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INSTITUTO TECNOLOGICO DE IRAPUATO PLANTEL

TARIMORO

Química

Tema: Conceptos generales de bases


termoquímica y electroquímica

Alma Janeth Bermúdez Pérez

Judith Medina López

Unidad: U5-2

Fecha de entrega: 22-Noviembre-2019


Tarea: Realizar las siguientes actividades:

1. Definir los calores de reacción, formación y solución, así como sus


fórmulas.

La Termodinámica es la rama de la Física que estudia a nivel


macroscópico las transformaciones de la energía, y cómo esta energía
puede convertirse en trabajo (movimiento). Históricamente, la
Termodinámica nació en el siglo XIX de la necesidad de mejorar el
rendimiento de las primeras máquinas térmicas fabricadas por el
hombre durante la Revolución Industrial.

La Termodinámica clásica (que es la que se tratará en estas páginas)


se desarrolló antes de que la estructura atómica fuera descubierta (a
finales del siglo XIX), por lo que los resultados que arroja y los principios
que trata son independientes de la estructura atómica y molecular de la
materia.

El punto de partida de la mayor parte de consideraciones


termodinámicas son las llamadas leyes o principios de la
Termodinámica. En términos sencillos, estas leyes definen cómo tienen
lugar las transformaciones de energía. Con el tiempo, han llegado a ser
de las leyes más importantes de la ciencia.

Antes de entrar en el estudio de los principios de la termodinámica, es


necesario introducir algunas nociones preliminares, como qué es un
sistema termodinámico, cómo se describe, qué tipo de
transformaciones puede experimentar, etc. Estos conceptos están
resumidos en el siguiente cuadro:
Calor de reacción

El calor de reacción, Qr se define como la energía absorbida por un


sistema cuando los productos de una reacción se llevan a la misma
temperatura de los reactantes. Para una definición completa de los
estados termodinámicos de los productos y de los reactantes, también
es necesario especificar la presión. Si se toma la misma presión para
ambos, el calor de reacción es igual al cambio de entalpía del sistema,
DH r.

Calor de formación

De un compuesto químico es la variación de entalpía de la reacción de


formación de dicho compuesto a partir de las especies elementales que
lo componen, en su forma más abundante. Por ejemplo, la entalpía de
formación del agua, formada por hidrógeno y oxígeno, sería equivalente
a la entalpía de reacción de hidrógeno diatónico y oxígeno diatónico.

Calor de solución

Cuando se disuelve un soluto en un disolvente, en general, se produce


un intercambio de energía que se manifiesta en un aumento o
disminución de la temperatura del sistema. El calor absorbido o liberado
se denomina calor de disolución. Si el proceso de disolución es
exotérmico, se libera calor y la temperatura del sistema aumenta. Si el
proceso es endotérmico, se absorbe calor y la temperatura del sistema
disminuye.
2. Explicar el funcionamiento de una celda voltaica y una celda
electrolítica.

Celda Voltaica

Una celda voltaica es una celda electroquímica que utiliza una reacción
química para producir energía eléctrica. Las partes importantes de una
pila voltaica: el ánodo es un electrodo donde ocurre la oxidación. El
cátodo es un electrodo en donde se produce la reducción.

Para hacer una pila voltaica se necesitan distintos materiales.

Materiales como: vasos de vidrio o botellas de vidrio, ácido sulfúrico


diluido (líquido de la batería), placa de zinc, placa de cobre, cable
conductor, diodo emisor de luz (LED), y la solución de peróxido de
hidrógeno.

Una celda voltaica consiste en dos electrodos, uno de cobre y el otro de


zinc por inmersión en una solución de ácido sulfúrico diluido en un
recipiente de vidrio. En la conexión de los dos electrodos externamente,
con un trozo de alambre, la corriente fluye desde el cobre al cinc fuera
de la celda y de zinc a cobre en su interior.
El número de electrones transferidos en ambas direcciones debe ser el
mismo; así las dos semiceldas se combinan para dar la reacción
electroquímica global de la celda. Para 2 metales, A y B.

Celda Electrolítica

Una celda electrolítica es una celda electroquímica que sufre un


reacción redox cuando se aplica energía eléctrica. Con mayor
frecuencia se utiliza para descomponer los compuestos químicos, en un
proceso llamado electrólisis la palabra griega lisis significa romper.
Cuando se añade la energía eléctrica al sistema, se aumenta la energía
química. De manera similar a una pila galvánica, las celdas electrolíticas
por lo general consisten en dos medias celdas.

Ejemplos importantes de electrólisis son la descomposición del agua en


hidrógeno y oxígeno, y la bauxita en aluminio y otros productos
químicos. Galvanización (por ejemplo, de cobre, plata, níquel o cromo)
se realiza utilizando una celda electrolítica.

Una celda electrolítica tiene tres componentes: un electrolito y dos


electrodos (un cátodo y un ánodo). El electrolito es por lo general una
solución de agua u otros disolventes en el que se disuelven iones. Sales
fundidas tales como cloruro de sodio también son electrolitos. Cuando
accionamos un voltaje externo aplicándolo a los electrodos, los iones en
el electrolito son atraídas a un electrodo con la carga opuesta, la carga
de transferencia (también llamados corriente galvánica o redox) pueden
tener lugar reacciones. Sólo con una potencial eléctrico externo (es
decir, voltaje) con la polaridad correcta y suficiente magnitud puede una
celda electrolítica descomponer un normalmente estable, o inerte
compuesto químico en la solución. La energía eléctrica proporcionada
puede producir una reacción química que no se produciría de forma
espontánea de otra manera.

3. Explicar el proceso de corrosión

La corrosión de los metales es un proceso químico o electroquímico en


el que el metal se transforma en un óxido o cualquier otro compuesto.
En general, es un ataque gradual, provocado por una amplia variedad
de gases, ácidos, sales, agentes atmosféricos, sustancias de naturaleza
orgánica… Dada la gran variedad de materiales que lo sufren, y la
influencia de sus características y los entornos ambientales en el
proceso, su estudio es muy complicado. No obstante, se han realizado
grandes esfuerzos, por el interés que tiene para la conservación de los
materiales, y por el enorme impacto económico que supone (en Europa,
se valoran las pérdidas en más de 60 000 millones de euros anuales).

Aun a riesgo de simplificar demasiado, podemos establecer dos


mecanismos básicos con los que poder explicar la mayoría de los
procesos corrosivos:

El ataque químico directo, producido fundamentalmente por sustancias


gaseosas corrosivas, en las que no hay paso apreciable de corriente
eléctrica a través del metal.

El ataque electroquímico, provocado por el contacto con un electrolito,


es decir, una disolución iónica, en el que se establece una separación
entre ánodo y cátodo, por el que circula una corriente eléctrica.
La susceptibilidad de un metal a la corrosión depende en cierta medida
de su potencial de oxidación, opuesto al de reducción: para el sodio y el
calcio, por ejemplo, es de 2’71 y 2’87 V, respectivamente, por lo que
forman óxidos o hidróxidos inmediatamente por exposición al aire; el oro
y el platino, con potenciales de oxidación muy negativos, no se
transforman de manera apreciable y resisten bien la corrosión.

Aunque muchos metales sufren corrosión, la del hierro es la más


importante y la que estudiaremos en detalle. No se conoce el proceso
con exactitud, aunque sí su mecanismo general: se requiere un medio
acuoso y presencia de oxígeno, que actúa de cátodo; la propia
estructura de hierro sirve de ánodo y también como conductor de los
electrones, y cierra el circuito de la propia celda galvánica. En medio
ácido, el proceso redox puede esquematizarse así:

La secuencia del proceso que se considera más probable es la


siguiente:

1. Cuando una gota de agua llega a la superficie del hierro, este se


oxida:

2. Con los electrones que se liberan en la oxidación se reduce el


oxígeno del aire en el borde de la gota de agua:
3. Los iones que se formaron en el ánodo sufren una oxidación
posterior a por el oxígeno y dan lugar a óxidos de hierro:

El proceso electroquímico expuesto explica que la corrosión se lleve a


cabo rápidamente en medio ácido, ya que los protones actúan de
catalizadores (los que se desprenden en la oxidación de Fe(II) a Fe(III),
coinciden con los que se necesitan en los primeros pasos).

Con el fin de paliar las corrosiones, se han propuesto varios métodos.


En general, se trata de estrategias bien diferenciadas:

Técnica de pasivado: se sumerge el hierro en una disolución


concentrada de un oxidante fuerte, como ácido nítrico o dicromato de
potasio, provocando la formación de una capa superficial de óxido de
hierro que impide que la oxidación progrese hacia el interior.

Recubrimientos superficiales: se trata de evitar el contacto entre el metal


y los agentes externos corrosivos (como el oxígeno y el agua), mediante
pintura, o con un recubrimiento metálico, realizado mediante
electrodeposición o por inmersión en un metal fundido. Si se rompe la
capa protectora, el hierro se oxidará siempre que el metal que forme
esa capa tenga más tendencia a reducirse que él (como el estaño o el
cobre). Si tiene menos tendencia a reducirse que el hierro, se producirá
la oxidación del metal protector; esto sucede en la galvanización, que
consiste en recubrir el hierro de una capa de zinc.

Protección catódica: se conecta la estructura de hierro que se quiere


proteger a un metal que presente más tendencia a oxidarse, es decir,
que tenga un potencial de reducción más negativo, por ejemplo, el
magnesio. El hierro actúa como cátodo y metal en contacto con él, como
ánodo y se consume, lo que provoca la formación del óxido de dicho
metal (ánodo de sacrificio).

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