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Sustentante:

Luis Miguel Vilorio:


100496964

Asignatura

Artes Marciales
Sección
14

Profesor
Martinielli Ortega Herrera

Introducción
El rápido crecimiento de la industria de las artes marciales justifica el
profundizar en el conocimiento
sobre su proceso de globalización. Hasta la fecha, existe muy poco
conocimiento sobre las artes Marcia-
les como productos de consumo global y su proceso de difusión. En este
artículo, los autores abordan
la expansión e integración global de las artes marciales asiáticas. Se
examinan en detalle factores como
la deportivización y la estandarización, como fuerzas que motivan
significativamente el crecimiento
de la industria de las artes marciales. También se examinan algunos temas
importantes, tales como el
entorno político, la cultura, y las estrategias de mercado, en términos de su
influencia sobre el desarrollo
y el futuro crecimiento de la industria de las artes marciales. Este estudio
concluye con una discusión
sobre los retos que se presentan y las futuras oportunidades de desarrollo.

Las Artes Marciales moderna y su difusión en el mundo.


La globalización de las artes marciales… ◊ Yong Jae Ko & Jin Bang
YangConsecuentemente, el propósito de este estudio es examinar las artes
marciales como un producto cultural popular, proponer futuras investigaciones
y examinar las implicaciones para la dirección de las organizaciones de artes
marciales. Específicamente, el estudio incide en la exploración de la industria
de las artes marciales mediante el exa-men de su proceso de globalización y
sus problemas potenciales. Además, se discuten las estrategias clave para el
futuro desarrollo de las artes marciales en el mercado global, así como un
conjunto de obligaciones para los líderes de la comunidad de las artes
marciales. Este estudio puede proporcionar a los líderes de las artes marciales
importantes elementos para la dirección de las mismas, orientados a
desarrollar estrategias de dirección efectivas que tengan como objeto a los
practicantes de artes marciales en el mercado global. De momento, no ha
existido ninguna investigación sustancial sobre este tema. El presente estudio
realizará contribuciones tanto en el terreno científico como práctico.La
globalización es “el proceso directivo de integrar actividades mundiales en una
única estrategia mundial mediante la dirección de una red de sucursales,
afiliaciones, alianzas, y asociaciones diferenciadas pero integradas” (Tallman &
Fladmoe-Lindquist, 2002: 124). Mientras que la internacionalización (i.e.,
expansión/diversificación inter-nacional) se refiere a una estrategia de mayor
presencia en el ámbito internacional, la globalización (i.e., integración global)
implica una estrategia de consolidación de mercados y operaciones
internacionales en una única entidad estratégica mundial. La globalización es
un esfuerzo estratégico para tratar al mundo como un mercado único, lo cual
requiere diversas combinaciones de capacidades, estrategias y recursos
(Tallman & Fladmoe-Lindquist, 2002).La globalización de las artes marciales
asiáticas, a través de su amplia aceptación como deportes globales, ha
resultado en una creciente concienciación sobre estas prácticas y en una
mayor participación a nivel recreativo, amateur y profesional en todo el mundo
(Ko, 2003). En particular, se ha hipotetizado que esta transición desde un arte
de combate tradicional a un deporte orientado a la competición ha sido el
mayor catalizador del creci-miento y popularidad de muchos estilos de artes
marciales modernos (Yang, 1997).

La difusión de las artes marciales asiáticas en los Estados.


Desde mediados de la década de 1880 hasta principios de la década de 1890,
las artes marciales asiáticas eran practicadas en áreas limitadas de los
Estados Unidos. Desde 1884, los jornaleros chinos viajaron en tropel a las
ciudades mineras de California y a los lugares de construcción de las vías
férreas, y los inmigrantes japoneses emigraron a las granjas de California y
Hawai. Estos inmigrantes asiáticos practicaban sus propias artes marciales
tradicionales en sus comunidades (Corcoran & Farkas, 1983; Davey, 1996). En
1902 y 1903, los profesionales del judo japoneses Yamashita Yoshiaki y Tomita
Shumeshiro visitaron los Estados Unidos, e introdujeron formalmente el judo en
la sociedad americana (Corcoran & Farkas, 1983). Sin embargo, no fue hasta
después de la Segunda Guerra Mundial cuando América tuvo una exposición
significativa a las artes marciales asiáticas. Cuando las tropas americanas
ocuparon Japón, Corea, Okinawa, y algunas partes de China, muchos
estadounidenses tuvieron la oportunidad de aprender artes marciales asiá-
ticas, trayendo a casa dichas artes. En algunos casos, invitaron a sus
profesores extranjeros a impartir sus enseñanzas en los Estados Unidos
(USTU, 1990). De acuerdo con Min (1996: 4), “la versión moderna del
taekwondo debe su carácter a aquellos maestros que se asociaron después de
la liberación de Corea de la dominación colonial (japonesa) para establecer un
arte marcial coreano que fuese capaz de trascender las fronteras nacionales y
que permitiese a Corea compartir alguna de sus tradiciones más refinadas con
el resto del mundo”

Revista de Artes Marciales Asiáticas ◊ Volumen 4 Número 1 (8-19) - 2009En


la década de 1950, se produjeron algunos eventos históricos que
promocionaron el kárate japonés y el taekwondo coreano entre el público
americano. En 1952, el coreano-japonés Mas Oyama recorrió los Estados
Unidos para introducir el kárate al público america-no; en 1953 le siguieron diez
destacados instructores de artes marciales japonesas en un tour de
demostraciones (Yang, 1996). La Tabla 1 presenta una breve cronología de
esta temprana difusión de las artes marciales en los Estados Unidos. Las artes
marciales tuvieron un auge de popularidad a partir del estreno de la película de
Bruce Lee “Enter the Dragon” [Operación Dragón], en 1973, siguiendo la serie
de televisión “Kung Fu” de 1972. Desde entonces, las artes marciales asiáticas
han sido un tema favorito en las películas de Hollywood y en los espectáculos
televisivos (Donohue, 1994; Graper, 1983). “The Karate Kid” [Karate Kid]
(1984), “Best of the Best” [Campeón de Campeones] (1989), y “Crouching
Tiger, Hidden Dragon” [Tigre y Dragón] (2000) son sólo unos ejemplos al
respecto.Gracias a la popularidad obtenida a partir de la temprana difusión de
las artes marciales alrededor del mundo, en la década de 1970 las artes
marciales asiáticas en los Estados Unidos experimentaron cambios
significativos que dieron impulso a su populari-zación. Un cambio fue que los
estudiantes americanos alcanzaron el estatus de instructor. Otro hito fue el final
de la guerra de Vietnam, un hecho importante para la difusión internacional del
taekwondo. Con el ejército coreano como aliado de Occidente, se habilitó una
unidad de instructores de taekwondo, en primera instancia para enseñar a
determinados civiles y fuerzas militares estadounidenses, pero también tuvo
como resulta-do el difundir el arte a otros soldados americanos. Después de la
guerra, los soldados que aprendieron el arte, y de un modo más significativo
sus instructores coreanos, fueron a los Estados Unidos, acelerando la difusión
del taekwondo que, en aquella época, era conside-rado únicamente un arte
menor.

El estatus actual de tres de las principales artes marciales asiáticas.

La globalización de las artes marciales puede ejemplificarse a través de los


casos del judo, taekwondo y wushu/gongfu. Desarrollado por el Dr. Kano Jigoro
en la década de 1880, el judo se difundió por todo el mundo como resultado de
la emigración japonesa. El judo fue el primer arte marcial en llegar a ser
deporte olímpico en los Juegos Olímpicos de Tokio 1964 (Japón). Hoy en día,
la Federación Internacional de Judo (IJF) cuenta con aproximadamente 180
miembros y más de 8 millones de practicantes en todo el mundo (International
Judo Federation, 2007). El gobierno japonés ha institucionalizado la edu-cación
cultural con la “visa cultural” oficial, lo que permite a los visitantes una amplia
permanencia en Japón para realizar estudios culturales, incluyendo al judo y al
resto de artes marciales. El gobierno japonés también ha usado las artes
marciales como instrumen-tos para la promoción de la cultura japonesa en el
extranjero.En Corea del Sur, aunque han existido diversas formas de artes
marciales, los líderes de las artes marciales coreanas escogieron el taekwondo
como el arte marcial coreano defi-nitivo en un intento por promover su
desarrollo internacionalmente (IOC, 2007). Como resultado, en 1973 se creó la
Federación Mundial de Taekwondo como institución legíti-ma dirigente del
deporte. La organización está constituida por las federaciones dirigentes
nacionales. Actualmente, la WTF es una de las organizaciones de artes
marciales más grandes del mundo, contando con miembros en 185 países
(WTF, 2007). La popularidad cada vez mayor del taekwondo y su presencia en
los Juegos Olímpicos del 2000 indican claramente que el taekwondo ha llegado
a ser un deporte global. Sin embargo, tras el desarrollo del taekwondo moderno
está el fuerte apoyo del gobierno coreano. Como pieza para reafirmar la
identidad cultural, la propagación del taekwondo por todo el mundo fue
concebida como una importante meta gubernamental. Hoy en día, los líderes
guberna-mentales enfatizan la promoción de la cultura coreana en el extranjero
para desarrollar las relaciones diplomáticas bajo el movimiento de globalización
(segyehwa), y el taekwondo se concibe como un medio para este desarrollo
internacional (Kim, 1996).
Filosofía y valores de las Artes Marciales.

Muchos grandes maestros coinciden en que hay un plano que, gradualmente,


adquiere una enorme importancia y dimensión, y que, con el paso del tiempo,
el practicante de artes marciales valora como esencial e inherente a su Arte: su
interacción con la realidad exterior que le rodea. Es por ello que las Artes
Marciales deben representar:

a) Un método de relación personal.


b) Un método de dinámica de grupos en el interior del Dojo (lugar de práctica).
c) Un método organizativo.
d) Un método de introspección.
e) Un método de trabajo filosófico.
f) Un método de educación de actividades vitales y sociales.
g) Un método de interiorización de valores.
h) Un método unitario de posiciones ideológicas diversas.
i) Un método de crecimiento personal.
j) Un método de puesta en común y respeto.
Entender la filosofía de las artes marciales es entender que cualquier
practicante lucha por superarse a sí mismo, que cualquier practicante debe
vivir y actuar como un ser humano ejemplar y que un arte marcial no es una
secta, ya que no buscan la sumisión de sus miembros a un líder, sino que, por
el contrario, ofrecen a sus practicantes un camino para mejorarse a sí mismos.

El párrafo anterior nos indica de forma global lo que concierne a este apartado
del trabajo, ahora se realiza un análisis más en profundidad entrando ya en el
apartado de los valores sociales de las artes marciales. Para ello, el artículo
escrito por Gonzalo Velasco Canziani en la Web http://www.redmarcial.com
nos será de gran ayuda. Según él, entender la filosofía de las artes marciales y
sus valores sociales es poder responder a estas preguntas:

¿Que es hoy en día el Bu Do (el camino de las Artes Marciales)?

¿Qué función cumplen en la sociedad y, más importante aún, dentro de


nosotros mismos los principios de estas antiguas

Artes? ¿Qué ganamos, qué recibimos y que damos de nosotros en el Dojo?

Todas estas preguntas que tarde o temprano nos hacemos los practicantes de
Artes Marciales son parte de nuestro cuestionamiento y son parte de lo que se
puede llamar filosofía de las Artes Marciales.

Lo que nos lleva a un Dojo a aprender un Arte Marcial, las motivaciones


iníciales, pueden no ser las que nos acompañen toda la vida. Nosotros
cambiamos; nuestra percepción de las cosas, la vida y de nosotros mismos
cambia y puede cambiar también nuestra motivación, nuestros objetivos y,
además, la dedicación y pasión que le dedicamos a esta y cualquier otra
actividad en nuestra vida. Pero para las Artes Marciales (y otras disciplinas de
la vida) se requiere siempre una buena dosis de vocación, de pasión y algo que
en el occidente no es tan apreciado pero en el oriente sí: la «mente de
principiante», el estar abierto siempre a aprender cosas nuevas, entender
mejor algo que creíamos que ya sabíamos, nunca creer que ya no hay nada
por aprender.

Las Artes Marciales representan un largo camino; un camino que implica,


desde el punto de vista técnico, llegar a comprender y manejar una cantidad no
pequeña de técnicas más o menos elaboradas de «defensa personal». Para
esto, se requiere y SE GANA el constante crecimiento personal y el
autoconocimiento físico u orgánico (de mi cuerpo, sus posibilidades y límites, la
coordinación motora, reflejos, capacidad elasticidad y resistencia física, etc.),
así como en lo intelectual y espiritual (lo que se refiere al desarrollo de lo más
íntimo en la persona, su fuerza de voluntad, su moral y otros aspectos más
personales). Estas Artes son mucho más que un deporte.

Todo esto, además de ser una gran aventura personal, como lo es una
aventura la propia vida, requiere una buena dosis de trabajo. De nuevo aquí,
las Artes Marciales se parecen a todo lo demás que hacemos (y nos importa)
en esta vida.

El viejo código moral del samurai (los guerreros medievales japoneses), el


Bushido, hablaba de honradez y justicia (Gi), valor heroico (Yu), compasión
(Jin), cortesía (Rei), honor (Meyo), sinceridad absoluta (Makoto), deber y
lealtad (Chugo). Todos son valores para ser ejercidos tanto frente a sus
superiores (maestros, señores, autoridades, padres y ancianos) como con el
resto de las personas y colegas. Estos valores no son sólo aplicables en el
Dojo y el campo de batalla, sino también en el hogar y en el día a día.
Muchos de los grandes Maestros decían explícitamente que un practicante de
Artes Marciales debía cultivarse tanto física como intelectual y espiritualmente.
También se exigía a los discípulos dedicación, ganas de aprender, mostrarse
merecedor de recibir ese conocimiento.

Lamentablemente, hoy en día, en muchas actividades, el desgano, la falta de


dedicación y de compromiso parecen haber ganado demasiado espacio en el
actuar humano. Esto no es diferente en las Artes Marciales tradicionales. A
excepción de algunas actividades con gran dosis de «marketing» y propaganda
de logros fáciles, rápidos y «de última moda», los locales de entrenamiento
están cada vez más vacíos. Los profesores e instructores se cuestionan el por
qué de esta realidad (se culpan, muchas veces, por ella) y nos podemos
preguntar a qué se debe todo esto.

¿Han perdido espacio las Artes Marciales? ¿Han salido de moda? ¿Ya no
sirven para nuestro crecimiento personal y la convivencia pacífica en sociedad?
¿Ya no quedan «guerreros» en nuestra cultura? Nosotros mismos, ¿valoramos
estos principios? ¿Los ejercitamos?

La realidad socio-económica, cultural y moral de nuestro tiempo, en todo el


mundo, no es de las mejores (mirándola en perspectiva histórica). Pero ¿es
esto suficiente para minar nuestra energía de vida y nuestra fuerza para crecer
como personas y construir una sociedad y un mundo mejor?

Vemos el desgano, las preocupaciones y problemas (reales) económicos


ocupando el primer plano en el día a día de las personas. Para algunos esto es
suficiente disculpa para no entrenar ni cumplir las obligaciones con el Dojo
(lugar de práctica), su Sensei (maestro) y sus Otogai (compañeros). Tal vez
crean que antes no era así. Pero se equivocan. En la época de los Maestros de
nuestros Maestros, también había problemas económicos. Los karatecas de
Okinawa eran campesinos, maestros de escuela, policías, etc.; o sea, tenían
que trabajar para mantenerse y a sus familias. Había (y hay) desastres
naturales como huracanes, terremotos, maremotos, epidemias, días de
extremo calor, de extremo frío, etc.

Había problemas políticos y guerras que solo traían (y traen) muerte,


destrucción y muchos problemas sociales a largo plazo, como consecuencia.
Asimismo, los Maestros exigían (y mostraban) todos esos buenos valores a sus
discípulos: dedicación, constancia, lealtad, honor, autodisciplina, cortesía. Y no
creamos que económicamente la cosa era más fácil porque no se cobraba
mensualidad en aquellos Dojo. Al principio los Maestros – que elegían con
mucho cuidado a sus alumnos y futuros discípulos – no cobraban dinero por
enseñarles Karate. Pero los alumnos le «pagaban» gustosos a su Maestro
arreglando y limpiando constantemente el Dojo e incluso la casa del Maestro.
Hubo muchos casos en que los alumnos construyeron una casa o un Dojo para
su Maestro. Otros llevaban al Maestro a vivir a su propia casa cuando éste ya
estaba anciano. Un Maestro se seguía toda la vida, no sólo «hasta que le
dieran el primer cinturón negro» como lo hacen algunos hoy en día.

Los orientales hasta visitan la tumba de los antiguos Maestros muchos años
después de su muerte, como muestra de respeto por su memoria y
agradecimiento por sus enseñanzas. Hoy en día, si agradeciéramos a nuestros
maestros (sean de la disciplina que sea) todos los conocimientos que
adquirimos gracias a ellos probablemente estaríamos en una sociedad mucho
más agradecida y el trabajo del profesor estaría elevado a una escala mucho
mayor de reputación, por no decir que si nuestros hijos consideran a sus
maestros como tales no existirían los problemas actuales de violencia en las
aulas, depresiones de docentes, etc.

En el arte de la guerra, el guerrero supremo derrota a sus enemigos sin


luchar… eso es porque lucha constantemente contra su único real enemigo: su
enemigo interior. A ese, que nos lleva al desgano, a la cobardía, la envidia, a
ese hay que derrotarlo todos los días a pura fuerza de voluntad y puro Ki
(energía interior). Los que con suerte lo logren, algún día, serán llamados
«Maestros».
Las diferentes reglas de las artes marciales.

Las artes marciales son el conjunto de deportes cuyo objetivo es someter o


defenderse de alguien mediante el enfrentamiento cuerpo a cuerpo en base a
normas. Existen muchas modalidades diferentes.

1) Dar cabezazos

2) Cualquier tipo de piquete de ojo

3) Morder

4) Escupir a un oponente

5) Tirar del cabello

6) Fish hooking (meter el dedo en la boca del oponente y tirar hacia un lado)

7) Cualquier tipo de ataque a la ingle

8) Poner el dedo en cualquier orificio o corte o laceración de un oponente

9) Manipulación de articulaciones pequeñas

10) Golpear hacia abajo con la punta del codo


Conclusión

Aún quedan muchas preguntas por responder. Una vez que se logre una
compren-sión básica de la expansión global de las artes marciales y la
diversidad de su mercado, deben explorarse algunas cuestiones más
específicas, como las siguientes: ¿Cómo pueden los líderes aumentar el
rendimiento y la efectividad de las organizaciones de artes mar-ciales? ¿Cuáles
son las estrategias clave para promover los productos, servicios y eventos de
las artes marciales? ¿Cómo afectan los factores de diversidad cultural en las
estrate-gias para la distribución de las artes marciales en el mercado global?
¿Qué estrategias de comercialización y promoción serían más efectivas para
alcanzar mercados específicos (subculturas)? ¿Hasta qué punto se satisfacen
varios subgrupos pertenecientes a una nación miembro específica y cómo
pueden desarrollar la lealtad, y cómo pueden las estrategias de mercado
impactar en tal desarrollo? ¿Cuáles son las percepciones y acti-tudes que
desarrolla el público en general hacia las artes marciales, sus organizaciones y
eventos? y, finalmente, ¿Qué debería hacerse para promover las artes
marciales como productos verdaderamente globales? El responder a tales
cuestiones ayudaría en gran medida a conocer de un modo útil a los
consumidores globales que participan en las artes marciales y proporcionaría a
los líderes de esta industria conocimientos para el desarrollo de estrategias de
mercado global

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