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Escrito Inicial de Demanda Juicio de Amparo Indirecto que

promueve Adrián Arturo Ramírez Ibarra en contra de actos del


Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos y
otros.

C. Juez de Distrito en el Estado de Aguascalientes


en turno con ejercicio y residencia oficial en Aguascalientes.
P R E S E N T E.

Adrián Arturo Ramírez Ibarra, mexicano por nacimiento, mayor de edad,


gestionando por mi propio derecho, de profesión Licenciado en Derecho teniendo
registrada mi Cedula Profesional para efectos de patente en el Sistema
Computarizado para el Registro Único de Profesionales del Derecho ante los
Órganos Jurisdiccionales del Poder Judicial Federal, con el número de Registro
Único 168172, señalando como domicilio para oír y recibir todo tipo de
notificaciones la calle Paseo de los Cisnes número 189 (ciento ochenta y nueve),
en la Colonia Jardines del Parque en esta Ciudad Capital, autorizando para tales
efectos y en términos del artículo 12 de la Ley de Amparo al Licenciado en
Derecho Martin Ricardo Fuentes Mercado quien tiene registrada su Cedula
Profesional en el Registro Único de Profesionales del Derecho ante los Órganos
Jurisdiccionales del Poder Judicial Federal, por lo anterior con el debido respeto
comparezco para exponer:

Que por medio del presente ocurso y con fundamento en los numerales 103
fracción I y 107 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, así
como en los artículos 1° fracción I, 2°, 3°, 4°, 5°, 6°, 33 fracción IV, 35, 107
Fracción I, 108, 112 y demás relativos aplicables de la Ley de la Materia, vengo a
solicitar EL AMPARO Y PROTECCIÓN DE LA JUSTICIA FEDERAL en
contra de los actos y de las autoridades que enseguida correctamente expresare y
para efectos de dar cumplimiento a lo mandado en el numeral 108 de la Ley de
Amparo, es que me permito manifestar lo siguiente:

I. Nombre y domicilio del Quejoso y del que promueve en su nombre.

Ha quedado señalado en el proemio de la presente demanda de garantías.

II. Nombre y domicilio del Tercero Interesado.

Dada la naturaleza de los actos reclamados manifiesto bajo protesta de decir


verdad que ignoro si existe tercer interesado.

III. Las Autoridades Responsables.

Dentro de este apartado señalo como autoridades responsables:

1. Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos.

2. Secretario de Economía de los Estados Unidos Mexicanos.

3. Secretario de Hacienda y Crédito Público de los Estados Unidos


Mexicanos.

4. Cámara de Senadores de la Republica.

5. Cámara de Diputados del Honorable Congreso de la Unión.

6. Comisión Reguladora de Energía.


IV. Actos Reclamados.

Primero. Al Presidente de la Republica, a la Cámara de Senadores de la


Republica, a la Cámara de Diputados del Honorable Congreso de la Unión, al
Secretario de Hacienda y Crédito Público les reclamo la emisión, aprobación y
aplicación de la Ley de Ingresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal 2017
(dos mil diecisiete) en particular el articulo Décimo Segundo Transitorio.

Segundo. Al Secretario de Economía de los Estados Unidos Mexicanos, le


reclamo la omisión de aplicar lo dispuesto por el artículo 28 constitucional, donde
tiene facultades constitucionales para fijar precios, ya que a él le corresponde el
despacho de los siguientes asuntos: formular y conducir las políticas generales de
industria, comercio exterior, interior, abasto y precios del país, esto es la
conducta omisiva de no fijar los precios del combustible (gasolina).

Tercero. El Acuerdo publicado el 26 (veintiséis) de diciembre del 2016 (dos mil


dieciséis) en el Diario Oficial de la Federación emitido por la Comisión Reguladora
de Energía que establece el cronograma de flexibilización de precios de gasolinas
y diésel previsto en el artículo Transitorio Décimo Segundo de la Ley de Ingresos
de la Federación para el ejercicio fiscal de 2017 (dos mil diecisiete).

Cuarto. El Acuerdo publicado en el Diario Oficial de la Federación el 27


(veintisiete) de diciembre del 2016 (dos mil dieciséis) emitido por el Secretario de
Hacienda y Crédito Público por el que se dan a conocer las regiones en que se
aplicarán precios máximos al público de las gasolinas y el diésel.

Quinto. A todas las Autoridades señaladas como responsables les reclamo la


Inequidad, Desproporcionalidad e Incertidumbre de las tarifas establecidas para el
costo del combustible (gasolina) por región.

Sexto. El Alza desproporcionada en los precios del combustible (gasolina)


aprobado en la Ley de Ingresos de la Federación para el ejercicio fiscal 2017 (dos
mil diecisiete).

V. Antecedentes de los Actos Reclamados.

Primero. Bajo protesta de decir verdad y además es un hecho notorio que con
fecha 15 (quince) de noviembre de 2016 (dos mil dieciséis) se publicó en el Diario 
Oficial  de  la  Federación el  decreto  promulgado por  el Presidente de la
República, aprobado tanto por la Cámara de Senadores como de Diputados; por el
que se expide la Ley de Ingresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal de 2017
(dos mil diecisiete), en dicha Ley de Ingresos de la Federación para el ejercicio
fiscal señalado se incluye el articulo Décimo Segundo Transitorio que otorga
facultades a la Comisión Reguladora de Energía para determinar los precios al
público de las gasolinas y el diésel, para mayor claridad se trascribe el dispositivo
señalado:

“Décimo Segundo. Durante 2017 y 2018 los precios al público de las gasolinas y el diésel se
determinarán de conformidad con lo siguiente:

I. La Comisión Reguladora de Energía, tomando en cuenta la opinión que emita la Comisión


Federal de Competencia Económica, establecerá el calendario para que durante los años de 2017
y 2018 los precios al público se determinen bajo condiciones de mercado. La calendarización
mencionada se llevará a cabo por regiones del país y se dará a conocer en el Diario Oficial de la
Federación a más tardar el 31 de diciembre de 2016.

II. En las regiones del país, durante el tiempo en donde los precios al público de las gasolinas y el
diésel no se determinen bajo condiciones de mercado conforme al calendario a que se refiere la
fracción anterior, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público establecerá los precios máximos al
público de las gasolinas y el diésel con base en lo siguiente:

a) Considerará el precio de la referencia internacional de los combustibles y, en su caso, las


diferencias en la calidad de los mismos, las diferencias relativas por costos de transporte entre
regiones y las diversas modalidades de distribución y expendio al público. La Secretaría de
Hacienda y Crédito Público publicará la metodología para determinar los precios máximos al
público antes mencionados y 76 PRESIDENCIA DE LA REPUBLICA el periodo de vigencia de los
mismos a más tardar el 31 de diciembre de 2016.

b) Emitirá un acuerdo en el que se especifique la región, los combustibles y el periodo de


aplicación de los precios, mismo que se publicará en el Diario Oficial de la Federación con
anticipación al periodo durante el cual se aplicarán. En las regiones del país que al 1 de enero de
2017 no se apliquen los precios al público de las gasolinas y el diésel bajo condiciones de
mercado, se deberán publicar los precios máximos al público de los combustibles mencionados, a
más tardar el 31 de diciembre de 2016.

III. Para los efectos de lo dispuesto en la fracción I de este artículo, cuando la Comisión
Reguladora de Energía, previa opinión de la Comisión Federal de Competencia Económica,
comunique a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público que, en las regiones en las que se haya
determinado que los precios de las gasolinas y el diésel se apliquen bajo condiciones de mercado
se han presentado aumentos desproporcionados en los precios al público de dichos combustibles,
dicha Secretaría podrá establecer por regiones o subregiones, precios máximos al público de
conformidad con lo dispuesto en la fracción II de este artículo.”

Segundo. Con fecha 26 (veintiséis) de diciembre del año 2016 (dos mil dieciséis)
se publicó en el Diario Oficial de la Federación el Acuerdo emitido por la Comisión
Reguladora de Energía que establece el cronograma de flexibilización de precios
de gasolinas y diésel previsto en el artículo Transitorio Décimo Segundo de la Ley
de Ingresos de la Federación para el ejercicio fiscal de 2017 (dos mil diecisiete)
transcrito anteriormente, en el que se establecen las regiones en que se habrán de
aplicar los nuevos precios de las gasolinas en nuestro país, mismo que de
conformidad con el considerando quinto, el 1º (primero) de Enero del año en curso
entra en vigor el decreto por el cual de manera inconstitucional y de manera
desproporcional las Autoridades señaladas como responsables en el presente
Juicio de Garantías, por medio de la Secretaria de Hacienda y Crédito Público,
pone en vigor el decreto por el cual se libera el precio de las gasolinas por región
lo cual es injusto y desigual, afectando con esto la economía de los mexicanos en
especial de la gente marginada y de escasos recursos ya que con este aumento
desproporcionado se disparan los precios de la canasta básica y de artículos de
primera necesidad, así como el del transporte público y de servicios.

Tercero. Con misma fecha 27 (veintisiete) de diciembre del año pasado, se


publicó en el Diario Oficial de la Federación el Acuerdo emitido por la Secretaría
de Hacienda y Crédito Público por el que se dan a conocer las regiones en que se
aplicarán precios máximos al público de las gasolinas y el diésel, vulnerando
flagrantemente Derechos Humanos consagrados por la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos, y con fecha 1° (primero) de enero de 2017 (dos mil
diecisiete) entran en vigor dichos acuerdos que elevan el precio de las gasolinas y
establece precios diversos por litro de gasolina para las diversas regiones o zonas
del país que crearon de forma inconstitucional.

Como consecuencia de lo anterior, a partir de la fecha señalada, el precio de las


gasolinas tuvo aumentos de hasta 20% (veinte por ciento) en todo el País. La
Secretaría de Hacienda y Crédito Público dio a conocer los precios y el esquema
de aumentos que tendrán los combustibles durante el 2017 (dos mil diecisiete),
que para mayor claridad se señala que los incrementos de las gasolinas serán de
14.2% (catorce punto dos por ciento) en el precio de la Magna; 20.1% (veinte
punto uno por ciento) para la Premium y de 16.5% (dieciséis punto uno por ciento)
para el diésel, con respecto al precio máximo observado en diciembre del año
próximo pasado. Con estos ajustes, los precios promedio por litro a nivel nacional
del 1 de enero al 3 (tres) de febrero de 2017 (dos mil diecisiete) serán de $15.99
(quince pesos 99/100 M.N.) pesos para la gasolina denominada Magna; 17.79
(diecisiete pesos 79/100 M.N.) para gasolina denominada Premium y 17.05
(diecisiete pesos 05/100 M.N.) para diésel, es importante señalar que dichos
precios son los mínimos para cada producto ya que dependiendo de las zonas
puede aumentar de forma inconstitucional ya que se dividió el País por parte de
las Autoridades Responsables para realizar una asignación de costos diferenciada
entre las zonas, atentando contra los principios de equidad y proporcionalidad.
Cuarto. El Secretario de Hacienda y Crédito Público estableció que cada una de
las 90 regiones en las que fue dividido el país tendrá sus propios niveles; los
precios máximos para cada región están disponibles en la página de la Comisión
Reguladora de Energía (www.cre.gob.mx). La Secretaria de Hacienda y Crédito
Público explicó en un comunicado que el año comenzará con un solo precio
máximo durante enero del año en curso y hasta el 3 (tres) de febrero del mismo
año; en las primeras dos semanas de ese mes habrá dos actualizaciones en el
precio, y a partir del sábado 18 (dieciocho) de febrero del 2017 (dos mil diecisiete)
los ajustes al precio serán diarios, señalando las Responsables que estos cambios
en los precios responden al aumento en los precios internacionales de los
combustibles y no implica ninguna modificación o creación de impuestos.

VI. Los preceptos que contengan los derechos humanos y las garantías
cuya violación se reclamen.

Los artículos 1°, 17, 25, 26, 28 y 31 Fracción IV de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos.

VII. Conceptos de Violación.

Primero. Para el desarrollo de este concepto de violación, es preciso transcribir en


su parte conducente el contenido del artículo 28 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos:

“Artículo 28. En los Estados Unidos Mexicanos quedan prohibidos los monopolios, prácticas
monopólicas, los estancos y las exenciones de impuestos en los términos y condiciones que fijan
las leyes. El mismo tratamiento se dará a las  prohibiciones a título de protección a la industria.
 
En consecuencia, la ley castigará severamente, y las autoridades perseguirán con eficacia, toda
concentración o acaparamiento en una o pocas manos de artículos de consumo necesario y que
tenga por objeto obtener el alza de los precios; todo acuerdo, procedimiento o combinación de los
productores, industriales, comerciantes o empresarios de servicios, que de cualquier manera
hagan, para evitar la libre concurrencia o la competencia entre sí o para obligar a los consumidores
a pagar precios exagerados y, en general, todo lo que constituya una ventaja exclusiva indebida a
favor de una o varias personas determinadas y con perjuicio del público en general o de alguna
clase social.

 
Las leyes fijarán bases para que se señalen precios máximos a los artículos, materias o
productos que se consideren necesarios para la economía nacional o el consumo popular,
así como para imponer modalidades a la organización de la distribución de esos artículos,
materias o productos, a fin de evitar que intermediaciones innecesarias o excesivas
provoquen insuficiencia en el abasto, así como el alza de precios. La ley protegerá a los
consumidores y propiciará su organización para el mejor cuidado de sus intereses.”

Es importante mencionar que compete directamente a la Secretaria de Economía


la aplicación y regulación de precios de los productos básico, dichas facultades le
fueron conferidas a la mencionada Secretaria por la Ley Orgánica de la
Administración Pública Federal, misma que se trascribe para su mejor
comprensión:

“Artículo 34.- A la Secretaría de Economía corresponde el despacho de los siguientes asuntos:

I.- Formular y conducir las políticas generales de industria, comercio exterior, interior, abasto y
precios del país; con excepción de los precios de bienes y servicios de la Administración Pública
Federal;

II.- Regular, promover y vigilar la comercialización, distribución y consumo de los bienes y


servicios;

III.- Establecer la Política de industrialización, distribución y consumo de los productos agrícolas,


ganaderos, forestales, minerales y pesqueros, en coordinación con las dependencias competentes;

VII.- Establecer la política de precios, y con el auxilio y participación de las autoridades locales,
vigilar su estricto cumplimiento, particularmente en lo que se refiere a artículos de consumo y uso
popular, y establecer las tarifas para la prestación de aquellos servicios de interés público que
considere necesarios, con la exclusión de los precios y tarifas de los bienes y servicios de la
Administración Pública Federal; y definir el uso preferente que deba darse a determinadas
mercancías;

VIII.- Regular, orientar y estimular las medidas de protección al consumidor;

XVI.- Impulsar, en coordinación con las dependencias centrales o entidades del sector paraestatal
que tengan relación con las actividades específicas de que se trate, la producción de aquellos
bienes y servicios que se consideren fundamentales para la regulación de los precios.

Esto es que la Secretaria de Economía ha sido omisa en cumplir la facultad constitucional que le
fue conferida, dañando con ello el derecho al consumo y a la defensa de consumidor, con su
conducta omisiva conculca derechos fundamentales al dejar de aplicar el precepto constitucional
invocado e incluso incurre en responsabilidad que puede ser sujeta de sanciones penales y
administrativas, por su conducta omisiva dolosa y temeraria, pues no participó para fijar los precios
de los combustibles diésel y gasolina. Así las cosas al no fijar precios en el combustible dejan en
estado de indefensión al quejoso, como consumidor y no dan un trato de igualdad por lo que los
precios son desproporcionales e inequitativos.”

Segundo.

Lo anterior es así, ya que los preceptos constitucional citados con anterioridad se


refieren en forma genérica al Derecho Fundamental de Seguridad Jurídica,
mismo que consiste básicamente en el conjunto general de condiciones,
requisitos, elementos o circunstancias previas a que debe sujetarse todo acto de
autoridad, para poder generar una afectación valida a la esfera jurídica del
gobernado, esfera que se integra por la suma de los derechos subjetivos.

En forma específica, el artículo 14 Constitucional obliga a toda autoridad a otorgar


a todo gobernado la oportunidad de defensa, lo que significa que solo se puede
emitir un acto de autoridad en perjuicio de un gobernado cuando previamente tuvo
derecho a externar sus pretensiones opositoras al mismo, lo cual no puede
llevarse a cabo sino mediante Juicio previo al acto de autoridad, en donde se
cumplan las formalidades esenciales del procedimiento.

El Derecho Fundamental de Audiencia contemplado en el artículo 14


Constitucional implica que para que la privación de cualquier bien jurídico tutelado
sea válido, es estrictamente necesario que dicho acto este precedido de la función
jurisdiccional, a través de un procedimiento, en el que el afectado tenga plena
inherencia de producir su defensa.

En cuanto al Derecho Fundamental de Legalidad obliga a las Autoridades a


fundar y motivar sus actos, citando las disposiciones legales aplicables al caso y
las razones de su aplicabilidad.

Es más, conforme también a lo establecido por nuestro Máximo Tribunal, las


Autoridades deben gozar de facultades expresas para actuar, o sea, que la
permisión legal para desempeñar determinado acto de su incumbencia, no debe
derivarse ni presumirse, sino que debe derivarse de una atribución clara y precisa.

Por lo manifestado con anterioridad solicito a este H. Juzgado Federal considere a


mi favor lo siguiente:

De un análisis teleológico y sistemático de la porción de la norma legal que se


interpreta, se llega a la conclusión a más de lo anterior las Autoridades señaladas
como responsables vulneran los artículos 1° párrafos primero, segundo y tercero,
14 y 16 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, así como de
los Derechos Fundamentales correlativos a estos que se encuentran previstos en
los artículos I, IX Y XVIII de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes
del Hombre, 5.1, 5.2, 14, 14.1, 17.1 y 17.2 del Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos, así como los artículos 8.1, 11.2, 11.3, 24, 25.1, 25.2 y 29 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, aplicables al caso concreto con
relación al principio de jerarquía normativa señalado en el artículo 133 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, por ser violatorio de los
Principios Pro-persona, de interpretación conforme, de control de
convencionalidad ex officio, de universalidad, interdependencia, indivisibilidad, y
progresividad, así como los Derechos Fundamentales de seguridad y certeza
jurídica, audiencia, debido proceso legal, legalidad en materia jurídica como en
forma genérica e inviolabilidad de la libertad de las personas.

Lo anterior es así, en virtud de que de conformidad con lo previsto en el artículo 1°


de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, todas las
autoridades del País, dentro del ámbito de sus competencias, se encuentran
obligadas a velar no solo por los derechos humanos contenidos en la
Constitucional Federal, sino también por aquellos contenidos en los instrumentos
internacionales celebrados por el Estado Mexicano, adoptando la interpretación
más favorable al derecho humano de que se trate, lo que se conoce en la doctrina
como principio pro persona. Estos mandatos contenidos en el artículo 1°
Constitucional, reformado mediante Decreto publicado en el Diario Oficial de la
Federación de 10 de junio del 2011, deben interpretarse junto con lo establecido
por el diverso numeral 133 para determinar el marco dentro del que debe
realizarse el control de convencionalidad ex officio en materia de Derechos
Humanos, el que deberá adecuarse al modelo de control de constitucionalidad
existente en nuestro país.

Además, los Jueces del Estado Mexicano en los asuntos de su competencia,


deben inaplicar las normas contrarias a los Derechos Humanos garantizados en la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y/o Tratados
Internacionales de los que aquel sea parte, sin hacer una declaración de invalidez
de dichas disposiciones, como órganos autorizados para efectuar el control difuso
de la constitucionalidad de normas generales. Dicho control difuso debe ejercerse
de oficio por los Jueces del Estado Mexicano porque, de lo contrario, los
convenios, pactos o tratados solo constituirían documentos sin materialización de
su contenido, con la consecuente generación de inseguridad jurídica, toda vez que
el gobernado tendría incertidumbre sobre la normativa aplicable.

En efecto, tratándose de los Derechos Humanos, los tribunales del Estado


Mexicano, no deben limitarse a aplicar solo las leyes locales, sino también la
Constitución, los tratados o convenciones internacionales, pactos, convenciones o
acuerdos celebrados por México, toda vez que los mismos se encuentran
obligados a ejercer el control de convencionalidad entre las normas jurídicas
internas y las supranacionales, porque esto implica acatar y aplicar en su ámbito
competencial, incluyendo las legislativas, medidas de cualquier orden para
asegurar el respeto de los Derechos y Garantías, a través de políticas y leyes que
los garanticen.

Luego entonces, se debe ejercer el Control de Convencionalidad de las normas,


atendiendo no solo a los Derechos Humanos que consagra nuestra Constitución
Federal, sino también a los contenidos en los Tratados Internacionales que la
Nación tenga suscritos en materia de Derechos Humanos. Así, actualmente este
tipo interpretación conforme por parte de los Jueces presupone realizar tres pasos:

a) Interpretación conforme en sentido amplio, significa que los Jueces del


país, al igual que todas las Autoridades del Estado Mexicano, deben
interpretar el orden jurídico a la luz y conforme a los Derechos Humanos
establecidos en la Constitución y en los Tratados Internacionales en los
cuales el Estado Mexicano sea parte, favoreciendo en todo tiempo a las
personas la protección más amplia.

b) Interpretación conforme en sentido estricto, que se traduce en que cuando


hay varias interpretaciones jurídicamente validas, los Jueces deben,
partiendo de su presunción de constitucionalidad de las Leyes, preferir
aquella que hace a la Ley acorde a los Derechos Humanos establecidos en
la Ley Suprema.

Lo anterior es así, toda vez que la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha


emitido criterios en el sentido de que, cuando un Estado, como en este caso
México, ha ratificado un Tratado Internacional, como lo es la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, sus Jueces, como parte del Aparato Estatal,
deben velar por que las disposiciones ahí contenidas no se vean mermadas o
limitadas por disposiciones internas que contraríen su objeto y fin, por lo que se
debe ejercer un “control de convencionalidad” entre las normas de derecho interno
y la propia convención, tomando en cuenta para ello no solo el Tratado, sino la
interpretación que de él se ha realizado.

Aunado a ello, de conformidad con lo previsto por el tercer párrafo del artículo 1°
de nuestra Carta Magna todas las Autoridades, en el ámbito de sus respectivas
competencias, tienen la obligación de promover, respetar, proteger y garantizar los
Derechos Humanos de conformidad con los principios de universalidad,
interdependencia, indivisibilidad y progresividad.

Para tales efectos debe considerarse que conforme al Principio de Universalidad


la valoración de los Derechos Fundamentales queda vinculada a la premisa de
que deben respetarse en beneficio de todo ser humano, sin distinción de edad,
genero, raza, religión, condición económica, de vida, salud, nacionalidad o
preferencias, que conforme a los Principios de Interdependencia e
Indivisibilidad tales Derechos han de apreciarse como relacionados de forma que
no sería posible distinguirlos en orden de importancia o como prerrogativas
independientes, prescindibles o excluyentes unas ante otras, sino que todos
deben cumplirse en la mayor medida posible, así sea en diferente grado por la
presencia de otro Derecho Fundamental que también deba respetarse y que
resulte eventualmente preferible, por asegurar un mayor beneficio al individuo, sin
que el Derecho Fundamental que ceda se entienda excluido definitivamente, y que
conforme al Principio de Progresividad cada uno de esos derechos o todos en
su conjunto, obedecen a un contexto de necesidades pasadas y actuales, mas no
niegan la posibilidad de verse expandidos, por adecuación a nuevas condiciones
sociales que determinen la necesidad y vigencia de otras prerrogativas que deben
reconocerse a favor de individuo, toda vez que el Principio de Progresividad
persigue, esencialmente, la aplicación preferente de aquel ordenamiento que
contemple un mayor beneficio al gobernado, respecto de sus Derechos Humanos.

Resultan aplicables al caso concreto las siguientes Tesis Jurisprudenciales:

Tesis: IV.2o.A. J/7 2005056        4 de


Semanario Judicial de la Federación Décima Época
(10a.) 64
Tribunales Ubicada en
Publicación: viernes 06 de diciembre Jurisprudencia
Colegiados de publicación
de 2013 06:00 h (Común)
Circuito semanal

CONTROL DE CONVENCIONALIDAD. ES UNA OBLIGACIÓN INELUDIBLE DE LA


AUTORIDAD JURISDICCIONAL EJERCERLO, AUN DE OFICIO, CUYO INCUMPLIMIENTO
VULNERA EL MANDATO CONSTITUCIONAL DE PROTEGER Y GARANTIZAR LOS
DERECHOS HUMANOS Y COMPROMETE LA RESPONSABILIDAD INTERNACIONAL DEL
ESTADO MEXICANO EN SU CONJUNTO.

Los artículos 1o. y 133 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establecen el
deber de toda autoridad de proteger y garantizar los derechos humanos reconocidos en la Norma
Suprema y en los tratados internacionales de los que el país es parte y, en cuanto a los Jueces, el
deber de arreglarse a la Constitución a pesar de leyes o disposiciones en contrario, a partir de lo
cual, se reconoce que a cargo de las autoridades jurisdiccionales obra la obligación de ejercer de
oficio o a petición de parte, un control de convencionalidad en materia de derechos humanos, el
cual deberá adecuarse al modelo de control de constitucionalidad existente en el ordenamiento
interno, conforme a los parámetros delineados por la Suprema Corte de Justicia de la Nación en
las tesis P. LXVII/2011 (9a.), P. LXVIII/2011 (9a.) y P. LXIX/2011 (9a.). Por su parte, la Corte
Interamericana de Derechos Humanos ha sostenido, en relación con el deber de los Estados
firmantes de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, de respetar bienes jurídicos y
libertades reconocidos en ella; que la acción u omisión de cualquier autoridad pública,
independientemente de su jerarquía, que implique un incumplimiento de ese deber, constituye un
hecho imputable al Estado en su conjunto, que compromete su responsabilidad en los términos
previstos por la propia convención (caso Tribunal Constitucional vs. Perú. Fondo, reparaciones y
costas. Sentencia de 31 de enero de 2001. Serie C, No. 71, y caso Bámaca Velásquez vs.
Guatemala. Fondo. Sentencia de 25 de noviembre de 2000. Serie C, No. 70). Asimismo, que la
responsabilidad estatal puede surgir cuando un órgano o funcionario del Estado o de una
institución de carácter público afecte indebidamente, por acción u omisión, algunos de los bienes
jurídicos protegidos por dicho instrumento internacional (caso Albán Cornejo y otros vs. Ecuador.
Fondo, reparaciones y costas. Sentencia de 22 de noviembre de 2007. Serie C, No. 171), y que
cuando un Estado ha ratificado un tratado internacional como el mencionado, sus Jueces, como
parte del aparato del Estado, también están sometidos a él, lo que les obliga a velar por que los
efectos de sus disposiciones no se vean mermadas por la aplicación de leyes contrarias a su
objeto y fin, las cuales, desde un inicio, carecen de efectos jurídicos [caso Almonacid Arellano y
otros vs. Chile. Excepciones preliminares, fondo, reparaciones y costas. Sentencia de 26 de
septiembre de 2006. Serie C, No. 154, y caso Trabajadores Cesados del Congreso (Aguado Alfaro
y otros) vs. Perú. Excepciones preliminares, fondo, reparaciones y costas. Sentencia de 24 de
noviembre de 2006. Serie C, No. 158]. Partiendo de lo anterior, como el Estado Mexicano firmó la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, aprobada por el Senado de la República el 18
de diciembre de 1980, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 7 de mayo de 1981, y por
virtud de su artículo 1, numeral 1, en términos de los mencionados artículos 1o. y 133
constitucionales, obra a cargo de toda autoridad jurisdiccional nacional, con independencia de su
fuero o jerarquía, la obligación de respetar los derechos y libertades reconocidos en el referido
pacto, así como el deber de garantizar su libre y pleno ejercicio a favor de toda persona sin
distinción por motivo de raza, color, sexo, idioma, religión, opiniones políticas o de cualquier otra
índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición social,
mientras que conforme a su artículo 33, los actos de esas autoridades, como partes del Estado
Mexicano, están sometidos a la competencia tanto de la Comisión como de la Corte Interamericana
de Derechos Humanos, en lo relativo al cumplimiento de dicha obligación. De ahí que el deber de
ejercer, aun de oficio, el control de constitucionalidad y convencionalidad de los actos de que una
autoridad tenga conocimiento en el ámbito de sus competencias y facultades, debe asumirse con
puntualidad, responsabilidad y eficacia, y no evadirse, menos aún en casos en que expresamente
un gobernado solicita su ejercicio, pues soslayarlo refleja gravemente el incumplimiento de la
primera obligación impuesta por el orden constitucional interno a todas las autoridades, que a su
vez supone el respeto de todos los derechos reconocidos a las personas en la Constitución y en la
Convención y dicho incumplimiento compromete la responsabilidad internacional del Estado
Mexicano en su conjunto, acorde con el principio básico relativo, recogido en el derecho
internacional de los derechos humanos, en el sentido de que todo Estado es internacionalmente
responsable por actos u omisiones de cualquiera de sus poderes u órganos en violación de los
derechos internacionalmente consagrados.

SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA ADMINISTRATIVA DEL CUARTO CIRCUITO.

Amparo directo 436/2012. Gabriela Salazar González. 16 de mayo de 2013. Unanimidad de votos.
Ponente: José Carlos Rodríguez Navarro. Secretario: Eucario Adame Pérez.
Amparo directo 166/2013. Comercializadora Cantú, S.A. de C.V. 27 de junio de 2013. Unanimidad
de votos. Ponente: José Carlos Rodríguez Navarro. Secretario: Miguel Ángel Luna Gracia.
Amparo directo 160/2013. Arcos Sercal Inmobiliaria, S. de R.L. de C.V. 15 de agosto de 2013.
Unanimidad de votos. Ponente: Hugo Alejandro Bermúdez Manrique. Secretario: Jesús Alejandro
Jiménez Álvarez.
Amparo directo 199/2013. Graciela Haro Prieto. 15 de agosto de 2013. Unanimidad de votos.
Ponente: José Carlos Rodríguez Navarro. Secretario: Miguel Ángel Luna Gracia.
Amparo directo 225/2013. 15 de agosto de 2013. Unanimidad de votos. Ponente: José Carlos
Rodríguez Navarro. Secretaria: Griselda Tejada Vielma.

Tesis: 1a. Semanario Judicial de la Federación y 2000263        12 de


Décima Época
XXVI/2012 (10a.) su Gaceta 12
Tesis Aislada
Primera Sala Libro V, Febrero de 2012 Tomo 1 Pag. 659
(Constitucional)

PRINCIPIO PRO PERSONAE. EL CONTENIDO Y ALCANCE DE LOS DERECHOS HUMANOS


DEBEN ANALIZARSE A PARTIR DE AQUÉL.

El segundo párrafo del artículo 1o. de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos,
exige que las normas relativas a los derechos humanos se interpretarán de conformidad con la
propia Constitución y con los tratados internacionales de los que México es parte, de forma que
favorezca ampliamente a las personas, lo que se traduce en la obligación de analizar el contenido y
alcance de tales derechos a partir del principio pro personae que es un criterio hermenéutico que
informa todo el Derecho Internacional de los Derechos Humanos, en virtud del cual debe acudirse
a la norma más amplia, o a la interpretación más extensiva cuando se trata de reconocer derechos
protegidos, e inversamente, a la norma o a la interpretación más restringida cuando se trata de
establecer restricciones permanentes al ejercicio de los derechos o de su suspensión
extraordinaria, es decir, dicho principio permite, por un lado, definir la plataforma de interpretación
de los derechos humanos y, por otro, otorga un sentido protector a favor de la persona humana,
pues ante la existencia de varias posibilidades de solución a un mismo problema, obliga a optar por
la que protege en términos más amplios. Esto implica acudir a la norma jurídica que consagre el
derecho más extenso y, por el contrario, al precepto legal más restrictivo si se trata de conocer las
limitaciones legítimas que pueden establecerse a su ejercicio. Por tanto, la aplicación del principio
pro personae en el análisis de los derechos humanos es un componente esencial que debe
utilizarse imperiosamente en el establecimiento e interpretación de normas relacionadas con la
protección de la persona, a efecto de lograr su adecuada protección y el desarrollo de la
jurisprudencia emitida en la materia, de manera que represente el estándar mínimo a partir del cual
deben entenderse las obligaciones estatales en este rubro.

Amparo directo en revisión 2424/2011. Ma. Guadalupe Ruiz Dena. 18 de enero de 2012. Cinco
votos. Ponente: José Ramón Cossío Díaz. Secretaria: Teresita del Niño Jesús Lúcia Segovia.

Lo anterior es así, si se toma en cuenta además que por disposición constitucional


expresa (artículo 1°), la interpretación de las normas relativas a los derechos
humanos, será de conformidad con lo que establezca la Constitución y a los
Tratados Internacionales, sobre la base de favorecer en todo tiempo a las
personas, lo que la doctrina ha denominado como principio pro-persona o bien
prohómine.

Principio que se encuentra previsto en el artículo 29 de la Convención Americana


sobre Derechos Humanos que enseguida se transcribe:

”Artículo 29. Normas de Interpretación

Ninguna disposición de la presente Convención puede ser interpretada en el


sentido de:

a) Permitir a alguno de los Estados partes, grupo o persona, suprimir el goce y


ejercicio de los derechos y libertades reconocidos en la Convención o
limitarlos en mayor medida que la prevista en ella;

b) Limitar el goce y ejercicio de cualquier derecho o libertad que pueda estar


reconocido de acuerdo con las leyes de cualquiera de los Estados partes o
de acuerdo con otra convención en que sea parte uno de dichos Estados;

c) c. Excluir otros derechos y garantías que son inherentes al ser humano o


que se derivan de la forma democrática representativa de gobierno, y
d) d. Excluir o limitar el efecto que puedan producir la Declaración Americana
de Derechos y Deberes del Hombre y otros actos internacionales de la
misma naturaleza.”

De lo anterior, se obtiene que dicho principio implica que debe estarse siempre a
favor del hombre y acudirse a la norma más amplia o a la interpretación extensiva
cuando se trata de derechos protegidos, y, por el contrario, a la norma o a la
interpretación más restringida, cuando se trata de establecer límites a su ejercicio.

Al respecto se cita las siguientes tesis jurisprudenciales:

Semanario Judicial de la Federación y


Tesis: I.4o.A.441 A Novena Época 180294        6 de 6
su Gaceta
Tribunales
Tesis Aislada
Colegiados de Tomo XX, Octubre de 2004 Pag. 2385
(Administrativa)
Circuito

PRINCIPIO PRO HOMINE. SU APLICACIÓN.

El principio pro homine, incorporado en múltiples tratados internacionales, es un criterio


hermenéutico que coincide con el rasgo fundamental de los derechos humanos, por virtud del cual
debe estarse siempre a favor del hombre e implica que debe acudirse a la norma más amplia o a la
interpretación extensiva cuando se trata de derechos protegidos y, por el contrario, a la norma o a
la interpretación más restringida, cuando se trata de establecer límites a su ejercicio.

CUARTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA ADMINISTRATIVA DEL PRIMER CIRCUITO.


 Amparo en revisión 799/2003. Ismael González Sánchez y otros. 21 de abril de 2004. Unanimidad
de votos. Ponente: Hilario Bárcenas Chávez. Secretaria: Mariza Arellano Pompa.

De este modo, todas las autoridades del país dentro del ámbito de sus
competencias, se encuentran obligados a velar no solo por los Derechos Humanos
contenidos en los instrumentos internacionales firmados por el Estado Mexicano,
sino también por los Derechos Humanos contenidos en la Constitución Federal,
adoptando la interpretación más favorable al Derecho Humano de que se trate.

Además, al momento de emitir actos de autoridad, en términos del artículo 1 de la


Constitución Federal, deben aplicar esos derechos con base en los principios de
universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad; es decir, deben
llevar a cabo un control de convencionalidad para garantizar la exacta aplicación
de los Derechos Humanos a favor de los gobernados, lo cual no sucedió en el
caso concreto.

Asimismo, resulta de esencial importancia tomar en consideración que el


Derecho Fundamental de acceso a la justicia se encuentra contenido en el
artículo 17 de nuestra Carta Magna, mismo que consagra a favor de los
gobernados los siguientes principios:

a) De justicia pronta, que se traduce en la obligación de las autoridades


encargadas de la impartición de justicia de resolver las controversias ante
ellas planteadas, dentro de los plazos y términos que para tal efecto
señalen las leyes.

b) De justicia completa, consistente en que la autoridad que conoce del


asunto emita pronunciamiento respecto de todos y cada uno de los
aspectos debatidos cuyo estudio sea necesario, y garantice al gobernado
la obtención de una resolución en la que, mediante la aplicación de la ley
en concreto, se resuelva si le asiste o no la razón sobre los derechos que
le garanticen la tutela jurisdiccional solicitada.

c) De justicia imparcial, que significa que el juzgador emita una resolución


apegada a Derecho, y sin favoritismo respecto de alguna de las partes o
arbitrariedad en su sentido.

d) De justicia gratuita, que estriba en que los órganos del Estado encargados
de su impartición, así como los servidores públicos a quienes se les
encomienda dicha función, no cobraran a las partes en conflicto
emolumento alguno por la prestación de ese servicio público.

Sirve como sustento de lo anterior la siguiente Jurisprudencia:

Por lo anterior, los actos reclamados dentro del presente Juicio de Amparo
vulneran el principio de igualdad constitucional y de una interpretación sistemática
y teleológica que se hace no es caprichosa y arbitraria, antes bien, es acorde con
las formalidades esenciales del procedimiento, en cuanto que establece que las
Autoridades solo pueden hacer lo que la Ley les permite. Esto es así, por que la
satisfacción del principio de legalidad exige dos requisitos: uno de forma el cual
queda satisfecho cuando en el acto que se reclama se citan las disposiciones
legales que se consideren aplicables al caso y se expresen los motivos que
precedieron a su emisión, a eso se le denomina fundamentación; el segundo
requisito es el de fondo, el cual requiere que los motivos invocados sean ciertos o
reales y que conforme a los preceptos invocado, sean bastantes para provocar el
acto de autoridad, a esto se le denomina motivación.
VIII. Suspensión del Acto Reclamado.

Que conforme a los artículos 125, 126, 136, 138, 159, 162, 163, 164, 166 y
demás relativos a la ley de Amparo, solicito a su señoría me conceda la
Suspensión Provisional y en su caso la Definitiva de los actos reclamados, para
que no se me prive de mi libertad personal, así mismo le pido que extienda copia
certificada de la suspensión provisional a mi favor.

Por lo anteriormente expuesto y fundado, a Usted:

C. Juez de Distrito, respetuosamente le solicito se sirva:

Primero. Tenerme por presentando en tiempo y forma legales, por mi propio


derecho, la presente demanda de Amparo, contra los actos y las autoridades que
ha quedado precisado en el capítulo correspondiente.

Segundo. Tener por reconocida la personalidad con que me ostento y por


autorizado para todos los efectos de Ley que regula el presente Juicio a los
profesionistas y demás autorizados que se señalan en el proemio de este escrito,
así como domicilio para recibir toda clase de notificaciones y documentos
señalados en su oportunidad.

Tercero. Admitir la demanda de amparo indirecto presentada con anterioridad y


fijar día y hora hábil para la celebración de las audiencias Incidental y
Constitucional, otorgando la suspensión provisional del acto reclamado y en su
momento procesal oportuno la definitiva.

Cuarto. Requerir a las responsables para que rinda su informe previo y justificado
dentro de los plazos legales, con los apercibimientos de Ley, y en su oportunidad,
ordenar se expidan copias certificadas de los mismos.

Quinto. Expedir a costa de la quejosa copia certificada del auto por el que se
admite la presente demanda de garantías, así como el auto donde se
conceda en su caso la suspensión provisional del acto reclamado.

Sexto. Previos los tramites de Ley, conceder a la quejosa, el AMPARO Y


PROTECCIÓN DE LA JUSTICIA FEDERAL que se solicita.

Toluca, Estado de México a 03 de agosto del 2016

Protesto lo Necesario.

______________________________
Edith Catalina Sánchez Esparza
Quejosa

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