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CONSEJERIA PASTORAL

Profr: Javier Lara

I. CONSEJERIA PARA EL PASTOR

A. El pastor y la ética

Introducción ¿Qué es la ética? Ética es la ciencia que tiene

que ver con la moral. Relativo a los principios de la moral.

Valoración moral de los actos humanos. Conjunto de

principios y normas morales que regulan las actividades

humanas. (Definición proporcionada por varios diccionarios).

1. Sea cortés con los miembros que no estén de acuerdo con usted.
Tito 3:2; II Tim. 2:24

2. No dirija represalias o indirectas desde el púlpito. Tito 3:2; II Tim.


2:25

3. Generalmente, es un pobre ejemplo pedir dinero prestado a los


miembros de tu iglesia. Rom.13:8

4. Usa de discreción en cuanto a alentar a tus miembros para que te


llamen a ti y a tu esposa por el primer nombre. Rom. 13:7

5. Usa de discreción en cuanto a prestar, o dar dinero, o cualquier otro


tipo de ayuda a tus miembros.

6. Usa tu tiempo sabiamente.


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a) Programa tu tiempo y actividades hasta donde sea posible.

Col. 4:5

b) Cerciórate de que tu horario incluya suficiente tiempo para tu


esposa y familia

7. No desacredites a tu predecesor. Mt. 7:1-3

8. Al dejar una iglesia, es mejor no asistir a la presentación de tu


sucesor.

9. No regreses a tu iglesia anterior para llevar a cabo funciones


pastorales, a menos que sea con la invitación y aprobación del actual
pastor.

10. Es buena ética que el pastor actual esté presente, si llevas a cabo
cualquier función pastoral.

11. No recibas miembros de otra iglesia, dentro de la misma área, sin


informar al otro pastor antes.

12. Sé cuidadoso en tus relaciones con personas del sexo opuesto. I Ti


5:1,2.

13. Nunca critiques a un predicador invitado, delante de tu congregación,


ni pretendas corregirlo. Mt. 7:12

14. Nunca tomes el lugar de un predicador previamente invitado, a


menos que su ausencia esté confirmada.

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15. Se muy cauteloso en el área moral.

a) Fracasos en el área moral ocurren entre los pastores.


Alguien dijo “Ha habido más fracasos en el ministerio en
cuestiones de dinero y moralidad que de cualquier otra índole

b) Fracasos en esta área, generalmente, tienen resultados


desastrosos en el ministerio pastoral.

c) Hay algunos pastores de ardiente vida inmoral.

d) Algunos pastores han sido atrapados y arrastrados a la


inmoralidad por mujeres agresivas

e) Algunos pastores han caído al involucrarse emocionalmente en


los problemas de alguna mujer.

Nota: Esto es especialmente, cuando en la consejería se han


tratado problemas muy personales y dificultades maritales.

16. Razones de por qué estos fracasos ocurren.

4 razones:

a) Fracaso del pastor en resguardar sus pensamientos (Mt. 5:27-


30).
II Co. 10:5, es el gran antídoto.

b) Su vida espiritual no está resguardada (véase II Co. 10:5, otra

vez).

c) Problemas maritales en la vida del pastor

d) Fracaso en ejercer precauciones de sentido común.

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17. Precauciones para evitar el fracaso moral.

7 precauciones sabias:

a) Algunos predicadores rehúsan, o se niegan a estar solos con


cualquier mujer en casa, en el carro, o la oficina, etc.

1) Esto es indudablemente el último resguardo.

2) Puede causar mala interpretación y aun resentimiento

3) Puede ser muy difícil de llevarlo a cabo.

b) El pastor debe mantener los casos, u ocasiones de estar a solas


con una mujer, lo más mínimo posible.

1) Visitar cuando el esposo y/o hijos estén en casa.

2) Tratar de aconsejar en una situación semiprivada.

c) Evite visitar, con frecuencia, a una misma mujer.

1) Puede ocasionar comentarios y chismes de parte de los

vecinos

2) Puede dar a la mujer una mala impresión

d) Siéntese en un lugar donde puede ser claramente visto cuando


esté en alguna casa u oficina.

1) Sentarse cerca de una ventana grande.

2) Es bueno tener una ventana o ventanilla en la puerta de la

oficina.

3) No adoptes una actitud relajada e informal al estar a solas

con una mujer.


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4) De ser posible, escoge una silla un poco dura, en lugar de

una cómoda.

e) Nunca toques a una mujer, a menos que sea para saludarle de


manos.

f) Recuerda, nunca estás realmente a solas con una mujer. II


Crónicas 16:9; Sal. 139:7

g) Muchos ministros del evangelio han sido tentados en esta área,


pero han salido victoriosos. I Cor. 10:13; Heb. 2:18

Conclusión:

La esposa del pastor necesita estar consciente de los peligros que


corre su esposo, pero debe tener confianza en la gracia del Señor,
y en su esposo, y orar por él.

Considere: Rom. 15:30

B. El pastor y la humildad

Definición de humildad: Virtud opuesta al orgullo

(Diccionario básico Larousse ilustrado). Ausencia completa

de orgullo (El pequeño Larousse Ilustrado).

Alguien agregó: La humildad es una virtud humana a quien

ha desarrollado conciencia de sus propias limitaciones y

debilidades y obra en consecuencia (https://www.)

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1. El ejemplo de Jesús

Si hay un ejemplo digno de ser imitado por el que ejerce el ministerio del

pastorado, es el del príncipe de los pastores, el Señor Jesús. (Véase I P.

5:4) Cristo mismo afirmó: “llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de

mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para

vuestras almas. Mt. 11:29. Los pastores, de hoy día, tenemos mucho que

aprender de la humildad asombrosa y extraordinaria que existía en Jesús.

El ser una persona arrogante y jactanciosa será un serio obstáculo para

aquel que está contemplando el pastorado, pues, le traerán, le acarrearán

graves problemas y dificultades con la grey que estará a su cargo. Jesús

hizo hincapié que al revestirnos de humildad, traeremos un placentero

descanso a nuestras almas. La humildad librará al siervo de Dios de

grandes complejos de superioridad, y por ende traerá descanso a su alma.

Conociendo de esa humildad que era propia de Cristo, Pablo recomendó:

“Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también, en Cristo Jesús, el

cual, siendo, en forma de Dios, no escatimó ser igual a Dios como cosa a

que aferrarse. Y estando en la condición de hombre, se humilló a sí

mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz” (Fil.

2:5,6,8).

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Cristo por naturaleza, es Dios, sin embargo, tomó la naturaleza de un

siervo. La nueva versión Internacional dice: “Por el contrario, se rebajó

voluntariamente…”

El pastor que no es humilde en sus tratos e interrelaciones personales con

los feligreses de su congregación, no está exhibiendo la actitud y humildad

de Cristo, sino una altanería que es lamentable, y ocasionará

desacuerdos, desavenencias e inconformidades en el seno mismo de la

iglesia

Ilustración: actitud arrogante de un joven pastor.

2 El ejemplo de Pablo

La humildad de Pablo es muy digna de ser también imitada. II Co. 10:1 “yo

Pablo os ruego por la mansedumbre y ternura de Cristo, yo que estando

presente ciertamente soy humilde entre vosotros…” Si alguien tenía

suficientes credenciales para que el humo se le hubiese subido a la

cabeza, ese era Pablo

Pablo tenía un grado universitario. Algunos eruditos creen que asistió a la

universidad de su natal ciudad. Académica y teológicamente tuvo una

brillante preparación. Tarso gozaba de gran prestigio por el desarrollo

intelectual de la ciudad. Era un lugar de un vivo y amante interés por la

educación. Teológicamente hablando, Pablo había sido instruido por el

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celebre Gamaliel, doctor de la ley, y uno de los más renombrados

maestros del judaísmo. Pablo consideraba que había sido para él un alto

honor y privilegio el haberlo tenido como su catedrático. Véase: Hchs.

22:3.

A pesar de todos estos logros, Pablo, una vez que conoció a Cristo,

aprendió la humildad, y mantuvo un perfil razonable de sí mismo

(considere: Col. 3:12; Hchs 20:17-19).

Si el pastor piensa que lo sabe todo, que jamás debe ser corregido, ni

escuchar y aceptar consejos y sugerencias de los miembros de su

congregación, es que su corazón se ha llenado de altanería y tiene un alto

concepto de sí mismo que no es saludable.

Pablo aconsejó lo siguiente: “Digo, pues, por la gracia que me es dada, a

cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí

que el que debe tener, sino que piense con cordura…”

Rom. 12:3. En Ro. 12:16, agrega: “unánimes entre vosotros; no altivos,

sino asociándoos con los humildes. No seáis sabios en vuestra propia

opinión”

3. El ejemplo de Pedro

Pedro fue uno de los grandes pilares de la Iglesia Primitiva, así como un

reconocido líder entre los discípulos (Hch. 1:15. Gá. 2:9). Formó parte del

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grupo íntimo de los tres discípulos que Jesús quiso que lo acompañaran,

en ocasiones especiales (Mt 17:1,2; Mr. 9:1,2; Mt. 26:36-38). Pedro se

caracterizó por ser arrebatado, impetuoso, e impulsivo en la toma de

decisiones (Mt14:28-31; Jn. 18:10,11). Cuando Jesús predijó la negación

de Pedro, éste actuó con mucha jactancia (Mt. 26:31-35, Mr.14:26-31; Lc.

22:31-34; Jn.13:36-38). No obstante, el Señor Jesús moldeó

maravillosamente el carácter de Pedro, produciéndose en el apóstol un

cambio significativo. Al dirigirse a los pastores, Pedro lo hace con una

profunda humildad. I P 5:1, “Ruego a los ancianos que están entre

vosotros, yo anciano también con ellos…” El término anciano, pastor y

obispo se usa intercambiablemente en las Escrituras para referirse al

mismo oficio ministerial. Pedro pudo decir, en lugar de ruego, ordeno, y

también en lugar de yo anciano, pudo haber dicho, yo el gran apóstol

pedro, sin embargo, en un acto de humildad, mostró su grandeza de

hombre de Dios, identificándose como condiscípulo con los demás

pastores. En I P. 5:5, da una recomendación; “Igualmente, jóvenes, estad

sujetos a los ancianos; (pastores) y todos, sumisos unos a otros, revestíos

de humildad; porque: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los

humildes”

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Se pensaría que el consejo es sólamente para los jóvenes, pero al decir, y

todos, sumisos unos a otros…, esto incuestionablemente incluye a los

pastores.

C. El pastor y la eutanasia

Definición de Eutanasia: Muerte sin sufrimiento físico. Acción de acortar

la vida de quien, sufriendo una enfermedad incurable, lo solicita para poner

fin a sus sufrimientos (El pequeño Larousse ilustrado).

La eutanasia es la acción u omisión que acelera la muerte de un paciente

desahuciado, con la intención de evitar sufrimientos.

(https://definición de/eutanasia)

La eutanasia siempre va a generar toda clase de cuestionamientos y

debates éticos. Algunos afirman que es bueno y correcto evitarle

sufrimientos al paciente. Otros aseguran que es la decisión del enfermo el

rechazar la prolongación artificial de la vida. Algunos más, cuando el

enfermo no está competente mentalmente, dicen que nadie, esto incluye a

familiares, tiene derecho para determinar cuándo hay que poner fin a la

vida de un enfermo. Se han establecido dos tipos de eutanasia.

1. La eutanasia activa

La eutanasia activa tiene como propósito el acelerar o adelantar la muerte

de un enfermo por considerarlo médicamente desahuciado. Dicha muerte

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se consigue mediante la suministración de medicamentos que son

mortíferos. Se toma esa decisión porque algunos lo hacen bajo el

argumento de ser un acto compasivo. Esto último resulta muy cuestionable

y debatible, en el análisis final.

2. La eutanasia pasiva

La eutanasia pasiva tiene como propósito el mitigar el dolor y sufrimiento a

través de suministrar fármacos que, de manera no intencionada, pueden

producir la muerte del enfermo.

Conclusión:

Hay personas que afirman que la eutanasia es una violación del sexto

mandamiento, el cual dice: “No matarás” Ex. 20:13. También se asegura

que cuando el paciente está de acuerdo en poner fin a su vida, es culpable

de suicidio.

Algunos consideran los elevados costos de los medicamentos y la

hospitalización del paciente, lo cual puede llevar a la familia a la

bancarrota. Por otra parte, hay familias que financieramente no cuentan

con los recursos monetarios para un tratamiento prolongado e indefinido.

Es fácil emitir una opinión y decisión cuando no se trata de un familiar

nuestro, pero es extremadamente difícil cuando tenemos que tomar una

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resolución, tratándose de un ser querido nuestro. Siendo que Dios es el

único que da y tiene derecho a quitar la vida, se debería pedir

fervientemente, en oración, que Él intervenga, dándole la salud al paciente,

pues es Él, y no los médicos, quien tiene la última palabra, pensando de

igual manera que para El nada es imposible. Asimismo, si es su voluntad,

que el Señor socorra al desahuciado poniendo fin a su vida, a la brevedad

posible. Véase Mt. 21:22; Mt. 7:7,8; Mt. 19:26; Lc. 18:27; Lc. 1:37.

D. El pastor y la cremación

Definición de cremación: Es la incineración o quema de cadáveres hasta

reducirlos a cenizas.

Un tema sobre el cual tarde o temprano será abordado el pastor, es la

cremación. Habrá preguntas como: ¿es correcta la cremación? ¿No es

anticristiana y horrorosa la cremación? ¿Qué tiene que decir la Biblia en

cuanto a la cremación? ¿Qué es mejor, la cremación o el entierro? Pastor,

¿Qué opción ha escogido para Ud., cremación o entierro? Es una pregunta

legítima y valedera, y sobre la cual debemos dar una respuesta a los

miembros de nuestra congregación. Cada vez más, en nuestro mundo

moderno y sofisticado, se recurre al método de cremación para

deshacerse del cuerpo muerto. En tiempos pasados muy pocas personas

optaban por la incineración por motivos religiosos, o de conciencia. Para

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algunos la cremación resulta escalofriante, horrorosa e impensable. Se ha

argumentado que hay razones económicas y de falta de espacio en

cementerios urbanos para que los restos del difunto reposen en esos

lugares. De manera que, hoy día, es más frecuente la opción de

cementerio o crematorio.

¿Qué tiene que decirnos la Biblia en cuánto a esta práctica?

1. La cremación en el Antiguo Testamento.

Algunos pasajes bíblicos, en el Antiguo Testamento, mencionan ciertos

casos en que la incineración se llevó acabo, o que, al menos, se

contempló como una posibilidad, por diversas circunstancias.

a) El caso de Tamar (Gn. 38:24)

Tamar, la nuera de Judá, fue acusada falsa e injustamente de haber

fornicado, por su mismo suegro. Judá sugirió a los lugareños que la

sácasen y la quémasen públicamente. Cuando se comprobó que él era el

causante y responsable directo de ese acto vergonzoso de fornicación, se

retractó (Gn. 28:25,26).

Este caso, de posible incineración, fue bajo circunstancias muy extrañas e

inusuales

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b) En caso de depravación. Lv.20:14, presenta un caso de

depravación sexual.

El hombre que tuviere relaciones sexuales con una mujer y con la madre

de esa misma mujer, cometía una bajeza, era una acción vil; razón, pues,

más que suficiente para que los involucrados en este triangulo amoroso

fueran quemados, pues, se infiere que los tres habían consentido a tal

vileza. Vemos otra vez que se trataba de una situación inusitada. Se cree

que los culpables eran primero apedreados, y posteriormente quemados.

c) En caso de fornicación (Lv. 21:9)

No todos los casos de adulterio y fornicación requerían de cremación. Sólo

cuando éstos eran muy insólitos, pues, un suceso extraordinario era

cuando la hija de un sacerdote cometía fornicación, acarreando con ello

vergüenza y deshonra a su piadoso padre. Esto servía de escarmiento

para otras chicas.

d) El caso de Acán

El caso de Acán es muy conocido, y él mismo sabía de antemano que él

debía guardarse de prevaricar, y del anatema que pendía sobre Jericó.

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Acán, consciente de la prohibición divina, deliberadamente delinquió,

haciéndose él y su familia merecedores del castigo divino, al ser primero

apedreados, y posteriormente quemados (Jos. 7:25). La severidad con que

él y su familia fueron castigados serviría de lección a todo el pueblo de

Israel.

e) El caso de Saúl (I Sam. 31:9-13).

La muerte de Saúl y de sus hijos en manos de los filisteos, es otro caso a

tomar en consideración. Públicamente se expusó su cuerpo como una

gran burla y mofa. Para evitar el escarnio prolongado, los habitantes de

Jabes de Galaad rescataron su cuerpo y el de sus hijos, de Bet- Sán, para

luego cremarlos en Jabes.

Comentando sobre este pasaje, la Biblia de estudio Ryrie dice:

“Cremar los cadáveres no era una práctica generalizada entre los hebreos,

excepto en el caso de criminales (Jos. 7:25). Los cuerpos pudieron ser

quemados porque habían sido mutilados; aún así los huesos eran

preservados y enterrados”

2. La cremación en el Nuevo Testamento

El Nuevo Testamento permanece en silencio en cuanto al tema de la

cremación. El único pasaje que menciona a un cuerpo humano siendo

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entregado al fuego, es I Cor. 13:3 “… y si entregase mi cuerpo para ser

quemado, y no tengo amor, de nada me sirve” Sin embargo, nada tiene

que ver con cremación después de la muerte. El pasaje contempla el

sacrificio, o entrega del cuerpo, en martirio voluntario.

Conclusión

Debido a que no hay una contundente aprobación, ni una rotunda

prohibición, la persona, después de haber orado, y sentido paz y

tranquilidad, puede escoger la opción que mejor convenga a sus intereses.

Independientemente de la elección que se haga, uno debe abstenerse de

hacer comentarios negativos. Ro. 14:4; “¿tú quién eres, que juzgas al

criado ajeno? Para su propio Señor está en pie, o cae; pero estará firme,

porque poderoso es el Señor para hacerle estar firme”

En el contexto se está hablando acerca de ciertas comidas o alimentos

(Ro. 14:1-3). No obstante, también puede ser aplicable a otras cuestiones

dudosas, y así debe uno privarse de comentar sobre opiniones donde tiene

que imperar la libertad personal, especialmente cuando las Escrituras se

mantienen en silencio.

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E. El pastor y el aborto

Introducción:

¿Qué es el aborto? La palabra proviene del término latino (abortus), Ab:

privación, y ortus: nacimiento. Por lo tanto, el aborto es la interrupción del

desarrollo del embrión durante el embarazo, cuando aún no ha alcanzado

la madurez fetal, o capacidad suficiente para vivir fuera del útero.

(Definición proporcionada por: Profamilia. Org.co).

Robertson Mc Quilkin, en su libro An Introduction to Biblical Ethics, nos da

las etapas del desarrollo humano; pg. 312.

1. Esperma: Hay entre 250 y 300 millones de espermatozoides en una

sola eyaculación.

2. Zigoto: Un espermatozoide y el óvulo se unen (concepción).

3. En el espacio de 48 horas de relaciones sexuales, el óvulo fertilizado

viaja en 4 a 6 días a través del tubo del Falopio buscando

implantarse en la matriz.

4. Feto: El embrión ha desarrollado todas sus características físicas en

ocho semanas, y se le llama feto de allí hasta el nacimiento

5. Infante: El nacimiento se efectúa.

Robertson Mc Quilkin continúa diciendo. “Debido a recientes avances de la

vida prenatal, virtualmente todos están de acuerdo que el zigoto (huevo

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fertilizado) está vivo, y eso constituye un ser humano”. Haciendo hincapié

en lo mismo, el autor reafirma: “Virtualmente todos están de acuerdo en

que el zigoto, el embrión y el feto forman un nuevo ser”

1. El legrado en la concepción

Definición de legrado: El legrado es una técnica empleada por los

ginecólogos, que consiste en el raspado o curetaje de las paredes del

útero, con el fin de extraer y recoger la capa mucosa llamada endometrio.

(Web consultas.com/embarazo/).

Es entendible el legrado cuando desafortunadamente el embrión muere

durante el transcurso de un embarazo. No es concebible si es para

interrumpir el desarrollo del embrión durante el embarazo, impidiendo de

esa manera la concepción de un nuevo ser.

2. La malformación en la concepción

Hay legrados inducidos por malformación de diferentes tipos. Estos

pudieran ser porque el bebé viene con paladar hendido, con el labio

hendido, con problemas cardiacos, o cualquier otro defecto físico. También

hay malformaciones congénitas, y entonces el ginecólogo recomienda

hacer un aborto.

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Conclusión

Considerando que la vida humana empieza cuando la fertilización se ha

efectuado, y ella es un regalo de Dios, Él es el único que tiene el derecho a

quitarla. El escritor inspirado testifica que Dios lo considera como un nuevo

ser desde el vientre de su madre. Salmo 139:13, “Porque tú formaste mis

entrañas, tú me hiciste en el vientre de mi madre” En Salmo 139:16,

también el Salmista da fe de esto mismo: “Mi embrión vieron tus ojos…”

Un caso que no admite discusión alguna es el de Juan el bautista, al

encontrarse en el vientre de su madre. Lc. 1:41, “y aconteció que cuando

oyó Elisabet la salutación de María, la criatura saltó en su vientre…” El

bebé dio señales de vida al estar aún en el vientre de su madre.

El testimonio divino es muy elocuente cuando se dirige a Jeremías, en el

momento de extenderle su llamamiento. Jeremías 1:5, “Antes que te

formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di

por profeta a las naciones”.

Dios apartó al profeta para su servicio desde la matriz de su madre, por

considerarlo desde entonces como un ser ya con vida.

El quitar la vida, aun desde el vientre materno, es una violación flagrante

del sexto mandamiento, el cual contundentemente afirma: “No mataras”.

Ex. 20:13.

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Evidentemente, el aborto es un espantoso flagelo que ha sido aceptado y

consentido por una generación maligna y perversa. El inminente juicio de

Dios pende sobre este mundo. Dios no tendrá por inocente al culpable

(Nm. 14:18), y todos aquellos que de una u otra manera han apoyado y

practicado este inhumano azote, tendrán que dar cuentas ante el juez del

universo. Véase: Sal. 7:11; 94:2; Hch.10:42.

Stg. 5:9 afirma: “…he aquí, el juez está delante de la puerta”. Con Dios,

ningún crimen quedará impune.

F. El pastor y el sexo

1. La doble moral

¿Qué es la doble moral? La doble moral se da cuando una persona, o

individuo, está viviendo una doble norma de conducta o comportamiento.

No practicar aquello que se profesa; actuando de manera opuesta.

Acciones que van en contra de los valores que se profesan y enseñan.

La doble moral se da en el ámbito empresarial, deportivo, político,

psicológico, educativo, ético, y sin lugar a dudas, en el religioso.

El aspecto religioso es de importancia muy significativa, pues, está

plenamente comprobado que una cosa se predica, y otra se hace, o lleva a

la práctica. Las palabras pronunciadas desde el púlpito de un templo, no

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corresponden a los hechos o acciones del orador. La doble moralidad,

pues, la caracteriza la hipocresía. Un refrán popular dice: “Lo que haces

suena tan fuerte, que no alcanzó a escuchar lo que dices”

Las Escrituras condenan la doble moralidad o hipocresía. El Señor Jesús

condenó la doble moral religiosa; y lo hizo tanto así, que advirtió a sus

discípulos contra ella. Lc. 12:1, “…Comenzó a decir a sus discípulos,

primeramente: “Guardaos de la levadura de los fariseos, que es

hipocresía.” Considérese también: Mt. 23:28; Mr. 12:15.

Pablo al dirigirse al joven pastor, Timoteo, le advierte de la doble moral

religiosa. “Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos

algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a

doctrinas de demonios; por la hipocresía de mentirosos…” I Tim. 4:1-3.

Pablo fue tan valiente y decidido, pues, reprendió públicamente a Pedro, al

permitir este último que la doble moral hiciese estragos en su vida

espiritual, ocasionándole el no tener una comunión más intima y estrecha

con los creyentes gentiles. Gálatas 2:14, “Pero cuando vi que no andaban

rectamente conforme a la verdad del evangelio, dije a Pedro delante de

todos: si tú, siendo judío, vives como los gentiles y no como judío, ¿Por

qué obligas a los gentiles a judaizar? Mediante esta actitud religiosa, Pedro

influyó negativamente aún en Bernabé, un creyente de un alto calibre

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espiritual. Gal. 2:13, “Y en su simulación participaban también los otros

judíos, de tal manera que aun Bernabé fue también arrastrado por la

hipocresía de ellos”

Afortunadamente, este fue tan solo un traspié temporal en la vida del gran

apóstol Pedro, pues, él mismo testifica de un cambio rotundo en I P. 2:1,

“Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía…”

En lo concerniente al pastor y el sexo, algunos pastores no están viviendo

una vida integra y recta.

Siervos de Dios tienen amoríos fuera del matrimonio. Es una vida

licenciosa y de escandaloso libertinaje, que no corresponde al santo y

bendito ministerio, trayendo deshonra y vergüenza a la obra de Dios, y

reproche al sacrosanto nombre de Jesús. La cualidad de irreprochable

está totalmente ausente. “Pero es necesario que el obispo sea

irreprensible, marido de una sola mujer… I Tim. 3:2.

Al tener relaciones sexuales con una mujer que no es su legítima esposa,

el ministro está viviendo en adulterio, está violando el séptimo

mandamiento, el cual asegura, “No cometerás adulterio” Ex. 20:14. Véase

también Dt. 5:18. Una vida de entrega irrestricta e irresponsable al sexo,

con una mujer ajena, rompe los votos matrimoniales, las promesas

hechas a su verdadera pareja. Heb. 13:4, “Honroso sea en todos el

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matrimonio, y el lecho sin mancilla, pero a los fornicarios y adúlteros los

juzgará Dios”. Dios considera el lecho matrimonial honroso y sin mancha;

así también lo debe considerar el pastor. Job, un hombre sin lugar a

dudas, integro y fiel a su esposa, dice lo siguiente: “El ojo del adúltero está

aguardando la noche, diciendo: No me verá nadie, y esconde su rostro”

Job 24:15. El ministro debe estar plenamente consciente que no se puede

esconder de Dios, que el Señor ve cada una de sus actividades, y que no

debe actuar como un vulgar adúltero, que aguarda el tiempo para cometer

un acto sexual ilícito.

Pablo da una enorme lista de las actividades de la carne, iniciando con el

adulterio. “y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio,

fornicación, inmundicia, lascivia,” Gal. 5:19.

El que sirve en el ministerio ya no debe presentar los miembros de su

cuerpo para servir a la inmundicia y a la iniquidad, sino para la

santificación y la justicia (Ver: Ro. 6:19)

De igual manera, su cuerpo es templo del Espíritu Santo, le pertenece al

Señor (I Co. 3:16). “…Pero el cuerpo no es para la fornicación, sino para el

Señor, y el Señor para el cuerpo” I Co. 6:13. Véase también: I Co. 6:16, 19.

Su cuerpo, asimismo le pertenece a su esposa. “… ni tampoco tiene el

marido potestad sobre su propio cuerpo, sino la mujer.” I Co. 7:4.

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¿Cuán irreprochable, intachable e incuestionable debe ser la vida de un

ministro? Pablo la resume así: “Pero el fundamento de Dios está firme,

teniendo este sello: conoce el Señor a los que son suyos; y: Apártese de

iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo” II Tim. 2:19.

Considere también: II Tim. 2:20-22.

2. Los pensamientos impuros

La mente ha sido siempre un auténtico campo de batalla espiritual. El

enemigo de nuestra alma quiere ganar control de nuestra mente, e

implantar en ella los pensamientos más sucios, impuros, indecentes,

lujuriosos, lascivos y carnales que uno jamás pudiera haber imaginado.

Por tal razón, la mente es un territorio que debe ser bien protegido y

resguardado. Es una fortaleza que debe ser defendida celosamente.

Estando, nosotros mismos, plenamente convencidos de que no tenemos la

suficiente capacidad para resguardar apropiadamente nuestra mente,

deberíamos hacer nuestra la oración de David: “Examiname, oh Dios, y

conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos; y ve si hay en

mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno” Sal. 139. 23,24.

Nuestros pensamientos se desplazan a una velocidad vertiginosa,

resultando muy difícil el alcanzarlos y detenerlos. El no ejercer el debido

control de sus pensamientos, ha llevado a muchos ministros al fracaso en

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su labor pastoral. No supieron someter sus pensamientos a Dios, ni

tampoco le extendieron una invitación, como David, para que el

Omnipotente lo hiciera.

Los pensamientos incontrolables, los condujeron a cometer actos de

indisciplina, inmoralidad, todo tipo de deshonestidad y deshonradez en el

ministerio.

Esos pensamientos se pudieron haber cambiado, a su tiempo, por

pensamientos debidamente inspirados en Dios. El salmista así lo hizo. Sal.

139:17, “¡Cuán grande es la suma de ellos!

Isaías da testimonio de que aquel que enfoca su mente y sus

pensamientos en Dios, vivirá reposada y tranquilamente, experimentará

una inmensa paz en su corazón, quedará satisfecho, espiritualmente

hablando. He aquí sus palabras: “Tú guardarás en completa paz a aquel

cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado” Isa. 26:3.

El proverbista está en total acuerdo con el profeta Isaías. “Encomienda a

Jehová tus obras, y tus pensamientos serán afirmados” Pr. 16:3. Pero si

encomendamos nuestras obras a la carne, el resultado será obvio y

desastroso.

Debido a que hay un conflicto, sin dar tregua, entre la carne y el Espíritu

(Rom. 8:5-8), todo siervo de Dios que quiere servirle con corazón sincero,

25
debe rendir incondicionalmente su vida mental al Señor Jesús. Esta es la

atinadísima recomendación paulina. II Co. 10:5 “Derribando argumentos y

toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando

cautivo todo pensamiento a la obediencia de Cristo”.

Finalmente, Pablo añade: Por lo demás, hermanos, todo lo que es

verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo

lo que es de buen nombre, si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza,

en esto pensad”. Fil. 4:8.

Si tan solo pusiéramos en práctica lo recomendado por el apóstol, nos

evitaríamos una vida de amargas experiencias y sin sabores.

3. La actitud permisiva

Definición de permisivo(a): persona que tolera, consiente, dando permiso o

licencia para que otra haga o diga algo que puede resultar perjudicial.

Muchos ministros se han prestado para encubrir asuntos muy obvios en el

área sexual. De igual manera, hay congregaciones que han solapado por

años la inmoralidad sexual en su seno. Esta actividad, por demás

permisiva, hace que la iglesia y el pastor apoyen y participen de pecados

ajenos. Pablo había dejado en Efeso al joven pastor Timoteo (I Tim. 1:3).

Pues bien, entre los consejos útiles que el apóstol dirigió a su discípulo, se

26
encuentra el no consecuentar pecados ajenos. I Tim. 5:22, “No impongas

con ligereza las manos a ninguno, ni participes en pecados ajenos.

Consérvate puro”. La manera más saludable para el pastor y su

congregación, es mantener la pureza sexual dentro de la iglesia. Si el

ministro piensa que puede encubrir la verdad por tiempo indefinido, está

muy equivocado. Jesucristo fue muy categórico, al afirmar: “… porque

nada hay encubierto, que no haya de ser manifestado; ni oculto, que no

haya de saberse. Mt. 10:26.

Debemos tener muy presente, que el Dios Omnisciente lo sabe y lo conoce

todo, y a El no lo podemos engañar, ni ocultar nada.

El encubrimiento de pecados, con el permisivo solapamiento, estancarán

el progreso espiritual del pecador, del pastor, y de la iglesia misma. El

proverbista hace referencia a ese ocultamiento de pecados. “El que

encubre sus pecados no prosperará; Mas el que los confiesa y se aparta

alcanzará misericordia” Pr. 28:13. Si alguien comete pecado en el área

sexual, y el pastor no lo denuncia, pensando que con el tiempo eso se

olvidará, y no afectará a nadie, debería tomar muy seriamente la solemne

advertencia de Moisés: “Más si así no lo hacéis, he aquí habréis pecado

ante Jehová; y sabed que vuestro pecado os alcanzará” Nm. 32:23.

27
El pecado, tarde o temprano, nos atrapará en sus garras destructoras.

Cuando pasamos por alto un acto de inmoralidad, se suele decir, en

términos coloquiales, que nos estamos haciendo de la vista gorda. En

ocasiones no se actúa, como se debiera, porque el ministro tiene un temor

paralizante, a que la familia numerosa del infractor sexual se retire de la

iglesia.

En situaciones así, surge la pregunta, ¿a quién queremos agradar y

complacer, al hombre o a Dios? Si se opta por complacer a los hombres,

escucharemos la reprimenda divina, “… yo no tengo complacencia en

vosotros, dice Jehová de los ejércitos…” Mal. 1:10.

Es elogiable la actitud del apóstol Pablo al no tolerar la inmoralidad sexual

que se estaba presentando en la iglesia de Corinto.

Era el caso de un hombre que tenía como amante a su propia madrastra (I

Co. 5:1). La situación era tan grave, que Pablo dedicó todo un capítulo

para denunciarlo y censurarlo.

El Antiguo Testamento prohíbe terminantemente esta clase de relaciones

sexuales, considerándolas como incesto. Dt. 27:20, “Maldito el que se

acostare con la mujer de su padre, por cuanto descubrió el regazo de su

padre…” Véase también; Dt 22:30, Lv.18:8. Pablo estaba tan

escandalizado, que les recuerda a los corintios que ni aun en la cultura

28
grecorromana se cometían semejantes actos inmorales. La Biblia de

estudio RVR 1960, asegura: “La misma cultura grecorromana, tan tolerante

con su gran variedad de actos inmorales, censuraba este tipo de incesto”

Lo peor del caso, es que los corintios se jactaban, en lugar de lamentarse,

y solucionar el problema. Coloquialmente hablando, eran alcahuetes,

cuando debieron actuar con responsabilidad, disciplinando y

excomulgando al pecador (I Co. 5:1,2,3,5,7,9,10-13).

Este solo pasaje de las Escrituras es lo suficientemente explícito para

erradicar cualquier actitud permisiva, y hacer reflexionar a cualquier pastor

que es indulgente con esta clase de pecados groseros en su iglesia.

29
II. CONSEJERIA PARA LOS JOVENES

A. El Joven y el sexo

1. Relaciones Premaritales (Jóvenes solteros)

¿Por qué son incorrectas e inaceptables las relaciones premaritales, es

decir, antes del matrimonio?

He aquí ocho razones:

a. Porque violan la santidad del sexo. Dios creó el sexo santo y puro. El

sexo está única y exclusivamente reservado dentro del matrimonio.

La palabra de Dios así lo confirma (Heb. 13:4; Pr. 5:18-20)

b. Porque traen consigo el juicio de Dios (Heb. 13:4; Ap. 21:8) Fornicar

significa tener ayuntamiento o cópula carnal fuera del matrimonio.

c. Porque son condenadas y estrictamente prohibidas por la Palabra de

Dios. (Ef. 5:3; 5:5 I Co. 6:9; 5:1).

d. Porque son condenadas y reprobadas por la sociedad conservadora

( I Co. 5:1,2, 6, 13). La mal llamada “nueva moralidad”, no es otra

cosa que la vieja inmoralidad.

(Ilustración: Pastor y esposa en México. Lo que la gente descubrió).

30
e. Porque las relaciones premaritales no necesariamente conducen al

matrimonio. En la mayoría de los casos, han sido la ocasión para que

el matrimonio no se efectúe. II Sam. 13:1-3, 5, 7, 10,11-17. Aunque

aquí fueron relaciones forzadas, ilustran el hecho de que una vez

satisfechos los apetitos sexuales, que es lo que generalmente se

busca, el matrimonio queda en el olvido.

f. Porque dejan, en la mayoría de los casos, un tremendo sentido de

culpabilidad. Aun cuando el matrimonio se efectúe, el sentido de

culpabilidad siempre está siguiendo al hombre y a la mujer,

ocasionando muy serios problemas al matrimonio.

Algunas cosas que se pueden detectar en estos matrimonios:

1) Hay muchos remordimientos.

2) Recuerdos no muy gratos de cómo hicieron el amor a

escondidas, con el constante temor de que fueran a ser

descubiertos en cualquier tiempo.

3) Estos son los matrimonios que tiene más problemas, los que

menos se respetan, y los que más pronto terminan en divorcio.

31
g. Porque son un serio atentado y amenaza contra la unidad familiar:

Madre soltera – abandonada y no comprendida. Esta descarga su

frustración y fracaso contra su hijo o hija. Hijo, sin padre – no tiene

crecimiento normal ni estabilidad emocional. Padre irresponsable – tarde o

temprano, su pecado lo alcanzará al entrar a la edad de la madurez (Nm.

32:23).

h. Porque nuestro cuerpo no nos pertenece, (I Co. 6:13, 15,18-20),

(I Co.7:1-5).

Conclusión: I Ti. 5:22 – Joven y su reacción, después de darse cuenta

de las consecuencias de las relaciones premaritales.

El joven y el sexo

2 Relaciones extramaritales (Jóvenes casados)

Definición de relaciones extramaritales: Son las relaciones sexuales

que tiene uno o ambos cónyuges, con una persona diferente o ajena al

32
matrimonio. A las relaciones extramaritales también se les denomina

relaciones extramatrimoniales, conduciendo éstas al adulterio.

Queremos hacer una clara distinción entre el adulterio y la fornicación.

Fornicación es el sexo que se da entre personas que no están casadas.

Esta se puede dar en una pareja cuando aún son novios, cuando todavía

no han llegado al altar, ni ha habido intercambio de votos matrimoniales.

También la fornicación se presenta al tener un joven no casado relaciones

sexuales con una prostituta, o una señorita teniendo un encuentro casual y

sexual con un hombre no casado.

Adulterio: Relación sexual de una persona casada con otra que no es su

cónyuge. Unión sexual de dos personas cuando uno o ambos están

casados con otra persona. (es.m.wikipedia.org).

Las Santas Escrituras nos hablan del adulterio carnal y del adulterio

espiritual. El adulterio carnal se tiene al haber cópula carnal, relaciones

físicas y sexuales con alguien que no es la pareja de uno. El adulterio

espiritual no lo contempla ni lo considera la ley humana, pues, no conoce

el corazón del hombre ni de la mujer. Sin embargo, la ley divina si lo tiene

33
en cuenta, lo examina y juzga. Jesús fue más explícito en cuanto a este

tipo de adulterio.

“Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que

cualquiera que mira a una mujer para codiciarla ya adulteró con ella en su

corazón. (Mt 5:27,28). No se trata de una mirada simple y natural, sino una

mirada de codicia para poseer a esa mujer. De acuerdo a Jesús, esto es

adulterio. La única mujer que al hombre le debe provocar deseo sexual al

mirarla, es su esposa. Debido a que el adulterio forma parte de las

relaciones extramatrimoniales, surge la siguiente pregunta: ¿Qué

consecuencias traen las relaciones extramaritales?

a) En el aspecto físico

En el aspecto físico pueden presentarse daños irreparables, al contraer

graves y mortales enfermedades venéreas como la gonorrea o la

blenorragia, la cual pudiera resultar crónica. Qué decir del sida, el cual, ha

producido la muerte de millones de personas. Es una enfermedad tan letal,

que ni aun el uso del condón le asegura al adicto al sexo que no la vaya a

contraer. Un hombre, que tiene relaciones fuera de su matrimonio, puede

infectar a su esposa y a sus futuros hijos, encontrándose éstos todavía en

34
el vientre de la madre. Aun una criatura puede contraer herpes en la matriz

de su madre, porque su papá adquirió esa enfermedad, incluso en una

relación casual, y única en toda su vida. Hay enfermedades venéreas que,

en un momento dado, pudieran atacar el cerebro, el hígado y otros

órganos vitales.

El proverbista tiene mucha razón, al declarar, “Mas el que comete adulterio

es falto de entendimiento…” Pr 6:32. No entiende el daño incalculable y

alto que se hace a sí mismo y a su propia familia. El cerebro, su masa

encefálica no le funciona, pues no alcanza a comprender que todo va en

detrimento de él y de los suyos.

Algunos, sin el debido entendimiento, han pensado que había mucha

severidad de parte de Dios al castigar el adulterio con la muerte (Lv 20:10).

“Si uno hombre cometiere adulterio con la mujer de su prójimo, el adúltero

y la adúltera indefectiblemente serán muertos”.

¿Por qué un mandamiento de pena capital? Para que el pueblo de Israel

temiera y se abstuviera de daños irreversibles que atentaban contra ellos

en varios aspectos.

35
Algunos hombres casados, con problemas cardiacos y dados a las

relaciones extramatrimoniales, han encontrado la muerte en el acto sexual,

al tener coito con una mujer que nos les pertenecía.

Por eso, el Señor, para nuestro propio beneficio, nos advierte: “No

cometerás adulterio” Ex 20:14.

b) En el aspecto espiritual

En el aspecto espiritual las consecuencias son más desastrosas, pues, el

que comete adulterio atenta contra su propia alma y espíritu. Pr 6:32,

arroja más luz sobre las relaciones extramaritales.

En la primera parte el escritor ya nos ha amonestado: “Mas el que comete

adulterio es falto de entendimiento...” En la segunda parte del versículo,

asegura: “…Corrompe su alma el que tal hace”. En el aspecto espiritual, el

adulterio lo aleja del Señor, afecta su comunión y relación con Dios. Su

adoración de Dios ya no es tan íntima, dulce y estrecha, pues, Jn 4:24,

recalca, “Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es

necesario que adoren”.

Su pecado reviste tal gravedad, que lo ha separado de Dios, ha

interrumpido su comunión con Dios. Isaías 59:2, “pero vuestras iniquidades

han hecho división entre vosotros y vuestro Dios…” El pecado es tan

36
dañino y sus efectos tan devastadores, que el mismo David eleva esta

plegaria al Señor, “De los pecados de mi juventud, y de mis rebeliones, no

te acuerdes,…” Sal 25:7.

Una recomendación muy sabia, de parte de Pablo: “…conoce el Señor a

los que son suyos; y apártese de iniquidad todo aquel que invoca el

nombre de Cristo” II Tim 2:19.

Al mismo tiempo, no solo tendrá una separación física con su esposa,

pues, se ha comprobado que el adúltero, al tener amoríos fuera de su

matrimonio, ya no quiere tener intimidad con su mujer, también en el

sentido espiritual esto es ciertísimo. De igual manera, el transgresor, del

séptimo mandamiento, se alejará paulatinamente de su iglesia y de sus

hermanos en Cristo. Espiritualmente hablando, ya no habrá esa conexión e

identificación plena con aquellos que caminan en la luz. Juan lo resume

así: “Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos

con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado I

Juan 1:7.

c) En el aspecto moral

El hombre y la mujer son seres morales, creados a la imagen y semejanza

de Dios (Gn 1:26,27). El hombre y la mujer tienen un concepto claro y

37
definido del bien y del mal. Es el único ser de la creación que tiene esa

capacidad y discernimiento de lo qué es correcto e incorrecto. El hombre

sabe cómo debe ser su comportamiento delante de Dios, dentro de la

sociedad y delante de sus semejantes. Cuando el ser humano ha violado

las normas, valores y creencias por las cuales se rige, miserables

sentimientos de culpabilidad empiezan a invadir todo su ser. Estos

sentimientos de culpa no lo dejarán tranquilo y en paz, llevando, incluso, a

algunos a optar por atentar contra su propia vida. El pecador no se

perdonará el haber traicionado a su esposa, el haber pecado contra Dios, y

haberle fallado a los hermanos en Cristo. En esa situación penosa e

incomoda se encontraba David después de haber cometido adulterio con

Betsabé. David experimentó el infortunio, y se sintió desventurado al tratar

afanosamente de ocultar su siniestro pecado.

En el salmo 32:3, él menciona su calamidad, “Mientras callé se

envejecieron mis huesos en mi gemir todo el día. En el v.4, de ese mismo

salmo, el continúa diciendo: “Porque de día y de noche se agravó sobre mi

tu mano; se volvió mi verdor en sequedades de verano”.

38
Sólo un infractor de la ley de Dios, puede reconocer que moral y

espiritualmente ha violado los estatutos de Dios, y que su conducta ha sido

incorrecta, inapropiada y pecaminosa.

Únicamente un ser moral, que ha actuado incorrectamente como David,

puede elevar a Dios esta oración: “Hazme oír gozo y alegría, y se

recrearán los huesos que has abatido…y renueva un espíritu recto dentro

de mí. Vuélveme el gozo de tu salvación, y espíritu noble me sustente”

(Salmo 51:8, 10,12).

Al seguir, David, confesando su pecado de adulterio con Betsabé,

reconoce que actuó irracionalmente. El lo declara así: “No seáis como el

caballo, o como el mulo, sin entendimiento…” Sal 32:9. David está en total

acuerdo con el proverbista, el cual también manifiesta, “Mas el que comete

adulterio es falto de entendimiento…” Pr 6:32.

d) En el aspecto emocional

El pecador tendrá situaciones verdaderamente traumáticas y emocionales,

después de haber incurrido en un acto de inmoralidad como el adulterio.

Así lo expresa David, al narrar lo que le aconteció después de su

experiencia sexual con Betsabé. “Muchos dolores habrá para el impío…”

Sal 32:10. Aunque David fue un hombre conforme al corazón de Dios (I

39
Sam. 13:14; Hchs. 13:22), acepta que el acto inmoral cometido por él es

impío. Habiendo examinado hasta aquí la inmoralidad de David, uno se

percata que sufrió en lo físico, espiritual, moral y emocional.

¿Cuales son las consecuencias emocionales después de involucrarse en

relaciones extramatrimoniales?

Para él/ella que fue engañado (a):

Tanto para el que fue engañado como la que fue engañada, hay

sentimientos de gran enojo, una profunda tristeza, que ha sido objeto de

una terrible traición, hay una inmensa depresión, su autoestima como

mujer, o como hombre, desciende a lo más profundos abismos. El dolor,

asociado con esto mismo, es inmitigable. Experimenta, de igual manera, la

ansiedad y la desconfianza.

Para él/ella que engañó:

El que engañó siente grandes remordimientos y pesares, vergüenza, no

queriendo dar la cara ante su consorte engañado(a), antes sus familiares,

amigos y compañeros de trabajo, los cuales tienen valores espirituales,

morales, conservadores y tradicionalistas. Siente también que ha fallado

40
lastimosamente como esposo(a). También experimenta que no ha

valorado y respetado a la parte inocente, como ésta lo merecía.

Se da cuenta, asimismo, que no ha habido un autorrespeto hacia su

persona. La ansiedad, la depresión, y el intento de suicidio estarán

presentes. Como padre, o como madre, se recriminará por no haber sido

un buen ejemplo para sus hijos. Hay mucha desconfianza, pensando que

como engañó y traicionó a su cónyuge, éste o ésta también puede serle

infiel.

Para los hijos:

Aunque los hijos sean pequeños, éstos perciben que en el seno familiar las

cosas no están marchando bien. Los niños se percatan de la falta de amor

y consideración que se manifiestan sus progenitores.

Cuando los niños se dan cuenta de lo acontecido, aun siendo muy chicos,

perciben que los resultados futuros, entre sus padres, serán devastadores.

Cuando los hijos alcancen la adolescencia tacharán a sus padres de

deshonestos. Los padres, habiendo proporcionado un mal ejemplo,

correrán el peligro de que sus hijos también se involucren en relaciones

extramatrimoniales.

41
¿Qué debe hacer el que ha sido descubierto en un acto de inmoralidad?

Confesar, primeramente, su pecado a Dios, y después a su esposo(a).

Esto fue lo que exactamente hizo David, al quedar al descubierto su

pecado de adulterio.

Sal 32:5, “Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad. Dije: Confesaré

mis transgresiones a Jehová;…”

¿Cuál es el resultado de un pecado confesado?

El perdón divino. Sal 32:5 “…y tu perdonaste la maldad de mi pecado”

II Consejería para los jóvenes

B. El joven y el noviazgo

Introducción: Este tema es de suma importancia en la iglesia y en

nuestra sociedad actual. Los jóvenes sienten la imperiosa y apremiante

necesidad de ser instruidos acerca del noviazgo para creyentes en Cristo.

En la iglesia no se les ha enseñado suficiente y adecuadamente en cuanto

a este asunto. Las Escrituras dan el debido valor y relevancia al joven y a

su noviazgo. Hay principios bíblicos que deben ser tomados muy en

consideración al abordar el tema que nos ocupa. Un sinnúmero de jóvenes

y señoritas se preguntan: ¿y qué del noviazgo? ¿A qué edad puedo buscar

42
una novia o un novio? ¿Qué clase de novio o novia debo considerar?

¿Con quién empezaré a tener una cita? ¿A qué edad me casaré? ¿Con

quién me casaré?, etc., etc.

En relación al creyente y su noviazgo, debemos considerar cuatro

requisitos esenciales.

1. Debe ser un hijo(a) de Dios (II Co.6:14-18). 1 er requisito. En II Co.

6:14, Pablo hace un apasionante llamado a una vida de santidad, pureza y

separación. Inicia con la declaración: “No os unáis en yugo desigual con

los incrédulos…” ¿Qué es un yugo? Es una pieza de madera que se

coloca en la cabeza de los bueyes o mulas para unirlos (Diccionario

Larrousse).

Una pareja de bueyes o mulas, uncidos o unidos con el yugo, forma una

yunta, la cual sirve en las labores del campo.

Al hombre, que labra la tierra con una yunta, se le llama yuntero. Pablo no

estaba preocupado con la forma y tamaño de un yugo, sino

particularmente con un yugo desigual.

El yugo desigual es entre animales de distinta especie y tamaño. Para

hablar del yugo desigual, el apóstol recurre a dos pasajes del Antiguo

Testamento. Lv. 19:19, “Mis estatutos guardarás”. No harás ayuntar tu

43
ganado con animales de otra especie…” Dt. 22:10, “No ararás con buey

y con asno juntamente”.

El comentario exegético y explicativo de la Biblia, menciona lo siguiente

en referencia a este pasaje bíblico: “El buey y el asno, siendo de especies

distintas y de caracteres diferentes, no pueden asociarse

confortablemente, ni unirse de buena gana para arrastrar el arado o carro.

Siendo el asno más pequeño, y su paso más corto, tiene que haber un

tirón desigual e irregular. Además, el asno, que se alimenta de yuyos tosco

y venenoso, tiene un aliento hediondo, que el buey trata de evitar, no solo

por ser venenoso y ofensivo, sino por producir la delgadez. Si esto

continúa por largo tiempo, produce la muerte; y por lo tanto, se ve que el

buey siempre tiene su cabeza alejada del asno, y tira con un solo hombro”.

Con esto, como punto de partida, juzguemos, si es sabio y sensato que el

creyente se una en noviazgo, y luego en matrimonio con un incrédulo o

una incrédula. Así como el buey y el asno no pueden asociarse

cómodamente y unirse para arrastrar el arado, el creyente tampoco puede

unirse con el incrédulo para buscar a Dios con un mismo sentir. El caminar

hacia el mismo objetivo espiritual será desigual e irregular.

Infinidad de jóvenes y señoritas han recurrido a la estrategia de invitar a

sus respectivos novios incrédulos a la iglesia, con la esperanza de

44
ganarlos para Cristo. Muchos no quieren asistir, y si lo hacen es sólo para

ganarse al creyente. Se conocen casos de creyentes, de ambos sexos,

que se lamentan mil veces de haber unido su vida a una persona

incrédula, pero ya es demasiado tarde. El creyente, inicialmente, pensó

que ganaría para Cristo a su novio(a), pero en la mayoría de los casos, el

no creyente le ganó para el mundo. Dios no puede bendecir al

desobediente, a aquel que desacata sus mandamientos.

Ahondando más sobre esto, Pablo hace en II Co. 6:14-16, cinco preguntas

retóricas importantes. Primera pregunta:… ¿qué compañerismo tiene la

justicia con la injusticia? El creyente es un ser justo por lo hecho por Cristo

a favor de él/ella: Ha sido justificado por la fe (Rom 5:1). Pablo añade en I

Co. 6:11 “…ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis

sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro

Dios”.

El no creyente es considerado injusto e impío, porque no tiene ningún

deseo de buscar a Dios, y es como un polo opuesto.

Segunda pregunta: ¿…y qué comunión la luz con las tinieblas?

I Ts. 5:5, nos asegura que el cristiano es hijo de la luz y del día. El no

cristiano es de las tinieblas y de la noche, por eso, ama más las tinieblas

45
que la luz, sus obras también son malas, aborrece la luz porque ésta va a

reprender sus hechos. Consultar: (Jn. 3:19,20).

El hijo de Dios anda en la luz, como Él está en luz (I Juan 1:7). Satanás es

tinieblas, y quienes le siguen andan en tinieblas. Este mismo requisito

bíblico fue dado al pueblo de Israel (Dt. 7:1-3).

Dt. 7:3, “y no emparentarás con ellas, no darás a tu hija a su hijo, ni

tomarás a su hija para tu hijo”.

Dios prohibió cualquier unión matrimonial, política y religiosa de Israel con

las naciones paganas, para evitar que su pueblo se alejase de Él. Dios

también quiere protegernos para que no nos apartemos de Él, y

comprometamos nuestros valores espirituales. Este principio es aplicable,

de igual manera, al viudo y a la viuda que son creyentes (I Co. 7:39).

Tercera pregunta: V.15, ¿y qué concordia Cristo con Belial?

El término Belial es sinónimo de Satanás. Desde luego que entre Cristo y

Satanás no puede haber ningún acuerdo, conformidad, convenio y

amistad.

Cuarta pregunta: ¿O que parte el creyente con el incrédulo? V. 15. El

profeta Amos hace la siguiente interrogante: ¿Andarán dos juntos, si no

46
estuvieren de acuerdo? Am.3:3. Tanto en el Antiguo como en el Nuevo

Testamento, Dios prohíbe uniones mixtas.

Quinta pregunta: V.16 “¿y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los

ídolos?...”

En el templo de Dios, se le adora y glorifica en espíritu y en verdad. La

idolatría es satánica, tiene sus orígenes en lo diabólico y demoníaco, por

tal razón, no puede haber convivencia entre lo sagrado y lo satánico.

Aunado a esto, tenemos que recordar que nuestro cuerpo es el templo de

Dios (I Co. 3:16; 6:19).

2. Debe ser una elección de Dios

2º requisito

En el primer requisito se determinó que el novio y futuro cónyuge tiene que

ser creyente. No obstante, el que sea creyente, no necesariamente

significa que es el que Dios ha elegido para una determinada persona. Se

debe orar fervientemente para que el Señor, a su debido tiempo, nos

muestre la persona de su elección, con la cual pasaremos el resto de

nuestra vida terrenal. Algo que se tiene que mantener en mente, es lo

siguiente: Es mejor permanecer soltero, que casado con la persona

47
equivocada. Muchos y muchas han derramado lágrimas ardientes por

haberse casado con un creyente que Dios no había escogido para ellos o

ellas. El estar casado(a), fuera de la voluntad de Dios, aun con una pareja

cristiana, pudiera resultar fatal, llevando a ese matrimonio a la ruina.

Se recomienda orar por el futuro compañero(a) desde que se tiene

discernimiento y uso de razón.

Se debe orar por la confirmación de la voluntad de Dios, aun más allá de

haberse comprometido la pareja misma.

Decir, Señor, si no es la unión matrimonial que va de acuerdo a tu

elección, por favor, desásela, anúlala, por tu misericordia. No es fácil orar

de esa manera, pero es mejor un desengaño a tiempo, que una decepción

posterior.

En Ef. 5:17, Pablo nos insta a ser sensatos en cuanto a conocer la

voluntad del Señor. “Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de

cual sea la voluntad del Señor”.

En Heb. 10:7, el escritor sagrado menciona la total obediencia de Cristo a

la voluntad de Dios. “Entonces dije: He aquí que vengo, Oh Dios, para

hacer tu voluntad…”

48
A muchos creyentes nos cuesta someternos a la voluntad de Dios como lo

hizo Jesús, dando como resultado que nos privamos de las bendiciones

celestiales.

La voluntad de Dios en el noviazgo, y luego en el matrimonio, no es

caprichosa e impositiva, sino buena, agradable y perfecta. Rom. 12:2. El

apóstol Juan confiaba en la voluntad de Dios. I Jn. 5:14, “Y esta es la

confianza que tenemos en El, que si pedimos alguna cosa conforme a su

voluntad, él nos oye”. Roguemos conforme a la voluntad divina, que a la

postre, terminaremos diciendo, gracias, Señor mío, por haber dependido

de tu Santa voluntad.

er
3. Debe amar la obra de Dios. 3 requisito.

Mr. 12:30, “y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu

alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal

mandamiento”.

Las preguntas ineludibles son: ¿Es una señorita o joven que ama a Dios y

su obra? ¿Ama esta señorita o joven a Dios, al grado tal, que será para

mis futuros hijos una influencia cristiana positiva? Mi futura pareja,

¿instruirá en la disciplina, amonestación y en el temor de Dios a mis hijos?

49
Algunos jóvenes aseguran, no he formalizado ninguna relación, es

únicamente para pasar el rato. No debe ser una declaración hecha con

ligereza, y sin la debida meditación, pues para muchos el corto rato, ya se

les hizo eterno.

Refrán popular: “No se puede jugar con fuego, sin quemarse”. Se han

dado casos en los que señoritas o jóvenes, han roto su compromiso con su

pareja, porque ésta no tenía ningún interés en la obra de Dios.

Hombres y siervos de Dios han fracasado en su matrimonio, porque su

cónyuge no ha tomado las cosas de Dios con seriedad. Le sucedió a David

con Mical, hija de Saúl. Menospreció a David cuando éste danzaba delante

de Dios. II Sam. 6:16. Reprendió a David, diciendo que su adoración de

Dios no era sincera, sino un mero exhibicionismo (II Sam. 6:20).

Algunos teólogos aseguran que, a partir de ese incidente, hubo una

separación física. Véase: II Sam.6: 22, 23.

Asimismo, ministros del evangelio han visto su ministerio arruinado, porque

su consorte no era la ayuda idónea en la obra de Dios, y viceversa.

50
4. Debe tener la madurez de líder. 4º Requisito

La chica, sobretodo, tiene que pensar que su futuro esposo será el líder

del hogar, la cabeza, no únicamente en el aspecto administrativo, sino

también en el emocional, psicológico, moral y espiritual.

El será el guía y conductor en todas las áreas matrimoniales. El será el

que tomará las decisiones más determinantes y cruciales en la vida de la

pareja. Si emocional, intelectual, psicológica, y por encima de todo,

espiritualmente no está capacitado, no habiendo alcanzado la suficiente

madurez en la vida cristiana, el matrimonio está en grave peligro de irse a

la deriva y naufragar. Tanto el joven como la señorita deberían establecer

de antemano, las características y cualidades morales y espirituales que

desean ver en su futura pareja, y orar fervientemente.

Ilustración: Mi esposa, su oración, y un pretendiente.

En I Co. 2:6, Pablo hace referencia a la madurez espiritual que el creyente

debe exhibir, así como la sabiduría, no mundanal, sino celestial. (Busque y

léase ese pasaje).

51
En Heb. 5:13-14, el autor, de ese libro, contundentemente afirma que la

madurez en la vida del creyente se logra mediante el conocimiento sólido

de la Palabra de Dios, de tal modo que éste puede discernir entre el bien y

el mal. V.13, “Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la

palabra de justicia, porque es niño; v.14, pero el alimento sólido es para los

que han alcanzado madurez…”

En I Co 14:20, Pablo exhorta a los creyentes corintios a pensar con

verdadera cordura y sano juicio espiritual. “Hermanos, no seas niños en el

modo de pensar, sino sed niños en la malicia, pero maduros en el modo de

pensar”.

Cordura y sano juicio espiritual son cualidades indispensables en el

noviazgo y en el matrimonio, así como en cualquier otra área de la vida

cristiana.

c) El joven y la pornografía

Definición de pornografía: Descripción o representación de escenas de

actividad sexual (Google.com).

52
Es obvio que el propósito deliberado de la pornografía es provocar y avivar

en el observador, o lector, una excitación, incitación, estimulación y deseo

sexual.

Personas de mentalidad liberal han argumentado que libros, revistas y

escenas pornográficas no tendrán ninguna influencia en el espectador,

pero, en honor a la verdad, se ha comprobado todo lo contrario. La

pornografía incita a la lujuria, la lascivia, a todo tipo de deleites carnales y

sexuales, e incluso puede conducir a una persona a un sexo depravado y

sin restricciones. Está aun demostrado que la pornografía puede llevar a

actos de violencia y de violaciones, incrementándose el índice de éstos en

los últimos años, pues vivimos en un mundo cada vez más maligno y

permisivo.

Tan depravada está la generación, en la cual nos ha tocado vivir, que hoy

en día se promueve la pornografía infantil. Aun se ha admitido el uso de

animales para proyectar escenas pornográficas.

1. La pornografía en el cine (Pantalla grande)

La industria cinematográfica ha explotado la pornografía a niveles jamás

imaginables para nosotros décadas atrás. Un culto al erotismo y a la

sexualidad están presentes en el cine, con escenas de completa

53
desnudez. La moral y el pudor ya no existen, y las salas de los cines de

todo el mundo están atestadas con espectadores ávidos de escenas

eróticas. Películas pornográficas son las que tienen una alta demanda, las

cuales a su vez, tienen un alto contenido de un lenguaje indecente.

2. La pornografía en la televisión (Pantalla chica)

Nadie pudo haber pensado que la pornografía, con el correr del tiempo,

fuese llevada a los hogares mismos. Hoy en dia, hay canales

pornográficos, exponiendo a chicos, quienes no son supervisados por sus

padres, a contemplar escenas impúdicas, carentes de todo recato y pudor.

Las novelas, las cuales tienen una alta audiencia femenina, pero

últimamente también masculina, exhiben lo erótico y sensual como nunca

antes. Incluso programas de comicidad, los cuales antiguamente, se

distinguían por tener humor blanco, ahora tienen un lenguaje soez o

grosero, aunado a las escenas cuestionables antes ya referidas. Se

exhiben gestos, posturas, ademanes y vestimenta que resaltan en la

indecencia y el erotismo.

3. La pornografía en las revistas

54
Las revistas son otro medio accesible a los amantes de la pornografía. Los

puestos de revistas en la vía pública, así como en otros establecimientos:

farmacias, centros comerciales, y tiendas de abarrotes, son frecuentados

por jóvenes, adultos, señoritas, mujeres, y aun ancianos que buscan lo

pornográfico. Independientemente de la edad, la gente tiene avidez por ver

y leer esa clase de basura, alimentándose así de aquello que es perjudicial

para su alma. Las mujeres, hoy en día, están solicitando revistas con

idénticas imágenes y contenido que para el sexo masculino. Numerosas

mujeres, de nuestra actualidad, ven pornografía y hablan de sexo, al igual

que los hombres. Hay mujeres tan liberales, que han levantado la voz, y

aun, han escrito que la industria de la pornografía solo satisface las

necesidades de los hombres. Así que piensan que son discriminadas.

4. La pornografía en los periódicos

Aun menores de edad tienen acceso a material pornográfico en los

periódicos, diarios matutinos y vespertinos. Hay puestos de periódicos muy

cercanos a lugares residenciales, centros educativos y mercados. Todo

esto afecta considerablemente a los menores de edad, pues, son

expuestos a la pornografía. Se ha informado que México es el principal

productor de pornografía infantil.

55
5. La pornografía en el Internet

La pornografía es de más fácil y rápido acceso en el Internet. Con el

Internet disponible en computadores, tabletas, y celulares, sólo se está a

un “clic” para ser expuestos al consumo de la pornografía. La cantidad y

frecuencia con que se accede a sitios de pornografía ha rebasado los

limites. Niños de edad pre-escolar están siendo afectados en su formación

y educación sexual. Es alarmante, pues, el bombardeo al cual están

siendo expuestos los pequeños, de hoy día.

¿Qué tiene que decir la Biblia en cuanto a la pornografía? ¿Condena la

Biblia la pornografía? Desde luego que las Escrituras están en contra de la

pornografía, y la condenan.

Consideremos los siguientes pasajes:

Rom 8:7, “Por cuanto la mente carnal es enemistad contra Dios…” Rom

8:8, “y los que vivan según la carne no pueden agradar a Dios”.

Rom 13:14, “Sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los

deseos de la carne”.

Galatas 5:16, “Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos

de la carne”.

56
Galatas 5:24, “Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus

pasiones y deseos”.

I P. 2:11, “Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os

abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma”

II Tim 2:22, “Huye también de las pasiones juveniles…”

Si las Escrituras nos aconsejan sabiamente, y buscan nuestro bienestar

espiritual, hacemos bien en estar atentos a ellas y obedecerlas.

Esto es lo que precisamente tiene que decirnos el apóstol Pedro.

“Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien

en estar atentos como una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta

que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en nuestros

corazones” II P.1:19.

D. El joven y la masturbación.

Definición de masturbación: Acción que consiste en estimular los órganos

sexuales de una persona o los propios con las manos, mediante caricias, o

por otro medio, para proporcionar u obtener placer. (Diccionario general de

la lengua).

57
La masturbación es el acto de tocar tus propios genitales para una

estimulación sexual (https: www.plannedparenthood.org).

La masturbación se practica tanto en el sexo masculino como en el

femenino. Se estima que el 90% de los varones se masturban. Entre las

mujeres, de un 40 a un 60%, recurren a la masturbación. ¿A qué edad,

tanto uno como otro sexo, empieza con la masturbación? Se dice que

entre los varones comienza después de los quince años, aunque a decir

verdad, pudiera ser antes. Lo mismo pudiera acontecer entre las mujeres,

si consideramos que en nuestros días, jóvenes y señoritas están más

expuestos y mal informados en cuanto al sexo. En lo que concierne a la

masturbación, hay opiniones encontradas. Hay quienes la recomiendan,

porque según ellos, ésta libera a la persona del estrés, le trae una

relajación sana, le ayuda a aliviar los males menstruales, que los varones

son menos propensos a desarrollar cáncer de próstata, que puede

solucionar el insomnio. Otros están en contra de la masturbación por

considerar que trae consigo adversos resultados físicos. Algunos han

dicho que, especialmente, la masturbación compulsiva puede ocasionar

serias secuelas físicas, y aun mentales, llevando a recluir a personas en

instituciones para enfermos mentales.

58
Incluso hasta los creyentes evangélicos están divididos en este asunto. De

acuerdo a lo escrito por el hermano Robertson McQuilkin, en su libro “An

Introduction to Biblical Ethics”, los cristianos tienen cuatro puntos de vista

en cuanto al masturbación:

1. La masturbación es una dádiva de Dios.

2. Probablemente está bien si no es acompañada de fantasías

lujuriosas, si no es compulsiva, si no se practica en grupo, y si

ésta no produce culpa.

3. Probablemente es incorrecta porque es contra naturaleza, y

puede violar la ley bíblica de pureza.

4. Ciertamente la masturbación es incorrecta.

Pero, ¿Qué tiene que decir la Biblia en cuanto a la masturbación? La Biblia

se mantiene en silencio en cuanto a este tema, no lo aborda de manera

directa. Pero aunque la Biblia no la trate directamente, esto no quiere

decir, de ninguna manera, que la masturbación sea correcta.

¿Por qué la Biblia no habla de forma directa en cuanto a este asunto? El

mismo hermano Robertson McQuilkin comenta al respecto: “La Biblia no

habla de este asunto de manera particular, porque los jóvenes y las

señoritas se casaban más temprano en la vida, y alcanzaban así la

59
madurez sexual.” El mismo autor continúa diciendo: “En tiempos bíblicos el

matrimonio se efectuaba de los doce años en adelante…de esa manera,

en la antigua sociedad judía la tentación a masturbarse se reducía

considerablemente. De una cosa, si podemos estar seguros, la Biblia no

está a favor del autoerotismo, y la auto estimulación.

Tenemos que reconocer que la masturbación tiene su origen en deseos

sexuales, en fantasías sexuales, en una imaginación lujuriosa, cosas a las

cuales, las Sagradas Escrituras no te dan respaldo y aprobación.

1 Co 7:4, es muy categórico, es aplicable para los que practican tanto la

masturbación femenina como masculina.

“La mujer no tiene potestad sobre su propio cuerpo, sino el marido, ni

tampoco tiene el marido potestad sobre su propio cuerpo, sino la mujer”.

Algunos pudieran argumentar que Pablo habla directamente, en este

versículo, a matrimonios. No obstante, la Biblia habla de la pureza y

castidad personales.

I Tim 5:22 “…Consérvate puro”.

Tito 1:15,16 “Todas las cosas son puras para los puros, mas para los

corrompidos e incrédulos nada les es puro; pues hasta su mente y su

conciencia están corrompidas” V.16, “Profesan conocer a Dios, pero con

los hechos lo niegan…”

60
Col 3:5, “Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza,

pasiones desordenadas, malos deseos…”

Fil 4:8, “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo

honesto, todo lo justo, todo lo puro…en esto pensad”.

Dios puede darle al creyente la suficiente autodisciplina para salir avante y

victorioso, si tiene problemas relacionados con la masturbación.

La oración es un recurso muy importante para vencer esta tentación de la

carne, y el cristiano debería entregarse a ella, suplicando al Señor que lo

mantenga puro(a) hasta que él y ella encuentren a la pareja que Dios les

tiene ya reservada.

Uno debe creer que el Señor contestará cualquier petición franca y sincera

que hagamos; indudablemente esa es su promesa.

“Y todo lo que pidieres en oración, creyendo, lo recibiréis” Mt 21:22.

61
III Consejería para los padres

A. Los deberes de los padres (Ef 6:4; Col 3:21).

1. No provocar a sus hijos

a) A la ira (Ef 6:4).

El apóstol Pablo instruyó a los creyentes de Éfeso, haciéndoles ver y

entender cuáles eran sus deberes y responsabilidades no solo en la

iglesia, sino también en el hogar. Previamente habló a la esposa y al

esposo de cómo debe ser la vida matrimonial de creyentes llenos del

Espíritu Santo (Ef 5:18-33). A continuación en Ef 6:1-3, el apóstol se dirigió

a los hijos, mostrándoles cuáles son sus deberes para con sus padres, y

su comportamiento en un ambiente hogareño. En Ef 6:4, el turno

corresponde a los padres, de cómo debe ser la vida doméstica de padres

que están bajo la llenura, el dominio y control del Espíritu Santo. Padres,

que viven bajo la dirección del Espíritu Santo, no debe provocar a ira a sus

hijos. ¿Qué significa provocar a ira a los hijos? Los padres pueden actuar

con demandas muy irrazonables y caprichosas. Cuando hay peticiones,

62
que están fuera de toda lógica y juicio razonables, éstas pueden conducir a

un chico a la ira, y posteriormente a la rebeldía. La severidad y la

intransigencia pueden resultar, a largo plazo, muy malas consejeras. El

abuso de autoridad, regañando a los hijos de una manera áspera y tosca,

no conduce a un buen entendimiento entre padres e hijos. El usar un

lenguaje agresivo e inapropiado puede, de igual manera, enojar e irritar a

los hijos. En ocasiones se implementan reglas rígidas que, aparte de la ira,

pueden causar irritación y resentimientos. No se debe, así también,

ridiculizar las acciones y opiniones de los hijos, cuando éstos pudieran

tener razón en lo que lo hacen o dicen.

En la crianza de los hijos, se debe pedir de la sabiduría divina, para no ir

de la intolerancia a una actitud permisiva y solapante, pues todo

extremismo es malo. Es necesario actuar con firmeza, pero a la vez con

amor. Es imprescindible, en la crianza de los hijos, no actuar con

favoritismo hacia uno o más de ellos, pues, tampoco es recomendable, y

puede ser causante de enojo e ira. Todo padre debe buscar la ayuda

divina en la formación de sus hijos.

b) Al desaliento (Col 3:21)

63
Col 3:21, “Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se

desalienten”.

¡Qué consejo tan más sabio y práctico, de parte del apóstol Pablo!

Exasperar es un verbo transitivo, y de acuerdo al diccionario, significa

provocar gran irritación o enfado. Sentir gran irritación, crisparse,

exacerbarse, irritarse. (Diccionario General de la lengua).

Este verbo exasperar, viene del griego “erethizo”, y lleva la idea de

“amargar, resentir, o provocar”

La excesiva corrección y las amenazas pueden provocar en los hijos una

gran irritación, y por ende desaliento. La critica, el favoritismo, la

incomprensión, la severidad, la intolerancia y los comentarios sarcásticos,

pueden conducir a un chico al desánimo. Aun cuando Pablo, al usar la

palabra “padres”, se refiere a la madre también, ésta es más

condescendiente con sus hijos, tiene un espíritu más benevolente. Por

esta razón, el padre debería manifestar menos severidad en su trato con

sus hijos, y ser más benévolo, de manera que estos últimos, en lugar de

sentir desaliento, puedan experimentar aliento por las palabras de ánimo y

trato cordial de sus padres.

64
2. Corregir a sus hijos

a) En la disciplina del Señor (Ef 6:4 b)

“…sino criadlos en disciplina…”

No es disciplina humana, la cual, en un momento determinado, puede

carecer de sabiduría, sino disciplina divina. Aplicar este tipo de disciplina

resultará muy útil y provechoso para el hijo como para el padre. El autor de

Hebreos así lo confirma. “Es verdad que ninguna disciplina al presente

parece ser causa de gozo, sino de tristeza: pero después da fruto apacible

de justicia a los que en ella han sido ejercitados” Heb 12:11. El hijo debe

comprender que se le disciplina porque se le ama tiernamente.

Heb 12:5,6, “…Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor…porque

el Señor al que ama, disciplina…” Tanto el padre como el hijo no deben

tener en poco la disciplina, pues ésta es indispensable en la corrección de

los chicos. Pr 15:32. “El que tiene en poco la disciplina menosprecia su

alma…” El hijo al no admitir y aceptar la disciplina paternal, menosprecia

su alma. El padre, al no aplicar la disciplina celestial, menosprecia el alma

de sus hijos. Los padres que no ejercen disciplina, hacen que sus hijos

desciendan al nivel de ilegítimos, pues así lo expresa el autor inspirado.

65
Heb 12:8, “Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido

participantes, entonces sois bastardos y no hijos”

La disciplina conlleva en si orientación y educación del Señor.

b) En la amonestación del Señor (Ef 6:4 c)

La palabra amonestación, aparte de implicar una advertencia severa,

también incluye, en si, instrucción, dirección, corrección y nutrición. De

manera tal, que el padre tiene el deber de amonestar a sus hijos en las

cosas del Señor, para que éstos tengan un caminar santo y recto en la

senda de Dios; y se conduzcan, al llegar a su adolescencia y juventud, con

sabiduría. Pr. 15:31, “El oído que escucha las amonestaciones de la vida,

Entre los sabios morará”.

El padre no amonesta para avergonzar, sino para instruir y dar dirección

en la vida. Eso lo hizo saber Pablo a los corintios. 1 Co 4:14, “No escribo

esto para avergonzaros, sino para amonestaros como a hijos míos

amados”. En lo referente a la corrección, las Sagradas Escrituras

recomiendan, “Corrige a tu hijo, y te dará descanso, y dará alegría a tu

alma” Pr 29:17.

66
3. Instruir a sus hijos (Ef 6:4)

La instrucción, en las cosas de Dios, reviste una enorme importancia. Los

hijos tienen que ser instruidos en los caminos del Señor en una edad

temprana.

Pr 22:6, “Instruye al niño en su camino…” El versículo no dice, instruye al

joven, porque ya para entonces pudiera ser demasiado tarde. “En su

camino”, de ninguna manera significa en el camino que el muchacho

quiere elegir, o el que le parece mejor, sino en el camino de Dios. El

proverbista nos garantiza lo siguiente: “…y aun cuando fuere viejo no se

apartará de el”.

Timoteo, de acuerdo a lo anunciado por Pablo, fue instruido a muy corta

edad. II Tim 3:15 “y que desde la niñez ha sabido las Sagradas

Escrituras…” A falta de un padre creyente, pues el padre de Timoteo, el

cual era gentil, se cree no había depositado su fe en Cristo, su madre lo

instruyó bíblicamente. Veáse: Hch 16:1; II Tim 1:5.

67
La madre de Timoteo entendía claramente cuales eran sus deberes para

con su hijo. Moisés le recordó a los padres judíos sus deberes, que

consistían en enseñar a sus hijos los mandamientos, estatutos y decretos

de Jehová, así como amar al Señor con todo su ser (Dt 6:1,4, 5). En Dt

6:6,7 especifica y puntualmente les declaró: “y estas palabras que yo te

mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás

de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte y

cuando te levantes”.

B. Las responsabilidades los padres (Lc 11:11-13, II Co 14:14).

1. Ser un padre dadivoso (Lc 11:11-13)

Lc 11:13. “Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a

vuestros hijos…” Jesús, mediante una parábola, enseñó que incluso un

padre, con todo y poseer una naturaleza pecaminosa y caída, puede ser

generoso, dadivoso y amoroso para con su hijo. El padre terrenal tiene

como modelo perfecto al padre celestial, el cual es muchísimo más

dadivoso que cualquier ser humano, pues nos ha concedido la más grande

68
dadiva de todas, a su Hijo, la segunda persona de la Trinidad, y a su

Espíritu Santo, la tercera persona de la Divinidad. II Co 9:15, Lc 11:13.

Isaías exalta la generosidad humana, “Pero el generoso pensara

generosidades, y por generosidades será exaltado. Isa 32:8.

Desafortunadamente, un sinnúmero de hijos recuerdan a sus padres por

su tacañez y mezquindad.

No se requiere poseer enormes riquezas para se un padre dadivoso,

porque muchos padres, independientemente de sus riquezas o pobreza,

dan con liberalidad, o retienen debido a su tacañería y avaricia.

Esto, de ninguna manera significa que a un hijo se debe dar todo lo que

pide, pues, hay cosas que no convienen, ni le van a redituar algún

beneficio. Aun el padre celestial tiene que darnos como respuesta un no,

porque aquello va en detrimento de nuestro bienestar espiritual. He aquí

una promesa para el padre dadivoso: “El alma generosa será prosperada;

y el que saciare, él también será saciado”. Pr 11:25.

2. Ser un padre sustentador (II Co 12:14).

69
“….porque no busco lo nuestro, sino a vosotros, pues no deben

atesorar los hijos para los padres, sino los padres para los hijos” II

Co 12:14.

Así como Pablo buscó el bienestar espiritual de los corintios, y les sustentó

de esa manera, como un verdadero padre en la fe, también todo padre

biológico debe sostener a sus hijos, proporcionándoles techo, comida,

abrigo, educación y otras cosas necesarias para el diario vivir. Hay padres

que, incluso teniendo un suelo escaso, sacrificialmente han suplido cada

necesidad de sus hijos. Por el contrario, hay padres irresponsables que,

aun teniendo los suficientes recursos económicos, han abandonado a sus

hijos, dejando toda la carga de la familia a la esposa. Tal proceder es

indigno, censurable y reprochable. El padre, que es creyente, tiene un

digno ejemplo a seguir, el del padre celestial quien alimenta a toda su

creación (Veáse: Mt 6:25-30).

Hay hijos que viven angustiados y preocupados porque su progenitor los

abandonó, sin tener compasión alguna, y desde pequeños dejan la

escuela para trabajar y ayudar a traer el alimento a casa. Todo padre

terrenal debería hacer suyas las palabras de Jesús, y transmitirlas a sus

hijos. “No os afanéis, pues diciendo: Qué comeremos o qué beberemos, o

70
qué vestiremos”. Plantar en la mente de sus chicos ese pasaje, y agregar,

Dios ha prometido suplir mis necesidades, y con su gran ayuda, yo supliré

las de ustedes (Ver: Mt 6:31-32).

IV. Consejería para el marido.

A. Los deberes del marido (Ef 5:25-33, I P 3:7).

1. Amar a su mujer (Ef 5:25-33).

Efesios 5:25, “Maridos, amad a vuestras mujeres,…”

a) Amor semejante al de Cristo por su Iglesia (Ef 5:25-27).

..así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella (Ef

5:25).

El amor del marido para con su esposa debe ser semejante, o igual, al del

Señor Jesucristo por su iglesia. Nuestra mente finita no tiene la suficiente

capacidad, discernimiento y comprensión para entender y asimilar la

71
altura, anchura y profundidad del infinito amor de Cristo por su escogida, la

Iglesia.

El amor que debemos manifestar y expresar, en todo momento, por

nuestra esposa tiene que ser incondicional, sacrificial, exento de todo

egoísmo, dispuesto incluso a dar nuestra propia vida por ella, si la ocasión

así lo requiere.

El ejemplo supremo y máximo de gustosa y alegremente dar su vida por el

bienestar espiritual y eterno de la iglesia, es el de Jesús. Heb 12:2,

“puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el

gozo puesto delante de el sufrió la cruz, menospreciando el oprobio…” El

amor por el ser deseado es sufrido, y no importa el alto precio a pagar.

Jesús pagó un alto e incalculable precio por su inefable amor por su

iglesia. ¡Qué matrimonios tan diferentes veríamos y tendríamos, si en este

tiempo actual, el marido tuviere un amor semejante al de Cristo por su

desposada!

72
Uno de los ángeles, reconociendo el amor de Cristo por su iglesia, mostró

jubilosamente a Juan el teólogo, la esposa del Cordero. “…Ven acá, yo te

mostrare la desposada, la esposa del Cordero” Ap 21:9.

Ojalá, otros puedan, de igual manera, dar testimonio por doquier del amor

nuestro por nuestra esposa.

b) Amor semejante al de él por su cuerpo (Ef 5:28-31)

Efesios 5:28, “Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a

sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama”.

El marido, de acuerdo, a lo expresado en el pasaje antes citado, debe

amar a su esposa como a su mismo cuerpo. ¿Qué tanto amamos nuestro

cuerpo? ¿Seríamos capaces y osados en golpear nuestro cuerpo? ¿De

darle de bofetadas y puñetazos a nuestro cuerpo, de pisotearlo, de

enterrarnos una daga punzante? Estas preguntas retóricas, tienen como

respuesta un rotundo No.

Si el marido considera una locura y desatino hacerle todas estas cosas a

su cuerpo, por qué entonces golpea y maltrata físicamente a su esposa,

73
por qué muchas mujeres llevan en su cuerpo las marcas y evidencias de

brutales y criminales golpizas. Contrario a todo esto, el marido cuida y da

una esmerada atención a su cuerpo, se preocupa en gran manera por el

arreglo personal de su cuerpo, y quiere que éste luzca bien presentable,

en todo momento.

“…El que ama a su mujer, así mismo se ama (Ef 5:28).

¿Será cierto que el que ama a su mujer, a sí mismo se ama? Desde luego

que sí. Si no ama a su esposa, se está destruyendo a sí mismo, está

atentando contra su felicidad y bienestar personales. Está destruyendo su

hogar, la vida de su familia e hijos. Ef 5:29 “Porque nadie aborreció jamás

a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la

iglesia”.

Pablo recurre, al continuar hablando al hombre, del cuerpo de este mismo.

Nadie jamás aborrece, detesta su propia carne o cuerpo, por el contrario,

lo sustenta, protege, cuida y ampara. Así como Cristo sustenta, protege,

ampara a la Iglesia, su cuerpo espiritual, de igual manera, el marido debe

hacer lo mismo con su esposa.

74
Ef 5:31, “Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a

su mujer y los dos serán una sola carne”. Tenemos que prestar mucha

atención a la última parte de Ef 5:31, “…y los dos serán una sola carne”.

Pablo hace referencia a Génesis 2:24, cuando el creador unió a la primera

pareja en matrimonio. He aquí ese pasaje: “Por tanto, dejará el hombre a

su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne”.

Al decir una sola carne, implica que son una sola persona, un mismo

cuerpo.

Si el marido y la mujer, en el acto matrimonial, se convierten en una sola

persona, en un solo cuerpo, éste debe amar a su esposa como a sí mismo,

como a su propio cuerpo, de no ser así, se estaría aborreciendo

incomprensiblemente a él mismo.

c) Semejante al de él por su persona (Ef 5:33).

Ef 5:33, “por lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer

como a sí mismo,…”

¿Por qué el apóstol le pide insistentemente al hombre que ame a su mujer,

y a ella no le menciona nada de su amor hacia él? ¿Por qué Pablo dedicó

75
tanto espacio y tinta para hacer énfasis en que el hombre ame a su mujer,

y a ella no le dedica ningún versículo, instándole a amar a su marido?

Porque el amor de la mujer hacia su marido surge más natural y

espontáneamente. Las mujeres, por naturaleza, son más cariñosas y

afectuosas que los hombres.

La mujer es más dada a prodigar a su marido caricias, mimos y otras

manifestaciones de afecto. Al hombre le cuesta más externarlo.

El amor del marido a su mujer tiene que manifestarse no solo físicamente,

también verbal, emocional y románticamente. El libro de Cantar de los

Cantares nos habla de la expresión del amor matrimonial en todos los

aspectos. Bien haría la pareja en leerlo juntos para saturarse de ese tipo

de amor.

2. Honrar a su mujer (I P 3:7).

I P 3:7, “Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando

honor a la mujer como a vaso mas frágil,…”

76
a) Porque ella es un vaso frágil (v.7)

La primera razón bíblica para que el marido honre a su mujer se debe a

que ella es el vaso más frágil en la relación matrimonial. La mujer es el

sexo débil, pero entiéndase que esto es en el sentido físico. Jamás será

comparable la fortaleza y fuerza física de una mujer con la de un hombre.

En lo que respecta a su carácter, hay hombres que son más débiles

mental y emocionalmente que sus esposas. Hay mujeres que son más

espirituales, inteligentes, sabias, e intelectualmente más competentes que

muchos hombres. Por razón de ser la mujer un vaso frágil, su cónyuge

debe protegerla y defenderla físicamente, no permitiendo que nadie atente

contra su integridad corporal. El marido no debe exigir a su esposa que

trabaje para traer el sustento al hogar. Si hay un mutuo acuerdo, y esto es

considerando en oración, para ayudar a la economía familiar, la situación

cambia. No obstante, se debe tener presente que las Escrituras consideran

a la esposa como el vaso más frágil. Rom 15:1, “Así que, los que somos

fuertes debemos soportar las flaquezas de los débiles, y no agradarnos a

nosotros mismos”. Esta recomendación apostólica no es únicamente

aplicable a lo espiritual, también, ciertamente lo es en lo físico. Consejo:

Trata a tu esposa con la debida delicadeza.

77
b) Porque ella es una coheredera eterna (V.7).

I P 3:7, “…y como a coherederas de la gracia de la vida…”

La segunda razón bíblica para que el marido honre a su mujer, se debe a

que ella es coheredera de la vida eterna. La mujer goza de la misma gracia

de Dios, y de la vida eterna que Él ha prometido al sexo masculino. Ante

los ojos de Dios, tienen el mismísimo privilegio. El que el hombre sea

cabeza del hogar, no significa que sea superior a la mujer. Un pasaje

importantísimo y revelador es I Cor 11:3. “Pero quiero que sepáis que

Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y

Dios la cabeza de Cristo”.

Si Dios el Padre es cabeza de Dios el Hijo, ¿significa que la primera

persona de la Trinidad es superior a la segunda persona? No. Solamente

se trata de un orden administrativo. De similar manera, en el matrimonio,

para evitar el caos, tiene que haber un orden administrativo, y por eso, el

Señor le ha concedido al hombre ser cabeza en el hogar.

78
Cuando el hombre no honra a su esposa como Dios le manda, se empieza

a abrir una enorme grieta en el matrimonio. Pablo, al escribir a los

tesalonicenses, les manifiesta lo siguiente, en cuanto a la voluntad de

Dios: “que cada uno de vosotros sepa tener su propia esposa en santidad

y honor;” I Ts 4:4. Si Dios no ha hecho ninguna distinción y favoritismo en

el matrimonio, incluyendo a la mujer como coheredera de la vida eterna,

por qué habría de hacerla el hombre.

3. Cumplir con su mujer: Obligación conyugal (I Co 7:1-5).

I Co. 7:3, “El marido cumpla con la mujer el deber conyugal, asimismo la

mujer con el marido”.

Los Corintios habían escrito al apóstol Pablo para consultarle sobre

asuntos relacionados con la vida marital. I Co 7:1, “En cuanto a las cosas

de que me escribisteis…” En la ciudad de Corinto no únicamente había

problemas de carnalidad que se manifestaban en celos, contiendas,

disensiones, incesto, etc, etc.; muy probablemente también en las

relaciones maritales. Lo que era cierto y evidente en cuanto a la vida

sexual en el siglo I de nuestra era, lo es en este siglo XXI. La sociedad en

Corinto, un lugar sumamente pecaminoso, se entregaba al sexo ilícito y a

79
la fornicación, por eso, el apóstol recomendaba, “pero a causa de las

fornicaciones, cada uno tenga su propia mujer, y cada una su propio

marido. I Co 7:2. El sexo tiene su uso correcto sólo dentro del matrimonio,

sin embargo, si no se tiene un concepto apropiado del sexo y del cuerpo,

llegando a pensar que la abstención parcial o total de toda actitud sexual,

hace al creyente más espiritual, se corren muy graves y lamentables

peligros, que exponen al matrimonio al fracaso y ruina inevitable. Debido a

esto, Pablo aconsejó a las parejas, en Corinto, a cumplir fielmente con la

obligación conyugal (I Co 7:3).

El escritor inspirado parte de la premisa de que el cuerpo de la mujer

pertenece legítimamente a su marido, y viceversa. El lo afirma asi: “La

mujer no tiene potestad sobre su propio cuerpo, sino el marido; ni tampoco

tiene el marido potestad sobre su propio cuerpo, sino la mujer (I Co 7:4).

Una vez establecido y aclarado este asunto, no debe haber ninguna

negación de algún miembro de la pareja para la suspensión del acto

sexual. I Co 7:5, “No os neguéis el uno al otro…” Es increíble escuchar

razones tan triviales, y de poco peso en una pareja para el abandono de

las relaciones sexuales.

80
La única razón valedera para suspender toda intimidad sexual, es el mutuo

consentimiento de los cónyuges, y esto por un corto tiempo, con el fin de

entregarse a un asunto específico, la oración. “No os neguéis el uno al

otro, a no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos

sosegadamente en la oración…” I Co 7:5. Al término de este mutuo

acuerdo, Pablo insiste en que la pareja debe reanudar su vida sexual, por

dos razones: Satanás estará al acecho para tentarles, y tendrán una lucha

constante por su incontinencia, o falta de control sexual.

“…y volved a juntaros en uno, para que no os tiente Satanás a causa de

vuestra incontinencia” I Co 7:5.

Aquí es donde radica el verdadero peligro, pues, Satanás y la

incontinencia pueden llevar al varón y a la mujer a la inmoralidad sexual (I

Co 7:2). La recomendación bíblica es muy pertinente: La pareja no debe

privarse de la vida sexual normal y sana, y consentirse el uno al otro.

B. Las oraciones del marido (I P 3:7).

I P 3:7, “Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente…para

que vuestras oraciones no tengan estorbo”.

81
1. Oraciones sin impedimento alguno (V.7)

Pedro se dirige a los maridos en modo imperativo, al decirles que sus

oraciones no tendrán ningún impedimento, siempre y cuando ellos sepan

obedecer el mandato de vivir sabia e inteligentemente con sus esposas,

las traten con la debida consideración y honor.

Si el marido siente que en sus oraciones ha habido algún obstáculo,

debería preguntarse: ¿Por qué mis oraciones no pasan del techo? ¿Por

qué mis oraciones, después de tanto tiempo, no han recibido respuesta

alguna? Debe hacer una autoevaluación de la manera en que está

viviendo con su esposa. Debe cerciorarse si hay paz y armonía en su

hogar. Tiene que sentarse con su consorte, y hablar seria y detenidamente

en cuanto a su relación. El pecado nos aleja de Dios, y es el verdadero

causante de que nuestras oraciones tengan barreras impasables. Isaías

así se lo hizo saber a sus conciudadanos. “He aquí que no se ha

acortando la mano de Jehová para salvar, ni se ha agravado su oído para

oír; pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro

82
Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no

oír” Isaías 59:1,2.

2. Oraciones sin estorbo alguno (V.7).

El pecado puede establecer un abismo de separación entre Dios y el

hombre, razón más que obvia para evitarlo y llevar una vida santa y

agradable delante de Dios, haciendo en el matrimonio aquello que es recto

ante sus santos ojos. En tiempos del profeta Isaías, Dios tenía una seria

acusación contra el pueblo de Judá, el cual solía cumplir con un

formalismo y ceremonialismo carentes de espiritualidad y realidad interna.

El señor, por medio de su portavoz, les dijo: “No me traigás más vana

ofrenda; el incienso me es abominación;…son iniquidad vuestras fiestas

solemnes…cuando multipliquéis la oración, yo no oiré…Isaías 1:13,15.

No importa cuan largas sean las oraciones de aquel cuya relación con su

pareja deja mucho que desear, pues éstas no serán atendidas por el

Omnipotente. Véase: Pr.28:9.

83
Cuan diferente cuando se camina en rectitud e integridad, pues así lo

declara Pedro. “Porque los ojos del Señor están sobre los justos, y sus

oídos atentos a sus oraciones;…” I P 3:12. Considere: Sal 34:15.

C. El comportamiento del marido (Col 3:19; I P 3:7).

1. Comportamiento sin aspereza (Col 3:19).

Col. 3:19, “Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con

ellas”.

Un sin número de maridos exhibe una gran aspereza en su trato con sus

esposas, sea ésta de forma física, verbal o emocional. En el mundo

grecorromano de aquel entonces, la mujer no tenía derechos. En la

actualidad, en diferentes culturas del orbe, la situación lastimosamente

sigue siendo la misma. El cristianismo es el único que ha dado a la mujer

su verdadero valor, y la ha colocado en el sitio que le corresponde,

dignificando su persona. La mujer es digna de toda honra, reconocimiento

y derechos, pues, éstos le fueron conferidos por el Creador desde la

creación misma de ésta. La mujer es un ser igualmente moral que el

hombre mismo (Gn 1:26; 5:1,2). Reconociendo que también la mujer fue

84
hecha a imagen y semejanza de su hacedor, quién es el varón para tratar

tan áspera e indignamente a aquella que se le ha asignado como su

compañera de toda la vida.

En lugar de tratarla con rudeza, se incentiva al marido a vivir jubilosamente

con su mujer. Pr 5:18, “Sea bendito tu manantial, y alégrate con la mujer

de tu juventud,”. Asimismo, el predicador, hijo de David, reconoce la valía

de la mujer, al aconsejar, “Goza de la vida con la mujer que amas…” Ecl

9:9.

La vida terrenal no es para pleitear y contender con rudeza con la

compañera que Dios ha concedido al varón, más aún si es una mujer

temerosa de Dios, y apartada del mal. Las Escrituras dicen que una

esposa de esas características espirituales y morales es digna de

alabanza.

“…La mujer que teme a Jehová, ésa será alabada. Dadle del fruto de sus

manos, y alábenla en las puertas sus hechos. Pr 31:30,31.

Pasaje recomendable para el marido: Pr 12:18, “Hay hombres cuyas

palabras son como golpes de espada; Mas la lengua de los sabios es

85
medicina” A continuación, hablaremos de la sabiduría que debe tener todo

marido.

2. Comportamiento con sabiduría

I P 3:7, “Vosotros maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente…”

En vez de recurrir a la aspereza en las relaciones maritales, se debe

apelar a la sabiduría. Pedro recomienda convivir con ellas sabiamente. No

obstante, no es cualquier tipo de sabiduría terrenal, sino celestial.

Santiago es del mismo pensar que Pedro, pues, nos menciona la misma

sabiduría. He aquí la aseveración del apóstol, hno. de nuestro Señor:

“¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena

conducta sus obras en sabia mansedumbre” Stg 3:13. Santiago inicia, al

hablar de la sabiduría, con una pregunta acertada, ¿Quién es sabio entre

vosotros? La manera evidente de mostrar sabiduría en la vida, y en el

tema que nos ocupa, comportamiento con sabiduría de parte del marido,

es mostrando una conducta ejemplar, corroborando con hechos una sabia

mansedumbre.

La mansedumbre debe acompañar a la sabiduría para que el matrimonio

funcione. Lo contrario a la Sabiduría que no viene de arriba, son los celos,

86
que se manifiestan en muchas esferas de la vida, y ciertamente en la

relación conyugal hacen su aparición indeseada. El apóstol lo declara así:

“Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os

jactéis, ni mintáis contra la verdad” Stg 3:14.

Los celos irrefrenables, en el marido, son muy malos consejeros. Celar a la

esposa, por lo más mínimo e infantil, es actuar insensatamente, es generar

recelos y desconfianza, lo cual no es saludable en la relación de pareja. A

continuación, Santiago describe esta aberrante sabiduría: “porque esta

sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica”

Stg 3:15.

Esta sabiduría es opuesta a la sabiduría divina. Es animal porque es

irracional e irrazonable, no admitiendo consejo alguno, ni entendiendo

ninguna razón lógica. Es diabólica por ser satánicamente inspirada y

dirigida.

Santiago menciona lo que sucede donde los celos predominan, “Porque

donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa”

Stg 3:16.

87
Los celos no generan sabiduría, sino perturbación y perversidad.

Finalmente, el apóstol nos da una excelente definición de la sabiduría

celestial. Stg 3:17, “Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente

pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de

buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía”.

Si echásemos mano de esta sabiduría, ¡qué matrimonios tan diferentes y

bendecidos tendríamos en nuestro universo actual!

Alguno podrá decir, no tengo esta clase de sabiduría, y no sé cómo

obtenerla. El mismo Santiago nos dice cómo conseguirla. Stg 1:5, “y si

alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a

todos abundantemente y sin reproches, y le será dada”.

La fuente de la verdadera sabiduría proviene de Dios, y a Él debemos

acudir para lograrla. Aunque en el contexto, la sabiduría prometida es para

enfrentarse a las pruebas. Veáse: Stg 1: 2,3, en honor a la verdad, en el

matrimonio se confrontan diversas pruebas, y es cuando se requiere de

esa bendita sabiduría. El autor menciona un requisito para apropiarse de

esa sabiduría, a saber, fe. “Pero pida con fe, no dudando nada; porque el

que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y

echada de una parte a otra” Stg 1:6.

Consulte también Stg 1:7,8.

88
Con un comportamiento que tiene como sello la sabiduría de Dios, al

marido se le augura un feliz matrimonio.

V. Consejería para la mujer

A. Los deberes de la mujer (Ef 5:21-24; I P 3:15; I Co 7:1-5).

1. Sujetarse a su marido (Ef 5:21-22; I P 3:1).

Efesios 5:21,22, “Someteos unos a otros en el temor de Dios. Las casadas

estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor”

a) Una sujeción pronta

I P 3:1, “Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos…”

Tanto Pablo como Pedro son de la misma opinión, al escribir acerca de la

sumisión de las casadas a sus respectivos maridos. Esta sujeción debe

ser pronta, es decir, inmediata, sin vacilación alguna, al grado de que no

cuestione lo que se requiere de ella, y sea tarda en obedecer este

89
mandato. Es también un sometimiento pronto porque la Biblia así lo

dictamina, y tiene que haber inmediatez, y no cuestionamiento y tardanza

a la Palabra de Dios. Pablo continúa requiriendo, “…como al Señor”. Como

señal o prueba de su sometimiento al Señor, así la mujer debe someterse

a su marido.

Es cuestionable que una mujer esté viviendo en sujeción al Señor, cuando

ésta no se sujeta a su propio marido. Si la relación vertical es excelente,

también la horizontal lo será. Si su relación con el Señor está deteriorada,

de igual manera, estará con su cónyuge.

El hombre por mandato de Dios ejerce Su autoridad sobre la mujer Pablo


hace mención de
La sumisión que Dios requiere de la mujer no es caprichosa y tirana,

tiene que ver con un mandato divino establecido desde la caída del

hombre y la mujer. “…y tu deseo será para tu marido y él se enseñoreará

de ti”. Gn 3:16. En la dispensación de la inocencia, Dios directamente

hacía llegar sus órdenes y bienaventurado gobierno sobre la primera

pareja, pero al surgir la dispensación de la conciencia y con ella el pecado,

Dios designa al hombre como cabeza del hogar y de la mujer. “… y tu

deseo será para tu marido y él se enseñoreará de ti”. El hombre, por

mandato de Dios, ejerce su autoridad sobre la mujer. Pablo hace mención

de esto mismo, “porque el marido es cabeza de la mujer así como Cristo

90
es cabeza de la iglesia…” Ef 5:23. Lo dicho en Ef 5:22, es ratificado por el

apóstol en Efesios 5:24, “Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así

también las casadas lo estén a sus maridos en todo”.

Nótese que la subordinación de la mujer a su propio esposo tiene que ser

en todo, no sólo en aquello que sea de su agrado y conveniencia, lo cual

no requeriría ningún esfuerzo y sacrificio de parte de ella.

Pedro explícitamente recalca cuál es el propósito divino de esta sumisión.

“…para que también los que no crean a la palabra, sean ganados sin

palabra por la conducta de sus esposas”. I Pedro 3:1. Infinidad de maridos

incrédulos se han quejado de la insubordinación de sus esposas cristianas.

Las mismas esposas creyentes los han bombardeado con muchos

sermones, pero su conducta cristiana no corresponde con lo que anuncian

en cuanto al Salvador. Una actitud sumisa, carente de muchas palabras,

será más persuasiva para que el marido venga a los pies del Señor Jesús.

b) Una sujeción ejemplar (Ef 5:22; I P3:5).

I P 3:5, “Porque así también se ataviaban en otro tiempo aquellas santas

mujeres que esperaban en Dios, estando sujetas a sus maridos;

91
La mujer cristiana, de hoy en día, tiene un ejemplo de sumisión, digno de

ser imitado, el de las mujeres de la antigüedad. Obviamente se refiere a

algunas mujeres del período Antiguo Testamentario. No todas las mujeres

de esa época estaban sujetas a sus maridos, y de eso tenemos varios

ejemplos en las páginas del Antiguo Testamento, pero aquellas que temían

a Dios, su ejemplo y su testimonio son admirables.

Así como el ejemplo de aquellas santas mujeres ha trascendido hasta

nuestros días, también las mujeres cristianas tienen que estar conscientes

que su ejemplo hará impacto en otras, para bien o para mal.

Las creyentes deben preguntarse, ¿Qué ejemplo voy a dejar a mis hijas en

cuanto a mi sumisión o insumisión al padre de ellas? ¿Me estoy

esforzando por dejar una huella positiva en la vida de mis hijas? Algunas

hijas pudieran llegar a ser el fiel reflejo de su madre, e imitar tanto las

cosas buenas como las malas de su progenitora. La madre debe estar

consciente que sus hijas podrían ser sumisas o insumisas a sus futuros

esposos, de acuerdo al trasfondo familiar en que se desenvolvieron, pues,

después de todo, lo que se siembra, tarde o temprano, se cosecha (Ga

6:7; Os 8:7).

92
…Mas el que siembra justicia tendrá galardón firme” Pr 11:18. “El que

sembrare iniquidad, iniquidad segará…” Pr 22:8.

B) Cumplir con su marido: Obligación conyugal (I

Co7:1-5).

I Co 7:3, “El marido cumpla con la mujer el deber conyugal, y

asimismo la mujer con el marido”.

Habiendo hablado antes de la obligación conyugal que le corresponde al

marido, ahora enfocaremos nuestra atención a la obligación conyugal de la

mujer. En el desarrollo de este tema, se harán dos preguntas: ¿En qué

miembro de la pareja se presenta más el incumplimiento conyugal? ¿Por

qué del incumplimiento conyugal? En cuanto a la primera pregunta no hay

estadísticas precisas. Pero independientemente de esto, el incumplimiento

conyugal se da en ambos, y esto por varias razones.

Segunda pregunta: ¿Por qué del incumplimiento conyugal en la mujer?

Hacemos esta interrogante porque estamos abordando la obligación

conyugal, por parte de la mujer. Sin lugar a dudas hay varias razones.

¿Cuáles son?

a) El desgaste de la relación.

93
A través del tiempo la pareja no ha sabido fomentar la relación. Para que

una planta pueda crecer y desarrollarse hermosamente, necesita regarse

diariamente; así también es con el matrimonio, de lo contrario se marchita.

b) El exceso de actividad física

Esto trae como consecuencia el cansancio y la indisposición. La mujer ha

tenido un día de mucho ajetreo, por tal razón, termina el día exhausta, con

dolor de cabeza, aunado al hecho de que entre más numerosa es la

familia, el agotamiento se acentúa, deseando que la noche llegué sólo

para descansar.

c) La falta de planeación

Como todo en la vida es importante la planeación. La pareja necesita

planear sus encuentros amorosos, de manera tal que ambos disminuyan

la ya mencionada actividad física; él en su trabajo y ella en la casa.

d) El problema de la satisfacción personal

94
Muchos maridos sólo buscan la autosatisfacción, sin pensar por un

momento en las necesidades de la esposa. Esta es una actitud muy

egoísta, que a la postre cobrará un precio muy alto, orillando a la mujer a

ser renuente con su deber conyugal.

e) La falta de preparación

El hombre es excitado por el conducto visual. El ojo juega un papel

primario para que el hombre esté preparado en las relaciones sexuales.

Con la mujer es diferente, pues, ella requiere más que una preparación

física, más que caricias y contacto corporal. Ella necesita que su esposo le

exprese palabras románticas y cariñosas, que la trate con mucha

delicadeza y ternura.

f) El factor de la edad

La premenopausia llega entre los 45 y 50 años. La menopausia arriba de

los 50 años en adelante. Los expertos dicen, que aún cuando los niveles

hormonales descienden, la menopausia no tiene por qué disminuir el

deseo sexual. Pero con la edad, el nivel de los estrógenos se reduce,

95
produciendo dolor en el coito por sequedad vaginal, y es entonces que una

esposa puede sentirse indispuesta. Los expertos, de igual manera, afirman

que la progesterona, la hormona sexual femenina, disminuye su función,

provocando en la mujer cambios de humor, malestar y otros.

g) El problema de la frigidez

Se presenta un problema grave en la mujer, la frigidez.

¿Qué es la frigidez? Es la frialdad, o la ausencia de deseo sexual. ¿A qué

se debe la frigidez? Los expertos dicen que hay varios factores, desde

cuestiones psicológicas hasta exceso de trabajo, diabetes, agotamiento

mental y físico, abuso sexual en la infancia, creencias religiosas, las cuales

tienen un concepto erróneo en cuanto al sexo. Al catalogar, en esto último,

al sexo como algo pecaminoso y vergonzoso, se pierde el interés en las

relaciones sexuales.

Habiendo considerado que el incumplimiento en el deber conyugal se

puede presentar en un sinnúmero de causas, el marido debe ser paciente,

amoroso y comprensivo con su pareja, y al mismo tiempo, buscar ayuda

96
profesional una vez que se identifica el verdadero motivo que lo está

ocasionando.

II Ts 3:5." Y el señor encamine vuestros corazones al amor de Dios, y a la

paciencia de Cristo"

B. La conducta de la mujer (I P 3:1-2).

1. Una conducta casta (I P3:1-2).

“Considerando vuestra conducta casta” I P 3:2.

La mujer cristiana debe observar una conducta casta o pura. La pureza o

castidad sexuales son indispensables tanto en la mujer soltera como en la

casada. Al dirigirse Pedro a las creyentes, su recomendación es para que

en ellas haya pureza de cuerpo y alma. La lujuria sexual debe estar

ausente, reservándose exclusivamente para su marido, no involucrándose

en actividades sexuales fuera del matrimonio. Su conducta casta la

conducirá por la senda de la virtud, siendo semejante a la mujer virtuosa

de Proverbios 31:10-31. He aquí algunos fragmentos de este pasaje:

“Mujer virtuosa, ¿quién la hallara? porque su estima sobrepasa largamente

a las de las piedras preciosas. El corazón de su marido está en ella

97
confiado. Dadle del fruto de sus manos, y alábenla en las puertas sus

hechos”

Una mujer casta es fiel y confiable en todo tiempo, permitiendo que su

marido lleve una vida apacible, porque sabe la clase de mujer

irreprochable que él tiene. Sus hechos hablan por sí solos, en cuanto a

ella. La castidad física y moral nada tiene que ver con la moderación, o con

la abstinencia, como sucede en ciertas sociedades, por razones religiosas,

culturales y sociales, pues, eso no hace más física y moralmente pura a

una mujer, sino el guardarse sólo para su esposo. Así lo afirma Pablo, “…

la casada tiene cuidado de las cosas del mundo, de cómo agradar a su

marido”. I Co 7:34.

2. Una conducta respetuosa (I P 3:2).

“Considerando vuestra conducta casta y respetuosa”

La mujer debe respeto a su marido. Pablo está muy de acuerdo con Pedro,

en este asunto. Ef. 5:33, …y la mujer respete a su marido.”

Hay mujeres que son muy irrespetuosas con sus esposos, no únicamente

en privado, también en público, avergonzándolos de esa manera, delante

98
de otros. El apóstol Pablo aconseja a todo creyente esto: “Pagad a todos lo

que debéis…” Romanos 13:7.

Si no se léyese el resto del versículo, uno pensaría que sólo se trata de

deudas económicas, pero no es así, el versículo continúa diciendo, …al

que respeto, respeto; al que honra, honra”. Se debe respeto a todos,

independientemente de su posición social y monetaria.

La mujer debe respetar a su prójimo, y su esposo está incluido también. Lo

debe respetar por ser él su cabeza en el hogar, el varón que ella ha

escogido, el padre de sus hijos, y el compañero de su vida.

Aun en sociedades y culturas paganas se ha enseñado y fomentado el

respeto al marido. La reina Vasti fue depuesta por mostrar una actitud

nada sumisa, obediente y respetuosa hacia el rey Asuero.

Independientemente del proceder del rey en solicitar la presencia de la

reina, ésta no actuó correctamente, desacatando la autoridad de su

marido. El castigo dado a Vasti debía ser ejemplar para garantizar el

respeto y honra a los maridos. Ester 1:20, “y el decreto que dicte el rey

será oído en todo su reino, y todas las mujeres darán honra a sus

maridos…”.

99
Siempre entre los inconversos hay altas normas de respeto y honra a los

maridos, cuánto más en el pueblo de Dios. Para salvaguardar el testimonio

cristiano, tiene que haber el debido respeto hacia el varón, asimismo para

que el cristianismo no sea difamado y la Palabra de Dios no sea

blasfemada.

C. El espíritu de la mujer (I P 3:3-5).

1. Un espíritu recatado (I P 3:3,4 a).

“Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de

oro o de vestidos lujosos, sino el interno, el del corazón. I P 3:3,4 a.

Este pasaje de las Sagradas Escrituras ha sido malinterpretado y

tergiversado. Pedro, de ninguna manera, está en contra del bien vestir y

del uso de adornos de oro. Más bien, el escritor no está favor de aquello

que es demasiado lujoso, y excesivamente exagerado en la moda, y en el

adorno de gala.

La deslumbrante moda y la alta costura pueden llevar a la ostentación y a

lo rimbombante, y no a un espíritu recatado, modesto y prudente. Por eso,

el apóstol advierte que el atavío, la vestimenta de la mujer cristiana debe

ser con mucha modestia y recato. La creyente tiene que seleccionar

100
prendas de vestir con mucha prudencia, permitiendo que se exhiba lo

interno y no lo externo. Creyentes evangélicos, no apegándose al

verdadero significado del pasaje, han externado que la mujer no puedo

usar anillos de oro, dijes de oro, relojes de oro, aretes de oro, ni siquiera

maquillarse. Tal cosa, en lugar de una supuesta espiritualidad, refleja un

asombroso descuido en el arreglo personal de la mujer y esposa.

Lo mismo asegura Pedro en cuanto al peinado ostentoso. Es importante el

arreglo del pelo, especialmente en la mujer, pues esto hace resaltar aún

más su belleza física, pero se tiene que ejercer mucha cautela para evitar

la exageración.

Pablo también aporta algo en cuanto al espíritu recatado de la mujer. I Tim

2:9,10, “Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor

y modestia; no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos

costosos; sino con buenas obras, como corresponde a mujeres que

profesan piedad”.

2. Un espíritu afable (I P3:3,4).

I P 3:3,4, “Vuestro atavió no sea el externo…sino el interno, el del corazón,

en el incorruptible ornato de un espíritu afable,…”

101
La mujer cristiana, a diferencia de otras, tiene que mostrar al mundo un

espíritu afable o agradable.

Un espíritu afable o grato proyectarán aún más la hermosura física de la

mujer que es temerosa de Dios, y será un bello testimonio al mundo, en el

cual vemos, con mayor frecuencia, rostros acongojados y abatidos. Las

Escrituras son muy categóricas al afirmar: “El corazón alegre constituye

buen remedio; Mas el espíritu triste seca los huesos” Pr 17:22.

Hombres y mujeres han preguntado a cristianas dónde radica el secreto de

su afabilidad. Para los creyentes no es un misterio, pues es sólo Dios el

que hace posible que se manifieste en la creyente un espíritu afable.

Ningún tratamiento de belleza facial podrá proyectar, en mujer alguna, la

jovialidad y el carácter festivo que Pedro sugiere, porque éste únicamente

el Señor Jesús lo proporciona.

El Proverbista estaba persuadido de esto mismo. “El corazón alegre

hermosea el rostro; Más por el dolor del corazón el espíritu se abate” Pr

15:13.

3. Un espíritu apacible (1 P 3:4).

102
“…en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de

grande estima delante de Dios”.

Pedro continúa exhortando a la mujer creyente a esforzarse por desarrollar

en si la belleza interna. El afán no debe concentrarse en el uso de ornatos

o adornos externos. Un espíritu apacible o tranquilo se enfoca en un ornato

interno e incorruptible. Los ornatos o adornos externos son corruptibles,

con el correr del tiempo se desgastan o corroen. El carácter manso traerá

como resultado paz en la convivencia familiar y matrimonial. Este es el

fruto del espíritu que el señor quiere producir en todo creyente Gá 5:22,

“Más el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz…”

Es un infortunio cuando la mujer muestra otra clase de espíritu. El

proverbista hace un contraste entre la mujer de espíritu sosegado y sabio,

y el de la mujer necia y sin apacibilidad. Pr 14:1, “La mujer sabia edifica su

casa; Más la necia con sus manos la derriba”.

La mujer contenciosa y pendenciera destruye su hogar, y hace que su

marido rehuya su presencia. Con mucha sabiduría, Salomón escribió lo

siguiente: “Mejor es morar en tierra desierta que con la mujer rencillosa e

iracunda” Pr 21:19.

103
El enojo y la ira son diametralmente opuestos al espíritu apacible, dulce y

sosegado que debería estar presente en una hija de Dios. Por eso,

Salomón, advierte, “Gotera continua en tiempo de lluvia y la mujer

rencillosa, son semejantes” Pr 27:15. La mujer rencillosa y resentida

produce molestia, contrariedad y fastidio en aquellos que la escuchan.

Pedro concluye diciendo que el espíritu afable y apacible es de grande

estima delante de Dios (I de P 3:4).

Indiscutiblemente, ese mismo espíritu es también de grande estima

delante de los hombres, particularmente en el marido.

4. Un espíritu piadoso (I P 3:5).

I P 3:5, “Porque así también se ataviaban en otro tiempo aquellas santas

mujeres que esperaban en Dios…”

Un espíritu recatado, afable y apacible puede conducir a la mujer cristiana

de hoy, al espíritu piadoso que había en aquellas santas mujeres de

antaño.

Pedro insta a la creyente a ser tan imitadora, santa y piadosa como las

mujeres del tiempo antiguo.

La piedad es muy loable, y de igual manera requerida en las Santas

Escrituras. Pablo tratando exactamente el mismo tema que Pedro en

104
cuanto al peinado, el atuendo, la vestimenta, el pudor, la modestia y las

joyas de la mujer de Dios, apremia con ahínco a ésta, así: "Asimismo que

las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia; no con

peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos, sino con buenas

obras, como corresponde a mujeres que profesan piedad” I Ti 2:9,10.

Una mujer piadosa usará una indumentaria decente, carente de un escote

que ponga al descubierto las partes íntimas de su cuerpo. La mujer de

espíritu piadoso siempre estará consciente de la indecencia de la moda

actual, y tratará de vestir conservadoramente. Pablo aconseja al joven

pastor Tito en cuanto a la correcta manera de vivir en este mundo. “Porque

la gracia de Dios se ha manifestado… enseñándonos que, renunciando a

la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y

piadosamente Tito 2:11,12.

La recomendación apostólica es aún más apremiante para hoy, pues en

nuestro mundo, cada vez impera más la maldad y el pecado. Pablo mandó

a Timoteo que practicara la piedad. “…Ejercítate para la piedad” 1 Tim 4:7.

La mujer casada que conoce al Señor, busca y anhela tener un espíritu

piadoso.

D. La obediencia de la mujer (I p 3:6).

105
1. Una obediencia pronta V.6.

I P. 3:6, “Como Sara obedecía a Abraham, llamándole Señor;…”

Sara era muy solícita y obediente al obedecer a su marido Abraham. Esa

misma prontitud y diligencia era requerida de todas las mujeres cristianas

que vivían en el mundo grecorromano, debido a que la palabra de Dios es

eterna, y por ende para todas las épocas. Es imprescindible que la

creyente de la posmodernidad también atienda este mandato divino. Pablo

elogiaba la obediencia de los romanos, entre los cuales obviamente, había

mujeres que con presteza obedecían a sus cónyuges. Rom16:19, “Porque

vuestra obediencia ha venido a ser notoria a todos, así que me gozo de

vosotros”

El apóstol resalta puntualmente dos cosas en cuanto a la esta obediencia.

Primero, ésta había sido evidente a todos. Cuando alguna actúa

obedientemente en el hogar, esto se hará palpable, llegando a oídos de

todos. Segundo, la obediencia produce gozo. El escritor manifiesta

abiertamente su gozo. La mujer obediente producirá un enorme gozo en su

esposo. Después de la salutación Paulina dirigida a Filemón, vv.1-3, y de

106
describir el carácter de este creyente, vv.4-7, Pablo intercede a favor de

Onésimo para que Filemón lo reciba nuevamente (vv.8-21).

Pues bien, el apóstol escribía a este fiel creyente, confiando en su

obediencia. Flm. 21, “ Te he escrito confiando en tu obediencia, sabiendo

que harás aun más de lo que te digo” Aunque en I Pedro 3:6 es otro tipo

de obediencia, el apóstol escribía a las creyentes de su tiempo, confiando

que éstas atenderían a su oportuna petición de obedecer a sus maridos.

2. Una obediencia ejemplar (v.6)

I P 3:6, “Como Sara obedecía a Abraham llamándole Señor; de la cual

vosotras habéis venido a ser hijas, si hacéis el bien, sin temer, ninguna

amenaza.

Pedro cita como ejemplo de obediencia, digno de ser imitado, el de Sara,

la cual obedecía incondicionalmente al patriarca. Las esposas cristianas

que siguen este ejemplo, se convierten en hijas espirituales de esta gran

mujer, porque al igual que ella, éstas, al obedecer, están haciendo el bien.

Cuando se cumple con este precepto, no habrá ningún temor de alguna

amenaza recibida.

Tanto era la obediencia y respeto de Sara a su marido, que ella se dirigía a

él con cortesía y gentileza, llamándole Señor. Pedro no especulaba en

107
esto, tenía fundamento bíblico para afirmar que Sara cortés y

amablemente le decía a Abraham, Señor. Siendo conocedor del Antiguo

Testamento, el apóstol hacía referencia a Génesis 18:12, “Se rió, pues,

Sara entre sí, diciendo: ¿Después que he envejecido tendré deleite, siendo

también mi Señor ya viejo”?

La mujer casada, al igual que Sara, puede servir de ejemplo de obediencia

para las futuras jovencitas que están contemplando el matrimonio. La

obediencia matrimonial tiene que ser ejemplificada por mujeres maduras y

de experiencia.

108
VI. Consejería para los hijos

A. Los deberes de los hijos (Ef 6:1; Col 3:20, I Tim

5:4).

1. Obedecer a sus padres

Ef 6:1, “Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres,…”

a) Porque es justo ante Dios (Ef 6:1).

“…porque es justo”.

Hay un deber filial hacia los padres según lo expresado en esta porción de

las Sagradas Escrituras.

El apóstol Pablo ha venido expresando cómo tiene que ser la conducta de

un creyente lleno del Espíritu Santo. Con anterioridad había manifestado

en Ef 5:18, la llenura del Espíritu, al ordenar, “No os embriaguéis con vino,

en el cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu” Partiendo de

ese versículo y hasta el final del libro, Ef 6:24, Pablo va a presentar

evidencias y resultados de lo qué es una persona verdaderamente llena

del Espíritu Santo, a saber, un creyente que canta, alaba y siempre da

gracias a Dios independientemente si las circunstancias son favorables o

desfavorables (Ef 5:19-20). Esa llenura se deja ver en el sometimiento de

las esposas a sus maridos (Ef 5:21-24), en el amor de los maridos a sus

esposas (Ef 5:25-33). Sin embargo, esa llenura del Espíritu no termina allí,

109
se tiene que reflejar en la vida de aquellos hijos que han aceptado al Señor

(Ef 6:1).

Ningún hijo, que sea creyente, pretenda decir que está lleno del Espíritu

Santo si no está obedeciendo a sus propios padres. Por eso, el escritor

inspirado dice que la obediencia a los padres es justa, correcta y

razonable.

En todos los tiempos de la historia humana ha habido hijos rebeldes y

desobedientes a los padres.

Bajo la dispensación de la ley , un hijo contumaz, rebelde y desobediente a

sus padres, era entregado por estos mismos a los ancianos, los cuales

decretaban que fuese apedreado (Dt 21:18-21).

Bajo la dispensación de la gracia, se invita amorosamente al hijo a

reflexionar y a corregir su conducta, con la ayuda de Dios, para proceder a

la obediencia que debe a sus padres (Ef 6:1).

b) Porque es agradable ante Dios (Col 3:20, I Tim 5:4).

Col 3:20, “Hijos obedeced a vuestros padres en todo, porque esto agrada

al Señor”

110
No únicamente es justo ante Dios obedecer a los padres, también esto

agrada al Señor. Dios se complace con aquellos hijos que obedecen a sus

padres, pues están cabalmente cumpliendo con algo ordenado por él.

Nótese que esta obediencia tiene que ser en todo, es decir, debe ser total

y completa. El obedecer de los hijos hacia los padres no es sólamente en

aquello que concierne exclusivamente a los intereses personales de los

primeros.

Hay jóvenes y señoritas que no escuchan sabios consejos y sugerencias

de sus padres; los ignoran deliberadamente, son sabios en su propia

opinión. Se está viviendo en una generación que no admite ninguna

orientación y enseñanza, piensa que ya lo sabe todo. El sabio proverbista

nos advierte de esta misma. Pr 30: 12,13, “Hay generación limpia en su

propia opinión…” “Hay generación cuyos ojos son altivos…”

Cuán importante es ser obediente a la guía, dirección y admonición de los

progenitores; ellos más que nadie buscan y quieren el bienestar de los

hijos. Los primeros 7 capítulos de Proverbios abundan en instrucciones y

exhortaciones para los hijos.

111
Prov. 1:8, Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre, y no desprecies la

dirección de tu madre…” El versículo 9 de ese mismo capítulo nos da la

razón de por qué es sensato tener un oído receptivo. “Porque adorno de

gracia serán a tu cabeza, y collares a tu cuello. De igual manera, Pr 4:1,

agrega: “Oíd hijos, la enseñanza de un padre,…”

Desafortunadamente, los hijos obstinadamente están escuchando a malas

compañías, y no la voz de sus padres, y a la voz más importante de todas,

la del Espíritu Santo. El hijo e hija que obedece a sus padres hace que

Dios se deleita en él, y está ejerciendo sana cordura y recto juicio.

2. Honrar a sus padres

Ef 6:2, “Honra a tu padre y a tu madre…”

a) Porque trae promesa divina (Ef 6:2)

…que es el primer mandamiento con promesa”

La obediencia de los hijos hacia sus padres es durante la patria potestad,

cuando aún están bajo su tutela, y viviendo bajo su techo. La honra, el

respeto y amor son para toda la vida.

Estando en casa, el hijo obedece las órdenes del padre, al salir del hogar

la situación cambia.

112
Cuando los hijos salen del hogar, el padre todavía puede guiarles,

aconsejarles, dirigirles en sabias decisiones, pero la resolución final en

algún asunto es de los hijos, y el padre no puede reclamar a un hijo adulto

y casado, ¿por qué no obedeces mi consejo, lo que te digo? El padre

debe respetar su decisiones, buenas o malas, y orar por sus hijos. En

cuanto a está honra, Pr 23:22, añade: “Oye a tu padre, a aquel que te

engendró; y cuando tu madre envejeciere, no la menosprecies” Hay hijos

que desconocen a sus padres, que tienen poco o nada de aprecio, afecto y

estimación para con ellos. El honrar a los padres es el primero y el único

de los diez mandamientos que tienen promesa. Más adelante veremos que

es una promesa doble, y se encuentra en Éxodo 20:12, correspondiendo al

quinto mandamiento del decálogo. “Honra a tu padre y a tu madre, para

que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da” Ex 20:12

b) Porque ofrece bienestar terrenal (Ef 6:3ª).

Ef 6:3, “para que te vaya bien,…”

Esta es la primera parte de la doble promesa.

Algunos hijos, en edad ya adulta se preguntan, ¿Por qué nada me sale

bien? ¿Por qué no tengo éxito en la vida? la pregunta debería ser ¿Por

113
qué no estoy honrando a mis padres, como Dios me lo pide? Al ir en contra

de un mandamiento divino, la bendición de Dios no reposa sobre aquellos

hijos que no acatan sus preceptos. Proverbios es una inagotable fuente de

consejos y sabiduría. Pr 10:22, “La bendición de Jehová es la que

enriquece y no añade tristeza con ella.”

La bendición del omnipotente va a enriquecer a los hijos diligentes,

trayéndoles un sin fin de bienaventuranzas terrenales. A Josué, antes del

cruzar el Río Jordán, se le prometió bienestar espiritual si vivía de acuerdo

a los estatutos de la Palabra de Dios, guardando todo lo en ella escrito. En

Josué 1:8, se le dijo,…porque entonces harás prosperar tu camino, y todo

te saldrá bien.

Si se quiere alcanzar prosperidad espiritual en esta vida terrenal, y que

cualquier empresa que se emprenda salga bien, entonces es

indispensable no apartarse del libro de la ley, y lo que se ordena en Ef 6:3.

c) Porque ofrece longevidad terrenal (Ef 6:3b).

La doble promesa divina se presenta en la segunda parte de Efesios

6:3,”…y seas de larga vida sobre la tierra. Esta doble promesa aparece

también en Deuteronomio 5:16, “Honra a tu padre y a tu madre, como

114
Jehová tu Dios te ha mandado, para que sean prolongados tus días, y para

que te vaya bien sobre la tierra que Jehová tu Dios te da”

La misma promesa doble que se le extendió al pueblo judío, también es

para todo hijo creyente del pueblo de Dios. Está longevidad o larga

duración de vida en esta tierra, no necesariamente tiene que cumplirse en

cada creyente, porque algunos pudieran partir antes de tiempo por llevar

una vida disoluta y poco apegada al mandamiento celestial. Tan

trascendental es este mandamiento, que incluso se le repitió más de una

vez a la nueva generación que nació en el desierto. Deuteronomio 4:40, y

guarda sus estatutos y sus mandamientos…para que te vaya bien a ti y a

tus hijos… y prolongues tus días sobre la tierra que Jehová tu Dios te da

para siempre.

En lo mismo se hace hincapié en Dt 5:33 y 6:2. Aunado a una larga vida

para cada israelita, la nación en general, gozaría de una larga, prolongada

existencia en la tierra que entrarían a poseer. Inmediatamente después de

este mandamiento y promesa de Dt 6:2, en Dt 6:3, se le manda al pueblo,

“Oye, pues, Oh Israel, y cuida de ponerlos por obra…” Al igual que Israel,

el pueblo cristiano se abstiene de las bendiciones de Dios por no escuchar

su voz. La Escritura exhorta, “Por lo cual, como dice el Espíritu Santo: Si

oyeres hoy su voz, No endurezcáis vuestros corazones…” Heb 3:7,8.

115
II. Las recomendaciones para los hijos (I Tim 5:4).

A. Velar por sus padres

1. Siendo piadosos (I Tim 5:4a)

“Pero si alguna viuda tiene hijos, o nietos, aprendan éstos primero a ser

piadosos para con su propia familia…”

En las recomendaciones que Pablo hace a la iglesia de Efeso, donde

Timoteo era pastor, hay instrucciones bien precisas, una de ellas, la

dirigida a los hijos, encargándoles que éstos ejercieran la piedad supliendo

para las necesidades de sus padres. Las viudas, en particular, quedaban

desamparadas en las sociedades antiguas, sin sostén económico alguno,

sin pensión del difunto esposo, o del estado. Esta era una razón más que

suficiente para que los hijos, e incluso los nietos, como lo especifica Pablo,

velasen por las necesidades materiales de los suyos. En I Tim 5:8 el

apóstol sigue insistiendo en la manutención de que deben ser objeto los

padres. “porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para

los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo. El que no

suministra para los suyos es colocado al nivel de un apóstata, y es aún

peor que un no creyente. Es peor que un incrédulo porque no hay nadie

que lo persuada o convenza de prestar cuidado a las carencias de sus

116
padres. I Tim 5:9, parece indicar que en la iglesia de Éfeso había una lista

en la cual aparecían viudas de sesenta años en adelante, a quienes la

congregación sostenía económicamente. Precisamente por esto, y para no

sangrar la economía de la iglesia, se responsabiliza a los hijos creyentes a

mantener a sus madres viudas. I Tim 5:16, “Si algún creyente o alguna

creyente tiene viudas, que las mantenga, y no sea gravada la iglesia, a fin

de que haya lo suficiente para las que en verdad son viudas”. Los hijos

tienen una responsabilidad ineludible para con sus padres, especialmente

cuando éstos ya no pueden ver por sí mismos.

2. Siendo agradecidos (I Tim 5:4b).

El velar por los padres, supliendo su escasez y privaciones, es una

indicación de que los hijos están profundamente agradecidos con sus

progenitores. Lo contrario lleva a la ingratitud, olvidando los beneficios y el

mantenimiento paternal recibidos en la infancia, niñez, juventud, y aún más

allá. Jesús enseñó sobre el cuidado de los hijos con sus padres, en cuanto

a manutención se refiere, y por ende, en ello llevaba implícita la gratitud.

En Marcos 7:9-13. el Señor reprendió severamente a los hipócritas

fariseos por impedir, por medios religiosos cuestionables, la realización de

este sustento. Se echaba mano del término corbán u ofrenda, por estos

117
religiosos, para afirmar que los hijos podían usar el dinero destinado para

sus padres para dedicarlo u ofrendarlo a Dios. Cristo no sólo puso en

evidencia la avaricia e hipocresía religiosa de estos líderes, también afirmó

que no se puede evadir el sustento y gratitud de los hijos con sus padres.

Cristo concluyó tajantemente diciendo: “y no le dejáis hacer más por su

padre o por su madre” Mr 7:12. Ningunos fines religiosos, por muy

espirituales que parezcan, pueden eludir la responsabilidad de los hijos

con sus padres.

B. Recompensar a sus padres (I Tim 5:4b).

“…y a recompensar a sus padres; porque esto es lo bueno y

agradable delante de Dios” I Tim 5:4b.

1. Porque es bueno ante Dios

Dios da toda su aprobación cuando los hijos recompensan a sus

padres por la crianza, el cuidado, el cariño, el amor, el sustento, e incluso

la enseñanza y educación recibidas. Jamás seremos capaces de pagar lo

que nuestros padres han hecho por nosotros. Entonces, es una buena

acción de parte de cada hijo hacia el padre, recompensar cualquier

sacrificio, esfuerzo, entrega, dedicación, compromiso y privaciones

118
paternales. Dios lo observa con buenos ojos. Dios, quien afirma que es

bueno que los hijos retribuyan a los padres, de igual manera expresa en su

Palabra, “y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado” Stg.

4:17.

Es bueno galardonear a los padres, porque Dios dice que al ser

negligentes no estamos bien, sino cometiendo pecado.

2. Porque es agradable ante Dios (I Tim 5:4).

“…y agradable ante Dios”

Es del agrado y beneplácito de Dios cuando recompensamos a nuestros

progenitores. Dios se deleita enormemente cuando obedecemos lo

estipulado en su Palabra.

Es bueno y agradable para Dios, cuando recompensamos al padre,

recordando el Día del Padre y de su cumpleaños. Es agradable ante Dios

cuando recordamos el Día de la Madre, y su cumpleaños. También el

Todopoderoso se complace cuando recordamos el aniversario matrimonial

de los padres, y los festejamos. Muchos hijos se lamentan de no haber

reconocido y recompensado a sus padres, cuando estos aún vivían. De

igual manera, se lamentan de no haber convivido más con ellos.

¡Demasiado tarde! ¡Nadie sabe lo que tiene hasta que lo ve perdido!

119
VII. Consejería en el casamiento

A. No al casamiento homosexual

Quizás a mediados del siglo XX, jamás persona alguna pudiese haber

imaginado a una pareja de hombres contrayendo matrimonio. Al

matrimonio que se efectúa entre personas del mismo sexo, se le conoce

también como matrimonio igualitario o matrimonio “gay”. Estos

matrimonios formados por personas del mismo género, son reconocidos

legal y socialmente en varios países.

Hay quienes afirman que el matrimonio entre personas del mismo sexo ha

existido en cualquier tiempo de la historia, y en diferentes culturas, y que

después desaparecieron, volviendo a reanudarse en el siglo XXI. Para el

2019, veintiséis países ya permiten el casamiento homosexual. He aquí la

lista: Alemania, Argentina, Australia, Bélgica, Brasil, Canadá, Colombia,

Dinamarca, España, Estados Unidos, Finlandia, Francia, Irlanda, Islandia,

Luxemburgo, Malta, México, Noruega, Nueva Zelanda, Países Bajos,

Portugal, Reino Unido, Sudáfrica, Suecia y Uruguay (es.m.wikipedia.org).

En otras naciones se están pasando legislaciones para aprobar el

casamiento homosexual. El primer país en legalizar un matrimonio

homosexual fue Holanda. ¿Qué tiene que decir la Biblia en lo que se

refiere a matrimonios del mismo género?

120
¿Son estos casamientos válidos delante de Dios? ¿Tienen la aprobación

divina? Dios es el autor del matrimonio, y obviamente su Palabra tiene la

respuesta.

Gn 2:24, “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a

su mujer, y serán una sola carne”.

El primero en realizar una ceremonia matrimonial fue Dios, y no fue una

unión homosexual, entre personas del mismo sexo. El Señor no dijo,

dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su hombre.

Delante del Omnipotente tales enlaces matrimoniales son una aberración.

El Señor Jesús trasmitió la misma enseñanza al pueblo judío, y a

generaciones por venir. Citando Gn 2:24, a los fariseos y a las multitudes,

dijo: “…Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer…”

(Mt 19:5). Véase: Mr 10:7.

Pablo mantuvo la misma postura, y jamás concibió uniones anormales,

reprochables delante de Dios y de la sociedad conservadora. Considere:

Ef 5:31. El propósito de Dios al unir a dos personas de diferente sexo, es la

procreación, reproducción y preservación de la raza humana. Al casar a la

121
primera pareja, Dios, después de bendecir su matrimonio, “…les dijo:

Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra…”

El casamiento de dos personas del mismo género no puede cumplir el

designio de Dios, porque es contra naturaleza. Una relación matrimonial de

esa índole es abominable para Dios; no importa que el hombre la apruebe

y legalice. Lc 16:15, “…porque lo que los hombres tienen por sublime,

delante de Dios es abominación.” Lv 18:22, manifiesta la prohibición de

Dios. “No te echarás con varón como con mujer; es abominación”.

B. No al casamiento lesbiano

No sólo se habla y practica el amor y casamiento homosexual, también se

le da licencia legal al amor lesbico, y al matrimonio entre dos mujeres. A

quienes no están de acuerdo con esta clase de unión, se les juzga como

personas de muchos prejuicios, intolerantes y homofóbicas. Infinidad de

individuos han dicho, que al no reconocerse la unión de dos personas del

mismo sexo, se actúa con discriminación. Desafortunadamente, ya hay

iglesias protestantes en los Estados Unidos que aprueban y dan su

bendición a matrimonios homosexuales y lesbianos. Décadas atrás

resultaba inconcebible que una mujer le propusiera matrimonio a otra

mujer, pero hoy, para muchos resulta algo normal y aplaudible. En

122
Noruega, la Iglesia Luterana ha aceptado y oficia ceremonias

homosexuales y lesbicas. De acuerdo a estadísticas oficiales, más del

50% de los padres aceptan el matrimonio de sus hijos homosexuales

(Lasbodasoriginales.com).

Muy probablemente lo mismo es cierto en lo referente a casamientos

lesbianos. Tal vez, muchos justifiquen estos matrimonios, diciendo que se

daban en las antiguas civilizaciones romana y china, y que se debe

regresar a esos tiempos. No obstante, los pensamientos de Dios van en

dirección opuesta a los del hombre. Léase: Isa 55:7-9.

Dios desaprueba relaciones y matrimonios lesbianos. Pablo narra lo que

sucedía en el mundo antiguo, el cual fue encontrado culpable delante de

Dios. Si particularmente la sociedad romana aprobaba y era complaciente

con estos abominables matrimonios, entonces lo relatado por el apóstol es

muy pertinente al mencionar a los hermanos en Roma; desde luego ya no

practicantes de este pecado, por la gracia de Dios, en lo que sus

conciudadanos estaban involucrados. El escrito es muy especifico al

hablar del lesbianismo, Rom 1:26, “Por esto Dios los entregó a pasiones

vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es

contra la naturaleza”.

123
El juicio de Dios, por este pecado repugnante, se hizo patente. Rom 1:28,

“y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una

mente reprobada, para hacer cosas que no convienen”. Dios afirma que

cosas así no convienen, no son apropiadas y correctas. En Rom 1:32, se

menciona que aquellos que practican tales cosas son dignos de muerte, y

también tienen el atrevimiento de aplaudir y consentir a otros que, de igual

forma, las practican.

Si el juicio de Dios fue inapelable e inevitable; seguramente la retribución

de Dios por la conducta pecaminosa de esta generación es segura e

inaplazable. Si semejante extravío no fue pasado por alto e ignorado,

pues, así lo afirman las Escrituras, “…y recibiendo en sí mismos la

retribución debida a su extravío”. Rom 1:27. Ciertamente ningún extravío

sexual quedará exento del castigo divino. Considere: Rom 1:32.

C. Sí al casamiento heterosexual.

Definición de heterosexual: Persona que siente atracción sexual por

personas de sexo distinto al suyo. (https://conceptodeheterosexual ).

Basado en esta definición, un hombre siente atracción por las mujeres

(sexo opuesto). Una mujer siente atracción hacia los hombres (sexo

diferente al suyo). Esto es precisamente lo que Dios diseñó, y quienes se

124
casan con una persona de sexo diferente al suyo, están cumpliendo con la

voluntad de Dios, en lo relacionado al matrimonio.

Dos realidades que debemos tener presentes en el matrimonio

heterosexual son las siguientes:

1ª realidad: El matrimonio heterosexual fue instituido por Dios.

Consideremos aquí tres propósitos:

1º Para unir al ser humano (Gn 2:24).

2º Para perpetuar la raza humana (Gn 1:28).

3º Para evitar la inmoralidad sexual (I Co 7:2; Heb 13:4).

2ª realidad: El matrimonio heterosexual fue bendecido por Dios (Gn

1:27,28 a).

La primera bendición nupcial fue pronunciada por el autor del matrimonio.

Tres cosas esenciales para un matrimonio feliz y bendecido por Dios.

1ª La presencia de Cristo en la boda (Jn 2:2).

“y fueron también invitados a las bodas Jesús y sus discípulos Jn 2:2.

125
Si estás contemplando el matrimonio, cerciórate de invitar a Jesús a tu

boda. Inclúyelo en tu lista de invitados, pues, Él es el invitado más

importante de todos.

2ª La presencia de Cristo en el hogar (Ex 33:14).

El es el huésped invisible en el hogar. Recuerda que él es testigo

presencial de cada conversación, de cada pleito, de cada desacuerdo, etc.

Hay hogares que son un auténtico infierno en la tierra. No ahuyentes la

presencia, y por ende, la bendición del Señor de tu hogar. Dios prometió a

Moisés: “…Mi presencia irá contigo, y te daré descanso. Esa promesa

también la podemos tener de Dios el Hijo, si exhibimos en el hogar el

comportamiento que a él le agrada.

3ª La presencia de Cristo durante toda la vida (Sal 16:11).

Si bien es cierto que la presencia de Cristo está en todas partes, por ser el

Señor Omnipresente, también es verdadero, en todo sentido, que nos

privamos de su bendición espiritual cuando nuestro comportamiento, como

creyentes, deja mucho que desear.

126
Sal 16:11, “…En tu presencia hay plenitud de gozo; Delicias a tu diestra

para siempre” La presencia de la Santísima Trinidad es primordial en la

felicidad y éxito del matrimonio.

Alguien dijo que un matrimonio lo forman dos, de ahí la palabra casados.

Otro dijo que lo forman tres, la pareja y Cristo, con su presencia, la cual es

fundamental en un matrimonio heterosexual. Léase: Ecl 4:9-12.

VIII. Consejería para los contrayentes

Introducción: Es de suma importancia aconsejar a la pareja que contraerá

nupcias, si es posible por algún tiempo razonable, de manera que la

misma pueda estar consciente de lo que verdaderamente implica el

matrimonio. Muchas parejas abordan el matrimonio sin tener ni las más

mínimas nociones de lo qué éste significa.

Se dan cuenta un poco tarde de que realmente no estaban preparados

para el, y los problemas, desacuerdos e incomprensiones se dan en la

misma luna de miel. Es recomendable darles consejos apropiados para

antes, durante y después de contraer nupcias. Antes de que consideremos

esto, es pertinente algunos consejos para el pastor oficiante.

127
El pastor tiene que cerciorarse, antes que cualquiera otra cosa, que la

pareja contrayente es creyente en Cristo Jesús. Al decir creyente, se

entiende que ya conocen a Jesucristo como su Señor y Salvador.

El pastor no puede, y no debe casar a personas que no han recibido a

Cristo; que para ellos el Señor es un total desconocido. De igual forma, el

ministro no debe casar a personas que no conoce, y nunca antes ha visto.

Se puede dar el caso de que alguien le pide encarecidamente al siervo de

Dios, que case a algún familiar, amigo o compañero de trabajo, sin que

éste jamás los haya visto en su vida. Así también, el oficiante no debe

comprometerse a casar a parejas que han tenido intimidad sexual antes

del casamiento. Estaría participando en pecados ajenos (I Tim 5:22),

tomando a la ligereza la ceremonia matrimonial, y extendiendo la bendición

de Dios a aquellos que no se guardaron puros.

Tampoco es aconsejable casar a menores de edad, más aun sin el previo

consentimiento de sus padres. No sabemos si estos chicos entienden

totalmente lo qué es el matrimonio, y lo que éste les depara. Es

recomendable sugerir a la pareja libros que aborden temas como el

noviazgo, el compromiso, el sexo y el matrimonio, especialmente si los

contrayentes se encuentran en otra ciudad, y no pueden tener citas

periódicas con el ministro oficiante para recibir consejería.

128
Es oportuno mencionar a los contrayentes que el matrimonio no es puro

romanticismo, que vivirán en el mundo real, y no ideal. Antes de contraer

cualquier compromiso, el siervo de Dios debe tener la certeza de que la

pareja se ama sinceramente. De lo contrario, puede negarse a casarlos,

aún cuando el amor sólo exista en uno de ellos. Cuando el amor no es

recíproco, mutuo, se corre el riesgo de que la pareja sea infeliz.

Finalmente, como ministro oficiante, llega a tiempo para realizar el

casamiento. Ahora procedemos para aconsejar a los contrayentes.

A. Consejos antes de las nupcias.

Los comprometidos deberían hacerse, con toda sinceridad, algunas

preguntas: ¿Nos conocemos bien? ¿Nuestro tiempo de noviazgo fue

suficiente para conocernos? ¿Por qué me quiero casar? ¿Es esta la

persona con la que verdaderamente debo casarme? ¿Y que si mi

matrimonio no llégase a funcionar? Bien se ha dicho que la primera gran

decisión en esta vida es aceptar o rechazar a Cristo, debido a que es un

asunto de vida o muerte. La segunda es en cuanto a la elección de la

pareja, pues con ella se pasará el resto de la vida terrenal.

Antes de la boda, los novios deberán buscar, con suficiente tiempo, la

Iglesia donde quieren casarse, al pastor que desearían que los uniese en

129
matrimonio, así como hacer los preparativos necesarios, y el lugar de

recepción para tan importante evento. Cabe destacar, previo a esto, que si

es una chica que afanosamente desea lujos, comodidades y riquezas,

entonces el chico debería seriamente preguntarse si quiere compartir su

vida con una persona que sólo piensa en lo material. Así también, si es un

chico que sus pensamientos están enfocados a lo mismo, porque será

esclavo del trabajo para conseguir sus propósitos, y no tendrá tiempo para

ella y los hijos.

Es bueno ahorrar para la luna de miel, y escoger de mutuo acuerdo el

lugar, o los lugares que desearían visitar.

Cerciorarse que pastor oficiante, pianista, damas y chambelanes se

acuerdan de la fecha de casamiento, y que su presencia esté garantizada.

Pareciera que esta recomendación sale sobrando, pero tristemente

algunas parejas han tenido muy amargas experiencias, porque a alguno de

los participantes se le olvidó el compromiso adquirido.

Confirmar que la iglesia donde se casarán recuerde la fecha del

casamiento, y que su reservación oficialmente esté garantizada. Aun antes

de la ceremonia, verificar que el auto, que conducirá a la novia a la iglesia,

a la recepción, o algún otro lugar, está listo, así como la salida para la luna

de miel esté confirmada, sea ésta por autobús, tren, barco o avión.

130
B. Consejos durante las nupcias

La pareja tiene que llegar a buen tiempo para la realización de la

ceremonia. Hay un sinnúmero de anécdotas de novias que llegaron

demasiado tarde a la cita más importante que tenían. Como creyente no se

está dando un buen testimonio, y ocasiona nerviosismo a su familia, a la

familia de su futuro esposo; especialmente a este último. Cuando se va a

efectuar la ceremonia, si algún integrante del cortejo nupcial se ha

demorado, no se le debe esperar por tiempo indefinido, es necesario

empezar sin su presencia. Asimismo, no se debe esperar a ningún

miembro de la familia, sea de él o de ella, aunque su presencia esté

confirmada. Recomendación final: ¡Es necesario empezar a tiempo!

C. Consejos después de las nupcias

No discutan en su viaje de luna de miel. Si por alguna razón surge algún

desacuerdo, busquen la pronta reconciliación. La Escritura recomienda:

“Airaos pero no pequéis, no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis

lugar al diablo” (Ef 4:26,27).

Antes de que se vayan a la cama, lleguen a una buena conciliación, para

que así disfruten de su primera intimidad, y haya hermosos recuerdos.

131
Pudiese suceder, que haya indisposición en la primera noche de bodas,

especialmente en la mujer, por razones de cansancio y nerviosismo, o de

otra índole. El esposo debe ser comprensible, amoroso y paciente,

pidiendo al Señor que le dé su paz. Cualquier apresuramiento,

incomprensión o demanda, puede arruinar la luna de miel, la cual se pude

convertir en la luna de hiel. ¡Felicidades a la pareja, y Dios les bendiga!

IX. Consejería para los divorciados

Introducción:

El ideal divino es que aquellos que se han unido en santo matrimonio,

jamás se separen. El contrato matrimonial es para toda la vida (Mt 19:5, Mr

10:9). No obstante, tenemos que ser realistas de que en nuestras iglesias

tendremos gente divorciada, a la cual es indispensable ministrar, porque

como seres humanos tienen necesidades. Si bien es cierto que

escrituralmente el divorcio no es justificable, tampoco es correcta la crítica

y condenación hacia hermanos en la fe que se encuentran en esta triste y

lamentable situación. Nuestra ayuda es necesaria, valiosa, y al mismo

tiempo, tiene que ser carente de toda censura, pues, como humanos no

estamos exentos de la posibilidad de cometer la misma falta. La Biblia

advierte sobre esta probabilidad. Gál 6:1, “Hermosos, si alguno fuere

132
sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con

espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tu

también seas tentado” De igual manera, Rom 15:1, agrega: “Así que, los

que somos fuertes debemos soportar las flaquezas de los débiles, y no

agradarnos a nosotros mismos”

A. Consejos para los divorciados

1. Medite muy seria y detenidamente sobre la posibilidad de

contraer segundas nupcias.

2. Medite muy seria y detenidamente en cuanto a contraer

segundas nupcias con otra persona ya divorciada. Considere:

Mr 10:11-12.

3. Escudriñe muy seria y detenidamente si las Escrituras le

autorizan para contraer segundas nupcias. Véase: Mal 2:15-

16.

4. Consulte con sus hijos, en caso de tenerlos, para saber cuál

es su sentir y consejo, a este respecto.

5. Consulte con su pastor para saber cuál es su sentir y consejo,

a este respecto. Heb 13:7.

133
6. Pregúntese a sí mismo cuál es la verdadera razón para

contraer segundas nupcias.

7. Pregúntele a Dios, muy seriamente, en oración, si Él aprueba

su casamiento. Sal 65:2, 143:1.

8. Piense en que el Señor puede traer contentamiento a su vida,

independientemente del estado civil. Heb 13:5, I Cor 7:20,27.

9. Pregúntese, sinceramente a sí mismo, si a diferencia del

matrimonio anterior, éste si funcionará.

10. Si es factible un segundo matrimonio, propóngase en

satisfacer y hacer feliz a su pareja, antes que buscar

satisfacción y felicidad personales. I Co 10:24.

11. Piense que es mejor darse uno mismo, sin egoísmo y sin

reservas al ser amado, para así encontrar la ansiada felicidad

matrimonial. Ef 5:2; Gá 5:14; Rom 12:9-10.

12. Si es factible un recasamiento, haga una seria autoevaluación

de su vida matrimonial anterior, enumerando sus errores

pasados con el propósito de no repetirlos.

B. Advertencias para los divorciados.

134
1. Un segundo matrimonio no garantiza el éxito y la felicidad

conyugales.

2. Un segundo matrimonio pudiese resultar peor al anterior.

3. Un segundo matrimonio pudiese no tener base escritural para

efectuarse Mt 5:31,32.

4. Un segundo matrimonio, sin respaldo bíblico, equivaldría a vivir en

adulterio. Mt 19:9; Mr 10:10-12; Lc 16:18

5. Un segundo matrimonio, si resulta en fracaso, conlleva a una todavía

peor estigma para el divorciado.

6. Un segundo matrimonio, si resulta en fracaso, conlleva a una todavía

peor reputación, vergüenza y escándalo para el divorciado. Léase: Lc

14:28-30.

Por lo anteriormente expresado, el divorciado debe sopesar los pros y los

contras, antes de siquiera pensar en recasarse. Examine con atención y

con mucha prudencia las ventajas y los inconvenientes.

X. Consejeria contra el divorcio

135
El divorcio es la disolución, o anulación del matrimonio. Nos gustaría

considerar el tema del divorcio porque las estadísticas en cuanto al

divorcio en círculos evangélicos son verdaderamente alarmantes. La Biblia

nos habla del divorcio tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo.

A. El divorcio en el Antiguo Testamento (Dt 24:1-4).

Alguien dijo que Moisés no inventó el divorcio. Dios mucho menos. Más

bien, Moisés, por orden de Dios, creó las leyes para reglamentar un mal,

una practica desenfrenada y existente por siglos. El hombre que se

divorciaba de su esposa no podia volver a unirse a ella, si ésta se

involucraba en un segundo divorcio (vv.1-3). El V.4, menciona las razones

para tal prohibición. Queremos resaltar dos cosas en Dt 24:1. Primero, la

frase, “alguna cosa indecente” ¿Qué significa, o entendemos por “alguna

cosa indecente”?

Esta frase no significaba adulterio, pues, éste se castigaba con la muerte

(Dt 22:22). Tampoco significa relaciones premaritales de la mujer con otro

hombre, pues, también, se castigaba con la muerte (Dt 22:20-21). Ver: Dt

22:13-14.

136
El significado de la frase es incierto, desconocido. Algunos escritores

afirman que podía haber sido una conducta vergonzosa, reprochable,

repudiable, o comportamiento impropio de la mujer.

La segunda cosa que queremos resaltar es la carta de divorcio en el

mismo versículo 1. La carta de divorcio fue permitida, dada, bajo

condiciones muy especiales, no porque Dios apruebe el divorcio (Mal 2:13-

16). Ver: Pr 2:17.

La Biblia de notas siglo XXI dice lo siguiente en cuanto a este pasaje:

“Estos versículos no instituyen, alientan ni aprueban el divorcio, sino que lo

tratan como una práctica ya existente. Dios, a través de Moisés, regula un

mal ya exigente.

La carta de divorcio, y aquí algunos están de acuerdo, fue dada a la mujer

como una medida de protección bajo la ley para salvarla de un marido

violento y abusador. Maridos violentos y abusadores siempre han existido

(Gn 31:50). Hay también mujeres violentas.

Ilustración: caso de mujeres policía, quienes tienen que aprender defensa

personal. Imagínese el caso de un hombre casado con una mujer policía.

Los ministros que no estamos de acuerdo con el divorcio, algunas veces

137
nos vemos en la necesidad de recomendar una separación temporal para

evitar una desgracia o tragedia en el matrimonio.

A veces se recomienda la separación por alguna otra razón poderosa.

Ilustración: Consejero radial, y mujer hablándole de la infidelidad

persistente de su marido.

¿Qué pasa con aquéllos que han recurrido al divorcio, disolviendo de esa

manera el matrimonio?

Si fue antes de conocer a Cristo, viva en paz, viva tranquilo. En Cristo

Jesús no hay pecado imperdonable, si ud. se arrepiente de corazón (ver II

Co 5:17).

Si fue conociendo ya a Cristo, todo depende de la situación pues, algunos

y algunas ya se casaron otra vez. Su esposo o esposa anteriores también

ya se casaron, y es imposible regresar con ellos. Hay que tomar en cuenta

a quienes están casados con su antigua esposa, o antiguo esposo (Fil

3:13).

Ilustración: Hno. que conoció a Cristo, deseaba regresar con su antigua

esposa, pero ésta no quiso.

No se puede, muchas veces, remediar el pasado. Pero si puedes remediar

el presente y el futuro, ¿Por qué, pues, te quieres divorciar?

¿Por qué estás haciendo planes futuros para divorciarte?

138
B. El divorcio en el Nuevo Testamento

1. El divorcio considerado por Jesús (Mt 5:31-32; 19:3-9; Mr

10:1-12; Lc 16:18).

Mt 5:31-32, ya consideramos en el A.T. que aunque el divorcio fue

permitido bajo ciertas circunstancias, éste jamás fue aprobado por Dios.

V.32, aquí tenemos el punto de vista del Señor Jesús en cuanto al divorcio.

El da su opinión en cuanto a este tema, sin ser cuestionado al respecto.

Jesús nos dice que la única razón valedera, de peso, para que un hombre

repudie a su mujer es la fornicación. Aquí fornicación significa, pecado

sexual en general, pues, no sólo concierne a los solteros, también a los

casados. Para que un hombre, tenga la aprobación del Señor en cuanto a

dejar a su mujer, debe haber un pecado sexual de por medio ¿Qué pasa si

no es así? Suceden dos cosas: Primero, al casarse con otro, ella adultera.

¿Por qué? Porque su marido todavía vive. Ro 7:1-3. Segundo, el hombre

que la toma por mujer, comete adulterio ¿Por qué? Porque está tomando

la mujer de otro hombre, mujer que no le pertenece. Mt 19:3-9, esta vez

Jesús si es cuestionado en cuanto al divorcio. V.3, los líderes religiosos

abordan a Jesús. Las causales de divorcio habían degenerado tanto, que

139
aun por la más mínima causa se podía efectuar un divorcio “…por

cualquier causa”

V.4, el Señor Jesús les citó 2 pasajes del A. Testamento a los fariseos, Gn

1:27, 2:24.

En el V.6, la enseñanza de Cristo es muy clara y convincente. El ésta en

contra del divorcio. En el V.7, los religiosos le citaron Dt 24:1-4, pasaje que

ya consideramos.

V.8, hubo una concesión debido a la dureza del corazón humano, pero al

mismo tiempo, el Señor Jesucristo aclara que nunca ha sido en el plan de

Dios el considerar el divorcio como una solución viable en la relación de

una pareja.

V.9, aquí está la única razón para disolver el matrimonio, fornicación, o

pecado sexual.

Mr 10:1-12 es el mismo relato de Mt 19:3-9. En Mr 10:10, parece que los

discípulos se sorprendieron de cuan tajante fue el Señor Jesús en cuanto

al tema de divorcio. Es obvio que quedaron impactados de que Jesucristo

no era tolerante en lo concerniente al divorcio, razón, por la cual,

reanudaron en casa ese tema candente y polémico. Jesús fue una vez

mas contundente en cuanto a estar en contra de la disolución de

matrimonio (Mr 10:11-12). En Lc 16:18, el Señor remacha y confirma sus

140
convicciones en contra del divorcio. Hoy en día, como en tiempos del

Antiguo y Nuevo Testamento, tenemos un sin fin de causas, inventadas

por el hombre y el diablo mismo para romper los lazos sagrados del

matrimonio.

Ilustración: 1) Sobrino a su regreso de México, y su esposa.

2) Esposa, y su esposo que la dejó para unirse a una mujer

con 4 hijos.

Dos preguntas: ¿Qué pasa con aquéllos que han recurrido al divorcio para

disolver el matrimonio, siendo que la disolución de éste no fue por causa

de adulterio?

Él y ella deberían permanecer sin casarse otra vez. Esto asusta a algunos.

Note la reacción de los discípulos (Mt 19:10).

¿Qué pasa con aquellos que ya se casaron por segunda vez? Ya no se

puede dar marcha atrás, ya no se puede remediar el pasado. Siga con su

actual pareja. Si usted lo hizo por ignorancia, y le ha pedido perdón de

todo corazón al Señor, Él le perdona. Una advertencia: Ahora que ya

tienes conocimiento, no tienes ninguna excusa delante de los hombres y

Dios, si es que quieres divorciarte.

141
2. El divorcio considerado por Pablo (I Co 7:10-13, 16, 17, 20, 24,

27, 28, 33, 34,39; 11:11).

I Co 7:10- Le corresponde el turno al apóstol Pablo para hablar en cuanto

al divorcio. Cuando Pablo habla del divorcio tiene su fuente de autoridad

en Cristo. (v.10). El mandato a no divorciarse viene de una autoridad

superior a la de Pablo. El apóstol está recordando las palabras del Señor

Jesús, el mandato de Cristo en Mt 19:6. “…lo que Dios juntó, no lo separe

el hombre”

V.11, Cuando un divorcio no ha sido por causa de adulterio, sino por

cualquier otra razón, tanto el hombre como la mujer, no deben casase por

segunda vez.

V.12, ni siquiera el que uno de los cónyuges sea incrédulo, da licencia o

derecho a una persona para pensar en el divorcio. Esto mismo se confirma

en el V.13.

V.16, Pablo da una buena razón para no separarse, o divorciarse. Con el

correr del tiempo, el incrédulo (a) pudiera llegar a conocer a Cristo.

V.20, en el estado en que la persona fue encontrada cuando conoció al

Señor, en el quédese. Si el Señor te alcanzó estando con tu actual pareja,

142
quédate con ella, ¿Por qué quieres ir en busca de otra? Lo mismo se

ratifica en el V.24.

V.27, Pablo no puede ser más enfático en cuanto al no divorcio. En

nuestra cultura el lazo, con que se une a una pareja, significa que se les

está amarrando para no soltarse mientras los dos tengan vida.

¿Por qué dice Pablo en la segunda parte del versículo 27, “…no procures

casarte? Porque el matrimonio no es cosa de juego, es algo muy serio, el

casarse con otra persona debe pensarse, no a la ligera, al hay se va, sino

con detenimiento, y con mucha oración, con temor y temblor.

Ilustración: La oración de mi esposa antes de casarse.

Muchos(as) piensan que el matrimonio es puro romanticismo, pura luna de

miel, algunos han encontrado que es luna de hiel.

V.28, Si bien es cierto que el casarse no es pecado, los que están

contemplando el matrimonio, deben considerar que en éste hay algunas

ocasiones de aflicción, no todo es gozo y alegría.

V.33, Un hombre, en lugar de estar pensado en disolver su matrimonio,

debería pensar de cómo agradar a su mujer. V.34, Una mujer, en lugar de

estar pensando en disolver su matrimonio, debería pensar de cómo

agradar a su esposo.

143
V.39, lo único que puede disolver la unión matrimonial, aparte del adulterio,

es la muerte.

Conclusión: ¿Qué de aquellos que nacieron después que sus padres se

separaron?

Entendemos que sólo el adulterio o la muerte pueden disolver el

matrimonio. El cónyuge culpable de infidelidad estará viviendo en una

relación ilícita. ¿Qué del cónyuge inocente, el que no ha cometido

adulterio? ¿Puede este casarse por segunda vez? La mayoría afirma que

al romper el adulterio su primer matrimonio, está en libertad de casarse

nuevamente. Sin embargo, si bien es cierto que el cónyuge inocente puede

casarse, puede también reconsiderar el permanecer con el cónyuge

culpable, exhibiendo un espíritu de perdón, si éste último se arrepiente de

su pecado, pidiendo perdón a Dios y a su pareja.

El caso de Oseas ilustra como Dios brinda una segunda oportunidad al

cónyuge culpable. Veamos Oseas: 1:2; 2:5, 7; 3: 1.3.

Mucho se ha dicho en cuanto al matrimonio de Óseas (Os 1:2-3).

He aquí tres opiniones:

144
1. El matrimonio de Oseas no fue real, es sólo una alegoría,

parábola, visión, o sueño que él tuvo. Únicamente lenguaje figurado.

Escudriñando bien el libro, nos damos cuenta que fue una experiencia real,

verdadera en la vida del profeta Oseas. Un caso de la vida real. (Os 1,2,4)

2. Dios ordeno a Oseas contraer matrimonio con una prostituta (Os

1:2,3

Más bien, Dios le anticipa que Gomer le sería infiel. Yo creo que Gomer

era una mujer pura y casta al casarse con Oseas.

Si Dios le ordenó a Oseas casarse con una prostituta, tendríamos un

problema de carácter moral que atentaría contra la santidad de Dios.

3. Gomer se volvió una prostituta después de contraer matrimonio

con el profeta Oseas.

Dos cosas a resaltar en el matrimonio de Oseas:

Primero, de cualquier manera que querramos verlo, se resalta la infidelidad

de Gomer, y el espíritu perdonador de Dios y de Oseas (Os 2:5, 7; 3:1, 2,

3).

Hubo en Oseas una gran disposición de perdonar a su esposa adúltera.

Hoy día, cuando se trata del hombre, en particular, no hay en él la

disposición de perdonar, y todo tiene que ver con el machismo.

145
Segundo, sea que Gomer haya sido una prostituta, o una mujer

sexualmente pura a la hora de su casamiento con Oseas, ella le fue infiel

al profeta durante el matrimonio, pero éste la buscó y la perdonó (Os 3:3).

Otra pregunta que surge es la siguiente: si bien es cierto que Pablo ordenó

al creyente no separarse de su pareja no creyente (I Co 7:12,13), ¿Qué

sucede cuando el cónyuge no creyente prefiere separarse de su pareja

creyente por causa de la fe de este último?

Aquí hay una excepción para separarse. (I Co 7:15).

Ilustración: Hna. en Monterrey, y su esposo.

De esta última pregunta surge otra más; siendo que el creyente no motivó

la separación, ni tramitó el divorcio, ¿Se puede casar por segunda vez? I

Co7:15, no nos dice nada de un nuevo matrimonio.

Unos dicen, “Si bien es cierto que el creyente no está obligado a prevenir,

o a evitar el divorcio, esto no le da libertad de casarse una vez más”.

Otros afirman, “siendo que Pablo no dice “…quédese sin casar…” como en

I Co 7:11, esto da licencia al creyente para tener un segundo matrimonio.

Algunos van a preguntar, y cuál es su opinión pastor.

146
El hno. o la hna. que está contemplando la posibilidad de un nuevo

matrimonio, debe traer este asunto en oración ferviente al Señor, y seguir

la voluntad del Señor.

El pastor no tiene la última palabra para decir, cásate, no te cases. Es

importante también considerar en este asunto, si la hna o el hno. Inocentes

tienen, o no, el don de continencia. Si no lo tienen es mejor casarse I Co

7:9.

Para los que se afanan en el divorcio, creyendo que éste es la gran

solución a sus diferencias y problemas, he aquí un versículo que brilla

intensamente, (I Co 11:11,12).

Sin tu pareja no eres nada. Nadie sabe lo que tiene hasta que lo ve

perdido. A veces demasiado tarde, ambos se dan cuenta que después de

todo, se necesitaban. Algunos que hasta allí aún no se habían todavía

divorciado, reconsideran, y deciden volver a unirse poniendo de allí en

adelante todo el empeño y esfuerzo necesarios por salvar su matrimonio.

Dios no se equivoca, el hombre y la mujer no fueron creados para vivir

solos. El hombre o mujer que se queda solo (a), al regresar a casa,

encuentra un gran vacío, hueco y espantosa soledad. No importa cuan

hermosa ésta sea, aun si es una mansión, no es lo mismo casa que hogar.

Una casa la obtienes en un abrir y cerrar de ojos, un hogar lleva tiempo

147
para lograrlo. Por eso, I Co 7:11, ahora más que nunca cobra vida. Vuelvo

a repetir, el hombre y la mujer no fueron creados para vivir solos. El primer

hombre se dio cuenta que no podía vivir solo. No es que el hombre

pensara, suspirara por una buena cocinera, pues, tenía la más excelente

comida que jamás hombre alguno ha ingerido (Gn 2:8,9). Menciono esto

porque hay hombres que sólo en eso piensan, en satisfacer su voraz

apetito. Adán no podía compartir cosas íntimas y hermosas con los bellos

animales. Notó que le faltaba algo. Dios está siempre dispuesto a suplir

nuestras necesidades (Gn 2:18-20, 21-24).

Trata de memorizar I Co 11:11, y luego ya aprendido, personalízalo,

diciendo: Pero en el Señor, ni Gonzalo es sin Rosita, ni Rosita sin Gonzalo.

Ecl 4:9-12, confirma esta verdad.

XI. Consejería para los oficiales de la iglesia. I Tim 3:1-13

Introducción: Dios ha declarado en su Santa Palabra que su Iglesia, la cual

es el cuerpo de Cristo, debe ser gobernada y administrada por pastores,

ancianos y diáconos para que ésta pueda funcionar mucho mejor. Los

pastores, ancianos y diáconos están para ayudarnos en nuestros

problemas, dificultades, preguntas, consultas y cuestionamientos.

148
Alguien afirmó que debemos aceptar su corrección como si ésta viniese

del Señor.

Queremos considerar las cualidades y deberes de cada uno de estos

oficiales, o de cualquier creyente que aspira a tener algún cargo en la

iglesia local.

I. Los obispos (I Tim 3:1-7).

La función, u oficio del obispo es la misma que la del anciano o pastor. Los

términos obispo, anciano y pastor se usan intercambiablemente en las

Escrituras. Vease: Hechos 20:17,28; Tito 1:5, 7.

Con el transcurrir del tiempo, la palabra obispo ha venido a significar el

puesto de un alto jerarca eclesiástico. Ejemplo de esto lo tenemos en la

Iglesia Católica. Pero el sentido o significado, en el Nuevo Testamento, es

anciano o pastor. Sin embargo, hay iglesias evangélicas que a sus líderes

eclesiásticos les llaman obispos. El obispo era un supervisor o

superintendente.

149
A. Las cualidades del obispo.

1. Ser irreprensible (V.2).

Antes que entremos de lleno para analizar las cualidades que se deben

reunir para el pastorado u obispado, es pertinente decir que estas mismas

deben estar presentes en cualquier hermano (a) que desee un cargo en la

Iglesia.

El Señor no va pedir menos de lo que ya está estipulado en su Palabra.

¿Qué significa ser irreprensible? Debe tener una conducta y

comportamiento intachables, irreprochables. No debe ser reprochado por

la manera en que se comporta dentro y fuera de la iglesia.

Ilustración: Maestro de Escuela Dominical, y su comportamiento en un

partido de béisbol.

2. Ser casado (V.2).

La palabra “marido”, implica que debe ser casado, obviamente de

preferencia. Esto de ninguna manera, descalifica a un soltero para ocupar

el pastorado. Ilustración: Caso personal, siendo pastor soltero.

No obstante, es preferible y aconsejable, por muchas razones, que el

pastor sea casado. No usamos de discriminación al decir esto. Pablo, muy

probablemente, era soltero, sin embargo, no está usando contra él mismo

150
una actitud discriminatoria. Algunos aseguran que era casado antes de

conocer a Cristo.

Marido de una mujer puede significar dos cosas:

a) No debe tener muchas mujeres

b) Debe ser casado una sola vez. No divorciado. Se

puede casar una segunda vez, si su esposa fallece.

Algunos han dicho que el cónyuge inocente tiene derecho a casarse y

servir al Señor, especialmente, si su divorcio fue antes de conocer al

Señor. Yo creo que para el pastor la vara debe ser puesta más alta.

¿Cómo puede un pastor divorciado aconsejar a una pareja que tiene

problemas matrimoniales?

3. Ser sobrio (V.2).

Debe ser una persona madura, capaz de aconsejar. Capaz de ejercer un

buen juicio, y estar en su sano juicio. Sobrio es aplicable a personas que

no están bajo los efectos de bebidas embriagantes. Esto último lo vamos a

tratar más adelante. También significa moderado, mesurado.

4. Ser prudente (V.2)

151
Debe ser una persona muy discreta. Hay creyentes que son muy

indiscretos, no se les puede contar nada. Un asunto de la Iglesia, del cual

se debe guardar la más estricta discreción, luego, luego lo divulgan. Ser

prudente, de igual manera, implica no hacer las cosas precipitadamente,

no hacerlas a la ligera. Debe pensar antes de actuar, no actuar, y luego

pensar. Lo que de prisa se hace, pronto se llora.

5. Ser decoroso (V.2).

Debe ser respetuoso y ordenado. ¡Qué dé honor y respeto a las personas!

Que su lema sea: “Honor a quien honor merece” No seas irrespetuoso con

nadie. También significa recatado, cauteloso.

6. Ser hospedador (V.2).

Debe ser una persona hospitalaria. ¡Que réciba con amor y cariño a los

hnos. y amigos! Hemos escuchado de personas muy hospitalarias.

Queremos escuchar lo mismo de los hermanos en Cristo. La Biblia dice

que algunos sin saberlo hospedaron ángeles. ¿Por qué no dice muchos o

la mayoría? Porque no muchos son dados a la hospitalidad. Véase: Heb.

13:2; Ro 12:13; I P 4:9.

152
Ilustración: Algunos dicen, qué inoportuno, estaba viendo la telenovela

favorita, etc., etc.

7. Ser maestro (V.2)

Tener la capacidad, habilidad, destreza para enseñar una clase. Dar una

enseñanza o mensaje cuando el pastor esté ausente. El pastor debe

asumir el rol de maestro, constituirse en un maestro. Véase: Ef 4:11.

8. No ser borracho (V.3)

“No dado al vino” Que no sea un drogadicto tampoco. Que no sea un

alcohólico. Muchos, empezando con muy poco, fueron atrapados en el

alcoholismo. Muchos, para socializar o mitigar una pena, recurren al

alcohol.

9. No ser pendenciero (V.3)

¡Que no sea un busca pleitos, una buscarriñas! ¡No queremos boxeadores

dentro de la iglesia! ¡Qué no haga de la iglesia un cuadrilátero!. Una

persona no sólo puede ser pendenciero (a) con los puños, también lo

puede ser con los labios.

153
10. No ser codicioso (V.3)

No dado a la ambición, a la ansia exagerada por las riquezas, desear con

vehemencia, con ansia desmedida enriquecerse. No querer robar a nadie,

debido a la codicia. Véase: Hch 20:33; I Co 10:6; I Tim 6:9.

El pastor no debe manejar el dinero de la tesorería. Dicho: “Armas y dinero

buenas manos quieren”

El manejo de una arma y el dinero son muy delicados. No pedir dinero

prestado a la iglesia, menos aun, si tiene la intención de no pagarlo.

11. Ser amable (V.3).

Su amabilidad y cortesía debe ser manifestada a toda persona. Véase: Fil

4:5. Debe portarse como un caballero con las personas del sexo opuesto.

Cristo siempre fue amable y tierno, incluso con los niños.

12. Ser apacible (V.3).

Debe ser un hombre que ame y busque la paz; que promueva la paz, la

quietud y la tranquilidad. En una junta de negocios es vital la paz. Véase:

Rom 14:19; II Ts 3:16. Si sirve al Señor de paz, debe ser un hombre de

paz.

13. No ser avaro (V.3).

154
Un avaro es un individuo que acumula dinero, pero no lo usa, no lo

emplea. Es excesivamente amante del dinero. Véase: Heb 13:5, Lc 12:15.

Es importante que sea un buen diezmador. Considere: Pr 23:5.

14. Ser buen gobernante (VV.4-5).

Debe saber arreglar bien los asuntos de su propia casa, al mismo tiempo

que sus hijos le obedezcan y le respeten, de lo contrario, no está calificado

para gobernar y dirigir la casa de Dios.

15. No ser neófito (V.6).

No debe ser un novato o recién convertido. ¡Cuánto mal se ha hecho en la

iglesia al asignar en ella, a puestos importantes a personas recién

convertidas, o sin experiencia. A muchos se les ha llenado la cabeza de

humo. El orgullo fue el pecado por el cual cayó Satanás, de manera que él

sabe cómo usarlo.

B. Los Deberes del obispo

1. Apacentar la grey de Dios (I P 5:1-3).

Esto significa pastorear. Es muy factible que Pedro, al usar el verbo

“apacentad”, esté recomendado el gran encargo que Cristo le hizo

después de su resurrección. Véase: Jn 21:15-17.

155
Apacentad lleva en sí la idea del crecimiento y el bienestar espiritual de la

congregación. Es alimentar al rebaño. Para que haya una alimentación

apropiada, el rebaño debe sentir un apetito voraz. De nada sirve que el

pastor proporcione alimento sano, nutritivo y delicioso, si en la grey, o en el

rebaño, hay una ovejita, o más, sin apetencia. Ilustración: golosinas versus

comida nutritiva. Véase: Hchs 20:28.

2. Cuidar la grey de Dios

Pedro lo ha dicho muy bien, la grey, o rebaño, es de Dios. Al pastor se le

ha confiado el cuidado, alimentación, protección, dirección y guianza de la

feligresía. El rebaño le pertenece al Señor, El es el verdadero dueño. El

ganó a la grey con su propia sangre. Ilustración: Arrear vs guiar. Hch.

20:28.

Tal como se dijo anteriormente, el obispo o pastor, es solamente un

supervisor. El está encargado de la supervisión de la iglesia, ejerce

vigilancia o inspección general del rebaño, cerciorándose que todo

vaya bien. La Iglesia y él mismo, deben reconocer que es el Espíritu de

Dios quien lo ha puesto o colocado en ese cargo. Vea una vez más Hch

20:28.

156
Dentro de sus obligaciones ¿Cómo debe cuidar la grey? I Pedro 5:2-3.

No por compulsión, o a la fuerza. Con disposición, o voluntariamente.

Debe ser algo que le nace. No a regañadientes, no refunfuñando. Que no

sienta que es una carga pesada.

No por ambición de dinero, que sea de manera honesta. Con ánimo, no

con ánimo decaído o derrotado, sino pronto a servir al Señor.

No con tiranía, que no ejerza un reinado, o control dictatorial (V.3).

Finalmente debe cuidar con conducta ejemplar. ¡Que sea un modelo a

seguir! Ilustración: Ministro que engañó a otro ministro, al pedirle que

firmara algunos documentos, en los cuales, sin saber le entregaba una

propiedad. Algunos se han quedado con propiedades de la iglesia,

pues, las habían escriturado a su nombre. Ilustración: La oveja

engendra, el pastor alimenta.

Los Diáconos (I Tim 3:8-10; 12, 13).

La palabra diácono, sencillamente, significa servidor o sirviente. Como se

puede apreciar, su función en la iglesia es para servir a las necesidades

que puedan presentarse en la misma. Si bien, el cargo de diácono es

honroso y privilegiado, éste no debe sentirse como amo y señor en la

Iglesia. Debe mostrar un actitud de humildad y servicio, siguiendo el

ejemplo de Pablo y del mismo Señor Jesús (Ro 15:25; Mt 20:26-28). No

157
debe pensar que si lo hagan elegido para el diaconado, ya es el manda

más. Aun los ángeles ejercen el ministerio del servicio (Heb 1:13-14).

Los ángeles se deleitan en servir a los herederos de la salvación.

Ilustración: Un hno. del grupo “Christian Farmers”

En la Biblia, el concepto de liderazgo es servicio. Un líder es uno que está

dispuesto a servir, y lo hace con un gozo desbordante y contagioso.

A. La Cualidades de los diáconos (I Tim 3:8-10, 12, 13).

El V.8 empieza afirmando, “Los diáconos asimismo…” Esto significa, de

igual manera, o de la misma manera. Esto es un claro indicativo que las

cualidades requeridas en ellos son las mismas que las de un pastor u

obispo.

1. Ser honestos (V.8).

El diacono debe ser una persona honesta u honrada. La honestidad u

honradez es una cualidad que debe caracterizar y estar presente en

cualquier hermano que tiene serias aspiraciones al diaconado. El pequeño

Larousse ilustrado, define honesto u honrado de la siguiente manera:

“Incapaz de robar, estafar o defraudar”.

158
Hablamos de ciudadanos honrados u honestos. Hablemos también de

diáconos honrados y honestos. Ilustración: Padres y madres que inculcan

a sus hijos el valor de la honestidad, de la honradez. De igual manera, el

Padre celestial quiere inculcar en sus hijos eso mismo. De esto, tenemos

muchas evidencias en la Biblia.

2. Ser sin doblez (V.8)

El diácono no debe presentar una doble cara. Debe ser un creyente que no

exprese fingimiento o hipocresía. Que sea una persona sin doblez en sus

palabras y hechos, de tal manera, que no diga a alguien una cosa, y a otro,

algo muy diferente. Deber ser veraz en todo tiempo.

3. No ser borrachos (V.8).

En nuestra sociedad, al igual que en la de Pablo, dos cosas han sido

siempre la debilidad de los hombres: Las mujeres y el vino. El vino ha sido,

es, y seguirá siendo el punto débil y vulnerable de los hombres. Algo así

como su “tendón de Aquiles”. La frase “no dados a mucho vino”, para

algunos, pudiera sugerir que es permitido tomar un poco de vino, o

ponerse un poco alegre mediante algunas copas. En algunos casos, es

única y exclusivamente permitido por razones medicinales, y bajo la

159
supervisión de un médico. Timoteo, a quien Pablo, escribió esta carta,

sufría de problemas estomacales, tal vez, debido a la pésima calidad del

agua. Considerando esto, y muy probablemente por prescripción médica,

Timoteo recurría a un poco de vino. Véase: I Tim 5:23.

La recomendación más pertinente, en cuanto a esto, está en Ef 5:18. El

filósofo Sócrates dijo: “La embriaguez es útil para perder el tiempo, el

dinero y la vergüenza”. Un anónimo dice así: “El borracho camina hacia la

cárcel, hacia el manicomio y al suicidio” Le faltó decir, camina hacia el

infierno, pues, la Palabra de Dios asegura: “¿No sabéis que los injustos no

heredarán el reino de Dios?...ni los ladrones, ni los avaros, ni los

borrachos, ni los maldicientes, ni los robadores, heredarán el reino de

Dios” I Co 6:9 a, 10.

4. No ser codiciosos (V.8).

Los diáconos no deben tener codicia por las ganancias deshonestas.

Quizás, como diácono, en un momento dado, se le confíe temporalmente

el manejo de las finanzas de la iglesia. No debe extraer de ellas.

Considere: I Tim 6:8-10. Tal fue el caso de Judas Iscariote, el cual, por su

codicia, se convirtió en ladrón (Jn 12:6). Esto era terrible en el diácono,

pues antiguamente les era confiado el dinero de la iglesia, el manejo y

administración de las finanzas.

160
5. Ser fieles (V.9).

De igual manera, el diácono debe ser fiel en cuanto a la fe y a las doctrinas

bíblicas. Alguien que niegue la fe y la sana doctrina bíblica, no es

candidato, ni aspirante a considerarlo para el diaconado. Su conciencia

debe ser pura y transparente, que no tenga una conciencia sucia y

manchada.

La Nueva Versión Internacional de la Biblia dice así en el versículo 9:

“Deben guardar, con una limpia conciencia, las grandes verdades de la fe”.

6. Ser irreprensibles (V.10).

Notemos que el V.10, antes que cualquier otra cosa, requiere que el

aspirante al diaconado, deba ser sometido a un periodo de prueba, para

así ser digno de la aprobación de la iglesia, y de esa manera, ejercer el

oficio de diácono.

Si ha pasado la prueba, y la iglesia lo ha encontrado irreprensible, es decir,

sin mancha y sin reproche, ejercerá el cargo de diácono. Ilustración: ¿Qué

examen o prueba encontró más difícil en la escuela? ¿Reclamaría al

maestro de escuela por haberlo reprobado justificadamente? Ilustración:

Actitud de alguien que obtuvo 17 puntos en un examen.

161
Pablo recomienda que seamos precavidos en la designación de diáconos,

y en la elección final de cualquier otro oficial en la iglesia local. Debemos

tener mucho cuidado en la imposición o colocación de manos, a la hora de

ordenar a alguien al ministerio, o al servicio del Señor (I Tim 5:22; Hch

13:3).

Refrán: “Hombre prevenido vale por dos” Ilustración: Pastor que fue

llamado con ligereza a una iglesia en el Valle de Texas. Esto mismo puede

suceder en el nombramiento de cualquier oficial o líder en la iglesia.

7. Ser casados (V.12).

La palabra “maridos”, implica que el diácono debe ser casado, obviamente

de preferencia. Esto de ninguna manera, descalifica a un soltero para

servir al Señor. Marido de una mujer puede significar dos cosas:

a) No debe tener más de una mujer.

b) Debe ser casado una sola vez.

No divorciado. Se puede casar una segunda o tercera vez, si la esposa en

turno fallece. Ha habido casos de pastores y misioneros que se casaron

162
más de dos veces, debido al fallecimiento de la esposa en turno. Lo mismo

es aplicable al diácono. Algunos afirman que el cónyuge inocente tiene

derecho a casarse y servir al Señor, especialmente, si su divorcio fue

antes de conocer a Cristo. Se evalúa si fue por infidelidad sexual de su

esposa, la cual es una causal bíblica para el divorcio, y sólo la única, pues,

no hay otra.

8. Ser buenos gobernantes (V.12).

Los diáconos deben saber gobernar bien los asuntos de su casa, al mismo

tiempo, deben tener a sus hijos en obediencia y sujeción. Es diferente si

éstos ya no están bajo su patria potestad, y ya son independientes, o

casados. Un diácono, es obvio, que no puede tomar decisiones por un hijo

casado, o que ha alcanzado la mayoría de edad. Véase: V.13 y el V.11.

9. Tener buen testimonio (Hch 6:3).

Aquí tenemos la institución formal del diaconado. Se mencionan los

primeros diáconos de la Iglesia Primitiva, los cuales fueron siete. Aunque

en el pasaje de Hch 6:1-7, no se menciona la palabra diácono o diáconos,

nadie puede negar que ejercieron las funciones de un diácono. Los

cristianos primitivos tenían todas las cosas en común (Hch 2:44,45). Las

163
viudas de los griegos se quejaron de que eran desatendidas en la

distribución diaria de los alimentos.

Los apóstoles creían que era más importante para ellos dedicarse por

completo a la enseñanza y a la predicación de la Palabra de Dios que el

atender asuntos relacionados con la distribución de comida (Hch 6:1,2). Al

buscar a siete varones para el diaconado, los discípulos mismos

especificaron las cualidades necesarias (V.3).

El buen testimonio es imprescindible. El diácono debe ser alguien que no

traiga reproche a la iglesia a la cual pertenece; y mucho menos, reproche

al nombre de nuestro glorioso Salvador.

Ilustración: La mejor versión de la Biblia, #424; 501 ilustraciones.

Un hombre dijo: “Mi made me ha traducido la Biblia en la vida diaria. En su

traducción todo está claro y comprensible. Hasta un niño puede

comprender esa versión”.

Todo aspirante a ser diácono, o líder en la iglesia local, debe tener un

testimonio tan resplandeciente como ese.

10. Ser llenos del Espíritu Santo (Hch 6:3).

Debe ser una persona controlada y dirigida por el Espíritu de Dios, tanto en

lo que dice y hace. No debe actuar guiado por la carne y por sus

164
sentimientos en asuntos importantes. Pablo, en sus oraciones a favor de

los efesios, pedía que estos fueran llenos de la plenitud de Dios (Ef. 3:13,

14,19).

De la misma manera, la iglesia debe orar, pidiendo para sus diáconos toda

la plenitud de Dios el Padre y Dios Espíritu Santo. La iglesia tiene su parte,

y como creyentes no debemos ser meros espectadores. La Iglesia

Primitiva no se equivocó en la elección de Esteban y los demás (Hch 7:54-

55, 59-60). Así también, la iglesia local no debe equivocarse en la elección

de sus diáconos.

11. Estar llenos de sabiduría (Hch 6:3).

El diácono debe tener y ejercer sabiduría, no humana sino divina. Hay un

mundo de diferencia entre estas dos sabidurías. Véase: Stg 3:15-17.

¿Cómo alcanzar sabiduría? Stg 1:5,6.

Tal vez alguien diga, pastor, ud. requiere mucho de los diáconos, o futuros

diáconos. Lo hasta aquí considerado, ¿son cualidades establecidas por el

pastor, o por la palabra de Dios? Probablemente, a un pastor jamás se le

hubiese ocurrido esta clase de requisitos.

165
Hay un orden divino para nuestras iglesias locales, el cual el Señor nos

hace llegar por medio de sus Sagradas Escrituras, y bien haremos

nosotros en obedecer.

B. Los deberes de los diáconos

Antes de considerar los deberes de los diáconos, cabe señalar que a

medida que crezca la iglesia, se va a requerir de ellos. Esta es la razón por

la cual, toda iglesia deber ser instruida en este asunto. Se debe, de la

misma manera, traer a colación que generalmente se eligen dos o tres por

cada cincuenta miembros. Note que decimos miembros, no asistentes.

Normalmente, se eligen a los diáconos para dos años, y pueden ser

reelegidos para dos más. Véase la constitución de la Iglesia, si se tiene

una. Ya con esto en mente, veamos los deberes de los diáconos.

1. Son responsables, juntamente con el pastor, de las

necesidades de la iglesia. En la iglesia local hay necesidades

de diferente índole. Considere: Stg 2:15,16.

2. Deben velar, juntamente con el pastor, por los asuntos y

negocios de la iglesia. I Tim 3:14,15. Hay, algunas veces,

necesidades financieras de la iglesia, de las cuales deben estar

166
atentos y muy al pendiente. Asuntos de carácter material y

también espiritual. Los diáconos tienen que ver con la buena

administración de la iglesia.

3. Deben promover, juntamente con el pastor, reparaciones en el

edificio de la iglesia. I Tim 3:14,15.

Como se puede apreciar, son el brazo derecho del pastor. Ilustración:

José María Morelos, Mariano Matamoros, Hermenegildo Galeana, héroes

mexicanos

El fusilamiento de Matamoros y la muerte de Galeana afectaron

sensiblemente a Morelos, al grado de decir, “se acabaron mis brazos, ya

no soy nada”

El pastor no puede hacer nada sin la ayuda de la iglesia, y de futuros

diáconos. Esto es algo que la iglesia debe grabarse en la mente, y jamás

olvidar.

4. Deben ser capaces de enseñar en la Escuela Dominical. Tito

1:9.

Es bueno que tengan capacidad para enseñar en la Escuela

Dominical, o sustituir al pastor cuando esté ausente. Para esto deben tener

un buen conocimiento de la Biblia, si no, qué van a enseñar. ¿Puede

alguien enseñar un curso de carpintería o enfermería sin saber nada al

167
respecto? Más bien, una persona así, necesita recibir enseñanza. Es

necesario que tenga la convicción de que el Señor lo ha llamado para

servir en ese cargo tan honroso. De igual manera, debe siempre estar bien

preparado para enseñar. Jamás debe decir, bueno tengo el don de la

enseñanza, con eso basta, es más que suficiente. Ilustración: Martín

Lutero, y su predicación a los repollos de su casa. Joven egresado de un

seminario bíblico, el cual terminó de enseñar la Biblia en dos mensajes.

¿Cómo fue esto posible? En su primer mensaje, habló del Antiguo

Testamento. En el segundo, enseñó del Nuevo Testamento. Después de

eso, dijo que ya no tenía más material para enseñar. Ministro que quería

regresar al seminario para continuar estudiando porque no tenía ya de qué

predicar o enseñar.

5. Deben escoger pastor para la congregación cuando haga falta.

Tito 1:5

Esto es algo que toda iglesia local debe contemplar. El pastor no es

eterno. El pastor pudiera dejar la iglesia por enfermedad, muerte, o

sencillamente porque el Señor lo esta dirigiendo a otro lugar. También

pueden ser razones de diferente índole.

Ilustración: Alguien dijo, iba a la iglesia cuando estaba…

168
6. Deben visitar y orar por los enfermos de la iglesia. Santiago

5:14.

Para esto, los familiares del enfermo deben comunicarse con el diácono o

con el pastor. El diácono, como ser humano que es, todavía no tiene la

virtud de la adivinación. Puede ser invitado a casa, o por teléfono, a orar.

Ilustración: Me enfermé, y ni siquiera me llamó

7. Deben ayudar al pastor a dispensar la santa cena en la iglesia.

Ilustración: Copas, pan y otras cosas de la Santa Cena dejadas por varios

días en cierto lugar.

8. Deben ayudar al pastor en los bautismos realizados en la

iglesia.

9. Deben ser un ejemplo en la asistencia a la iglesia Heb 10:25.

Como líderes, ya sea pastor o diáconos, no sólo enseñamos con la Biblia,

también enseñamos con nuestro ejemplo, el cual puede ser bueno o malo.

De manera que todo líder o candidato al diaconado, debe preguntarse,

¿estoy siendo un buen o mal ejemplo para la iglesia? Con esto en mente,

quizás algunos ya estén pensando, pastor, cuando llegue el momento para

169
postular a los futuros diáconos, yo sé quién cumple con estas cualidades, y

puede llevar a cabo estos deberes, por tal razón, un día quiero proponer a

ese hermano como diácono. Esto es justamente lo se desea, que se les

eche un “buen vistazo”, y sobre todo, que vaya orando, pues como

humanos, a veces podemos equivocarnos en nuestras apreciaciones y

designaciones.

La mejor carta de presentación y recomendación, la tiene el aspirante al

diaconado. Todos los creyentes somos cartas vivientes. Véase: II Co 3:1-3.

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