Está en la página 1de 10

Se denomina nódulo mamario a cualquier masa o aumento de volumen localizado detectado en

la mama. Generalmente se presenta asociado a molestia o dolor, o junto a signos inflamatorios


locales (color rojo de la piel, edema y aumento de calor local). Es encontrado en el 80% de los
casos por la misma paciente durante el autoexamen de las mamas y es causa frecuente de
consulta médica.
Los nódulos mamarios pueden ser quísticos o sólidos de acuerdo a su contenido. Cuando el
nódulo corresponde a una acumulación de líquido dentro de una fina membrana se le
denomina quiste.

Por el contrario, si el nódulo representa una formación de contenido sólido, sin líquido en su
interior, se le debe considerar como un tumor mamario. La probabilidad de este nódulo sólido
de corresponder a un tumor maligno de la mama varía de acuerdo a la edad de la paciente: a
mayor edad, mayor es la probabilidad que corresponda a un cáncer mamario. Por las
implicancias diagnósticas y terapéuticas que pudiera tener, SIEMPRE un nódulo mamario debe
ser evaluado por un especialista en mama.

FIBROADENOMA

El principal factor de riesgo a considerar para la probabilidad de que un nódulo


mamario sea benigno o maligno es la edad de la paciente. Entre los 15 y los 30 años de
edad la aparición de un nódulo mamario tiene una alta probabilidad de tratarse de un
fibroadenoma que es un tumor benigno, que habitualmente mide entre 1 y 3
centímetros, que tiene una superficie lisa y es bastante móvil a la palpación.
Mamográficamente se observa como un nódulo de contornos bien delimitados. Su
contenido es sólido y esto puede confirmarse por medio de una ecotomografía o de una
punción con aguja fina cuyo material puede enviarse a estudio citológico, para tener una
mayor aproximación diagnóstica. Un fibroadenoma que mida más de 1 cm. es poco
probable que involucione y éste puede ser detectado en la vida adulta por una
mamografía realizada a cualquier edad lo que implica que probablemente se trate de un
fibroadenoma que se desarrolló en la juventud pero que se mantuvo asintomático hasta
la vida adulta. Aquí es importante tener presente que existe un tipo de cáncer de mama,
denominado carcinoma medular, el cual es muy similar clínica y radiográficamente a un
fibroadenoma.

MACROQUISTES

El quiste mamario puede presentarse a cualquier edad, pero su mayor incidencia se


produce entre los 40 y 55 años de edad. Frecuentemente pueden ser múltiples. El
tamaño es variable desde algunos milímetros hasta varios centímetros, y su hallazgo ha
aumentado considerablemente con el mayor uso de la ecotomografía, ya que
habitualmente se hacen palpables cuando miden más de 2 cm. Las características
clínicas a la palpación dependen del tamaño, la profundidad, la tensión intraquística y la
consistencia del tejido vecino, pero habitualmente son menos móviles que los
fibroadenomas, pueden ser algo fluctuantes y son más blandos y de superficie menos
irregular que un carcinoma. Mamográficamente pueden verse como nódulos de tejido
mamario más denso, de contornos relativamente bien delimitados por lo que pueden
confundirse con un fibroadenoma. Por este motivo, la punción con aguja fina o la
ecotomografía son importantes en el diagnóstico diferencial.

 
CAMBIOS FIBROQUÍSTICOS

Los cambios fibroquísticos son la principal causa de dolor mamario, el cual es


habitualmente cíclico de predominio premenstrual, de unos pocos días hasta un par de
semanas de duración, con irradiación hacia el hombro y brazo. Estos cambios
fibroquísticos son generalmente localizados en los cuadrantes supero-externos y
simétricos. A la palpación se encuentran áreas de mayor densidad, formando cordones o
placas, sin un contorno claramente demarcado. En las mamas de pacientes jóvenes
existe a la palpación una nodularidad que es normal y que algunas pacientes lo refieren
como una masa. En mujeres de edad se puede palpar una zona más indurada, alargada y
simétrica hacia los cuadrantes inferiores e internos dado por la compresión de la grasa
producida por el peso de la mama.

CÁNCER MAMARIO

La incidencia de cáncer mamario aumenta progresivamente con la edad. Es muy


infrecuente antes de los 30 años. La curva de incidencia comienza a aumentar después
de los 30 años, con un máximo entre la sexta y séptima década, para posteriormente
decaer después de los 75 años. Un 20% de los cánceres de mama se producen entre los
40 y 50 años, y la edad promedio de las pacientes que lo presentan es a los 60 años. Las
recomendaciones de screening mamográfico para detección de cáncer mamario es la
realización de una mamografía anual después de los 40 años. Esto se basa en la baja
sensibilidad de la mamografía antes de los 40 años y la relativa baja incidencia del
cáncer mamario antes de esta edad.

Existen factores de alto riesgo para desarrollar un cáncer de mama como son la historia
familiar directa de cáncer de mama (madre o hermana), el antecedente personal de un
cáncer de mama previo, y una biopsia previa con hiperplasia epitelial atípica. Existen
otros factores de riesgo como son la nuliparidad, el primer embarazo de término después
de los 35 años, la menarquia antes de los 12 años, la menopausia después de los 55
años, la exposición a radiación ionizante, la obesidad, el uso de estrógenos exógenos, el
ambiente urbano y el alcohol. Habitualmente el cáncer de mama se presenta en forma
clínica como un nódulo duro, irregular, adherido al plano vecino. En ciertas ocasiones
puede estar adherido al plano profundo o superficial, con compromiso cutáneo dado por
retracción, edema, eritema y ulceración. Mamográficamente el cáncer de mama puede
manifestarse típicamente como un nódulo denso de contornos irregulares con forma
estrellada o espiculada. También puede presentarse como una zona de densificación
asimétrica o una distorsión de la arquitectura glandular. La presencia de
microcalcificaciones agrupadas, de distinto tamaño y densidad con formas irregulares,
que pueden asociarse a un nódulo, son más frecuentemente la manifestación de un
cáncer de mama en etapa inicial que se observa en el carcinoma ductal in situ, pero que
también puede darse en los carcinomas infiltrantes.

EVALUACIÓN DIAGNÓSTICA
ANAMNESIS Y EXAMEN FÍSICO

El estudio de una paciente portadora de un nódulo mamario o de un cambio en la textura


mamaria debe partir con una anamnesis y examen físico. La historia clínica debe
establecer el tiempo de evolución del nódulo, aparición de síntomas y signos asociados
y la presencia de los factores de riesgo de cáncer de mama ya enunciados. La eficacia
del examen clínico mamario mejora con el aprendizaje y la práctica. El examen físico
mamario tiene un valor predictivo positivo de 73% y un valor predictivo negativo de un
87% en manos experimentadas.

MAMOGRAFÍA

Dado que las pacientes jóvenes tienden a tener un tejido mamográficamente denso, la
mamografía entrega poca información útil en pacientes menores de 35 años. La
mamografía aumenta su sensibilidad después de los 35 años y por lo tanto pasa a
constituir un examen fundamental en el estudio de un nódulo mamario después de esta
edad. Su sensibilidad general es menor que un 82% en pacientes con un cáncer de mama
palpable y seguramente es mucho menor en pacientes premenopáusicas. Así como una
mamografía sospechosa puede aumentar la probabilidad de que un nódulo sea maligno,
la mamografía que es informada como normal no excluye la posibilidad de un cáncer
cuando existe la sospecha clínica.

Existen categorías de las posibles anormalidades radiológicas que estiman el riesgo de


cáncer de mama. Estas categorías son útiles para hacer recomendaciones de tratamiento
como la clasificación propiciada por el Colegio Americano de Radiólogos (BIRADS)
que se expone a continuación.

0 Evaluación incompleta, requiere de imágenes adicionales.


1 Hallazgo negativo
2 Hallazgo benigno
3 Hallazgo probablemente benigno. Se sugiere seguimiento de corto
intervalo (3-6 meses). La probabilidad de cáncer es menor de un 2%.
4 Hallazgo sospechoso. La biopsia debe ser considerada. La probabilidad de
cáncer es de un 2% a un 10%.
5 Hallazgo altamente sospechoso de malignidad. Se debe tomar una acción
adecuada. La probabilidad de cáncer es mayor de un 10%.

ECOTOMOGRAFÍA MAMARIA

El principal valor de la ecotomografía mamaria es diferenciar entre un nódulo sólido y


quístico constituyendo un método alternativo a la punción con aguja fina. Su valor es
fundamental en los nódulos mamarios no palpables que aparecen como un hallazgo
mamográfico, los que se han hecho mucho más frecuentes con el uso masivo de la
mamografía. También se considera un complemento importante a la mamografía o al
examen físico en pacientes menores de 35 años en que el tejido mamario es más denso.
Si el nódulo detectado es un quiste simple, no requerirá de mayor estudio ni tratamiento
adicional.
 

PUNCIÓN CON AGUJA FINA

La punción con aguja fina es un procedimiento barato, fácil de realizar, prácticamente


indoloro y que puede ser realizado en cualquier oficina de consulta sin la necesidad de
anestesia local. Cuando se obtiene un líquido amarillo, café o verdoso, sin masa residual
y no se reproduce inmediatamente, se trata con seguridad de un quiste simple que sólo
requerirá de un control en una o dos semanas para evaluar si recidiva. No es necesario
enviar el líquido a estudio citológico, dada la muy baja probabilidad de cáncer en estos
casos. Si el quiste recidiva, éste se deberá volver a puncionar, lo que es más frecuente
en quistes grandes en que se obtienen más de 20 cc de líquido, en el que las punciones
repetidas finalmente lo hacen desaparecer. Si al puncionar un quiste el contenido es
hemático y/o queda masa residual post punción, deberá enviarse la muestra para estudio
citológico y muy probablemente deberá realizarse biopsia por la posibilidad de un
papiloma o carcinoma papilar intraquístico.

Si el nódulo puncionado es de tipo sólido, se puede enviar el material que se obtiene a


citología, para lo cual se extiende el material sobre un portaobjeto y se fija con un
aerosol citofijador. La citología es operador dependiente, y la adecuada interpretación
dependerá de un citólogo entrenado. Los resultados falsos positivos para cáncer son
menores de 1% y los falsos negativos alrededor de un 15%.

BIOPSIA HISTOLÓGICA CON AGUJA GRUESA

La biopsia histológica con aguja gruesa es una alternativa a la biopsia quirúrgica abierta.
Este procedimiento permite obtener cilindros de tejido, con lo cual es posible distinguir
entre un carcinoma in situ y un carcinoma infiltrante. Además es posible obtener
muestra suficiente para receptores estrogénicos y marcadores tumorales. La aguja
permite tomar muestra de tumores palpables, como también de tumores no palpables
guiados por ecotomografía o por estereotaxia. La biopsia estereotáxica que utiliza este
mismo tipo de aguja, se realiza con un mamógrafo digital que permite localizar la lesión
en las tres dimensiones, con una gran precisión. Esta técnica está especialmente
indicada en cierto tipo de microcalcificaciones y de tumores no palpables, pero su rol
aún no está bien definido, dado que es una técnica nueva, disponible en pocos centros y
de un costo elevado.

BIOPSIA QUIRÚRGICA ABIERTA

La biopsia quirúrgica abierta constituye la etapa la etapa final del estudio de muchos
nódulos mamarios especialmente los de tipo sólido. Permite la confirmación histológica
y soluciona en forma definitiva la sospecha diagnóstica de un determinado nódulo. Si
las características clínicas e imagenológicas plantean una alta probabilidad de tratarse
de un nódulo benigno, es posible realizar una tumorectomía con un mínimo de tejido
sano alrededor. Si por el contrario, hay alguna sospecha de que el nódulo pueda ser
maligno, se debe realizar una mastectomía parcial, con un margen de tejido sano mayor
de un centímetro, lo que es preferible corroborar con una biopsia rápida por
congelación, para proceder al tratamiento definitivo del cáncer. Los nódulos no
palpables deben marcarse con una guía de alambre, que se introduce a través de una
aguja dejando una punta del alambre que contiene un gancho, lo más cercano al nódulo,
guiado por ecotomografía, mamografía o estereotaxia.

Signos radiológicos de lesiones


benignas de la mama
Signos primarios
1. Trazado liso.
2. Lesiones lobuladas, redondas u ovoides.
3. Lesiones homogéneas, de baja densidad
o transradiantes.
4. Calcificaciones lisas relativamente
gruesas.
Signos secundarios
1. Halo de grasa transradiante.
2. Desplazamiento de estructura del seno.
3. Lesiones múltiples frecuentemente
bilaterales.
4. Vascularidad normal.
5. Tamaño radiológico igual o frecuentemente
mayor que el tamaño normal.

Cambios fibroquísticos de la mama, mastalgia y nodularidad


cíclica
   Imprimir

1) CAMBIOS FIBROQUISTICOS DE LA MAMA

La denominación de enfermedad fibroquística se utiliza para describir un espectro


de cambios fisiológicos y patológicos en la mama. Como se trata de “cambios”,
actualmente se sustituyó el nombre de enfermedad fibroquística por el de
“cambios fibroquísticos”. Los cambios consisten básicamente en la proliferación
epitelial ductal y del tejido conectivo, que son más importantes en la etapa
premenstrual de la edad reproductiva, es decir son hormonodependientes. Cuanto
mayor es la edad, el estroma se va fibrosando, y va causando obstrucción de los
conductos y retención de las secreciones alveolares, contribuyendo así a la
formación de macroquistes (mayores a 3 mm) y microquistes (menores a 2 mm)

La proliferación epitelial, puede ser de naturaleza típica o atípica; pero los quistes
con proliferación epitelial atípica representan sólo el 3 ó 4 % de los mismos, por lo
que los cambios fibroquísticos de la mama son generalmente de naturaleza
benigna

Cínicamente se caracterizan por un dolor sordo premenstrual (mastalgia cíclica),


y/o nodularidad premenstrual bilateral, sobre todo en los cuadrantes súpero
externos de las mamas.

La mastalgia cíclica, la nodularidad mamaria premenstrual y los cambios


fibroquísticos de la mama muchos autores sostienen que, en realidad, deben
asumirse como parte del desarrollo normal de la mama debido a que son cambios
fisiológicos frente a estímulos hormonales, y los consideran como una misma
entidad benigna. Esto es lo que los médicos, y a veces las pacientes, llaman
comúnmente “displasia mamaria”, que es un término puramente clínico y no
anatomopatológico.

Tratamiento
El manejo de estas pacientes se basa en el reaseguro y en el tratamiento del dolor.
Es importante explicarles que el dolor no es producto de una enfermedad maligna,
que el cáncer generalmente no duele, y que lo que presentan se debe a la
respuesta de la glándula mamaria frente al estímulo hormonal normal. También
puede mejorarse el síntoma sugiriéndoles que se coloquen un sostén flojo para
dormir y durante el día corpiños bien ajustados. Algunas pacientes refirieron una
mejoría del dolor con el uso de anticonceptivos orales.

Es conveniente preguntar a la paciente en qué medida afecta su calidad de vida,


por ejemplo, si interfiere con su trabajo, con el cuidado de los niños o con su vida
sexual. Generalmente el reaseguro es suficiente para el manejo del síntoma, pero si
es necesario puede indicarse analgésicos comunes.

Se sugiere una dieta baja en grasas y alta en carbohidratos (algunos estudios han
mostrado cierto beneficio).

Hay diferentes estudios que muestran que el uso de aceite de Prímula (primrose
oil), es beneficioso La dosis es de 1.000 mg 3 veces por día por un mínimo de 3 a 4
meses.

El danazol, se utiliza en dosis de 100 a 400 mg por día, pero no es de elección por
sus efectos adversos tales como acné, hirsutismo, ganancia de peso y edema.

La bromocriptina se indica 2,5 mg dos veces por día con las comidas, aunque se
puede empezar con dosis de 1.25 dos veces por día hasta un máximo de 10mg,
pero también tiene muchos efectos adversos como náuseas y vómitos, hipotensión
ortostática y vértigo.

Está bastante difundido el tratamiento de la mastalgia con diuréticos y vitamina E,


sin embargo ninguno de ellos ha demostrado eficacia clínica. Tampoco ha mostrado
eficacia la progesterona (oral o transdérmica).

Concluyendo, el tratamiento de elección es el reaseguro y los AINES

2) NODULO MAMARIO

El hallazgo de un nódulo provoca mucha preocupación en las pacientes y es motivo


frecuente de consulta.

Es una estructura que se distingue del tejido mamario en forma persistente,


unilateral y tiene 3 dimensiones: altura, ancho y profundidad.

El nódulo puede ser único o encontrarse junto con otros nódulos pero destacándose
por su tamaño o por tener características distintivas y permanentes. En este último
caso se habla de nódulo dominante.

Las causas benignas más comunes de un nódulo mamario son el fibroadenoma, los
quistes y los galactoceles (quistes de retención láctea del puerperio).
El fibroadenoma es un tumor benigno provocado por un hiperdesarrollo del tejido
conectivo y epitelial. Puede encontrarse a cualquier edad, frecuentemente entre la
segunda y tercera década de la vida. Son los tumores mamarios más comunes en
la gente joven y si bien suelen ser únicos, hasta un 15% de las pacientes tienen
varios nódulos. Generalmente se palpan como una tumoración elástica muy móvil,
a veces dolorosa, y puede cambiar de tamaño y consistencia con el ciclo menstrual
en respuesta a la estimulación estrogénica; algunos autores lo incluyen dentro de
los cambos fibroquísticos. Aumenta de tamaño durante el embarazo y la lactancia,
y disminuye durante la menopausia, pudiendo en esta etapa endurecerse debido a
la calcificación. Pueden ser de cualquier tamaño.

Los fibroadenomas son los tumores benignos de la mama más frecuentes. Su


prevalencia es mayor en las mujeres entre 20 y 30 años. Su forma es regular, sus
bordes son netos y no están adheridos a los planos profundos (son móviles a la
palpación). El tamaño de los fibroadenomas suele aumentar durante el embarazo y
la lactancia en respuesta a los cambios hormonales.

Los quistes son formaciones líquidas encapsuladas que se producen con los años
aparentemente por involución de los lóbulos mamarios por acción hormonal, y/o
por la dilatación de los conductos galactóforos, aunque en realidad no está
establecida bien cuál es la causa.

El desarrollo de quistes es común en las pacientes mayores de 40 años,


especialmente en las mujeres postmenopáusicas que usan hormonoterapia de
reemplazo.

Los quistes pueden ser silentes y detectarse al realizar el examen físico de control,
o ponerse de manifiesto porque provocan dolor. Muchas veces es imposible
diferenciar un quiste de un nódulo sólido o de un cáncer con el examen físico, por lo
que el diagnóstico se realiza mediante la punción de la estructura.

También pueden presentarse lipomas, hamartomas, o galactoceles.

Un nódulo también puede ser expresión de cáncer de mama

Los quistes son formaciones mamarias con contenido líquido en su interior cuyo
hallazgo es más común en las mujeres mayores de 40 años o postmenopáusicas.

Manejo de las pacientes que consultan por nódulo mamario


El médico deberá ubicar a la paciente en alguno de estos grupos: 1) Pacientes con
múltiples nódulos mamarios sin un nódulo dominante o 2) Pacientes con un nódulo
mamario único o con múltiples nódulos mamarios pero con uno de ellos dominante
(es decir, que se destaca por su tamaño o por tener alguna característica distintiva
con respecto a los otros: bordes irregulares, adherencia a planos profundos, etc.)

1)Pacientes con nódulos mamarios múltiples


Si en el examen físico el médico detecta varios nódulos mamarios bilaterales a
predominio del cuadrante supero externo de la mama, que cambian a lo largo del
ciclo, aumentan en el premenstruo, casi desaparecen en el post menstruo y
ninguno de ellos tiene características sospechosas, el diagnóstico es el de
nodularidad mamaria. Esta es una entidad benigna, y como tal, el manejo de las
pacientes que la presentan se basa en el reaseguro.

No es necesario realizar ningún estudio complementario, a menos que la paciente


se encuentre en la edad indicada para realizar el rastreo habitual del CM (en este
caso deberá realizarse una MX como parte del control de salud y no por los
hallazgos clínicos).

2) Pacientes con un nódulo mamario único o dominante


En estas pacientes la probabilidad de que la masa palpable sea neoplásica es
mayor, por lo que además del examen clínico, deberán realizarse otros estudios,
que de acuerdo al criterio médico, podrán ser una mamografía y/o punción /
biopsia.

 Examen clínico: El examen físico permitirá definir si la paciente tiene uno o


varios nódulos y las características de los mismos. Los nódulos
duroelásticos, de bordes netos y regulares, móviles y sin adherencia a
planos profundos y que duelen a la palpación tienen alta probabilidad de ser
nódulos benignos. Por otro lado, el hallazgo de una masa dura, de bordes
irregulares, adherida a la piel y a planos profundos es muy sugestivo de CM.
Otros signos asociados a malignidad son la retracción de la piel o del pezón
y la secreción sanguinolenta por el pezón. Sin embargo, frecuentemente es
difícil distinguir si una masa es un CM o no utilizando el examen mamario
como única herramienta, ya que los signos de cáncer no son distintivos ni
patognomónicos: 3 de cada 5 nódulos neoplásicos son móviles y 2 de cada 3
tienen bordes regulares a la palpación. La probabilidad que una masa sea
maligna es del 50% si es inmóvil y del 14 al 20% si es móvil.

 Mamografía: Es esencial para el rastreo de cáncer de mama donde puede


aparecer un nódulo no palpable o una imagen sospechosa de ca de mama y
también eventualmente para el seguimiento de una masa palpable una vez
punzada, o en cualquier nódulo palpable aunque el diagnóstico de cáncer
sea obvio; la excepción sería mujeres embarazadas (por los rayos) o
jóvenes menores de 20 años (en ellas, la probabilidad de tener un cáncer de
mama es ínfimo). Se solicita mamografía bilateral, cráneocaudal y
mediolateral, o bien frente y perfil con prolongación axilar.

Las lesiones benignas se caracterizan porque en la MX presentan un borde liso,


redondeado y bien definido, con un halo que las rodea (radiolúcido o negro),
llamado halo de seguridad. Las lesiones malignas suelen tener bordes irregulares y
microcalcificaciones en su interior. Cuando la masa tiene bordes irregulares y no es
quística, la probabilidad de que sea un CM es del 60%, mientras que si la masa
tiene bordes regulares y es quística, la probabilidad desciende al 10%.

La importancia de la mamografía radica en que la neoplasia puede ser bilateral (3%


de los casos) y no necesariamente palpable en la otra mama; por lo tanto, ante la
presencia de un nódulo, debe explorarse el tejido mamario completo.

Sin embargo, la mamografía puede ser normal en presencia de cáncer palpable (se
calcula un 2% de los casos); y si la mamografía y la palpación sugieren benignidad,
el error ( falsos negativos) puede llegar al 4%, y en mujeres jóvenes, puede llegar
hasta 10 ó un 22%. Cuando la exploración clínica y la mamografía sugieren
malignidad, el error (falsos positivos) puede llegar al 3,6%.

 Punción /biopsia: Hay distintas formas de obtener el material mamario. Una


de ellas es mediante una punción, que tiene por objetivo el examen
citológico, y es la llamada aspiración con aguja fina. Otras formas son a
través de biopsias, que tienen por objetivo el examen histológico, y son las
llamadas Core Needle Biopsy, el mamotomme y la biopsia quirúrgica
1. Aspiración con aguja fina (AAF): Es un método simple, seguro, y barato. Se
realiza sin anestesia local, insertándose una aguja fina intramuscular en la
masa en estudio para aspirar material hacia la jeringa.

En forma inmediata distingue entre una masa sólida de una quística. En masas
profundas o difíciles de palpar la punción debe orientarse con la ecografía o guía
estereotáxica para detectar el nódulo.

Cuando la masa es quística y de características benignas, luego de la aspiración se


obtiene en forma característica un líquido claro, y la masa desaparece, quedando
un defecto temporario en el del tejido mamario. Se debe citar a la paciente a las 4
a 6 semanas para verificar que el quiste no ha reaparecido clínicamente.

Si se trata de un carcinoma quístico, el aspirado en general tiene sangre, la masa


permanece luego de la punción, el quiste se reproduce rápidamente, o persiste la
densidad en la mamografía de control; en este caso se debe hacer biopsia
ambulatoria.

En la AAF de los quistes benignos se obtiene un líquido claro que no vuelve a


reaparecer luego de la punción. El hallazgo de material sanguinolento en la AAF o la
persistencia de la masa o su reproducción luego de la aspiración son sugestivos de
un carcinoma quístico.

Si la masa es sólida y no se logra obtener material, se debe biopsiar, excepto que


luego de solicitar una mamografía sospechemos fuertemente que se trata de una
patología benigna y sepamos que a la paciente la podemos controlar de cerca.

En el caso de la AAF Las muestras son satisfactorias (es decir, adecuadas para
realizar el diagnóstico) en el 89 al 99% de los casos. Sin embargo los falsos
negativos oscilan entre el 1 y el 18%, y los falsos positivos llegan hasta el 18%,
debido aparentemente a la mala técnica de recolección del material.

2)core needle biopsy: es una punción con una pistola que obtiene en cada disparo
un cilindro de tejido.

3)mammotomme: permite obtener cilindros de mayor volumen. El beneficio es que


es una cirugía ambulatoria, sin anestesia total, permite identificar el nódulo bajo
guía mamográfica y permite dejar una marca para futuros estudios si fuera
necesario de donde se realizó el procedimiento.

4)biopsia intraquirúrgica o escicional: Si las técnicas mencionadas fracasan en la


búsqueda de material, o bien por el examen clínico y/o mamográfico se sospecha
que la masa detectada es un CM (masa dura, adherida a planos profundos, sólida,
con bordes irregulares y microcalcificaciones en su interior) algunos especialistas
realizan directamente una biopsia intraoperatoria, que puede ser diferida en las
lesiones no palpables, o intraoperatoria (por congelamiento) en las lesiones
palpables.

En resumen, si encontramos una masa palpable en el examen clínico, debemos


realizar una punción con aguja fina, que nos aportará elementos fundamentales. La
ecografía puede ser útil para diferenciar si una masa es quística o sólida pero no es
necesario hacerla frente a una masa palpable, se puede realizar la punción
directamente.

Si la masa palpable es quística y muestra características de benignidad bien


definidas, como que al punzarla el quiste desaparece totalmente, no se observa
sangre en la muestra, esta es de color claro, y no se vuelve a formar a las 4 a 6
semanas, se asume que se trata de un quiste mamario simple y no es necesario
realizar ningún otro control específico más allá de los recomendados como parte del
rastreo en la población general.

Si la masa es quística pero sus características son sugestivas de malignidad, es


decir que hay presencia de sangre en la muestra, o la masa no desaparece
totalmente con la punción o bien reaparece clínicamente a las 4 a 6 semanas del
procedimiento, hay que derivar al especialista para realizar una biopsia.

Si la tumoración es sólida en general se debería obtenerse material para analizar su


origen (excepto que la paciente sea muy joven, o que aparezcan hallazgos
mamográficos o ecográficos de benignidad). Esto puede realizarse mediante AAF,
Core Needle Biopsy y/o mammotome, o biopsia intraoperatoria. En este caso,
deberá consultarse al especialista para definir cuál será el procedimiento más
apropiado para obtener la muestra.

La aspiración con aguja fina con o sin guía ecográfica (según la accesibilidad de la
tumoración), puede hacerla el médico de atención primaria adecuadamente
entrenado o bien el especialista.

Si la masa la encontramos en un estudio de rutina y no es palpable, de acuerdo a


las características de la misma, decidiremos o no la derivación al especialista para
su estudio.

Debe interconsultarse al especialista si:


- La Mx es dudosa o francamente anormal.
- Se detecta un nódulo sólido o un nódulo quístico con contenido sanguinolento en
su interior, o que no desaparece completamente, o que vuelve a aparecer luego de
la AAF.

Ante un nódulo sólido debe obtenerse material para evaluar. La evaluación puede
comenzarse en el consultorio con una AAF. Si la muestra no es satisfactoria deben
realizarse biopsias ambulatorias utilizando las otras técnicas disponibles. Muchos
especialistas, ante el hallazgo de un nódulo palpable con características
mamográficas patológicas, directamente hacen una biopsia intraoperatoria por
congelación y efectúan la estadificación y el tratamiento (en caso de malignidad).

También podría gustarte