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EL OJO QUE TODO LO VE: ORIGEN DE UN SÍMBOLO SAGRADO.

El ojo que todo lo ve es un poderoso símbolo esotérico que es ampliamente mal interpretado y
mal utilizado hoy en día; pocos saben lo que originalmente representaba. Originalmente era un
símbolo de un mayor poder espiritual o Dios, un atento vigilante de la humanidad o una parte
espiritual despertado dentro. Pero en estos días tiene muchas diferentes asociaciones…

El “Ojo que todo lo ve” ha impregnado desde hace muchos años la cultura popular como un
símbolo que remite inevitablemente a los Illuminati, la supuesta secta secreta formada por las
altas élites, que controla y vigila las vidas y destinos de los seres humanos a través de sus
conexiones políticas, económicas y culturales. Esto se debe a que, con el tiempo, las fuerzas
siniestras oscuras se han apoderado de los símbolos esotéricos que durante miles de años se
utilizaban para transmitir positivos mensajes de ayuda, elevación espiritual y principios. El ojo que
todo lo ve es un excelente ejemplo de cómo los símbolos espirituales han sido secuestrados y
tergiversados.

Pero la historia de este signo se remonta mucho más atrás en el tiempo. El investigador David
Percival ha trazado una minuciosa historia de los orígenes de este símbolo, el cual, como muchos
otros ha sufrido cambios históricos importantes en cuanto a su sentido iniciático original –
significados que muchas veces invierten las doctrinas de quienes le otorgaron poder.

HINDUISMO

El Rigveda es uno de los textos existentes más antiguos de cualquier lengua indoeuropea. La
evidencia filológica y lingüística indican que el Rigveda fue compuesto en la región del actual
Pakistán probablemente entre el 1500 y el 1200 a. C. Hace referencia al Sol y otras deidades
“oculares” a través de la mirada.

El tercer ojo de Shiva en su frente es el ojo de la sabiduria, conocido como bindi. Es el ojo que ve
más allá de lo evidente. Hace referencia al conocimiento ilimitado. En consecuencia a Shiva se le
conoce como Tri-netri-Ishwara (señor de los tres ojos). El tercer ojo de Shiva es comúnmente
asociado con su energía salvaje que destruye a los malhechores y los pecados, el que arrasa con el
mal y la ignorancia.

El tercer ojo o chakra de la frente se puede comparar a un despertar de la parte más espiritual de
una persona que ve la verdad de las cosas y puede luego eliminar dentro de la psique de una
persona aquello que es opuesto y bloquea la conciencia divina a que se manifieste más. De esta
manera se trata de una “destrucción creativa” del mal para transformarla en una conciencia
superior.

Incluso en los tiempos modernos, el ojo de Shiva se utiliza en la joyería para dar protección contra
el mal a su portador y para ganar sabiduría y comprensión desde el mundo, desde
acontecimientos de la vida y desde si mismo, para la transformación positiva.

BUDISMO

Para el budismo, Buda es “el Ojo del Mundo”, y la iconografía de los textos y templos de Nepal
suele presentar el símbolo de un ser que mira hacia el frente con un ojo de oro en el centro de la
frente (otra referencia al tercer ojo).

Las estatuas de Buda en toda Asia también lo muestran con esta tercera mirada iluminada,
símbolo del despertar final. El tercer ojo es el lugar donde se encuentra nuestra conciencia y el
punto de unión con el mundo espiritual. Lo consideran el centro de la clarividencia y la intuición, y
lo exteriorizan con un punto rojo entre medio de las cejas.

EGIPTO ANTIGUO

Egipto tiene el Ojo de Horus (también conocido como el Ojo de Ra), el cual también está ligado a
las deidades solares. Se decía que el ojo izquierdo de Horus es la Luna y el derecho es el Sol.

También es muy interesante observar que el dibujo del ojo de Horus mucho coincide con la
sección transversal del cerebro medio, donde el tálamo, la glándula pineal y pituitaria se
encuentra. La glándula pineal se dice a menudo que es el “tercer ojo” y un centro de espiritualidad
y de discernimiento espiritual, que se puede desarrollar en una persona.

Es como si el ojo de Horus fuera una representación del tálamo como el globo ocular con el cuerpo
calloso de las cejas arriba y el bulbo raquídeo (tallo cerebral) y el hipotálamo siendo las dos marcas
de abajo. Si esto es lo que estaban dibujando, incluso llamándolo el Ojo de Horus, ¿esto sugiere
que consideraban el cerebro medio como el foco de la conciencia o incluso de la conciencia divina
o “la conciencia de Horus”? Horus es un dios sol y simbólico del cristo universal y una fuerza
espiritual que una persona debidamente preparada puede unirse.

MEDIO ORIENTE
En el judaísmo y otras religiones de Medio Oriente, el ‘ojo que todo lo ve’ aparece en la forma de
un símbolo llamado Hamsa, Khamsa o Hamesh. Se trata de un ojo en la palma de una mano, que
suele colocarse en casas o llevarse como amuleto de protección contra el “mal de ojo”
(enfermedades provocadas por la envidia del ojo de los enemigos.).

Sus orígenes se remontan a Mesopotamia, donde la mano de Ishtar era un poderoso signo de
protección divina. También se le conoce como “la mano de Fátima” en el Islam. En Grecia y
Turquía existe un símbolo similar, el Nazar, usualmente sin la mano: se trata de círculos
concéntricos azules y blancos de vidrio que dan la apariencia de un ojo.

También se conoce como la mano de Fátima en el Islam y la mano de Miriam en el judaísmo. En la


India se conoce como la mano Humsa. Los Jainistas también tienen una forma de la Hamsa en su
simbolismo con la palabra ahimsa (que significa no violencia) dentro una rueda en vez de donde
estaría el ojo. La Hamsa se ha utilizado durante miles de años y todavía está en uso hoy en día
como amuletos, talismanes o adornos de pared. Parece tener sus orígenes en la antigua
Mesopotamia con la mano de Ishtar siendo un símbolo de la protección divina a pesar de que no
contenía el ojo en la palma.

En Grecia y Turquía tienen algo similar a la Hamsa que ellos llaman “Nazar”. Es sólo un ojo sin la
mano pero se utiliza de la misma manera y tiene el mismo significado que la Hamsa, es decir, para
alejar el mal de ojo, en forma de amuletos o adornos colgantes generalmente hechas de vidrio
azul.

El símbolo de un ojo en una mano también aparece en las culturas azteca y maya, y en obras de
arte nativo americano, aunque los arqueólogos no están seguros de lo que significa que tenía para
estas culturas.

CRISTIANISMO

Para el cristianismo, el ‘ojo que todo lo ve’ es “el Ojo de la Providencia”, y apareció en el siglo XVI.
El ojo se encuentra dentro de un triángulo rodeado de rayos de luz, representando la ubicuidad de
la Santísima Trinidad, así como la omnipresencia divina y su vigilancia constante sobre su creación.
Algunos afirman que el ojo en el símbolo del triángulo se añadió a la pintura poco después del
Concilio de Trento 1545- 1563, para cumplir con sus cánones y decretos.

Representaciones del Ojo de la Providencia como la de la Iglesia de San Juan Bautista en Alsacia,
Francia (1763) parecen estar relacionadas con la fundación de los Illuminati bávaros en 1776; la
influencia masónica y su gusto por la geometría sagrada podría aportar otra relación interesante.
Otro ejemplo se encuentra en la catedral de Aquisgrán en Alemania. El edificio fue construido a
finales del siglo octavo bajo el emperador Carlomagno y luego ampliado en la Edad Media, con
otros diversos cambios y actualizaciones en el camino. Al parecer, el símbolo del ojo que todo lo ve
se colocó en la catedral en 1766 para marcar las renovaciones efectuadas ese año.

El símbolo del ojo en la pirámide también ocupa un lugar destacado en la fachada frontal de la
Iglesia Hartegbrugkerk en Leiden, Países Bajos, construido en 1835-1836. Las palabras latinas “Hic
Domus Dei est et Porta Coeli” se traduce en “Esta es la casa de Dios y la puerta al cielo.”

Fuente: https://vademedium.wordpress.com/2016/01/24/el-ojo-que-todo-lo-ve-origen-de-un-
simbolo-sagrado/?fbclid=IwAR1X8txw5r_Lu2cOKJkH9J1X1jPvOBX9c2jiBqK0ONiicbQDr-EG4FawJbA

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