos en la
planta baja y se preparó mentalmente.
–¿Ella se fue? –Tristan dijo, limpiando su torso con una toalla blanca
grande, mullida. Sólo llevaba un par de pantalones cortos, montando bajos
en sus caderas.
–Sí –dijo Zach, arrastrando los ojos lejos– Ella dijo que tú relaciones
públicas que dijo que tomes algo con Darcy Peyton en un restaurante esta
noche.
Una mirada de confusión apareció en el rostro de Tristan.
–¿Quién es Darcy Peyton? Página | 168
El tono de Zach era neutro –¿Tal vez tu acompañante?
Las cejas de Tristan se levantaron por un momento, luego su
expresión se aclaró.
–Correcto. Probablemente –Él hizo una mueca–. No estoy del todo
en un estado de ánimo para vagina –vio a Zach con hambre una vez más,
lamiendo sus labios carnosos–. Prefiero tener tu polla.
El pene en cuestión se contrajo en los pantalones de Zach, saltando a
media asta. Zach hizo una mueca, maldiciendo por dentro, pero sin
sorpresa. Cuando estaba alrededor de Tristan, no tenía el control de su
pene. No importa que ya hubieran tenido relaciones sexuales por la mañana
antes de la llegada de Lydia. Él no tenía la intención hacerlo, pero Tristan lo
Sólo un poco
había mirado enrojecido y con sueño y suave, y Zach no había sido capaz
de resistirse a tocarlo. Muy, muy patético.
–No sabía que hoy es tu cumpleaños –dijo Zach duramente, tratando
de recomponerse. Ceder a su debilidad una vez al día era bastante malo. Él
podía alejarse sin poner su pene en el niño una vez más. El podría.
–Es un día como cualquier otro –dijo Tristan, paseando su camino
hacia Zach–. Nunca entendí por qué la gente hace un gran alboroto sobre
ello. Creo que es algo que celebrar para los padres, pero mi madre está
muerta, así que –Se sentó a horcajadas en muslos de Zach.
–¿Qué hay de tu padre?
La mano de Tristan se detuvo en la cremallera de Zach. Una sombra
cruzó su rostro antes de desabrochar la cremallera de los pantalones de
Zach y meter su mano dentro. Zach siseó mientras los dedos delgados de
Tristan se envolvían alrededor de su pene. A pesar de sus mejores esfuerzos Página | 169
para distraerse a sí mismo, estaba dolorosamente duro.
–Él no dio una mierda sobre mí cuando yo tenía cinco años. Dudo
mucho que daría una mierda por mi cumpleaños cuando tengo veintidós
–Tristan sonrió. No era una sonrisa agradable–. Tú y él tienen algo en
común, ya sabes –Sus dedos se cerraron alrededor de la polla de Zach.
–¿El qué? –Zach logró decir, con los ojos rodando hacia la parte
posterior de su cabeza.
–Es un culo prepotente. Más tarde descubrí que es un Conde
–Tristan río–. De todos modos, él estaba casado pero no pudo mantener su
pene fuera de mi madre. Ella era muy bonita –Tristan acarició el pene de
Zach lentamente–. Sé que piensas que soy bonito. Me parezco mucho a ella,
Sólo un poco
antes de que ella enfermara –Tristan río–. Al menos no me puedes
embarazar.
Zach se le quedó mirando.
Luego les dio la vuelta y apretó sus labios contra Tristan con
suavidad. Tristan se quedó inmóvil, su agarre en el pene de Zach alejándose.
Zach lo besó suavemente, una y otra vez, el beso muy inocente en
comparación con las cosas que habían hecho en el último mes. Dios, una
boca tan dulce. La más dulce del mundo.
Tristan hizo un pequeño ruido y rompió el beso. Apretando el pene
de Zach duro, lo miró.
–¿Qué crees que estás haciendo? No soy tu sangrienta novia. Sólo
date prisa y jódeme.
Zach hizo. Por supuesto que sí. Página | 170
Capítulo 17
–Le prometí a mi hermana que quedaría con ella después del trabajo
y la llevara a Oxford. Ella trabaja muy cerca. No tiene sentido conducir a
casa sólo para volver a conducir dentro de una hora.
Tristan se acurrucó más cerca y vaciló. Nunca supo cómo actuar con
Zach en momentos como éste: cuando no estaban entrenando ni iban a
joder. Había sido tan difícil encontrar el equilibrio correcto últimamente, las
líneas se difuminaban.
Se dio cuenta que no era el único que luchaba con ello. Cuando no
estaban teniendo relaciones sexuales, Zach actuaba alrededor de él como
siempre lo hacía, ligeramente burlón, un poco cínico y mandón, pero a
veces, su comportamiento era... apagado. Tristan ni siquiera entendía esos
momentos cuando yacían el uno al lado del otro después del sexo, saciados
Sólo un poco
y felices, y Zach pasaba los dedos a lo largo de la columna vertebral de
Tristan, acariciando su nuca, el pelo sudoroso. La gente decía y hacía cosas
estúpidas después del sexo. Pero no era sólo durante el sexo.
Zach se le quedó mirando. No sucedía muy a menudo, pero cuando
pasaba, hacía que Tristan se sintiera divertido en el interior. No le gustaba la
sensación, porque era totalmente adicto a ella. Y lo peor de todo era que ni
siquiera podía culpar a Zach por el tratamiento caliente y frío: a veces se
sentía tan necesitado del tacto de Zach que se encontró dando un paso más
cerca de él cuando no estaban teniendo sexo. Entonces se daba cuenta de lo
que estaba haciendo y atacaba a Zach con comentarios mordaces
innecesariamente.
Mierda. Esto nunca debería haber durado tanto como lo hizo. Hacía
ya casi un mes. Nunca jodió con la misma persona durante tanto tiempo. ¿A
quién quería engañar? Antes de Zach nunca había jodido con el mismo tipo
dos veces. Página | 172
–¿Te vas a quedar ahí toda la noche? –dijo Zach, sin mirarlo. Había
apoyado sus manos detrás de la cabeza en ese gesto universal de chico, de
aspecto muy masculino, relajado y casual.
Tristan atrapó su labio entre los dientes, mirando el espacio libre
junto a Zach, y se dirigió con decisión hacia el sofá. Se dejó caer junto a
Zach.
–¿Qué estás viendo?
–Regreso al futuro.
Tristan arrugó la nariz.
–Aburrido.
Sólo un poco
–No he pedido tu opinión.
Tristan se recostó, la pierna en equilibrio con la rodilla. Su pie
desnudo presionado contra la pierna de Zach.
–Pero es aburrido. Es mi cumpleaños y quiero ver otra cosa –Tristan
ocultó su sonrisa, consciente de que sonaba como un niño malcriado. Él no
daba una mierda y sabía que Zach tampoco, ya sea: Zach no esperaba que él
actúe diferente. Vivir bajo las expectativas de Zach siempre fue divertido.
Con Zach, podía ser tan inmaduro y malicioso como quisiera. Él no tenía
por qué ser agradable, de buen carácter y relajado. No tuvo que fingir. No
tenía que ser nada. Se sentía... diferente. Libertador. Se sentía bien.
–Hay otra televisión en la casa –dijo Zach, sin apartar los ojos de la
pantalla.
Tristan frunció los labios, sintiéndose algo molesto de que Zach no le
estaba prestando atención. Él presionó su pie más firmemente contra la Página | 173
pierna de Zach.
Sin darle un vistazo, Zach atrapó el pie.
–Deja de retorcerte –Él no quitó su mano. El pulgar de Zach
comenzó a acariciar la parte inferior de su pie, distraídamente.
Retorciéndose, Tristan no pudo dejar de escapar una risa de sus
labios. Era cosquilloso, siempre lo fue.
Zach quitó la mano.
Tristan dejó de sonreír. Él lanzó una mirada de reojo a Zach y se
mordió el labio.
–Estoy aburrido –dijo, golpeando con los nudillos en el brazo de
madera del sofá. Ruidosamente.
Sólo un poco
Lo hizo por dos minutos completos (sip, los contó; demándenlo)
antes de Zach finalmente dejara escapar un suspiro de exasperación. Zach
se acercó y le agarró la mano.
–Cállate –Puso la mano de Tristan en el muslo de Tristan,
manteniéndolo en su lugar con su propia mano.
Tristan se quedó mirando la mano de Zach cubriendo la suya y luego
en el brazo de Zach a su alrededor. Oh. El brazo de Zach se puso rígido,
como si sólo ahora se diera cuenta de que efectivamente estaba abrazando a
Tristan. Unos segundos tensos pasaron. Zach claramente no sabía qué
demonios debería hacer acerca de la situación en la que se había metido.
Sus labios temblaron, Tristan le dio la mano, así que estaban palma
con palma.
–Aw –el mierdecilla arrulló, entrelazando sus dedos–, ¡Aun estás en
mi corazón! Creo que me voy a desmayar! Página | 174
Página | 177
Sólo un poco
Capítulo 18
–Soy…
–Tristan Duval –dijo Nick, dedicándole una atractiva sonrisa–.
Jugador del Chelsea y la víctima actual de Zach.
–Ya no más.
Los grises ojos de Nick barrieron encima de él, con intermitente
excitación en su cara.
–¿Quieres decir que te recuperaste? ¡Ya era hora! –Ante la mirada de
sorpresa de Tristan, Nick le dio una sonrisa y un guiño–. Soy fan del
Chelsea desde que era un niño. ¿Cómo lo estoy haciendo hasta ahora?
Estoy tratando muy duro de no hacer el ridículo.
Sólo un poco
Cierto. Zach le había mencionado que uno de sus hermanos era su
fan.
Tristan sonrió, dejando a su máscara pública deslizarse en su lugar.
Luego de cinco años en el candelero, ya era como una segunda piel para él.
Ni siquiera era una mentira la mayor parte del tiempo. A él le gustaba ser el
centro de atención. Le gustaba caer bien. Le gustaba ser admirado y
adorado por los aficionados. Era realmente fácil.
–¿Fan del Chelsea? –Tristan dijo con una sonrisa–. Tu hermano te
debe odiar.
Sonriendo, Nick movió las cejas.
–¿Cúal?
Tristan se echó a reír.
–El malo, ¿uh? Página | 187
–Sip. Soy la oveja negra de la familia –Se estremeció dramáticamente
e, inclinándose al oído de Tristan, dijo con voz cómplice, horrorizada– Son
todos Gunners7.
La risa de Tristan fue interrumpida cuando la puerta se abrió trás él.
–¿Qué haces aquí? –La voz de Zach sonaba helada.
Tristan se tensó. Nick volvió la cabeza, su sonrisa fácil transformada
en una expresión de desconcierto.
–Es bueno verte, también, hermanito. ¿Quién robó la jalea de tu
rosquilla? Esta sigue siendo mi casa, como tú continúas diciéndome.
7
Forma en que se llama a los hinchas de Arsena, otro equipo del futbol inglés.
Sólo un poco
–Cierto –dijo Tristan, alejándose un paso–. Me tengo que ir.
Nick lo agarró del brazo.
–Hey, ¡No tan rápido! No puedo dejarte ir así como así.
–Nick, ya hemos hablado de esto –dijo Zach bruscamente–. No
puedes molestar a mis pacientes.
–No hay problema –Nick sonrió a su hermano, claramente
disfrutando de molestarlo–. Él ya no es tu paciente.
–Nick.
La advertencia en la voz de Zach era inconfundible, y la sonrisa de
Nick se desvaneció, una expresión de genuina confusión apareció en su
rostro.
Ignorando a Zach, cuyos ojos estaban causando un agujero en su Página | 188
nuca, Tristan sonrió a Nick. Le gustaban sus fans. Y le gustaba éste. Y le
gustaba molestar a Zach más que nada.
–Me tengo que ir ahora, pero puedes pedirle mi número a Zach.
Llámame.
Sorpresa y placer cruzaron el rostro de Nick.
–Genial, lo haré. Nos vemos.
Tristan asintió y se alejó, negándose a mirar atrás hacia Zach. Sabía
que si lo hacía, no sería capaz de mantener la compostura. Dios, había
terminado con esto –con esta cosa extraña, patética, lo que sea que fuera. Al
carajo Zach. Ya estaba terminado. Hecho. No podía esperar a que su vida
volviera a la normalidad. Zach era bienvenido a casarse con su preciosa
Sólo un poco
prometida y vivir su “felices para siempre”. A Tristan no le importaba una
mierda.
Y si su garganta estaba un poco apretada y le dolía, nadie podría
ádivinarlo.
Página | 189
Sólo un poco
Capítulo 19
Pero sus palabras seguían resonando en sus oídos, una y otra y otra
vez.
En un año o dos, Jared va a despertar y darse cuenta de que no eres lo
suficientemente bueno. En el fondo, sabes que se irá. Sabes que la gente como nosotros no
consigue un ‘felices para siempre’.
Con la mandíbula apretada, hizo su camino de regreso al campo de
entrenamiento.
–¡Gabe! –La voz de Jared lo sobresaltó.
Gabriel parpadeó como un búho cuando fue empujado dentro de la
habitación más cercana y los preocupados ojos de Jared lo miraron.
Sólo un poco
–¿Qué pasa, Gab…
Gabe le dio un beso desesperado, abrazándolo y aferrándose tan
fuerte como pudo.
–Te amo, Te amo, Te amo –susurró entre besos frenéticos antes de
enterrar su cara en el hueco del hombro de Jared.
Los brazos de Jared se apretaron alrededor de él, y Dios, se sentía tan
perfecto y correcto, pero dolía. Dolía.
Durante un largo rato, Jared no dijo nada, simplemente acariciando su
cabello.
–¿De qué va esto? –dijo después de un tiempo–. ¿Es sobre Tristan?
Gabriel se rió, más o menos.
–Sé que no debería escucharlo nunca, pe-pero tengo miedo de que… Página | 200
sé que tiene razón.
–¿Sobre qué?
–Que un día te darás cuenta de que no soy lo suficientemente bueno
para ti –murmuró, apenas audible–. Nadie me ama. No entiendo por qué
todavía lo haces.
Jared suspiró y, tomando su barbilla con la mano, obligó a Gabriel a
mirarlo a los ojos. Sus ojos azules se veían divertidos y tiernos a la vez.
–Soy muy consciente de todos los... aspectos menos encantadores de
tu personalidad. Te he visto en tu peor momento. Te he visto ser egoísta,
mesquino, vengativo y extremadamente posesivo. Y eso no hace que te ame
menos.
Sólo un poco
–¿Por qué? –susurró.
–Porque cuando amas a alguien, no lo amas por los rasgos buenos de
su personalidad y acciones. Lo amas, porque lo amas, con todos sus
defectos y ridículas inseguridades –Jared sonrió, tocando los labios de
Gabriel–. Te amo, cariño. Probablemente más de lo que debería.
Gabriel le devolvió la sonrisa y ocultó su sonrisa en el cuello de Jared,
abrazándolo con fuerza. Cerró los ojos, sintiendo al siempre presente
temor, finalmente, disiparse, arrastrado por una oleada de emoción. Tristan
estaba equivocado. Tal vez él no era bueno, pero era lo suficientemente
bueno para la persona que más importaba. La clave era encontrar a esa
persona.
Y, de repente, se sintió muy mal por su hermano. Tristan nunca
tendría esto, porque no era lo suficientemente valiente como para desearlo.
No era lo suficientemente valiente como para pedirlo.
Página | 201
–Entonces, ¿Qué pasa con Tristan? –dijo Jared, como si hubiera leído
sus pensamientos–. ¿Está molesto por Zach?
Haciendo una mueca, Gabriel se apartó un poco para mirar a Jared.
–Jay, cuando le pregunté si sentía algo por Zach, Tristan me golpeó
en mi punto más vulnerable y casi me dejó llorando. Para Tristan, eso es
prácticamente una declaración de amor.
Una arruga apareció entre las cejas de Jared.
–¿Y ahora qué?
–Nada –dijo Gabriel, odiando un poco lo bien que entendía a
Tristan–. Todo lo que siente, no tiene importancia, porque odia hacerlo –
Tal vez Tristan no tuviera un témpano por corazón, pero para él las
Sólo un poco
emociones eran una debilidad, y el sentido de auto-preservación de Tristan
no conocía rival. Gabriel se encontró con la mirada preocupada de Jared–.
No te preocupes –dijo, enderezando el cuello de Jared–. Nada pasará. Se
quedará alejado de Zach y, finalmente, su corazón se congelará de nuevo,
como en ese cuento –Sonrió ante su propia mala broma, porque Jared no lo
hizo. Suspirando, Gabriel acarició sus dedos por el cabello de Jared–. No te
preocupes, de verdad. Zach se casará con Donna, y Tristan volverá a ser un
bastardo de nuevo… no es que él no siguiera siendo un bastardo insufrible
justo ahora.
Jared no parecía especialmente seguró.
–¿Y si no se mantiene alejado?
–Lo hará –dijo Gabe–. Tristan, me dijo una vez que caminaría sobre
cualquiera para conseguir lo que quisiera, pero la cosa es, que si él quiere
algo demasiado, se asusta a cagar y corre en la dirección opuesta –Gabriel Página | 202
sonrió con malicia–. Síp, así es como de jodido está. ¿Crees que esté más
jodido que yo?
Sonriendo, Jared le dio un beso en la nariz.
–Poco probable.
Gabe se rió y no lo negó. Podría ser una persona jodida, pero al
menos era una muy feliz.
Sólo un poco
Capítulo 20
Capítulo 21
Página | 218
Sólo un poco
Capítulo 22
*****
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
–Te ves como una mierda –dijo Ryan, mirando hacia arriba desde el
sándwich que estaba haciendo–. ¿Mala noche?
Zach abrió la nevera y se sirvió un vaso de zumo de naranja. Él lo
bebió de una sola vez, se sentó en la mesa, y dejó caer la cabeza golpeando
en sus manos.
–Lo tomo como un sí –dijo Ryan con una sonrisa, poniendo una taza
de café frente a él–. ¿Cuántas veces tenemos que tener esta conversación?
Estás envenenando tu cuerpo.
Página | 243
A veces Zach realmente odiaba a sus hermanos. Todos ellos se
habían vuelto descarados como el infierno.
–Ryan –Zach entre dientes–. Cállate.
Una risa llegó desde la puerta, haciéndole hacer una mueca de dolor.
–Me encanta la mirada de niño que pones cada vez que Zach utiliza
esa voz –dijo James, paseando en la habitación y dejándose caer en la silla
junto a Ryan. Agarró el sándwich que Ryan había hecho y comenzó a
comer.
–Eso era mío –dijo Ryan.
–Sí, ¿Y qué? –dijo James con una mirada arrogante.
Sólo un poco
Poniendo los ojos, Ryan comenzó a hacer otro sándwich.
–No eres tú padre, no puedes tomarlo. Me ves como una
herramienta. Como siempre.
James le dio un golpe flojo en el pecho. Ryan se río y tiró de él en una
llave de cabeza.
–Fuera de mi casa, niños –dijo Zach, frotándose las sienes– Vuestra
alegría es nauseabunda.
–Sabes que nos amas –dijo James con una sonrisa, el brazo de Ryan
todavía alrededor de su cuello.
Zach parpadeó adormilado y tuvo una reacción tardía. ¿Por qué no
había notado antes que los ojos de James eran iguales a los de Tristan?
Pero, de nuevo, por lo general no tenía el hábito de notar los ojos de
los hombres. Debido a la tez pálida y el pelo de James, el efecto no era tan Página | 244
sorprendente, y los ojos de James estaban desprevenidos, pero eran
exactamente como los de Tristan: un color distinto único y ligeramente
exótico. Por supuesto que podría ser una coincidencia, pero junto con el
mini-colapso de Tristan después de que Ryan y James llegaran...
Arrugando la frente, Zach pensó en lo poco que sabía de la familia de
Tristan. Todo el mundo sabía que Tristan provenía de una familia pobre y
que su madre murió cuando él tenía cinco o seis. Su padre…
Zach frunció el ceño al recordar lo que Tristan le había dicho de su
padre. Él estaba casado -y muy posiblemente tenía hijos-. También era un
conde. Un conde.
Zach miró a James. El padre del niño era un conde, también, que por
lo general era una fuente inagotable de chistes para Ryan. Aunque parecía
Sólo un poco
poco probable que el padre de posición elevada de James podría tener algo
en común con la madre de Tristan, cosas más extrañas sucedieron,
especialmente si Tristan había heredado la exquisita apariencia de su madre.
No había ya muchos condes ricos, prepotentes en Inglaterra.
–¿Te pareces a tu padre? –preguntó Zach. A pesar de que había visto
al Conde de Lytton un par de veces en la televisión, era un muy prominente
político, Zach ciertamente no había prestado atención a los ojos del
hombre. Todo lo que recordaba era la confianza rayando en la arrogancia.
James le dio una mirada de asombro.
–¿Qué? No en realidad no. Bueno, mis ojos son como los suyos,
pero todos los Grayson tienen los ojos Grayson, por lo que en realidad no
cuenta –Se río–. Mi papá dice que es debido a que la línea de sangre
Grayson es tan superior, que los ojos Grayson siempre se reproducen
naturalmente.
Página | 245
Haciendo una mueca, Ryan dijo:
–Sus ojos me recuerdan a los azulejos en los vestuarios de piscinas.
–Al menos los míos no son del color de un sapo –James le dio un
codazo.
–Estás celoso de tus ojos no son tan bonitos como los míos.
–Sí, claro.
Zach desconectó, mirando su taza. Tristan sabía que él era el hijo del
Conde de Lytton. A juzgar por su reacción, sabía que James era su
hermano, el hijo que su padre no había rechazado. El hijo que tenía todos
los privilegios y una amorosa familia a medida que crecía.
Sólo un poco
Zach desvió su mirada de nuevo a James. Lo vio sonreír y reír con
Ryan, tan despreocupado y feliz. James tenía innumerables amigos. Había
sido un miembro no oficial de la familia Hardaway desde que él y Ryan se
habían convertido en amigos cuando niños. James tenía padres amorosos
que lo adoraban en cada momento y le daban todo lo que quería. James era
un maldito vizconde.
Zach pensó en el niño que nunca tuvo nada de eso. Que había sido
rechazado por uno de los padres cuando más lo necesitaba. Quién no sabía
cómo conectar con la gente. Que no tenía una única persona que realmente
podría llamar amigo. Que pretendía ser algo que no era sólo para ser
querido. Quién no sabía cómo expresar cualquier emoción positiva. Quien
nunca conoció el amor y, probablemente, no sabía cómo pedirlo.
Quien nunca lo pidió. Mierda.
Los labios de Zach se convirtieron en una línea. Había tantas cosas Página | 246
que tenían mucho sentido ahora. A veces había sospechado que Tristan en
realidad tenía una baja autoestima, pero hasta ahora no se había dado cuenta
del alcance de la misma. En el fondo, Tristan siempre esperaba ser
rechazado a favor de otra persona, sin importar lo confiado y arrogante
podría parecer. Detrás de todas las paredes que había levantado, el niño
tenía muy baja autoestima. Tristan nunca confesaría sus sentimientos en
primer lugar, si es que los tenía.
Ahora la pregunta era: ¿Estaba dispuesto a romper su compromiso
por una cosa tan incierta?
Zach se puso de pie y salió de la cocina. Sacó su teléfono del bolsillo,
encontró el contacto que quería, y presiono llamar.
–Tenemos que hablar –dijo.
Sólo un poco
Capítulo 26
Con los ojos húmedos de dolor, Tristan miró al cielo mientras fue
llevado fuera de la cancha en una camilla. Los aficionados le aplaudieron.
Tristan cerró los ojos. En algún lugar profundo de sus entrañas, sabía
que lo estaban aplaudiendo por última vez. Ni siquiera podía decir que
estaba sorprendido. Las cosas buenas nunca duraban. No para él.
Él casi se alegró cuando el dolor se hizo demasiado y perdió el
conocimiento.
Cuando abrió los ojos la siguiente vez, él estaba en una habitación de
hospital prístina y tenía un yeso en la pierna izquierda. La ausencia de dolor
le sorprendió antes de que él se diera cuenta de que era probable que fuera
por los analgésicos.
Sólo un poco
–¿Cómo te sientes?
Tristan volvió la cabeza y se encontró a Jared allí de pie.
–Sólo dime lo malo que es.
Jared miró a Gabriel, que estaba entrando por la puerta, antes de
mirar de nuevo Tristan.
–Tienes una fractura múltiple de tibia y peroné en la pierna izquierda.
Se realizó una cirugía, pero...
–Pero nunca me voy a recuperar –dijo Tristan.
–Lo harás –dijo Jared con firmeza–. Vas a tener el completo
funcionamiento de la pierna de vuelta. Sólo...
– Mi carrera ha terminado.
Un largo silencio. Página | 249
Tristan casi se río. Era algo divertido que hubiera pasado los últimos
meses trabajando para estar en forma para el Mundial sólo para obtener una
lesión que acabara con su carrera en el primer juego después de su
recuperación.
–Hay una posibilidad de que seas capaz de jugar de nuevo –dijo Jared.
Tristan sonrió.
–Seguro que la hay. Pero incluso si lo hago, nunca voy a ser tan
bueno como solía ser. ¿Verdad? –Jared frunció los labios brevemente
– Decir nunca, no es una buena idea. Cada caso es diferente. He
sabido de un jugador que fue capaz de regresar después de un año de
terapia física intensa y no experimenta ningún problema. Pero en tu caso...
Sólo un poco
es difícil de decir. Tu pierna estaba rota en múltiples lugares, y la lesión es
extremadamente inestable debido a muchos fragmentos de hueso y grandes
grados de desplazamiento. Hay una gran cantidad importante de daño en
los músculos, tendones y ligamentos circundantes. Podrás volver a caminar
muy pronto, pero es difícil decir qué tan bien sanará la pierna. Jugar al
fútbol profesional después de una lesión de este tipo sería siempre un
riesgo, sin importar lo bien que te recuperes.
–Sí –dijo Tristan–. Incluso si me recupero, seré un bien dañado. Mi
contrato con el Chelsea está terminando. ¿Quién querría un jugador tan
propenso a las lesiones? Yo tenía tres lesiones de la ingle en la mitad de un
año y ahora tengo una lesión que amenaza mi carrera en el primer juego
después de mi recuperación y estaré fuera por al menos un año. Ningún
Club superior tomaría el riesgo conmigo. Yo nunca estaría de acuerdo con
jugar en un club de mitad de la tabla.
Podía ver que Jared estuvo de acuerdo con él en privado, pero en voz Página | 250
alta Jared dijo:
–En cualquier caso, no es algo de que tengas que preocuparte por
ahora. Necesitas descansar. Gabe, vamos a irnos.
–Dame un minuto –dijo Gabriel, tocando la muñeca de Jared. Jared le
lanzó una mirada severa–. No molestes a mi paciente –Gabriel sonrió un
poco.
–Sin promesas. Vete.
Al cerrar la puerta detrás de Jared, Gabriel se dio la vuelta y miró a
Tristan.
–Sí, puedes presumir ahora –dijo Tristan con cansancio, cerrando los
ojos–. Estoy seguro de que piensas que no es nada que no merezco.
Sólo un poco
–Me gustaría poder regodearme. Estoy seguro de que lo harías si
nuestros lugares se invirtieran.
Tristan se echó a reír.
–¿Estás diciendo que realmente te importa una mierda sobre mí?
Estoy conmovido, Gabe.
–¡Uf! –Gabriel dejó escapar un ruido frustrado–. ¿Por qué eres
siempre tan difícil?
–Carretera y manta y deja de molestarme. ¿No ves que estoy
ocupado?
– Bien. Te dejo con tu autocompasión.
Tristan abrió los ojos y lo miró.
–Todo bien. Habla.
Página | 251
–Deja de ser tan desertor –dijo Gabriel en voz baja, un pequeño
surco entre las cejas–. Sí, es una mierda, pero podría haber sido peor.
Como, que podrías haberte dañado la columna vertebral y podrías haber
quedado paralizado. Confía en mí, es una mierda mucho peor. Cuando me
lesioné, los médicos dijeron que nunca podría caminar de nuevo, mucho
menos jugar al fútbol. Pero nunca me di por vencido y aquí estoy.
–Sí, eres más fuerte y mejor que yo. No hay nada nuevo aquí. Ahora
lárgate de aquí –Para su absoluta mortificación, su voz se volvió
sospechosamente espesa, y Tristan miró más duro a su adoptivo hermano.
Frunciendo los labios, Gabriel se fue, murmurando algo en voz baja.
Cuando la puerta se cerró detrás de él, Tristan cerró los ojos.
Sólo un poco
Fue fácil para Gabe decirlo. Cuando Gabe había sido lesionado, tuvo
a Jared para sostener su mano y abrazarlo. Tristan no tenía a nadie. No es
que necesitara a nadie.
Tristan enterró su cara en la almohada. Olía a desinfectante de
hospital.
Si sus ojos estaban húmedos, bueno, su pierna se rompió en pedazos
y su carrera había terminado. Era tan buena excusa como cualquier otra.
Página | 252
Sólo un poco
Capítulo 27
El problema con visitar a las estrellas del fútbol en los hospitales era
el hecho de que era prácticamente imposible. Ya no era el fisioterapeuta de
Tristan, ni era pariente.
Zach echó un vistazo alrededor del vestíbulo del hospital y trató al
número de Jared de nuevo, y de nuevo consiguió su buzón de voz.
–¿Zach?
Miró hacia arriba, el alivio lo recorrió cuando vio a Gabriel.
Página | 253
–¿Cómo está?
Gabriel le dio una mirada extraña.
–¿Estás aquí por Tristan?
¿Era tan difícil de creer?
–Sí –dijo Zach, un poco más difícil de lo que había previsto. No
estaba seguro de cuánto Gabe sabía, de todos modos.
–¿Él está bien?
Gabriel hizo una mueca.
–Es tan capullo y difícil como es habitual. Pero... bueno, tú
probablemente has visto la lesión, ¿no?
Sólo un poco
Zach asintió bruscamente. Por supuesto que lo hizo. No lo había
visto en directo por televisión, había estado dejando el lugar de Donna en
ese momento, pero lo miró después de que Nick le hubiera llamado,
sonando asustado.
–Se veía espantosa –dijo más o menos. Como fisioterapeuta, había
visto varias heridas terribles, pero ver la pierna de Tristan rota en varios
lugares, con los huesos sobresaliendo y sangre por todas partes, le puso
enfermo y furioso, sin poder hacer nada.
–Parecía peor en persona –dijo Gabriel, haciendo una mueca–. Un
par de nuestros jugadores realmente vomitaron. He visto piernas rotas
antes, pero esto es otra cosa. La FA ha descalificado a esos tarados.
–Bueno –Zach tomó una respiración profunda y aflojó el puño–
¿Como está él?
Gabriel se encogió de hombros. Página | 254
–Jared dice que la cirugía salió bien, pero Tristan necesitará extensa
fisioterapia. Él va a caminar de nuevo muy pronto, pero en cuanto a cómo
irá su carrera profesional–Se encogió de hombros otra vez-…
Zach no podía decir que estaba sorprendido. Tan pronto como él
había visto el alcance de la lesión de Tristan, ya conocía las consecuencias
de la misma.
–Quiero verlo. ¿Puedes conseguir que entre?
Inclinando la cabeza hacia un lado, Gabriel lo estudió.
–¿Por qué? Creo que está bastante molesto.
Sólo un poco
–– No quiero ser grosero, Gabe, pero ¿Desde cuándo te importa una
mierda sobre él?
–No lo hago –dijo Gabriel inmediatamente, rubor–. Realmente no lo
hago.
Zach sacudió la cabeza. Los hermanos DuVal tenían una relación de
lo más extraña.
–Los dos tienen problemas.
Gabriel le dio una sonrisa torcida.
–No voy a discutir con eso. Pero al menos yo no estoy constipado
emocionalmente como él.
Zach no iba a discutir con eso.
–Tengo que hablar con él, Gabe.
Página | 255
–No estoy seguro de si hablar con él ahora es una buena idea. Me dijo
que lo dejara solo.
–Sin ofender, pero no soy tú.
–Eso es –Gabriel cruzó los brazos sobre el pecho–. ¿Pero qué es lo
que quieres con él?
Zach casi sonrió. A pesar de todos los alegatos de Gabe de que no se
preocupaba por su hermano en absoluto, dio la impresión contraria.
–Le diré a Tristan lo que quiero con él. Después de que me metas en
el interior.
Gabriel lo miró por un momento antes de asentir y haciéndole señas
para que lo siguiera.
Sólo un poco
–Vamos –En la planta VIP, Gabriel se detuvo delante de la puerta y
se volvió a Zach–. Si haces que me arrepienta, vas a…
–Eres lindo cuando intentas amenazar a la gente como Tristan hace
–dijo Zach con una sonrisa antes de dejarla caer y mirar a los ojos de
Gabriel–. Tal vez en realidad debes decirle que te importa. Tú eres lo más
parecido que tiene a una familia.
Gabe hizo una mueca y dijo de mala gana.
–Voy a pensar en ello –Al abrir la puerta, Zach entró en la habitación
y la cerró en silencio.
Sus ojos se centraron en la figura de la cama. Su mirada se deslizó
sobre el yeso en la pierna de Tristan antes de parar en la nuca de Tristan.
Tristan tenía la cara hundida en la almohada, sus dedos apretando la
almohada tan fuerte que sus nudillos estaban blancos. El nudo de
preocupación que había establecido su residencia permanente en el Página | 256
estómago de Zach desde que se enteró de la lesión se retorció más apretado
cuando una ola de proteccionismo posesivo surgió a través de él.
Zach se acercó en silencio a la cama y se quedó en la parte posterior
de la cabeza de Tristan. A pesar de sus palabras a Gabe, no estaba tan
seguro de que Tristan querría verlo. Había hecho un montón de
suposiciones acerca de Tristan. No podía estar seguro de que no había
imaginado lo que no estaba allí. Por mucho que le doliera admitirlo, no
podía confiar en sí mismo cuando se trataba de Tristan: él no era razonable
en torno a él, comportándose como un hombre poseído, que sólo quiere
tenerlo en todas las formas posibles. La verdad era que quería que Tristan lo
quisiera. Quería que Tristan lo necesitara. No había nada racional o práctico
al respecto. Tristan era problemas. Tristan era una complicación que no
necesitaba en su vida. Y, sin embargo, quería al mocoso en sus brazos, todo
Sólo un poco
suyo para putearlo, besarlo, regañarlo, joderlo y adorarlo, con toda su
actitud espinosa. Era irracional como el infierno. Y por eso no podía
confiar en sí mismo para interpretar los sentimientos de Tristan
correctamente.
Zach levantó la mano y rozó las largas y oscuras pestañas de la mejilla
de Tristan. Estaban húmedas. Pestañeando, Tristan volvió la cabeza y lo
miró sin parpadear. Su nariz estaba roja, sus labios estaban agrietados, y sus
ojos estaban rojos y húmedos. No había nada bonito en él en este
momento. Zach quería besarlo.
Y así lo hizo.
Se inclinó y se ajustó a sus labios. Un pequeño suave gemido escapó
de la boca de Tristan. Enterrando sus dedos en el cabello de Tristan, Zach
le dio un beso profundo, chupando y masticando esos labios de felpa.
Dulce misericordia. No podía tener suficiente de esta boca. Las manos de
Tristan rodeando su cuello, rastrillado por el pelo y tirando de él más cerca, Página | 257
esos pequeños suspiros y gemidos yendo directamente al pene de Zach y su
corazón. Cristo, ¿Cómo demonios había conseguido caer tan profundo, tan
rápido?
De repente, Tristan apartó la boca y lo miró.
–¿Qué crees que estás haciendo?
–Besándote –dijo Zach, besando una comisura de su boca y luego la
otra.
Los labios de Tristan se separaron antes de que golpeara a Zach en la
cabeza y lo empujara.
–¡Deja de hacer eso! –Las cejas de Tristan se juntaron con recelo-.
¿Qué haces aquí? –Sus ojos se estrecharon–. ¿Sientes lástima por mí?
Sólo un poco
Zach río.
–Dios no lo quiera. ¿Quién en su sano juicio podría sentir lástima por
ti?
La mirada sospechosa no desapareció del rostro de Tristan, aunque
sus hombros se relajaron un poco.
–¿Entonces, por qué estas aquí?
Zach se sentó en la cama.
–¿No se me permite estar preocupado por mi ex paciente? El sufrir
una lesión en tu primer juego no hace exactamente que me vea con una
buena luz –Él lo había dicho como una broma, pero al instante se arrepintió
cuando Tristan bajó la mirada. Zach acarició la parte interior de la muñeca
de Tristan y Tristan levantó sus ojos de nuevo–. Quería asegurarme de que
estabas bien –dijo Zach más o menos. Página | 258
Tristan sonrió. La sonrisa no alcanzó sus ojos.
–Nunca voy a jugar al fútbol. Pero por lo demás estoy de color de
rosa. Te puedes ir ahora –Él sacó su mano de Zach y se enroscó en su lado.
–Puedes jugar de nuevo…
–No –dijo Tristan–. No quiero mentiras reconfortantes. No de ti.
Zach miró al yeso.
–No voy a mentir –dijo–. He tenido pacientes con lesiones menos
graves en piernas rotas que las tuyas que no pudieron regresar con éxito a
los deportes profesionales. He tenido pacientes que hicieron remontadas
con éxito y fueron tan buenos como nuevos –miró a Tristan a los ojos–.
Sólo un poco
Pero puedes jugar al fútbol de nuevo, seguro. Incluso si no
profesionalmente, puedes…
–Si no puedo jugar profesionalmente, no tiene sentido –dijo Tristan,
con los ojos relucientes. Él sonrió–. Me llamaste narcisista una vez y tenías
razón. Los fans son importantes para mí. Cuando cantan mi nombre, me
insta hacia adelante, es… se siente tan... especial. Me siento... –se detuvo,
con una expresión melancólica en su rostro.
–¿Amado? –dijo Zach en voz baja.
La mandíbula de Tristan se apretó.
–Tu amas sentirte amado –dijo Zach. Eso no era una pregunta, y con
cada momento que Tristan no lo negó, Zach estaba cada vez más seguro de
que él tenía razón–. Es por eso que piensas que tienes que jugar
profesionalmente para sentir de nuevo.
Tristan desvió la mirada. Página | 259
Tomando la barbilla de Tristan con los dedos, Zach echó la cara hacia
arriba, lo que le obligó a mirarlo a los ojos.
–Tú no necesitas el fútbol para eso.
Tristan lo miró sin parpadear, como si él no entendía de lo que estaba
hablando de Zach.
Por fin, sus ojos se abrieron. Se ruborizó, frunció el ceño, y luego
desvió la mirada antes de lanzar una mirada a Zach de nuevo. Si hubiera
sido otra persona, Zach habría pensado que Tristan era tímido.
Tristan le dio una mirada mordaz.
–¿Dónde está tu prometida?
Sólo un poco
–No tengo una prometida –dijo Zach–. Ya no es así
Tristan pareció dejar de respirar. Solo lo miró
–¿Por qué? –dijo al fin.
–Hablamos –dijo Zach cortante. La conversación había sido la más
difícil de su vida. Él sabía que él y Donna estaría bien finalmente, habían
sido amigos mucho más tiempo que amantes, y su amistad no podía ser
destruida fácilmente, pero en este momento no era exactamente la persona
favorita de Donna en el mundo–. Decidimos que sería inútil casarnos si
quiero estar con alguien más. Ella se merece algo mejor. Los dos lo
hacemos.
Tristan estaba parpadeando rápidamente, buscando cualquier cosa
menos a él.
–¿Sólo así? –Antes de que pudiera decir nada Zach, Tristan le lanzó Página | 260
una mirada hostil–. ¿Porqué me estas diciendo esto? ¿Qué tiene que ver
conmigo?
Zach sintió una oleada de afecto abrumadora mezclada con tristeza.
Nadie debe permanecer tan guardado con la edad de Tristan.
–Tú lo sabes –dijo suavemente. Sosteniendo la mirada de Tristan,
Zach llevó su mano al lado de la de Tristan, la palma hacia arriba. Tristan
miró la mano como si fuera una serpiente venenosa.
–Yo-yo no lo entiendo.
–Tú lo haces. Vamos –Sonrió Zach–. ¿Dónde está mi confiado
mocoso, arrogante?
Sólo un poco
Lentamente, muy lentamente, Tristan movió su mano hasta que sus
dedos se cerraron juntos.
El ceño fruncido de Tristan se profundizó.
–Te voy a matar si esto es una broma –se quejó, su voz un poco
inestable.
Zach se río entre dientes.
–Esto debe ser realmente amor, porque no hay ninguna otra razón
para que encuentre tu malicia constante adorable.
Tristan lo fulminó con la mirada, y Zach finalmente cedió a la
tentación de besar esa boca fruncida de nuevo. Unos minutos más tarde,
cuando se separaron, Tristan tenía un aspecto suave de haber sido
minuciosamente besado en el rostro. Él era tan malditamente precioso que
Zach sólo tenía que besarlo de nuevo. Y otra vez. Joder, esto era ridículo.
Página | 261
–Espera –Tristan dijo de repente, un poco jadeante–. ¿Estás diciendo
en realidad que, como que, me amas?
Tropezó un poco en la palabra –amor– y miró a Zach con recelo.
Cristo.
Zach rozó la mejilla enrojecida de Tristan con el pulgar.
–Eres un pequeño pedazo de mierda –murmuró, arrastrando besos
en la mandíbula de Tristan–. Me vuelves loco en el buen sentido y de una
mala manera. Pero sí, estoy bastante seguro de que te amo. No tengo idea
de cómo sucedió, pero lo hago.
La mano de Tristan apretó su mano casi dolorosamente. Él enterró su
cara en el hombro de Zach y murmuró unas palabras.
Sólo un poco
El corazón de Zach salto mortal en su garganta.
–¿Qué fue eso? –dijo con ironía, a pesar de que le había oído
perfectamente.
Tristan le dio un puñetazo en el hombro.
–Dije que te odio.
Zach ocultó su sonrisa en el cabello de Tristan e inhaló
profundamente. Dios. Esperaba que estos sentimientos se volvieran un
poco menos intensos con el tiempo. Sentir tanto era malo para un hombre
racional de treinta años de edad.
–Yo también te odio –dijo Zach, envolviendo sus brazos alrededor de
Tristan. Volvió a pensar en su primer encuentro. Si alguien en ese entonces
le hubiera dicho que llegaría a estar tan completamente embrutecido con ese
niño dentro de los próximos meses, él habría pensado que estaba loco. Página | 262
Tristan suspiró, deslizando sus brazos alrededor de Zach, también.
–Nunca vas a deshacerte de mí.
–Estoy bastante de acuerdo con eso.
Tristan clavó los dedos en su espalda.
–Y no soy Donna. Nada de mierda de relación abierta. No comparto.
–Yo tampoco. No se –Zach acarició el punto detrás de la oreja de
Tristan. Mordió el lóbulo de Tristan–. Si coqueteas con Nick de nuevo, no
voy a ser responsable de las consecuencias.
Tristan se retiró un poco y sonrió, mirándolo desde debajo de sus
pestañas.
Sólo un poco
–¿Oh si? ¿Qué vas a hacer conmigo?
El pulso de Zach se disparó. Su pene se movió. Sus manos se
movieron. Tristan le dio una mirada que todo lo sabe.
–Tú, pequeño –Zach río–... tan pronto como pueda arreglar tu
pierna, lo veremos.
–Creo que sus servicios fueron reservados con meses de antelación o
algo así –dijo Tristan, ladeando la cabeza–. ¿No tienes otros pacientes muy
importantes?
Tristan podría estar tomándole el pelo, pero el tono de Zach era
completamente serio cuando él respondió:
–Tú no eres mi paciente. Eres mío y voy a cuidar de ti.
La sonrisa de Tristan desapareció y simplemente miró a Zach durante
un largo momento. A continuación, una pequeña sonrisa tiró de los labios Página | 263
de Tristan antes de transformarse en una sonrisa brillante, hermosa, sus
ojos de color aguamarina brillando con calor, y el aliento de Zach quedó
atrapado en su garganta. Mierda. Lo tenía tan mal.
–Eres hermoso –dijo Zach con voz ronca. Él no estaba hablando
acerca de la apariencia de Tristan. Tristan se le quedó mirando con los ojos
abiertos antes de sacudir la cabeza un poco.
–Lo eres –dijo Zach–. Todo está en tus ojos.
Sonrojándose y mirando generalmente incómodo, Tristan sacudió la
cabeza de nuevo. Zach se río entre dientes.
–No discutas conmigo. Siempre estoy en lo correcto.
Tristan puso los ojos.
Sólo un poco
–Culo. No estoy seguro de que quiero un culo tan mandón como mi
fisio de nuevo.
Zach le dio un beso corto, que se convirtió en uno muy largo, porque
Jesús, esa boca le volvía loco.
Cuando finalmente se separaron en busca de aire, Zach le miró.
Tristan estaba sonrojado hasta el cuello de la bata de hospital y los ojos
medio cerrados, las pupilas amplias y sólo el anillo más pequeño de color
azul. Y esa boca, regordeta con marcas de sangre y dientes, roja y húmeda e
hinchada... Jodido infierno. Obtener el control, Hardaway.
Zach se aclaró la garganta y sonrió.
–¿Quién dice que tú tienes una opción, cara de muñeca?
Los ojos de Tristan se estrecharon y Zach tenía que besarlo de nuevo,
debido a que un cabreado Tristan era un espectáculo para la vista. Página | 264
–Uf, te odio tanto –dijo Tristan entre besos– Tanto.
Zach río y lo besó en la nariz.
–Eres adorable.
Tristan le dio un golpe en la cabeza.
Sólo un poco
Epílogo
–Ya te lo dije: soy rubio natural –dijo James con una mirada de
resignación.
–Él lo es –le dijo Ryan a Tristan, pasando un brazo alrededor de su
amigo–. Vamos, Jamie, pruébaselo al niño de Zach –enganchó un dedo en
la cinturilla de los shorts de James–. Quítatelos, muéstrale.
–Eres tan gay –dijo Tristan–. Y no soy el niño de Zach.
–Lo dice el tipo que gime el nombre de mi hermano todas las noches
–Ryan sonrió y dijo en una horrible imitación de la voz de Tristan–. Oh sí,
Zach, más duro…
Sólo un poco
Tristan agarró una lata de Red Bull8 y se la arrojó a la cabeza, pasando
muy cerca cuando Ryan la esquivó.
–¡No sueno así!
Zach –El traidor– se estaba riendo.
–Lo haces un poquito.
–Te odio –Tristan se quejó antes de volverse a Ryan–. Incluso si lo
hago, ustedes dos son todavía más gays.
Ryan suspiró, viéndose serio por una vez.
–Está bien, se está pasando de moda. Hay una cosa así llamada
amistad, ya sabes. Quiero decir, me encanta este tipo por algún motivo
–sonrió cuando James le dio un codazo–. Pero incluso pensar en él de esa
forma me asquea –hizo una mueca–. Sería algo así como follarse a un
hermano. Página | 269
–Síp –dijo James–. Igual que follarse a un gemelo. Asqueroso. Quiero
decir, ¿lo has visto desnudo?
Sonriendo, Ryan le dio a James un beso terriblemente ruidoso en la
mejilla.
–Soy sexy y tú lo sabes, cariño.
James rodó los ojos e hizo una mueca de disgusto. Él no estaba
alejándose, sin embargo. Tristan movió las cejas.
–¿Igual que follarse a un gemelo? ¿Nunca han oído hablar de
twincest9?
8
Bebida energizante.
9
Relaciones incestuosas entre gemelos.
Sólo un poco
–Eres una persona horrible –dijo Ryan pareciendo molesto.
–Sí –estuvo de acuerdo James.
–Lo es –dijo Zach con una carcajada.
Tristan le dio un codazo en las costillas. ¡Se suponía que Zach estaba
de su lado!
–Pero es mi persona horrible –dijo Zach, dejando caer un beso en la
cabeza de Tristan.
Tristan ocultó el rostro en el hombro de Zach.
–Te estás poniendo tonto.
–Aww –Ryan y James aullaron al unísono.
–¡Mírenlo! –bromeó Ryan–. Está ruborizado.
Página | 270
–Vete a la mierda –murmuró Tristan–. No lo estoy.
–Síp, ruborizado –dijo James con una sonrisa–. Está totalmente
derretido por ti, Zach.
Tristan se removió. Todavía estaba lejos de sentirse cómodo
hablando de sentimientos en público.
–Muy bien, ya es suficiente –dijo Zach, un dejo acerado asomando en
su voz cuando él, probablemente, sintió la vergüenza e incomodidad de
Tristan. Su brazo alrededor de Tristan se apretó–. Déjenlo en paz.
Tristan sonrió, con una calidez difundiéndose en su pecho,
envolviéndolo y quedándose en torno a su corazón –Siendo aún una
sensación novedosa, pero ya muy familiar. Zach seguía siendo un capullo y
lo desquiciaba la mitad del tiempo, pero él lo tenía. Zach sabía cuándo
Sólo un poco
burlarse, cuándo presionar, cuando castigarlo por ser un idiota, cuando
darle espacio, y cuándo ser estúpidamente sobreprotector. Él lo tenía.
Tristan esperó hasta que Ryan y James se alejaran hacia el otro
extremo de la piscina, antes de mirar a Zach. Y por primera vez, no
murmuró cuando dijo las palabras:
–Te amo. Lo hago.
El mundo no se acabó.
Zach se limitó a mirarlo por un momento antes de gemir con una
mirada frustrada en su rostro.
Con el ceño fruncido, Tristan le dio una palmada en el pecho.
–¿Qué se supone que significa eso? –Tristan difícilmente sería un
experto, pero estaba bastante seguro de que esa no era la forma en que se
supone que la gente reaccionaba a las confesiones de amor. Página | 271
–No puedo manejar cuando eres genuinamente dulce y –Zach
sacudió la cabeza con una sonrisa y se inclinó para besarlo con avidez–…
sigue siendo mi maliciosa, malhumorada, mierdita. Por favor. Es bastante
malo ya.
Tristan sonrió.
–¿Te das cuenta de que ahora voy a ser extra dulce sólo para
enloquecerte, verdad?
Zach suspiró y lo besó de nuevo.
–Mocoso –dijo sobre sus labios.
Tristan sonrió.
Sólo un poco
–Siempre.
Fin
Página | 272
Sólo un poco
Notas Finales
Sólo un poco Equivocado es el cuarto libro de la saga –Chicos
Heterosexuales– de Alessandra Hazard, el quinto si contamos la historia
corta Chico Heterosexual que es precuela del libro #1.
Página | 274