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Resumen del video.

Torres Chávez Evelyn Denisse.


La sociedad actual se obsesiona con comprar cosas, independientemente de si las necesita o no,
por lo que el planeta ya no da abasto para producir más productos.
Normalmente consumimos productos que desde nuestra perspectiva nos funcionan, pero rara vez
nos aseguramos de que los ingredientes del que está compuesto dicho producto sean benéficos
para nuestra persona. Si investigamos acerca de esos ingredientes y las consecuencias de usarlos,
nos podremos dar cuenta que varios de esos químicos están relacionados con enfermedades
graves, como el cáncer. Incluso cosméticos para bebés contienen estos químicos dañinos, lo que es
ilógico porque al ser cosméticos para bebés deberían estar hechos con ingredientes que no
perjudiquen a corto o largo plazo la salud de dichos consumidores.
Una manera efectiva de evitar perjudicarnos del uso de estos químicos, es informarnos para poder
diferenciar entre químicos tóxicos, y químicos que podemos usar. Esto anterior es una tarea un poco
difícil, debido a que menos del 20% de todos los productos químicos en cosmética han sido
evaluados por su seguridad, entonces en sí no sabemos muy bien qué es lo que provoca su uso.
Hay que recalcar que las empresas que producen cosméticos, no siempre son honestas con sus
productos. En las etiquetas describen su producto como “orgánico”, “con esencias naturales” y otras
descripciones erróneas, ya que al revisar la etiqueta podemos ver que están hechos de cualquier
cosa menos de lo que presumen en sus publicidades.
Podríamos suponer que las empresas de cosméticos buscan perjudicarnos, pero la realidad es que
siguen trabajando con la mentalidad de los años 1950, la época donde comenzaron a utilizarse los
químicos como parte de las rutinas de cuidados de la piel, y olvidaron preocuparse por si era seguro
utilizarlos así que siguen preparando cosméticos con recetas anticuadas. Actualmente estas
empresas admiten que sus productos si contienen algunos químicos dañinos, pero en proporciones
muy pequeñas como para hacer daño. El problema aquí es que no solo nos exponemos a esos
químicos una vez al año: todos los días nos bañamos, nos lavamos los dientes, usamos desodorante
y un sinfín de productos más que hacen que estos químicos se acumulen en nuestro cuerpo, lo que
lógicamente nos daña a largo plazo.
Los consumidores estamos en una pequeña desventaja dado que aunque investigadores y
científicos han vinculado algunos productos químicos con todo tipo de problemas de la salud, no
existen leyes para deshacerse de ellos. Pero no todo está perdido: en línea existen muchos recursos
que podemos usar para protegernos un poco y descartar cosméticos perjudiciales a la hora de
comprar uno.
Por todo esto anterior, se deja ver que una solución a este problema de químicos dañinos es
simplemente dejar de comprar los productos. No debería debatirse cuánta cantidad podría ser
permitida, solo no debería permitirse. Como en Europa, que fueron prohibidos muchos químicos
nocivos para la salud.
Como podemos ver no estamos seguros utilizando productos que deberían cuidar nuestra piel, pero
actualmente existen químicos elaborados con químicos verdes, que si bien no son completamente
saludables, generan muchísimo menos daño al medio ambiente y a nuestros cuerpos. Otra opción,
es optar por consumir productos en los que podamos ver en sus etiquetas que están reformulados, lo
que posiblemente significa que se eliminaron químicos dañinos de la fórmula.
Para concluir, podemos aprender a leer la INCI (Nomenclatura internacional de ingredientes
cosméticos) para informarnos del acomodo de los ingredientes en la etiqueta y de la misma forma
poder investigar las consecuencias de los químicos que estén presentes en mayor proporción para
evitar dañar nuestro órgano más grande, la piel.

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