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LA FELICIDAD OBLIGATORIA: un contraste con la

autenticidad del hombre postmoderno

MIS AMBIGÜEDADES 6. 20/02/2022

REMIGIO C., Cm

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Nunca en la historia de la humanidad hemos tenido tanta rebeldía
contra la infelicidad. Así que, según lo veo yo, lo que se está
incentivando y, ha cambiado, no es la búsqueda de la felicidad, sino
que, más bien, ahora ya no admitimos la infelicidad: la muerte, la
enfermedad o la decadencia, etc. Creo que este es un problema moral
contemporáneo: exigimos y elaboramos leyes que legitimen la
felicidad obligatoria, porque parece que sin la cual, no nos vemos
contratados con nuestra vida: nadie puede ir a una entrevista y
declararse deprimido, melancólico; porque sin la cual (felicidad
obligatoria) no eres una buena persona. Ya no se puede negar u opinar
contrariamente de una idea o acción del otro, por muy desinteresante
o perspectivas adversas tenga tal acción en tu juicio, porque, sin la cual
(la felicidad obligatoria) y ya con eso, no eres una persona feliz. Eres un
aburrido, amargado, problemático y feo.

Me acuerdo que al preguntar (saludo matutino) a mi abuela, a menudo


decía ¿Estás bien, abuela? y ella respondía: “yendo”, siempre era un
gerundio. Nunca dijo: ¡Me desperté maravilloso hoy!

Hoy en día ya no hay coraje para aprender de las penas, simplemente


no hay coraje para escucharlas.

Toda la rebelión posmoderna contra la infelicidad y toda esta


obligación de ser siempre feliz (la felicidad se entrena. - has visto lo que
te propones a hacer?), no son saludables. Por los síntomas del dolor de
existir, la pena, las frustraciones... necesitan ser experimentadas desde
la infancia, para ser entendidos, repensados y resignificados. La
rebelión necesita ser canalizada a favor de aceptar las propias penas.
Sin embargo, ante el pensamiento en el sufrimiento, las penas no tienen
nada que enseñar a aquellos que no encuentran el coraje para
escucharlas. Recuerdo con importante énfasis a Arthur Fleck, personaje
de Joaquín Rafael Fénix, en la película El Joker (2019), cuando en sus
notas escribió lo siguiente: “Lo peor de tener una enfermedad mental
es que la gente quiere que te comportes como si no la tuvieras”. En
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esta película es posible observar que la reflexión sobre la “felicidad
obligatoria” está en todo contexto, texto, imágenes, sonidos, silencios
de principio a fin. Es posible observar el papel que juegan los medios
de comunicación en “quiénes deberíamos ser” y cómo, principalmente,
nos desvíanos de lo que realmente somos. Cómo ella (la felicidad
obligatoria), con gran éxito, juega la construcción de nuestra identidad
cultural, de nuestra fenomenología social, de nuestra conciencia
colectiva. La felicidad obligatoria es un producto indispensable para el
consumismo, para el engaño a si propio y a la autonegación de asumir
su propia vergüenza, de la que debería aprovechar y aprender, porque
llega al objetivo con precisión quirúrgica: en el id, en nuestro deseo más
profundo y narcísico (del narcisismo), que es ser feliz a cualquier coste
aceptado.

Lo más difícil de la evolución humana es convertirte en quien realmente


eres. Sé quién eres. Esto reverbera los pensamientos clásicos de
Nietzsche y también del oráculo de Delfos: “conócete a ti mismo”. Lo
que Nietzsche y las máximas délficas no previeron fue que esta sería la
misión más turbulenta de los seres posmodernos. la posmodernidad
trajo consigo la globalización de un mundo hedonista, capitalista,
elitista, excluyente, racista, sexista, homófobo, xenófobo, intolerante,
odioso, hipócrita, cobarde y cruel.

Es esta la terrible “obligación” posmoderna de ser siempre felices (de


acuerdo con las normas de la sociedad) lo que nos hace tan infelices.
Nunca hemos tenido la obligación de ser felices y nunca hemos sido tan
infelices.

Solo en la provincia y ciudad de Madrid hay más de 4 millones de


personas diagnosticadas con depresión, pero centran la atención en la
C-19. Casi el 80% de la población madrileña. Diagnosticada. ¿Qué pasa
con aquellos que ni siquiera saben que están deprimidos o con otros
tipos de trastornos mentales graves, que son riesgos inminentes de
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suicidio? Según la Organización Mundial de la Salud, la depresión ya ha
sido considerada la enfermedad más incapacitante del mundo.
Entonces, ¿cómo te conviertes en quién eres en este entorno? Se
necesita mucho coraje y un gran amor propio para asumir el
protagonismo de su historia. Enfrentar tanta verdad como sea posible
sobre ti mismo y abrazarla como si fuera la única manera de sobrevivir
a tu razón de existir, tu verdadero sentido en la Tierra. Es la solución.

Bueno, no eres tú quien necesita encajar en la sociedad. ¡Es la sociedad


la que necesita aceptarte exactamente como eres, y es cierto que este
mundo como el que se presenta es que está mal y no tú! Eres una
criatura “única y múltiple” y eres como un ser hermoso y único y propio
que necesita ser aceptado, visto, respetado.

Y la otra gran verdad y solución es que no obtendremos la aceptación


de lo que somos sin luchar. La historia de la humanidad es la historia de
las luchas. Sólo la lucha cambia y da sentido a la vida. ¡Adelante
luchando! No renuncies a creer en ti mismo, creyendo que es posible,
más bien, un mundo de equidad, aceptación y amor fraterno
incondicional.

Y solo escribo estas cosas para que los que piensan como yo sepan que
no están solos.

Son mis ambigüedades.

Remigio C., Cm

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