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Ante la mirada fija y adusta del señor juez quien vestía una larga y elegante toga
de color negro profundo. Se encontraban sentados en una única banca cinco
sujetos. Estaban en la misma banca no porque fueran iguales sino porque no
había otro lugar en donde ponerlos. Tan cerca el uno del otro permanecía inertes
sin saber ¿Qué hacer? Los habían llevado ante el juez sin ningún motivo. O por lo
menos ellos desconocían porque los habían conducido ante el juez.
Habían sido detenidos unas horas antes en la calle de Sin Razón esquina con
cerrada de Sentido Común. Aparentemente se habían pasado un semáforo en rojo
“infragani”, conduciendo un “jetta” (o jeta, según sea la pronunciación de la
palabra) a alta velocidad. Sin embargo, lo único que tenían en común los cinco
sujetos era su cercanía en la jeta de una persona.
En este primer acercamiento podemos afirmar que los sentidos y las percepciones
que se generan en el pensamiento del hombre son considerados como errores.
Claro está que la duda metódica como método es una postura que se debe tomar
para poder llegar a la verdad absoluta. “Pienso, luego existo”. Entonces ¿En
dónde están los sentidos? ¿Para qué sirven los sentidos si estos nos engañan?.
Yo Kant: concibo que: “La ilustración significa el abandono por parte del hombre
de una minoría de edad cuyo responsable es el mismo. Esta minoría de edad
significa la incapacidad para servirse de su entendimiento sin verse guiado por
algún otro”.
No niego la existencia de las cosas que existen en el mundo que nos rodean, pero
el pensamiento recibe una maraña de sensaciones, las cuales la razón tendrá de
desenmarañar y ordenar. Parto de la conciencia y de las representaciones
fenoménicas del yo sean provenientes del mundo externo o interno.
Con una mirada inquisitiva y un tono de voz poco amable el juez con su presencia
autoritaria interpeló a los acusados:
Por su parte el olfato emplearía la metáfora de ser una especie de chimenea por
donde fluyen los diferentes olores. Finalmente, tomó la palabra el gusto quien
nerviosamente fue el último en tomar la palabra diciendo: con cierto gusto, susto y
disgusto puedo decir que los cinco sentidos hemos sido menos preciados en el
proceso del conocimiento que realizan los humanos, si bien puede ser que no les
quede claro ¿Cuál el nuestro papel en el mundo del saber? Con orgullo podemos
decir que sin nosotros no existiría una forma de conocer el mundo exterior del
sujeto que conoce. Además, nosotros somos elementos indispensables en la
manera de cómo el sujeto que conoce el mundo, lo conoce, es decir, la manera
peculiar y particular de cómo se percibe el mundo por parte de un sujeto depende
de nosotros cinco, llamados los cinco sentidos.
Con mano firme el juez dejó caer en tres repetidas ocasiones su mazo de madera
para dictar sentencia:
Fin.