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EL SOLSTICIO DE VERANO… ¡MÁS LUZ PARA LA EXISTENCIA!

La serpiente Crótalos (CASCABEL) es con la que las abuelas y abuelos representaban la madre naturaleza,
en nuestro sagrado libro Pop Wuj traducido por el Abuelo Adrián Inés Chavez dice: Ukux Kumatz (Corazón
de Serpiente), es decir madre tierra o lo que nuestros itzaes y yucatecos le llamaron kukulkan.

La serpiente crótalos adulta, se muda de piel cada 12 semanas, es decir cada tres meses y 4 veces al año.
Con esta explicación, el universo nos muestra que hay
cuatro mudas (cambios) de estación al año.

Nuestros abuelos y abuelas mayas llegaron a su esplendor


en el periodo clásico, periodo en el cual ellos tuvieron las
condiciones climatológicas adecuadas que los ayudó al
desarrollar su conocimiento en temas diversos de manera
integral, porque todo ello, tenía relación con la vida, con la
cotidianidad y lo vivían de manera práctica.

En cuanto al conocimiento astronómico, los abuelos y abuelas lo desarrollaron a través de la observación y


pudieron conocer y darse cuenta de
que todo en el cielo era cíclico, es decir que
los diferentes movimientos de los planetas
se repetían después de cada determinado
tiempo; conocimiento que les sirvió para la
construcción de sus 17 diferentes
calendarios o más, como lo son
el solar, sagrado, agrícola, lunar, la cuenta
corta, la  cuenta larga, el de Venus, y otros
de diferentes ciclos.

El primer Observatorio astronómico


ancestral maya, descubierto en la ciudad de
Uaxactún, Petén.

La vida de los ancestros mayas estaba


regida por la religión y llevaban a cabo
diferentes ceremonias y rituales con la
finalidad de tener comunicación con las
deidades Ajaw y Ukux Kumatz, alimentaban
su comunicación por medio de la danza,
música, el humo, el olor de las flores y objetos valiosos; tales como piedras de obsidiana, jadeíta, ámbar,
conchas, corales, comida y bebidas hechas de maíz, miel y cortezas de algunos árboles.

El día 21, de junio se inicia el Solsticio de Verano, esos días, la presencia de una de las deidades más
importantes del mundo maya se hace presente en la fachada noroeste de la gran pirámide, del centro de
observación astronómica de Chichén Itza’, con el descenso de la gran deidad Kukulkán o  serpiente
emplumada o como nosotros le llamamos Uk’ux Kumatz; cuyo cuerpo se forma cuando los rayos del sol, al
momento de ocultarse en el horizonte, atraviesan las 9 esquinas de la fachada noroeste, conectando con la
cabeza de la serpiente que se encuentra en la base de la pirámide.

Para nuestros ancestros mayas, el


descenso de la serpiente tenía un
importante significado, ya que
cuando eso sucedía el 21 de marzo,
sabían que era el momento indicado
para sembrar maíz, durante ese
proceso el maíz y otras semillas
pasaban por un duro cambio desde
embeber el agua, aumento de
tamaño y la etapa de imbibición
rápida o lenta y así en este lapso de
tiempo necesitan más la luz del sol,
luz natural para su crecimiento y
desarrollo óptimos. Hay tres
aspectos importantes a considerar
cuando se habla de la luz solar, que
tienen influencia en el crecimiento. Una planta bajo condiciones naturales recibe la luz del sol; la cantidad,
la calidad y la duración dependen en gran medida de la estación del año, la hora del día, la ubicación
geográfica y el clima. Y así hasta llegar al 21 de septiembre que es el  momento de la cosecha.

En esa fecha 21 de septiembre, la energía de Uk’ux Kumatz retornaba al universo y es visible a través de la
sombra proyectada en la gran pirámide de Chichen Itza’.

En estas fechas de la estación de Solsticio de Verano, la energía se debe aprovechar para el


rejuvenecimiento y la renovación de la vida, Pero es más entendido desde la espiritualidad.

Hoy día, los mayas seguimos observando el universo, festejando al sol y los astros, sembrando nuestro
maíz, nuestro frijol y el ayote, pero siempre esperando ¡Que amanezca y que llegue la aurora!!!

EdgarChitopCabrera

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