Preliminares
Estas dos actividades de lectura son exigidas por las distintas cátedras de literatura
porque son constitutivas de la especificidad en la formación en letras. Por lo tanto, el
desarrollo de las competencias necesarias para producirlas es de fundamental
importancia para el futuro docente del área ya que dichas destrezas diferencian la
lectura profesional de la lectura intuitiva (no especializada) de una obra.
Existe en la actualidad (y desde hace varias décadas) cierto consenso en que la tarea
de lectura es la de producción de sentidos.
1
https://www.usmp.edu.pe/odonto/instInvestigacion/pdf/2018/Manual%20de
%20Monografias.pdf
Atención: en el final de este documento se explica el formato Vancouver para la
citación y referenciación bibliográfica. En nuestro Profesorado de Lengua de la Escuela
Normal hemos adoptado, en cambio, el protocolo de las normas A.P.A que pueden
descargar de Internet (busquen siempre la última versión porque se actualiza todos los
años).
De todos modos, les puede resultar muy útil para comprender el formato monográfico,
sus partes y el contenido de cada una de ellas.
Lectura recomendada:
Para consultar acerca de elementos de análisis, sugerimos la lectura de
LLUCH, Gemma (2003) Análisis de narrativas infantiles y juveniles. Cuenca, Universidad de Castilla.-La Mancha.
Cap. 3 Disponible en:
https://ruidera.uclm.es/xmlui/bitstream/handle/10578/4969/ARC_0007_An%C3%A1lisis_de_narrativas.pdf?sequence=1
2
análisis literario por lo general son susceptibles de ser evaluados en términos de
corrección o incorrección1.
es correcto afirmar que está compuesta por cuatro versos octosilábicos. Pero es
incorrecto sostener que la rima es consonante o que el primer verso rima con el tercero.
“Augusto, pues, no “toma posesión del mundo exterior” sino que simplemente observa, lo cual nos lleva
a otro rasgo que define a nuestro protagonista: su preferencia por la contemplación sobre la acción.
Recordemos su “La función más noble de los objetos es la de ser contemplados ¡Qué bella es una
naranja antes de comida!” (21), actitud esteticista que procede de su pasividad y de su carácter de
hombre no comprometido. Estos detalles nos conducen fácilmente a la idea de que el Augusto que nos
encontramos al principio de Niebla lleva una vida vegetativa, inconsciente, envuelto en la nebulosa de
una existencia sobre la que no ejerce control ninguno.” (Pág. 3) .
1
Esto no implica desconocer que en la práctica analítica puede ocurrir que el observador se encuentre con
componentes ambiguos.
2
Melgar Pernías; Yolanda 2008 Espéculo. Revista de estudios literarios. Universidad Complutense de
Madrid;http://www.ucm.es/info/especulo/numero39/niebla.html (cfr. “Cuadernillo…)
3
paso del tiempo, la amistad, la explotación de unos pueblos a manos de otros, la
marginación social, etc. son temas frecuentemente abordados por la literatura universal.
También es conocido que, si bien estos temas son numerosos, no son infinitos.
Ahora bien, es necesario tener en cuenta que la aparición de un tema determinado no
alcanza para particularizar una obra. Es claro: ¿cuántas obras tratan sobre los mismos
temas? ¿En cuántas obras el tema es el amor o la muerte o la violencia social? Es fácil
advertir que, a poco de comenzar este cálculo irrisorio, nos encontraremos con que
podríamos hacer una larga lista de obras que hemos leído (indicador ínfimo, siempre) y
que plantean el mismo tema. Podemos ensayar un simple ejercicio; hagamos un listado
de 5 obras en las que esté presente el tema del amor. Aquí va el mío. Uds. pueden hacer
el propio:
Es suficiente haber leído o tener una ligera referencia a estas obras para advertir que
poco tienen que ver las adúlteras pasiones reivindicatorias de Mme. Bovary con la
visión divinizada de Dante hacia Beatriz o el imposibilitado amor de Romeo y Julieta o
el devenido tortuoso y violento romance de los personajes de Julio, etc.
Lo que individualiza a una obra, además de otros elementos (el argumento, los
recursos literarios, etc.) no es el tema, sino su tratamiento. Por tal entendemos la
concepción que la obra permite reconstruir del mismo y el modo de abordar dicha
idea.
Por lo tanto, constatar la presencia de determinados temas en una obra casi
nada aporta al análisis. Decir, por ejemplo, que en La Canción de Rolando está
presente el tema deel honor guerrero es decir muy poco, ya que también ese tema
está presente en El poema del Mío Cid, La Ilíada de Homero y un largo etcétera.
El análisis deberá encarar el modo en que la obra concibe y desarrolla dicho
tema, sus implicancias y notas distintivas; en suma, deberá dar cuenta del
particular enfoque que la obra hace del tema y de los artificios discursivos para
lograrlo.
Lectura recomendada:
Para este aspecto, el alumno debe consultar el Cap. II de Miguel Vitagliano: Lecturas
críticas sobre la narrativa argentina . Bs. As. Conicet. 1997 incluido en el cuadernillo
“Metodología. Introducción”. Disponible en
https://fdocumento.com/document/vitagliano-miguel-lecturas-criticas-sobre-la-
narrativa-argentina.html
4
Es un error muy común presentar como análisis el resumen o la referencia a episodios
del argumento, de la historia narrada en la obra intercalados, a veces con citas de la
misma y nada o poco más. Sepan disculpar la comparación profana: es como si un
bioquímico presentara como resultado de un análisis de orina la descripción del frasco
en que el paciente le suministró la ambarina sustancia. No cabe ninguna duda que se
espera otra cosa de este buen hombre. Bueno, de un profesional de las letras, también.
“Recordemos, como ilustración, el episodio en que Augusto se dirige a casa de Eugenia para proponerle
matrimonio. Le flaquean las fuerzas cuando encuentra a su “amada” en la escalera: “El pobre hombre,
que había ido con aires de experimentador, sentíase ahora rana” (133). Y después, cuando ya Eugenia
se muestra dispuesta a casarse con él, piensa éste: ¡rana, rana completa! Y me han pescado entre
todos” (135). Augusto, pues, planea afirmarse como sujeto, como “experimentador”, pero su debilidad lo
convierte en objeto, en “rana”. Vemos así que Augusto no puede superar la posición pasiva respecto a la
mujer, no es capaz de afirmarse autónomamente -de desgajarse de la niebla que lo rodea. En este
sentido la mujer representa un riesgo para la identidad masculina de Augusto, que, de nuevo, aparece
cuestionada. Como observa Feal Deibe, “la forma específica en que [Augusto] siente su amor revela
componentes regresivos, que conducen al hombre a una nueva niebla o simbiosis no muy diferente de
aquella que pretendía dejar” (Feal Deibe 1976: 84).” (Pág..4)
Por tales entendemos tanto los que atañen al contexto social, histórico y cultural
correspondiente al momento y lugar de gestación de la obra o de referencia en el
universo ficcional de la misma (que pueden o no corresponder con aquéllos) como los
datos biográficos del autor.
Con respecto a los primeros, SÓLO PUEDEN TENER CABIDA EN EL ANÁLISIS
E INTERPRETACIÓN DE LA OBRA EN TANTO Y EN CUANTO SEAN
FUNCIONALES A ÉSTOS.
3
De hecho existen teorías y métodos de análisis interesados en distintos aspectos de la historia narrada.
Me refiero en particular a los aportes provenientes del estructuralismo. Pero de ninguna manera consisten
en reseñar el relato, sino en develar la estructura subyacente, sea a través del análisis de sus funciones, de
sus secuencias, de la lógica de sus posibilidades narrativas, etc.
5
En tanto sean considerados como meros datos, a lo sumo y sólo si es indispensable
(como puede ocurrir en el caso mencionado), pueden figurar en un breve anexo. En esa
situación sólo se consignan los datos del contexto que son pertinentes a la línea de
análisis o interpretación que se está siguiendo.
Por ejemplo: si el trabajo está orientado a argumentar el abordaje que la construcción
discursiva de una novela de las comúnmente llamadas “históricas” (por caso: “Ese
Manco Paz” de Andrés Rivera o “El General en su laberinto” de Gabriel García
Márquez, etc.) traza en torno de determinados personajes o hechos históricos reales,
podrá incluirse un anexo al final con la reseña de aquellos datos del contexto aludido
que sean relevantes a la argumentación planteada. Nada más.
En estos casos siempre se debe tener en cuenta que
“La iniciativa del lector consiste en formular una conjetura sobre la intentio
operis4.Esta conjetura debe ser aprobada por el conjunto del texto como un todo
orgánico. Esto no significa que sobre un texto se pueda formular una y sólo una
conjetura interpretativa. En principio se pueden formular infinitas. Pero, al final,
las conjeturas deberán ser aprobadas sobre la coherencia del texto, y la
coherencia textual no podrá sino desaprobar algunas conjeturas desventuradas”.
(Eco, 1992, 41)
Dicho de otro modo, podríamos decir que interpretar una obra consiste en construir
una lectura argumentada de la misma desde una perspectiva personal.
Así como el análisis de una obra presenta una trama predominantemente descriptiva 5,
la interpretación posee, en cambio, un carácter argumentativo.
4
“En el De Doctrina Cristiana decía Agustín que si una interpretación parece plausible en un
determinado punto del texto, sólo puede ser aceptada si es confirmada-o, al menos, si no es puesta en tela
de juicio-por otro punto del texto. Esto es lo que entiendo por intentio operis.” (ECO, 1992, 40)
5
Lo que no implica que no puedan hacerse inferencias, realizar asociaciones, o integrar el discurso de
argumentación de la hipótesis como veremos luego.
6
Como tal, ofrece una impronta de subjetividad mucho más marcada que el análisis.
Por lo tanto, a diferencia de éste que admite ser evaluado en términos de corrección,
para la interpretación rige el criterio de validez. Una interpretación no es correcta o
incorrecta, sino más o menos válida; dependerá de su desarrollo argumentativo y de la
habilitación del texto.
En realidad, como el propio Umberto Eco da a entender, no todas las lecturas o
sentidos que el lector construye a partir de la obra son válidos. Siempre la obra debe
avalarlos.
Fundamento teórico
Esta idea de la interpretación literaria que postula Eco (y que adoptamos) está
sustentada en la semiótica de Charles Sanders Peirce. Aunque por razones de propósito
no es posible desarrollar cabalmente aquí este marco teórico (que, en cambio, será
abordado por otras cátedras específicas) digamos rápidamente que la interpretación es el
proceso que lleva a cabo un sujeto mediante el cual puede construir un signo
(interpretante) a partir de otro signo (objeto) según algún tipo de relación
(representamen o “signo” propiamente dicho) que es la representación de un aspecto de
ese objeto. 6
Lectura recomendada:
Para este aspecto del tema, es indispensable la consulta del Cap. II de Miguel
Vitagliano: Lecturas críticas sobre la narrativa argentina. Bs. As. Conicet. 1997 ya
referido.
6
“Se trata del concepto de interpretación inspirado por Peirce (…) La semiótica se ocupa de la semiosis, la cual es
‘…una acción o influencia que es o implica una cooperación de tres sujetos, como por ejemplo, un signo, su objeto y
su interpretante; no pudiendo resolverse de ninguna manera tal influencia tri-relativa en una influencia entre parejas’
(Peirce, CP:5.484)…Precisamente a través de procesos de interpretación nosotros construimos cognitivamente
mundos, actuales y posibles.” (ECO, 1992, 17)
7
Por ejemplo:
“El humor dentro del Quijote no representa un rasgo inocente por parte de Cervantes; por el
contrario, su acción parece meticulosamente calculada para lograr la formación de mensajes
que fácilmente transitan entre la crítica irónica y la crítica despreocupada, la creatividad
humanista y la resolución barroca. La inserción u opción autorial por manejar los diferentes
niveles del humor hace evidente la presencia de un “barroquismo” restaurador del equilibrio
de las acciones tanto físicas como espirituales o enfáticamente críticas de los personajes.
Dentro de la estampa de la risa en el Quijote, abordaré en el presente ensayo la presencia del
humor desde una óptica resolutiva, argumentando que su implementación dentro de la obra
tiende a resolver o amenizar conflictos ideológicos y perspectivos inherentes al texto,
provocados por la acción de la locura, enfermedad considerada connotativamente cómica en
el siglo XVII.” (Barros, 2006, 1)
7
Espéculo. Revista de estudios literarios. Universidad Complutense de Madrid. 2006
http://www.ucm.es/info/especulo/numero34/humorqui.html
8
Empleamos el término entrada en el sentido otorgado por Roland Barthes quien, al enunciar su concepción de
texto plural, afirma: “…este texto no es una estructura de significados, es una galaxia de significantes; no tiene
comienzo; es reversible; se accede a él a través de múltiples entradas sin que ninguna de ellas pueda ser declarada
con toda seguridad la principal…” (BARTHES, 2000, 3)
8
deslumbramientos, sospechas, asociaciones que el texto le genere pueden ser el germen
de la futura hipótesis.
Otras fuentes:
La delimitación de la entrada
Es otro aspecto que suele generar dificultades. Eco advierte sobre este particular en su
obra ¿Cómo se hace una tesis? a la cual remitimos.
Lectura recomendada:
ECO, Umberto (2002) ¿Cómo se hace una tesis?. Disponible en
http://www.mdp.edu.ar/psicologia/psico/cendoc/archivos/Como_se_hace_una_tesis.p
df
9
Algo similar puede ocurrir con el corpus (en el caso que se decida trabajar con más de
una obra), es decir, puede resultar exagerado para la constatación de la hipótesis o pecar
de insuficiente o poco representativo.
Lo importante es encontrar una línea de interpretación que pueda ser constatada
sin impedimentos y que posea el suficiente relieve como para ser interesante o
relevante para la reflexión respecto de un aspecto de la obra.
Lectura recomendada:
10
- Inferencia: Consiste en extraer conclusiones o implicancias de algún elemento
observado.
Lectura recomendada:
En la primera parte de este trabajo explicamos que el análisis puede ser evaluado
según el criterio de corrección. Esto no es posible en la lectura interpretativa de la obra.
Y no podría serlo de ninguna manera si tenemos en cuenta el marco teórico en el que
nos referenciamos.
Por lo tanto, como sostiene Roland Barthes, el texto es plural, polisémico, las
entradas son múltiples pero no infinitas (en el sentido de que no todas son igualmente
admitidas por el texto).
“…una relación, una anáfora, un rasgo que tiene el poder de referirse a menciones
anteriores, ulteriores o exteriores, a otros lugares del texto (o de otro texto)”
(Barthes, 2000, p.5)
11
“No hay que restringir en nada esta relación, que puede ser designada de diversas
maneras (función o indicio, por ejemplo), siempre que no se confunda connotación
y asociación de ideas: ésta remite al sistema de un sujeto mientras que aquélla es
una correlación inmanente al texto, a los textos o, si se prefiere, es una asociación
operada por el texto-sujeto en el interior de su propio sistema.” (ibídem)
12
¿Qué hacer con los textos canónicos?
“El canon, una palabra religiosa en su origen, se ha convertido en una elección entre
textos que compiten para sobrevivir, ya se interprete esa elección como realizada por
grupos sociales dominantes, instituciones educativas, tradiciones críticas o, como hago yo,
por autores de aparición posterior que se sienten elegidos por figuras anteriores
concretas.” (2005, p. 30)
¿Qué puedo decir que no haya dicho alguno de los incontables y eruditos ensayos
que sobre estos textos y autores se han escrito?
13
4) No es infrecuente encontrar lecturas contemporáneas renovadas de estos hitos
sobre los que pareciera que ya está todo dicho y escrito. 9
9
Por ejemplo las lecturas de Harold Bloom sobre muchos de ellos o las de Borges sobre otros tantos, etc.
Se objetará que estoy ejemplificando con eruditos. Es verdad; lo que pretendo señalar es que los textos
siguen habilitando sentidos.
10
Cfr. Borges, Jorge Luis: “Nueve ensayos dantescos” Madrid. Espasa-Calpe-1982
14
f) La transferencia de una hipótesis de un ensayista sobre el autor canónico
a otra situación, a otro texto o a otras instancias del mismo.
Ricardo Barberis
Bibliografía
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16