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A Segmento Interconductual.
1). Dibuje la Unidad del Evento Psicológico.
2). Respuesta.
“Probablemente la mejor manera de describir una respuesta sea decir que es algo que
el organismo y el objeto estímulo hacen respecto de uno y otro. El organismo ejecuta
alguna acción o movimiento. El estímulo, por el otro lado, es una acción o una
operación ejecutada por el objeto con respecto al organismo con el que interactúa.
Esta acción del estímulo o estimulación puede definirse mejor como el comportamiento
mutuo correspondiente de un objeto dentro de un campo interactivo, junto con la
acción ejecutada por el
organismo” (Vargas-Mendoza, 1975)
a). Precurrentes.
El total de la interacción en este ejemplo consiste en la ejecución de una respuesta
particular ante una señal, la actividad se acaba cuando el sujeto suelta una tecla que
aprieta con un dedo. Esta acción de soltar la tecla constituye el acto final de la
respuesta. Con él se concluye la interacción particular de la persona con el objeto
estímulo. Sin embargo, antes de que esto pueda pasar, la persona tiene que percibir o
diferenciar el estímulo, por ejemplo, escuchar un sonido o ver un color. A esto le
llamamos el sistema de reacción perceptual. Luego, ya que el acto de ver o escuchar
debe preceder al acto de soltar, lo denominamos como un sistema de reacción
precurrente. Pero esto no es todo. El acto precurrente de ver o escuchar depende de
otro acto que a su vez le precede. Digamos, que la persona debe prepararse para ver
o escuchar, tiene que disponerse para registrar la señal
b). Finales.
Como se podría suponer, entre más complicado sea el patrón de respuesta, incluirá en
la fase precurrente varias otras acciones preparatorias, además de los sistemas de
reacción de atender y percibir. Con objeto de poder descolgar un mapa de la pared
donde cuelga, no solo tengo que prestarle atención y verlo, también tengo que
levantarme de mi silla, caminar rodeando la mesa y acercarme a la pared donde está
el mapa para finalmente poder descolgarlo de su clavo.
c). Centrales.
Los tres sistemas de reacción (atencional, perceptual, soltar la tecla) que constituyen
el patrón de respuesta del tiempo de reacción, podemos considerarlos como el ajuste
o la adaptación central que hace el organismo. El término central quiere decir que
estas actividades son una parte sustancial de la adaptación o el ajuste.
d). Periféricas.
Ahora bien, es posible que en todos los casos las unidades de acción del tipo central
se correlacionen con otras actividades que no son definitivamente adaptativas en su
carácter. Son estas a las que llamamos reacciones periféricas (reacciones verbales,
reacciones afectivas, acomodarse, distenderse, etc.) Para ilustrar este punto, mientras
una persona está atendiendo la fuente de la señal puede estar diciéndose a sí misma
“lo estoy haciendo bien”, o “espero que nada me distraiga”.
Lo que hemos tratado de analizar hasta aquí, son las formas más simples de
interacción entre los organismos y los objetos que les rodean. Por supuesto, en la vida
real, los patrones de respuesta son mucho más complejos. No obstante, estas
interacciones complejas son meramente multiplicaciones y complicaciones de
segmentos conductuales simples.
B. Función de Estimulo.
1. Objeto.
Probablemente podamos apreciar mejor la naturaleza de la función estímulo si
estudiamos su origen. Ya que una función estímulo dada siempre está ligada con las
actividades de un individuo en particular, es fácil observar cómo algunos objetos
adquieren sus funciones estímulo, al estudiar a un niño recién nacido. Cuando la
criatura llega al mundo, hay todo tipo de objetos con los que eventualmente entrará
en contacto. Pero antes que el niño entre en contacto conductual con algún objeto
en particular, obviamente ninguno se hará nada respecto al otro.
2. Objeto Estimulo.
Ahora pongamos al niño y al objeto (digamos un gatito) juntos. Debido a que el niño es
un organismo que puede moverse y tocar las cosas, acariciará al animal e interactuará
con él. Ahora podremos esperar que en cualquier contacto posterior con el gatito, se
generara la reacción de acariciar por parte del niño. Supongamos que el gatito arañe
al niño. En ese caso, el gatito también tomará la función estímulo de inhibir la reacción
de acariciar. En este momento, el gatito se ha convertido en un objeto psicológico
(propiamente dicho), ha tomado al menos dos funciones estímulo. Ahora podremos
predecir que bajo condiciones adecuadas, el gatito participará en una u otra clase de
situación. Una demostración experimental de este proceso de adición a los objetos de
funciones estímulo se encuentra en el experimento del reflejo condicionado de Pavlov.
Sin embargo, las funciones estímulo del gatito no funcionan a menos que el niño entre
en contacto con él. Aunque ya que el objeto ha adquirido ciertas funciones que
operan cuando la interacción ocurre, ahora podemos hablar del gatito como un
objeto estímulo. Obviamente cualquier cosa puede convertirse en un objeto
estímulo, si mediante estas interacciones se desarrollan una o más funciones
estímulo.
a). Primarias.
Mientras estudiamos el tipo universal de funciones estímulo, observábamos que ellas y
sus correspondientes funciones respuesta se basan en las cualidades prístinas de los
objetos. Las funciones estímulo inherentes a un objeto sobre estas bases, les
llamamos funciones primarias. Estas contrastan con las funciones estímulo que
provienen de un proceso de condicionamiento. En una reacción condicionada se
puede lograr que un objeto adquiera la función que originalmente tenía otro objeto.
b). Accesorias.
La función de estímulo residiendo en un pedazo de carne, que se correlacionaba con
una respuesta salival secretoria, se puede hacer que la despliegue el sonido de una
campana, si este sonido entra en contacto con el organismo varias veces en conexión
con la carne. Una función estímulo de este tipo le llamamos “accesoria”.
c). Directas.
En nuestra descripción de la conducta abierta señalamos que la persona siempre está en
contacto directo con el objeto ante el cual se ajusta o adapta. La función estímulo de tal objeto
funciona directamente en el sentido de que interactúa contiguamente con la función
respuesta, en un acto. En un objeto de estos hay inherente una función de estímulo directa.
d). Substitutas.
Consideremos ahora la función de estímulo de un objeto que solo indirectamente
interactúa con la función respuesta del objeto de la que es inherente, pero que
interactúa directamente con algún otro objeto. Las marcas del calendario no me
estimulan a hacer nada con él, más que a mirarlo. Más bien me estimulan para ir a
alguna parte o para llamar a alguien por teléfono. Tal función de estímulo no inherente
en el objeto ante el que me ajusto primariamente, residente en algún otro, es la función
de estímulo sustituta típica.
e). Endógenas.
Las funciones estímulo endógenas residen en las acciones y condiciones psicológicas
y biológicas del individuo. El estímulo para buscar algo de comida puede estar
localizado en las condiciones biológicas de nuestro estómago. Igualmente, la
respuesta de ir al dentista es provocada por una función estímulo residente en un
diente doloroso.
f). Exógenas.
En contraste, las funciones exógenas están en todo tipo de objetos que son
obviamente diferentes al individuo mismo y sus acciones. Por ejemplo, X puede no
darse cuenta del alimento, hasta que escucha el sonido de la campanilla que anuncia
la cena.