Está en la página 1de 3

erry Lane, antiguo trabajador de las 

Naciones Unidas, está en el coche con su familia,


en Filadelfia, cuando de repente se desata el caos en la ciudad. Gerry ve cómo las personas
saltan unas sobre otras, y ocurre algo que lo deja atónito: las personas se están mordiendo
unas a otras y desarrollan una gran violencia. Al presenciar esto, ve el momento exacto en el
que una persona muerde a otro hombre y Gerry cuenta el tiempo que ocurre desde la mordida
hasta el cambio, sufriendo la persona violentas convulsiones. A partir de esto, se vuelve
primitiva y violenta, por lo que Gerry deduce que están siendo infectados con alguna
enfermedad extraña. Entonces recibe una llamada de Thierry Umutuni, su antiguo amigo y
actual secretario general adjunto de la ONU. Éste le pide que vuelva a colaborar con la
organización, y a cambio, les ofrece evacuarlos en helicóptero.
Gerry, su mujer Karen y sus dos hijas, Constance y Rachel, huyen hacia un supermercado
local para encontrar suministros y un remedio para el asma de Rachel, siendo ayudados por
uno de los trabajadores. El caos es tal que ni la policía detiene a las personas que saquean
todo lo que encuentran. Salen de ahí para adentrarse en un edificio, y son ayudados por un
niño llamado Tomás, que está con su familia en su apartamento. Todos son oriundos
de Brasil pero Tomás les traduce el inglés. Gerry le dice a su familia que deben salir de ahí o
nunca serán rescatados. El padre de Tomás, inquieto, abre la puerta y los deja salir. Luego
vuelve a abrir para ver si hay más sobrevivientes, pero es atacado por un infectado. Tomás
logra salir y los alcanza y, en el proceso, Gerry los combate con un rifle pero un infectado le
escupe sangre en la boca. Gerry se aleja de su familia por un momento parándose en el borde
de la azotea del edificio pensando que va a ser infectado, pero esto no ocurre. Un helicóptero
llega y todos son llevados a un buque, situado a 300 km al este de la costa de Nueva York,
donde un equipo de científicos, médicos, profesores y militares está analizando el alcance de
la epidemia en todo el mundo.
Un virólogo de la Universidad de Harvard, el doctor Andrew Fassbach, sostiene que la plaga
es un virus, cuyo origen debe ser encontrado para desarrollar una vacuna. Debido a su
experiencia como exinvestigador de la ONU, Gerry tiene la tarea de ayudar a Fassbach a
encontrar la fuente del brote. La esposa de Gerry se niega ya que sabe que tal vez no se vean
de nuevo, pero Gerry le advierte que si no coopera, los echarán del barco a ella y los niños.
Antes de partir, le da un teléfono satelital y le dice que la llamará una vez al día.
Gerry viaja a una base militar de Corea del Sur con Fassbach y un equipo de marines como
escolta, en donde son atacados y Fassbach muere tras caerse y dispararse en la cabeza con
su arma por error. Allí logran observar la fuente de la infección y logran salir por poco,
muriendo muchos en el proceso, excepto Gerry y el piloto del C130 Hércules en el que viajan.
Gunter Haffner, un exagente de la CIA encarcelado por traición, ya que facilitó una venta de
armamento ilegal a Corea del Norte, le dice a Gerry que debe ir a Jerusalén, donde
el Mossad israelí junto al gobierno de ese país estableció una zona de seguridad justo antes
del brote de la epidemia, lo que implica que Israel podría haber tenido conocimiento previo de
la pandemia.
En Jerusalén, Gerry conoce a Jurgen Warmbrunn, agente del Mossad, quien le explica que
meses antes esa agencia interceptó las comunicaciones de un general del ejército de la India,
quien afirmó que las tropas de ese país luchaban contra los rakshasas (zombis). Con este
conocimiento y el uso de una política conocida como la «Regla del décimo hombre», el país
se pone en cuarentena dentro de un enorme muro de contención. Toda la gente, en un
momento de júbilo colectivo, comienzan a cantar cánticos propios del medio oriente, pero al
utilizar altavoces, hacen demasiado ruido y esto atrae a los infectados. Gerry les advierte,
frenético, que dejen de hacer ruido, pero varios infectados logran saltar el muro trepándose
unos a otros y se desata el pánico entre la gente, que empieza a huir en todas direcciones.
Jurgen ordena a varios de sus soldados a que escolten a Gerry hasta el aeropuerto. Durante
el caos, Gerry se da cuenta de que varios civiles son completamente ignorados por los
zombis, como un anciano y un joven que al parecer tiene cáncer (cosa que antes ya había
pasado, con un soldado rengo en la base de Corea del Sur y con un vagabundo en Filadelfia,
aunque este último no fue visto por Gerry). Durante un combate con los zombis, Segen, una
soldado israelí que escoltaba a Gerry, es mordida en la mano y Gerry se la amputa con su
cuchillo para impedir que sea infectada. Tras una frenética carrera por la ciudad, llegan al
aeropuerto y logran ponerse a salvo subiendo a un avión de una aerolínea de Bielorrusa.
Durante el vuelo Gerry contacta a Thierry y le explica que tiene una hipótesis sobre el
comportamiento del virus y le pide ayuda para encontrar el centro de investigación de armas
bacteriológicas más cercano, que resulta estar en Cardiff (Gales). Mientras, en el avión se ha
colado un zombi, que ataca a una sobrecargo. El avión entero comienza a infectarse y Gerry
le dice a los demás pasajeros que armen un muro de contención con lo que puedan encontrar,
pero a un pasajero se le cae una valija, alertando a los zombis de su presencia. Al ver que los
infectados se aproximan, Gerry lanza una granada fragmentaria y hace explotar el fuselaje del
avión, que provoca una descompresión y los pilotos hacen un violento aterrizaje de
emergencia, destruyéndose la aeronave entera y muriendo en el proceso.
Segen y Gerry sobreviven a duras penas y logran llegar bastante maltrechos al centro de
investigación de Cardiff. Al cabo de tres días, Gerry despierta atado a una camilla, pero está
curado de una herida que tenía producida por una pieza del avión que se le había incrustado
en el cuerpo. Allí le dice a los hombres que le interrogan que llamen por su teléfono satelital y
que hablen con Thierry, quien les revela la identidad de Gerry. Una vez que se tranquilizan y
lo liberan, Gerry revela su hipótesis: que el infectado no muerde a las personas que están
gravemente heridas, con enfermedades graves o enfermos terminales, ya que serían
inadecuados como anfitriones, lo que se traduce en que los infectados sólo muerden a
personas sanas. Gerry les pide que le den un patógeno mortal pero curable, a lo que le
responden que eso fue lo primero que intentaron con los infectados pero sin éxito, ya que lo
que un patógeno necesita para reproducirse es un huésped vivo. Pero Gerry les dice que no
es para los infectados sino para ellos, y que no es una cura, sino un camuflaje. La bióloga que
habla con él, sin embargo, le responde que la única forma de probar su teoría es que alguien
se inyecte el patógeno, y enfrentarse a los infectados cara a cara. Pero el mayor problema no
es ese: el mayor problema es que los patógenos están almacenados en el ala B del edificio,
en donde un científico trabajaba con unas muestras que le habían enviado y tras una
cortadura en su mano se infectó con el virus y consecuentemente atacó a las personas que
estaban ahí. Tras ver con las cámaras de vigilancia, descubren que las 80 personas que
trabajaban en esa área están convertidas en zombis y que el puente de acceso al ala B fue
bloqueado por los sobrevivientes para mantenerse a salvo lejos de los zombis.
Gerry, Segen, y tres de los trabajadores, incluyendo al jefe de operaciones del Centro, se
protegen las extremidades con tela y plásticos y se arman con lo que encuentran, despejan
sin hacer ruido la entrada y entran al edificio. Tratan de llegar al lugar evitando ser vistos por
los infectados, pero accidentalmente hacen ruido y se crea un eco enorme en el edificio. Al
escuchar el ruido, los zombis enloquecen y corren tras ellos. Durante la huida, Gerry y el
grupo se separan. Segen mata a los zombis que puede disparándoles. Todos llegan al puente
y les abren la puerta, logrando entrar justo a tiempo para detener a los infectados. Gerry llega
al cuarto donde almacenan las muestras pero se encuentra de frente con un infectado que lo
ataca frenético, pero Gerry lo mata de un certero golpe en la cabeza con un hacha. Gerry ve
que la puerta está protegida con una cerradura electrónica, pero la bióloga lo llama y le da la
clave para entrar. Una vez dentro, está indeciso de cuál muestra tomar, así que toma varias y
las coloca en una caja junto con algunas jeringas, pero cuando se dispone a abrir la puerta
para salir un infectado le bloquea el paso. Gerry, al verse atrapado, decide probar su teoría.
Escribe en un papel un mensaje y lo muestra a la cámara, dejando ver lo que anotó: "Díganle
a mi familia que la amo", esto en caso de que algo salga mal. Acto seguido, se inyecta el
contenido de uno de los frascos de muestras, mira la hora y espera. Luego de varios minutos,
Gerry abre la puerta y el infectado se le para enfrente mirándole a los ojos, pero la criatura lo
ignora completamente, dando a entender que la teoría de Gerry es efectiva. Gerry sale del
cuarto atrapando al infectado dentro, bebe un refresco de una máquina y suelta todas las latas
de golpe para hacer ruido y llamar la atención de los zombis, que corren enloquecidos hacia el
ruido mientras esquivan a Gerry. Le abren la puerta para recibirlo y una vez a salvo, le colocan
la vacuna para el patógeno que se inyectó, salvándole la vida.
Al final, Gerry vuela a Freeport (Nueva Escocia) en donde se reúne felizmente con su familia,
mientras que se crea una vacuna derivada de patógenos mortales para distribuirla, la cual
sirve para evitar que la gente sana sea detectada por los infectados. La vacuna tiene éxito en
gran parte del mundo y en diferentes países del mundo, la gente empieza a combatir con éxito
a los infectados de distintas formas, incluso utilizando una bomba nuclear. Se ve que una
inmensa parte de la población mundial fue diezmada por el virus ya que casi todos fueron
contagiados y que la lucha por sobrevivir apenas comienza.

También podría gustarte