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PASIÓN POLICIAL

Lo encontramos vivo o vivo

Suena el despertador como es habitual a las 4:30 de la mañana, vivaz y enérgico como
siempre me levanto y agradezco a Dios por una oportunidad más de vivir día a día para
servir a la sociedad, soy el IT Armando Montilla y pertenezco al servicio aéreo como
técnico de mantenimiento y en mi tiempo de servicio con la maquina Bell 206 actúo como
copiloto también, esta mañana en particular llego al hangar cuando una noticia me
estremece el desayuno, un auxiliar de policía perteneciente al EMCAR se extravió solo en
medio de un patrullaje por los llanos de Yari en el Caquetá, lo cual despliega una operación
de búsqueda y rescate ya que esta es una zona de alta presencia de grupos al margen de la
ley, inmediatamente se me fue ordenado preparar la máquina para el posterior despegue al
llegar el piloto mi Capitán Héctor Sánchez.

Emprendemos el vuelo camino a la zona que previamente se ordenado inspeccionar, puesto


que esta era la ubicación en la cual se había visto al auxiliar por última vez, hicimos dos
sobrevuelos por la zona en horas de la mañana y de la tarde sin encontrar señal alguna de
aquel compañero, diariamente durante 15 días realizamos la misma rutina sin tener ningún
éxito o avistamiento mínimo de señales de que se encontraba en las zonas que se nos
impartían examinar.

Las esperanzas empezaban a desvanecerse y se corría el rumor de que se hallaba muerto o


que simplemente ’’la selva se lo trago’’, estas palabras empezaron a resonar en mi cabeza
con la idea de que este joven a su corta edad tuvo un desenlace final muy desolador,
hambriento y lleno de miedo, casi a diario soñaba con él aun sin conocer su rostro, siempre
lo imaginaba con la cara demacrada, sucia y con un temor en los ojos que solo lo perciben
aquellos que ven la muerte siguiendo sus pasos, se convirtió en mi pensamiento diario y a
todo momento, hasta que llego el punto en que no iba a dejar que eso fuera cierto, me
propuse ante Dios y pidiendo su fortaleza que lo íbamos a encontrar vivo o vivo porque no
había lugar a tener que llegar a decirle a su madre que el cuerpo de su hijo fue encontrado
solo en medio de la selva o que simplemente no lo encontramos y que llorara un ataúd
vacío, es así como en mis tiempos libres, de descanso o de ocio los dedicaba a analizar
patrones de rutas posibles por donde el desfavorecido auxiliar pudo recorrer en búsqueda de
hallar alguna pista de civilización o aproximación a los rescatistas que diariamente por día
y noche, tierra, agua y aire le estábamos buscando, estudiaba mapas satelitales como
impresos para ver la similitud entre los cambios selváticos como de cauces de ríos en busca
de alguna ruta que nos pudiese llevar a su encuentro y siempre me repetía lo mismo
‘’tenemos que encontrarlo vivo o vivo’’, le decía a mi capitán que nos quedáramos un poco
más de tiempo en cada sobrevuelo a ver si él podía encender alguna fogata o reflejarnos
algo para llamar nuestra atención, me comunicaba con compañeros que eran activos en los
grupos operativos para pedir su punto de vista y consejo de posibles hábitos que lo
condujeran a diferentes partes de la espesa selva, le pedía a Dios constantemente que le
diera las fuerzas necesarias para esperar nuestra llegada y que a nuestro avistamiento
pudiese alertarnos de su ubicación, hasta que por fin de tanta insistencia en un sector de su
posible ubicación luego de analizar mucho los mapas y en conjunto con el mando de mi
Capitán, en la playa de un caudaloso rio empezamos a ver una estela de humo negro surgir
y al descender un poco y hacer sobrevuelo sobre este sitio pudimos determinar que era
ocasionado por una persona que trataba de llamar nuestra atención, mi corazón empezó a
latir con mas y mas fuerza de la emoción de pensar que lo habíamos encontrado y luego de
pedir autorización para descender a su posterior encuentro pude ver el rostro de aquel joven
que me había desvelado y abrumado por varios días y noches, efectivamente un joven casi
lampiño que demostraba su corta edad, semi desnudo, malnutrido, sucio, con sus brazos
abiertos y entre lágrimas fue a nuestro encuentro gritando ‘’ díganme que es verdad y que
no es otro sueño de que me encontraron’’, lo único que pude hacer fue abrazarlo y mientras
lo consolaba le decía que nunca lo íbamos a dejar botado, no pude contener las lagrimas en
los ojos de la felicidad del deber cumplido al poder salvarlo de la pesadilla que estaba
sufriendo.

A las pocas semanas me encontraba nuevamente en mi área de facción en la base aérea de


Guaymaral cuando este rostro que me inquietaba y por fin pude conocer aunque
demacrado, se me cruzo de nuevo ya mas recompuesto y con el uniforme impecable ‘’mi IT
buenas tardes, se presenta el auxiliar de policía Gordillo Ricardo a quien usted rescato en
medio de la selva, pedí un permiso a mis superiores para poder expresar mi gratitud por su
labor y dedicación para dar con mi ubicación y luego de hablar con mi Capitán Héctor
Sánchez me confirmo él que usted había sido quien mas insistía en los sitios posibles donde
yo me encontraba y usted se había entregado totalmente a esta labor, gracias a usted pude
volver a ver a mi mamita que es lo que mas amo en el mundo y ella también esta
agradecida con usted por toda la vida y que cuando quiera es bien recibido en la casa, ya
que ella es una persona con movilidad reducida yo todo lo hago es por ella, hasta la
bonificación que me dan aquí prestando el servicio se lo envió para sus necesidades y
cuando estuve extraviado esa fue la motivación de seguir a delante y no dejarme decaer, el
pensar que dejaría a mi madre sola y desamparada, pero gracias a su compromiso nunca
mas la volveré a preocupar o dejar sola, toda la vida estaré agradecido con usted mi
Intendente’’, con una sonrisa en el rostro y brillo en sus ojos se despidió humildemente y se
marchó a disfrutar de unos días de descanso al lado de su madre mientras que yo me quede
perplejo al saber que lo que fue para mi algo de solo cumplir con mi deber policial implico
para toda una familia su esperanza de vida y futuro concretada gracias a mi pasión por la
policía nacional.
DATOS DE CONTACTO

AUTOR:

Cristian Mauricio Castro Morales

Villavicencio – Meta, Cra 37 # 47-00 Barrio la Esmeralda

CEL: 3134495842

cm.castro@correo.policia.gov.co

C.C: 1073170775

DINAE – ESECU – COAGR - Curso 054 – Compañía Juan María Marcelino Gilbert

OBRA LITERARIA:

Título: Lo encontramos vivo o vivo

Tercer certamen nacional: el arte y valor de ser policía

Categoría: Género literario

Tema: pasión policial

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