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Las tres ramas del poder público en Colombia son la rama ejecutiva, legislativa y judicial. La rama ejecutiva se encarga de la gestión de políticas públicas y bienes de la nación bajo el Presidente y ministros. La rama legislativa, representada por el Congreso, crea, interpreta y reforma las leyes. La rama judicial aplica las normas para proteger los derechos y resolver conflictos de manera independiente a las otras ramas.
Las tres ramas del poder público en Colombia son la rama ejecutiva, legislativa y judicial. La rama ejecutiva se encarga de la gestión de políticas públicas y bienes de la nación bajo el Presidente y ministros. La rama legislativa, representada por el Congreso, crea, interpreta y reforma las leyes. La rama judicial aplica las normas para proteger los derechos y resolver conflictos de manera independiente a las otras ramas.
Las tres ramas del poder público en Colombia son la rama ejecutiva, legislativa y judicial. La rama ejecutiva se encarga de la gestión de políticas públicas y bienes de la nación bajo el Presidente y ministros. La rama legislativa, representada por el Congreso, crea, interpreta y reforma las leyes. La rama judicial aplica las normas para proteger los derechos y resolver conflictos de manera independiente a las otras ramas.
Rama ejecutiva, legislativa, judicial, cada una de estas tienen funciones
específicas ejercidas por diferentes entidades, aunque estos órganos velan por los derechos y justicias entre otras cosas no impide que haya corrupciones o injusticias. La rama ejecutiva es una de las tres funciones del Estado establecidas en la constitución de la República de Colombia. Su función es la de gestionar las políticas públicas y administrar los bienes de la nación. Se encuentra gestionada por el gobierno nacional y su responsabilidad recae, principalmente, sobre el Presidente de la República y sus ministros Es responsabilidad de la rama ejecutiva lidiar con la gestión diaria del Estado. Se pueden categorizar las funciones de la rama ejecutiva en tres áreas: la política, la administrativa y la reglamentarista. La faceta política se encarga de conducir a la nación y atender aquellas tareas no regularizadas por la ley como el nombramiento de ministros o la aprobación de tratados especiales. La administrativa se encarga de gestionar las distintas instituciones a su cargo, tales como gobernaciones y ministerios, para asegurar su correcto funcionamiento. Por último, tiene un papel importante la reglamentación, con la implementación de decretos. Las funciones de la rama ejecutiva están repartidas entre las distintas instituciones y cargos que la componen. La rama o poder legislativo, cuya mayor representación el Congreso de la República, es aquel responsable de gestionar todo lo relacionado con la creación, interpretación, reformación y derogación de leyes. El congreso está constituido por dos organismos principales: el Senado y la Cámara de representantes cuyos funcionarios son elegidos por voto popular y son, por tanto, representación de la voluntad de los mismos. Esta rama tiene potestad para reformar la constitución, supervisar la gestión de los ministros y demás autoridades del gobierno, designar a las autoridades del poder judicial y ejercer control público sobre cualquier asunto investigado por sus comisiones. La rama judicial del poder público constituye una pieza central en el funcionamiento del Estado y está encargada fundamentalmente de aplicar las normas para proteger los derechos, el cumplimiento de obligaciones y en general de solucionar conflictos para garantizar una convivencia pacífica. Tal y como lo establece el artículo 228 de la Constitución Política “La Administración de Justicia es función pública. Sus decisiones son independientes. Las actuaciones serán públicas y permanentes con las excepciones que establezca la ley y en ellas prevalecerá el derecho sustancial. Los términos procesales se observarán con diligencia y su incumplimiento será sancionado. Su funcionamiento será desconcentrado y autónomo”. Así, la rama judicial cuenta con independencia en sus decisiones frente a las otras ramas del poder público, es decir, frente a la rama ejecutiva y la rama legislativa, las cuales son las otras dos ramas del Poder Público en Colombia; así mismo, cuenta con autonomía dentro de su misma rama. El poder judicial lo ejercen los jueces y sus resoluciones solamente podrán ser revocadas por organismos judiciales de orden superior, en tanto, este poder tiene la posibilidad de imponerle sus decisiones a los otros dos poderes del estado en caso de que estos, con sus comportamientos, contradigan la legislación. Uno de los principales obstáculos que la justicia ha atravesado, y que sigue padeciendo, es la insoportable presión que muchos gobernantes, al frente del poder ejecutivo, ejercen contra jueces y tribunales para torcer sus decisiones cuando la justicia arrincona al poder vigente afectando sus intereses políticos o económicos, muchas veces, este reacciona con presiones y amenazas que consisten en desplazamientos de cargos, juicios políticos, y hasta intimidaciones personales.