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Tratados Fiscales

Por tratado fiscal, se designa normalmente a los acuerdos internacionales que tienen un objeto
esencialmente fiscal, y que además por lo general, son de carácter bilateral, los cuales no
quieren restringirla sino poco a poco y de acuerdo con la situación económica particular de
un Estado con respecto del otro. A este género corresponden los tratados internacionales para
evitar la doble imposición (cuando un contribuyente es gravado por impuestos de naturaleza
comparable y en un mismo período, por dos o más jurisdicciones fiscales nacionales).
(Ramírez Martínez, 2015)

Estos tratados fiscales proporcionan un medio para la reducción del doble gravamen, muchos
de los tratados fiscales han sido configurados a partir del que propuso la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el cual trata de los impuestos sobre la renta
y sobre el patrimonio con aplicación para todas las personas residentes de uno o de ambos
Estados contratantes. (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, 2010)

Otro de los beneficios es el establecimiento de acuerdos de intercambio de información


tributaria. Por lo general, estos acuerdos son suscritos entre países con alta tributación y
países con baja o nula tributación con los cuales de lo contrario no tendrían un tratado
tributario. (McIntyre y Arnold, 2002)

Los tratados fiscales definen generalmente si los impuestos deben imponerse sobre los
ingresos obtenidos en un país por las empresas nacionales de otro país, y en caso de ser así,
cómo hacerlo, especificando que tasas son aplicables a qué tipos de ingresos. De igual forma
contemplan jurisdicciones fiscales de tipo bilateral a nivel individual, como se especifican a
través de los tratados de impuestos, estos son particularmente importantes para las empresas
que están haciendo exportaciones primarias a otro país en lugar de hacer operaciones de
negocios allí a través de un “establecimiento permanente”.

Los tratados fiscales también resultan por lo general en una reducción de las tasas fiscales de
retención entre los dos países signatarios, y la negociación del tratado mismo sirve como un
foro para la apertura y la expansión de relaciones de negocios entre los dos países. Esta
práctica es importante tanto para las empresas multinacionales que operan a través de
subsidiarias extranjeras, que ganen un ingreso activo, como para los inversionistas de
portafolios individuales que simplemente reciben un ingreso pasivo bajo la forma de
dividendos, intereses o regalías.

Tipos de impuestos

Los impuestos se clasifican de diversos modos, por ejemplo, si se aplican de forma directa a
los ingresos, se denominan impuestos directos, pero si se aplican sobre la base de alguna otra
característica de desempeño mensurable de la empresa, se denominan impuestos indirectos.
Tabla 1 Tasas de impuestos sobre ingresos corporativos y Sobre el Valor Agregado

País ISR IVA


Paraguay 10% 10%
Ecuador 24% 12%
Chile 24% 19%
Guatemala 25% 12%
Bolivia 25% 13%
Panamá 25% 15%
Honduras 25% 15%
Nicaragua 25% 15%
Uruguay 25% 22%
República Dominicana 27% 18%
Haití 30% 10%
El Salvador 30% 13%
Costa Rica 30% 13%
Perú 30% 16%
México 30% 16%
Cuba 30% 20%
Colombia 33% 19%
Venezuela 34% 16%
Brasil 34% 25%
Argentina 35% 21%
Fuente: Elaboración Propia con Datos de (Eiteman et al, 2011)

Países como Argentina, Brasil y Venezuela son los países que muestran las mayores tasas
efectivas sobre ingresos corporativos, entre un 34% y 35%, estas tasas son relativamente altas
en comparación con países como Paraguay, el cual muestra una tasa sobre ingresos
corporativos del 10%. De igual forma Paraguay, es el país latinoamericano con la tasa fiscal
sobre el valor agregado más baja (10%).

Impuestos sobre ingresos:

Muchos gobiernos se basan en los impuestos sobre ingresos personales y corporativos como
sus principales fuentes de ingresos. Los impuestos sobre ingresos corporativos son
ampliamente usados en la actualidad. Algunos países imponen distintas tasas de impuestos
corporativos sobre los ingresos distribuidos versus los no distribuidos. Las tasas de impuestos
sobre ingresos corporativos varían a lo largo de un ámbito relativamente amplio, llegando a
un nivel tan alto como de 45% en Guyana y disminuyendo a un nivel tan bajo como de 17%
en Hong Kong, 15% en las Islas Vírgenes Británicas, 10% en Chipre y una tasa efectiva de
0% en un número de paraísos fiscales en ultramar.

Retenciones de impuestos:
Los ingresos pasivos (dividendos, intereses, regalías) ganados por un residente de un país
dentro de la jurisdicción fiscal de un segundo país generalmente están sujetos a una retención
de impuestos en el segundo país. La razón para la institución de la retención de impuestos es
en realidad muy sencilla: los gobiernos reconocen que la mayoría de los inversionistas
institucionales no presentarán una declaración de impuestos en cada uno de los países en los
que inviertan, y por lo tanto el gobierno desea asegurar que se reciba un pago de impuestos
mínimo. Como lo implica el término retención, los impuestos son retenidos del pago hecho al
inversionista por la corporación, y los impuestos retenidos se entregan entonces a las
autoridades gubernamentales. La retención de impuestos es un tema fundamental de los
tratados fiscales de tipo bilateral, y generalmente oscila entre 0 y 25%.

Impuesto al valor agregado:

Es un tipo de impuesto nacional sobre ventas que se cobra en cada etapa de producción o de
venta de bienes de consumo en proporción al valor agregado durante esa etapa. En general,
los bienes de producción como la planta y el equipo no han estado sujetos al impuesto al
valor agregado. El impuesto al valor agregado ha sido adoptado como la principal fuente de
ingresos por concepto de impuestos indirectos por todos los miembros de la Unión Europea,
la mayoría de los países de Europa Occidental, un número de países latinoamericanos,
Canadá y otros países dispersos.

Otros impuestos nacionales:

Existe una variedad de otros impuestos nacionales, los cuales varían de importancia de país a
país. El impuesto a la rotación (impuesto sobre la compra o venta de valores en algunos
mercados regionales de valores) y el impuesto sobre las utilidades no distribuidas. Los
impuestos sobre la propiedad y la herencia, también denominados impuestos de transferencia,
se imponen en una variedad de formas para lograr la redistribución social deseada del ingreso
y de la riqueza así como para aumentar el ingreso.

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