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Factores de riesgo modificables

Los factores de riesgo modificables implican que los pacientes pueden hacer cambios en su estilo de vida
para disminuir su riesgo cardiovascular y, de esta forma, reducir las opciones de padecer enfermedades
como las anteriormente mencionadas.

De acuerdo al especialista, la forma de manejar esto es a través del control de los siguientes factores de
riesgo:

Ingesta de tabaco: El consumo de tabaco o cigarrillos se asocia al desarrollo de enfermedad


aterosclerótica, patología generalizada y severa que afecta a nuestras arterias. Por lo tanto, su consumo
afecta de manera exponencial en su desarrollo. “Por otro lado, en pacientes que ya padecen este tipo de
enfermedades y que presentan un tabaquismo activo, no es que debieran disminuirlo, sino que deben
suspender su consumo, porque si no se suspende, se asocia a una pobre evolución”, asegura el
especialista.

Sedentarismo y obesidad: A pesar de que estos dos factores de riesgo van de la mano, no son
necesariamente excluyentes, explica el doctor Rodríguez. Es decir, una persona puede ser sedentaria sin
ser necesariamente obesa y, en esos casos, el riesgo cardiovascular también es más alto. Para controlar
estos factores de riesgo es importante una correcta alimentación y la realización de al menos 30
minutos de actividad física diaria.

Alimentación: Una alimentación no adecuada es otro factor importante para aumentar el riesgo de
enfermedad cardiovascular. Es importante que pacientes obesos o con sobrepeso tengan una correcta
hidratación y dieta balanceada.

Niveles elevados de colesterol o dislipidemia: la presencia de hipercolesterolemia predispone a la


acumulación de depósitos de colesterol en nuestras arterias, y con ello, la aparición de enfermedades
cardiovasculares. Así podemos encontrar el conocido “colesterol malo” o LDL asociado a dietas ricas en
grasas saturadas, por lo que nuestro objetivo es intentar que este se encuentre en niveles bajos. Por
otro lado, el “colesterol bueno” o HDL, es el que nos brinda protección evitando el dep+osito del
colesterol en las arterias y por tanto buscamos elevar sus niveles, por ejemplo, con la actividad física

Diabetes mellitus: cada vez de afección más temprana, se caracteriza por la elevación del azúcar
(glicemia) en la sangre, si bien produce estragos a todo nivel, las arterias son un sistema más donde
predispone a enfermedad cardiovascular, la que se controla mediante niveles adecuados de glucosa en
sangre a través de dieta, ejercicios y medicamentos, con la finalidad de obtener hemoglobinas
glicosiladas < 7%

Hipertensión arterial: se entiende como hipertenso a aquellos individuos que tienen presiones mayores
o iguales a 140/90, los efectos mantenidos del alza hipertensiva sobre las arterias favorecen la aparición
de la enfermedad ateromatosa dentro de otras alteraciones, por tanto, el objetivo en pacientes
hipertensos es obtener niveles de presión bajo los rangos descritos. Aquellos pacientes no hipertensos,
con presiones sistólicas entre 130-139 mmHg y diastólicas entre 80 – 89 mmHg, son consideradas como
presiones normales altas, por lo que deben tener estricto monitoreo, por su alta predisposición a
padecer dicha patología.

Factores de riesgo no modificables

Por otro lado, existen factores de riesgo que los pacientes no pueden controlar o modificar, en este
sentido, el especialista habla del sexo, dado que es más frecuente en varones; la edad, pues se exacerba
sobre los 45 años; las enfermedades genéticas y otras enfermedades adquiridas que aumentan el riesgo
o exacerban la condición basal, tales como la diabetes o la hipertensión ya antes mencionadas. En estos
casos, la mejor alternativa es la denominada prevención secundaria, es decir, manejar las enfermedades
con un control adecuado y estricto, idealmente mediante pesquisa temprana.

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