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5. AVAL.

Novena Epoca
Instancia: TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL
SEGUNDO CIRCUITO.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo: XI, Marzo de 2000
Tesis: II.3o.C.1 C
Página: 970
AVAL. LA OBLIGACIÓN INSERTA EN EL TÍTULO SUBSISTE, AUN CUANDO LA
FIRMA DEL OBLIGADO PRINCIPAL SEA FALSA O SE INVALIDE POR
TRATARSE DE UNA PERSONA INCAPAZ (LEY GENERAL DE TÍTULOS Y
OPERACIONES DE CRÉDITO). El vocablo aval es sinónimo de fianza, sólo que
aplicado al derecho cambiario, pues conforme al artículo 109 de la Ley General de
Títulos y Operaciones de Crédito, mediante aquella figura se garantiza en todo o
en parte la letra de cambio, precepto que es aplicable al pagaré, en términos del
numeral 174 de esa propia ley. Así, se puede afirmar que la fianza es al derecho
civil, en tanto que el aval es al derecho cambiario, por el principio de literalidad
consagrado en el propio documento. Por otra parte, los artículos 12 y 114, del
ordenamiento citado, adoptan en cuanto a la naturaleza jurídica de esa institución,
la doctrina italiana, por la que representa una garantía de carácter objetivo, porque
el avalista no garantiza que el avalado pagará, sino que el título será pagado;
autónomo, porque como toda obligación cambiaria subsiste por sí,
independientemente de las otras asumidas en el título mismo, esto es, la
obligación de aquél será válida aun cuando la firma del obligado principal sea falsa
o cuando la misma se invalide por tratarse de una persona incapaz, por lo cual, los
deberes de uno y otro son distintos e independientes entre sí; formal, porque si el
avalista firma un título de crédito, se responsabiliza cambiariamente sin considerar
a la causa intercedendi o la causa por la cual presta su garantía. En ese contexto,
aun cuando se encuentre plenamente acreditado que la firma del suscriptor del
pagaré es falsa, la obligación de pago del aval subsiste, no se extingue, dado el
carácter objetivo, autónomo y formal, pues éste no garantiza que aquél pagará,
sino que el pagaré será cubierto.
TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL SEGUNDO
CIRCUITO.
Amparo directo 61/99. Agustín Ortiz Ledezma. 30 de noviembre de 1999.
Unanimidad de votos. Ponente: Ana María Serrano Oseguera de Torres.
Secretario: José Antonio Franco Vera.
Novena Epoca
Instancia: TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER
CIRCUITO.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo: IX, Abril de 1999
Tesis: I.3o.C.165 C
Página: 484
ACCIÓN CAMBIARIA DE REGRESO, LEGITIMACIÓN DEL AVALISTA PARA
EJERCITAR LA. SE ACREDITA CON EL PAGO DEL TÍTULO DE CRÉDITO. El
avalista que paga un título de crédito al beneficiario del pagaré, adquiere
legitimación para ejercitar la acción de regreso en contra del deudor principal, al
demostrar su derecho sobre el título de crédito exigiendo el pago que liquidó, sin
que sea necesario el requisito señalado por la alzada, sobre la existencia del
endoso en propiedad del beneficiario para la continuidad en los endosos, dado
que ello no es exigible cuando el aval es quien paga el referido título de crédito;
por tanto con éste y el recibo correspondiente se adquiere legitimación para
ejercitar la acción cambiaria de regreso, máxime si de conformidad con la última
parte del artículo 40 de la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito, la
transmisión por recibo produce los efectos de un endoso sin responsabilidad.
TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO.
Amparo directo 1923/98. Marcos Carrillo Arena y otro. 3 de diciembre de 1998.
Unanimidad de votos. Ponente: Ma. Soledad Hernández de Mosqueda. Secretario:
Hilario Salazar Zavaleta.
Véase: Semanario Judicial de la Federación, Octava Época, Tomo XIV, noviembre
de 1994, página 543, tesis XI.1o.219 C, de rubro: "TÍTULOS DE CRÉDITO. CASO
EN QUE ESTÁ LEGITIMADO EL AVALISTA PARA EJERCER LA ACCIÓN
CAMBIARIA DE REGRESO.".
Novena Epoca
Instancia: SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO DEL DECIMO SEPTIMO
CIRCUITO.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo: IV, Septiembre de 1996
Tesis: XVII.2o.9 C
Página: 687
PAGARE, CUANDO A LA FIRMA PUESTA EN EL MISMO SE LE PUEDA
ATRIBUIR ALGUN SIGNIFICADO, NO SE TENDRA COMO AVAL. El artículo 111
de la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito, aplicable al pagaré por
disposición expresa del numeral 174 del mismo cuerpo legal, establece: "El aval
debe constar en la letra o en hoja que se le adhiera. Se expresará con la fórmula
`por aval', u otra equivalente y debe llevar la firma de quien lo presta. La sola firma
puesta en la letra, cuando no se le pueda atribuir otro significado, se tendrá como
aval." De la letra del precepto legal transcrito se desprenden dos supuestos: a).
Cuando en la letra se expresa la fórmula "por aval" u otra equivalente, con la firma
de quien la presta. b). La sola firma puesta en la letra, cuando no se le pueda
atribuir otro significado, se tendrá como aval. En relación con la hipótesis indicada
en el inciso b) jurídicamente debe entenderse que al referirse a "la sola firma", ello
significa ausencia total de referencia y, en este caso, ante la ausencia total de
referencia, cuando a la firma no se le pueda atribuir otro significado se tendrá
como aval. Ahora bien si en los documentos base de la acción, la firma estampada
en los mismos y que se atribuyen a la quejosa demandada no se encuentra "sola",
pues exactamente abajo de la misma y como referencia de ella aparece la leyenda
relativa a la denominación de una persona moral, es inconcuso que al no cubrirse
el primero de los requisitos a que se alude en el inciso b), es decir: "la sola firma
puesta en la letra...", toda vez que dicha firma sí contiene referencia a una
persona
moral, entonces no procedía atribuirle algún otro significado que no fuese el
expresamente asentado a través de la referencia en mención, es decir que la
quejosa firmó en representación de la persona moral, obligada principal y por lo
mismo no lo hizo en lo personal y como aval, por ende, al no estar "sola" la firma
de la quejosa, de conformidad con el artículo 111 de la Ley en consulta, no se le
puede dar el carácter de aval de los documentos base de la acción ejercitada.
SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO DEL DECIMO SEPTIMO CIRCUITO.
Amparo directo 811/94. Rosario Tinoco Ayala. 9 de marzo de 1995. Unanimidad
de votos. Ponente: Víctor Manuel Campuzano Medina. Secretaria: Eva Elena
Martínez de la Vega.
Véase: Semanario Judicial de la Federación, Séptima Epoca, Volumen 205-216,
Cuarta Parte, pág. 126.
Novena Epoca
Instancia: SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL
TERCER CIRCUITO.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo: IV, Agosto de 1996
Tesis: III.2o.C.4 C
Página: 738
SUSPENSION DE PAGOS. ESA MEDIDA NO APROVECHA A LOS AVALISTAS
DE UN PAGARE SUSCRITO POR LA EMPRESA DECLARADA EN. Si bien es
verdad que el artículo 116 de la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito
establece que, la acción contra el avalista se sujetará a los mismos términos y
condiciones a que lo esté la acción contra el avalado, no menos cierto resulta que
tal precepto debe interpretarse en el sentido de que el avalista queda obligado, en
cuanto a forma de pago, cuantía, etc., con la misma extensión y circunstancias
que lo estaba el avalado, sin que ello implique, de ninguna manera, la modificación
de su obligación consignada, taxativamente, en el diverso numeral 114 del cuerpo
de leyes invocado, conforme al cual queda solidariamente obligado con aquel cuya
firma ha garantizado, por asumir una obligación cambiaria directa frente a
cualquier tenedor legítimo del título valor. Los anteriores preceptos guardan
estrecha relación con los diversos 109 y 154 de la Ley General de Títulos y
Operaciones de Crédito, indicativos de que, mediante el aval, se garantiza, en
todo o en parte, el pago de la letra de cambio, y de que, el último tenedor de ella,
puede ejercer la acción cambiaria contra todos los obligados a la vez, o contra
alguno o algunos de ellos. En consonancia con lo anteriormente señalado, el
hecho de que el Juez de origen hubiere declarado la suspensión de pagos de una
empresa, obligada principal en un pagaré, de ninguna manera esa medida,
beneficia a los avalistas que aparezcan en él, porque, de acuerdo con los artículos
408 y 409 de la Ley de Quiebras y Suspensión de Pagos, la declaración
correspondiente tiene efectos, exclusivamente, en los juicios seguidos contra el
deudor suspenso, y no puede aprovechar a los avalistas, en virtud de la
solidaridad cambiaria que ellos asumieron. Dicho en otras palabras: en razón del
procedimiento suspensional, no se altera en forma alguna el vínculo jurídico
solidario, ni se modifican las responsabilidades ni la unidad de la obligación.
SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL TERCER
CIRCUITO.
Amparo directo 322/96. José de Jesús Quezada Delgado. 18 de abril de 1996.
Unanimidad de votos. Ponente: Jaime Julio López Beltrán. Secretario: Jorge
Arciniega Franco.
Novena Epoca
Instancia: QUINTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER
CIRCUITO.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo: II, Agosto de 1995
Tesis: I.5o.C.10 C
Página: 475
AVAL. CONSTITUYE UNA INSTITUCION DE GARANTIA EXCLUSIVA DE LOS
TITULOS DE CREDITO. El aval es una institución jurídica de garantía exclusiva
de los títulos de crédito, ya que de acuerdo con lo dispuesto por los artículos 109 y
116 de la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito, mediante el aval se
garantiza en todo o en parte el pago de los títulos de crédito, quedando el avalista
como obligado solidario de aquel cuya firma ha garantizado. Corrobora lo anterior,
el hecho de que las obligaciones de carácter civil o mercantil que no deriven de un
título de crédito, admiten ser garantizadas en su pago, por un tercero, a través del
contrato de fianza a que se refiere el artículo 2794 del Código Civil para el Distrito
Federal, o bien mediante la figura jurídica de la solidaridad pasiva de conformidad
con los numerales 1987, 1988 y 1989 del código en cita, la cual no se presume,
por lo que debe hacerse constar expresamente. Consecuentemente, carece de
sustento legal la afirmación del Tribunal de segundo grado consistente en que el
aval tiene aplicación a cualquier relación jurídica civil o mercantil.
QUINTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO.
Amparo directo 2865/95. Marcos Zonana Achar. 15 de junio de 1995. Unanimidad
de votos. Ponente: Efraín Ochoa Ochoa. Secretario: Eduardo Francisco Núñez
Gaytán.
Octava Epoca
Instancia: PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO DEL DECIMO PRIMER CIRCUITO.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
Tomo: XV, Febrero de 1995
Tesis: XI.1o.226 C
Página: 182
LETRA DE CAMBIO. FIRMA DEL GIRADOR DE LA. Al establecer el artículo 76
de la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito que la letra de cambio debe
contener, entre otros requisitos: "VII. La firma del girador o de la persona que
suscriba a su ruego o en su nombre", sin exigir que se mencione el nombre del
mismo, como se requiere en las fracciones IV y VI, respecto del girado y de la
persona a quien ha de hacerse el pago; debe entenderse que la firma puesta al
calce del documento, no atribuible al aceptante o aval, corresponde al girador,
salvo que se demuestre lo contrario.
PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO DEL DECIMO PRIMER CIRCUITO.
Amparo directo 488/94. María Cruz Coria. 18 de noviembre de 1994. Unanimidad
de votos. Ponente: Hector Federico Gutiérrez de Velasco Romo. Secretario:
Antonio Rico Sánchez.
Octava Epoca
Instancia: QUINTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER
CIRCUITO.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
Tomo: XV, Enero de 1995
Tesis: I.5o.C. 570 C
Página: 311
SOCIEDADES ANONIMAS. LA CIRCUNSTANCIA DE QUE EN SU OBJETO
SOCIAL SE CONTEMPLE LA FACULTAD DE "OTORGAR AVALES U OTRAS
GARANTIAS PERSONALES", NO LAS FACULTA PARA OBLIGARSE
SOLIDARIAMENTE EN FORMA GENERICA. Si bien la solidaridad y el aval
tienen algunas semejanzas, que podrían ocasionar que se estimara que ambas
instituciones participan de la misma estructura jurídica; sin embargo, un análisis
más profundo permite determinar, que como tales instituciones contienen
diferencias esenciales no comparten una misma naturaleza jurídica. En efecto, del
examen comparativo de los preceptos que regulan la solidaridad y el aval en el
Código Civil para el Distrito Federal y en la Ley General de Títulos y Operaciones
de Crédito, respectivamente, se advierte que: a). La solidaridad es por definición
una modalidad que implica pluralidad de sujetos activos o pasivos, o ambos,
respecto de una misma obligación; en donde cualquier acreedor (activa) puede
exigir a cualquier deudor (pasiva), el cumplimiento de la misma, con la
particularidad de que su cumplimiento extingue la obligación entre los acreedores
y los deudores. En cambio, el aval constituye una institución netamente de
garantía de títulos de crédito. b). La solidaridad no se presume, el aval sí. c). Nada
impide que la solidaridad se pacte en documento distinto al de la obligación
relativa; en cambio, el aval debe constar en el cuerpo del documento o en hoja
adherida a él. d). Si la obligación sobre la que existe pluralidad de sujetos es nula,
ello hace carecer de sentido jurídico a la solidaridad, lo que no acontece con el
aval, en el que a pesar de que la obligación del avalado sea nula, sería válida la
del avalista. e). Es posible que la solidaridad se pacte bajo condición; en el aval
esto no es jurídicamente permisible. f). En la solidaridad todos los obligados se
encuentran en un mismo plano y por regla general lo que beneficia a uno también
lo reportan los demás; en el aval, el avalista queda obligado (solidariamente) sólo
con aquél cuya firma ha garantizado, con independencia de la suerte de los demás
obligados cambiarios. g). El deudor solidario que paga por entero la deuda puede
repetir en contra de los demás codeudores, pero a prorrata; el avalista que paga
tiene acción por el valor total de lo pagado. El anterior examen permite sostener
válidamente, que si en el objeto social de una sociedad anónima se contempla la
facultad de que ésta otorgue "avales u otras garantías personales" por conducto
de sus representantes legales, tal circunstancia no es bastante para presumir que
dicha autorización, particular (en cuanto al aval) e imprecisa (en cuanto a "otras
garantías"), faculte a la persona moral en cuestión, para obligarse solidariamente,
en lo genérico, de acuerdo con lo dispuesto por el Código Civil, como
infundadamente lo pretende la quejosa.
QUINTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO.
Amparo directo 2003/94. Banco Mexicano Somex, S. N. C. ahora S. A. 18 de
agosto de 1994. Unanimidad de votos. Ponente: Adriana Alicia Barrera Ocampo.
Secretario: David Solís Pérez.
Octava Epoca
Instancia: PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO DEL DECIMO PRIMER CIRCUITO.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
Tomo: XIV, Noviembre de 1994
Tesis: XI. 1o. 219 C
Página: 543
TITULOS DE CREDITO. CASO EN QUE ESTA LEGITIMADO EL AVALISTA
PARA EJERCER LA ACCION CAMBIARIA DE REGRESO. El aval que tiene en
su poder los pagarés cuyo importe exige y demuestra que liquidó su valor a la
beneficiaria, está legitimado, en términos de los artículos 17, 115 y 129 de la Ley
General de Títulos y Operaciones de Crédito, para ejercer en contra del suscriptor
y deudor principal la acción cambiaria de regreso, sin que se requiera que la
beneficiaria original endose en propiedad los títulos de crédito en favor del aval,
habida cuenta que el solo hecho de que éste los tenga en su poder, autoriza a
presumir que los pagó a aquélla, presunción que se robustece con la constancia
que en tal sentido se le extienda.
PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO DEL DECIMO PRIMER CIRCUITO.
Amparo directo 307/94. Ricardo Cuesta González. 22 de agosto de 1994.
Unanimidad de votos. Ponente: Joel González Jiménez. Secretario: Ricardo Díaz
Chávez.
Octava Epoca
Instancia: SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO DEL DECIMO PRIMER
CIRCUITO.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
Tomo: XIV, Septiembre de 1994
Tesis: XI. 2o. 218 C
Página: 273
AVAL. EFECTOS JURIDICOS CUANDO EL AVALADO ES CONYUGE DEL. Aun
cuando es obvio, que por la propia naturaleza jurídica del aval, su condición e
interés al suscribir documentos mercantiles es diferente al del avalado; sin
embargo, a ese interés o diferencia connotacional no es a la que alude el artículo
175 del Código Civil para el Distrito Federal de aplicación supletoria al de
Comercio, pues de la propia lectura de este numeral se aprecia que se refiere a
"en asuntos que son exclusivos de éste", o sea, que ese interés se dirige a la
causa generadora de la obligación a cuya responsabilidad solidaria se obliga el
aval; de ahí que si en autos este último no demostró, en términos del artículo 1194
de la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito, que el asunto que dio
origen a esos documentos es de exclusivo interés del avalado, es claro que no
requería autorización judicial para ser aval de su esposo.
SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO DEL DECIMO PRIMER CIRCUITO.
Amparo directo 325/94. Virginia Hernández. 8 de junio de 1994. Unanimidad de
votos. Ponente: Juan Díaz Ponce de Leon. Secretario: Moisés Duarte Briz.
Octava Epoca
Instancia: PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL SEPTIMO
CIRCUITO.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
Tomo: XIV, Septiembre de 1994
Tesis: VII. 1o. C. 76 C
Página: 273
AVAL. NO LE CAUSA PERJUICIO LA FALTA DE EMPLAZAMIENTO AL
DEUDOR PRINCIPAL, POR EL COMPROMISO SOLIDARIO QUE TIENE EL.
Aun cuando en un juicio ejecutivo mercantil se enderece la demanda contra el
deudor principal y su aval, porque de acuerdo con el artículo 114 de la Ley
General de Títulos y Operaciones de Crédito, éste queda comprometido en forma
solidaria con aquél, cuya obligación ha garantizado, la falta de emplazamiento del
nombrado en primer término no causa perjuicio al avalista, por caracterizarse su
obligación en la unidad de objeto y pluralidad de vínculos, lo que significa que uno
u otro, indistintamente, puede ser requerido para pagar por sí, en su totalidad, el
monto de lo pactado, a elección del acreedor.
PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL SEPTIMO
CIRCUITO.
Amparo directo 787/93. Ubaldo Escudero Cabrera. 23 de septiembre de 1993.
Unanimidad de votos. Ponente: Omar Losson Ovando. Secretario: José Angel
Ramos Bonifaz.
Octava Epoca
Instancia: QUINTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER
CIRCUITO.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
Tomo: III, Segunda Parte-1, Enero a Junio de 1989
Página: 162
AVAL. SUPLETORIEDAD INEXISTENTE DE LOS PRECEPTOS QUE REGULAN
LA FIANZA EN EL DERECHO COMUN. Del examen comparativo de los
preceptos que regulan las instituciones de fianza y del aval en el Código Civil para
el Distrito Federal y en la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito, se
advierte que a pesar de tener ciertas semejanzas, tomando en cuenta su propia
naturaleza, son diferentes entre sí, ya que: a) en tanto la fianza tiene el carácter de
un contrato formal que puede hacerse en forma destacada del principal, el aval
debe constar en el cuerpo del documento o en hoja adherida al mismo; b) la fianza
no se presume, en cambio el aval sí; c) la obligación en el contrato de fianza sólo
puede exigirse al fiado si se estableció orden y excusión de los bienes de éste; en
la institución del aval, el avalista es deudor autónomo, y por ello puede exigirse su
obligación en primer término, sin acudir previamente al deudor principal o avalado;
y d) en la fianza se sigue el principio de que lo accesorio sigue la suerte de los
principal, por ende, si la obligación principal es nula también lo será el contrato
accesorio, lo cual no sucede así con el aval, porque tan principal es la obligación
del avalista como la del avalado, y por ese motivo las dos son autónomas e
independientes entre sí, y a pesar de que la obligación del avalado sea nula, será
válida la del avalista. Al existir diferencias sustanciales entre una y otra institución,
no deben por un lado, aplicarse supletoriamente las normas del Código Civil para
el Distrito Federal que prevén el contrato de fianza, al obligado como aval en
títulos de crédito, y por el otro, al existir autonomía entre las obligaciones
contraídas por el avalado y el avalista en el título de crédito, la acción de pago
puede ejercitarse indistintamente contra uno u otro, ya que la obligación solidaria
que adquieren ambos sujetos al suscribir el documento es propia y determinada
de cada uno de ellos, y no de uno respecto del otro.
QUINTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO.
Amparo directo 1195/89. Guillermo López Vega. 4 de mayo de 1989. Unanimidad
de votos. Ponente: Raúl Ponce Farías. Secretario: Daniel Patiño Pereznegrón.

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