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Am I Wrong - KookTae
Am I Wrong - KookTae
Wrong ?
Am I
Wrong?
"No es así como quiero que sea" dijo con la voz apagada.
"Debía ser diferente."
"Te equivocas, siempre fue diferente..." Jungkook susurró
apoyando su frente en la de Taehyung...
By: thalia
DISCLAIMER
TaeTae
Hyung, voy cargadísimo, búscame en el hotel, porfa~
Jisoo
Pierdes tu tiempo.
Traía un archivo adjunto que abrió sin mucho interés. Sus ojos se
fijaron en la fotografía adjunta: Taehyung abrazando a Jimin,
demasiado cerca. Su pecho se anudó. La felicidad que tenía la
atmosfera entre ellos era visible incluso en aquella fotografía.
—Mierda, cómo duele...
Se sentía mareado, sin poder apartar la vista del móvil.
Inconscientemente aceleró sin darse cuenta de la curva que seguía.
Las ruedas patinaron en el camino escarchado y su teléfono cayó
de sus manos, las que se aferraron con firmeza al volante intentando
cambiar la dirección. Escuchaba el chirrido de las ruedas al frenar
pero afuera el frío había hecho estragos en el camino.
—Mierda, mierda, mierda... Para... ¡Para!
Cerró sus ojos al darse cuenta que el auto avanzaba sin su control
contra la curva. Sintió el primer golpe contra su puerta y un agudo
dolor en su cuerpo. El movimiento lo sacudió violentamente, su
cabeza azotó contra la bolsa de aire y el ardor de la quemadura de
este al abrirse lo hizo ahogar un grito.
Ramas de árboles rompieron los cristales y se colaron dentro.
Luego todo se detuvo. No había más sonido. Había quedado volcado
junto al camino, sus brazos caían pesados ante la posición y la sangre
comenzaba a aposarse bajo él, deslizándose por su cabeza. Quiso
moverse pero el dolor en su abdomen lo hizo vomitar.
Ah... Realmente odio la nieve... TaeTae...
Sonrió débilmente ante la imagen en su mente del castaño; luego
todo fue oscuridad.
~•~•~
Hace frío... Pensaba mientras, en su inconsciencia, sentía personas
gritar y escuchaba la sirena a lo lejos.
No dolió cuando alguien lo liberó del amarre de su cinturón y lo
bajaron con cuidado, deslizando su cuerpo por la ventanilla
destruida.
Entreabrió sus ojos y vio caras cubiertas con mascarillas, no pudo
distinguir sus facciones.
—Rápido, está hipotérmico y... Mierda, la hemorragia no se
detiene.
— ¿Cuánto tiempo lleva? —Un jalón en su ropa y presión sobre
su cuerpo.
—No sé, un auto que pasaba lo vio volcado. El hielo lo hizo perder
el control supongo.
Cerró sus ojos nuevamente.
Ah, me volqué... Cierto...
— ¡Mierda! Trae la maldita camilla, está perdiendo el pulso—
presionó su pecho rítmicamente mientras hablaba—, vamos, amigo,
no creo que quieras morirte acá... No te me mueras, respira.
No estoy muerto... En serio te escucho, pero...
—Vamos... Mierda... ¡Súbelo! Amigo, juro que si te mueres, te
reviviré para volver a asesinarte...
El paramédico siguió haciendo compresiones en su pecho hasta
que la ambulancia partió, pero el pelinegro seguía inconsciente sobre
la camilla.
~•~•~
— ¿Alguien viene?
—Nada, el automóvil en el que venía quedó destruido. La policía
está buscando alguna identificación, todo voló... Es increíble que siga
acá.
La enfermera aumentó el goteo de calmantes mientras el doctor
revisaba una última vez el respirador.
—Vaya chico, un paro en la ambulancia y dos más en pabellón,
seguro que se aferra a algo—. El doctor sonrió cansado—. Avísame
cuando sepan algo; quiero estar acá para informar.
El doctor dejó el cuarto de la UCI dejando a la enfermera a cargo
de cualquier novedad; estaba agotado, casi tres horas de cirugía para
detener la hemorragia. Dos de sus costillas se habían partido
fácilmente ante el golpe y el fluido se había colado en sus tórax con
rapidez. Era una suerte que alguien hubiese visto el auto allí ya que
su cuerpo no hubiese resistido más tiempo entre las heridas y el frío.
El sonido de las máquinas era lo único que se escuchaba y el pecho
de Jungkook subía y bajaba con pausado ritmo, ayudado por el
respirador. La enfermera suspiró.
Sería una larga noche.
~•~•~
— ¿Supiste algo? —Namjoon interrogaba a su secretaria mientras
Jisoo mordía su pulgar, ansiosa.
—No, jefe... Llamamos al ayuntamieto, el Señor Jeon terminó
todos los trámites a tiempo y su teléfono se encuentra desconectado...
—Mierda, voy a matarlo... No tenía que tomar literal lo de las
vacaciones.
— ¿Jefe? —Jisoo murmuró ansiosa.
— ¿Qué?
—Jungkook... Él nunca apaga su teléfono.
—Lo sé, eso es lo que más me incomoda... Dónde mierda se
metió… —Namjoon golpeó su escritorio. Jungkook debería haber
vuelto hacía dos días de su visita de planeación. Dos días en los que
debería haber, al menos, llamado a informar; pero nada. En lo que
refería a Jeon Jungkook, estaba desaparecido. Namjoon bufó irritado.
Cómo mierda iba a decirle a Jin que su mejor amigo había
aprovechado su viaje para largarse... —Sigue llamando, quiero a
Jeon Jungkook ubicable este mismo día.
Jisoo frunció el ceño. Era imposible que él se hubiera marchado,
¿Verdad?
Después de lo sucedido en la preinauguración no creía posible que
desapareciera dejando de lado al joven CEO del Intercontinental.
Y ella lo había visto incontables veces en sus visitas de planeación.
Incluso...
—Imposible... —dijo saliendo de la oficina de Namjoon—, no
puede ser que... ¿Por la foto?
Un dejo de culpa se apoderó de ella. Si él había decidido irse sin
aviso ahora tenía claro que ella misma era la culpable.
~•~•~
—Namjoon... ¿Podrías hacerme el favor de detenerte? Vas a hacer
un agujero en el departamento—. Seokjin sonrió algo mareado ante
las muchas vueltas que daba el rubio en el lugar. Llevaba bastante
tiempo molesto por algo que, pese a todos sus intentos, se negaba a
contar—. Dios... Y yo que pensé que tendríamos una noche
romántica...
—Jin... Necesito preguntar algo que tal vez suene extraño, pero...
Seokjin abrió sus ojos pero el teléfono de Namjoon los
interrumpió.
—Desconocido... —dijo mirando el número—, Kim Namjoon —
dijo suavemente, pero serio—, ¿Hive Constructions? Sí... Correcto,
sí... Es empleado... ¿Qué? —El rostro de Namjoon palideció y miró
fijamente a Seokjin. Cortó el silencio con un gracias a penas audible.
— ¿Quién era?
—Seokjin... Primero necesito que me prometas que, sea lo que sea
que diga, vas a mantenerte calmado.
—Me asustas.
— ¿Jin?
—Sí, Sí, habla...
Namjoon se sentó a su lado y tomó su mano suavemente. —Era...
la policía de Pyeongchang... Ellos... —tragó saliva buscando las
palabras.
—Dios... Me estás asustando... Jungkook no... ¿No es el lugar del
resort?
—Sí.
—Ah... —el castaño cubrió su boca—, mierda, habla de una vez...
—Su automóvil volcó hace unos días... Hasta ahora encontraron
documentos de Hive Constructions y pudieron comunicarse.
— ¿Está...?
—Dios, Jin, no... No me dieron detalles sólo que está en el Hospital
Dong-In.
—Mierda, Tae... Tengo que decirle.
— ¿Estás loco? Iré primero yo y tú esperarás tranquilo mis
noticias.
Namjoon abandonó el departamento, dejando a Seokjin al borde
del colapso nervioso.
~•~•~
—Disculpe, señorita—. Namjoon recargó su cuerpo contra el
mesón de informaciones—, busco a Jeon Jungkook... Llamaron y...
La enfermera alzó su vista. — ¿Jeon Jungkook? —tecleó y buscó
en la pantalla—, ah, el accidente en la carretera. El Doctor Lee Dong
Wook lo estaba esperando hace un tiempo, la policía no podía ubicar
a ningún familiar o cercano y...
— ¿Dónde está? —interrumpió impaciente.
—Tercer piso, última ala a la izquierda del ascensor.
—Gracias.
Namjoon llegó frente a las puertas de cristal con el letrero de UCI.
Buscó con la mirada hasta que encontró el timbre que llevaba a la
estación de enfermeras. Una linda mujer se le acercó y lo observó de
pies a cabeza.
— ¿Sí?
—Estoy buscando al Doctor Lee...
— ¿El Doctor Lee? Oh, usted viene por el joven de la 305,
¿Verdad? ¿El del accidente?
—Sí, Jeon Jungkook.
—Espere un momento.
La mujer desapareció y volvió al rato con un hombre de mediana
edad. Le sonrió mientras estiraba su mano para saludar al rubio.
—Buenas tardes, mi nombre es Doctor Lee, estoy a cargo del
paciente... ¿Jeon Jungkook? Sólo hoy en la mañana supimos su
identidad, me alegro que hayamos encontrado respuesta pronto.
— ¿Qué sucedió?
—A ciencia cierta, no sabría decirle. Su automóvil se volcó en la
carretera y dio un par de tumbos, lo trajeron en estado crítico.
Supongo que en la estación de policía podrán darle más información
del accidente.
— ¿Y él?
El doctor cambió su expresión. —Él está estable.
Namjoon botó un largo respiro. —Eso nunca es bueno.
—La verdad, no sabemos cuánto tiempo estuvo accidentado. La
ambulancia lo encontró hipotérmico y con un shock hemorrágico. Él
ahora está sedado y ayudado con respirador; hizo un paro
cardiorrespiratorio en su traslado y en cirugía entró dos veces más.
Tenía varias fracturas de costillas, hemotórax, una perforación en su
cavidad abdominal por objeto cortante y un TEC abierto... Tiene
suerte de estar vivo.
— ¿Puedo verlo?
—Sólo un momento, avisaré para que lo preparen.
Namjoon entró en la habitación. Se cubrió la boca intentando
contener su propia sorpresa. El doctor había hablado claramente pero
en aquella cama y conectado a esas máquinas se veía todo mucho
peor.
Pensó en Seokjin, debía llamarle y dar aviso, pero, ¿Cómo
explicarle que su amigo de toda la vida estaba tirado en una cama de
hospital sin siquiera ser consciente de su alrededor?
"Hubo un accidente" habían dicho al teléfono, pero ahora que
estaba allí, todo se veía horriblemente mal.
—Dios, Jin... —Murmuró. Contarle sería la peor parte… Así que
tomó su teléfono apenas salió de la habitación—, Jin, necesito que
me escuches.
— ¿Lo viste? ¿Está bien? ¿Puede hablar por teléfono? Dime algo
maldición...
—Kim Seokjin, escúchame—. Namjoon hablaba bajo y pausado
para no incomodar al resto de las personas en la sala de espera—, no
creo que deba decirlo por teléfono, necesito que tomes tu auto y
vengas ahora. Y por favor, no hables de esto aún.
—Hablas como si... Mierda... —. La voz de Seokjin tembló—,
¿Está... Está muerto?
—Dios, Seokjin, no —Un sonoro suspiro de alivio acopló
ligeramente la línea telefónica—, Por favor Jin, y no corras. Esperaré
acá con él, no apresures.
—Sí...
~•~•~
Seokjin buscó sus llaves. Sus manos temblaban y no podía dejar
de pensar en su amigo. La imagen de su hermano cruzó su mente,
pero desechó la idea de llamarlo; si ni él estaba seguro de cómo
reaccionar.
El viaje se hizo eterno. Las tres horas más largas de su vida;
mientras más se acercaba al hospital, sentía sus manos sudar frío. Se
estacionó tan rápido que sus ruedas patinaron ligeramente.
Corrió hasta la entrada y vio a Namjoon sentado en una silla, con
la cabeza apoyada en su pecho.
— ¿Y Jungkook? —Preguntó empujando ligeramente la cabeza de
Namjoon. Lo vio pestañear varias veces, aturdido.
—Jin...
—Sí, ya sé... ¿Dónde está Jungkookie?
Namjoon lo tomó del brazo y lo sentó a su lado. Meditó primero
sus palabras ya que no quería alterar aún más a Seokjin. Pero era
bastante difícil. —Seokjin... Jungkook se encuentra... Él está en estos
momentos en la UCI. Lo vi un momento, pero no puede recibir visitas
extensas en su estado y...
— ¿Su estado? —su voz se alzó.
—Su estado es grave, Jin. Realmente no quiero mentirte... Está en
coma inducido.
— ¿En coma?
—Sí—. Namjoon acarició suavemente la mano de Seokjin—. Fue
un golpe feo... Hablé con el oficial que llamó, también vi el auto...
Me sorprende que haya salido vivo de ahí, está como chatarra.
—El maldito auto no me importa, quiero saber cuál es exactamente
el estado de Jungkook.
—Amor... Tuvo más de un paro y varias fracturas... Sin contar que
una parte de la carrocería dio contra su estómago y...
El castaño palideció; sintió la bilis subir por su garganta. Todo lo
que decía Namjoon sonaba realmente horrible. —Quiero verlo.
—Jin... Está en cuidados intensivos, no puedes llegar y entrar.
— ¡Pero es mi hermano! Es más que sólo mi mejor amigo... No
puedo dejar que esté solo ahora...
—Pero no podemos ayudar en nada. Ni siquiera los doctores—.
Suspiró al pensar en el pelinegro—. Ya hicieron todo lo médicamente
posible, de aquí en más es la pelea de Jungkook.
—Tae va a estar destrozado...
—Jin, no vamos a decirle a Taehyung, Jungkook necesita
tranquilidad ahora y sabes bien todo lo que ha sucedido; un paso a la
vez.
—Pero...
—Tranquilo, va a estar todo bien.
Namjoon lo abrazó. —Quiero ver a mi Jungkookie...
—Lo sé, esperemos...
17
Taehyung corría de un lado a otro por el hotel; había terminado de
entregar unos papeles del Resort a los abogados y ahora debía correr
a una reunión con Marketing para la nueva temporada estival. Estaba
a punto de llegar a su oficina cuando vio a Jimin afirmado contra su
puerta.
—Taehyungie, escuché algo y...
—Ahora no, estoy demasiado ocupado, Chimchim
—Taehyung...
Taehyung se volteó; rara vez su amigo lo llamaba por su nombre.
— ¿Qué pasa?
—Esto... Estaba viendo unos detalles con el equipo legal y...
¿Conoces a Mina? Ya sabes que es como Inteligencia Nacional...
—Al grano...
—Ya... Mina dijo... Ella dijo que hubo un problema con el Resort.
— ¿Problema? Pero si está todo listo.
—No... Ah, cómo mierda te explico esto...
—Suéltalo de una vez.
Jimin frunció el ceño. —No es un problema estrictamente
relacionado al Resort sino... Con Hive.
— ¿Eh?
—Es que... Estaban diciendo que hubo un accidente en la visita de
planeación y... —Jimin tomó aire violentamente—, dijeron que el
representante de Hive tuvo un accidente automovilístico.
Las manos de Taehyung dejaron caer las carpetas con papeles. Sus
piernas temblaron y sintió su peso intentar doblegarlo. Tenía que ser
una broma. —Chimchim... Eso no es posible porque... Porque Jin
Hyung sabría y... Por qué están diciendo esas cosas tan horribles de
alguien...
—Tae...
—Ah... Mi teléfono... —buscó en sus bolsillos, demasiado
ansioso. Lo sacó y casi cae de sus manos—, Jin... Jin... Contesta...
Escuchaba el tono y con cada segundo sentía su pecho oprimirse
aún más. — ¿Y?
—Nada, no contesta...
—Jimin... Voy saliendo...
Taehyung se agachó y recogió las cosas, entregándoselas a Jimin.
Era imposible que su hermano le hubiese ocultado algo así... Era
imposible que Jungkook...
Por favor, tienes que estar bien...
~•~•~
Seokjin miraba su teléfono. No quería negarse a contestarle pero
no estaba seguro de poder guardar el secreto de la situación. Seguía
esperando a poder ver a Jungkook. Saltó de su silla cuando Namjoon
volvió junto al doctor. Lo miró de pies a cabeza.
— ¿Y éste pre púber es el encargado de mi Jungkookie? —Dijo
irritado.
—Jin, el Doctor Lee te explicará las cosas; le pedí por favor que
lo hiciera antes de que pudieras verlo. Creo que lo mejor es que seas
tú también quien escuche de su boca.
—Ya...
—Doctor Lee Dong Wook —dijo sonriendo, indicándole que se
dirigieran a una oficina.
Dentro, Seokjin se sentó frente al escritorio, Namjoon se sentó a
su lado y tomó su mano, sonriéndole para tranquilizarlo. —Entonces,
qué mierda le pasó a mi Jungkookie...
—Seokjin...
—Ya, lo siento...
—No se preocupe, entiendo que en estas situaciones el círculo del
paciente reaccione de forma visceral. Es natural —sonrió—, como le
expliqué al Señor Kim, nuestro paciente...
—Jungkook —Seokjin dijo irritado.
—Sí, Jungkook... Él tuvo este accidente en el que su automóvil se
volcó y en el proceso azotó contra algunas cosas. Parte del metal del
vehículo le ocasionó heridas superficiales y otras unas de
consideración. Una de ellas fue el desgarro abdominal que le provocó
una hemorragia. Su cabeza, por obvias razones, sufrió un golpe
bastante severo y su cuerpo, que recibió la mayoría del impacto,
sufrió fracturas de distinta consideración. La que nos preocupaba al
ingresarlo fueron las de algunas de sus costillas. La hemorragia
interna se alojó en su caja torácica. Y bueno, lo encontraron un
tiempo después del accidente y la temperatura, sumado a sus heridas,
provocaron una reacción hipotérmica. Debido a esto, tuvo que entrar
en trabajo de resucitación en tres oportunidades. Afortunadamente,
Jungkook tiene una voluntad de vivir formidable y ahora sólo
esperamos poder quitar la sedación para verificar su estado y retirar
el respirador. Y bueno... Esperar que la falta de oxigenación no haya
provocado algún problema; pero de eso ya nos preocuparemos luego.
Seokjin contenía la respiración; quería vomitar. Se sentía mareado
y demasiado angustiado. —Por favor... Tengo que verlo.
El doctor sonrió. —La razón por la que explico esto, es que su
amigo ahora no está en la mejor condición. Puedo permitir la visita,
pero por no más de 5 minutos.
—Con eso basta... Gracias.
Luego de unos minutos de espera, lo guiaron hacia la habitación
en donde su mejor amigo se encontraba. Entró y se sentó junto a
Jungkook, quiso tomar su mano, pero le daba terror lastimarlo.
—Dios... —Sus ojos estaban llenos de lágrimas que resbalaban y
se perdían en la mascarilla—. Despierta, imbécil... Qué haces acá
durmiendo... Estás llevando muy lejos tu escape, despierta,
Jungkook. Mierda... Despierta... Hazlo por TaeTae...
Seokjin sujetó su rostro entre sus manos; verlo así lo destruía.
Se sobresaltó cuando el sonido de las máquinas comenzó a
acelerarse; en menos de un minuto, la sala estuvo llena de enfermeras
y el Doctor Lee.
—Está entrando en paro. Sáquenlo.
—No, esperen, no voy a... —La puerta se cerró en su rostro sin que
pudiera hacer algo por evitarlo—, Mierda Jungkook... No puedes
morirte ahora... Tienes que volver a arreglar tu error maldito, hijo de
puta... No te mueras.
~•~•~
Taehyung caminó directamente donde Jisoo. La tomó del brazo y
la sacó de la sala de reuniones, sin importarle que hubiesen personas
observando. —Habla.
— ¿Disculpa?
—Que hables, maldita sea, dónde está Jungkook —exigió.
Jisoo se tensó, sorprendida por la actitud que estaba tomando
Taehyung. —Por qué te diría.
—Escucha, maldita loca enferma, me importa poco si te acuestas
con quien sea, sólo responde: dónde está —Taehyung la fulminaba
con la mirada, sin soltar su brazo, sintiendo la ansiedad por saber si
lo que Jimin había dicho era real o no—, ¡Que me digas dónde está!
—Me está lastimando, Gerente.
—Oh, vamos... No vengas con esa actuación de mierda ahora, si
tú misma viniste acá a exigirme que me alejara de él. Pero ahora
mismo vas a decirme dónde mierda está Jeon Jungkook.
—Yo... —Jisoo mordió su labio, resignándose—, yo no lo sé...
Taehyung soltó su brazo. — ¿Qué?
—Que no lo sé, debía volver hace días y no lo hizo. Nadie sabe
dónde está.
— ¿Nadie?
—Nadie. Desapareció y... Y es tu culpa.
— ¿Ah?
—Si Jungkook no está, es porque te metiste en su vida. Yo sólo le
abrí los ojos.
Taehyung la miró, furioso. — ¿Le abriste los ojos?
—El seguía repitiendo toda esa basura y yo... Sólo le mostré lo
bien que ese chico y tú se ven juntos. Una imagen vale más que mil
palabras, ¿No?
—Mierda... Estás enferma, ¿Sabes? Eres una perra psicópata...
Cómo mierda no estás internada en algún hospital...
—No lo soy, yo lo quiero y sé que podemos ser felices, pero tú...
Siempre tú.
Taehyung chasqueó su lengua; Jisoo no le estaba dando ninguna
respuesta y tampoco tuvo suerte con su hermano. Golpeó en la
oficina de Jimin y entró sin esperar respuesta.
— ¿Mañana estás libre?
—Sí...
—Bien, necesito que me lleves a un lugar.
— ¿Huh?
—Pyeonchang.
—Wow wow... Espera.
—Jin no contesta, la maldita loca no responde mis preguntas y el
móvil de Jungkook suena apagado.
—Ya pero... No sabes si él está allá y según Mina...
—Que se joda Mina, tengo que ir allá.
Al día siguiente, Taehyung había aparecido a primera hora en el
apartamento de su mejor amigo y ahora, Jimin manejaba al borde del
límite legal; los dedos del castaño golpeaban insistentemente el
vidrio y ya lo estaba irritando.
— ¿Hablaste con Jin?
—No.
—Cómo sabes dónde ir...
—Vamos al terreno del Resort.
—Maldita sea, Taehyungie, estás actuando impulsivamente.
Taehyung miró de reojo a Jimin y suspiró, meditando la situación
por un instante.
—De acuerdo—. Tomó su teléfono y escribió: Estoy en
Gangwondo, voy a recorrer todo el puto lugar hasta encontrarte.
Esperó con su teléfono en sus piernas hasta que comenzó a vibrar.
Una sola línea lo hizo palidecer: Hospital Dong-In.
—Chimchim... —Jimin orilló el auto al ver a su amigo; Taehyung
bajó con dificultad y cayó de rodillas contra la fría superficie.
Escupió en el suelo saliva y bilis. Jimin corrió a ayudarlo; lo levantó
con dificultad y lo volvió a subir al auto.
—Vamos pronto, Tae... Estamos cerca.
El viaje pareció eterno; al llegar, Jimin sostuvo su mano con
firmeza. Taehyung se acercó a su hermano y Namjoon, sus ojos
expectantes sin recibir respuesta. Namjoon hizo el amague de
acercarse, pero Seokjin negó con la cabeza.
Se acercó a Taehyung intentando sonreír, pero sus ojos irritados
denotaban la situación.
—TaeTae... —Intentó acariciar su rostro, pero Taehyung retiró su
mano con violencia.
— ¿Qué haces acá? —Preguntó sin darle tiempo a continuar,
sonaba acelerado, asustado—, Por qué están acá... En el hotel dicen
algo ridículo porque... Porque Jungkook... Él está bien...
—Tae... Hubo un accidente por la escarcha, Jungkookie está mal.
—Basta, Hyung... —sonreía nervioso, pero su mentón temblaba
ligeramente.
—TaeTae.
—Es mentira —. Sus ojos se nublaron. No entendía por qué Jin lo
observaba con esa cara, no era posible—. Por qué... ¿Por qué me
mientes?
—Taehyungie... —Jimin lo rodeó por los hombros.
El castaño estaba paralizado. Las lágrimas caían por sus mejillas y
su mentón temblaba. Intentaba controlar su respiración pero un
profundo sollozo escapó de su garganta. Abrazó a su amigo; sentía
su pecho oprimirse ante la noticia; su estómago se apretaba como con
un gran nudo y sus manos temblaban.
Si le hubiesen preguntado, la única forma de explicar lo que sentía
hubiera sido decir que su alma dolía profundamente.
—Por qué... —intentaba hablar pero su voz se quebraba en
llanto—, mi Jungkook...
Jimin mordió su labio y abrazó aún más fuerte a su amigo. Ni
siquiera cuando las cosas habían empeorado con Jungkook lloró de
esta forma; ahora parecía que su dolor le partía su propio corazón.
Seokjin limpiaba sus propias lágrimas al observar a su hermano.
Cómo quería azotar a Jungkook por hacerlo llorar.
~•~•~
—Hey... —Taehyung acarició su mano. Pequeños espasmos post
llanto sacudían su cuerpo—. Lamento haber venido tan tarde... Pero
acá estoy—. Sus dedos recorrieron ahora su rostro; despejó su frente
de su oscuro cabello y nuevas lágrimas cayeron—. Es... Es increíble
que estés tan callado... Siempre tienes algo que decir, incluso las
cosas más horribles—. Taehyung cerró sus ojos, conteniendo un
sollozo—. Así que abre tus ojos... Mírame de esa forma arrogante,
sonríeme con tu maldita perfecta sonrisa... Dime... —tragó saliva—,
dime que no me amas... Que fui un error... Que estás feliz con alguien
más... Dime lo que sea y estará bien, pero por favor, Jungkook,
despierta. Por favor... —su voz perdió toda la fuerza entre las
lágrimas—, no importa si escapas otra vez, pero por favor despierta
y mejora... Si tú estás mal nada en el puto mundo tiene sentido,
Jungkook. Sólo con que estés bien... Mi amor, despierta, ¿Sí?.. Se
levantó y presionó sus labios en su frente, humedeciendo con sus
lágrimas—. Jeon Jungkook, te amo con todo de mí.
18
Estar en el hotel se sentía mal. Quería volver al maldito hospital y
no separarse del lado de Jungkook; llevaba tres semanas sabiendo de
él sólo por teléfono gracias a Seokjin.
Todos los días, sagradamente, llamaba esperando noticias; y
todos los días la respuesta seguía siendo la misma: no hay cambios.
¿Por qué no despertaba? El día siguiente de su visita habían
retirado la sedación, pero él simplemente se había quedado allí; algo
dentro de Taehyung se había roto a darse cuenta de que Jungkook
simplemente estaba allí respirando y, muy a su pesar, parecía hacerlo
sólo por el respirador que se mantenía fielmente a su lado.
Quería estar a su lado, pero no podía dejar el hotel abandonado por
motivos personales. Era lo suficientemente profesional como para
saber que su vida no podía detenerse por algo así, pese a que día a
día, sintiera que parte de él estaba rompiéndose de a poco al saber
que el hombre que amaba estaba tirado en esa cama de hospital sin
saber del mundo.
Dejó escapar un profundo suspiro... —Dios, doy pena…
~•~•~
Seokjin se dejó caer pesadamente sobre la silla junto a Jungkook;
Namjoon había regresado a Seúl y gracias a la negativa de hospital
de realizar un traslado en las condiciones de Jungkook, había
decidido quedarse allí. Recordaba haber escuchado las quejas de su
socio al decirle: trabajas poco. Dio un respingo; no importaba trabajar
poco después de todo, era su maldita tienda de ropa, ya podría
Yoongi tomar sus días de vacaciones.
Miró a Jungkook y golpeó suavemente con su índice sobre su
frente. —Cuándo vas a reaccionar...
Por un lado; se imaginó lo mucho que debían doler sus heridas
físicas aún; por otro, a él también le dolía en el fondo de su alma ver
a su mejor amigo así, sin contar que sabía que su hermano lo estaba
pasando peor. Pensó en Taehyung; había regresado de mala gana y
sus llamados constantes simplemente empeoraban la situación.
Le dolía tener que decirle todos los días que Jungkook seguía ahí,
sin reacciones. Pero ahora no quedaba más que esperar…
Una punzada de dolor agudo lo recorrió; quiso moverse y la
sensación de estar siendo golpeado volvió a él con demasiada
violencia. Su garganta ardía; necesitaba aire.
Escuchó el sonido de las máquinas enloquecer y su cuerpo
comenzar a convulsionarse. Se ahogaba y ni siquiera podía moverse
debido a dolor. Estaba terriblemente asustado.
—Señor, debe salir.
¿Había alguien ahí?
—Señor Seokjin, debe abandonar la habitación; le llamaremos
cuando termine.
Jin...
Una sensación de alivio lo recorrió. No estaba solo...
—Señor Jeon, esto dolerá un poco... —Escuchó a una mujer
advertir antes de que el ardor en su garganta aumentara
violentamente por unos segundos. Entonces sus pulmones se llenaron
dolorosamente de aire.
Inhaló angustiado y lentamente su pulso comenzó a normalizarse.
Parpadeó un par de veces, veía la sonrisa de alivio del tipo que supuso
era un doctor y la linda mujer que ahora sostenía las mangueras del
respirador.
—Bienvenido de vuelta—. El doctor Lee dijo con una sonrisa.
— ¿Dónde...? —Tosió. Su voz sonaba terrible y el ardor en su
garganta persistía.
—Calma, no debe hablar aún. Está en la Clínica Dong-In, tuvo un
accidente bastante feo, ¿Recuerda?
Jungkook se mantuvo en silencio unos segundos. Su ceño se
frunció con preocupación. No tenía ni puta idea por qué estaba tirado
en esa cama con todo su cuerpo molido como si lo hubiese arrollado
un puto tren. Negó con la cabeza en respuesta.
—Es normal, en verdad—. El doctor tomó su barbilla y con una
pequeña luz comenzó a revisar sus pupilas—. En casos así, donde el
trauma encéfalo craneal es de consideración, la memoria puede tardar
en adaptarse. No debe preocuparse, si algo llegara a estar mal, lo
sabremos.
De puta madre... Pensó mientras cerraba sus ojos, cómo dolía su
maldito cuerpo.
—Maldita sea, quiero entrar.
La voz fuera de la habitación lo obligó a abrir sus ojos nuevamente.
—Supongo que el Señor Seokjin está ansioso; lo dejaré entrar unos
minutos, tampoco debemos sobrecargarlo de emociones.
La puerta se abrió de golpe dejando ver a Jin con los ojos
empapados. Una media sonrisa cruzó su rostro.
—Te ves... Horrible... —murmuró ronco. El doctor palmeó el
hombro de Seokjin antes de dejarlos.
—No, tú te ves como un jodido pedazo de mierda—. Jungkook
intentó reír pero su cuerpo se tensó en dolor, el castaño se acercó y
observó las bolsas de analgésicos—. Quizá deban aumentar la dosis.
—Déjalo... —miró fijamente a su amigo, intentando ordenar sus
pensamientos—, ¿Qué pasó?
— ¿No te acuerdas?
—No... No lo sé—. Jungkook frunció el ceño; intentaba ordenar
sus ideas pero le resultaba imposible recordar qué sucedió, cómo
había terminado en ese lugar.
—Tu auto se volcó. Quedó como un maldito acordeón y quedaste
atrapado dentro de él—, su mejor amigo apuntó su propio abdomen
por un momento—, y quedaste con un bello recuerdo.
—Oh...
—Entre otras cosas, te diste un gran, GRAN golpe en tu cabeza...
Eso me preocupa... ¿Puedes quedar más imbécil de lo que ya eres?
Debo hablarlo con el doctor...
—Gracioso...
Seokjin sonrió y se acercó a su amigo; presionó su boca contra la
frente del pelinegro. —Estaba tan malditamente preocupado...
Cerró sus ojos. Repentinamente, su cuerpo sintió la familiaridad
de aquel gesto. Estaba casi seguro de que ya había vivido algo así...—
¿Ya... Ya has hecho esto antes?
— ¿Eh?
—Esto... Acercarte así... Creo que sentí algo así estando dormido.
No lo sé.
No... No es igual... antes fue cálido y húmedo... Qué mierda...
— ¿De qué hablas? Con suerte podía verte ahí tirado y además,
soy un hombre comprometido, por qué crees que estaría
aprovechándome de tu inconsciencia para besarte——, el castaño se
sentó nuevamente, pensativo—, ¡Ah! Tal vez...
—Tal vez, ¿Qué?
—Es que... Hemos estado preocupados, Namjoon ha mantenido
cuidado con la noticia del accidente, pero ya sabes, los rumores
vuelan y TaeTae...
Jungkook frunció el ceño.
— ¿Tae? ¿Le dijiste a Taehyung? —Suspiró irritado ante esto,
porque lo que menos deseaba era que Taehyung tuviera un motivo
para preocuparse—, ¿Vino a verme?
—Es que él estaba preocupado así que Chimchim tuvo que traerlo
y...
Oh... Taehyung y Park Jimin... Escuchar aquello fue como revelar
parte de su memoria. Claro que recordaba ahora la razón por la cual
su auto había volcado... Su atención se había posado completamente
en la imagen de su teléfono y no en el camino. Había perdido el
control de su auto porque aquella fotografía lo había dejado
confundido.
Otro dolor se apoderó de él; uno peor que el físico.
—Ya veo... ¿Seokjin?
— ¿Sí?
—Sé que no puedo pedirte que le ocultes que desperté. Pero... Pero
dile que no venga.
— ¿Por qué?
—Porque él está bien, no necesita más problemas.
—Creo que debo hablar con el doctor, definitivamente quedó algo
mal en tu cabeza.
Jungkook suspiró. —No voy a seguir haciéndole daño, él me
importa y da igual lo mucho que duela ahora, si él está bien... Todo
está perfecto.
—Par de putos imbéciles... En serio que sí...
~•~•~
—Ah... Se siente bien estar de vuelta.
—Tómalo con calma—. Su amigo dejó el bolso de Jungkook en
el suelo de su apartamento, ayudándolo luego a buscar un lugar para
descansar.
—No hace falta, ya estoy listo—. Sonrió con autosuficiencia.
Seokjin arqueó una ceja, pero no dijo nada; lo había visto moverse
bien y su respiración ya parecía ser regular. Lo único que se dejaba
ver como secuela del accidente era el corte en su cabeza que
comenzaba a cicatrizar sin puntadas ya y las vendas en su mano por
la quemadura de la bolsa de aire.
—Namjoon dijo que podías tomarte lo que queda de semana.
— ¿Y dejar que sigan hablando? No, gracias.
—Al menos espérate hasta mañana.
—Sí, papá Jin.
—Eso es, hazle caso a tu padre.
Jungkook rodó los ojos. —De todos modos no pensaba salir hoy.
—Perfecto. Entonces voy de salida, en la tarde me pasaré a
controlarte. Duerme mientras.
—Pase varios días durmiendo...
—Sí —la expresión de Seokjin cambió por una seria—, ahora
asegúrate de despertar.
Escuchó al castaño abandonar el departamento y esperó el tiempo
suficiente para salir de ahí; no le gustaba la idea de mentirle a su
amigo, pero necesitaba aclarar unas cosas con Jisoo. Tomó su
chaqueta y con dificultad se la puso. Agradeció al primer taxi que
cruzó en su camino.
Cuando bajó en el hotel, se sentía mareado. Tenía la sensación de
estar cometiendo un error al estar allí. Había esperado que Jisoo
estuviese en Hive, pero ahora obligatoriamente corría el riesgo de
encontrarse con Taehyung.
Entró y caminó a través de la recepción hasta el pasillo de
empleados; sabía perfectamente dónde se encontraban. Tocó el
ascensor y esperó, tentado a seguir de largo por el elegante pasillo
que daba a la oficina del CEO del hotel. Pero las puertas del ascensor
se abrieron antes de llevar a cabo aquel acto.
Bajó del ascensor y se acercó a la sala de juntas; golpeó dos veces
y la voz de Jisoo lo invitó a entrar. Al verlo, corrió a abrazarlo.
— ¿Dónde te habías metido? Estaba tan preocupada...
—Jisoo.
—Y el jefe Namjoon dijo que tuviste un pequeño accidente, pero...
Estuviste tanto tiempo fuera.
—Jisoo, qué mierda fue esa foto.
Jisoo tragó saliva. —No sé de qué hablas.
—Hablo —Jungkook la arrinconó contra la pared, respirando
pesadamente para controlar su enojo—, de la foto que, casualmente,
sacaste de Taehyung con su amigo.
—No me digas que... Dios, Jungkook. Después de todo este tiempo
sigues con tus juegos con ese niño; ya ha pasado tanto tiempo... ¿Por
qué sigues haciendo esto...?
—Jisoo, cuántas veces tengo que repetir esto... —Jungkook dijo
fríamente—, Taehyung no es un maldito juego; no me importa si está
con alguien más; no me importa lo mucho que me haga mierda la
idea de él junto a ese imbécil; da igual cuánto intentes porque no es
un puto juego.
—Sigues hablando de algo que jamás has conocido; dices que lo
amas pero, ¿Realmente sabes lo que es significa?
Jungkook apoyó sus manos a los lados de la cabeza de Jisoo,
encerrándola. —Me importa una mierda lo que es el amor; lo que
significa amar para el resto del puto mundo; lo que amor significa
para mí es Taehyung. Si me preguntas una y otra vez, mi respuesta
seguirá siendo esa, amor para mí es sinónimo de Taehyung.
Se quedó observándola unos segundos, Jisoo soltó un suspiro y se
acercó a él, besándolo lentamente, sin conseguir una respuesta.
Cuando se separó, sonreía y con su mirada fija en la puerta.
Automáticamente se giró, su boca se abrió al ver a Taehyung
observando. A su lado, como siempre, Jimin lo afirmaba del brazo
de forma protectora.
—Vamos, Tae. La señorita Jisoo se encuentra ocupada.
—Taehyung, espera.
Los vio salir de la sala. Su mirada voló a Jisoo. — ¿Lo viste antes?
Ella sólo se encogió de hombros y sonrió con algo de decepción.
—Era mi última opción supongo.
—Mierda...
Salió de la sala y buscó por el pasillo. Sentía el dolor en las
costillas que aún no estaban sanas por completo y la presión en su
herida abdominal. El aire le faltaba. Su mano se deslizó sobre la
pared cuando vio a Taehyung abrazado a Jimin. Ninguno de los dos
parecía percatarse de su cercanía.
Mierda, estoy mareado...
Intentó seguir avanzando, pero su cuerpo cayó contra sus rodillas.
No podía respirar y dolía.
—Tae... —. Intentó que su voz sonara fuerte, pero el dolor al
respirar se lo impedía—. Mierda... Tae...Taehyung...
Comenzó a sudar frío; estaba demasiado mareado como para
levantarse. Taehyung se volteó soltando a su amigo. Vio a Jungkook
afirmado de la pared intentando levantarse sin resultado. Sintió su
corazón detenerse al verlo así y corrió hacia él, agachándose frente a
Jungkook e intentando ayudarlo.
—Jimin... Ayúdame, no puedo levantarlo.
—Mierda... No, no me toques, maldita sea...
—Jungkook deja que te ayudemos.
Jimin suspiró y lo tomó por el brazo para intentar levantarlo otra
vez.
—Que me saques las manos de encima—. Jungkook sujetó a
Taehyung por el cuello, angustiado por la falta de aire y la necesidad
de hablar—. Tienes... Tienes que escucharme...
—Basta... Por favor, basta y deja que te ayudemos...
—Jisoo... Ella no...
Taehyung se soltó. Jungkook soltó un quejido de dolor. —
Mierda... Por qué estás así... Hyung dijo que estabas bien...
—Lo estoy... —intentó seguir hablando pero el agudo dolor físico
lo estaba haciendo perder el conocimiento. Taehyung sintió el peso
de Jungkook sobre él; lo escuchaba respiras con dificultad.
—Ji... ¡Jimin!
—Ah maldito estúpido arrogante... —Jimin lo sacó de sobre
Taehyung y lo tomó; se dio cuenta que el cuerpo de Jungkook estaba
demasiado caliente y su frente cubierta de una capa de sudor. Miró a
Taehyung dubitativo—, Taehyungie... Deberíamos llevarlo a un
hospital... Creo que tiene fiebre...
— ¿Fiebre? —Taehyung acercó su mano a Jungkook; ahora estaba
semiconsciente—, Ah... Está ardiendo...
Jimin acomodó mejor el cuerpo de Jungkook entre sus brazos y lo
llevó hasta el estacionamiento. Lo recostó sobre el asiento trasero de
su auto mientras Taehyung se acomodaba en el asiento del copiloto,
sin dejar de observar al pelinegro.
—Es...Escucha... Tae... —Jungkook intentaba pronunciar palabras
que se perdían entre dificultosos jadeos, ansioso de aire.
—Jimin, se está ahogando... Jin Hyung dijo que estaba bien...
Con toda la prisa que pudo, Jimin condujo hacia el hospital más
cercano. En el lugar, no tardaron en llevarse a Jungkook luego de
que, a grandes rasgos, el castaño les explicara que había sufrido un
accidente semanas antes y que ahora estaba descompensándose.
Taehyung esperaba afuera de urgencias y Jimin se mantenía apoyado
en la pared de brazos cruzados, percibiendo claramente el estrés que
su mejor amigo estaba sintiendo.
—Llama a tu hermano.
—No.
—Maldita sea, Tae, llama a tu hermano.
—No —Taehyung miró a Jimin con molestia—, no voy a llamar a
Jin porque si lo veo, voy a romperle su linda y presumida cara.
— ¿Por qué? ¿Por decir que el imbécil éste estaba bien cuando
anda colapsando en público? —Taehyung guardó silencio—, no has
pensado... ¿Que no es Jin el que decide? Qué tal si... Que pasa si fue
Jungkook el que quiso dejarte fuera de esto. Tae, en verdad no me
gusta decir esto pero, ambos lo vimos; tal vez la zorra esa tenía razón.
Taehyung liberó sus puños que hasta el momento estaban
apretados dolorosamente; Jimin se sintió arrepentido de sus palabras
al ver la profunda tristeza en los ojos de su amigo. Lo quería feliz,
mas toda la situación con Jungkook estaba repleta de complicaciones.
Nada que fuera así de doloroso podía terminar bien y eso le dolía. Su
amigo se merecía lo mejor y no estaba seguro que Jeon Jungkook lo
fuera.
—Tae... Llama a tu hermano y por favor vámonos, esto no te hace
bien... Por favor...
—Sí... Llamaré a mi hermano.
~•~•~
Seokjin subió a su amigo al asiento del copiloto en calidad de
bulto. Su boca estaba cerrada en una línea y su mandíbula se apretaba
más de lo que debía, provocando un ligero sonido. Miró de reojo a
Jungkook que jadeaba aún luego de su colapso. Apretó el volante y
aceleró en dirección al apartamento del pelinegro sin pronunciar
palabras.
Cuando lo acostó en su cama, lo escuchó quejarse débilmente.
—Ahora te quejas, imbécil...
—Jin...
—Me mentiste. Soy tu maldito mejor amigo, estuve ahí contigo
mientras te morías, estuve ahí hasta que pudiste levantarte de esa puta
cama de hospital y me mentiste.
—No era necesario que te preocuparas.
—Me estás jodiendo...
—Jin...
—Jin, Jin... La única puta cosa que puedes decir ahora. Qué mierda
se cruzó por tu cabeza al ocultarme que seguías con síntomas.
—Necesitaba salir.
— ¿A qué?
—Tenía que hablar con Jisoo.
— ¿Kim Jisoo? —Arqueó una ceja.
—Tenía... Un tema que aclarar con ella, era importante, pero...
Supongo que fue peor —Jungkook cubrió su rostro con su brazo—,
ella me besó y Tae nos vio.
— "Ella me besó" —remedó — ¿Es broma?
—No, lo hizo a propósito. Sabía que él estaba allí y... Estoy jodido.
— ¿Por qué todo es tan complicado entre ustedes? Desde
siempre... Siempre todo tan... Horriblemente jodido.
—Quizá eso es y simplemente no debo acercarme a él; Jimin es un
buen chico... Es un imbécil, pero es quien más se preocupa por él, y
yo... Yo quiero, yo necesito que Taehyung esté bien—. Jin observaba
en silencio a su amigo. —Todo esto es una mierda... ¿Sabes? Cuando
dicen que cercano a la muerte ves toda tu vida... ¿Lo has escuchado?
—Sí...
— ¿Sabes lo que vi? —Jungkook rió amargamente—, vi a
Taehyung, sonriéndome como si todo estuviera bien...
—Jungkookie...
—Yo lo vi a él —Seokjin vio como las lágrimas de su amigo
comenzaban a resbalar ocultas bajo su brazo—, yo lo vi a él porque
Taehyung es mi maldita vida... Y fui tan, tan imbécil... Me demoré
seis malditos años en darme cuenta de eso...Y ahí tirado y
muriéndome lo único que podía pensar era mierda, tengo tanto
miedo... Tanto miedo de no volver a ver su sonrisa.
Seokjin se dio cuenta que llevaba conteniendo la respiración ya
unos largos segundos cuando sus propias lágrimas mojaron sus
mejillas.
Se quedó sentado en silencio, escuchaba los sollozos de Jungkook
clavarse muy dentro de su pecho.
~•~•~
Namjoon observaba nervioso su reloj; llevaba quince minutos
esperando y Seokjin no entraba por la puerta de aquel restaurante
que, según su novio, era el mejor. A él no le gustaba especialmente,
pero Seokjin era un buen comedor; disfrutaba de la gastronomía así
que era un buen lugar para lo que debía decir.
Cuando por fin lo vio entras con su estampa de siempre,
sonriéndole a medio mundo y coqueteando descaradamente con
quien se le cruzase, su corazón se aceleró y sus manos sudaron. No
sentía celos porque estaba seguro de él y eso, después de años de
soltería, lo había sorprendido. Podía decir sin errores que Seokjin
había llegado a completar su vida en el momento preciso. Estaba
completamente consciente que en otro momento tal vez habría
pasado desapercibido, ahora sentía que el castaño complementaba los
aspectos que él carecía. Y quería eso en su vida siempre.
—Lo lamento, esperé que mi Jungkookie se durmiera...
—Lo supuse, pero ya estás acá... —rió nervioso, pues ahora no
tenía excusas para detenerse—, siéntate. Pedí por ambos.
—Sip, muero de hambre— respondió con una sonrisa, sentándose
para tomar la copa de vino que Namjoon le extendía—, oh,
romántico... Me gusta.
—Esto... Jin... No, Seokjin.
—Dime —mordisqueó un trozo de pan que había sobre la mesa,
sonriéndole ampliamente luego a su novio, quien parecía estar
bastante tenso.
—Pensé que necesitábamos un lugar especial y a ti te gusta acá así
que por qué no y...
—Namjoon, hablas mucho hoy —bromeó—, ni que fueras a
pedirme matrimonio—. Soltó una sonora carcajada, pero Namjoon
no rió. Lo miró directamente a los ojos, frunciendo el ceño luego de
un instante cuando comprendió—. Oh... tú...
—Seokjin... Matando momentos mágicos desde siempre...
—Espera, espera... ¡Otra vez!
—Olvídalo—. Los platos de comida llegaron a su mesa, Namjoon
agradeció y rellenó las copas.
— ¿Cómo que olvídalo?
—Eso —Namjoon dijo seriamente, viendo la mueca de decepción
en el rostro de Seokjin. Sonrió—, ah, creo que no podría vivir sin ver
esos cambios de expresión tuyos... Kim Seokjin, he querido decirte
esto desde hace mucho y siempre hubo algo que nos interrumpió, tal
vez sea una señal, pero...
—Acepto —Interrumpió demasiado fuerte—, acepto, acepto,
acepto.
—No he dicho nada.
—No me importa, acepto —dijo apoyando ambas manos sobre la
mesa y mirando fijo a Namjoon—, acepto antes que te arrepientas.
Namjoon rió divertido y sacó la pequeña caja que llevaba desde
hace mucho junto a él como silencioso amigo. Dentro, dos argollas a
juego brillaban ante las luces del restaurante.
— ¿Quisieras interrumpirme impulsivamente por toda la vida?
—Ya dije que sí, claro que sí, por supuesto que sí... Mierda, que sí
quiero—. Namjoon deslizó la argolla en su dedo y luego dejó que
Seokjin hiciera lo propio. Observó sus manos ahora entrelazadas y
besó suavemente el anillo que ahora resplandecía en la mano de su
prometido.
—Me alegra haber aceptado la oferta de Yoongi después de toda
esa insistencia… No creí que salir con su ex fuera algo bueno, pero
supongo que él sabía mejor que nadie que ibas a hacerme muy feliz,
Seokjin.
—Bueno... Humildemente... Ganaste el premio mayor—. Seokjin
sonrió y le lanzó un beso con su mano libre, logrando otra
carcajada—. Hey, es en serio.
—Lo sé, lo sé —Namjoon sonrió y sin soltar la mano de Jin,
comenzó a comer de su plato. Se sentía infinitamente más tranquilo
y sí, realmente estaba seguro de que Kim Seokjin era a quien
necesitaba en su vida.
—Por cierto, Namjoon.
— ¿Hmn? —dijo masticando.
—Te amo.
El castaño comenzó a comer tranquilamente con una gran sonrisa
en su rostro; Namjoon intentó no ahogarse ante las palabras
repentinas de Seokjin. Tosió un par de veces y suspiró. —También
yo.
~•~•~
—Sí que es un lindo anillo.
—Lo es.
—Así que... Te casas con mi jefe.
—Así es.
Jungkook apoyó su brazo sobre los hombros de Seokjin. — ¿Dirás
algo más?
—Puede ser.
—No pareces alguien al que acaban de proponerle matrimonio.
Con seriedad miró a Jungkook y chasqueó la lengua irritado. —
Estoy feliz, maldita sea.
—Wow...
—Estoy muy feliz, Namjoon es el amor de mi vida y me acaba de
pedir que pase el resto de mi vida con él; así que yo, como lo amo,
acepté. Estoy que muero de felicidad, podría saltar por todo el
maldito lugar como una puta bailarina —frunció el ceño—, pero mi
estúpido mejor amigo está a mi lado ignorando su propia estúpida
felicidad, cómo podría demostrarte lo feliz que estoy... Es injusto.
Jungkook resopló. —No tienes que preocuparte por mí. Yo estoy
muy feliz por ti, Jin. Eres el mejor amigo que pude haber conocido,
eres mi hermano y te quiero, te amo Kim Seokjin, que seas feliz es
lo mínimo que mereces.
—Esto me enoja muchísimo...
— ¿Qué?
—Dices que me amas como si fuera lo más normal y con quien
realmente deberías hacérselo saber terminas cagándola en grande.
— ¿Cuánto más repetiremos este tema?
—No lo sé... Tal vez hasta que agarres ese par de pelotas que tienes
y hagas las cosas bien—. Seokjin se giró para enfrentarlo
directamente—. Ya sé, tal vez te las cortaron en el accidente. Ah no,
cierto, de antes ya las tenías de adorno.
Jungkook alzó sus cejas, sorprendido y algo divertido ante las
palabras de su mejor amigo. —Jin, eres un hijo de puta.
—Y me lo dice el maldito que se folló a mi hermano.
Jungkook rió. —Felicidades, te mereces lo mejor.
—También tú, idiota, por eso es tan frustrante.
19
—Al final la muy zorra es per... perrr... perfecta... —Taehyung dijo
al tiempo que terminaba bebiendo su sexta cerveza. Jimin suspiró.
—Es hora de que te duermas.
— ¿Estás loco? —Rió—. Tengo mucho por beber aún.
—TaeTae, deja de beber como un alcohólico.
— ¡No me digas TaeTae! —Hizo un puchero—, él me dice así...
No me gusta... Si me dice así es como verme como un maldito niño...
No soy un niño, soy un hombre adulto.
—Seguro; eres un adulto y estás borracho—. Jimin se levantó y
tomó a Taehyung hasta el cuarto. Se quedó allí un momento; estaba
tan ebrio que tan sólo tocar la almohada había caído dormido—.
Suspiró. Odiaba dejarlo así, pero al otro día debía trabajar. Taehyung
en cambio tenía su día libre y podría recuperarse de esa borrachera
en total tranquilidad—. Descansa Tae, mañana hablamos.
—Jungkook... —susurró entre sueños, Jimin hizo una mueca triste
al ver las lágrimas caer por el rostro dormido de su amigo.
Cuando Taehyung abrió sus ojos, se sentía mareado y con náuseas;
no le costó entender demasiado que seguía ebrio, por lo que tomó su
móvil y leyó el mensaje de Jimin; se disculpaba por no poder
quedarse, y aunque hubiese preferido poder pasar tiempo con él,
agradecía todos sus intentos por animarlo luego de lo sucedido con
Jisoo y Jungkook.
Vio la hora: 2.45 AM. Y un pensamiento persistió en su cabeza.
De verdad quería verlo. Se levantó y tropezó, aún mareado avanzó
hasta la puerta.
Afuera hacía un frío de los mil demonios; se sentó en la orilla de
la acera y esperó abrazándose a sí mismo hasta que un taxi pasó.
Se levantó y agitó sus brazos. El taxi paró y subió a penas. El
conductor lo miró desconfiado, pero aceptó la dirección y terminó
llevándolo. Al llegar, pagó y salió sin recibir el cambio; volvió a
tropezar con sus propios pies y rió de su propia torpeza.
Y ahí estaba. Fuera de la puerta de Jungkook, intentando
mantenerse en pie pero cayó contra la puerta.
—Ay... —se quejó ante el golpe, pero se mantuvo allí golpeando
rítmicamente contra la puerta con su palma.
Jungkook se levantó sobresaltado. Miró la hora antes de avanzar
hasta la puerta. Qué mierda hacía el maldito conserje del edificio que
dejaba entrar a maniáticos a esa hora. Abrió la puerta notoriamente
enojado, casi de un portazo.
— ¿Quién mierda te crees para azotar mi maldita puerta así? —Se
quedó paralizado al verlo, su ceño frunciéndose en confusión.
—No sé... —Taehyung rió—, no sé qué me creo... Yo sólo...
—Estás borracho.
Otra carcajada escapó de su boca. —Sí... Hace frío...
Jungkook se dio cuenta que Taehyung sólo vestía jeans y camiseta.
Se hizo a un lado y dejó pasar a un tambaleante Taehyung, sin querer
que siguiera enfriándose ahí afuera. — ¿Qué haces acá a esta hora...?
—Vine a decirte que te odio —dijo con molestia, dejando que toda
la tristeza que sentía, comenzara a desbordarse.
—Tae...
—Te odio porque... Porque estabas ahí... Muriéndote... Y yo
esperé por ti... Muérete de una vez... —Taehyung dijo ahora
sollozando, angustiado. Jungkook tomó del brazo al castaño y lo
sentó en el sofá.
—Prepararé café.
—No quiero tu maldito café.
—Taehyung... —Taehyung afirmó su camiseta y evitó que se
alejara. El pelinegro sentía la mano del menor temblar en su agarre,
pero se mantuvo quiero en espera de lo que él quisiera decir.
—No quiero café... No quiero alcohol...
Se levantó de donde Jungkook lo sentara y hundió su cabeza en el
pelinegro. Sus brazos rodearon la cintura del mayor, sujetando con
fuera su ropa. Aspiró su aroma con una necesidad que lo abrumaba.
Había soñado tanto con volver a estar así con Jungkook y se sentía
tan patético.
Se separó levemente y acercó sus labios a los del pelinegro; con su
lengua los recorrió tan suavemente como su estado le permitía. Dios,
había extrañado tanto sentirlo, poder decir que era real y que estaba
ahí…
—Estás ebrio... —Jungkook jadeó. Podía sentir su cuerpo arder
ante aquel roce mas no quería aprovecharse del estado de Taehyung.
El menor deslizó sus manos por la espalda de Jungkook, mordió su
labio inferior, haciendo ligeras succiones.
—Taehyung...
Intentaba controlarse, gimió contra la boca del castaño cuando su
lengua temerosa se adentró en su boca y su cuerpo, aun temblando,
se pegó a él. Tanto tiempo deseándolo que evitarlo se volvía
imposible. Sus manos volaron al cabello de Taehyung, enredándose
en él y tirando de él para separarlo.
Sus ojos se encontraron y Taehyung pudo ver el deseo contenido
en ellos. Volvió a tomar sus labios con violencia; mordiendo y
succionando, irrumpiendo hambriento en la boca del menor; su
lengua se enredaba con la de Taehyung buscando fundirse.
Se separó en busca de aire, robando un gemido de queja por parte
del castaño que ahora respiraba con dificultad.
—No pares...
—Mierda, Tae... En verdad estás tan ebrio...
Jungkook bajó su mirada. Aquel beso le provocó una erección que
se estaba volviendo dolorosa; sentía su cuerpo arder en deseo y
Taehyung lo sabía.
Tomó la mano de Jungkook cuidadosamente y lo guio al cuarto
que tan bien conocía. Lo hizo recostar en la cama y subió sobre su
regazo, besando lentamente su rostro; bajaba desde su frente hasta su
barbilla, volviendo a reconocer a aquel hombre que era el dueño de
los peores y mejores momentos de su vida. Levantó la camiseta del
pelinegro y la sacó lentamente, observando cada lugar. Sus dedos
trazaron su pecho que aún tenía marcas violáceas por el accidente;
bajo hasta la cicatriz que terminaba de sanar en su abdomen y su
pecho se oprimió. Dolía verlo y saber que no había estado allí con
él...
—Duele tanto... —murmuró sin referirse a lo físico—, Taehyung...
Jungkook se acercó a su cuello, lamiendo lentamente, arrancando
gemidos del castaño que se movía cuidadosamente buscando fricción
contra su erección. Se giró sobre él, sintiendo el dolor de sus heridas
físicas pero no se detuvo. Su mano recorrió el cuerpo de Tae sin dejar
de besar su cuello bajando hasta su clavícula. Sostuvo las manos de
Taehyung al lado de su cabeza, pero sabía que el menor no estaba
consciente de lo que hacía en verdad...
Taehyung mordía su labio, luchando por contener sus reacciones
ante cada estímulo.
—Tan deseable...
—Por qué paras entonces...
—Taehyung... Estás tan jodidamente borracho...
—Pensé que eso te gustaba. Emborrachar mujeres y follártelas.
¿Qué diferencia hay? Estoy acá... Fóllame de una vez.
—No, Taehyung, no así.
Jungkook se levantó; respirando pesadamente intentando
controlarse. Se dirigió al baño y mojó su cara. Bajo su ropa, sentía su
erección torturarlo.
No así... No contigo.
~•~•~
—Mierda...
Jungkook estaba sentado en el sofá. Su mente le jugaba trucos;
recordaba cada encuentro con Taehyung y tenerlo ahora durmiendo
en su cama lo enloquecía. Su mano bajó hasta su entrepierna y un
gemido escapó de su boca; controlarse debido al estado de Taehyung
había costado toda su fuerza de voluntad y ahora su cuerpo le pasaba
la cuenta de aquello.
—Jungkook... —Se sobresaltó ante el llamado.
—TaeTae, ve a dormir, por favor.
—Ven, estás herido...
Suspiró. La excusa era tan absurda y aun así obedeció. Caminó tras
Taehyung hasta el cuarto y esperó que éste se acostara para tomar su
lugar.
Jungkook sintió al castaño pegar su cuerpo al suyo y cruzar su
pierna entre las de él. Sentía la imperiosa necesidad de besarlo por
completo y volver a sentir su cuerpo temblar bajo su toque. Y su
erección no cedía.
—Jungkook... —La mano de Taehyung recorrió su cuerpo y sus
dedos presionaron su ingle sobre la ropa; sintiendo la dureza bajo la
tela. Lo escuchó gemir roncamente y sin decir una palabra deslizó el
pantalón, liberando el miembro de Jungkook y deslizando su mano
por toda su longitud. Mordió su labio al darse cuenta de lo mucho
que necesitaba sentir al pelinegro.
Jungkook cerró sus ojos, dejándose llevar por las rítmicas caricias
de Tae sobre su erección; quería penetrarlo. Hundirse en él como
antes y hacerlo gritar su nombre; no importaba si ahora estaba con
alguien más, quería volver a poseer su cuerpo y, por ese tiempo, ser
el dueño de todas sus emociones.
—Taehyung... Desnúdate—. Ordenó con voz ronca. Sintió el
movimiento en la cama y vio como el castaño se iba quitando una a
una sus prendas; su cuerpo aún no estaba cien por ciento recuperado,
pero poco importaba ahora—. Móntate.
Sosteniéndolo por las caderas, lo obligó a moverse contra su
erección; Taehyung gemía y arqueaba su espalda, necesitando más.
Sus manos volvieron a apoderarse del miembro de Jungkook y
esparcía el fluido pre seminal por toda la tersa piel.
Ayudado por Taehyung, ubicó su miembro y comenzó a penetrar
con lentitud; la estrechez del castaño lo dejaba sin aliento y los gritos
ahogados de dolor ante la penetración le daban una morbosa
necesidad de seguir. Su miembro se iba hundiendo en Taehyung
dolorosamente. Lo sabía, veía su rostro y las lágrimas caer, pero no
se detuvo; era imposible ahora parar y Taehyung tampoco lo deseaba
en verdad.
Siguió moviéndose e ignorando el dolor, aumentando el ritmo
hasta que pudo sentir el placer de tener el miembro de Jungkook
dentro de su cuerpo. Sus gemidos aumentaban y su cuerpo se iba
cubriendo de una capa de sudor.
Jungkook también gemía y enterraba sus dedos en su piel,
buscando mejor agarre. La mano de Taehyung intentó sujetar su
desatendida erección pero Jungkook se lo impidió; afirmando sus
muñecas y obligándolo a acelerar. Llegaba tan dentro de él, que
sentía su cuerpo arder en busca del clímax que le estaba siendo
tortuosamente negado.
—Jungkook... No pares... —rogó gimiendo e intentando
profundizar aún más aquella incesante penetración.
El pelinegro volvió a afirmar sus caderas y ahora lo movía con
rapidez; estaba al borde y sintió el cálido estremecimiento recorrerlo.
Su miembro palpitaba dentro de Taehyung y sin ser capaz de
contenerse, eyaculó en su interior. Bajó a Taehyung sin importar que
el espeso fluido comenzara a deslizarse por sus piernas y lo volteó en
la cama; bajando ahora y succionando su cuerpo.
Se llevó con una mano el miembro de Taehyung a su boca,
succionó su punta antes de introducirlo a su boca. Una y otra vez lo
envolvió con su lengua y su boca se apoderaba de él. El castaño
afirmó su cabello, rogando porque continuara.
La cabeza de Jungkook se movía haciendo que su boca subiera y
bajara entre lamidas y succiones. Siguió así hasta que Taehyung
empujó su cabeza y gritó de placer. Su boca se llenó con su semen y
tragando sin quejas se levantó. Relamió de sus labios el exceso y
volvió a subir hasta sus pezones, mordiéndolos y mojando con su
lengua.
Quería más, hacerlo enloquecer de placer tal como él había perdido
el control; escucharlo gritar su nombre, rogar por ser penetrado una
y otra vez. Subió por su cuello y lóbulo, lamiendo para volver a
tomar su boca, ávido de él.
—Date vuelta —dijo ya sin pensar en el dolor. Taehyung gimió
excitado y obedeció, apoyando sus antebrazos en la cama y alzando
sus caderas. Sintió la creciente nueva erección de Jungkook
presionarse contra su trasero e inconscientemente comenzó a
moverse buscando la cercanía.
Jungkook separó sus nalgas y penetró de una vez, chocando sus
caderas y gimiendo. Siguió embistiendo una y otra vez. Taehyung
intentaba mantener firme su apoyo mientras sentía como su interior
ardía; el miembro duro y caliente de Jungkook hacía una deliciosa
fricción con sus paredes internas hasta llegar a su punto sensible.
Gimió pidiendo por más y una de las manos de Jungkook comenzó a
masturbarlo al mismo ritmo que sus violentas penetraciones. Sus
brazos temblaban intentando mantener la firmeza.
—N-No puedo... —intentó hablar pero sus palabras eran
interrumpidas por oleadas de placer en forma de gritos. Jungkook
mordió su labio ahogando sus propios gemidos—, Jung...
Jungkook...
El castaño arqueó su espalda y apoyó su cabeza contra la
almohada, mordiendo la suave tela, ajeno completamente al mundo,
sólo sintiendo cada vez que el miembro de Jungkook se hundía
profunda y completamente en él.
Jungkook presionó con fuerza la erección de Taehyung; la
almohada detuvo sus gemidos cuando Jungkook con deliberada
malicia comenzó a presionar la punta de su miembro, extendiendo
aún más los abundantes fluidos. No podía aguantar más, se sentía
sobre estimulado, ebrio ahora por algo distinto al alcohol.
Un gemido profundo brotó de su boca cuando sintió nuevamente
su cuerpo perder ante la intensidad del pelinegro. Jungkook soltó su
miembro y separándose él mismo, y girando ágilmente a Taehyung.
Separó sus piernas y las enganchó en sus brazos.
—No voy a parar —susurró casi inaudible, vio a Taehyung asentir
débilmente y morder su labio.
Cómo amaba aquel rostro enrojecido y perlado por el sudor, tan
necesitado como él. Lo amaba por completo.
Volvió a entrar en Taehyung, esta vez consciente de que no podría
aguantar mucho más con aquel ritmo. Siguió embistiendo, extasiado
sólo de ver el rostro del castaño que mordía su labio. Se acercó a él e
irrumpió con su lengua dentro de su boca, tomando los gemidos
desde su fuente y moviéndose en su húmeda lucha con la lengua de
Taehyung.
—Tae... —gimió su nombre, Taehyung rasgó la piel de su espalda
y con un último movimiento, el nuevo orgasmo lo hizo temblar.
Cerró sus ojos intentando controlar la respiración y apoyó sus brazos
a ambos lados de la cabeza de Taehyung; incapaz de separarse de él.
No quería sentir que sus cuerpos se alejaban; pero era necesario.
Despegó sus caderas, su miembro húmedo se separó de Taehyung
y bajando nuevamente contra su boca, lo besó ahora con menos
intensidad. Respirar se volvía doloroso aún pero nada de eso
importaba.
—Estoy cansado... —Taehyung dijo susurrando, con sus ojos
cerrados, pero sin poder evitar sentirse pleno luego de aquel
encuentro.
—Taehyung...
—Hmnn...
—No duermas...
—No... —musitó, aunque realmente ya no estaba consciente de lo
que escuchaba.
—Taehyung... —Apoyó su frente con la del castaño, suspirando
profundo—, te amo... —. Se quedó en silencio unos segundos para
luego sonreír derrotado. Taehyung estaba profundamente dormido—
. Mierda...
Movió su cuerpo y se recostó junto a él. Ya podría otra vez decirlo,
supuso.
~•~•~
Taehyung se removió entre las sábanas; estiró su brazo y sus dedos
se entrelazaron en la tela. Sus ojos se abrieron de golpe.
—Santísima mierda...
Las imágenes de la noche lo azotaron. Llegar ebrio, besar a
Jungkook hambriento y necesitándolo con angustia, las caricias...
—Ah... —Sintió su entrepierna reaccionar ante la imagen de
Jungkook penetrándolo con pasión.
Se levantó y buscó su ropa; se vistió sin siquiera ducharse y
caminó hasta la sala. Jungkook se apoyaba contra la mesa, respirando
con dificultad y sosteniendo con uno de sus brazos sus costillas. Se
acercó con rapidez, preocupado.
— ¿Estás bien? —Su voz sobresaltó al pelinegro. Cuando sus ojos
se cruzaron, Taehyung sintió su rostro arder hasta las orejas—. No te
ves... Muy bien.
—Mis fracturas siguen curándose.
—Mierda... —Recordaba perfectamente a Jungkook moverse con
violencia. Eso no podía ser sano en su estado—. Lo lamento... De
verdad no quise...
— ¿No quisiste qué?
Taehyung frunció el ceño, confundido. —Ya sabes...
— ¿Coger?
—No hables así...
—Lo siento... Y no es tu culpa, TaeTae, tú llegaste y pude
negarme, pero no lo hice, te toqué porque quise... —Se detuvo un
segundo—, incluso estando consciente de que ahora estás con Park
Jimin.
Taehyung sostuvo su mirada unos segundos.
Claro... Esa mentira... Pensó avergonzado. No sabía cómo aclarar
aquello y aún tenía en su mente el beso de Jisoo y Jungkook en la
sala de juntas.
—Escucha Jungkook...
—Está bien, Taehyung... Te mentiría si dijera que no ansiaba
sentirte, recorrer tu cuerpo completo. Quería penetrarte duro y
hacerte gritar mi nombre como si toda la mierda que pasamos no
hubiera existido.
El castaño ahogó un jadeo ante las directas declaraciones de
Jungkook. Desvió la mirada sin saber qué hacer. —Tengo... Tengo
que hablar con Jimin...
Jungkook suspiró cansado y dolido. —Te llevo, tengo que
ponerme al día con el proyecto del Resort—, repentinamente, lo miró
fijo, esperanzado—, ¿Lo recuerdas?
— ¿El qué?
Jungkook esperó y luego le sonrió negando con su cabeza. —
Nada... dormías. Puedes ducharte.
Luego de un rato; Taehyung salió con el cabello húmedo y su
misma ropa. Caminaba ligeramente más atrás del pelinegro y cuando
éste hizo parar el taxi, Jungkook lo dejó subir sosteniéndole la puerta.
Se sentó a su lado, con demasiado espacio entre ellos. Taehyung
miraba de reojo y se volteó para mirarlo directamente. Lo vio allí,
afirmando sus rodillas con demasiada fuerza, lastimándose.
Su expresión era de terror. Jungkook intentaba mantenerse
tranquilo pero podía ver sus manos temblar.
El accidente...
Se acercó a él y posó su mano sobre la de suya presionando
ligeramente; no lo miró, simplemente se quedó allí en silencio.
Bajaron en el hotel y Jungkook caminó lentamente.
—Bueno... Voy donde Jimin...
—Lamento lo del taxi —dijo tranquilo ahora—, no es igual subirse
a un auto ahora.
—Es normal.
Jungkook sonrió. —Gracias.
— ¿Por qué?
—Por estar ahí; nada es igual si estás ahí conmigo. Todo mejora.
Jungkook rozó con la yema de sus dedos su cabello pero retiró su
mano instintivamente. No era el momento, Taehyung había ido
específicamente a ver a Jimin, lo que pudiera estar sintiendo en este
momento y lo que había sucedido en la noche no importaba.
Lo dejó allí; él tenía que seguir también su vida, y su trabajo era
parte importante. Cuando llegó al ascensor, se volteó; Taehyung
seguía en el mismo lugar con su mano donde antes sus dedos
acariciaban.
~•~•~
Jungkook se sentó en la silla más alejada de Jisoo, escuchaba
atentamente los avances del Resort durante el tiempo que estuvo
alejado. Profesionalmente, no había razón por la que dudar de Jisoo,
era bastante buena. Namjoon escuchaba atento junto a los miembros
del equipo legal del hotel.
—Aún con el improvisto, la construcción del Resort avanza a
pasos acelerados. Como marca, estamos impresionados de Hive
Constructions.
—Como dije en un principio, tengo al mejor equipo y terminando
la obra gruesa, es cosa de semanas para que podamos hacer la
entrega.
—Señor Kim Namjoon, podemos asegurarle que en cada
licitación, siempre esperaremos sus propuestas.
Namjoon sonreía con orgullo; realmente adoraba estar siendo
blanco de tales elogios. Su mirada pasó desde Jisoo a Jungkook; eran
los mejores sin dudas.
Sin embargo, sus ojos se fijaron en el pelinegro que ahora parecía
en otro mundo. Incluso cuando la reunión hubo terminado, Jungkook
se despedía con fingida simpatía de todos.
~•~•~
— ¿Que hiciste qué? ¿Saliste?
Taehyung soltó un quejido. —Que anoche desperté aún ebrio
después de que te fuiste y yo sólo... Tuve esta necesidad de verlo.
Tomé un maldito taxi y llegué a su apartamento en plena madrugada.
— ¡Taehyung!
—Ya lo sé... Pero de verdad quería verlo... —musitó avergonzado
por su debilidad.
—Y supongo que ahora aclararon las cosas, ¿Cierto? —Jimin
entrecerró los ojos esperando, pero Taehyung bebió un sonoro sorbo
de su café—, me tienes que estar jodiendo... Fuiste y follaron...
¿Cierto?
—Bueno... ¿Tal vez?
—Kim Taehyung.
—Está bien, fui y lo besé y dijo que no... Pero luego sí... Y
terminamos en su cama y... —su rostro enrojeció al relatar—, como
que nos acostamos... Un par de veces...
— ¡¿Un par de veces?!
—Un par... Tal vez más...
—Mierda... ¿Eres un maldito conejo? Ni siquiera están juntos, ni
siquiera sabes si se está acostando con la zorra malvada esa y... Dios,
Taehyung... Él piensa que tú y yo estamos juntos.
—Eso... Eso sí es un problema...
— ¿No aprendiste nada? ¿Crees que porque fuiste allá y follaron
toda la noche todo se soluciona?
—No creo eso. Sé que tal vez ahora todo esté incluso peor, pero...
Ha sido mucho tiempo alejados, mucho tiempo extrañándolo junto a
mí y no hablo del sexo... Sino de lo mucho que sigo amándolo pese
a todo. Hoy vi lo mucho que sufrió por el maldito accidente y lo único
que pude hacer fue tomar su mano para darle apoyo... Quería decirle
tantas cosas.
— ¿Se te olvida que él dijo que no te amaba?
— ¡Ya lo sé! —Taehyung dijo furioso, golpeando la mesa con
ambas manos. Su mentón temblaba—, ya sé que dijo eso y sé que lo
que hice, lo que hicimos estuvo mal pero no puedo controlar lo que
siento, no puedo ignorar el hecho de que muero por él, de que con
sólo verlo mi estúpido corazón late como loco. No puedo dejar de
amarlo, Chimchim.
Jimin apoyó su mejilla en su mano y sonrió. — ¿Tal vez es
momento de que te sientes y pongas tus cartas sobre la mesa?
—No quiero escuchar otra vez que no me ama. Follar no es amar.
Jimin lo observó fijamente, meditando la situación. Recordaba
claramente el rostro de Jungkook al ser golpeado; recordaba aquella
expresión de dolor que creyó ver y recordaba también haber visto el
mismo sufrimiento justo antes de que terminara en urgencias.
Sí, estaba seguro de que lo que había visto en los ojos de Jungkook
mientras intentaba hablar ese día en el hotel era dolor.
No dolor físico, no por sus heridas. Jeon Jungkook había estado
sufriendo tan profundo en su alma que Jimin había sentido la tristeza
calarlo.
Taehyung tenía razón; follar no era amar pero ahora dudaba que
aquello de la noche que su amigo le confesara hubiese sido sólo follar
como el castaño ingenuamente decía.
Podía ser que, después de tantos problemas, el único problema
entre su amigo y la persona que amaba fuera un terrible malentendido
causado por otros. —Taehyungie... Creo que cometimos un error
bastante feo.
— ¿Eh? —Taehyung dejó su café y observó confundido a Jimin.
Su mejor amigo parecía honestamente afectado, pero en ese
instante era incapaz de pensar en la forma correcta de explicarle a
Taehyung.
20
Jungkook tamborileaba los dedos sobre el escritorio; Namjoon
mantenía su cabeza sujeta en sus manos. Por fin levantó la vista con
expresión preocupada; conteniendo palabras que eran demasiado
difíciles de pronunciar.
— ¿Jin lo sabe? —dijo finalmente, su voz sonaba dolida.
—No aún, primero necesitaba arreglar las cosas acá, no era seguro.
— ¿Y ahora sí?
—Jefe... No, Namjoon... Creo que eres lo suficientemente cercano
a la situación; sabes que es algo inaplazable.
Namjoon suspiró. —Jin no va a estar contento cuando lo sepa.
—Lo sé. En verdad me asusta su reacción pero ya no puedo
esperar.
—La fiesta de compromiso es el sábado, Jungkook.
—Estaré allí. Kim Seokjin es mi amado hermano, jamás me
perdería la oportunidad de estar con él en ese día tan importante.
También... Eres alguien a quien estimo, sólo puedo estar agradecido
y feliz porque seas tú quien estará junto a Jin y porque sé también —
tragó saliva—, también sé que cuidarás a Taehyung. Ellos dos están
en las mejores manos.
—Entiendo la situación, pero me cuesta aceptarlo. Jin no cree
que...
—Jin está en medio, Namjoon. Ya ha sido suficiente de eso, no
puedo seguir siendo una piedra de tope entre Jin y TaeTae; no es
justo.
Namjoon hizo una mueca de desacuerdo. —En ese tema poco
puedo opinar. En cuanto al trabajo; tienes razón, tu presencia no es
estrictamente necesaria en el proyecto de Jisoo y pese a que tu
contrato sigue vigente, como cortesía hacia ti y Jin, dejaré nula la
cláusula de salida este mismo día. Jungkook, oficialmente quedas
liberado de tus obligaciones para con Hive Constructions.
Jungkook sonrió y estrechó la mano de Namjoon con firmeza y
afecto. —De verdad, muchas gracias... Esto es lo mejor.
—Jungkook, sé que acabo de decir que poco o nada puedo opinar
pero... como la familia de Jin puedo decirte que estás cometiendo un
error. Espero que tengas la certeza de lo que harás.
Jungkook se levantó y salió de la oficina; cerró la puerta y llegó al
ascensor. Apoyó su espalda contra la pared y cerró sus ojos, no podía
echar pie atrás; el día en que había dejado a Taehyung en el hotel se
dio cuenta de que, pese a que anhelaba la felicidad de Taehyung más
que la suya misma, saber que era otro el encargado de darle alegría a
su vida lo destruía. No era capaz de estar ahí sabiendo que había
perdido a Taehyung por sus miedos absurdos.
Abandonó el edificio de Hive y caminó lentamente; su cuerpo
sanaba por completo ya y el único vestigio del accidente era la
sensación de angustia al sentir acelerar los vehículos; no se creía
capaz aún de conducir. Había decidido alejarse, pero eso no era lo
mismo a desaparecer.
Miró el reloj y mordió su labio; debía hablar con Seokjin y
retrasarlo solo aumentaba la dolorosa sensación de despedida. Esperó
fuera del edificio. Sabía que el castaño llegaría pronto, pero no quería
subir aún. Vio el auto de su amigo estacionarse y empuñó sus manos.
Lo siguió con la mirada hasta que llegó frente a él sonriendo.
—Hey, pensé que ya te habías olvidado de mí.
—Eso nunca—sonrió—, quería hablarte.
—Vamos entonces, debiste esperar arriba, está helando acá.
Jungkook siguió a Seokjin mientras escuchaba sus historias de la
fiesta de compromiso que llevaría a cabo en tres días más. Sonreía
honestamente al escucharlo así de feliz.
Arriba, lo acompañó mientras cocinaba y bebían una copa de vino;
comieron tranquilos, intercambiando comentarios sobre ambos.
Jungkook mordió su labio. Era tan difícil.
— ¿Cuánto más hablaremos de cosas vanas? —El castaño bajó su
copa, sonriendo ampliamente.
— ¿Cómo?
—Tu expresión te acusa, Jungkookie. ¿Pasó algo con mi TaeTae?
El rostro del pelinegro se llenó de tristeza. —Voy a regresar a
América, Jin.
La boca de Seokjin se abrió por unos segundos, luego, observó a
Jungkook en silencio antes de que la sorpresa y la frustración
abandonaron su mente. — ¿Cuándo?
—El sábado.
— ¿El día del compromiso?
—Sí... Iré a la fiesta y de allí me marcho—. Jungkook frunció el
ceño confundido—. No preguntas la razón...
—Sé la razón, mi pregunta es, ¿Tú la sabes? ¿Sabes por qué te
marchas a la mitad de tu maldita pelea?
—Ya no hay pelea, Jin —Jungkook bebió su copa para buscar
calma—, sé que amo a Taehyung con mi alma y quise pelear por él
cuando ya era demasiado tarde; soy un cabrón, Jin; ambos lo
sabemos... Taehyung lo sabe. Me repetí tantas veces que lo que sentía
estaba mal que lo creí, así que cuando me fue imposible negarlo no
supe cómo manejar todos esos sentimientos. Lo arruiné.
—Jungkook, ¿Peleaste? Me decepciona pensar que creí que
cuando llorabas por Taehyung era de verdad... Ahora veo que
simplemente fue un juego.
—Nunca fue un juego.
— ¿No? ¿Acaso te has dado el tiempo de pensar en lo que él
siente?
—Jimin lo hace feliz. Que estén juntos es lo mejor. Incluso si
nunca pude decirle lo que sentía porque no tuve la valentía suficiente.
— ¿Sí? Pues me alegro entonces que Taehyung se deshaga de
alguien como tú. Ahora puedo decírtelo libremente, Jungkook... Me
alegro que no seas tú el que esté junto a mi hermano. Se merece a
alguien capaz de luchar por él y no un hijo de puta sin las pelotas
suficientes.
Jungkook sonrió tristemente. No había nada que pudiera decir, Jin
tenía la razón.
—Te pediré algo, Jungkook.
—Lo que sea.
—No se lo digas. Sigue tal cual, si te lo cruzas, haz como si nada
y por favor, desaparece de su vida sin más daños; ambos se merecen
algo mejor... Por favor deja de hacerle daño y deja de lastimarte a ti
mismo. Mierda... Mis dos malditos hermanos, las dos personas que
amo... Qué mierda...
Jungkook acercó su silla a la de su amigo y tocó su mano; Seokjin
la retiró bruscamente. Pudo ver que ahora, con su rostro escondido
bajo una de sus manos, Seokjin lloraba en silencio. Se levantó de su
silla y acercándose a él, lo rodeó con sus brazos; sentía sus propias
lágrimas luchando por salir, pero se negó a derramarlas.
No había vuelta atrás.
~•~•~
Seokjin sonreía ampliamente al ver a su hermano junto a Jimin.
Hablaban animados sobre cuando Taehyung había dejado caer su
almuerzo por tropezar.
—Eres torpe—. Había dicho Jimin despeinando su cabello y
Taehyung simplemente se había reído infantilmente.
—Al menos te tiene a ti para cuidarlo siempre —dijo en un suspiro.
— ¿De qué hablas? No necesito que me cuiden —Taehyung rió
ante el extraño comentario de su hermano.
Repentinamente, el mayor vio cómo Jimin golpeaba
disimuladamente a Taehyung con su codo; instándolo a algo
desconocido para Seokjin, el menor murmuraba negativas e intentaba
detener a su amigo.
—Bueno, par de tórtolo, basta de eso frente a mí —dijo
deliberadamente, sabía que era la mejor forma de sacar una
información que, con claridad, Taehyung se negaba a compartir.
— ¿Tórtolos? ¡Qué dices, Hyung! Sabes que Chimchim y yo
somos como hermanos.
—Sí, imposible que alguien como yo se fije en alguien tan torpe
como Tae.
— ¿Sí? Según recuerdo, ustedes dos estaban juntos.
Taehyung tragó saliva. Era obvio que Jungkook hablaría con su
hermano, lo sabía de antes y aun así había mentido de esa forma para
alejarlo. Pensaba que era lo mejor, al menos en ese momento en el
que sufría; ahora sentía que había cometido un error demasiado
grande para corregirlo y le asustaba no poder lograrlo.
—No estamos juntos, no como pareja.
Ladeó su cabeza pensativo. —De todos modos, no es algo que me
incumba—sonrió—, hay cosas que sólo deben escuchar las personas
correctas, pero bueno... Qué sé yo.
— ¿Las personas correctas? —Taehyung preguntó con la viva
imagen de Jungkook en su mente; Jimin volvió a codearlo.
—Esto... Jin Hyung... Recordé que tengo que ir a ese lugar, sí.
—Chimchim... —Taehyung negó con la cabeza.
—Pero estoy seguro que un tiempo de calidad antes de que te
pierda en las garras del amor es bueno para ambos.
—Espera... Chimchim.
El mayor arqueó una ceja a su hermano. Era notorio que Jimin
quería que Taehyung hablara sobre algo y sentía que su presencia allí
lo evitaba. Taehyung se levantó siguiendo a Jimin y se quedó en la
puerta discutiendo de algo que no alcanzaba a escuchar.
Cuando la puerta de su departamento se cerró y los pasos de su
hermano volvieron a sonar a su lado, se giró y palmeó en el sofá,
invitándolo a sentarse junto a él. Taehyung, como un niño pequeño,
se sentó junto a él con sus hombros hundidos y sus brazos cayendo
entre sus piernas. Bufó irritado y Seokjin supuso que se debía a la
traición recibida por Jimin. Sonrió; sí se amaban pero de una forma
totalmente diferente a la que su pelinegro mejor amigo suponía.
Tan ciego e imbécil. Pensó mientras se acomodaba contra el
respaldo del sofá y apoyaba uno de sus brazos para hacer de soporte
de su cabeza.
— ¿Por qué Chimchim insistía tanto?
—Porque es un idiota —dijo, bufando irritado—, y porque cree
que yo soy un idiota.
—Bueno, puedo entenderlo; también tengo un mejor amigo
bastante estúpido.
Seokjin sonrió al ver a Taehyung tensarse ante la mención del
pelinegro. No entendía cómo ambos podían estar tan ciegos a lo que
tenían frente a sus ojos.
—Hyung... —Taehyung habló bajito, casi susurrando—, ¿Has
sabido algo de él?
— ¿De quién? —Fingió ignorancia a su pregunta.
—Hyung...
—En serio, ¿De quién?
Suspiró derrotado. —De Jungkook.
—Oh... Bueno, siempre sé de él. Es mi amigo, ¿Recuerdas?
—Por eso preguntaba... Como es tu amigo y siempre hablan...
— ¿Por qué? ¿Debo saber algo?
Nuevamente la espalda de Taehyung se tensó, lo vio entrelazar sus
dedos y apretarlos con fuerza.
—Nunca me gustó hablar de esto contigo, es raro.
—Con "esto" ¿Te refieres a Jungkook?
—No... Sí.
—No tienes que hablarlo si no quieres; desde siempre has sabido
lo que opino de inmiscuirme entre ustedes y por lo demás... Es
desgastante.
— ¿Desgastante?
—Sí, así que puede seguir siendo así si quieres, no voy a obligarte
a decir algo que no quieres.
—Es que sí quiero —Taehyung se enderezó y miró directamente
a su hermano—. Sí quiero que sepas...
Seokjin parpadeó, saliendo del pequeño estado de asombro en que
había quedado con las palabras de su hermano.
—Hablemos entonces —dijo sonriendo ahora—, ¿Qué sucedió?
Taehyung tomó una bocanada de aire como dándose valor. —Me
acosté con él.
—Eso ya lo sé.
—Sí... Me imagino que sí, pero... —su rostro enrojeció ante el
recuerdo—, digo que... Me acosté con él ayer... De madrugada...
Seokjin alzó sus cejas; Jungkook no había mencionado ese detalle
en su visita, eso cambiaba todo. —TaeTae... No daré una charla de
actividad sexual.
—No es eso. No sólo hablo de sexo, Hyung...
— ¿Cómo?
—Que me emborraché y simplemente fui a verlo y terminamos...
Haciendo eso.
— ¿Ebrio?
—Ya no estaba ebrio... Pero no estuvo bien porque él está con la
señorita Kim... Realmente odio esa idea pero los vi en el hotel y
bueno, él cree que Jimin y yo somos una pareja... Si hasta te lo dijo a
ti.
—Ah, mierda... —exhaló cansado de todos esos malentendidos
que los tenían tomando las peores decisiones—, tengo que decirte
esto al menos...
— ¿Eh?
—TaeTae, lo que sea que creas que hay entre Jisoo y Jungkook...
Te equivocas. Bueno, en parte.
— ¿Qué?
—Digo que es Jungkook, se cogía hasta los muebles si le ponías
tacones y sí se acostó con ella, pero eso fue antes...
— ¿Antes de qué?
Seokjin frunció el ceño. —Realmente no soy yo quien debe
decirlo...
—Hyung, ¿Antes de qué? —Repitió irritado y confundido.
—Antes, Tae... Antes de todo esto. Antes de ustedes.
—Pero ella dijo...
—Ella dijo, tú dijiste, él dijo... A quién mierda le importa de
cuántas formas diferentes puedas conjugar el maldito verbo...
— ¡Hyung!
—Ya, ya... Lo que quiero decir, TaeTae, es que le das crédito a
una mujer despechada; las peores cosas salen de la boca de una
persona que ha perdido.
Taehyung sintió la débil esperanza en su pecho. Un dolor punzante
lo golpeó entonces. —Pero... Aunque eso no sea verdad... Él sigue
creyendo que Chimchim y yo...
—Bueno, eso es algo que tú debes solucionar; yo simplemente te
estoy aclarando un punto que, al parecer, desconocías. No puedes
actuar sin saber la situación por completo.
El mayor mordió su labio. Tenía razón, no podía actuar si no sabía
las cosas tal y como eran. Y existían dos cosas que él aún desconocía.
—TaeTae...
— ¿Sí?
Seokjin guardó silencio. Las dos cosas más importantes... No era
él quien debía decirlas, sino Jungkook. — ¿Estás seguro de lo que
quieres?
Taehyung mordió su labio y sus cejas se fruncieron. —Sí... No
importa si lo único que él siente es algo físico; quiero decírselo.
Aclararle que nada de lo que cree de Jimin es cierto porque... Porque
es imposible que esté con alguien más porque a quien amo es él. No
importa si vuelvo a ser rechazado... Sólo quiero que él tenga claro
que pase lo que pase, es él a quien necesito y que no quiero volver a
alejarme... Ni a sentir lo horrible de verlo herido... Me da tanto miedo
de no volver a verlo sonreír...
Un dejó de culpa cruzó por el pecho de Jin antes de sonreírle a
Taehyung y acariciar su cabello. Jungkook había pronunciado las
mismas palabras al hablarle de Taehyung. —Es curioso...
— ¿Qué es curioso?
—Ya había escuchado eso antes.
Seokjin abrazó a su hermano y golpeó suavemente su espalda; él
le había desnudado sus sentimientos y él no podía decirle lo más
importante.
No puedo decirle... Ése tiene que ser Jungkook...
—Taehyung...
— ¿Hmn? —Taehyung se separó y recostó su cabeza en el regazo
de su hermano, mirándolo desde abajo mientras Seokjin acariciaba
su cabello.
— ¿Sabes que cuando estás muriendo, ves tu vida?
— ¿Ah?
—Eso... —Seokjin sonrió—, escuché una historia interesante...
Taehyung rió. —Entonces deberías contármela.
Seokjin lo observó. —Quién sabe... Tal vez un día.
~•~•~
— ¿Y?
—Bueno...
—Vamos, sabes que te acabas de enamorar de mí al verme con
este traje—. Seokjin le guiñó el ojo mientras alisaba una pequeña
arruga con sus manos. Jungkook soltó una carcajada mientras bebía
su whisky sentado en aquel cuarto de hotel.
—No quería decirlo, pero sí... Si fueras una mujer ya te tendría en
la cama gimiendo mi nombre.
Seokjin sonrió burlón. —O Tae...
—Imbécil —Jungkook sonrió—, pero sí.
Observar a su amigo prepararse para lo que venía en las siguientes
horas le causaba una felicidad extraña. Acompañarlo era lo que
quería y verlo feliz lo hacía sentir una calidez especial.
—Con esto ya sabemos cuál de los dos es el más apuesto.
—Siempre he sabido que ese título te pertenece, Kim Seokjin.
Seokjin le lanzó un beso y otro guiño antes de sentarse junto al
pelinegro. —Me alegro que al menos te quedes a esto.
—Jin, te lo dije.
—Igual creo que me arrepiento.
— ¿De?
—De pedirte que ocultaras el viaje; deberías hablar con Tae. Que
hayas estado evitándolo durante los preparativos me hace sentir mal
por él.
—Pensé que estaba todo claro.
—Bueno... Tal vez no tan claro—sonrió de forma sugestiva—, de
todos modos, sé algo interesante que deberías conocer, pero me niego
a ser yo quien lo informe.
— ¿Tienes un chisme y no lo sueltas?
—No es un chisme; pero estoy siendo pro fair play.
— ¿Fair play?
—Así es. Para que ambos estén en igualdad de condiciones. Si
quieres saber de qué estoy hablando, entonces ve y habla con mi
TaeTae y pregúntale; tal vez así puedas volverte un hombre grande,
Jungkookie.
Jungkook arqueó una ceja; le daba curiosidad la actitud de Seokjin,
había cambiado en ciento ochenta grados y ahora parecía bastante
interesado en que su hermano tuviese la oportunidad de hablarle.
No podía negar que también moría de ganas de volver a ver a
Taehyung pero temía ser incapaz de controlarse.
El teléfono de Jungkook sonó interrumpiéndolos.
— ¿Ya está todo listo? Sí, Jin igual... No, yo me encargo que se
apresure—. La llamada se cortó y bebió el resto de su whisky—.
Están todos los invitados y Namjoon te espera allá; le preocupa que
te tardes. Qué bien te ha llegado a conocer, me conmueve. Me
pregunto si ya sabe que llevas tus malditos palillos como un obsesivo
a todos lados... Tal vez se espante.
—Ja... Y yo era el imbécil.
—Jin, ¿Nos vamos? —Jungkook se levantó y le ofreció su brazo
con una media sonrisa—, el novio no debe retrasarse, nada de
divismos.
—Ciertamente eres un imbécil.
Tomó su brazo luego de golpearlo; Jungkook rió y le presionó con
su mano libre en forma cariñosa. Salieron de la habitación en
dirección a uno de los salones de eventos del Intercontinental.
Entraron por las amplias puertas y Jin tosió nervioso; el pelinegro
ahogó una risa mientras lo llevaba al lugar donde Namjoon lo
esperaba golpeando uno de sus pies contra el suelo.
—Seokjin... —Namjoon tosió y luego sus ojos se posaron sobre
Jungkook quien, soltando el brazo de Seokjin se puso frente a él y lo
tomó por el cuello, besando su frente.
—Sé feliz, hermano. En serio, gracias por ser mi amigo, no sabes
cuánto te quiero.
—Claro que lo sé, ahora suéltame antes que pienses que quieres
secuestrarme.
Jungkook liberó a su amigo y abrazó a Namjoon. —Sabes que
tienes que cuidarlo, ya no eres mi jefe, puedo venir y romperte el culo
si lo haces sufrir.
—Yo no... Jamás dejaría que Seokjin sufriera —Namjoon dijo con
seriedad; Jungkook entrecerró sus ojos.
—Eso espero.
Jungkook se posicionó algo alejado, dejando que Namjoon y
Seokjin tuvieran su propio espacio. Recorrió el lugar con los ojos
hasta que su mirada se posó sobre el pequeño de los Kim. Podía ver
incluso a la distancia la felicidad que expresaba por su hermano.
Se sintió observado y al girarse, vio la intensa mirada de Jungkook.
Lo había visto dejar a Seokjin, cada detalle mientras le decía algo
imperceptible a su hermano; había visto su sonrisa al separarse de
Namjoon y el profundo afecto que el pelinegro profesaba por su
hermano, que a fin y al cabo, era mucho más que un amigo para él.
Lo amaba.
Su corazón había latido tan rápido que pudo jurar que lo
escucharían todos en ese salón.
Amaba su rostro; su expresión de aparente desinterés que escondía
emociones tan profundas que ni él era capaz de alcanzar.
Sus ojos se habían encontrado después de tanto tiempo y ahora a
la distancia, todas sus emociones peleaban por desbordarse. Lo vio
sonreírle como sólo él sabía y mover su cabeza suavemente en
saludo.
Algo dentro de él se recogió. Cómo dolía aquella distancia; tenía
que terminar con aquel malentendido de Jimin incluso cuando
terminara siendo un amor unilateral.
No importaba. Lo amaba profunda y honestamente. Junto a él,
Jimin observó la escena. Ahora que lo veía claramente, se daba
cuenta que lo que había creído ver era cierto.
Entre ellos existía un lazo tan fuerte que todo alrededor pareció
desaparecer; sólo siendo un espectador de aquella declaración tácita
se sentía sobrecogido.
Se preguntó cómo era posible que ninguno de los dos pudiera
verlo; estaba claro incluso entre toda esa gente; se amaban pero
ninguno había sido capaz de comprenderlo en su totalidad.
Par de imbéciles...
Jimin vio cómo Jungkook lo observaba por unos segundos con
tristeza antes de voltear y caminar hacia Jin para felicitarlo por el
compromiso. Apoyó su mano sobre la espalda de Taehyung y con
una sonrisa que encogió aún más sus ojos, presionó con suavidad,
empujándolo.
Taehyung se volteó confundido ante el empujón.
— ¿Estás esperando una invitación? Deja de perder el tiempo.
—Pero...
—Ah, Dios Taehyung... Eres tan denso que me pregunto si tu
cabeza es normal... Ve.
Taehyung asintió y caminó hasta donde su hermano reía junto a
Namjoon. Sentía que sus piernas pesaban toneladas mientras
avanzaba. Cuando llegó junto a ellos, se acercó a Seokjin primero,
abrazándolo y felicitándolo.
—Esto... Hyung... —murmuró mirando de reojo a Jungkook.
—Oh~... —dijo alargando más de lo necesario la expresión—, con
Namjoon debemos irnos a saludar a nuestros importantes invitados,
esperen acá.
—Sí... —Taehyung asintió y formuló un inaudible gracias sólo con
sus labios.
Jungkook tomó dos copas de la mesa y le extendió una a
Taehyung; sus dedos se rozaron suavemente y sintió su cuerpo
estremecerse. Sólo Taehyung era capaz de provocar aquello en él.
—Todo ha salido perfecto.
—Sí... Es que como ellos dos se aman así, el lugar o la ceremonia
era una mera formalidad; lo perfecto son ellos juntos.
—Juntos... —Jungkook lo miró con abrumadora intensidad, el
menor desvió la mirada sintiendo el calor subir por su rostro.
— Jungkook... ¿Podemos hablar?
—Sabes que siempre, TaeTae.
Taehyung tomó de un sólo sorbo su copa, sintió las pequeñas
burbujas ir reventando por su garganta. Tenía que ser ahora.
—Escúchame —rió nervioso—, yo...
— ¡Jefe! —la voz de Mina llegó a sus oídos, maldijo internamente
por la interrupción.
—Mina, juro que si vienes con alguno de tus chismes yo...
— ¡No! Está un tipo exigiendo por usted, dice que si no habla con
el Gerente demandará al hotel por daños y perjuicios.
—Tienes que estar putamente jodiendo... Mierda... —se giró hacia
Jungkook. El pelinegro medio sonrió.
—Ve, Taehyung. Trabajo es trabajo.
—Mierda... Tú no te muevas. Espera acá, lo digo en serio—.
Taehyung caminó con rapidez tras Mina pero se detuvo a medio
camino—. ¡No te muevas!
Salió corriendo del salón, esperando poder solucionar el problema
para poder llegar y decirle a Jungkook todo lo que sentía.
—Lo siento, Tae.
Jungkook bebió otra copa y se acercó a Seokjin; le susurró algo al
oído y luego lo abrazó lo más fuerte que pudo. Seokjin acarició su
cabello antes de soltarlo y negó con su cabeza, tristemente.
~•~•~
—Mierda, Mina... Para qué trabajas en relaciones públicas si no
puedes encargarte de un borracho —.Taehyung arreglaba su traje
mientras caminaba de vuelta a la fiesta luego de haber solucionado
aquel inconveniente.
—Pero jefe... Él hablaba de demandas.
—Si me hubieras dicho que quería demandar por no encontrar la
maldita marca de licor que acostumbra a beber, no hubiese perdido
mi tiempo; Dios... Estaba en algo importante —dijo con exasperación
al recordar que antes de su interrupción, estaba a punto de decirle a
Jungkook la verdad sobre Jimin y volver a aclararle sus sentimientos,
ahora sin mentiras de por medio.
—Lamento haberlo interrumpido en el compromiso de su
hermano.
—Sí...
—Por cierto, fue una hermosa ceremonia y... ¡Oh! Señorita Kim!
Tiene que ser una maldita broma.
Taehyung se detuvo. —Mina, vuelve a tu puesto.
—Sí, señor.
Jisoo salía de la oficina en la que llevaba trabajando a la par con
Taehyung y lo observó unos segundos. —Kim Taehyung, ¿No
deberías estar con tu hermano?
—No es algo que te incumba—. Siguió avanzando, pasando de
largo a la mujer que había sido parte de los peores dolores de cabeza
que había tenido.
—Por cierto, es una lástima que tanto tú como yo hayamos sido
usados por Jeon Jungkook.
— ¿Usados? Dios... Inventaste que estaban juntos.
Jisoo sonrió y se encogió de hombros, despreocupada. —Qué
importa, después de todo él ya no formará parte ni siquiera de mi
trabajo. Es lo mejor que vuelva a hacer su vida en Estados Unidos—
. Taehyung palideció al escucharla, logrando captar la atención de
Jisoo por su reacción—. Vaya, supongo que no lo sabías. Bueno, me
marcho ya. Felicidades a Seokjin.
Taehyung se volteó y caminó aturdido de vuelta al salón. No podía
creer que lo que Jisoo dijera fuera cierto; no podía creerle después de
que ya había mentido antes. Se intentaba de convencer que era una
nueva mentira, porque él volvería al salón y Jungkook estaría allí,
esperándolo con su sonrisa y podrían aclararlo todo. Podría decirle
que Jimin simplemente era su amigo, que sus palabras fueron
producto de la rabia y los celos.
Tenía que ser mentira...
Se vio corriendo hacia el salón y al entrar más de alguno de los
invitados lo observó con curiosidad. Se detuvo y recorrió el lugar con
la mirada, sentía su corazón bombear a mil.
—Mierda, no lo encuentro... Dónde estás, dónde estás... Ppor
favor, tiene que ser una mentira más de esa enferma... Dónde estás
Jungkook...
Vio a su hermano y mecánicamente se acercó a él; lo sujetó por el
brazo, tirándolo, sus manos temblaban y sus ojos se encontraban
vidriosos.
— ¿Tae?
— ¿Dónde está? —dijo con voz quebrada, deseando una respuesta
que desmintiera lo que Jisoo había dicho.
Seokjin in frunció el ceño al entender. —Lo siento.
—Hyung, ¿Dónde está? Le dije... Le dije que esperara, dónde
mierda está... Por favor dime dónde.
Estaba alterado y Seokjin sólo lo llevó a un lugar alejado donde
pudiesen hablar tranquilos. —Tae... Él decidió...
Su hermano no pudo acabar la frase, porque aunque también dolía
para él, sabía que para su hermano menor significaba algo distinto el
saber que Jungkook ya no estaba en ese sitio.
—No puede. No puede decidir una puta cosa sin escucharme
primero. No puede irse así otra vez... No ahora—. Taehyung se zafó
del agarre de su hermano e intentó mantenerse firme, sus piernas le
flaqueaban. La frustración se mezclaba con la tristeza y su estómago
se anudaba con angustia—. No puede irse sin saber que lo de Jimin
era mentira. No puede... Iba a explicarle... Hyung...
—Ay, mi TaeTae... Lo siento tanto. Debí decirte, debí hacerlo
antes pero yo... Mierda... Él es tan obstinado... —Intentó abrazar a su
hermano, pero el castaño lo alejó. Estaba molesto, Seokjin debía
habérselo dicho y quizá las cosas no estarían cayendo en picada
ahora… Y aunque deseaba culparlo, la verdad es que al final estaban
siendo víctimas de sus propias decisiones equivocadas.
Taehyung salió del salón y caminó hasta el hall; quería entender.
Estaba sumido en sus pensamientos cuando Jimin lo sujetó por el
brazo para detenerlo; venía seguido por Seokjin.
—Taehyungie, necesitas calmarte.
—Estoy calmado.
—TaeTae...
— ¡Estoy jodidamente calmado! —Se cubrió el rostro con una
mano intentando pensar—, ¿Cuándo se va?
—Taehyung, basta —dijo sintiéndose sobrepasado por todo, pues
su hermano no estaba pensando las cosas con claridad.
—Que me digas cuándo se va.
—Hoy. Da igual si sabes o no, ya debe estar en el aeropuerto a
punto de tomar su vuelo. TaeTae, por favor...
¿Hoy? Tiene que ser una broma... No puedes irte así, no puedes...
—Taehyungie, vamos—. Jimin lo sostuvo de la mano y comenzó
a tirar de él—, quieres verlo, ¿No? Entonces deja de perder el tiempo
y reacciona.
—Chimchim...
— ¡Que te muevas, maldita sea!
Taehyung asintió y se dejó guiar hasta el estacionamiento. El auto
partió tan rápido que tuvo que sostenerse para no azotar su cabeza.
Observó a Jimin que afirmaba el volante y maldecía a los otros autos.
—Maldita gente, ¿No pueden viajar otro día? —Murmuró al verse
rodeado de otros autos en su misma dirección.
—Chimchim...
—Cállate.
—Escúchame.
—No quiero. Quiero llegar a ese maldito aeropuerto y lanzarte de
una patada donde ese imbécil... Así que cállate, porque creo que
desde acá también podría atinarle a su avión si te golpeó.
Taehyung guardó silencio. El camino se hacía eterno; tenía la
horrible sensación de que no llegaría y todo quedaría en nada.
Cuando por fin llegaron, Jimin cruzó el automóvil en pleno tránsito
para dejar bajar a Taehyung. El castaño caminaba lo más rápido que
sus piernas le permitían. Miró las pantallas buscando y sintió como
si algo dentro de él se rompiera. Leía cada uno de los vuelos que iban
dirigidos hacia EE.UU y en todos podía leer departure.
Caminó hasta los asientos y echó su cuerpo pesadamente sobre
uno; su mirada fija en las pantallas. Sintió a Jimin sentarse a su lado
pero no habló; simplemente estiró su mano para abrazar a Taehyung
por los hombros.
—Fue bastante ingenuo de mi parte creer que después de todo,
podía cambiar las cosas —Taehyung dijo con una calma que hizo
estremecer a Jimin, su voz sonaba vacia—, creo que él lo sabía...
Creo que... —Sus lágrimas comenzaron a caer una tras otra ahora,
sin poder contener el dolor.
Se quedaron allí por largo rato, en silencio. Jimin se sentía incapaz
de decir algo, sabía que nada de lo que pudiera decir cambiaría el
hecho de que Jungkook se había ido; nada cambiaba que los
esfuerzos de Taehyung se habían destruido tan rápido que ni siquiera
hubo tiempo para hacer algo.
Se sentía impotente.
—Taehyung... Vamos a casa.
Lo ayudó a levantarse y caminó junto a él sin soltarlo del brazo.
No podía cambiar las cosas, pero permanecería a su lado hasta que
aquel sufrimiento fuera sólo un mal recuerdo.
21
Jimin condujo por varios lugares en silencio en un intento por
distraer a su mejor amigo; Taehyung se mantenía observando por la
ventanilla; había dejado de llorar, pero no pronunciaba palabra desde
el aeropuerto y eso comenzaba a ser preocupante. Miró su teléfono,
porque Seokjin llevaba horas intentando comunicarse, mas no quería
forzar a Taehyung. Sabía que en este momento sería
contraproducente; sintió algo de culpa por preocuparlo en aquel día
tan importante, pero en ese momento, que Taehyung pudiera
recuperarse de aquel feo golpe a su ánimo era lo más importante.
Ya de madrugada, Jimin se detuvo en un parque y salió. Al rato,
subió con una bolsa con comida para que el castaño recuperara en
algo la energía gastada en el llanto.
—Muero de hambre —Jimin dijo abriendo una bolsa. Taehyung
se giró hacia él y frunció el ceño.
—No tienes que preocuparte.
— ¿Cómo?
—Comeré. No llegaré a beber ni me echaré a llorar abandonando
todo.
Jimin sonrió. —Lo sé, TaeTae, eres fuerte —agarró uno de los
bollos que tomó de la bolsa y lo metió en la boca del castaño—, pero
ahora, comer es lo mejor. La comida sana el alma.
Taehyung comenzó a masticar lentamente; sabía que Jimin estaba
preocupado y que aguantaba las ganas de hablar sobre lo sucedido y
de contestar a su hermano. Y no podía negar que agradecía aquello;
no se sentía lo suficientemente fuerte como para enfrentar la realidad
en ese momento.
—Taehyung.
— ¿Hmn?
—Júrame que no harás algo estúpido como encerrarte en ti mismo.
Puedes llorar... Sería ilógico pensar que esto no te afecte así que,
llora. Llora todo lo que debas llorar y entonces supéralo.
— ¿Superarlo?
—No malentiendas. No digo que dejes de amarlo ni que lo
olvides... quiero decir... Que no dejes que esto opaque lo que eres.
—Chimchim... Creo que necesito dormir.
Jimin asintió y encendió el auto. Condujo hasta el departamento
de Taehyung y estacionó el auto frente al edificio, cuando iba a sacar
las llaves, Taehyung sostuvo su mano.
—Voy a estar bien —le aseguró, esperando que su mejor amigo
comprendiera que en ese momento sólo necesitaba estar solo.
—Pero...
—Por favor, quiero estar solo. Llamaré a Jin Hyung, lo prometo,
pero quiero estar solo, todo esto... Necesito pensar, procesarlo... No
sé, siento que si me apoyo en alguien más, quedaré estancado igual
que hace años.
—Tae...
—Te llamaré si necesito algo. Descansa Chimchim—. Taehyung
bajó del auto y antes de cerrar la puerta, se asomó y le sonrió
ampliamente a su amigo—. Gracias por todo, Chimchim; que
estuvieras ahí fue importante.
—Llámame.
—No te preocupes.
Taehyung esperó a que Jimin se perdiera en la calle antes de entrar
al edificio. Se quedó un momento apoyado contra la pared junto al
ascensor, respirando profundamente. Golpeaba suavemente su
cabeza contra la fría superficie, mordiendo su labio e intentando
ignorar todo el dolor que ahora, en soledad, caía sobre sus hombros
como una pesada carga.
Le había dicho a su amigo que no se preocupara porque no quería
ser una carga y no quería que Jimin pasara por lo mismo que su
hermano hacía años; no era justo.
Pero dolía tanto que sentía que el aire le faltaba.
—Basta, Taehyung... Ya no eres un niño.
Se enderezó y subió al ascensor; dormiría toda la noche y a la
mañana volvería a su vida. Las puertas se abrieron frente a él y
caminó con la cabeza gacha, jugando con el pequeño llavero en
forma de conejo que aún llevaba con él; se acercó a su puerta,
dispuesto a entrar, pero la llave tembló entre sus dedos.
El piso pareció temblar bajo él cuando su mirada se fijó en el
rincón contrario a su departamento. Sintió su corazón latir
dolorosamente fuerte y su mentón tembló.
No es cierto...
Lo vio sentado en el suelo y su boca se torció en una mueca
inconsciente entre tristeza y confusión.
Se levantó del suelo y sacudió su ropa; con pasos calmados se
acercó al castaño hasta quedar frente a él, sin quitarle los ojos de
encima. Veía las lágrimas luchar por escapar de sus ojos ya brillantes
y su boca en un puchero tembloroso.
Había estado allí; parado listo para embarcar y sus piernas se
habían negado a avanzar por la puerta de embarque; no era ése el
lugar al que debía dirigirse.
—Yo te esperaba —murmuró tan suavemente que su voz se perdió
al final de la frase.
—Por qué estás...
Jungkook se acercó a Taehyung y estiró su mano, acariciando su
rostro suavemente y quitando las lágrimas rebeldes que comenzaban
a escaparse sin consentimiento.
—Yo iba a irme. Iba a abandonar todo esto y seguir con mi vida,
dejar que tú fueras feliz con quien decidieras serlo y desaparecer...
No volver a hacerte daño—dijo sintiendo sus latidos reventando en
su pecho—, estaba allí, a punto de subir a ese avión y entonces... —
tomó un profundo respiro para continuar—, entonces, TaeTae... Mi
Taehyung... Me di cuenta que, pasara lo que pasara, hiciera lo que
hiciera... Que daba igual en que parte del puto mundo me encontrara,
no podía seguir mi vida.
Taehyung guardaba silencio, sentía las suaves caricias de
Jungkook en su rostro y era incapaz de articular palabras. Su corazón
latía con tanta fuerza, que temía que todo esto estuviera siendo un
cruel sueño.
—Taehyung... No pude subirme a ese avión y seguir con mi vida
como si nada de esto hubiera pasado porque mi vida está acá. Mi
vida, Taehyung... Ésa eres tú; y hace seis años escapé porque no quise
aceptar esto que siento y cuando te volví a encontrar todo mi mundo
se volteó... —sonrió, acercándose al menor—, no... Mi mundo estuvo
seis años dado vuelta y esa noche volvió a tener sentido. No puedo
escapar de algo que está profundamente dentro de mí.
Jungkook acercó su rostro; rozando suavemente su nariz contra la
de Taehyung, sintiendo el cálido aliento del castaño, sus lágrimas
humedeciendo su piel. Todo dentro de él ahora calzaba como un
puzzle que llevaba años incompleto.
—Taehyung —presionó suavemente sus labios contra los del
menor mientras secaba sus lágrimas—, voy a decirte algo que debí
decirte mucho antes... Te amo, Taehyung. Dios... No sabes cuánto te
amo...
Escuchó el sollozo escapar de la boca de Taehyung; rodeó su
cuerpo con sus brazos, presionándolo tan fuerte como si temiera que
el castaño fuese a desaparecer de su lado.
—Jungkook... —su voz sonaba entre lágrimas y sollozos, incapaz
de creer lo que estaba escuchando luego de tanto tiempo anhelando
esas dos palabras—, repítelo una vez más...
Jungkook sonrió. —Te amo... Te amé antes y si tuviera que elegir
nuevamente, volvería a amarte.
Taehyung cruzó sus brazos alrededor de la cintura de Jungkook.
Había pasado de sentirse completamente desolado a experimentar
algo que jamás sintió antes. La felicidad que creyó sentir en otros
momentos no se comparaba a estar ahora escuchando las palabras
que tanto quería oír.
Había esperado años.
Sostuvo con firmeza la tela de la camisa de Jungkook pero éste se
separó. Acercó su rostro al de Taehyung y tomó entre sus labios,
hambriento, el labio inferior de Taehyung, mordiendo para obligarlo
a separarlos. Su lengua acarició suavemente donde antes sus dientes
presionaron antes de comenzar a explorar el interior de su boca.
Su cuerpo se presionó contra el de Taehyung obligándolo a
retroceder hasta quedar pegado a la dura superficie de la puerta.
Eliminó toda distancia y profundizó el beso con intensidad.
Necesitaba sentirlo casi con angustia.
Taehyung intentaba llevar el ritmo de aquel apasionado beso, pero
comenzó a necesitar el aire; se separó relamiendo sus labios para
volver a besarlo. Sintió la presión entre sus piernas y jadeó, dándose
cuenta de lo mucho que extrañaba la cercanía de Jungkook; el
pelinegro enredó sus dedos en el cabello de Taehyung y sostuvo con
firmeza su cabeza.
Gimió, abandonándose a aquel beso ansioso.
—Taehyung... —dijo contra su boca, haciendo suaves succiones
en sus labios, avanzando por la línea de su mandíbula, dejando que
su lengua marcara su camino. El castaño se estremeció y ladeó su
cabeza, ampliando la superficie que Jungkook podia recorrer—,
entremos.
Asintió y Jungkook besó suavemente su cuello una última vez;
esperó que el castaño entrara para seguirlo y cerrar la puerta tras él.
Volvió a tomarlo firmemente contra su cuerpo, continuando el
recorrido que dejara pendiente; Taehyung acariciaba su pecho, con
la respiración acelerada; sus dedos fueron soltando uno a uno los
botones de la camisa de Jungkook y sus dedos se enfrentaron a la
cálida piel, bajando por su tonificado abdomen y deslizándose por la
cicatriz que adornaba su cuerpo. El pelinegro detuvo sus muñecas y
lo separó; mirándolo con la lujuria que por tanto contuvo.
Lo levantó por las caderas, haciendo que Taehyung se sujetara con
sus piernas para llevarlo a la cama. Quería tomarse todo el tiempo
que pudiera para recorrerlo, grabar en su memoria cada centímetro
de su cuerpo.
Se quitó la camisa que Taehyung dejara a medias y con su rodilla
separó las piernas del menor, presionando contra la erección que su
ropa aprisionaba; sonrió cuando el menor mordió su labio ahogando
un gemido. Sus ojos se encontraron con los de Jungkook y su rostro
enrojeció. Estiró sus brazos y lo sostuvo por el cuello atrayéndolo
hasta él.
El pelinegro rió cuando Taehyung jadeó contra sus labios, incapaz
de pronunciar palabras. Con su mano se deshizo de la camisa del
castaño y volvió a besarlo, bajando lentamente. Sus labios atraparon
uno de sus pezones mientras su mano se encargaba del otro;
Taehyung gimió y arqueó su espalda; cada roce hacía su cuerpo
arder. Bajó sus manos y desabrochó el pantalón de Jungkook, sus
dedos presionaron la tela ya húmeda de la ropa interior y movió con
ritmo lento, logrando arrancar roncos gemidos de Jungkook. La ropa
no tardó en desaparecer y su mano se cerró por completo en el
miembro del pelinegro, presionando y deslizándose por toda su
longitud; humedeciendo con sus propios fluidos para ayudar a que su
mano se moviera sin problemas; Jungkook se alejó y tomó sus manos
deteniéndolo y con un ligero tirón, lo obligó a sentarse en la cama.
—Usa tu boca, Tae, quiero verte —dijo en un tono de voz mucho
más grave que el normal; Taehyung mordió sus labios y se acomodó,
sujetándose de los tonificados músculos de Jungkook; la punta de su
lengua rozó tímida al principio, saboreando la salinidad del líquido
que cubría la punta del miembro y luego extendió su toque,
enredándose y bajando—, Así es perfecto... —Jungkook sostuvo la
cabeza de Taehyung y esperó que fuera él mismo quien aceptara su
erección dentro de su boca. Taehyung separó sus labios
amoldándolos al contorno del miembro y dejó que se hundiera
ayudado por la humedad que su lengua y su boca le entregaban. Su
cabeza se movió lentamente y pronto las caderas del pelinegro se
adecuaban a sus movimientos, profundizando con cada embestida y
adueñándose de la boca suave y cálida del castaño.
Gimió y tiró del cabello de Taehyung, quien se quejó entre dolor
y placer. Jungkook observaba la escena aturdido por la deliciosa
lengua que jugaba entre sus piernas. Volvió a tirar más fuerte de su
cabello para alejarlo, sintió la succión de protesta y se estremeció.
—Jungkook... Aún podía... —dijo con una estela de saliva
resbalando por la comisura de sus labios; se veía vulnerable y eso
enloquecía al pelinegro.
—Pero yo no —respondió agachándose a la altura de Taehyung y
pasando su lengua por su boca, quitando el exceso de humedad que
había ocasionado. Gimió angustiado—, gírate.
Ordenó y el castaño diligentemente obedeció, apoyando sus manos
en el respaldo de la cama. Jungkook lo desvistió por completo y pegó
sus caderas a las del menor, acercándose a su cuello, succionando y
marcando la piel canela de Taehyung. Sus manos presionaban
siguiendo la línea de su columna, subiendo y bajando; Taehyung
gemía y arqueaba su espalda.
Aún presionando su erección contra el menor, afirmó a Taehyung
del cabello para levantar su cabeza. Su otra mano acarició su cuello,
subiendo hasta su boca e introduciendo sus dedos.
Taehyung supo inmediatamente qué debía hacer, lamiendo y
succionando como si fuera una extensión del miembro de Jungkook
y humedeció sus dedos.
—Dios, Jungkook... Hazlo ya —gimió en protesta al sentir como
el duro miembro de Jungkook se movía friccionándose. Sentía su
propia erección volverse dolorosa ante la falta de atención.
—Impaciente... —El pelinegro bajó sus manos y sujetó a
Taehyung, masturbándolo—, aún no.
—Jung... —intentó hablar pero los gemidos se volvían constantes.
No sabía cuánto más podría aguantar siendo excitado y estimulado
de esa forma—, por favor... No puedo...
Una sonrisa se formó en los labios de Jungkook; amaba la forma
en que el cuerpo del castaño reaccionaba, quería extender lo más
posible aquel encuentro. Sabiendo que si seguía masturbándolo no
podría ser así, soltó su miembro, negándolo el ansiado orgasmo a
Taehyung. Un quejido escapó de su garganta, el menor estaba al
borde de la locura y lo necesitaba urgentemente.
Jungkook lo sabía y siguió negándose a otorgarle lo que su cuerpo
tanto ansiaba. Lamió sus dedos nuevamente y los deslizó por toda la
curva de su trasero sin llegar a tocarlo, produciendo sólo un roce.
Uno de sus dedos buscó lentamente hasta encontrar la estrecha
entrada de Taehyung; hundió poco a poco, moviendo en lentos
círculos.
Lo escuchaba gemir y jadear, su voz quebrada por el deseo.
Aumentó el número de dedos con ritmo pausado, girando y
penetrando, dilatando lo suficiente. Taehyung ladeó su cuello y el
pelinegro entendiendo, se acercó a tomar violentamente su boca. Su
lengua se movió dentro jugando con la del castaño, simulando los
movimientos que tanto deseaba sentir. Ahogó un gemido con su boca
cuando sacó sus dedos y sus manos se aferraron a la piel del castaño,
ayudándose a abrir paso.
Todavía besándolo, penetró tan lento como pudo, disfrutando la
apretada fricción que el cuerpo de Taehyung le proporcionaba. Se
separó de él y apoyó su palma abierta sobre el final de su columna y
tiró de su cabello con su mano libre. Aumentó la velocidad y embistió
con violencia; entrando con distintas profundidades a cada vez.
—Tae... Eres increíble... —Gimió con sus pensamientos nublados;
deleitándose con cada penetración que arrancaba deliciosos gemidos
de Taehyung. Su cuerpo cada vez se sentía más caliente y pronto
comenzó a sentir las palpitaciones en su miembro. Tiró más fuerte
del cabello de Taehyung para sostenerlo y embistió quitándole toda
la fuerza de sus brazos. El calor lo recorrió por completo como una
corriente eléctrica. Acabó dentro de él pero se separó
inmediatamente; volteándolo para dejarlo sobre su espalda.
Taehyung gimió, sintió la calidez de los fluidos que ahora
escapaban de su cuerpo.
—Lo siento, amor... —dijo relamiendo sus labios—, me encargaré
de ti ahora...
—Espe... Qué... Dios... —intentó hablar pero la boca de Jungkook
aprisionó su miembro que rogaba atención; succionó tan
bruscamente sobre la sensible zona que un grito escapó. Una de sus
manos buscó apoyo contra las sábanas, enredándolas. Levantó sus
caderas e inconscientemente comenzó a moverlas al ritmo que la
boca de Jungkook le marcaba.
—Jungkook... No puedo... No aguanto más...
Todo su cuerpo se convulsionó y sus fluidos explotaron dentro de
la hábil boca del pelinegro; que con tan sólo un poco de succión había
terminado dándole aquel orgasmo que le negaba antes. Jadeaba y
respiraba con dificultad.
Su cabello se pegaba a su piel por el sudor y sus labios temblaban
ligeramente. Jungkook tragó y limpió el semen que escapó de su boca
con su lengua, subió besando su abdomen y su pecho, deteniéndose
nuevamente en sus pezones antes de llegar a su boca. Pegó su cuerpo
al de Taehyung, un estremecimiento azotó el cuerpo del menor ante
el roce. Buscó la lengua de Jungkook con la suya y se fundió en un
lento y profundo beso.
Jungkook con una de sus manos recorrió todo el brazo que
Taehyung mantenía a la altura de su cabeza, todavía sosteniendo las
sábanas. Sus dedos buscaron los del castaño, entrelazándolos y
acariciando con su pulgar, recuperando lentamente el aliento.
—Quédate así... —Taehyung murmuró contra su boca—, no te
atrevas a irte de mi lado...
Jungkook movió su nariz sobre la del menor y sonrió. —No hay
otro lugar donde deba estar, sólo aquí contigo entre mis brazos.
Se recostó junto a Taehyung y lo rodeó por la cintura, pegando su
cuerpo que estaba aún cubierto por una delgada capa de sudor. No le
importó, todo en su cuerpo le recordaba cuánto lo amaba y que ahora
era real.
Taehyung cerró sus ojos. —Realmente te amo, Jeon Jungkook.
Suspiró y hundió su rostro en Jungkook; todo el dolor y la tristeza
habían sido reemplazadas por una sensación incontenible de
felicidad.
—Realmente te amo, Kim Taehyung.
~•~•~
Taehyung abrió sus ojos y apegó su cuerpo al de Jungkook. Hacía
frío y las sábanas habían resbalado de su cuerpo; sintió un escalofrío
cuando la mano del pelinegro se deslizó por su espalda bajando hasta
perderse bajó la poca tela que aún lo cubría.
—Estás helado... —dijo contra el cabello castaño. Tomó la sábana
y la subió— buenos días...
—Buenos días —Taehyung se removió entre sus brazos y alzó su
cabeza, mirando el rostro de Jungkook que aún mantenía sus ojos
cerrados, descansando. Soltó un profundo suspiro.
Los ojos de Jungkook se abrieron y los fijó en los del castaño, una
sonrisa tiraba de sus labios de manera inevitable. — ¿Qué?
—Nada...
—TaeTae, dime qué sucede.
Taehyung frunció el ceño un momento antes de estirar su cabeza
y besar suavemente el mentón de Jungkook. —Nada, sólo me
aseguraba.
Jungkook rió. — ¿De qué?
—De que estaba despierto.
Una carcajada resonó en la habitación; Jungkook estrechó su
abrazo y no pudo contener un débil gemido cuando Taehyung
entrelazó sus piernas para hacer desaparecer la mínima distancia que
quedaba.
—Estás despierto —murmuró sonriéndole—, también yo.
—Sé que... Oh...
Taehyung relamió sus labios al sentir la presión que comenzaba a
ejercer la erección de Jungkook; maliciosamente se movió haciendo
que su cuerpo se frotara contra el del pelinegro. Lo vio cerrar sus ojos
y jadear.
—No hagas eso, mi amor.
— ¿Qué? —mordió su labio y volvió a moverse, sintiendo su
propio cuerpo reaccionar—, ¿Esto?
Jungkook giró sobre su cuerpo, quedando sobre Taehyung, se
sentó a horcajadas y sosteniendo sus muñecas contra la cama lo besó
lentamente. —Suelta mis manos, quiero tocarte.
—No.
—Jungkook... —se quejó, fingiendo un puchero—, lo siento, no
volveré a moverme así.
—No... —Jungkook frunció el ceño, meditando—, hazlo... Me
gusta. —Taehyung sonrió y relajó sus manos que hacía segundos
intentaban liberarse del firme agarre. — ¿Te rindes?
—Sí.
—Eso fue fácil.
— ¿Jungkook?
— ¿Sí?
—Me gusta esto.
Jungkook soltó sus manos sin bajarse de encima. — ¿Esto? Tae...
Tan pervertido. —Bromeó deslizando su mano por el cuello de
Taehyung.
—Idiota...
—También me gusta, Taehyung.
Las manos de Taehyung se dirigieron al cuerpo de Jungkook,
acariciando cada músculo y deteniéndose sobre su cicatriz, la
observó minuciosamente, trazándola con su índice. Jungkook lo
observó mientras lo hacía; podía ver un dejó de curiosidad en él.
—Vi algo que me desagradó y perdí el control del auto. —
Respondió antes que siquiera fuera capaz de formular la pregunta.
Frunció el ceño al recordar.
— ¿Me dirás qué?
—No, no vale la pena.
—Oh... —siguió deslizando sus dedos, bajando por su ingle,
haciendo pequeños círculos sin acercarse totalmente a donde,
definitivamente, quería llegar—, hay algo que aún no te he dicho...
—Dímelo... —cerró sus ojos al sentir las suaves manos de
Taehyung juguetear sobre su piel.
—No te gustará.
—Entonces no lo digas.
El menor rozó con dos de sus dedos la tersa piel del miembro de
Jungkook que seguía completamente erecto; endurecido bajo sus
caricias.
—Tengo que... —presionó con su pulgar la punta, robando un
gemido de Jungkook.
—Dilo de una vez—. Intentó mantenerse consciente de lo que
hablaba.
—Es sobre Chimchim y yo... —Su mano comenzó a moverse
rítmicamente de arriba a abajo, sintió la protesta de Jungkook ante
sus palabras ser cortadas por un gemido.
—Qué mala idea la tuya de estar hablando de otro justo ahora...
—Es importante... —Presionó aumentando la velocidad, relamió
sus labios; quiso que fuera su boca la que arrancara esos gemidos,
pero la necesitaba desocupada—, Chimchim y yo...
—Mierda...
Taehyung sonrió sin dejar de masturbarlo. —Lo siento.... Jimin y
yo en verdad...
—Tae... Taehyung... Deja de meter a ese imbécil... Intento
concentrarme en lo que haces...
—Jimin y yo en verdad nunca hemos estado juntos. Ni una sola
vez—, dijo por fin, Jungkook lo miró fijamente y sostuvo su mano,
deteniéndolo.
—Mierda... —dijo jadeando—, y yo que pensaba robarte.
—Eres un idiota.
—Lo sé —dijo soltando la mano de Taehyung y dejando que
volviera a moverla sobre su miembro.
~•~•~
Seokjin maldecía entredientes mientras buscaba las llaves; abrió
la puerta y caminó por el pasillo con expresión preocupada.
— ¿Por qué mierda no contestas el maldito teléfono? Chimchim
dijo que llamarías... —sus palabras fueron desapareciendo
lentamente apenas puso un pie en el lugar—, hijo de la grandísima
puta... Mierda...
Se quedó paralizado en la puerta del dormitorio de su hermano con
la mandíbula abierta, las llaves en su mano. Sintió uno de sus ojos
comenzar a palpitar nerviosamente. Pensaba encontrarlo de cualquier
forma; pero aquello superaba cualquier escena. Era surrealista y por
alguna razón era incapaz de quitar los ojos de ambos.
Jungkook se encontraba sentado sobre su hermano... su pequeño
hermano, que a su vez, mantenía una de sus manos entre sus piernas.
Agradeció mentalmente que desde esa posición sólo tuviera una vista
parcial.
El pelinegro soltó un sonoro suspiró de decepción mientras
deslizaba sus manos por su cabello. Taehyung estaba en shock, con
el rostro enrojecido y al igual que Jin, incapaz de reaccionar.
—Mierda... Yo quería coger… —Jungkook murmuró antes de
bajarse de Taehyung y levantarse para tomar su ropa interior que
seguía tirada donde mismo había caído la noche anterior. Tiró la
sábana sobre Taehyung, cubriéndolo.
—Yo esperaré en la sala... ¿Hay whisky? ¿Vodka? ¿Ácido
sulfúrico? Olvídenlo... Sólo... Nada… —Seokjin abandonó la
habitación; Jungkook suspiró y miró a Taehyung.
— ¿Una rápida en la ducha?
— ¡Jeon Jungkook! —Taehyung le aventó una almohada,
conteniendo la risa.
—Mierda... —el pelinegro miró su rebelde erección y volvió a
suspirar.
Luego de quince minutos, Jungkook y Taehyung aparecieron en la
sala. Jin caminaba por todo el departamento, pero detuvo su paseo
carcelario para observar a los dos que ahora se sentaban uno al lado
del otro en el sofá. Podía ver a su hermano hundir su cabeza,
avergonzado mientras que su mejor amigo sacudía su cabello.
—Jin, primero que todo... —Jungkook comenzó, pero su amigo
llevó uno de sus dedos a su boca en señal de silencio.
— ¿No deberías estar volando a Estados Unidos?
—Pues...
— ¿No que habías decidido dejar todo? —Seokjin interrumpió.
—Verás...
— ¿Entonces por qué mierda llego donde mi hermano que, gracias
a ti, estaba pasando por el peor sufrimiento de su vida y te encuentro
a ti, encima de MI TAETAE, haciendo... Haciendo...?
Jungkook bufó. —No es que no me hayas visto antes con alguna
mujer, y tampoco es que no me hayas visto sin ropa—Taehyung alzó
la vista y golpeó a Jungkook para callarlo—, ¿Qué?
—Hyung... Iba a llamar, pero...
—Jin, iba a contarte después de...
El rostro de Seokjin se contrajo en una mueca de asco antes de que
su mente se aclarara.
—Mierda... ¡Están juntos! —dijo saliendo del shock inicial.
— ¿Sorpresa? —Jungkook dijo, recibiendo un nuevo golpe por
parte del castaño—, lo siento. Lo que quiero decir, es que me quedé
e hice lo que debí haber hecho hace mucho.
— ¿Tirarte a mi hermano? —Soltó impulsivamente.
— ¡HYUNG!
—Lo siento, TaeTae... Creo que... Estoy feliz por ustedes, pero...
Dios, Jungkook ¡Es mi hermano! Agh... Cómo sacaré esa imagen de
mi cabeza...
El mayor de los Kim apoyó su mano en su rostro. Jungkook soltó
una carcajada y Taehyung se hundió en el sofá. Pensaba decirle,
realmente deseaba compartir aquello con Seokjin, pero ahora quería
cavar un hoyo y hundirse...
— ¿Realmente no hay whisky?
Jungkook tomó la mano de Taehyung y sonrió. Debía tener una
conversación con Seokjin, pero primero dejaría que saliera del
impacto.
Luego de un rato, Seokjin se mantenía sentado frente a su amigo;
los ojos fijos en él y con sus brazos apoyados sobre sus piernas. Sus
manos caían entre éstas y sus dedos se movían nerviosos.
Sus labios torcidos en una mueca que Jungkook no podía descifrar.
Taehyung se había marchado al hotel hacía exactos treinta minutos
y desde ese momento, los ojos de Seokjin lo habían estado
fulminando.
—Mira, Jin, la verdad es que...
—Cállate un momento —dijo con un suspiro—, explícame
primero en qué momento terminaste en el apartamento de mi
hermano...
—Si quieres los detalles, entonces...
Seokjin abrió su boca para protestar cuando la imagen matutina
llegó nuevamente a su mente. —Dios, no... Sólo... Sólo lo principal.
Jungkook medio sonrió. —Llegué al aeropuerto y me di cuenta
que tenías razón, no podía escapar otra vez. Así que pensé en volver
al hotel pero... lo que debía decirle a TaeTae era algo sólo de
nosotros, sin interrupciones. Llegué acá y... Esperé... Esperé tanto
tiempo que pensé que tal vez había tardado demasiado en decidirme
y entonces lo vi, con sus hermosos ojos hinchados por el llanto y sus
hombros caídos; fue como sentir su tristeza atravesarme... Dios, no
creí que algo pudiese sentirse así —Jungkook frunció el ceño—, yo
sólo... No pude irme y dejarlo acá.
—Tardaste tanto en aceptar que lo amas que, en verdad, no creí
que fueras a hacerlo alguna vez.
—Pero acá estoy, Taehyung es, en definitiva, la persona que
necesito y quiero junto a mí —sonrió con burla a su amigo—, o bajo
mí...
—Mierda, Jungkook, no me lo recuerdes... No sabes la cantidad
de terapias que tendré que pagar para borrar esa imagen de mi pura
imaginación. No se compara en nada a las veces en que estabas
haciendo tus demostraciones de flexibilidad con tus conquistas.
—Lo sé... Él es todo menos una conquista.
Seokjin suspiró y luego sonrió ampliamente. El Jungkook que
tenía frente a él con una sonrisa era distinto al que había vuelto
después de su estadía en América. Este Jungkook que irradiaba
tranquilidad y felicidad era su amigo de toda la vida.
Si el pelinegro hubiera visto lo que Seokjin veía cada vez que se
relacionaba junto a Taehyung incluso antes de que se marchara, tal
vez antes hubiera llegado a este resultado. Seokjin lo sabía desde
siempre; lo había presenciado en primera fila. Se habían amado desde
siempre.
—Jungkookie...
— ¿Sí?
—Si vuelves a hacer llorar a mi hermano, voy a agarrarte y
terminar lo que el accidente no pudo hacer y créeme, ahora sí que
verás toda tu puta vida cruzar para que puedas arrepentirte —dijo con
una amplia sonrisa.
—Si lo dices así...
—Fuera de eso, me siento tan feliz de que por fin haya terminado
todo esto.
Jungkook frunció el ceño. —No, recién es un comienzo.
22
Taehyung saludaba a cada uno de sus empleados que se cruzaban
en su camino mientras avanzaba en dirección al departamento de
Relaciones Públicas. Golpeó y se asomó con una amplia sonrisa.
Jimin arqueó una ceja al voltearse y verlo allí.
—Mierda... Enloqueció...
Se levantó de su escritorio y caminó hasta Taehyung, sujetándolo
del brazo para sacarlo de las miradas curiosas que comenzaban a
murmurar por su extraña actitud.
—Kim Taehyung, Seokjin Hyung dijo que no llamaste en toda la
puta noche y estaba preocupado. Mierda... Yo también estaba con los
nervios de punta, subiste hecho un trapo sucio... Y ahora llegas así...
Algo se zafó en tu cabecita, ¿No?
—Chimchim...
—Pobre criatura... —Jimin abrazó a su amigo y acarició su
cabeza—, no tienes que esconder tu dolor, no actúes como si
estuviera todo bien...
—Chimchim... —Taehyung intentó separarse.
—Shh... Mi Taehyungie, sé cuánto lo amas y todo estará bien, por
favor no me espantes así... No actúes tan endemoniadamente feliz en
una situación así.
—Park Jimin —dijo irritado, Jimin lo soltó sorprendido—, no
estoy "actuando" feliz, estoy jodidamente feliz... Si me dejaras hablar
podría contarte, ¿No?
Jimin se separó y se cruzó de brazos, esperando con ansiedad lo
que Taehyung quería decir. —Escúpelo.
—Venía endemoniadamente feliz porque anoche cuando llegué a
casa... Jimin, si pudieras sentir lo que sentí...
— ¿Y...?
—No se fue, Chimchim. Jungkook se quedó, por mí.
Jimin parpadeó un par de veces antes de soltar un suspiro de alivio.
—Con lo mal que ese imbécil me cae... Pero me hace sentir tan feliz
por ti, Tae—Jimin sonrió y luego sujetó su propia barbilla,
acariciándola pensativo—, pero Jin Hyung dijo que iría a revisar que
todo... Oh... —sus ojos se abrieron de par en par—, ¡Oh por Dios!
—Sí, lo vi —Taehyung sonrojó hasta las orejas—, más bien, nos
vio.
Una carcajada resonó en todo el lugar; Taehyung miraba a su
alrededor esperando que nadie estuviera prestándoles atención.
—Hubiera pagado por ver sus caras.
—Mi cara... Jungkook... Él se veía bastante acostumbrado...
—Wow... El príncipe sí que se las trae, ¿Eh?
—Chimchim, creo que moriré de felicidad... ¿Puedes morir de
felicidad?
—Dios, espero que no. Tantos problemas para que te mueras, eso
sería tragicómico.
Terminaron su conversación y Jimin volvió a su puesto, no sin
antes acariciar el cabello de su amigo; estaba feliz en verdad por él.
Taehyung pasó el resto del día terminando su trabajo; incluso la
parte donde debía compartir junto a Jisoo había resultado amena.
Estaba tranquilo. Había salido de su oficina a dejar papeles al equipo
legal y estaba listo para ir por sus cosas; abrió la puerta de su oficina
y ahogó un grito de sorpresa.
Cerró la puerta tras de él y caminó hasta Jungkook que lo esperaba
sonriendo en el sofá.
— ¿Qué haces acá?
—Vine a trabajar.
— ¿El resort? No te vi en la reunión.
—No, vine por papeles, trabajaré desde Hive—. Jungkook tomó
su mano y lo sentó a horcajadas sobre sus piernas—, si tuviera que
hacerlo acá, nos demandarían por no entregar a tiempo. ¿Tenerte
cerca y no poder tocarte? Imposible.
Deslizó sus manos por los muslos de Taehyung, quien contuvo un
jadeo. —Jungkook... No hagas esto acá...
— ¿Por qué? Este sofá me trae buenos recuerdos... —Besó
suavemente sus labios—. Podría hacerte el amor acá otra vez si me
lo pidieras.
Taehyung gimió débilmente. Aquellas palabras sonaban mucho
mejor que follar. —Jungkook... —presionó su cuerpo contra el del
pelinegro.
—Además, Jin nos interrumpió —Se acercó a su oído y succionó
su lóbulo suavemente—. No quiero esperar más.
Taehyung gimió cuando las manos de Jungkook recorrieron sus
muslos, presionando al llegar a su ingle y aumentando el tamaño del
bulto que comenzaba a notarse en su pantalón.
—Tae, ¿Cerraste?
—Sí... —Gimió débilmente, sus manos comenzaron a jugar con la
camisa de Jungkook.
—Tae... He pensado todo el día en esto...
—Pervertido...
—Culpa a Jin... Si no fuera por él no tendría estas ganas asfixiantes
de estar dentro de ti...
Taehyung mordió su labio y dejó que su pantalón fuera
desabrochado, se movió ligeramente buscando fricción pero el
pelinegro lo detuvo, acariciando su erección por sobre la delgada tela
de su ropa interior.
—Sostente —Jungkook se levantó con Taehyung en brazos y lo
llevó hasta el escritorio; vació la superficie dejándolo sobre él y
buscó su boca con ansias.
Su lengua se enredó dentro de la boca de Taehyung, produciendo
un húmedo sonido que lo hacía desearlo aún más.
Se separó de él y se quitó la parte superior de su ropa, dejando a la
vista su torso tonificado; una media sonrisa curvó sus labios al ver
como Tae tragaba saliva al verlo. — ¿Te gusta?
—Mierda, sí...
—También me gusta tu cuerpo, Taehyung.
Lo vio sonrojarse y negar con la cabeza. —Claramente... Salí
ganando.
—No digas eso —Se acercó a Taehyung y deslizó su pulgar por
sus labios, hundiéndolo dentro de su humedad y sintiendo la lengua
del castaño moverse alrededor de su dedo—, me gustas... Tu boca
es... totalmente perfecta; no sabes lo mucho que disfruto sentirla en
mi cuerpo.
Siguió recorriendo con sus manos, deshaciendo la camisa y
tirándola lejos mientras mordía y lamía su lóbulo.
—Aquí —dijo succionando en su cuello—, me gusta porque hace
que te estremezcas... —Jungkook bajó sus manos y pellizco entre dos
de sus dedos los pezones de Taehyung, gemidos escapaban sin
control de su garganta, totalmente excitado—. Y acá... Me gusta
porque gimes deliciosamente, Tae.
Jungkook siguió bajando sus manos y se arrodilló frente a
Taehyung, soltando su pantalón y deslizándolo junto a su ropa
interior por sus piernas; quitó sus zapatos y lo desnudó por completo,
sin levantarse.
Acercó su boca hasta el abdomen plano de Taehyung; su lengua se
movió haciendo círculos sobre su piel y su mano se acopló a su
miembro erecto.
—Acá, Taehyung... También me gusta.
—Jungkook... —gimió ante los movimientos que ahora la lengua
del pelinegro hacía sobre la punta de su miembro, sacando de la
fuente el fluido pre seminal que se esparcía.
—Y sobretodo, Taehyung... Lo que más amo de tu cuerpo, es que
reacciona a mí...
—Dios... —Taehyung buscó apoyo sobre la superficie de la mesa
cuando la boca de Jungkook aprisionó completamente su miembro.
Entraba y salía de su boca con lentitud tortuosa, llevándolo
lentamente al borde.
— ¿Dios? —Jungkook sonrió separándose y levantándose;
bajando a Taehyung del escritorio y volteándolo. Dobló su cuerpo y
lo sujetó por la cintura, empujando sus caderas y frotándose contra
él—, no lo soy, amor, pero sí puedo hacerte llegar al cielo...
Gimió ante las palabras del pelinegro y se estremeció por la
cercanía. Jungkook bajó el resto de su ropa y deslizó entre las nalgas
de Taehyung su miembro. —Jungkook... Deja de jugar...
—No es un juego, amor —Sus dedos volvieron a rozar la tersa piel
de la erección del menor—, quiero que sepas que tu cuerpo también
me enloquece.
Llevó su mano libre a su boca y lamió sus dedos; llenándolos de
saliva. Comenzó a masturbarlo a tiempo que hundía de uno en uno
sus dedos. Taehyung se estremeció y arqueó su espalda y los gemidos
pronto fueron simplemente de placer.
Cuando estuvo lo suficientemente preparado, Jungkook retiró sus
dedos y embistió con fuerza, hundiendo su miembro en Taehyung.
—Tae... Eres perfecto así... No dudes... Mierda... Eres delicioso...
Masturbaba a la vez que penetraba una y otra vez, sus gemidos se
mezclaban con los del castaño y su cuerpo sudaba y se pegaba con la
suave piel de Taehyung. No supo cuánto tiempo pasó hasta que el
ardor en su cuerpo se volvió incontrolable y un escalofrío lo recorrió.
Con un profundo gemido su mente se nubló ante el intenso orgasmo;
su mano se cerró en el menor, haciéndolo terminar igualmente.
Soltó a Taehyung con su mano pegajosa y tibia, se separó de él y
lo ayudó a girarse. Lamió su mano y saboreó el salino fluido que se
escurría por sus dedos.
— ¿Qué haces...? —preguntó agitado aún.
—Te lo dije, Taehyung... Amo todo de ti...
Taehyung sostuvo su mano evitando que siguiera lamiendo y tomó
entre sus labios la boca de Jungkook. La salinidad de su propio semen
seguía en su boca pero su lengua se apoderó de la de Jungkook. Lo
escuchó gemir ante la cercanía.
—También amo todo de ti.
Jungkook lo sostuvo de la cintura y su mano se pegó a su piel, pero
poco le importó; profundizó el beso y saboreó con deleite cada lugar
de su boca. Nunca se cansaría de sentirlo, en verdad amaba cada parte
de Taehyung.
23
Jungkook se paseaba ya irritado; llevaba esperando por Taehyung
frente al hotel cerca de una hora y no había señales del castaño aún.
Miró su teléfono y nada. Ningún mensaje que explicara la razón
por la que pudiese estar retrasado.
—Mierda...
—Mira qué tenemos acá, Jeon Jungkook en persona.
El pelinegro se giró para enfrentar al dueño de esa voz que pese a
todo, seguía irritándolo.
Sonrió, pero su mandíbula estaba tan tensa que lo último que
pareció fue una sonrisa. —Park Jimin, cómo siempre es un placer...
—Seguro que sí.
—No lo dudes.
Jimin sonrió, le encantaba irritar a Jungkook; si pudiese elegirlo
como deporte, Jimin por sobretodo lo hubiera practicado de forma
profesional. — ¿Esperas a mi Tae?
Un pequeño latido bajo el ojo de Jungkook hizo a Jimin sonreír
aún más amplio. — ¿TU Tae? Me estás jodiendo...
—Estaba en una reunión, seguro ya está por salir... Ah, pero... Tal
vez lo lleve hoy, ¿No te lo dijo?
La sonrisa desapareció por completo del rostro de Jungkook. —
Chimchim, no pelees.
—Tae... —Sus palabras se vieron interrumpidas por el efusivo
abrazo de Jimin a Taehyung. Jungkook tomó un profundo respiro—,
Olvídalo.
Mierda, Jimin... No hagas esto.
—Ya, ya... Era una pequeña broma; te veo mañana Taehyungie...
Adiós querido Jungkook; deberías ir a un spa o algo así, me preocupa
ese tic en tu ojo.
Taehyung frunció el ceño a su amigo quien, riendo feliz, volvió a
entrar al hotel. —Ignóralo... No lo dijo en serio...
—Seguro...
— ¿Estás molesto?
—No.
—Vaya, no se nota.
Taehyung cruzó sus brazos por la cintura de Jungkook y se acercó
a él, el pelinegro quiso besarlo, pero Taehyung se separó
repentinamente.
— ¿Y eso?
—No quiero besarte si estás molesto.
Jungkook rió. —Tú ganas... Ahora sí puedes besarme.
—Si lo pones así... —Taehyung se acercó nuevamente con una
sonrisa y besó lento los labios de Jungkook, el pelinegro jadeó
queriendo más, pero el castaño se separó otra vez—, ¿Vamos?
Taehyung tomó su mano y comenzó a caminar donde algunos taxis
se agrupaban pero Jungkook lo detuvo.
—Espera, tengo una sorpresa.
Sacó de su bolsillo un pequeño dispositivo y presionó. Un sonido
llamó la atención de Taehyung que se volteó sorprendido.
— ¡Auto nuevo! —Dijo feliz, mas su sonrisa cambió
automáticamente por un gesto de desaprobación—. Mierda,
Jungkook, el maldito estacionamiento preferencial.
—En mi defensa... Debiste salir hace una hora—. Lo guio hasta el
lindo SUV que esperaba en el estacionamiento preferencial; dejó que
subiera en el asiento del copiloto y rodeó el vehículo. Al subir, se
tensó unos segundos pero la mano de Taehyung sobre la suya lo hizo
relajarse—. Estoy bien... Sólo debo acostumbrarme.
—No tenías que volver a manejar aún si no te sientes seguro.
Jungkook encendió el auto. —Créeme, estoy seguro.
Cuando llegaron al departamento de Jungkook, Taehyung lo miró
confundido. Desde que habían vuelto a estar juntos, nunca fueron a
ese lugar. La última vez que estuvo allí, fue golpeando la puerta y
rogando por un término frente a frente; su estómago se apretó ante el
recuerdo.
Jungkook lo observó al bajar del auto y durante todo el camino
hasta su puerta; podía suponer qué pasaba por su mente. Sonrió y
acarició su cabello cariñosamente.
—Abre —dijo besando suavemente la cabeza de Taehyung. Tomó
la mano del castaño y presionó junto a él los dígitos. Vio su cara de
sorpresa cuando se volteó.
— ¿Y eso?
—Pudiste abrir esa vez también.
Jungkook se encogió de hombros y empujó la puerta, esperando
que Taehyung lo siguiera.
— ¿Cómo iba a saber que la clave nueva era mi cumpleaños? —
Aún estaba sorprendido, pero se sentía más feliz que en cualquier
otro momento de su vida.
—Ya ves... La gente enamorada hace cosas sin sentido.
Taehyung sonrió y besó a Jungkook; todo el mal recuerdo fue
reemplazado por una felicidad plena. Incluso en aquel horrible
momento, Jungkook había pensado en él.
— ¿Comamos algo? —El pelinegro preguntó caminando hasta la
sala.
—Sí... Sacaré algo de tu armario, me siento demasiado formal...
Jungkook cabeceó afirmativamente y lo siguió hasta la habitación,
esperando bajo el umbral.
—No tienes que vigilar... —Taehyung mantenía abierto el
armario, con la boca abierta en sorpresa. Dentro del armario,
meticulosamente ordenado tal cual le gustaba a Jungkook, se
encontraban varios de sus trajes del trabajo, camisetas, pantalones y
algunos zapatos—, ¿Por qué están mis cosas...?
—Taehyung... —se acercó y lo rodeó por la cintura, apoyando su
cabeza sobre el hombro del castaño—, no creí que fuera cómodo
seguir yendo a ambos lados, mi departamento es más grande y... Sé
que antes no te sentías en casa...
Taehyung se giró. — ¿Antes?
—Antes... Escúchame, Taehyung, quiero que sepas que ésta es tu
casa... No, nuestro hogar; no tiene caso seguir estando separados,
estamos juntos y quiero poder despertar contigo siempre y mierda...
Odio tener que ir de un lado a otro.
Taehyung se separó y caminó hasta el baño; junto al cepillo de
dientes de Jungkook se encontraba el suyo junto a su esterilizador.
—Nuestro hogar...
—Eso dije.
—Yo...
— ¿No quieres?
—No es eso... —Taehyung volvió a acercarse para abrazarlo—,
Estamos juntos.
—Lo sé, ésa era la idea.
—No, idiota... Jungkook, hazme el amor, ahora.
Taehyung lo llevó la cama y se sentó sobre él. — ¿Todo por un
cepillo de dientes?
Jungkook rió antes de que Taehyung lo besara apasionadamente;
introduciendo su lengua en su boca y frotando su cuerpo contra el
suyo.
—Cállate, ¿Sí?
—Tae...
—Que te calles...
—Realmente me calienta cuando actúas así...
Taehyung gimió cuando Jungkook lo sostuvo por sus caderas
obligándolo a restregar aún más su cuerpo; rápidamente se encontró
desnudo sobre Jungkook que mantenía su ropa a medio sacar. El
pelinegro comenzó a masturbarlo pero Taehyung estaba realmente
ansioso.
—Tae, calma... —Jungkook reía entre gemidos ante la ansiedad
del castaño.
— ¿Pero entonces?
—Mierda, por supuesto que no...
Lo giró en la cama y enganchó las piernas de Taehyung sobre sus
hombros; se masturbó un momento y mojó su miembro con fluidos
para ayudar la primera penetración. El menor mordió su labio
aguantando el dolor mientras Jungkook se movía lentamente para
minimizar el dolor de haberlo penetrado sin ninguna preparación.
Luego de un rato, Taehyung comenzó a gemir, sintiendo su cuerpo
arder. Embestía una y otra vez contra el cuerpo de su novio,
ayudándolo con su mano para aumentar el placer.
—Tae… No sabes cuánto te amo…
—También yo… —asintió, gimiendo cuando Jungkook lo sostuvo
con fuerza; afirmó sus manos contra el respaldo de la cama, buscando
un apoyo más firme cuando Jungkook comenzó a embestir su cuerpo
con violencia. Jungkook seguía bombeando en su erección y
azotando por dentro hasta llegar a su punto de máxima sensibilidad.
Jadeó extasiado cuando sintió como su miembro ardía y palpitaba
bajo los toques de Jungkook. Todo el blanquecino fluido cayó sobre
su cuerpo y Jungkook liberó sus piernas.
—Ven, amor... —Lo tomó por la cintura y lo sentó sobre sí,
cambiando la posición y volviendo a penetrarlo. Taehyung se abrazó
a Jungkook y sus uñas rasgaron la piel ante la hipersensibilidad de su
cuerpo. Subía y bajaba con ayuda del pelinegro que tras una última
penetración, hundió sus dedos en la piel de su trasero para
profundizar y acabar en él.
—Debo traer tu ropa y tu cepillo otra vez...
Taehyung rió ante el comentario del pelinegro. —Idiota...
—Sí, Taehyung, estamos juntos.
24
—Mierda, Jin... Por qué tengo que hacer esto, es estúpido.
—No, no lo es.
Jungkook bufó con molestia mientras su amigo corría alrededor
del verde y amplio terreno con platos y cubiertos. —Podía
simplemente traerlo y ya, exageras
Seokjin ordenó los cinco puestos meticulosamente en una pequeña
mesa de madera rústica. —Jungkookie, llevas meses ocultándolo y
ahora que por fin está, ¿Quieres "simplemente traerlo"? Olvídalo, mi
TaeTae se merece lo mejor.
—Deja de decir "MI" TaeTae. No es tuyo, maldita sea—.
Murmuró posesivo, recibiendo en respuesta una media sonrisa.
—No empieces...
—Ahora explícame... ¿Por qué mierda hay cinco puestos?
—Porque no creerás que Chimchim iba a quedar fuera.
—Detesto a ese imbécil...
—Y él te detesta a ti, ahora trae la maldita botella de vino y arregla
esa cara.
—Esto es una estupidez.
Jungkook volvió a bufar antes de dirigirse a su SUV y bajar las
cosas que aún faltaban. Se sentía molesto consigo mismo por estar
nervioso, no le importaba estar siguiendo las órdenes de Seokjin sino
que temía que todo terminara siendo motivo de risas.
Mierda, Jungkook... Eres un cobarde incluso ahora.
Se reprendió mentalmente y volvió donde su amigo se encontraba,
ayudándole a ordenar la comida sobre la mesa.
—Muy bello en verdad—la voz de Namjoon los interrumpió—,
me alegra por ambos.
Jungkook asintió serio, intentando ocultar el nerviosismo. —
Creo... Creo que es lindo también.
—No puedes opinar tú, debes dejárselo al resto, idiota—. Seokjin
rodó los ojos.
—Por cierto, Jin—. Namjoon rozó cariñosamente su mejilla—.
Tae llamó, viene en camino.
— ¿Viene con Chimchim?
—Sí, Jimin logró convencerlo, seguía diciendo que esperaría a que
Jungkook terminara de trabajar.
—Idiota—. Rió con burla; Jungkook frunció el ceño y lo golpeó
suavemente en desapruebo al calificativo—, ya, lo siento... De todos
modos, lo tienes mal acostumbrado a andar de aquí para allá
trayéndolo.
Jungkook se encogió de hombros despreocupadamente. —
Mientras más cerca, mejor.
—Posesivo—. El ruido de un motor entrando al lugar captó la
atención de Jungkook; se volteó ansioso y sacudió su cabello un par
de veces; Seokjin vio como una gran sonrisa se curvaba en sus labios
y como, al ver a Jimin rodear con un brazo a Taehyung, chasqueaba
su lengua, molesto—. Y celoso...
—Cállate.
Taehyung se acercó a ellos y dándole una mirada a Jimin, logró
zafarse de su abrazo. Su amigo rió con burla mirando a Jungkook
antes de dirigirse donde Seokjin y Namjoon, comentando sobre el
lugar.
Jungkook lo rodeó por la cintura y lo atrajo hacia él, besándolo
lentamente. Tae se separó con la cara enrojecida y mirando a su
hermano que ahora se atragantaba con un trozo de fruta.
—Jungkook...
—Bah... Si de todos modos ya nos vio...
Taehyung suspiró antes de que la estructura tras Jungkook llamara
su atención. Se soltó de su abrazo y caminó hasta lo que, supuso, era
la entrada de lo que sería una casa. La estructura simplemente tenía
los muros perimetrales y algunas separaciones; nada de puertas ni
ventanas aún, pero se veía que el diseño era, sin lugar a dudas, una
marca Jeon Jungkook.
—Wow... ¿Y esto? ¿Podemos estar pasando el rato en una de tus
obras? Namjoon Hyung sí que se ha vuelto permisivo...
Jungkook lo observó adentrarse en el lugar, mirando encantado.
—Bueno, sí se ha vuelto permisivo, pero...
— ¿Hmn?
—Sí es mi trabajo, pero nada tiene que ver con Hive.
— ¿En serio? No me habías dicho que seguías haciendo trabajos
freelance.
El pelinegro rió y se acercó a Taehyung; acariciando su nuca y
observando junto a él cada parte del lugar. —No es un trabajo.
— ¿No?
— ¿Te gusta? Bueno, no está terminada todavía así que entiendo
que no puedas visualizarla, pero...
—Me gusta, puedo imaginar que será increíble; además siempre
eliges lugares increíbles para tus emplazamientos. Creo que a quien
le entregues tu trabajo será feliz acá. Eres el mejor.
—Taehyung, no es un trabajo, te dije.
Taehyung se volteó a él confundido. — ¿De verdad? Pero...
—Pensé que, quería estar contigo siempre y no hay nada que no
tengas o que no puedas conseguir gracias a tu propio esfuerzo—.
Jungkook frunció el ceño nervioso—, y lo mejor que tengo, además
de ti, es lo que hago. Taehyung, me he esforzado en esto porque es
tuyo; nuestro en verdad...
Taehyung rió haciendo que Jungkook palideciera; había tenido
tanto miedo de que fuera excesivo y ahora él reía, sintió una
incómoda sensación antes que Taehyung se calmara y lo mirara
sonriendo.
—Lo siento... Dios, cambia esa cara...
— ¿Te reíste?
—Yo... Estoy nervioso, ¿Sabes?
—También yo...
—Entonces... ¿Has estado construyéndonos una casa?
—No—. Jungkook desvió la mirada intentando ocultar lo
avergonzado que se sentía—. Nos he estado construyendo un hogar,
Taehyung.
Taehyung se acercó a Jungkook y lo tiró donde la notoria
vigilancia de sus tres acompañantes no pudiera seguirlos y lo apoyó
contra una de las paredes; tomó uno de sus labios entre los suyos y
con su lengua incursionó jugueteando dentro de la boca de Jungkook.
Sonrió contra sus labios cuando el pelinegro gimió ante la cercanía.
—Par de conejos, ¿Podrían esperar a que nos larguemos?
El castaño se separó abruptamente y Jungkook soltó un bufido
irritado. —Chimchim...
— ¿Estás seguro que es necesario tenerlo en tu vida?
—Aw, Jungkookie... Rompes mi corazón—. Jimin tomó el brazo
de Taehyung y lo llevó donde el resto, dejando a Jungkook con una
molesta erección.
—Perdimos... —murmuró apoyando sus manos en su cintura y
mirando su entrepierna.
Caminó lento hasta el grupo; veía a Taehyung sonreír ampliamente
junto a su amigo y pese a que sí sentía una pizca de celos ante esto,
no podía evitar sentir gratitud hacia el molesto mejor amigo de
Taehyung.
Pasó junto a él y lo golpeó en la cabeza, sonriendo burlón al ver la
cara de sorpresa de Jimin y Taehyung.
—Gracias.
— ¿Por qué?
Jungkook sonrió y tomó una de las copas de vino que estaban
servidas ya en la mesa. —Ahí te lo dejo.
Jimin miró a Taehyung confundido; realmente odiaba esa actitud
soberbia del novio de su amigo. — ¿Y a éste qué le dio?
—Ni idea...
—Niños, dejen de perder el tiempo y vengan a sentarse de una puta
vez a la mesa —Seokjin dijo impaciente.
—Seokjin, el lenguaje...
—Sí, amor, el lenguaje.
—Ja... Papá Jin encontró quien lo controle—. Jungkook rió burlón,
empujó a Jimin de su silla y se sentó junto a Taehyung sonriendo
triunfal.
—Imbécil...
—También te quiero, Chimchim.
Jungkook tomó la mano del castaño y deslizó su dedo,
acariciándola. —Después seguimos donde nos quedamos.
Taehyung sonrió. —Pervertido.
25
Jungkook se levantó de la cama al no sentir el cuerpo de Taehyung
apegado al suyo como todas las noches; miró la hora y frunció el
ceño. Sólo traía puesto un delgado pantalón de pijama que caía de
forma grácil de sus caderas. Hacía frío así que buscó la sudadera que,
horas antes, había quedado regada por el suelo. Caminó en la
oscuridad de la habitación con sus manos escondidas dentro del
bolsillo canguro de su ropa y siguió el pasillo hasta la sala. Pestañeó
un par de veces hasta acostumbrarse a la luz y recorrió en busca del
castaño.
Sus ojos se posaron en la puerta principal que estaba ligeramente
abierta; dio un suspiro de alivio y se dirigió hasta ese lugar.
— ¿Tae? —dijo abriendo la puerta, afuera estaba aún más helado.
—Acá estoy.
La voz de Taehyung lo guio hasta la pequeña escalera que daba a
la entrada principal de la propiedad; estaba envuelto en una gruesa
manta y sólo se veía su rostro. Sonrió y lo destapó, quitándole la
manta.
—Hace frío—. Se quejó al ser descubierto, Jungkook se sentó tras
él, tomándolo por la cintura para acercarlo y luego envolverse a
ambos con la manta.
—Así está mejor—. Apoyó su cabeza en el hombro de Taehyung,
el castaño abrazó las manos de Jungkook que lo rodeaban
firmemente, suspirando relajado—. ¿Qué haces acá?
—Miraba.
— ¿Qué?
—Todo.
Jungkook presionó aún más el cuerpo de Taehyung contra el suyo,
sonriendo al escucharlo. — ¿Todo?
—Ya sabes, es increíble todo esto... Cuando despierto y te veo
ahí... Todo.
—A mí también me gusta despertar y verte, Tae. Si te escabulles
en plena madrugada, esa parte no se cumple—. Besó su cuello y
Taehyung se estremeció, una sonrisa curvó sus labios, sintiéndose
pleno.
—Lo siento; no quise molestarte.
—No eres una molestia, me gusta saber en qué lugar te encuentras,
es molesto si no lo sé...
— ¿Molesto?
—Te lo dije, mi amor, mi vida está donde tú estés; incluso en el
accidente...
— ¿El accidente? —Taehyung se giró levemente para ver a
Jungkook que ahora miraba fijamente el cielo nocturno.
—No quiero volver a sentir que te pierdo, Tae... Por nada del
mundo.
—Eso es imposible, sabes que estoy acá... Pasé años esperando por
ti... —susurró al recordar los años que pasó amándolo.
—Debió ser duro —Jungkook sonrió cuando volvió a mirarlo—,
pero me alegro que no te hayas rendido.
—Me gusta este Jungkook también.
— ¿Oh? —El pelinegro arqueó una ceja—, ¿Cómo sería eso?
—Ya sabes, el que no esconde las cosas que siente. Me gusta.
—Taehyung, no tengo nada que esconder de ti.
Jungkook lo movió entre sus brazos y acomodó su cuerpo de modo
que quedara sentado sobre su regazo, sus manos se deslizaron bajo la
ropa de Taehyung haciéndolo temblar por el roce de sus dedos fríos
sobre su cálida piel. Tae se apegó a Jungkook y rodeó su cuello,
rozando con sus labios la comisura de su boca.
—Todo es perfecto ahora, Jungkook. No puede ser mejor, nuestra
casa, nosotros juntos... Cuando dije que podía morir de felicidad, me
equivoqué... No moriré porque eso sería dejar de estar contigo.
—No mueras, TaeTae, quédate así conmigo siempre y más.
Jungkook besó lentamente a Taehyung, saboreando el interior de
su boca con suavidad y deslizando sus manos por debajo de su ropa
en delicadas caricias; adoraba cada vez que Taehyung se estremecía
bajo sus toques.
—Podría quedarme por siempre besándote y sintiendo tu cuerpo
junto a mí.
—Eres un pervertido, Jeon Jungkook...
—Lo sé, ¿No te encanta?
Taehyung rió bajito y depositó un beso fugaz en sus labios. —Me
encanta.
— ¿Quién es el pervertido ahora?
Jungkook apoyó su frente en la de Taehyung y suspiró
profundamente; de los cuatro meses que llevaban en la casa que había
construido para Taehyung, no pasaba ni un sólo día en que no se
sintiera completo al verlo allí junto a él.
Había escapado por años de aquel sentimiento, aterrado de
equivocarse y ahora que podía vivirlo plenamente junto al castaño,
no tenía ninguna intención de dejarlo.
Seis años alejados habían sido suficientes y ahora estaba seguro de
que una vida no era suficiente para estar junto a él.
—Jungkook...
— ¿Hmn?
— ¿Te arrepientes de haberte ido?
Jungkook acariciaba su espalda mientras pensaba. —No, Tae... No
me arrepiento de haberme ido, pero...
— ¿Pero?
—Quizá sin ese tiempo lejos jamás hubiese tenido la oportunidad
de enfrentar lo que sentía... Pero sí me arrepiento de no haber sido
suficientemente valiente para hacerlo antes. Te hice llorar, Tae...
Duele verte sufrir.
—Estoy feliz.
—También yo, soy el hijo de puta más jodidamente feliz de todo
el mundo.
—Exageras —rió, sintiendo los brazos de Jungkook cerrarse con
firmeza en su cintura—, te amo tanto...
—Te amo, Taehyung. Así que quédate así junto a mí por siempre
y mírame con esos hermosos ojos tuyos por siempre, porque de lo
único que estoy jodidamente seguro es que si estás conmigo todo es
perfecto...
Taehyung se apegó a Jungkook, escuchaba su respiración calma y
sentía sus propios latidos volverse uno con los de él. Sonrió tranquilo
y feliz ante la sensación.
—Tienes razón. Junto a ti, todo es perfecto.