Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
17/02/14
HUMOR. Burucúa resalta que en el Ulises de Joyce hay pasajes realmente cómicos.
El interés de Burucúa por abordar el mito de Ulises comenzó en enero de 2002: “Hubo –
cuenta Burucúa– un operativo de algunos países de la Comunidad Económica Europea
en el Atlántico. Un operativo de seguridad militar que integraban España, Francia, Italia
e Inglaterra. Consistía en detener en altamar las barcazas de migrantes de Africa y
devolverlos al puerto de origen. Esta práctica se sigue haciendo pero ahí hubo un plan
estratégico con apoyo de Inglaterra que, a pesar de no ser una potencia mediterránea, se
interesó en el asunto. Además del hecho en sí condenable desde tantas perspectivas, a
ese operativo lo llamaron ‘Ulises’. Si hay un ejemplo de migrante, que pasa por una
serie de avatares, a veces es bien recibido otras mal recibido pero es el prototipo del
migrante, es Ulises. Siempre anhela volver a su casa, y regresa convertido en otra
persona por los infortunios que atravesó. Me pareció que era escandaloso que le
pusieran ‘Ulises’ porque no tenía nada que ver con ese personaje, más bien lo contrario.
Escribí una carta que publicaron en varios diarios, y recibí mensajes de respuesta de
todo el mundo: la mayoría a favor, adhiriendo a lo que yo decía, y algunos no,
francamente insultantes. Ahí empecé a estudiar el tema para tratar de demostrar hasta
qué punto ese recorte sobre la figura del héroe no era un invento mío, sino que era un
recorte que estaba presente ya desde la Antigüedad”. En su hermoso estudio,
conversamos con Gastón Burucúa sobre este fascinante mito devenido universal, que ya
no reconoce fronteras.
-El cristianismo usó varias veces al mito de Ulises desde perspectivas contradictorias.
Para San Agustín, por ejemplo, Ulises era un personaje despreciable por su capacidad
de fabular, mentir y engañar: lo condenaba. Por el contrario, a San Jerónimo, Ulises le
resultaba bastante más simpático y, ya en el siglo V, San Máximo consideraba que
algunas aventuras de Ulises eran prefiguraciones de la vida de Cristo: Ulises atado al
mástil de la nave para resistirse al canto de las sirenas aparece como una alegoría de
Cristo en la cruz, y también del alma cristiana que puede, sujetando la voluntad, hacer
frente a las tentaciones del mundo. Es muy ambivalente esta apropiación de Ulises. En
el Renacimiento prevalece la del hombre de coraje, que cultiva la prudencia y la
templanza: en ese sentido es un modelo a seguir. Por eso para tantos reyes va a ser
interesante una aproximación a la figura de Ulises como modelo: los reyes de Francia,
en el siglo XVI, consideran a Ulises el héroe protector, como Hércules lo es para la
monarquía española. Hércules es un héroe que despliega su fuerza, pero no repara en los
efectos: es responsable de la muerte de su mujer, Deyanira, a quien ama. Su cólera
contra el centauro que la rapta provoca paradójicamente la muerte de su propia mujer.
Eso es algo que jamás podría suceder en personajes como Ulises: él es capaz de calcular
y ver cuáles van a ser los efectos de las distintas posibilidades de la acción. Examina,
modifica, improvisa.
-¿Por qué tantos escritores cayeron presos del hechizo de Ulises? ¿Qué cree que
fue lo que más cautivó de la historia a escritores como Shakespeare, Joyce,
Kazantzakis, Kafka, Borges, Claudel y Dante?
-Sí, es extraordinario. Hay una radical humanidad: es un hombre que decide seguir
siendo hombre. En el mundo de los muertos, él ha escuchado a Aquiles que le ha dicho:
“No te equivoques, esto es un horror. Yo preferiría no morir y ser siervo entre los
siervos antes que estar aquí. Todo lo que uno haya podido ser, aquí no vale nada”. El ha
pasado por esa experiencia, ha visto cómo es el mundo de los muertos y, sin embargo,
rechaza la inmortalidad por ese deseo de recuperar lo que lo identifica como hombre y
ha perdido.
-¿Por qué usted sostiene que más que en la literatura el mayor acercamiento de la
ideología real francesa al modelo odiseico se produjo en la pintura?
-El rey Francisco I encarga un ciclo de frescos que se va a hacer en una galería que va a
llevar el nombre de “Galería de Ulises”. Enrique II, su hijo, es el que lleva el proyecto a
cabo, lo financia y logra que se pinte: era una galería inmensa derribada por Luis XV.
Ese ciclo son más de cincuenta escenas al fresco pintadas allí. Se han conservado
grabados del siglo XVI, copias de las escenas, pero las pinturas originales
desaparecieron por completo.
-Sí, por ejemplo, el proletariado aparece como esas sombras que Ulises encuentra en su
nekya, en su viaje al país de los muertos.
Burucúa lee (la traducción es suya) el pasaje de la Odisea citado en El Capital: “De la
muchedumbre abigarrada de trabajadores de toda denominación, edad, sexo, que nos
acosan peor que las almas de los muertos lo hacían con Ulises, sobre quienes basta una
mirada para ver en ellos la marca de la sobrecarga del trabajo (…)”.
-¿Qué fue lo que más se le criticó al paisaje mitológico de la Odisea que creó
Joseph Turner?
-Las críticas fueron sobre todo estilísticas. Se dijo que era una pintura confusa. Porque
Turner presenta el nuevo camino: el de la prevalencia del color sobre la línea, es decir el
color como determinante fundamental de la forma. Lo interesante es que esta
representación asociada con una escena clave de la historia de Ulises es la que va a
provocar este debate estético.
Seguimos conversando sobre el Ulises de Joyce. “Leopold Bloom –dice Burucúa– ese
personaje tan pobre de espíritu en muchos aspectos, tan desgraciado, encuentra una
reivindicación de una fuerza desconocida. Ulises es este personaje, que de heroico tiene
poco, pero resulta que, dentro de lo que podríamos llamar los marcos de la vida
cotidiana, también él tiene algo heroico al final de esa jornada. Creo que la grandeza del
Ulises de Joyce está en esa reducción o esa condensación de lo temporal. Lo que se
desenvuelve en veinte años él lo convierte en un día. La odisea real es cada día nuestro.
Es un viaje, una vuelta a casa: aunque nosotros no nos demos cuenta, pueden pasar
cosas extraordinarias en ese viaje”.